2 Corintios 1 – El Dios de todo consuelo
A. El problema de Pablo en Asia.
1. (1-2) Introducción.
Pablo, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, y el hermano Timoteo, a la iglesia de Dios que está en Corinto, con todos los santos que están en toda Acaya: Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro padre y del Señor Jesucristo.
a. Pablo, apóstol de Jesucristo: La introducción de Pablo como un apóstol es familiar y necesaria, porque se le tenía en poco entre los cristianos en Corinto. Ellos debían recordar y reconocer sus credenciales apostólicas.
i. «Por la voluntad de Dios», refuerza el punto. Pablo no era un apóstol por la decisión o el deseo de cualquier hombre, ni de sí mismo. Pablo era un apóstol por la voluntad de Dios. Aun si los cristianos de Corinto lo tenían como poca cosa, esto no disminuía su posición como un apóstol delante de Dios.
b. Con todos los santos: Es muy llamativo que Pablo llama deliberadamente a todos los corintios cristianos «santos», si consideramos sus múltiples problemas. Muy a menudo utilizamos el término «santos» en muchas maneras diferentes hoy día; pero comúnmente se aplica a los «superespirituales», en lugar de a aquellos que son apartados por tener una relación de confianza con Cristo Jesús.
i. «Todos los santos que están en toda Acaya»es una expresión quenos muestra que Pablo quería que sus cartas se compartieran entre todas las iglesias. No solamente era para los cristianos en la ciudad de Corinto, sino también para todos los cristianos de la región que pudieran leer las cartas.
c. Gracia y paz: Estos son los saludos familiares de Pablo (utilizados en sus 13 cartas del Nuevo Testamento), pero nunca tenemos la impresión de que se utilizan sin sinceridad.
d. De Dios nuestro padre: Esto nos recuerda que somos hijos de Dios, y en el mismo exacto sentido que Jesús es el Hijo de Dios. Somos hijos de Dios, no por naturaleza, sino por elección; no por linaje, sino por adopción; no por derecho, sino por redención.
2. (3-4) Alabanza al Dios de todo consuelo
Bendito sea el Dios y padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación, el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios.
a. Padre de misericordias y Dios de toda consolación: Pablo abre esta carta alabando a Dios, quien da tanta misericordia y consuelo al apóstol y a todos los creyentes. Tenemos el presentimiento de que Pablo conocía la misericordia y el consuelo de Dios en una experiencia de primera mano.
i. Las palabras «toda consolación» en este pasaje provienen de la antigua palabra griega paraklesis. La idea detrás de la palabra «consolación» en el Nuevo Testamento es siempre más que la de una compasión que reconforta; es «dar fuerza», «ayudar». La idea detrás de esta palabra es comunicada por la palabra latina (fortis), la cual también significa «valiente».
ii. «Aquí estaba un hombre que sabía que al siguiente día podría estar muerto, ya que sus enemigos eran muchos, y eran crueles y poderosos; y aun así pasó una gran parte de su tiempo alabando y bendiciendo a Dios». (Spurgeon)
b. Dios de toda consolación: Pablo considera al Padre un consolador, un Paracleto (paraklesis). También sabemos que el Espíritu Santo es nuestro Paracleto (Juan 14:16, 14:26, 15:26, 16:7) y Dios el Hijo es nuestro Paracleto (1 Juan 2:1, Hebreos 2:18, Lucas 2:25). Dios, en cada aspecto de su ser, está lleno de consolación, fuerza, y de ayuda hacia nosotros.
c. Para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación: Un gran propósito del consuelo de Dios es habilitarnos para dar consuelo a otros. El consuelo de Dios puede ser dado y recibido por medio de otros.
i. A menudo no recibimos el consuelo que Dios quiere darnos a través de otra persona. El orgullo nos aleja de revelar nuestra necesidad a otros, así que nunca recibimos el consuelo que Dios quiere darnos a través de ellos.
