2 Corintios 4




2 Corintios 4 – Nuestra leve aflicción

A. ¿Cómo debe de presentarse un pacto más glorioso?

1. (1-2) ¿Cómo Pablo predica el evangelio más glorioso?

Por lo cual, teniendo nosotros este ministerio según la misericordia que hemos recibido, no desmayamos. Antes bien renunciamos a lo oculto y vergonzoso, no andando con astucia, ni adulterando la palabra de Dios, sino por la manifestación de la verdad recomendándonos a toda conciencia humana delante de Dios.

a. Teniendo nosotros este ministerio [] no desmayamos: Pablo predicaba su evangelio con «franqueza». Cuando Pablo consideraba la grandeza de su llamado, esto le daba el ánimo para enfrentar las dificultades. Muy a menudo desmayamos porque no consideramos lo grande que es el llamado que Dios nos da en Jesús.

i. La idea detrás de la antigua palabra griega usada para «desmayamos» es la del«cobarde pusilánime». La antigua palabra griega no solamente tenía la connotación de falta de valor, sino de un mal comportamiento o de una conducta malvada.

ii. «El predicador debiera de hablar en el nombre de Dios o no abrir su boca. Hermano mío, si el Señor no te ha enviado con un mensaje, vete a la cama, o a la escuela, o cuida tu granja; porque ¿qué importa lo que tengas que decir de ti mismo? Si el cielo te ha dado un mensaje, háblalo como aquel que es llamado a ser la boca de Dios». (Spurgeon)

b. Según la misericordia que hemos recibido: Pablo predicaba su evangelio «humildemente». Él sabía que su llamado glorioso al ministerio no fue por sus propias obras, sino por la misericordia. La misericordia es, por naturaleza, inmerecida.

c. Renunciamos a lo oculto y vergonzoso, no andando con astucia, ni adulterando la palabra de Dios: Pablo predicó su evangelio con «honestidad». La antigua palabra griega traducida como «adulterando» es un verbo que únicamente se encuentra aquí en el Nuevo Testamento, el cual significa «diluir o adulterar». Pablo no predicó un evangelio oculto (renunciamos a lo oculto y vergonzoso), ni un evangelio corrompido (astucia [] adulterando), mezclado con la ingeniosidad humana, o diluido para acomodarlo a su audiencia. Pablo predicaba un evangelio honesto.

i. Muchos predicadores fracasan en este punto. Ellos tienen el verdadero evangelio, pero le añadenelementos propios de la ingeniosidad y sabiduría humanas. Frecuentemente, añaden estas cosas corrompidas o diluidas al evangelio porque piensan que el añadirlas hará que el evangelio sea más efectivo, o que le dará una mayor audiencia. Esto fue en lo que Pablo insistió que no hicieran: adulterar la palabra de Dios.

ii. «Ciertos teólogos nos dicen que se debe adaptar la verdad a los avances de esta era, lo cual significa que la deben de asesinar y arrojar su cuerpo muerto a los perros, y que una mentira popular debe de tomar el lugar de una verdad ofensiva». (Spurgeon)

iii. La «astucia» habla de «de una disposición astuta para adoptar cualquier mecanismo o engaño para alcanzar los fines propuestos, lo cual es todo menos altruista». (Hughes)

d. Por la manifestación de la verdad: Pablo predicó un evangelio «abiertamente verdadero». Todos podían mirar lo que Pablo predicaba y ver la pura verdad en ello. Él no predicó un sistema elaborado ni misterioso.

e. Recomendándonos a toda conciencia humana: Pablo predicó un evangelio de «integridad». Todos podían ver el evangelio y ministerio de Pablo, y luego juzgarlo por su propia conciencia, y ver que estaba lleno de integridad.

i. Algunos hombres atacaban a Pablo con palabras y otros lo atacaban con acciones; sin embargo, Pablo sabía que su ministerio y su mensaje hallaban la aprobación de la conciencia de cada hombre, aun cuando no lo admitieran.

f. Delante de Dios: Pablo predicó su evangelio «delante de Dios». Era importante para Pablo conocer que toda consciencia humana aprobaría su manera de ministrar, pero era mucho más importante saber que lo que hacía estaba bien delante de Dios.

i. «Hay un examen profundo más alto que aquel de la conciencia humana. Es hacia Dios que cada ministro del evangelio es, final y eternamente, responsable». (Hughes)

ii. En estos primeros dos versículos, Pablo pone en claro que no fue afligido debido a que fue un ministro infiel del evangelio. Era fácil para los enemigos de Pablo decir: «Él es afligido porque Dios lo está castigando por su infidelidad», pero eso para nada era cierto. Más adelante en este capítulo, Pablo hablará de nuevo de sus aflicciones.

