2 Crónicas 34 – Josías y el libro de la ley
A. Los inicios de las reformas de Josías.
1. (1-2) Un resumen del reinado de Josías, el hijo de Amón.
De ocho años era Josías cuando comenzó a reinar, y treinta y un años reinó en Jerusalén. Este hizo lo recto ante los ojos de Jehová, y anduvo en los caminos de David su padre, sin apartarse a la derecha ni a la izquierda.
a. De ocho años era Josías cuando comenzó a reinar: Inusualmente, este joven llegó al trono a los ocho años. Esto se debió al asesinato de su padre.
i. “Por fin, después de más de trescientos años, se cumple la profecía del ‘hombre de Dios de Judá’ (1 Reyes 13:2)”. (Knapp)
b. Este hizo lo recto ante los ojos de Jehová: Esto fue cierto de Josías a esta temprana edad, pero en realidad tiene más intención de ser una descripción general de su reinado que una descripción de él a los ocho años.
2. (3-7) Josías contra la idolatría en Judá y el antiguo reino de Israel.
A los ocho años de su reinado, siendo aún muchacho, comenzó a buscar al Dios de David su padre; y a los doce años comenzó a limpiar a Judá y a Jerusalén de los lugares altos, imágenes de Asera, esculturas, e imágenes fundidas. Y derribaron delante de él los altares de los baales, e hizo pedazos las imágenes del sol, que estaban puestas encima; despedazó también los imágenes de Asera, y las esculturas y estatuas fundidas, y las desmenuzó, y esparció el polvo sobre los sepulcros de los que les habían ofrecido sacrificio. Quemó además los huesos de los sacerdotes sobre sus altares, y limpió a Judá y a Jerusalén. Lo mismo hizo en las ciudades de Manasés, Efraín, Simeón, y hasta Neftalí, y en los lugares asolados alrededor. Y cuando hubo derribado los altares y los imágenes de Asera, y quebrado y desmenuzado las esculturas, y destruído todos los ídolos por toda la tierra de Israel, volvió a Jerusalén.
a. Comenzó a limpiar a Judá y a Jerusalén de los lugares altos, imágenes de Asera, esculturas, e imágenes fundidas: La adoración de esta gran variedad de ídolos se afianzó después del reinado de Amón. Las últimas reformas de Manasés ayudaron en contra de esta tendencia, pero desde el breve pero perverso reinado de Amón, había mucha idolatría en la tierra.
i. La variedad de ídolos descritos muestra cuán profunda era la idolatría en Judá. Había ídolos dedicados a Baal y Asera (2 Reyes 23:4) y a todo el ejército de los cielos (2 Reyes 23:5) en el templomismo (2 Reyes 23:4). Según el relato de 2 Reyes, parece que Josías comenzó las reformas de limpieza desde el centro y trabajó hacia afuera.
ii. “‘Buscar’ en Crónicas describe el hábito de buscar a Dios en cada situación, y también la actitud que Dios busca en aquellos que oran (2 Crónicas 7:14; 30:19)”. (Selman)
iii. A los doce años: Payne relaciona esto con “una época particular de caos que ocurrió en todo el antiguo Cercano Oriente y que fue precipitada por una invasión desde el norte por jinetes nómadas y bárbaros conocidos como los escitas (628-626 a.C.)… Sus incursiones causaron terror entre los autocomplacidos judíos (Jeremías 6:22-24; Sofonías 1:12).
iv. “Se utilizan aquí cinco o seis palabras, para mostrar como las despedazó y las desmenuzó, como decimos; tal fue su santa indignación, celo y venganza”. (Trapp)
b. Quemó además los huesos de los sacerdotes sobre sus altares: Josías hizo esto tanto para llevar a cabo el castigo prescrito de los sacerdotes idólatras en Israel como para profanar estos altares paganos.
i. Las reformas de Josías no solo eliminaron las cosas pecaminosas, sino también a las personas pecadoras que promovieron y permitieron estas cosas pecaminosas. Los ídolos que llenaron el templo no llegaron ni permanecieron allí solos – hubo sacerdotes que fueron responsables de estas prácticas pecaminosas.
