1 Crónicas 26




1 Crónicas 26 – Los porteros del templo

A. Las divisiones de los porteros.

1. (1-5) Las divisiones de los porteros.

También fueron distribuidos los porteros: de los coreítas, Meselemías hijo de Coré, de los hijos de Asaf. Los hijos de Meselemías: Zacarías el primogénito, Jediael el segundo, Zebadías el tercero, Jatniel el cuarto, Elam el quinto, Johanán el sexto, Elioenai el séptimo. Los hijos de Obed-edom: Semaías el primogénito, Jozabad el segundo, Joa el tercero, el cuarto Sacar, el quinto Natanael, el sexto Amiel, el séptimo Isacar, el octavo Peultai; porque Dios había bendecido a Obed-edom. También de Semaías su hijo nacieron hijos que fueron señores sobre la casa de sus padres; porque eran varones valerosos y esforzados.

a. También fueron distribuidos los porteros: Estos tenían la responsabilidad de la seguridad, tanto en un sentido práctico como espiritual. Se aseguraban de que solo aquellos que estaban listos para servir y adorar a Dios pudieran venir al templo y su edificio asociado. Su trabajo tenía que ser tan organizado y arreglado como el trabajo de los sacerdotes que oficiaban en los sacrificios.

i. “Aunque menos prominentes que algunos de sus colegas levitas, de vez en cuando los porteros hicieron una contribución vital a la vida nacional, especialmente bajo el sumo sacerdote Joiada (2 Crónicas 23:4-6, 19), y durante los reinados de Ezequías ( 2 Crónicas 31:14-19) y Josías (2 de Crónicas 34:9-13)”. (Selman)

ii. “Básicamente, su deber era concientizar a la gente común de los límites prácticos de la santidad, ya que cualquiera que entrara al santuario ilegalmente lo hacía bajo pena de muerte”. (Selman)

iii. Aunque algunos podrían ver su trabajo como humilde, en realidad era un gran privilegio. Recuerden la envidia del salmista: Escogería antes estar a la puerta de la casa de mi Dios, que habitar en las moradas de maldad (Salmos 84:10).

b. De los hijos de Asaf: “No el famoso Asaf el cantor, sino el otro Asaf, llamado también Ebiasaf, 1 de Crónicas 6:37”. (Trapp)

2. (6-8) Semaías y sus hijos, y los otros hijos de Obed-Edom.

También de Semaías su hijo nacieron hijos que fueron señores sobre la casa de sus padres; porque eran varones valerosos y esforzados. Los hijos de Semaías: Otni, Rafael, Obed, Elzabad, y sus hermanos, hombres esforzados; asimismo Eliú y Samaquías. Todos éstos de los hijos de Obed-edom; ellos con sus hijos y sus hermanos, hombres robustos y fuertes para el servicio; sesenta y dos, de Obed-edom.

a. Que fueron señores sobre la casa de sus padres; porque eran varones valerosos y esforzados: Semaías era de la familia de los porteros, sin embargo, sus hijos ascendieron a puestos de alta responsabilidad porque eran varones valerosos y esforzados: También son descritos como hombres robustos y fuertes para el servicio.

i. “Hombres robustos podría traducirse mejor como ‘hombres fuertes’. El trabajo puede implicar la remoción de personas u objetos no deseados”. (cf. 2 de Crónicas 26:16-20)”. (Selman)

3. (9-12) Otros porteros.

Y los hijos de Meselemías y sus hermanos, dieciocho hombres valientes. De Hosa, de los hijos de Merari: Simri el jefe (aunque no era el primogénito, mas su padre lo puso por jefe), el segundo Hilcías, el tercero Tebalías, el cuarto Zacarías; todos los hijos de Hosa y sus hermanos fueron trece. Entre éstos se hizo la distribución de los porteros, alternando los principales de los varones en la guardia con sus hermanos, para servir en la casa de Jehová.

a. Alternando los principales de los varones en la guardia con sus hermanos, para servir en la casa de Jehová: Algunos harían una distinción entre la obra espiritual del templo y la obra práctica del templo y considerarían la obra espiritual como más importante. El cronista tiene el cuidado de recordarnos que el trabajo de estos porteros, cuyo servicio era de naturaleza más práctica, fue estimado por Dios como igualmente valioso.

i. “Se destaca un punto muy importante con la inclusión de estos grupos, aunque parezcan representar una desviación del tema principal de Crónicas. A medida que el pueblo de Dios presta la debida atención a su condición de comunidad de adoración, la distinción entre lo sagrado y lo secular desaparece. Todas las tareas, ya sean mundanas o especializadas, ‘religiosas’ o ‘laicas’, tienen valor a los ojos de Dios”. (Selman)

4. (13-19) Las suertes para cada familia de porteros.