 

2. (3-4) ¿Por qué no responden más personas a un evangelio tan glorioso?

Pero si nuestro evangelio está aún encubierto, entre los que se pierden está encubierto; en los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios.

a. Pero si nuestro evangelio está aún encubierto, entre los que se pierden está encubierto: Si las personas no responden a este glorioso evangelio, no es culpa de Pablo ni del evangelio. Solamente aquellos que están pereciendo pierden el mensaje.

i. «La ceguera de los incrédulos de ninguna manera detracta la claridad del evangelio, ya que el sol no es menos resplandeciente para el ciego que no percibe la luz». (Calvin)

ii. La versión King James traduce el final del versículo cuatro de la siguiente manera: «se escondió de los que están perdidos». Spurgeon dice: «De acuerdo con el texto, aquel que no cree en Jesucristo es un hombre perdido. Dios te ha perdido, no eres su siervo; la iglesia te ha perdido, no estás trabajando para la verdad; el mundo en verdad te ha perdido, no le das un servicio duradero. Te has negado a ti mismo el derecho, la alegría del cielo. Estás perdido, perdido, perdido []. No solamente se trata de que estarás perdido, sino de que estás perdido… perdido aún hoy».

b. enlos cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento: Aquellos que se pierden y a quienes el evangelio está aún encubierto, Satanás los cegó, el dios de este siglo.

i. No significa que son víctimas inocentes de la obra de ceguera de Satanás. El trabajo de Satanás sobre ellos no es la única razón de que estén ciegos. Juan 3:19 dice: «ésta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas». Por supuesto, aunque los hombres aman las tinieblas, y eligen las tinieblas, Satanás persiste en trabajar duro para mantenerlos ciegos al glorioso evangelio de la luz y la salvación en Jesús.

ii. También señalamos que es en el entendimiento del incrédulo el que está cegado. Satanás también obra en el corazón y la emoción del perdido, pero su principal campo de batalla es el entendimiento. ¿Podemos ver la estrategia de Satanás trabajando duro para hacer a las personas pensar menos, aprender menos, y utilizar menos su entendimiento? Este también es el motivo por el que Dios ha elegido la palabra para trasmitir el evangelio, porque la palabra toca nuestro entendimiento, y puede tocar el entendimiento que el dios de este siglo cegó.

c. El dios de este siglo: El título de dios de este siglo no es utilizado para Satanás en ningún otro lugar de la Escritura, pero la idea es expresada en pasajes como Juan 12:31, Juan 14:30, Efesios 2:2, Efesios 6:12 y 1 Juan 5:19.

i. Hay un significado real e importante en el cual Satanás «gobierna» este mundo. No en un sentido final, porque «de Jehová es la tierra y su plenitud; el mundo, y los que en él habitan» (Salmos 24:1). Pero Jesús no contendió por el reclamo de Satanás de gobernar sobre este presente siglo (Lucas 4:5-8), porque hay un sentido en el cual Satanás es el gobernador «por elección popular» de este siglo.

ii. «La soberanía del mundo satánico es de hecho aparente en lugar de real, ya que solo Dios es el Rey de la eternidad (1 Timoteo 1:17); esto es, de cada siglo: pasado, presente y futuro» (Hughes). «Aquí, el Diablo es llamado el dios de este mundo, porque reina sobre la gran mayoría de la tierra, y sus habitantes son sus siervos y esclavos [], aunque en ningún otro lado lo vemos ser nombrado el dios de este mundo, pero nuestro Salvador lo llama en dos ocasiones el príncipe de este mundo». (Poole)