ii. Cualquier reforma completa no puede solo tratar con las cosas pecaminosas; también debe tratar con las personas pecadoras. Si no se trata con las personas pecadoras, rápidamente traerán de vuelta las cosas pecaminosas que fueron correctamente removidas.
c. Lo mismo hizo en las ciudades de Manasés, Efraín, Simeón… por toda la tierra de Israel: Dado que el reino de Israel había sido conquistado por el Imperio asirio y estaba en proceso de ser despoblado como resultado del exilio, Josías también pudo extender allí sus reformas.
i. “Y hasta Neftalí; que estaba en los límites del extremo norte del reino de Israel. Porque debe recordarse que las diez tribus ahora habían sido llevadas cautivas; y los que quedaron en su lugar eran débiles y pocos, y no pudieron resistir el poder de Josías”. (Poole)
3. (8-13) La restauración del templo.
A los dieciocho años de su reinado, después de haber limpiado la tierra y la casa, envió a Safán hijo de Azalía, a Maasías gobernador de la ciudad, y a Joa hijo de Joacaz, canciller, para que reparasen la casa de Jehová su Dios. Vinieron estos al sumo sacerdote Hilcías, y dieron el dinero que había sido traído a la casa de Jehová, que los levitas que guardaban la puerta habían recogido de mano de Manasés y de Efraín y de todo el remanente de Israel, de todo Judá y Benjamín, y de los habitantes de Jerusalén. Y lo entregaron en mano de los que hacían la obra, que eran mayordomos en la casa de Jehová, los cuales lo daban a los que hacían la obra y trabajaban en la casa de Jehová, para reparar y restaurar el templo. Daban asimismo a los carpinteros y canteros para que comprasen piedra de cantería, y madera para los armazones, y para la entabladura de los edificios que habían destruído los reyes de Judá. Y estos hombres procedían con fidelidad en la obra: y eran sus mayordomos Jahat y Abdías, levitas de los hijos de Merari; y Zacarías y Mesulam de los hijos de Coat, para que activasen la obra; y de los levitas, todos los entendidos en instrumentos de música. También velaban sobre los cargadores, y eran mayordomos de los que se ocupaban en cualquier clase de obra; y de los levitas había escribas, gobernadores, y porteros.
a. A los dieciocho años de su reinado: Después de su enérgica campaña para limpiar la tierra de Judá e Israel de la idolatría, Josías se esforzó por restaurar el templo abandonado, tal como lo había hecho su predecesor Ezequías (2 Crónicas 29).
i. “El cronista (2 Crónicas 34-35) parece presentar una secuencia de eventos en dos etapas: (i) la purificación de las prácticas religiosas en Judá, Jerusalén y Neftalí en el duodécimo año de Josías, y (ii) una reforma continua estimulada por el descubrimiento del Libro de la Ley en el decimoctavo año. Pero esta puede ser una presentación para que encaje con los énfasis particulares del cronista”. (Wiseman)
ii. “Incluso si Josías aún no había visto una copia de este libro, (lo cual no es imposible,) aun así quedaba mucho de la ley en las mentes y en las memorias del pueblo, que fácilmente podría haberlo persuadido y dirigido a todo lo que había hecho hasta ese momento”. (Poole)
iii. Es posible que Josías se sintiera motivado a reconstruir el templo después de escuchar (o recordar) que esto fue lo que hizo el rey Joás muchos años antes (2 Reyes 12).
b. Y lo entregaron en mano de los que hacían la obra, que eran mayordomos en la casa de Jehová: Josías entendía que el trabajo de reparación y reconstrucción del templo necesitaba organización y financiamiento. Prestó atención a ambas necesidades cuando le dio a Hilcías la supervisión de esta obra de restauración del templo. Como resultado, estos hombres procedían con fidelidad.
i. Según Jeremías 1:1-2, el profeta Jeremías era hijo de este particular sacerdote, Hilcías. Jeremías comenzó su ministerio durante el reinado del rey Josías.
