1 de Samuel 9




1 Samuel 9 – Dios guía a Saúl con Samuel

A. Saúl busca las asnas de su padre.

1. (1-2) Cis, el padre de Saúl, y su hijo Saúl.

Había un varón de Benjamín, hombre valeroso, el cual se llamaba Cis, hijo de Abiel, hijo de Zeror, hijo de Becorat, hijo de Afía, hijo de un benjamita. Y tenía él un hijo que se llamaba Saúl, joven y hermoso. Entre los hijos de Israel no había otro más hermoso que él; de hombros arriba sobrepasaba a cualquiera del pueblo.

a. Hombre valeroso: Cis, el padre de Saúl, era un hombre rico e influyente en Israel. Saúl provenía de una familia con prestigio, y había nacido con riqueza e influencia.

b. Joven y hermoso: Saúl resaltaba por su familia y por su apariencia. Él era alto (sobrepasaba a cualquiera del pueblo) y hermoso. De hecho, no había otro más hermoso que él. Saúl tenía la apariencia de un gran rey. Si ser rey de Israel se trataba solo de imagen y apariencias, Saúl era el hombre – el personaje perfecto.

i. El nombre “Saúl” significa, “pedido a Dios”. Israel pidió un rey y Saúl ciertamente fue aquel “pedido a Dios”.

c. De hombros arriba sobrepasaba a cualquiera del pueblo no significa que Saúl tuviera un cuello y una cabeza extremadamente largos. Significa que era “cabeza y hombros” más alto que cualquier otra persona.

i. Lo que no se menciona en estos primeros dos versículos es Dios. Saúl provenía de una familia adinerada e influyente y era bien parecido. Pero no se dice nada acerca de su relación con el Dios de Israel. No se dice nada porque no había nada que decir.

ii. Saúl reflejaba el estado espiritual de toda la nación de Israel. Puede que hubiera alguna imagen espiritual presente, pero el corazón estaba lejos de donde Dios quería que estuviera.

2. (3-14) Saúl y su siervo buscan las asnas de su padre y se encuentran con Samuel el profeta.

Y se habían perdido las asnas de Cis, padre de Saúl; por lo que dijo Cis a Saúl su hijo: Toma ahora contigo alguno de los criados, y levántate, y ve a buscar las asnas. Y él pasó el monte de Efraín, y de allí a la tierra de Salisa, y no las hallaron. Pasaron luego por la tierra de Saalim, y tampoco. Después pasaron por la tierra de Benjamín, y no las encontraron. Cuando vinieron a la tierra de Zuf, Saúl dijo a su criado que tenía consigo: Ven, volvámonos; porque quizá mi padre, abandonada la preocupación por las asnas, estará acongojado por nosotros. El le respondió: He aquí ahora hay en esta ciudad un varón de Dios, que es hombre insigne; todo lo que él dice acontece sin falta. Vamos, pues, allá; quizá nos dará algún indicio acerca del objeto por el cual emprendimos nuestro camino. Respondió Saúl a su criado: Vamos ahora; pero ¿qué llevaremos al varón? Porque el pan de nuestras alforjas se ha acabado, y no tenemos qué ofrecerle al varón de Dios. ¿Qué tenemos? Entonces volvió el criado a responder a Saúl, diciendo: He aquí se halla en mi mano la cuarta parte de un siclo de plata; esto daré al varón de Dios, para que nos declare nuestro camino. (Antiguamente en Israel cualquiera que iba a consultar a Dios, decía así: Venid y vamos al vidente; porque al que hoy se llama profeta, entonces se le llamaba vidente.) Dijo entonces Saúl a su criado: Dices bien; anda, vamos. Y fueron a la ciudad donde estaba el varón de Dios. Y cuando subían por la cuesta de la ciudad, hallaron unas doncellas que salían por agua, a las cuales dijeron: ¿Está en este lugar el vidente? Ellas, respondiéndoles, dijeron: Sí; helo allí delante de ti; date prisa, pues, porque hoy ha venido a la ciudad en atención a que el pueblo tiene hoy un sacrificio en el lugar alto. Cuando entréis en la ciudad, le encontraréis luego, antes que suba al lugar alto a comer; pues el pueblo no comerá hasta que él haya llegado, por cuanto él es el que bendice el sacrificio; después de esto comen los convidados. Subid, pues, ahora, porque ahora le hallaréis. Ellos entonces subieron a la ciudad; y cuando estuvieron en medio de ella, he aquí Samuel venía hacía ellos para subir al lugar alto.