iii. La verdad bíblica de que Satanás es el dios de este siglo puede ser entendida erróneamente. Algunos cristianos posteriores (como los maniqueos) promovían un entendimiento dual de Dios y Satanás, y enfatizaban en esta frase del dios de este siglo. Su idea era que Dios y Satanás eran «oponentes equivalentes», en lugar de entender que en ninguna forma Satanás era el opuesto de Dios. En reacción a estas falsas doctrinas, muchos comentaristas cristianos primitivos (como Agustín, Orígenes, Crisóstomo, y otros) interpretaban este versículo de una manera extraña para «quitarles municiones» a los herejes. Pero esto no es correcto. El hecho de que alguien tergiverse la verdad de una manera, no significa que podemos tergiversar la verdad en otra manera para «compensar». Calvino hace una buena aproximación sobre esto cuando expresa que «al ser fuertemente presionados por sus oponentes, estaban más ansiosos de refutarlos que de explicar las ideas de Pablo».

iv. En lugar de eso, Calvino dio un buen sentido de lo que debemos de entender por la frase «dios de este siglo»: «El Diablo es llamado el dios de este siglo, en la misma manera en que Baal fue llamado el dios de aquellos que lo adoraban».

d. De los incrédulos: Satanás solamente puede cegar a aquellos que son incrédulos. Si estás cansado de tener el entendimiento ciego por el dios de este siglo, entonces pon tu confianza en Jesús y en lo que hizo por ti. Luego, Satanás ya no te podrá cegar más.

i. «El dios de este mundo es capaz solamente de cegar el entendimiento de los incrédulos []. El rehusarse a creer es la razón secreta de la ceguera que ocurre a los hombres». (Morgan)

e. Para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo: El ver esta gloria es el ser hecho salvo. Por lo tanto, Satanás dirige sus energías para cegar a los hombres e impedirles ver la luz del evangelio de la gloria de Cristo.

i. El entender la estrategia de Satanás con los incrédulos debería de animarnos a orar por los perdidos. Le deberíamos de pedir a Dios que haga brillar su luz, que ate la obra de ceguera de Satanás, y que de fe para vencer la incredulidad que trae consigo la ceguera.

f. Pablo sabía de lo que estaba hablando cuando escribió esto. Él mismo estuvo completamente ciego a la verdad hasta que Dios irrumpió en medio de las tinieblas. De hecho, cuando Pablo se encontró por primera vez con Jesús, el Señor lo hirió con una ceguera literal, la cual fue sanada, y sus ojos —tanto espirituales como físicos— fueron abiertos para ver la gloria de Cristo Jesús (Hechos 9:1-19).

i. La luz aquí mencionada no es la antigua palabra griega utilizada normalmente para la luz. Es una palabra utilizada en la Septuaginta, en Salmos 44:3 para «la luz de tu rostro», y en Salmos 78:14 en: «les guio de día con nube, y toda la noche con resplandor de fuego». Hodge observa: «La palabra, por lo tanto, indica el brillo emitido por un cuerpo radiante».

B. Tesoro en vasos de barro

1. (5-6) El tema de la predicación de Pablo: Jesús, no él mismo

Porque no nos predicamos a nosotros mismos, sino a Jesucristo como Señor, y a nosotros como vuestros siervos por amor de Jesús. Porque Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo.

a. Porque no nos predicamos a nosotros mismos: Pablo no se subió al púlpito ni se paró delante de una audiencia para predicar acerca de sí mismo. Él no era importante, su enfoque no era él. Jesús era el enfoque, así que Pablo pudo decir audazmente: «no nos predicamos a nosotros mismos». El enfoque debe ser puesto en Jesucristo como Señor. ¡Él es quien debe ser predicado!

i. No todos los que abren la Biblia y empiezan a hablar predican a Jesucristo como Señor. Muchos predicadores bien intencionados en realidad predican sobre ellos mismo en lugar de predicar a Jesús. Si el enfoque está en las historias chistosas o las experiencias de vida impactantes del predicador, él podría estar predicando de sí mismo.

ii. A menudo, a la gente le gusta que el predicador predique sobre sí mismo. Parece revelador e íntimo, y a veces entretenido. También es tentador para el predicador porque ve como las personas responden cuando él enfoca el mensaje en sí mismo. Sin embargo, el resultado final es que el predicador por sí mismo no te puede traer a Dios y salvar tu alma eterna; solamente Jesús puede hacerlo. ¡Así que predica a Jesús!