4. (14-17) El descubrimiento del Libro de la Ley.
Y al sacar el dinero que había sido traído a la casa de Jehová, el sacerdote Hilcías halló el libro de la ley de Jehová dada por medio de Moisés. Y dando cuenta Hilcías, dijo al escriba Safán: Yo he hallado el libro de la ley en la casa de Jehová. Y dio Hilcías el libro a Safán. Y Safán lo llevó al rey, y le contó el asunto, diciendo: Tus siervos han cumplido todo lo que les fue encomendado. Han reunido el dinero que se halló en la casa de Jehová, y lo han entregado en mano de los encargados, y en mano de los que hacen la obra.
a. El sacerdote Hilcías halló el libro de la ley de Jehová: Según Deuteronomio 31:24-27, debía haber una copia de este libro de la ley junto al arca del pacto, comenzando en los días de Moisés. La palabra de Dios estaba con Israel, pero estaba muy descuidada en aquellos días.
i. “‘El libro’, sin embargo, parece haberse extraviado durante las administraciones apóstatas de los reyes anteriores, Manasés y Amón, bajo los cuales se había movido el arca (2 Crónicas 35:3)”. (Payne)
ii. “El anuncio personal de Hilcías, ‘he hallado el libro de la ley’, se destaca claramente… El secretario Safán confirma que el hallazgo tuvo lugar en el contexto de la fidelidad de los trabajadores”. (Selman)
iii. “Aunque durante mucho tiempo se había aceptado una conexión cercana entre el rollo de Josías y Deuteronomio, las implicaciones de esto para los orígenes de Deuteronomio son mucho más inciertas, ya que ni Reyes ni Crónicas proporcionan evidencia directa de la tesis, defendida repetidamente desde 1805, de que el pergamino se compuso como parte de un movimiento de reforma deuteronómica”. (Selman)
iv. “¿Era este el autógrafo de Moisés? Es muy probable que así fuera; porque en el lugar paralelo, 2 Crónicas 34:14, se dice que es el libro de la ley de Jehová, dada por medio de Moisés. Se supone que es la parte de Deuteronomio (Deuteronomio 28-30 y 31) que contiene la renovación del pacto en las llanuras de Moab, y que contiene las invectivas más terribles contra los corruptores de la palabra y la adoración de Dios”. (Clarke)
b. Y Safán lo llevó al rey: Aquí la palabra de Dios se difunde. Había sido olvidada y considerada nada más que un libro viejo y polvoriento. Ahora era encontrada, leída y difundida. Debemos esperar que siga alguna medida de avivamiento espiritual y renovación.
i. A lo largo de la historia del pueblo de Dios, cuando la palabra de Dios se recupera y se difunde, sigue el avivamiento espiritual. Puede comenzar tan simplemente como lo hizo en los días de Josías, con un hombre encontrando, leyendo, creyendo y difundiendo el Libro.
ii. Otro ejemplo de esto en la historia es la historia de Pedro Valdo y sus seguidores, a veces conocidos como valdenses. Valdo era un rico comerciante que dejó su negocio para seguir radicalmente a Jesús. Contrató a dos sacerdotes para traducir el Nuevo Testamento al idioma común y, usando esto, comenzó a enseñar a otros. Enseñaba en las calles o dondequiera que pudiera encontrar a alguien que escuchara. Mucha gente común vino a escucharlo y comenzó a seguir radicalmente a Jesucristo. Les enseñó el texto del Nuevo Testamento en el idioma común y los funcionarios de la iglesia lo reprendieron por hacerlo. Ignoró la reprimenda y continuó enseñando, y finalmente envió a sus seguidores de dos en dos a aldeas y mercados para enseñar y explicar las Escrituras. Las escrituras fueron memorizadas por los valdenses, y no era raro que sus ministros memorizaran todo el Nuevo Testamento y grandes secciones del Antiguo Testamento. La palabra de Dios – cuando es encontrada, leída, creída y difundida – tiene este tipo de poder transformador.