ii. «Aun el consuelo espiritual no nos es dado para nuestro uso personal; este, como todos los dones de Dios, es dado para que pueda ser distribuido, para que se convierta en un instrumento para ayudar a otros. Los consuelos y pruebas de un ministro son permitidos y enviados para beneficio de lo iglesia. ¡Qué miserable debe ser el predicador que se entrega al estudio y al aprendizaje, pero no tiene ninguna vivencia!». (Clarke)
iii. «El señor Knox, un poco antes de su muerte, se levantó de su cama. Como estaba enfermo se le preguntó que por qué se había atrevido a levantarse. Él contestó que había tenido dulces meditaciones de la resurrección de Cristo Jesús esa noche, y ahora iría al púlpito, y le impartiría a otros el consuelo que sintió en su corazón». (Trapp)
3. (5-7) La aflicción y consolación personal de Pablo
Porque de la manera que abundan en nosotros las aflicciones de Cristo, así abunda también por el mismo Cristo nuestra consolación. Pero si somos atribulados, es para vuestra consolación y salvación; o si somos consolados, es para vuestra consolación y salvación, la cual se opera en el sufrir las mismas aflicciones que nosotros también padecemos. Y nuestra esperanza respecto de vosotros es firme, pues sabemos que así como sois compañeros en las aflicciones, también lo sois en la consolación.
a. Abundan en nosotros las aflicciones de Cristo: Pablo había tenido una vida llena de aflicciones. Él describe algunas de estas aflicciones en 2 Corintios 11:23-28: «azotes […] prisiones […] peligros de muerte […] apedreado […] náufrago en alta mar […] peligros de ladrones […] peligros de los de mi nación, peligros de los gentiles, peligros en la ciudad, peligros en el desierto, peligros en el mar, peligros entre falsos hermanos; en trabajo y fatiga, en muchos desvelos, en hambre y sed, en muchos ayunos, en frío y en desnudez». Pero Pablo sabía que todos sus sufrimientos eran en realidad las aflicciones de Cristo.
b. Así abunda también por el mismo Cristo nuestra consolación: Debido a que las aflicciones de Pablo eran las aflicciones de Cristo, Jesús no estaba distante de Pablo en sus pruebas. Él estaba justo allí, identificándose con el apóstol, consolándolo.
i. «Mientras más caluroso es el día, el rocío de la noche es mayor; así como cuando el tiempo de aflicción es más arduo, más grande es el refrigerio de parte de Dios». (Trapp)
ii. Podemos contar con ello: cuando las aflicciones abundan, la consolación también abunda. Jesús está ahí para traer consuelo si nosotros lo recibimos. Por supuesto, esto no implica aflicciones a causa del pecado: «Así que, ninguno de vosotros padezcacomohomicida, o ladrón, o malhechor, o por entremeterse en lo ajeno; pero si alguno padece como cristiano, no se avergüence, sino glorifique a Dios por ello» (1 Pedro 4:15-16).
iii. «No es sufrir por sufrir de lo que está aquí Pablo hablando. No hay una tendencia en el dolor a producir santidad. Es solamente la aflicción cristiana a lo que Pablo se refiere; esto es, una aflicción como la soportada por Cristo, la cual el apóstol dice que está conectada con la salvación, o que tiende a obrar para la gloria eterna en aquellos que sufren». (Hodge)
c. Abunda también por el mismo Cristo nuestra consolación. Dios puede permitir situaciones en nuestra vida en las que nuestra única consolación se encuentra en el mismo Cristo. Algunas veces pensamos que la consolación se encuentra en un cambio de circunstancias; pero Dios quiere consolarnos justo en medio de nuestras circunstancias difíciles, y quiere hacerlo por el mismo Cristo.
i. Esta es la misma idea que Jesús expresó en Juan 16:33: «En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo».
ii. Jesús también padeció aflicciones, por lo tanto, Él está totalmente capacitado para consolarnos en nuestro tiempo de prueba (Hebreos 2:18).
d. Si somos atribulados, es para vuestra consolación y salvación: Si Pablo y otros ministros fueron afligidos, era por el bien del pueblo de Dios (como los corintios cristianos). Dios tenía un propósito más grande en las aflicciones de Pablo que solamente obrar en su vida personal. Dios trajo consolación y salvación a otros por medio de las aflicciones de Pablo.
i. ¿Cómo pudo Dios traer consolación y salvación a otros por medio del sufrimiento de Pablo? Mientras que la aflicción acercó a Pablo más a Dios, e hizo que él confiara cada vez más únicamente en Dios, Pablo fue un ministro más efectivo, más útil en la mano de Dios para traer consolación y salvación a su pueblo.
