2 Crónicas 14 – El reinado de Asa
A. Las características del reinado de Asa.
1. (1-6) La bendición del reinado de Asa.
Durmió Abías con sus padres, y fue sepultado en la ciudad de David. Y reinó en su lugar su hijo Asa, en cuyos días tuvo sosiego el país por diez años. E hizo Asa lo bueno y lo recto ante los ojos de Jehová su Dios. Porque quitó los altares del culto extraño, y los lugares altos; quebró las imágenes, y destruyo los símbolos de Asera; y mandó a Judá que buscase a Jehová el Dios de sus padres, y pusiese por obra la ley y sus mandamientos. Quitó asimismo de todas las ciudades de Judá los lugares altos y las imágenes, y estuvo el reino en paz bajo su reinado.Y edificó ciudades fortificadas en Judá, por cuanto había paz en la tierra, y no había guerra contra él en aquellos tiempos; porque Jehová le había dado paz.
a. Reinó en su lugar su hijo Asa: Este bisnieto de Salomón tomó el trono de Judá al final del reinado de Jeroboam en Israel, después del breve reinado de su padre.
b. Hizo Asa lo bueno y lo recto ante los ojos de Jehová su Dios: Como se relata en 1 Reyes 15:11, Asa se parecía más a su antepasado David en su carácter como rey que a su propio padre.
c. Quitó los altares del culto extraño, y los lugares altos: Asa lanzó un movimiento de reforma que arremetió contra la idolatría y sancionó oficialmente el pecado.
i. 1 Reyes 15:12 dice que quitó del país a los sodomitas. Estos prostitutos homosexuales del templo de ídolos fueron introducidos a Judá durante el reinado de Roboam (1 Reyes 14:24). Abías, el padre de Asa, no eliminó estas perversiones e ídolos, pero el rey Asa sí.
ii. 1 Reyes 15 también nos dice que privó a su madre Maaca de ser reina madre, porque había hecho un ídolo de Asera. Esto demostró la rigurosidad de las reformas de Asa. Pudo actuar con rectitud incluso cuando su familia estaba equivocada, en particular su propia abuela (llamada Micaías en 2 Crónicas 13:2). “Es en el propio círculo familiar de un hombre donde se pone a prueba su fidelidad”. (Knapp)
d. Mandó a Judá que buscase a Jehová el Dios de sus padres: El rey Asa no podía obligar al pueblo a buscar al Señor y obedecerle. Sin embargo, podía dirigirlos con fuerza moral y con su propio ejemplo.
e. Quitó asimismo de todas las ciudades de Judá los lugares altos: Curiosamente, 1 Reyes 15:14 dice del reinado de Asa: sin embargo, los lugares altos no se quitaron. 2 Crónicas 14:3 conecta estos lugares altos con las imágenes de altares de dioses extranjeros. Por lo tanto, Asa quitó los lugares altos que estaban dedicados a los ídolos, pero no los que estaban dedicados al Señor.
f. Tuvo sosiego el país por diez años… porque Jehová le había dado paz: 1 Reyes 15:14 nos dice que el corazón de Asa fue perfecto para con Jehová toda su vida. Aquí vemos la bendición que él y el reino de Judá disfrutaron por su corazón leal a Dios.
i. Edificó ciudades fortificadas en Judá: “Aunque no tuvo guerras, proveyó para ellas. También lo hizo así la reina Elizabeth, y así debe hacerlo todo soldado cristiano”. (Trapp)
2. (7-8) El énfasis de Asa en fortalecer la defensa de la nación.
Dijo, por tanto a Judá: Edifiquemos estas ciudades, y cerquémoslas de muros con torres, puertas, y barras, ya que la tierra es nuestra: porque hemos buscado a Jehová nuestro Dios, lo hemos buscado, y él nos ha dado paz por todas partes. Edificaron pues, y fueron prosperados. Tuvo también Asa ejército que traía escudos y lanzas: de Judá trescientos mil, y de Benjamín doscientos ochenta mil que traían escudos y entesaban arcos; todos hombres diestros.
a. Edificaron pues, y fueron prosperados: El cronista incluye este relato, no registrado anteriormente en 1 Reyes, para animar al pueblo de su propio tiempo, a quienes se les había permitido reconstruir la ciudad destruida de Jerusalén después de su caída ante los babilonios.
B. Liberación de los etíopes
1. (9-11) La amenaza de Etiopia y el clamor a Dios.
Y salió contra ellos Zera etíope con un ejército de millones, y trescientos carros; y vino hasta Maresa. Entonces salió Asa contra él, y ordenaron la batalla en el valle de Sefata junto a Maresa. Y clamó Asa a Jehová su Dios, y dijo: ¡Oh Jehová, para ti no hay diferencia alguna en dar ayuda al poderoso o al que no tiene fuerzas. Ayúdanos, oh Jehová Dios nuestro, porque en ti nos apoyamos, y en tu nombre venimos contra este ejército. Oh Jehová, tú eres nuestro Dios: no prevalezca contra ti el hombre.
a. Y salió contra ellos Zera etíope con un ejército de millones, y trescientos carros: Este ejército terrible obviamente representaba una gran amenaza para el reino de Judá. Aunque Judá tenía un ejército de 580.000 hombres (2 Crónicas 14:8), este ejército enemigo era casi el doble de grande.
i. Asa podía saber que el poder de Dios no estaba limitado porque el ejército de Judá fuera más pequeño, debido a lo que Dios hizo por Judá bajo el reinado de Abías, su padre (2 Crónicas 13:3).
ii. “Es probable que Zera haya sido un general nubio (= Sudanés) en el ejército del Faraón Osorkon I (c. 924-884 a.C.), el hijo y sucesor de Sheshonq I (cf. 2 Crónicas 12:22 y sig.)”. (Selman)
b. Clamó Asa a Jehová su Dios: La oración de Asa mostró que él entendía correctamente que el poder de Dios no era mejorado ni limitado por la aparente fuerza o debilidad del hombre. Reconocía que esta batalla le pertenecía al Señor y pidió a Dios que defendiera su honor (no prevalezca contra ti el hombre).
i. “Recuérdenle a Dios toda su responsabilidad”. (Meyer)
2. (12-15) Dios da a Judá la victoria sobre los etíopes.
Y Jehová deshizo a los etíopes delante de Asa y delante de Judá; y huyeron los etíopes. Y Asa, y el pueblo que con él estaba, lo siguieron hasta Gerar; y cayeron los etíopes hasta no quedar en ellos aliento; porque fueron deshechos delante de Jehová y de su ejército. Y les tomaron muy grande botín. Atacaron también todas las ciudades alrededor de Gerar, porque el terror de Jehová cayó sobre ellas: y saquearon todas las ciudades, porque había en ellas gran botín. Asimismo atacaron las cabañas de los que tenían ganado, y se llevaron muchas ovejas y camellos, y volvieron a Jerusalén.
a. Y Jehová deshizo a los etíopes: Dios peleó en nombre del rey Asa y del reino de Judá; peleó tan efectivamente que fueron deshechos delante de Jehová y de su ejército.
b. Les tomaron muy grande botín: El pueblo de Dios no solo fue liberado de este peligro, sino que también fue enriquecido cuando el Señor peleó por ellos. En este sentido, fueron más que vencedores en que el Señor fue el que peleó y ellos compartieron el botín.
i. “El botín fue inmenso, porque la multitud fue prodigiosa, de hecho casi increíble; un millón de hombres en un lugar es casi demasiado para que la mente lo conciba, pero puede haber algún error en los números; se desprende de todo el relato que el número era enorme y el botín grande”. (Clarke)
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