Librándote de tu pueblo, y de los gentiles, a quienes ahora te envío, para que abras sus ojos, para que se conviertan de las tinieblas a la luz, y de la potestad de Satanás a Dios; para que reciban, por la fe que es en mí, perdón de pecados y herencia entre los santificados (Hechos 26:17-18).
La audiencia donde Pablo pronunció estas palabras estaba llena de gente importante y dignatarios (Hechos 25:23). Ellos invitaron a Pablo a compartir su historia, así que él les contó cómo Jesús se adueñó de su vida en el camino a Damasco. Aquí, en Hechos 26:17-18, Pablo repite las palabras que Jesús le dijo en aquel camino a las afueras de Damasco.
Jesús le habló a Pablo de su destino, de su llamado. Dios enviaría a Pablo como un mensajero, un predicador, tanto a los judíos como a los gentiles, para hablarles de Jesús.
Cuando Jesús dijo esas palabras en el camino a Damasco, Pablo había sido cegado por la gran luz del cielo. Susojos aún no estaban abiertos físicamente, pero Jesús lo enviaría a abrir los ojos de otros (tanto judíos como gentiles).
Jesús entonces le dijo a Pablo de cinco resultados que vendrían de la apertura de ojos:
– Se convertirán de las tinieblas a la luz.
– Se convertirán de la potestad de Satanás a Dios.
– Recibirán el perdón de pecados.
– Recibirán herencia entre el pueblo de Dios.
– Serán santificados por la fe que es en Jesús.
Estas cinco cosas son el regalo y el plan de Dios para cada uno de sus hijos. Cada seguidor de Jesucristo debería saber lo que es convertirse de las tinieblas a la luz. Deben saber por experiencia que ya no están bajo la potestad de Satanás y que ahora pertenecen a Dios. Han recibido el perdón de pecados y una herencia entre el pueblo de Dios. Finalmente, deben crecer en santidad y ser apartados para Dios como los santificados por la fe que es en Jesús.
Uno de los hombres que escuchaba a Pablo diría más tarde: “Por poco me persuades a ser cristiano” (Hechos 26:28). Pero por muy cerca que estuviera Agripa de convertirse en creyente, no estuvo lo suficientemente cerca. “Por poco” ser cristiano significa que “por poco” tienes la vida eterna y que “por poco” serás liberado del juicio del infierno; pero “por poco” no es suficiente.
Cuando Pablo relató las palabras de Jesús en el camino a Damasco, donde dice lo que es un cristiano (Hechos 26:18), los que escucharon no lo quisieron.
– No quisieron convertirse de las tinieblas a la luz.
– No quisieron convertirse de la potestad de Satanás a Dios.
– No quisieron recibir el perdón de pecados.
– No quisieron una herencia entre el pueblo de Dios.
– No quisieron convertirse en uno de los santificados por la fe que es en Jesús.
¿Y tú qué quieres? ¿Quieres lo que Dios te ofrece en Jesucristo?
Si te arrepientes y crees en Jesús, estas cinco cosas te pertenecen como herencia en Jesús.