1 de Samuel 11




1 Samuel 11 – La Victoria de Saúl en Jabes de Galaad

A. La victoria de Saúl.

1. (1-2) Nahas amonita da un ultimátum a una ciudad Israelita.

Después subió Nahas amonita, y acampó contra Jabes de Galaad. Y todos los de Jabes dijeron a Nahas: Haz alianza con nosotros, y te serviremos. Y Nahas amonita les respondió: Con esta condición haré alianza con vosotros, que a cada uno de todos vosotros saque el ojo derecho, y ponga esta afrenta sobre todo Israel.

a. Acampó contra Jabes de Galaad: El enemigo amonita rodeó esta ciudad israelita, y simplemente al hacerlo, dejó en claro sus demandas. Debían rendirse o ser conquistados.

b. Haz alianza con nosotros, y te serviremos: Los hombres de Jabes de Galaad sintieron que ésta era su única esperanza de sobrevivir. Debían rendirse a Nahas (te serviremos) bajo los términos acordados (haz alianza con nosotros), o simplemente serían asesinados y saqueados.

i. “En vez de humillarse delante de Dios y confesar los pecados que los habían metido en problemas, dejaron completamente de lado a Dios, y se ofrecieron vilmente a convertirse en siervos de los amonitas. . . Vemos aquí el lamentable efecto del pecado y una vida descuidada en desánimo en los espíritus de los hombres, falta de valor, y desaliento de esfuerzos nobles ¡Oh, que lamentable es ver hombres someterse dócilmente a un amo vil! Sin embargo ¡con qué frecuencia se repite! ¡Con qué frecuencia hombres prácticamente le dicen al diablo, ‘haz alianza con nosotros, y te serviremos’!”. (Balike)

c. Que a cada uno de todos vosotros saque el ojo derecho: Cuando los hombres de Jabes Galaad le pidieron a Nahas una alianza, él accedió a llegar a un acuerdo pacífico – si todos los hombres de la ciudad dejaban que se les sacara el ojo derecho. Ciertamente Nahas era un hombre que hablaba en serio.

i. Nahas hizo esta demanda por muchas razones. Primero, para glorificarse a sí mismo al humillar a todos los hombres de esta ciudad y de todo Israel. Dejar tuertos a los hombres de la ciudad traería afrenta sobre todo Israel haciendo que Israel parezca débil e incapaz de prevenir semejante atrocidad. Segundo, haría que los hombres de Jabes de Galaad no pudieran luchar eficazmente en la batalla. En el combate cuerpo a cuerpo, el hombre con un ojo tiene menos percepción de profundidad y está en desventaja con respecto a un hombre con dos ojos.

ii. “El que opone su escudo al enemigo con su mano izquierda, esconde así su ojo izquierdo, y mira a su enemigo con su ojo derecho; por tanto, el que se saca el ojo derecho inutiliza a los hombres en la guerra”. (Theodoret, citado en Clarke)

iii. Vemos en esta historia una similitud entre Satanás, nuestro enemigo espiritual, y Nahas, el enemigo de Israel.

· Satanás nos ataca pero no puede hacer nada contra nosotros sin nuestro consentimiento. Él pide y exige nuestra rendición.

· Satanás quiere que le sirvamos e intentará intimidarnos para que nos rindamos a él.

· Satanás quiere humillarnos y exaltarse sobre nosotros. Humillando a un santo, Satanás busca traer afrenta sobre todo el pueblo de Dios.

· Satanás quiere arrebatarnos nuestra capacidad de pelear efectivamente contra él.

· Satanás quiere cegarnos, y si no puede cegarnos completamente, nos cegará parcialmente.

· El nombre Nahas significa serpiente o víbora.

2. (3) Los ancianos de Jabes de Galaad responden a Nahas.