a. Y se habían perdido las asnas de Cis, padre de Saúl: El primer rey de Israel sería guiado al trono por tres asnas. No tenemos idea de cómo Dios usará las circunstancias aparentemente normales y tediosas de la vida.

i. Hay dos errores que la gente comente en cuanto a la guía de Dios a través de las circunstancias. Un error es pensar que cada suceso de nuestra vida tiene un fuerte significado para Dios. Esto es incorrecto, porque a pesar de que nada pasa por accidente, no todo sucede por un gran propósito. El segundo error es ignorar el movimiento de Dios en nuestras vidas a través de las circunstancias. Dios quería usar esta situación para guiar a Saúl, y Dios a menudo usará circunstancias en nuestra vida de la misma manera. Necesitamos confiar en la bondad de Dios y en su capacidad para hacer que todas las cosas nos ayuden a bien (Romanos 8:28).

b. No las hallaron. . . y tampoco. . . no las encontraron: Esto frustró a Saúl. Sin embargo Dios llevo a cabo su plan a través de las asnas extraviadas de una manera que Saúl ni siquiera podía imaginar.

i. Esas asnas podrían haber ido a cualquier parte, pero fueron exactamente a donde Dios quería que fueran. Se sometieron a lo que Dios quería. Con frecuencia hablamos de “animales tontos”, pero estas asnas fueron lo suficientemente listas como para someterse a Dios.

c. He aquí ahora hay en esta ciudad un varón de Dios. . . quizá nos dará algún indicio acerca del objeto por el cual emprendimos nuestro camino: La sugerencia del criado de Saúl muestra algo sobre estos dos hombres – no eran hombres de mucho carácter espiritual. Parecen ser hombres que no pensarían en acudir al profeta Samuel en busca de una verdadera guía espiritual, pero sí pensaron, “¡Oye! ¡Tal vez él nos puede ayudar a encontrar las asnas!”.

i. Sin embargo, sus palabras son un gran mérito para Samuel. Su reputación era bien conocida:: un varón de Dios. . . es hombre insigne. . . todo lo que él dice acontece sin falta. Todo creyente debería tener este tipo de reputación.

d. No tenemos qué ofrecerle al varón de Dios: Por respeto a Samuel, Saúl no quería acercarse a él con las manos vacías. Pero es incorrecto pensar que Samuel cobraba una tarifa por sus “servicios proféticos”. Samuel era un gran profeta del Dios viviente, no un adivino.

i. “La palabra vidente, roeh, es dada por primera vez en este lugar; es literalmente una persona que VE; particularmente visiones preternaturales [sobrenaturales]. Un vidente y un profeta eran lo mismo en la mayoría de los casos; solo con esta diferencia, el vidente siempre era un profeta, pero el profeta no era siempre un vidente“. (Clarke)

ii. “Al consultar a un profeta, era una cortesía común traer un regalo (Amós 7:12), ya fuera modesto (1 Reyes 14:3) o lujoso (2 Reyes 8:8-9)”. (Youngblood)

e. Date prisa, pues, porque hoy ha venido a la ciudad: “Sucedió” que Saúl y su criado vinieron a buscar sus asnas en el mismo día que Samuel estaba en el pueblo. Dios está guiando a través de estas circunstancias.

i. Las leyendas judías dicen que era porque Saúl era muy apuesto que las doncellas querían hablar con él.

B. Samuel y Saúl se encuentran.

1. (15-17) Dios le dice a Samuel que Saúl es el hombre que será rey.