iii. ¿Es incorrecto que un predicador diga un chiste o que use una historia de su propia vida? Claro que no, pero todo tiene que ver con la proporción. Es como si se preguntara: «¿Está bien que le eche sal a la sopa?». Claro, pero no le eche demasiada. Y si semana tras semana mucho del predicador está en el sermón, entonces está mal. A.T. Robertson dijo que el predicarse a uno mismo era «seguramente un tema desagradable y pobre para un predicador». ¿No tenemos un mensaje más grande que nosotros mismos?

b. Sino a Jesucristo como Señor: No solamente Pablo no predicaba sobre sí mismo; sino que tampoco predicó un evangelio de reforma moral o una lista de reglas que debes seguir para estar bien con Dios. Él predicó a Jesús, presentó a Jesucristo como Señor.

i. La meta de la predicación de Pablo era traer a los hombres a Jesús, no hacer cambios morales en los hombres. «El hacer el fin del mensaje la inculcación de la virtud —el hacer a los hombres honestos, sobrios, benevolentes y fieles— es una parte de la sabiduría del mundo, la cual es insensatez para con Dios. Es intentar levantar frutos sin árboles. Cuando un hombre llega al conocimiento de que Jesucristo es Señor, entonces él se hace como Cristo. ¿Qué más puede querer el moralista?». (Hodge)

c. A nosotros como vuestros siervos por amor de Jesús: Cuando Pablo se presentó a sí mismo, esta era la forma en que lo hacía. No como señor, no como amo, sino simplemente como vuestros siervos por amor de Jesús.

i. Es importante que también Pablo se considere como siervo de los corintios cristianos por amor de Jesús. Si el fundamento de Pablo hubiera sido su propio bien o el de los corintios cristianos, o no hubiera permanecido, o se hubiera hecho carnal fácilmente. Pablo siempre sirvió a otros por amor de Jesús. Lo hizo para agradar a Jesús, no para agradar a los hombres.

d. Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz: Pablo está diciendo: «El Señor Dios quien creó la luz en el mundo físico puede llenar tu corazón con luz espiritual, aun si estás cegado por el dios de este siglo». El trabajo de Satanás de cegar es grande, pero la obra de Dios de traer luz es aún más grande.

i. Pablo cita directamente la idea de Génesis 1:3: «Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz». Pablo en verdad creía el hecho de la creación descrito en Génesis 1. Génesis 1:3 dice que Dios creó la luz con una orden, y Pablo creía que así era exactamente como sucedía.

e. El que resplandeció en nuestros corazones: Esto describe la propia conversión de Pablo con exactitud (Hechos 9:1-9). De camino a Damasco para perseguir y matar a los cristianos, «repentinamente le rodeó un resplandor de luz del cielo». Este fue el primer encuentro con Jesús en la vida de Saulo de Tarso (conocido después como el apóstol Pablo).

i. Esto debería de ser una buena forma de describir a cada cristiano: personas con corazones resplandecientes. Dios resplandeció en nuestros corazones, y debiera de mostrarse en vidas resplandecientes para Cristo Jesús.

f. Para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios: ¿Qué fue exactamente lo que resplandeció en nuestros corazones? Es la iluminación del conocimiento de la gloria de Dios. Cada cristiano debe de tener algún conocimiento de la gloria de Dios. Si uno es cristiano y puede decir: «En verdad no sé nada de la iluminación del conocimiento de la gloria de Dios», entonces debe de buscar a Dios fervientemente para que Él resplandezca en su corazón.

i. Para iluminación: Dios nos da la iluminación del conocimiento de Dios, y tenemos la responsabilidad de mostrar esa luz. Él «brilló adentro» para que nosotros podamos «brillar hacia afuera», en lugar de «brillar en nosotros», como algunos cristianos hacen.

ii. Imagínate a un hombre en un cuarto soleado, quien disfruta tanto del brillo del sol que se lo quiere quedar para sí mismo. Él dirá: «¡Cerraré las cortinas para que no salga nada de esta luz!», y se coloca de nuevo en la oscuridad. Si tratamos de acumular la luz dentro de nosotros mismos, en realidad la perderemos.

g. En la faz de Jesucristo: Llegamos al conocimiento de la gloria de Dios al verla en la faz de Jesucristo. Dios nos dio una manifestación, una imagen, una representación de su gloria: su Hijo, Jesucristo. Jesús dijo: «El que me ha visto a mí, ha visto al Padre» (Juan 14:9). Él también oró para que pudiéramos ver su gloria, la gloria de Dios el Padre: «para que vean mi gloria que me has dado» (Juan 17:24).