Entonces los ancianos de Jabes le dijeron: Danos siete días, para que enviemos mensajeros por todo el territorio de Israel; y si no hay nadie que nos defienda, saldremos a ti.

a. Danos siete días… y si no hay nadie que nos defienda, saldremos a ti: Los hombres de Jabes de Galaad se encontraban en una situación difícil. Estaban horrorizados ante la demanda de Nahas pero también sabían que no tenían otra opción. Si no hay nadie que los defienda Nahas podría hacer con ellos lo que quisiera, y perder un ojo les parecía mejor que perder la vida.

b. Si no hay nadie que nos defienda: ¿No había nadie que los defendiera? Los hombres de Jabes no estaban seguros. Pero sabían que de ellos y en ellos mismos no había esperanza. Sabían que necesitaban un salvador.

c. Para que enviemos mensajeros: Nahas dejó ir a los mensajeros por dos razones. Primero, confiaba en la desunión de Israel y pensaba que no podrían encontrar a nadie que los salvara. En segundo lugar, al permitir que los mensajeros pasaran por todo Israel, hizo grande su nombre y su reputación fue temida en toda la nación.

3. (4-5) Saúl se entera de la difícil situación de Jabes de Galaad.

Llegando los mensajeros a Gabaa de Saúl, dijeron estas palabras en oídos del pueblo; y todo el pueblo alzó su voz y lloró. Y he aquí Saúl que venía del campo, tras los bueyes; y dijo Saúl: ¿Qué tiene el pueblo, que llora? Y le contaron las palabras de los hombres de Jabes.

a. Llegando los mensajeros: A medida que los mensajeros se extendían por todo Israel llegaron a Gabaa, la ciudad donde vivía Saúl. Después de escuchar la terrible situación en la que se encontraba Jabes de Galaad, todo el pueblo alzó su voz y lloró. Esta es exactamente la reacción que Nahas esperaba.

b. Venía del campo, tras los bueyes: Esta es la humildad del rey de Israel. Saúl ya había sido ungido y reconocido como rey, pero en cierto sentido no tenía nada que hacer. Realmente no sabía por dónde empezar cuando se trataba de establecer una corte real y una burocracia, e Israel nunca antes había tenido una. Así que, simplemente regresó a su casa, fue a trabajar al campo, y pensó que Dios le diría que hacer cuando llegara el momento.

i. Saúl actuó sabiamente al volver a sus tierras. Él sabía que era la tarea de Jehová levantarlo como rey sobre la nación, y sabía que Jehová lo haría de la manera correcta en el momento correcto. Él no tenía que promoverse, ni tramar una estrategia. Jehová lo haría.

c. Y le contaron las palabras de los hombres de Jabes: Esto también nos muestra que no había un sistema de gobierno establecido en Israel. De lo contrario, el rey sería el primero en enterarse de la amenaza contra Jabes en lugar de escuchar la noticia de segunda o tercera mano.

4. (6-8) Celoso por la causa de Israel, Saúl enfurecido reúne un ejército.

Al oír Saúl estas palabras, el Espíritu de Dios vino sobre él con poder; y él se encendió en ira en gran manera. Y tomando un par de bueyes, los cortó en trozos y los envió por todo el territorio de Israel por medio de mensajeros, diciendo: Así se hará con los bueyes del que no saliere en pos de Saúl y en pos de Samuel. Y cayó temor de Jehová sobre el pueblo, y salieron como un solo hombre. Y los contó en Bezec; y fueron los hijos de Israel trescientos mil, y treinta mil los hombres de Judá.

a. El Espíritu de Dios vino sobre él: Era hora de que Saúl actuara y Dios estaba con él. El Espíritu de Dios vino sobre él, pero no vino a él para entretenerlo ni emocionarlo. Vino para equiparlo para servir, para que pudiera hacer algo para Jehová.

i. Este es siempre el patrón de Dios. Él no quiere que busquemos al Espíritu de manera egoísta, sino que seamos fortalecidos y usados por él para tocar a otros.

b. Y él se encendió en ira en gran manera: La ira dentro de Saúl era buena y dirigida por el Espíritu. La biblia dice airaos, pero no pequéis (Efesios 4:26), pero la mayoría de las veces nuestra ira es egoísta. La ira de Saúl no venía de un sentido de ofensa o daño personal, sino de una preocupación justa por la causa de Jehová entre Su pueblo.