5. (18-21) El rey Josías escucha la palabra de Dios.
Además de esto, declaró el escriba Safán al rey, diciendo: El sacerdote Hilcías me dio un libro. Y leyó Safán en él delante del rey. Luego que el rey oyó las palabras de la ley, rasgó sus vestidos; Y mandó a Hilcías y a Ahicam hijo de Safán, y a Abdón hijo de Micaía, y a Safán escriba, y a Asaías siervo del rey, diciendo: Andad, consultad a Jehová por mí, y por el remanente de Israel y de Judá, acerca de las palabras del libro que se ha hallado; porque grande es la ira de Jehová que ha caído sobre nosotros, por cuanto nuestros padres no guardaron la palabra de Jehová, para hacer conforme a todo lo que está escrito en este libro.
a. Luego que el rey oyó las palabras de la ley: El oír la palabra de Dios hizo una obra espiritual en el rey Josías. No se trataba simplemente de la transmisión de información; el oír la palabra de Dios tuvo un impacto de poder espiritual en Josías.
i. “Un arzobispo medieval de Canterbury… asumía que Josías escuchó todo el libro de una sola vez: “¡Qué contraste con nuestros reyes y magnates actuales! Si una vez al año escuchan la predicación de la palabra de Dios, les resulta nauseabundo y abandonan la iglesia antes de que termine el sermón”. (Selman)
b. Rasgó sus vestidos: Rasgarse la ropa era una expresión tradicional de horror y asombro. De la manera más fuerte posible, Josías mostró su dolor por su propia cuenta y por la nación. Esta fue una expresión de profunda convicción de pecado y fue algo bueno.
i. El avivamiento y el despertar espiritual están marcados por tales expresiones de convicción de pecado. Dr. J. Edwin Orr, en El segundo despertar evangélico de Bretaña relató algunos ejemplos del gran movimiento que impactó a Gran Bretaña y al mundo en 1859-1861.
ii. Esta convicción de pecado es la obra especial del Espíritu Santo, incluso como dijo Jesús en Juan 16:8: “Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado”.
c. Andad, consultad a Jehová por mí: No era que el rey Josías no supiera nada de Dios ni de cómo buscarlo. Era que sentía tan fuerte la convicción de pecado que no sabía qué hacer a continuación.
d. Porque grande es la ira de Jehová que ha caído sobre nosotros Josías sabía que el reino de Judá merecía el juicio de Dios. No podía escuchar la palabra de Dios y responder al Espíritu de Dios sin confrontar seriamente el pecado de su reino.
6. (22-28) Dios habla al rey Josías.
Entonces Hilcías y los del rey fueron a Hulda profetisa, mujer de Salum hijo de Ticva, hijo de Harhas, guarda de las vestiduras, la cual moraba en Jerusalén en el segundo barrio, y le dijeron las palabras antes dichas. Y ella respondió: Jehová Dios de Israel ha dicho así: Decid al varón que os ha enviado a mí, que así ha dicho Jehová: He aquí yo traigo mal sobre este lugar, y sobre los moradores de él, todas las maldiciones que están escritas en el libro que leyeron delante del rey de Judá: Por cuanto me han dejado, y han ofrecido sacrificios a dioses ajenos, provocándome a ira con todas las obras de sus manos; por tanto se derramará mi ira sobre este lugar, y no se apagará. Mas al rey de Judá, que os ha enviado a consultar a Jehová, así le diréis: Jehová el Dios de Israel ha dicho así: Por cuanto oíste las palabras del libro, Y tu corazón se conmovió, y te humillaste delante de Dios al oír sus palabras sobre este lugar y sobre sus moradores, y te humillaste delante de mí, y rasgaste tus vestidos, y lloraste en mi presencia, yo también te he oído, dice Jehová. He aquí que yo te recogeré con tus padres, y serás recogido en tu sepulcro en paz, y tus ojos no verán todo el mal que yo traigo sobre este lugar y sobre los moradores de él. Y ellos refirieron al rey la respuesta.