2. (7) Un gran tesoro en un contenedor tan humilde

Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros […]

a. Este tesoro: El tesoro es la grandeza del evangelio de Cristo Jesús, y la gloria de Dios hecha evidente por medio de ese evangelio. Es la propia luz de Dios y la iluminación del conocimiento de la gloria de Dios, reflejada en la faz de Jesucristo. ¡Este es el tesoro más grande en toda la creación!

b. Tenemos este tesoro en vasos de barro: Cuando Pablo nos considera como vasos de barro, no está siendo despectivo con el cuerpo, ni considerándolo como un mero recipiente del alma. En vez de eso, Pablo compara el «valor» de la luz de Dios y de su gloria con el «valor» de lo que Él eligió para poner dentro esa luz y esa gloria. Cuando comparas, no es difícil estar asombrado de que Dios haya puesto tan grande tesoro en vasos de barro.

i. ¿Quién es digno de ser un «contenedor» de la luz y la gloria de Dios? La persona más inteligente no es lo suficientemente inteligente, la persona más pura no es lo suficientemente pura, la persona más espiritual no es lo suficientemente espiritual, la persona más talentosa no es lo suficientemente talentosa. Todos somos solamente vasos de barro que tienen un gran tesoro inexplicable.

ii. Vasos de barro: Los contenedores de barro eran comunes en cada hogar del mundo antiguo. No eran muy duraderos (comparados con el metal), y eran inútiles si se rompían (el vidrio podía ser derretido de nuevo). «Así que eran baratos, y poseían un valor intrínseco muy pequeño» (Kruse). Dios eligió poner su luz y su gloria en los utensilios de todos los días, no en la porcelana fina.

iii. Casi siempre somos atraídos a las cosas que tienen la mejor envoltura, pero los mejores regalos tienen muy a menudo la envoltura más improbable. Dios no vio una necesidad de «empaquetar» a Jesús cuando Él vino como un hombre sobre esta tierra. Jesús no estaba avergonzado de vivir como un vaso de barro. Dios no está avergonzado de utilizar vasos de barro como nosotros.

c. Que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros: ¿Por qué Dios pone un tesoro tan grande en vasos tan débiles? Para que la grandeza del poder sea de Dios, y no de nosotros. Para que sea evidente, para todos los que tienen ojos para ver, que la obra es hecha por el poder de Dios, no por el poder del vaso.

i. ¿Por qué Dios escogió utilizar vasos de barro poco confiables en lugar de vasos celestiales más seguros? Porque los vasos «perfectos» solo son seguros para traer gloria a sí mismos. Los vasos de barro son peligrosos, pero pueden dar gloria sublime a Dios.

ii. En la historia de Gedeón, fue el rompimiento de las vasijas lo que hizo brillar la luz y traer la victoria del pueblo de Dios (Jueces 7:20). En lo que falta de este capítulo, Pablo mostrará como Dios «rompe» sus vasos de barro para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros.

3. (8-12) La aflicción en el ministerio de Pablo trajo vida

[…] que estamos atribulados en todo, mas no angustiados; en apuros, mas no desesperados; perseguidos, mas no desamparados; derribados, pero no destruidos; llevando en el cuerpo siempre por todas partes la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestros cuerpos. Porque nosotros que vivimos, siempre estamos entregados a muerte por causa de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestra carne mortal. De manera que la muerte actúa en nosotros, y en vosotros la vida.

a. Que estamos atribulados: La idea que se manifiesta aquí es la de «perseguidos». Pablo era un hombre buscado, perseguido, debido a lo que él era para Jesús. En Hechos 23:12, 40 se nos dice que hubo hombres que conspiraron para no comer o beber hasta que hubieran asesinado a Pablo. Pablo sabía lo que era ser perseguido.

b. Mas no angustiados: El vivir como una persona perseguida, un hombre buscado, da por hecho un estrés terrible, el cual es experimentado en cualquier momento del día; pero Pablo no estaba angustiado. Él aún podía servir al Señor de una forma gloriosa.