c. Y tomando un par de bueyes, los cortó en trozos: Al hacer esto, Saúl envió una clara amenaza para el pueblo de Israel. El estilo de esta amenaza parece más de la mafia que del pueblo de Dios, pero Saúl quería dejar claro que no levantarse y defender la causa de Dios en ese momento era pecado y sería castigado como pecado.

i. Cuando la causa es justa y la necesidad es grande, está mal no hacer nada. No hacer nada en tales casos es pecado, y cuando se trata del pecado de no hacer nada, sabed que vuestro pecado os alcanzará (Números 32:23).

d. Del que no saliere en pos de Saúl y en pos de Samuel: “La inclusión de Samuel por parte de Saúl implica que él espera que el profeta lo acompañe a la batalla en vista del hecho de que Saúl está respondiendo al Espíritu de Dios”. (Baldwin)

e. Y cayó temor de Jehová sobre el pueblo, y salieron como un solo hombre: La sangrienta amenaza de Saúl dio resultado.Cuando esos trozos de carne de buey llegaron como entrega especial, todo Israel supo que había un líder en Israel que debía ser tomado en serio. Ellos supieron que Jehová los llamaba a hacer algo sobre de la crisis en Jabes de Galaad.

5. (9-11) La derrota de Nahas el amonita.

Y respondieron a los mensajeros que habían venido: Así diréis a los de Jabes de Galaad: Mañana al calentar el sol, seréis librados. Y vinieron los mensajeros y lo anunciaron a los de Jabes, los cuales se alegraron. Y los de Jabes dijeron a los enemigos: Mañana saldremos a vosotros, para que hagáis con nosotros todo lo que bien os pareciere. Aconteció que al día siguiente dispuso Saúl al pueblo en tres compañías, y entraron en medio del campamento a la vigilia de la mañana, e hirieron a los amonitas hasta que el día calentó; y los que quedaron fueron dispersos, de tal manera que no quedaron dos de ellos juntos.

a. Y vinieron los mensajeros y lo anunciaron a los de Jabes, los cuales se alegraron: Antes, ellos no sabían si habría alguien que fuera a defenderlos. Ahora, ellos sabían que tenían a alguien para defenderlos. Saber que tenemos un salvador debe darnos alegría.

b. Mañana saldremos a vosotros, para que hagáis con nosotros todo lo que bien os pareciere: Aquí ellos engañaron a Nahas. Hablaron como si fueran a rendirse ante él, para que su ejército no estuviera preparado para entrar en batalla.

i. “El mensaje contenía una ambigüedad inteligente, al tiempo que daba la impresión de que pretendían rendirse”. (Baldwin)

c. Saúl al pueblo en tres compañías: Saúl era un hombre de buena estrategia militar. Planeó el ataque antes de que comenzara la batalla.

d. E hirieron a los amonitas hasta que el día calentó… de tal manera que no quedaron dos de ellos juntos: A través de las acciones de Saúl y con la bendición de Dios, la victoria fue total. Nahas y su ejército fueron completamente derrotados, y la ciudad de Jabes de Galaad fue salvada.

B. La coronación de Saúl.

1. (12-13) Saúl muestra misericordia a sus antiguos oponentes.

El pueblo entonces dijo a Samuel: ¿Quiénes son los que decían: Ha de reinar Saúl sobre nosotros? Dadnos esos hombres, y los mataremos. Y Saúl dijo: No morirá hoy ninguno, porque hoy Jehová ha dado salvación en Israel.

a. ¿Quiénes son los que decían: Ha de reinar Saúl sobre nosotros? En este momento de gran victoria, los partidarios de Saúl querían desenmascarar y matar a los que antes no lo habían apoyado como rey (como se describe en 1 Samuel 10:27).

b. No morirá hoy ninguno: Saúl sabiamente sabía que este no era momento de tomar venganza de sus oponentes. Satanás, habiendo fallado en el ataque a través de Nahas, ahora intentaba atacar a Israel – incluso en la victoria – dividiendo a la nación unos contra otros. Satanás nos atacará de todas las formas que pueda, y a menudo usa tiempos de victoria para atacar.

c. Porque hoy Jehová ha dado salvación en Israel: En 1 Samuel 11:3, los hombres de Jabes de Galaad se preguntaban si habría alguien que los defienda. Saúl fue el hombre que Jehová levantó para obtener la victoria, sin embargo el mismo Saúl sabía que Jehová es quien ha dado salvación en Israel. Fue Jehová quien dio la salvación y Saúl fue lo suficientemente humilde para reconocerlo. En este momento de victoria, era de lo más tentador tomar el crédito para sí mismo.

