1 Crónicas 14




1 Crónicas 14 – El trono de David es confirmado en Jerusalén.

A. La casa de David en Jerusalén.

1. (1-2) El palacio real de David.

Hiram rey de Tiro envió a David embajadores, y madera de cedro, y albañiles y carpinteros, para que le edificasen una casa. Y entendió David que Jehová lo había confirmado como rey sobre Israel, y que había exaltado su reino sobre su pueblo Israel.

a. Para que le edificasen una casa: Esto muestra la influencia e importancia de David. Los reyes vecinos lo honran con los mejores artesanos y madera para construirle un palacio. Esta relación con Hiram rey de Tiro también muestra que David era más que un hombre de guerra. Sabía construir importantes alianzas políticas.

b. Y entendió David: David sabía dos cosas que hicieron grande su reinado. Todo líder piadoso debe saber bien estas dos cosas.

·Y entendió David que Jehová lo había confirmado como rey sobre Israel: David sabía que Dios lo llamó y lo estableció sobre Israel.

·Había exaltado su reino sobre su pueblo Israel: David sabía que Dios quería usarlo como un canal para bendecir a su pueblo. No fue por el bien de David que fue exaltado, sino por el bien de su pueblo Israel.

2. (3-7) Los hijos de David nacidos en Jerusalén.

Entonces David tomó también mujeres en Jerusalén, y engendró David más hijos e hijas. Y estos son los nombres de los que le nacieron en Jerusalén: Samúa, Sobab, Natán, Salomón, Ibhar, Elisúa, Elpelet, Noga, Nefeg, Jafía, Elisama, Beeliada y Elifelet.

a. David tomó también mujeres en Jerusalén: Esto fue en desobediencia directa a Deuteronomio 17:17: Ni tomará para sí muchas mujeres, para que su corazón no se desvíe. 2 Samuel 5:13 nos dice que David también tomó más concubinas cuando vivió en Jerusalén.

i. Crónicas no menciona el pecado de David con Betsabé, pero después del asesinato de su esposo, ella fue una de las mujeres que David agregó a su casa en Jerusalén.

ii. “Que David tomara ‘más esposas’ fue un hecho histórico pero un fracaso moral, directamente contrario a la ley… Este pecado llevó a toda una serie de desastres más adelante”. (Payne)

b. Engendró David más hijos e hijas: Ciertamente, David (y todos los demás) vieron a estos muchos hijos como la señal de bendición de Dios sobre David y sus muchas esposas. Sin embargo, la mayor parte de los problemas que se avecinan en la vida de David provendrían de sus relaciones con las mujeres y sus hijos.

i. A menudo es cierto que las semillas de nuestros problemas futuros se siembran en tiempos de gran éxito y prosperidad. De alguna manera, David manejó mejor las pruebas que el éxito.

B. Victoria sobre los filisteos.

1. (8-10) David busca a Dios en la batalla contra los filisteos en el valle de Refaim.

Oyendo los filisteos que David había sido ungido rey sobre todo Israel, subieron todos los filisteos en busca de David. Y cuando David lo oyó, salió contra ellos. Y vinieron los filisteos, y se extendieron por el valle de Refaim. Entonces David consultó a Dios, diciendo: ¿Subiré contra los filisteos? ¿Los entregarás en mi mano? Y Jehová le dijo: Sube, porque yo los entregaré en tus manos.

a. Subieron todos los filisteos en busca de David: El éxito de David trajo nuevos desafíos desde el exterior. Mientras Dios obraba poderosamente en la vida de David, el diablo también se puso manos a la obra y trajo oposición contra David.

i. “El valle de Refaím estaba al suroeste de Jerusalén y formaba parte del límite entre Judá y Benjamín (Josué 15:8). Puede corresponder al “valle de las lágrimas” (Salmo 84:6), debido a los árboles de bálsamo que había allí (1 Crónicas 14:14-15). Estos se denominan, literalmente, ‘llorones’ debido a sus gotas de savia lechosa”. (Payne)

b. David consultó a Dios: Cuando David buscó a Dios y puso su mirada en Él en busca de guía, fue bendecido. Dios honró la dependencia de David en Él y le dio la promesa de la victoria.

2. (11-12) David derrota a los filisteos en Baal-perazim.

Subieron, pues, a Baal-perazim, y allí los derrotó David. Dijo luego David: Dios rompió mis enemigos por mi mano, como se rompen las aguas. Por esto llamaron el nombre de aquel lugar Baal-perazim. Y dejaron allí sus dioses, y David dijo que los quemasen.

a. Dios rompió mis enemigos: En la batalla de Baal-perazim David derrotó a los filisteos con una fuerza abrumadora, como se rompen las aguas.

i. “La ‘ruptura’ de Dios en juicio (1 de Crónicas 13:9-12) ahora se vuelve una ‘ruptura’ en bendición para Israel y para la familia de Obed-edom”. (Selman)

b. Y dejaron allí sus dioses: Los filisteos llevaron sus ídolos a la batalla, pensando que ayudarían a derrotar a los israelitas. Debido a que David consultó y obedeció a Dios, quemaron los ídolos filisteos.