Echaron suertes, el pequeño con el grande, según sus casas paternas, para cada puerta. Y la suerte para la del oriente cayó a Selemías. Y metieron en las suertes a Zacarías su hijo, consejero entendido; y salió la suerte suya para la del norte. Y para Obed-edom la puerta del sur, y a sus hijos la casa de provisiones del templo. Para Supim y Hosa, la del occidente, la puerta de Salequet, en el camino de la subida, correspondiéndose guardia con guardia. Al oriente seis levitas, al norte cuatro de día; al sur cuatro de día; y a la casa de provisiones de dos en dos. En la cámara de los utensilios al occidente, cuatro al camino, y dos en la cámara. Estas son las distribuciones de los porteros, hijos de los coreítas y de los hijos de Merari.

a. Echaron suertes: Determinaron el orden y la disposición del servicio para los porteros de la misma manera que determinaron el orden y la disposición de los sacerdotes en su servicio.

b. El pequeño con el grande: Esto significa que David dejó que el Señor decidiera cuando se trató de organizar y ordenar estos oficios, y no dejó que el prestigio o la posición determinaran sus nombramientos.

i. “Nuestro método no es echar suertes, sino buscar la guía directa del Espíritu. Pero debemos recordar que en nuestra elección de hombres para el cargo en la obra de la Iglesia de Dios, las cuestiones del privilegio, que con demasiada frecuencia cuentan en los asuntos humanos, no deben tener ningún peso para nosotros”. (Morgan)

ii. “Pero lo que más nos interesa es el templo del corazón. Seguramente necesitamos al portero allí, porque en la historia de la vida interior hay mucho ir y venir; tales tropas de pensamientos se vierten en el santuario del alma y se derraman. Y a menudo, en la multitud, se entrometen pensamientos desleales y malvados que, antes de que nos demos cuenta, introducen una sensación de distancia y alienación de Dios”. (Meyer)

B. Otros siervos levitas del templo.

1. (20-25) Supervisores de los tesoros de la casa de Dios.

Y de los levitas, Ahías tenía cargo de los tesoros de la casa de Dios, y de los tesoros de las cosas santificadas. Cuanto a los hijos de Laadán hijo de Gersón: de Laadán, los jefes de las casas paternas de Laadán gersonita fueron los jehielitas. Los hijos de Jehieli, Zetam y Joel su hermano, tuvieron cargo de los tesoros de la casa de Jehová. De entre los amramitas, de los izharitas, de los hebronitas y de los uzielitas, Sebuel hijo de Gersón, hijo de Moisés, era jefe sobre los tesoros. En cuanto a su hermano Eliezer, hijo de éste era Rehabías, hijo de éste Jesaías, hijo de éste Joram, hijo de éste Zicri, del que fue hijo Selomit.

a. De los tesoros de la casa de Dios, y de los tesoros de las cosas santificadas: David puso en orden la organización financiera necesaria para administrar la construcción del templo, incluida la supervisión de todas las riquezas aportadas por la conquista de David de los pueblos vecinos (las cosas santificadas).

2. (26-28) Selomit, un notable supervisor de los tesoros de la casa de Dios.

Este Selomit y sus hermanos tenían a su cargo todos los tesoros de todas las cosas santificadas que había consagrado el rey David, y los jefes de las casas paternas, los capitanes de millares y de centenas, y los jefes del ejército; de lo que habían consagrado de las guerras y de los botines, para reparar la casa de Jehová. Asimismo todas las cosas que había consagrado el vidente Samuel, y Saúl hijo de Cis, Abner hijo de Ner y Joab hijo de Sarvia, y todo lo que cualquiera consagraba, estaba a cargo de Selomit y de sus hermanos.

3. (29-32) Otros siervos del reino de Israel.

De los izharitas, Quenanías y sus hijos eran gobernadores y jueces sobre Israel en asuntos exteriores. De los hebronitas, Hasabías y sus hermanos, hombres de vigor, mil setecientos, gobernaban a Israel al otro lado del Jordán, al occidente, en toda la obra de Jehová, y en el servicio del rey. De los hebronitas, Jerías era el jefe de los hebronitas repartidos en sus linajes por sus familias. En el año cuarenta del reinado de David se registraron, y fueron hallados entre ellos hombres fuertes y vigorosos en Jazer de Galaad. Y sus hermanos, hombres valientes, eran dos mil setecientos, jefes de familias, los cuales el rey David constituyó sobre los rubenitas, los gaditas y la media tribu de Manasés, para todas las cosas de Dios y los negocios del rey.

a. Para todas las cosas de Dios y los negocios del rey: “Exponiendo también de la ley, y por lo tanto respondiendo casos, resolviendo dudas; había superintendentes, dicen algunos, a lo largo de todo el reino”. (Trapp)

i. “La estadística de que 2.700 levitas mantuvieron las leyes de ‘Dios y … el rey’ entre las tribus al oeste del Jordán (v.30) parece extraña… pero contiene un indicio de la importancia del distrito de Galaad”. (Payne)

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