ii. Cuando oramos: «Señor, úsame. Yo solo quiero ser utilizado por ti para tocar la vida de otros», no nos damos cuenta de que esta es una oración peligrosa. Por medio de esta buena oración invitamos a Dios a traer aflicción a nuestras vidas, si esa es la herramienta apropiada para hacernos más capaces de traer consolación y salvación a la vida de los demás.
e. La cual se opera en el sufrir las mismas aflicciones que nosotros también padecemos: La consolación y salvación de los corintios cristianos recibida por la aflicción de Pablo estaba obrando en ellos, haciéndolos capaces de soportar las mismas aflicciones que Pablo y los otros apóstoles soportaron.
i. Significativamente, Pablo escribe de «las mismas aflicciones». Es poco probable que los corintios cristianos estuvieran sufriendo de la misma manera que Pablo. Probablemente, ninguno de ellos podía igualar la lista que Pablo hizo en 2 Corintios 11:23-28; pero Pablo puede decir que son las mismas aflicciones, porque reconoce que la exactitud de las circunstancias no son tan importantes como lo que Dios hace y quiere hacer por medio de la aflicción. Los cristianos nunca deben hacer comparaciones entre las aflicciones. Hay un sentido en la que todos compartimos las mismas aflicciones.
ii. No obstante, algunas veces es útil comparar nuestras aflicciones con las de otros, para ver lo liviano que es en realidad nuestro peso. Es fácil para nosotros pensar que nuestros pequeños problemas son más grandes de lo que son.
iii. La idea de la aflicción del Nuevo Testamento es amplia y no está limitada fácilmente a solo un problema (como la persecución). La antigua palabra griega para aflicción (thlipsis) tenía originalmente la idea de «una presión física verdadera». En la antigua Inglaterra, objetos pesados eran puestos en ciertos criminales condenados hasta que eran «presionados hasta la muerte». Thlipsis describe ese tipo de «presión».
f. Opera en el sufrir: El deseo de Dios es que podamos sufrir por medio de la aflicción. La antigua palabra para «sufrir» es hupomone. La idea que transmite no es la aceptación pasiva y apática, sino el tipo de espíritu que puede triunfar sobre el dolor y el sufrimiento para llegar a la meta. Es el espíritu del corredor de maratón, no el de la víctima en la silla del dentista.
g. O si somos consolados, es para vuestra consolación y salvación: Dios no obró únicamente en las aflicciones soportadas por Pablo. Dios también obró en otros por medio del consuelo que Pablo recibió del Señor.
i. Vemos a Pablo vivir siguiendo las pisadas de Jesús, quien en realidad era una persona centrada en los demás. La vida de Pablo no estaba enfocada en sí mismo, sino en el Señor y en aquellos a quien el Señor le dio para que les sirviera. ¿Está Pablo afligido? Esto es para que Dios pueda hacer algo bueno en los corintios cristianos. ¿Es Pablo consolado? Es para que Dios pueda bendecir a los corintios cristianos. Afligido o consolado, no se trataba de Pablo, se trataba de los demás.
ii. «No somos traídos a una verdadera sumisión hasta que hemos sido humillados por la mano de Dios». (Calvin)
h. Sabemos que así como sois compañeros en las aflicciones, también lo sois en la consolación: De acuerdo con muchos pasajes en el Nuevo Testamento, las aflicciones están prometidas en la vida cristiana (Hechos 14:22, 1 Tesalonicenses 3:3, Filipenses 1:29, Romanos 5:3). Sin embargo, también se nos promete consolación en medio de la aflicción.
4. (8-11) La tribulación desesperada de Pablo
Porque hermanos, no queremos que ignoréis acerca de nuestra tribulación que nos sobrevino en Asia; pues fuimos abrumados sobremanera más allá de nuestras fuerzas, de tal modo que aun perdimos la esperanza de conservar la vida. Pero tuvimos en nosotros mismos sentencia de muerte, para que no confiásemos en nosotros mismos, sino en Dios que resucita a los muertos; el cual nos libró, y nos libra, y en quien esperamos que aún nos librará, de tan gran muerte; cooperando también vosotros a favor nuestro con la oración, para que por muchas personas sean dadas gracias a favor nuestro por el don concedido a nosotros por medio de muchos.
a. Nuestra tribulación que nos sobrevino en Asia: No sabemos cuál fue la naturaleza exacta de esta tribulación. Era quizás algún tipo de persecución o alguna aflicción física que se agravó por la obra misionera de Pablo.
i. Hay al menos cinco sugerencias para esta tribulación:
· Pelear con «bestias salvajes» en Éfeso (1 Corintios 15:32).