3. (13-17) David derrota a los filisteos otra vez.

Y volviendo los filisteos a extenderse por el valle, David volvió a consultar a Dios, y Dios le dijo: No subas tras ellos, sino rodéalos, para venir a ellos por delante de las balsameras. Y así que oigas venir un estruendo por las copas de las balsameras, sal luego a la batalla, porque Dios saldrá delante de ti y herirá el ejército de los filisteos. Hizo, pues, David como Dios le mandó, y derrotaron al ejército de los filisteos desde Gabaón hasta Gezer. Y la fama de David fue divulgada por todas aquellas tierras; y Jehová puso el temor de David sobre todas las naciones.

a. David volvió a consultar a Dios: Después de la primera victoria sobre los filisteos, David fue lo suficientemente sabio como para esperar en el Señor antes de la segunda batalla. Es fácil para muchos que se encuentran en la misma situación decir: “He peleado esta batalla antes. Yo sé cómo ganar. Esto será fácil”. David siempre triunfó cuando buscó y obedeció a Dios.

b. No subas tras ellos, sino rodéalos: Dios dirigió a David de manera diferente en esta batalla. Incluso contra el mismo enemigo, no todas las batallas son iguales.

i. En su comentario sobre este relato en 2 Samuel 5, Adam Clarke señaló la notable guía de Dios en la vida de David e hizo una buena pregunta. “¿Cómo es que esas instrucciones y ayudas sobrenaturales no se comunican ahora? Porque no se piden; y no se piden porque no se esperan; y no se esperan porque los hombres no tienen fe; y no tienen fe porque están sometidos a un refinado espíritu de ateísmo y no tienen relación espiritual con su Hacedor”. (Clarke)

c. Dios saldrá delante de ti y herirá el ejército de los filisteos: En esta batalla David esperaría a que el Señor hiriera primero al ejército enemigo. La señal de la obra de Dios sería: oirás venir un estruendo por las copas de las balsameras.

i. “No era simplemente una brisa intermitente que se colaba entre las hojas; no era la marcha del viento; sino de escuadrones de ángeles que procedían contra los enemigos de Israel”. (Meyer)

ii. A la señal de que el Señor estaba obrando, David y sus tropas se apresuraron hacia la victoria. Este principio es cierto en nuestro caminar diario con Dios. Cuando sentimos que el Señor está obrando, debemos salir a la batalla (avanzar rápidamente, 2 de Samuel 5:24) y veremos una gran victoria obtenida. “También debemos, en la guerra espiritual, observar y obedecer los movimientos del Espíritu cuando establece su estandarte; porque esos son los sonidos de las idas y venidas de Dios, las pisadas de su ungido”. (Trapp)

iii. Hay algo hermoso en la traducción de la Versión Reina-Valera 1960 de este relato en 2 de Samuel 5:24: Y cuando oigas ruido como de marcha por las copas de las balsameras, entonces te moverás. Cuando escuches la obra de Dios sucediendo, te moverás sal luego a la batalla. A Spurgeon le gustaba señalar que decía te moverás – a menudo pensamos que debemos incitar a los demás. Eso a menudo se convierte en exageración y emocionalismo. En cambio, muévete.

iv. Cuando vemos la obra de Dios sucediendo a nuestro alrededor, es como el sonido de las balsameras: el susurro debería despertarnos a la oración y la devoción. Un tiempo de crisis o tragedia también es como el sonido de las balsameras: el susurro debería despertarnos a la confesión y al arrepentimiento. “¿Y ahora qué debo hacer? Lo primero que haré es moverme. Pero ¿cómo lo haré? Vaya, me iré a casa este día y lucharé en oración con más fervor de lo que solía para que Dios bendiga al ministro y multiplique la iglesia”. (Spurgeon)

v. “Oh, cree en la cooperación del Espíritu Santo. Misionero solitario en alguna estación lejana del campo extranjero, ¡escucha el movimiento de las copas de las balsameras! Dios está pidiendo tu socorro”. (Meyer)

vi. “La especie precisa de los árboles de bálsamo es incierta. Otras posibilidades incluyen el peral (LXX), la balsamera (AV) o el álamo temblón (REB, NEB)”. (Selman)

d. Hizo, pues, David como Dios le mandó: Lo hizo esperando la evidencia de la obra de Dios y luego entregándose completamente a la batalla. La victoria que surgió de esta obediencia hizo que David e Israel fueran respetados y temidos entre las naciones vecinas.

i. “Debido a que buscó en el Señor su fuerza y su estrategia, pudo vencer las ofensas de los filisteos, asegurar la independencia del pueblo de Dios y terminar para siempre con la amenaza de la conquista y la opresión de los filisteos”. (Payne)

©2021 The Enduring Word Comentario bíblico en español de David Guzik – ewm@enduringword.com

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