Y un día antes que Saúl viniese, Jehová había revelado al oído de Samuel, diciendo: Mañana a esta misma hora yo enviaré a ti un varón de la tierra de Benjamín, al cual ungirás por príncipe sobre mi pueblo Israel, y salvará a mi pueblo de mano de los filisteos; porque yo he mirado a mi pueblo, por cuanto su clamor ha llegado hasta mí. Y luego que Samuel vio a Saúl, Jehová le dijo: He aquí éste es el varón del cual te hablé; éste gobernará a mi pueblo.

a. Y un día antes que Saúl viniese, Jehová había revelado al oído de Samuel: Saúl no tenía ninguna relación con Jehová, así que Dios le habló a Saúl a través de las asnas perdidas. Pero Samuel conocía y amaba a Jehová, así que Dios habló al oído de Samuel.

i. Jehová había revelado al oído de Samuel es literalmente, “había descubierto su oído.” La misma frase es usada en Rut 4:4. “La frase es tomada de cuando se hace a un lado el tocado de la cabeza para susurrar al oído, por lo tanto significa que Jehová le había hablado a Samuel en secreto” (Smith, Comentario de púlpito). No significa que Samuel escuchó una voz audible de parte de Dios.

b. Mañana a esta misma hora: Dios le dio al profeta Samuel guía específica sobre eventos futuros. Samuel recibió esta guía sabiamente y buscó el cumplimiento de las palabras para confirmar la elección de un rey por parte de Dios. Pero Samuel sabiamente también se negó a manipular las circunstancias para “hacer” que se cumpliera lo que Dios dijo. Samuel sentía que si esta era palabra de Dios, Él era capaz de cumplirla.

c. Yo enviaré a ti: A pesar de que Israel rechazó a Jehová como su rey (1 de Samuel 8:7), Dios aún estaba en control. No dejó su trono sólo porque Israel se lo pidió. Ciertamente les daría un rey, pero enviaría un rey imperfecto a un Israel imperfecto.

d. Salvará a mi pueblo de mano de los filisteos: A pesar de que hubo muchos problemas en el reinado de Saúl, nadie debería pensar que fue un desastre total. Saúl llevó a Israel a muchas victorias militares y a una mayor independencia de los filisteos.

e. Y luego que Samuel vio a Saúl, Jehová le dijo: El día después de que Dios le dijo a Samuel acerca de la venida del nuevo rey, Dios identificó específicamente al hombre para Samuel. El hablar de Dios un día, será confirmado por su hablar otro día.

2. (18-21) Samuel y Saúl se encuentran.

Acercándose, pues, Saúl a Samuel en medio de la puerta, le dijo: Te ruego que me enseñes dónde está la casa del vidente. Y Samuel respondió a Saúl, diciendo: Yo soy el vidente; sube delante de mí al lugar alto, y come hoy conmigo, y por la mañana te despacharé, y te descubriré todo lo que está en tu corazón. Y de las asnas que se te perdieron hace ya tres días, pierde cuidado de ellas, porque se han hallado. Mas ¿para quién es todo lo que hay de codiciable en Israel, sino para ti y para toda la casa de tu padre? Saúl respondió y dijo: ¿No soy yo hijo de Benjamín, de la más pequeña de las tribus de Israel? Y mi familia ¿no es la más pequeña de todas las familias de la tribu de Benjamín? ¿Por qué, pues, me has dicho cosa semejante?

a. Come hoy conmigo: Saúl debió haberse sorprendido. El buscaba a un profeta célebre, y el primer hombre al que le preguntó por el profeta era el profeta. Entonces, el varón de Dios invita a Saúl a comer. Finalmente, escuchó las palabras que muchos temen escuchar de un profeta: por la mañana te despacharé, y te descubriré todo lo que está en tu corazón.

b. Y de las asnas que se te perdieron hace ya tres días: Con esto Samuel le probó a Saúl que él era un verdadero profeta de Dios. Le mostró a Saúl que sabía cosas que probablemente no podría haber sabido a menos que le fuera revelado de manera sobrenatural.

c. ¿Para quién es todo lo que hay de codiciable en Israel, sino para ti y para toda la casa de tu padre? Con esto, Samuel insinuó el destino de Saúl. Todo Israel deseaba un rey, y Saúl se convertiría en la respuesta a ese deseo.