· Sufrir 39 latigazos después de ser traído a la corte de los judíos (2 Corintios 11:24).
· El alboroto en Éfeso (Hechos 19:23-41).
· Una persecución particular poco antes de que Pablo dejara Troas (Hechos 20:19 y 1 Corintios 16:9).
· Un mal físico recurrente.
b. Fuimos abrumados sobremanera más allá de nuestras fuerzas, de tal modo que aun perdimos la esperanza de conservar la vida: Sea cual fuere el problema, era muy grande. Debido a este problema, Pablo vivió con la noción de que podría morir en cualquier momento (tuvimos en nosotros mismos sentencia de muerte, para que no confiásemos en nosotros mismos, sino en Dios que resucita a los muertos; el cual nos libró, y nos libra […] de tan grande muerte).
i. Debido a la amenaza de muerte, muchos sienten que el problema de Pablo era la persecución, pero la idea de una enfermedad física recurrente también puede ser una opción no desacertada. En aquellos días, los judíos se podían referir a la enfermedad como «muerte», y a la sanidad como «el regresar a la vida». El uso del tiempo presente en 2 Corintios 1:4-6 y 1:9-10, implica que el problema aún estaba con Pablo cuando escribió la carta. Esto hace más probable —aunque no absolutamente cierto— que el problema fuera una enfermedad obstinada.
ii. «En nosotros mismos», es una expresión quenos habla de que la sentencia de muerte de Pablo era algo que él sentía dentro de sí mismo, no algo que una ley de una corte había impuesto en él desde afuera.
c. Que no confiásemos en nosotros mismos, sino en Dios que resucita a los muertos: Aun cuando la resurrección es un evento futuro, hay un sentido en donde la realidad y el poder de la resurrección toca cada día del cristiano afligido. Como sabemos: «el poder de su resurrección, y la participación de sus padecimientos» (Filipenses 3:10).
d. El cual nos libró […] y nos libra […] en quien esperamos que aún nos librará: Pablo sabía que la obra de Dios en nuestras vidas sucede en tres tiempos diferentes del verbo: Dios obra en nosotros en el pasado, en el presente y en el futuro.
e. Cooperando también vosotros a favor nuestro con la oración: Pablo conocía el valor de la oración intercesora, y no se avergonzaba de pedirles a los corintios, a pesar de sus muchos problemas espirituales, que oraran por él. Los corintios cristianos estaban en realidad cooperando con Pablo cuando oraban por él.
i. Pablo sabía que la bendición en el ministerio era concedida a nosotros por medio de muchos; esto es, por medio de la oración de muchos cristianos. A menudo pensamos en las grandes cosas que Dios hizo por medio de Pablo, y lo admiramos correctamente como un hombre de Dios. Pero, ¿pensamos en todas aquellas personas que oraron por él? Pablo les dio el crédito de su efectividad en el ministerio a esas personas que oraban por él.
ii. «Aun un apóstol sentía que las oraciones de la iglesia eran necesarias para su consuelo y apoyo. ¡Qué bendiciones tan innumerables atraen las oraciones de los seguidores de Dios hacia aquellos que son el objeto de esas oraciones!». (Clarke)
f. «Personas», literalmente, «rostros». La idea es la de «rostros que volteaban hacia arriba en oración. La actitud de oración de los cristianos primitivos (y los judíos) era aquella de estar de pie con los ojos vueltos al cielo y con los brazos extendidos». (Bernard)
B. Pablo defiende su ministerio
1. (12-14) La jactancia de Pablo: su integridad y sencillez en el ministerio hacia los corintios cristianos
Porque nuestra gloria es ésta: el testimonio de nuestra conciencia, que con sencillez y sinceridad de Dios, no con sabiduría humana, sino con la gracia de Dios, nos hemos conducido en el mundo, y mucho más con vosotros. Porque no os escribimos otras cosas de las que leéis, o también entendéis; y espero que hasta el fin las entenderéis; como también en parte habéis entendido que somos vuestra gloria, así como también vosotros la nuestra, para el día del Señor Jesús.