c. Atribulados [] en apuros [] perseguidos [] derribados: La vida de Pablo era difícil, y era difícil debido a su devoción apasionada por Cristo Jesús y su evangelio. Pero mira el triunfo de Jesús en la vida de Pablo: no angustiados [] no desesperados [] no desamparados [] no destruidos. Pablo conocía el poder y la victoria de Jesús en su vida porque estaba continuamente en situaciones en donde solo el poder y la victoria de Jesús podían llenar su necesidad.

i. Cuando hablamos de sufrimiento como estos en el día de hoy, es fácil pensar que solamente nos referimos a «cosas espirituales», debido a que algunos de nosotros vivimos de una manera cómoda y no pasamos por muchas aflicciones. Sin embargo, debemos de recordar que todo lo que Pablo dijo acerca de la aflicción, lo dijo como un hombre que probablemente sufrió más que tú y que yo, o que cualquiera que puedas conocer. Esto no era teoría para Pablo, sino experiencias reales.

d. Llevando en el cuerpo siempre por todas partes la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestros cuerpos: Pablo, como cualquier cristiano, quería que la vida de Jesús fuera evidente en él. Pablo sabía que esto solamente podía suceder si él también llevaba en el cuerpo siempre por todas partes la muerte de Jesús. Hay aspectos de la gran obra de Dios en nuestras vidas que solo ocurren por medio de las pruebas y las aflicciones.

i. Al escribir: «llevando en el cuerpo siempre por todas partes la muerte de Jesús», Pablo quiso decir que se sintió como si la muerte de Jesús estuviera obrando espiritualmente dentro de él. Él está diciendo que la muerte de Jesús no fue simplemente un hecho histórico, también fue una realidad espiritual en su vida.

ii. En Filipenses 3:10, Pablo habla sobre la gloria de conocer a Jesús: « [] a fin de conocerle, y el poder de su resurrección, y la participación de sus padecimientos, llegando a ser semejante a él en su muerte». Muchos desean conocer el poder de su resurrección, pero no quieren tener nada que ver con la participación de sus padecimientos, o con el ser semejantes a Él en su muerte. Sin embargo, hay ciertos aromas que Dios solamente puede liberar por medio de una ampolleta rota, así que Pablo se regocijaba en conocer ambos, tanto el padecimiento como la gloria. Él sabía que ambos estaban conectados.

e. Siempre estamos entregados a muerte [] la muerte actúa en nosotros, y en vosotros la vida: Pablo sabía que las riquezas espirituales, que él trajo a los corintios cristianos, venían en parte por medio del padecimiento como de muerte que soportó en el ministerio. Dios hizo a Pablo más efectivo en el ministerio por medio de sus padecimientos.

i. Algunas veces pensamos que si alguien en verdad es espiritual, o es usado en verdad por Dios, vivirá en un constante estado de «victoria», lo cual significa que la vida siempre será fácil. El entender lo que Pablo escribió aquí no solamente nos dice que los siervos de Dios pueden experimentar padecimientos como de muerte, sino que Dios tiene un propósito glorioso al dejar que suceda así.

ii. G. Campbell Morgan nos cuenta la historia de un gran joven predicador cuando iniciaba su ministerio. Una vez le dijo al joven que hablara en su iglesia, y después del sermón, Morgan le preguntó a su esposa: «¿No fue eso maravilloso?». Ella le respondió calladamente: «Sí, pero será más maravilloso cuando él haya padecido». Morgan añade: «Bueno, él sufrió, y fue más poderoso».

f. La muerte actúa en nosotros, y en vosotros la vida: Aquí está la ironía. Los corintios cristianos despreciaban a Pablo debido a su gran padecimiento y debido a lo que pensaban que eran sus grandes vidas de «victoria». Ellos no veían que sus vidas de victoria eran solamente posibles porque Dios hizo de Pablo un siervo efectivo por medio de la aflicción.

i. «Muchos buenos intérpretes piensan que estas palabras son una inteligente expresión irónica, por la cual el apóstol reflexionó sobre un grupo en esta iglesia que por su padecimiento concluyó en contra de la verdad de su doctrina, o del favor de Dios para con él». (Poole)