a. Hulda profetisa: Sabemos poco de esta mujer aparte de esta mención aquí (y el relato similar registrado en 2 Reyes 22:14). Con la aparente aprobación del rey Josías, el sacerdote Hilcías consultó a esta mujer en busca de guía espiritual. No fue por su propia sabiduría y espiritualidad, sino porque era reconocida como una profetisa y podía revelar el corazón y la mente de Dios.
i. Ciertamente había otros profetas en Judá. “Aunque no se menciona al profeta contemporáneo Jeremías, él elogió a Josías (Jeremías 22:15-16) y el profeta Sofonías (Sofonías 1:1) estuvo activo en este reinado” (Wiseman). Sin embargo, por alguna razón – quizás espiritual, quizás práctica – eligieron consultar a Hulda profetisa.
ii. “De esto encontramos, y tenemos muchos hechos en todas las épocas para corroborarlo, que un pontífice, un papa, un obispo o un sacerdote, en algunos casos, puede no poseer el verdadero conocimiento de Dios; y que una simple mujer, que posee la vida de Dios en su alma, puede tener más conocimiento de los testimonios divinos que muchos de aquellos cuyo oficio es explicarlos y hacerlos cumplir”. (Clarke)
b. He aquí yo traigo mal sobre este lugar, y sobre los moradores de él: Josías sabía que Judá merecía juicio, y que el juicio ciertamente vendría. Judá y sus líderes habían actuado en contra del Señor durante demasiado tiempo y no se arrepentirían genuinamente para evitar un juicio final.
c. Todas las maldiciones que están escritas en el libro: La palabra de Dios era verdadera, incluso en sus promesas de juicio. La fidelidad de Dios se demuestra tanto por su juicio sobre los inicuos como por su misericordia sobre los arrepentidos.
i. “Josías continuó con la obra de reforma, incluso cuando sabía que a nivel nacional estaba predestinado al fracaso… Ella le dijo claramente que no habría un verdadero arrepentimiento por parte del pueblo y, por lo tanto, el juicio era inevitable. Fue entonces cuando se manifestó la fuerza heroica de Josías, en que continuó con su obra… Ningún camino de servicio es más difícil que el de dar testimonio de Dios, en palabra y en obra, en medio de condiciones donde no hay respuesta”. (Morgan)
d. Y tu corazón se conmovió: El corazón de Josías se conmovió de dos maneras. Primero, se conmovió con la palabra de Dios y fue capaz de recibir la voz de convicción del Espíritu Santo. Segundo, se conmovió con el mensaje de juicio de Hulda de los versículos anteriores.
i. Te humillaste delante de Dios al oír sus palabras: “¿Alguna vez has notado la diferencia entre ser humilde y ser humillado? Son humilladas muchas personas que no son en absoluto humildes… Es una humillación voluntaria del alma la que se inculca con el ejemplo de Josías. Que el Espíritu de Dios nos haga estar dispuestos en el día de su poder, para que voluntariamente nos humillemos delante de Dios”. (Spurgeon)
e. Y serás recogido en tu sepulcro en paz: Aunque Josías murió en batalla, hay al menos tres formas en que esto fue cierto.
·Murió antes de que el gran desastre espiritual y el exilio llegaran a Judá.
·Fue reunido con los espíritus de sus padres, quienes estaban en paz.
·Murió en el favor de Dios, aunque por la mano de un enemigo.
i. “Aunque Josías murió en circunstancias violentas (2 Crónicas 35:20-24), esto no invalida la promesa de Dios, que realmente significa que el exilio no se llevaría a cabo durante la vida de Josías”. (Selman)
f. Tus ojos no verán todo el mal que yo traigo sobre este lugar: Esta fue la misericordia de Dios para Josías. Su propia piedad y corazón sensible no pudieron detener el eventual juicio de Dios, pero podrían retrasarlo. El juicio inevitable a veces se retrasa debido al corazón sensible del pueblo de Dios.
i. Dios retrasó el juicio incluso en el caso de Acab, quien respondió a una palabra de advertencia con una especie de arrepentimiento (1 Reyes 21:25-29).