a. El testimonio de nuestra conciencia: En esta sección Pablo se defiende a sí mismo en contra de la acusación de que es voluble y poco fiable. Aquí él, simplemente, declara que tiene una conciencia limpia delante de Dios y confía en que los corintios cristianos entenderán esto.
b. Que con sencillez y sinceridad de Dios, no con sabiduría humana […] nos hemos conducido en el mundo: Los corintios cristianos estaban acostumbrados a tratar con ministros que eran calculadores y manipuladores, y pensaban que Pablo era de la misma manera. Por lo tanto, cuando Pablo dijo que iba a ellos (1 Corintios 16:5), pero no lo hizo, pensaban que él los estaba manipulando. Pablo les deja saber que este no era el caso.
i. Los corintios cristianos se habían vuelto cínicos. Ellos creían que todos tenían malos motivos, y que solamente se trataba de ganancia y poder personal. Ellos no confiaban en Pablo porque eran cínicos.
c. No os escribimos otras cosas de las que leéis, o también entendéis: Pablo quería que los corintios cristianos supieran que él no tenía «intenciones escondidas» en sus cartas. Su significado estaba a la vista para que todos lo pudieran ver.
i. Un corazón cínico piensa: «Dijiste esto, pero en realidad quisiste decir aquello. No estás diciendo la verdad». Pablo les aseguró a los corintios cristianos que él en realidad dijo la verdad y que no se comunicó con significados manipuladores o escondidos.
ii. «En la vida de Pablo no había acciones escondidas, no había motivos escondidos, y no había significados escondidos». (Barclay)
2. (15-17) Pablo considera la acusación de que es poco confiable
Con esta confianza quise ir primero a vosotros, para que tuvieseis una segunda gracia, y por vosotros pasar a Macedonia, y desde Macedonia venir otra vez a vosotros, y ser encaminado por vosotros a Judea. Así que, al proponerme esto, ¿usé quizá de ligereza? ¿O lo que pienso hacer, lo pienso según la carne, para que haya en mí Sí y No?
a. Quise ir primero a vosotros: Los corintios cristianos acusaron a Pablo de que no era de fiar, de que era indigno de confianza porque dijo que iría en un cierto tiempo y no lo hizo. Él no pudo ir como lo había planeado, así que, en lugar de ir, envió una carta.
i. En 1 Corintios 16:5-7 Pablo prometió ir a ver a los corintios después de su viaje a Macedonia.
ii. Él cambió sus planes y decidió verlos primero de camino a Macedonia y de nuevo cuando regresara, para darles una segunda gracia (2 Corintios 1:15-16).
iii. Pablo hizo la primera visita de camino a Macedonia, pero fue doloroso tanto para él como para los corintios, porque tuvo que confrontarlos («no ir otra vez a vosotros con tristeza» [2 Corintios 2:1]).
iv. Después de algún tiempo de esta visita, Pablo (o quizás su representante) fue insultado abiertamente en Corinto por alguien que formaba parte del grupo que estaba en «contra» de Pablo (2 Corintios 2:5-10, 7:12).
v. Debido a que la primera visita no fue tan placentera, y al sentir que no había ningún beneficio de una segunda visita, Pablo abandonó su plan de verlos en su camino de regreso de Macedonia.
vi. Tito fue enviado de Éfeso a Corinto con una carta (2 Corintios 2:3-9). Muchos estudiosos consideran que esta carta llevada por Tito debe ser la «carta severa», escrita entre 1 Corintios y 2 Corintios. Tito también estaba allí para recoger la contribución para la iglesia en Judea (2 Corintios 8:6; 8:16-17); pero los corintios no dieron como debieron dar (2 Corintios 8:10-11; 9:5).
vii. Pablo dejó Éfeso y sufrió su «aflicción en Asia» (2Corintios 1:8).
viii. Pablo, entonces, fue a Macedonia, y entre otras cosas, organizó una colecta para los cristianos necesitados en Judea. Tito se encontró con Pablo en Macedonia, y habló con él sobre la respuesta de los corintios en cuanto a la «carta severa» (2 Corintios 7:5-7).