d. ¿Por qué, pues, me has dicho cosa semejante? Esta fue una respuesta genuinamente humilde de Saúl, incluso si no fue completamente honesta. Saúl no podía entender por qué el profeta había dicho que Dios lo quería a él como rey.

i. La afirmación de Saúl mi familia ¿no es la más pequeña de todas las familias de la tribu de Benjamín? es más un ejemplo de su modestia que de su veracidad. El padre de Saúl y su familia eran prominentes (1 de Samuel 9:1).

ii. “El discurso de Saúl fue demasiado modesto; ahora era encantadoramente humilde; pero ¿quién puede soportar la elevación y la prosperidad?“. (Clarke)

3. (22-24) Samuel se asegura de que Saúl sea honrado en el banquete.

Entonces Samuel tomó a Saúl y a su criado, los introdujo a la sala, y les dio lugar a la cabecera de los convidados, que eran unos treinta hombres. Y dijo Samuel al cocinero: Trae acá la porción que te di, la cual te dije que guardases aparte. Entonces alzó el cocinero una espaldilla, con lo que estaba sobre ella, y la puso delante de Saúl. Y Samuel dijo: He aquí lo que estaba reservado; ponlo delante de ti y come, porque para esta ocasión se te guardó, cuando dije: Yo he convidado al pueblo. Y Saúl comió aquel día con Samuel.

a. Y les dio lugar a la cabecera de los convidados: En esa cultura, la distribución de los asientos durante la comida tenía un protocolo especial. El lugar de honor siempre estaba en un lugar particular a un lado del anfitrión. Era un gran honor estar sentado en este lugar a un lado del profeta Samuel.

b. Para esta ocasión se te guardó: También le fue dada a Saúl una porción especial. En esa cultura, cada comida tenía una porción especial para ser entregada a la persona que el anfitrión quería honrar. Saúl fue especialmente honrado en esta comida.

i. Podemos especular que Samuel estaba interesado en ver cómo reaccionaba Saúl al ser honrado. Esto a menudo muestra qué tipo de personas somos en realidad. Si recibimos el honor con humildad, sin considerarlo demasiado o sin enorgullecernos de ello, dice algo bueno de nosotros. Si mostramos una falsa humildad o un corazón orgulloso en la forma en que recibimos honor, eso muestra algo malo en nuestro carácter.

4. (25-27) Samuel y Saúl platican toda la noche.

Cuando hubieron descendido del lugar alto a la ciudad, él habló con Saúl en el terrado. Al otro día madrugaron; y al despuntar el alba, Samuel llamó a Saúl, que estaba en el terrado, y dijo: Levántate, para que te despida. Luego se levantó Saúl, y salieron ambos, él y Samuel. Y descendiendo ellos al extremo de la ciudad, dijo Samuel a Saúl: Di al criado que se adelante (y se adelantó el criado), mas espera tú un poco para que te declare la palabra de Dios.

a. Él habló con Saúl en el terrado: Sin duda, Samuel le contó a Saúl todo sobre el deseo de Israel de tener un rey y cómo él tenía que ser un buen rey para Israel.

i. Podemos imaginarnos a Samuel diciendo “Mira, Saúl, tienes muchas cosas a tu favor. Tienes la imagen, eres un hombre humilde y tendrás el apoyo de la gente. Pero si no entregas tu corazón a servir a Dios y te sometes a Él como tu rey, nunca serás un rey apto para Israel”.

ii. La reina Victoria reinó en Gran Bretaña durante 64 años. Cuando tenía 11 años, su institutriz le mostró una lista de los reyes y reinas de Inglaterra con su nombre agregado al final. Cuando comprendió lo que significaba, rompió a llorar. Luego se controló y dijo solemnemente: “Seré buena”. Aquí, Samuel le dio a Saúl la oportunidad de decir con su corazón: “Seré bueno”.

b. Para que te declare la palabra de Dios: Samuel introdujo dramáticamente la unción oficial como rey que le dará a Saúl.

©2021 The Enduring Word Comentario bíblico en español de David Guzik – ewm@enduringword.com 

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