B. El arrepentimiento sincero del rey Josías y del pueblo de Judá.
1. (29-30) Josías lee la palabra de Dios a los líderes de Judá.
Entonces el rey envió y reunió todos los ancianos de Judá y de Jerusalén. Y subió el rey a la casa de Jehová, y con él todos los varones de Judá, y los moradores de Jerusalén, y los sacerdotes, los levitas y todo el pueblo desde el mayor hasta el más pequeño; y leyó a oídos de ellos todas las palabras del libro del pacto que había sido hallado en la casa de Jehová.
a. Entonces el rey envió y reunió todos los ancianos de Judá: Josías escuchó la promesa tanto del juicio final como de la demora inmediata del juicio. No respondió con indiferencia o simple contentamiento de que no vería el juicio en su día. Quería arreglar el reino con Dios, y sabía que no podía hacerlo todo por sí mismo – necesitaba que todos los ancianos de Judá se unieran a él en un arrepentimiento quebrantado.
b. Y leyó a oídos de ellos todas las palabras del libro: El rey hizo esto él mismo. Estaba tan preocupado de que la nación escuchara la palabra de Dios que se las leyó él mismo.
i. “Es especialmente interesante que él considere la forma escrita de la palabra de Dios como superior a la tradición heredada y esté dispuesto a pagar el costo de corregir sus prioridades”. (Selman)
2. (31-33) El pacto es renovado.
Y estando el rey en pie en su sitio, hizo delante de Jehová pacto de caminar en pos de Jehová y de guardar sus mandamientos, sus testimonios y sus estatutos, con todo su corazón y con toda su alma, poniendo por obra las palabras del pacto que estaban escritas en aquel libro. E hizo que se obligaran a ello todos los que estaban en Jerusalén y en Benjamín; y los moradores de Jerusalén hicieron conforme al pacto de Dios, del Dios de sus padres. Y quitó Josías todas las abominaciones de toda la tierra de los hijos de Israel, e hizo que todos los que se hallaron en Israel sirviesen a Jehová su Dios. No se apartaron de en pos de Jehová el Dios de sus padres, todo el tiempo que él vivió.
a. Y estando el rey en pie en su sitio, hizo delante de Jehová pacto de caminar en pos de Jehová: El rey Josías se paró ante el pueblo y declaró públicamente su compromiso de obedecer la palabra de Dios lo mejor que pudiera (con todo su corazón y con toda su alma).
i. “[Él] hizo pacto es literalmente ‘[él] cortó un pacto’, que se remonta a la práctica de cortar el cadáver de un animal y separar las partes para que las partes contratantes pudieran sellar su acuerdo caminando entre ellas (cf. Génesis 15:17; Jeremías 34:18)”. (Dilday)
b. E hizo que se obligaran a ello todos los que estaban: No bastaba que el mismo rey lo hiciera y ofreciera su ejemplo al pueblo. Ellos tenían que seguir, tomando una posición respecto al pacto ellos mismos. Esto mostró que la obra del Espíritu de Dios iba más allá del rey y los líderes y se extendía también al pueblo.
i. “Es probable que hizo que todos se levantaran cuando leyó los términos del pacto, y así testificaron su aprobación del pacto mismo y su resolución de observarlo fiel y perseverantemente”. (Clarke)
ii. “La ceremonia se compara con el pacto básico de Mizpa (Génesis 31:43-55; 1 Samuel 7:5-12) y la renovación del pacto en Siquem (Josué 24), los cuales marcaron puntos de inflexión en la historia judía”. (Wiseman)
c. No se apartaron de en pos de Jehová el Dios de sus padres, todo el tiempo que él vivió: La obra del rey Josías tuvo un efecto duradero entre el pueblo de Judá. Se mantuvieron fieles a Dios durante su reinado.
©2021 The Enduring Word Comentario bíblico en español de David Guzik – ewm@enduringword.com