ix. Después, desde Macedonia, Pablo escribió 2 Corintios cuando escuchó de más problemas en Corinto. Esta carta quizás fue escrita en otoño del año 56 d.C.
b. Ser encaminado por vosotros:En el mundo antiguo, cuando un invitado distinguido llegaba a una ciudad, sus amigos y partidarios se encontraban con él a una distancia considerable de la ciudad y lo encaminaban hasta la ciudad. También lo hacían partir de la misma manera, encaminándolo por alguna distancia fuera de la ciudad. La expresión usada aquí por Pablo reconoce esta antigua costumbre.
c. Al proponerme esto, ¿usé quizá de ligereza?: Los corintios cristianos acusaron a Pablo de ser voluble, e insistían en que si Pablo fuera un hombre de integridad hubiera llegado en persona. El cambio de planes por parte de Pablo ocasionó que los corintios cristianos pensaran que Pablo era un hombre que decía sí, para dar a entender un no, y que decía un no para dar a entender un sí.
i. Pablo fue criticado como un hombre que no podía llevar a cabo un plan. Sus enemigos, entre los cristianos de Corinto, tomaron estas circunstancias para denigrar a Pablo.
ii. Estaba bien que los corintios cristianos se decepcionaran porque Pablo no pudo ir a visitarlos; pero estaban equivocados al tratar de culpar a Pablo de la decepción. Necesitaban ver el corazón de Pablo y la mano de Dios obrando en las circunstancias.
3. (18) Pablo niega la acusación hecha en su contra
Mas, como Dios es fiel, nuestra palabra a vosotros no es Sí y No.
a. Como Dios es fiel: Pablo puede decir que «como Dios es fiel, así fuimos fieles en lo que les dijimos». Pablo era un hombre de tal integridad que pudo comparar las semejanzas entre su veracidad y la fidelidad de Dios.
i. «De la manera que Dios es veraz en sus promesas, así Él me enseñó a ser veraz en las mías». (Poole)
b. Nuestra palabra a vosotros no es Sí y No: Pablo no dijo sí para dar a entender un no, o un no para dar a entender un sí, de la forma que lo acusaban los corintios cristianos.
4. (19-22) Pablo sabía que, si se tenían en cuenta razones espirituales, las acusaciones de los cristianos corintios estaban equivocadas
Porque el Hijo de Dios, Jesucristo, que entre vosotros ha sido predicado por nosotros, por mí, Silvano y Timoteo, no ha sido Sí y No; mas ha sido Sí en él; porque todas las promesas de Dios son en él Sí, y en él Amén, por medio de nosotros, para la gloria de Dios. Y el que nos confirma con vosotros en Cristo, y el que nos ungió, es Dios, el cual también nos ha sellado, y nos ha dado las arras del Espíritu en nuestros corazones.
a. Jesucristo, que entre vosotros ha sido predicado por nosotros […] no ha sido Sí y No: Pablo predicó a un Jesús que es totalmente digno de confianza. No estaba bien para el apóstol que representaba a un Salvador tan fiel, ser considerado rápidamente como no fidedigno e indigno de confianza.
i. Pablo alude a un principio importante: el mensaje afecta al mensajero. Pablo no podía predicar a Jesús (quien no ha sido sí y no) de una manera tan sincera y poderosa y quedarse sin ser tocado por ese Jesús. El entender esto debió de hacer que los corintios cristianos confiaran más en Pablo.
b. Porque todas las promesas de Dios son en él Sí, y en él Amén: ¿Podemos imaginarnos a Dios el Padre decirle «no» a Dios el Hijo? Dios el Padre siempre le dice sí al Hijo, y siempre afirmará lo que el Hijo dice (Amén).
i. «Nosotros nunca hubiéramos tenido este precioso versículo si Pablo no hubiera sido tratado tan mal por estos hombres de Corinto. Ellos le hicieron un gran mal, y le causaron mucho pesar de corazón […], pero puedes ver como el mal fue anulado por Dios y convertido en un bien, y por medio de su chisme desagradable y su calumnia fue que esta dulce declaración fue sacada con fuerza de Pablo». (Spurgeon)
c. El que nos confirma […] el que nos ungió, es Dios, el cual también nos ha sellado, y nos ha dado las arras del Espíritu: Pablo y sus asociados fueron comisionados por Dios y fueron llenos del Espíritu Santo. El entender esto debió hacer que los corintios cristianos rechazaran las acusaciones apresuradas y desafortunadas en contra de Pablo.