4. (13-15) La fe de Pablo en el Dios que da la vida

Pero teniendo el mismo espíritu de fe, conforme a lo que está escrito: Creí, por lo cual hablé, nosotros también creemos, por lo cual también hablamos, sabiendo que el que resucitó al Señor Jesús, a nosotros también nos resucitará con Jesús, y nos presentará juntamente con vosotros. Porque todas estas cosas padecemos por amor a vosotros, para que abundando la gracia por medio de muchos, la acción de gracias sobreabunde para gloria de Dios.

a. Nosotros también creemos, por lo cual también hablamos: Este es un gran principio: la fe crea el testimonio. Pablo en verdad creía que Dios tenía un propósito en sus padecimientos como de muerte, y en verdad creía que vivió y experimentó la resurrección de vida de Jesús. Por lo tanto, él no titubeaba al hablar acerca de ello.

i. Si tú no puedes decir: «nosotros también creemos», entonces no deberías de hablar. «Ese es un gran secreto del poder y el éxito en el ministerio cristiano. Si tú no crees, cierra tu boca. Esa es una palabra para los ministros jóvenes. Si no creen, no hablen». (Morgan)

b. Sabiendo que el que resucitó al Señor Jesús, a nosotros también nos resucitará con Jesús: Pablo sabía esto, por lo tanto, nunca se desesperaba en sus padecimientos. Cada prueba como de muerte solo era el preludio de la resurrección de poder.

c. Todas estas cosas padecemos por amor a vosotros: Esta era la meta inmediata del ministerio de Pablo. Su corazón estaba para servir a los corintios cristianos y a los cristianos en otras ciudades. El ministerio de Pablo también tenía una meta máxima: que la acción de gracias sobreabunde para gloria de Dios. Finalmente, Pablo estaba motivado por la gloria de Dios.

i. Algunos olvidan la «meta inmediata» y se construyen «castillos en el aire» de superespiritualidad. Otros olvidan la «meta máxima» y se enfocan en los hombres, volviéndose orgullosos o desanimándose. Necesitamos tener ambas metas en la mente, de la manera que Pablo lo hizo.

C. Nuestra leve aflicción

1. (16) Porque no desmayamos

Por tanto, no desmayamos; antes aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día.

a. Por tanto, no desmayamos: Pablo empezó el capítulo (2 Corintios 4:1) declarando: «por lo cual, teniendo nosotros este ministerio según la misericordia que hemos recibido, no desmayamos». Posteriormente, describió todas las aflicciones como de muerte que tuvo que soportar en el ministerio. Es como si Pablo anticipara la pregunta: «¿Cómo es que no desmayamos?».

i. «Por tanto», es parte de la respuesta, porque nos señala hacia lo que Pablo acaba de escribir. Pablo acabó de explicar que sus pruebas como de muerte hicieron más efectivo el ministerio que da vida a los corintios cristianos. Sabiendo esto, no desmayó en medio de las pruebas y aflicciones.

b. antes aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día: Otra razón por la que Pablo no desmaya es porque aunque todos sus padecimientos cobran una cuota a su hombre exterior, aun así, el hombre interior está siendo renovado y bendecido.

i. Hombre exterior:Esta expresión refleja la misma idea de «vasos de barro» en 2 Corintios 4:7 y de «carne mortal» en 2 Corintios 4:11. El mensaje es el mismo: «¡Por fuera estamos padeciendo y se nos está dando una golpiza, pero por dentro Dios nos está bendiciendo y renovando!».

2. (17-18) Una gloria venidera que supera cualquiera de las dificultades de la actualidad

Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria; no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas.

a. Leve tribulación: Cuando Pablo escribe: «esta leve aflicción», nos podemos preguntar si en realidad él conocía las pruebas «verdaderas». Algunos pueden pensar: «Bueno, Pablo, tu aflicción pudo ser leve, pero la mía no lo es. ¡Si tan solo supieras cómo sufro! ¡Es insoportable!”

i. Pablo no escribió como si tuviera la experiencia de un niño pequeño acerca de la aflicción, él tenía un título de grado. Describió algunos de sus padecimientos con estos términos en 2 Corintios 11:23-28:

· Azotes

· Cárceles

· Apedreamiento

· Naufragio

· Naufragio en alta mar

· Peligro de ladrones

· Peligros de los de mi nación

· Peligros de los gentiles

· Peligros en la ciudad

· Peligros en el desierto

· Peligros en el mar

· Peligros entre falsos hermanos

· En trabajo y fatiga

· En muchos desvelos

· En hambre y sed

· En muchos ayunos

· En frío y desnudez

ii. Esos son los padecimientos físicos, externos; pero, ¿y las cargas espirituales que soportó, y los ataques espirituales que enfrentó? «Esta rica teología del padecimiento fue forjada en el yunque de su propia experiencia de “los padecimientos de Cristo». (Harris)

iii. Así que cuando Pablo escribe: «esta leve tribulación», podemos saber lo que Dios quiere decir con esa expresión(leve tribulación). Si Pablo pudo decir que su tribulación fue leve, entonces, ¿cómo es la tuya?

b. Esta leve tribulación: ¿Por qué nuestra tribulación es leve y no pesada? Porque aun lo peor de ella, comparado con la eternidad, es momentáneo. Esto es parcialmente verdad, en el sentido de que la mayoría de nuestros problemas van y vienen; pero «esto también pasará». Esto es asimismo cierto en el sentido de que aun una vida prolongada según el estándar de este mundo, no es nada comparada con la eternidad. Aun si alguien vive 100 años y sufre cada día, esa aflicción es momentánea comparada con la eternidad.

c. Esta leve tribulación: ¿Por qué nuestra tribulación es leve y no pesada? Debido a lo que Dios ha cumplido en nosotros por medio de nuestra tribulación: un cada vez más excelente y eterno peso de gloria.

i. Las Escrituras son claras: «si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados» (Romanos 8:17). La gloria está ligada al padecimiento, y Dios nos dará una gloria mucho mayor que la aflicción que hemos padecido aquí. «La aflicción no es algo que deba de soportarse para poder alcanzar gloria. Es el proceso que crea la gloria. A través de los dolores de parto viene el nacimiento». (Morgan)

ii. Es como si Pablo dijera: «Vamos, pon todas tus aflicciones en un lado de la balanza, y aun pon tu pulgar para darle más peso en ese lado. Luego, pon el peso de gloria en el otro lado de la balanza, y verás que tienes una leve tribulación allí».

iii. Sí, ¡nuestra tribulación es leve!

· Nuestra tribulación es leve comparada con lo que otros sufren.

· Nuestra tribulación es leve comparada con lo que merecemos.

· Nuestra tribulación es leve comparada con lo que Jesús sufrió por nosotros

· Nuestra tribulación es leve comparada con las bendiciones que disfrutamos.

· Nuestra tribulación es leve mientras experimentamos el poder de apoyo de la gracia de Dios.

· Nuestra tribulación es leve cuando vemos la gloria a la que nos conduce.

iv. Al entender esto, en verdad podemos decir con Pablo: «esta leve tribulación».

d. Peso de gloria: No es fácil apreciar el peso de gloria porque es un eterno peso. El problema no es tanto lo que pensamos acerca de nuestra leve tribulación, sino que tenemos un concepto muy pequeño de nuestro peso de gloria que está por venir.

i. «Está visible en todas partes la influencia del hebreo de Pablo sobre su griego: chabad, significa «pesado» y «glorioso»; el apóstol en su griego une estos dos significados y dice «peso de gloria». (Dodd, citado en Clarke)

e. No mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven: Pablo dice esto, especialmente, refiriéndose a su propia vida y ministerio. A los ojos del mundo, la vida de Pablo era un increíble fracaso. En el apogeo de una carrera que llegaría mucho más alto, él lo dejó todo por una vida de sufrimientos, padecimientos y persecución, con un martirio eventual. Pablo reconocía que el mundo solamente mira el exterior, y no las cosas eternas que no se ven.

i. Cuando miramos las cosas que se ven, todo lo que vemos es nuestra leve tribulación, ¡y luego parece que no es tan leve! Pero cuando miramos las cosas que no se ven, entonces vemos y apreciamos el eterno peso de gloria.

ii. Pablo no está diciendo que todas las tribulaciones automáticamente producen gloria. Es posible que permitamos que las tribulaciones nos destruyan y que dejemos que la aflicción nos haga amargados, miserables, y que estemos centrados en nosotros mismos. Sin embargo, si miramos las cosas que no se ven, entonces nuestra tribulación obrará en nosotros un eterno peso de gloria.

©2020 The Enduring Word Comentario bíblico en español de David Guzik – ewm@enduringword.com

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