2. (14-15) Saúl es aceptado como rey por toda la nación.

Mas Samuel dijo al pueblo: Venid, vamos a Gilgal para que renovemos allí el reino. Y fue todo el pueblo a Gilgal, e invistieron allí a Saúl por rey delante de Jehová en Gilgal. Y sacrificaron allí ofrendas de paz delante de Jehová, y se alegraron mucho allí Saúl y todos los de Israel.

a. Mas Samuel dijo al pueblo: Tan bien como cualquiera, Samuel sabía que la gente no apoyaba completamente de Saúl cuando fue proclamado rey en Gilgal (1 Samuel 10:24, 27). Samuel sabiamente ve este tiempo de victoria como una oportunidad estratégica para renovar allí el reino, en Gilgal.

i. Saúl tuvo que probar su valor antes de que muchos aceptaran su gobierno como rey. Esto no es necesariamente algo malo. Una cosa es que una persona sea “ungida” o “designada”, pero la evidencia debe estar en las acciones. Era comprensible que algunos dijeran, “veamos qué tipo de hombre resulta ser este Saúl”. Pero una vez que se demostró (como se hizo en este capítulo) habría estado mal que no apoyaran a Saúl. “Sin saberlo, los amonitas brindaron la oportunidad que Saúl necesitaba para tomar una iniciativa, y probarse a sí mismo , y a Israel en general, que él podía “salvar” a su pueblo de los opresores”. (Baldwin)

b. Invistieron allí a Saúl por rey delante de Jehová en Gilgal: No era que Saúl no fuera rey antes de esto. Fue ungido rey por Samuel (1 Samuel 10:1) y reconocido como rey por gran parte de la nación de Israel (1 Samuel 10:24). Sin embargo, había un sentido en el que Saúl no era rey hasta que prácticamente toda la nación lo reconociera como tal, y aquí se le dio ese reconocimiento.

i. “Jesús es nuestro rey. El Padre lo ungió y lo puso sobre su santo monte; y con mucho gusto hemos aceptado el nombramiento y lo hemos hecho Rey. Pero a veces nuestro sentido de lealtad y devoción se desvanece. Insensiblemente nos desviamos de nuestro arduo esfuerzo por actuar siempre como sus devotos súbditos. Por lo tanto, necesitamos, de vez en cuando, renovar el reino y hacerlo Rey ante el Señor con reverencia… Hay un sentido en el que podemos consagrarnos una sola vez; pero podemos renovar nuestros votos con frecuencia”. (Meyer)

c. Y se alegraron mucho allí Saúl y todos los de Israel: Ciertamente lo hicieron. Después de todo, ahora sentían que tenían un rey, y un buen rey. Es una gran bendición estar bajo el cuidado de un gran y victorioso rey.

i. Saúl ganó la batalla ese día, pero en realidad ganó más de una batalla. Este capítulo registra las batallas internas y externas de Saúl. La victoria externa fue evidente, pero internamente Saúl derrotó las fuertes y sutiles tentaciones del orgullo, la inseguridad y la venganza. Pero debía continuar peleando y ganando la batalla interna, y solo podía hacerlo si estaba lleno del Espíritu del Señor y caminaba en el Espíritu, bajo el liderazgo del Rey de reyes sobre Israel.

ii. “Oh Saúl, Saúl, ¡qué bien te hubiera ido si hubieras mantenido este espíritu! Porque entonces Dios no habría tenido que rechazarte como rey”. (Blaikie)

©2021 The Enduring Word Comentario bíblico en español de David Guzik – ewm@enduringword.com

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