d. Nos ungió […] nos ha sellado […] nos ha dado las arras: Pablo se refiere a tres aspectos del Espíritu Santo, el cual obra dentro de nosotros.
i. Nos ungió: El único otro lugar en donde en el Nuevo Testamento se habla sobre «unción» es en 1 Juan 2:20 y 2:27. Cada uso habla de una unción que es común para todos los creyentes, no una unción especial para algunos cristianos superestrellas. La idea detrás de «ungió» es que estamos preparados y tenemos el poder para servir. El hecho de que se nos haya ungido significa que compartimos algo con los profetas, sacerdotes y reyes del Antiguo Testamento, los cuales eran «los ungidos».
ii. Nos ha sellado: En el mundo antiguo, un sello era utilizado para «identificar» y para «proteger». Si algo era sellado, todos sabían a quien le pertenecía (el sello tenía una insignia), y el sello prevenía que cualquiera manipulara el objeto. El Espíritu Santo esta sobre nosotros para «identificarnos y para protegernos».
iii. Las arras: La palabra arras tiene elsignificado de «anticipo» o de «garantía». Se nos ha dado el Espíritu Santo como un anticipo de la plenitud de lo que Dios hará. El Espíritu Santo es un anticipo de cosas más grandes por venir. Como cristianos, Dios nos ha comprado y nos ha dado un anticipo impresionante. Él no se marchará sin hacer el último pago, porque ya ha invertido mucho.
5. (23-24) Pablo sabía que las acusaciones de los corintios estaban mal cimentadas en razones personales
Mas yo invoco a Dios por testigo sobre mi alma, que por ser indulgente con vosotros no he pasado todavía a Corinto. No que nos enseñoreemos de vuestra fe, sino que colaboramos para vuestro gozo; porque por la fe estáis firmes.
a. Mas yo invoco a Dios por testigo sobre mi alma: Pablo está haciendo un juramento muy serio, mientras que Jesús dijo que debíamos vivir de tal modo que los juramentos no fueran necesarios (Mateo 5:33-37). Pero esto no significa que los juramentos estén prohibidos, pues en ocasiones, aun Dios hace juramentos (Hebreos 6:13).
b. Que por ser indulgente con vosotros no he pasado todavía a Corinto: Los corintios cristianos habían asumido que Pablo no había venido en persona debido a razones egoístas. Ellos querían pensar que él, simplemente, no era un hombre de integridad o que le tenía miedo al conflicto. Pablo les dice directamente: «por ser indulgente con vosotros no he pasado». Pablo insiste que fue por preocupación hacia los corintios cristianos que no los visitó en un tiempo en particular.
c. No que nos enseñoreemos de vuestra fe: Pablo es cuidadoso al señalar que él no es ningún señor en la iglesia, aun cuando es un apóstol.
i. Se ha dicho que Dios se reserva tres cosas para sí mismo:
· primero, hacer algo de la nada;
· segundo, conocer los eventos futuros;
· tercero, tener dominio sobre la conciencia del hombre.
ii. Tristemente, hay muchos que están en la entera disposición de tomar dominio sobre otros creyentes en una manera que Pablo no lo haría. «Los Escritos Sagrados, y solamente ellos, contienen lo que es necesario para la fe y la práctica; y para que ningún hombre, número de hombres, sociedad, iglesia, concejo, presbiterio, consistorio, o cónclave, tenga dominio sobre la fe de cualquier otro hombre. Solo la Palabra de Dios gobierna al hombre, y en cuanto a su Autor, el hombre le debe dar cuenta del uso que ha hecho de ella». (Clarke)
d. Colaboramos para vuestro gozo: En lugar de verse a sí mismo como algún tipo de «señor» sobre los corintios cristianos, Pablo da una gran descripción de la manera en que debían de ser los ministros: «colaboradores». Los líderes cristianos deberían de trabajar a la par con su gente para incrementar el gozo.
©2020 The Enduring Word Comentario bíblico en español de David Guzik – ewm@enduringword.com