2 de Reyes 1




2 Reyes 1 – Elías y Ocozías

A. La herida de Ocozías.

1. (1-2) Ocozías busca a Baal-zebub.

Después de la muerte de Acab, se rebeló Moab contra Israel. Y Ocozías cayó por la ventana de una sala de la casa que tenía en Samaria; y estando enfermo, envió mensajeros, y les dijo: Id y consultad a Baal-zebub dios de Ecrón, si he de sanar de esta mi enfermedad

a. Después de la muerte de Acab, se rebeló Moab contra Israel: El reino de Acab fue un desastre espiritual para el reino del norte, pero fue un tiempo de seguridad política y prosperidad económica. Después de su muerte, el reino de Moab encontró una buena oportunidad para liberarse del dominio de Israel.

i. «Su tierra estaba inmediatamente al este del mar Muerto y compartía una frontera indefinida con Israel al norte, aproximadamente en el punto donde el río Jordán desemboca en el mar Muerto». (Dilday)

ii. Moab había estado bajo el dominio israelita desde los días de David (2 Samuel 8:2 y 8:11-12). Esta rebelión de Moab en los días de Ocozías es una señal del juicio de Dios y de la decadencia del poder de Israel.

b. Y Ocozías cayó por la ventana de una sala de la casa que tenía en Samaria: Esta, ciertamente, fue una crisis inesperada. Tales accidentes le ocurren tanto a reyes como a súbditos.

i. «El rey, aparentemente, se inclinó contra la ventana de madera y se cayó desde el balcón del segundo piso hacia el piso de abajo». (Dilday)

c. Id y consultad a Baal-zebub dios de Ecrón, si he de sanar de esta mi enfermedad: Ocozías mostró que era un verdadero adorador de Baal-zebub, porque se volvió a este Dios en su tiempo de necesidad.

i. «Probablemente, Baal-zebub era un Dios que protegía de las plagas que eran provocadas por las moscas. Hay numerosas referencias a “dioses mosca” en la literatura clásica». (Dilday)

ii. «Él era el dios local de Ecrón y, posiblemente, al principio era utilizado para ahuyentar las moscas. Después de eso, se convirtió en un demonio muy respetado, y se suponía que tenía mucha influencia y gran poder. En el Nuevo Testamento, Belcebú es un nombre común para Satanás mismo, o el príncipe de los demonios». (Adam Clarke)

iii. «Los hombres aman a los dioses que son más semejantes a ellos, así que no es sorprendente que Ocozías buscara la ayuda de este miserable dios filisteo». (Knapp)

2. (3-4) El mensaje de Elías a Ocozías.

Entonces el ángel de Jehová habló a Elías tisbita, diciendo: Levántate, y sube a encontrarte con los mensajeros del rey de Samaria, y diles: ¿No hay Dios en Israel, que vais a consultar a Baal-zebub dios de Ecrón? Por tanto, así ha dicho Jehová: Del lecho en que estás no te levantarás, sino que ciertamente morirás. Y Elías se fue.

a. ¿No hay Dios en Israel?: Hay dudas sobre si el rey Ocozías creía que Yahvé vivía, pero lo cierto es que él vivía como si no hubiera Dios en Israel. Era un ateo práctico, y la forma en que buscó a Baal-zebub en vez de a Jehová lo demostró.

b. Del lecho en que estás no te levantarás, sino que ciertamente morirás: Ocozías no buscó ayuda del Dios verdadero; por lo tanto, no obtendría una verdadera ayuda. En vez de eso, esta sería una ocasión para que el Dios verdadero enviara un mensaje de juicio al rey Ocozías.

i. Según Wiseman, cuando los antiguos buscaban a sus dioses por cuestiones médicas, «el resultado usualmente era dado en el texto médico de pronóstico “ella/él morirá”, como en los versículos 6, 16 (“ciertamente morirás”)». Esto significa que las palabras de Elías («ciertamente morirás») fueron emitidas como un diagnóstico médico. Fue como si Elías dijera: «Aquí está tu diagnóstico Ocozías: tu condición es fatal e irreversible».

ii. De hecho, esto fue un acto misericordioso de Dios hacia Ocozías. Dios le dijo algo que pocas personas saben: que su muerte era inminente y que tenía tiempo para arrepentirse y prepararse para encontrarse con Dios.

iii. Este anuncio profético tal vez también pueda explicar por qué Ocozías no quería buscar respuesta de Jehová: sabía cuál podía ser la respuesta. Al buscar a Baal-zebub para hallar una respuesta, tal vez Ocozías quería encontrar un dios que le dijera lo que quería escuchar.

3. (5-8) Los mensajeros regresan a Ocozías.

Cuando los mensajeros se volvieron al rey, él les dijo: ¿Por qué os habéis vuelto? Ellos le respondieron: Encontramos a un varón que nos dijo: Id, y volveos al rey que os envió, y decidle: Así ha dicho Jehová: ¿No hay Dios en Israel, que tú envías a consultar a Baal-zebub dios de Ecrón? Por tanto, del lecho en que estás no te levantarás; de cierto morirás. Entonces él les dijo: ¿Cómo era aquel varón que encontrasteis, y os dijo tales palabras? Y ellos le respondieron: Un varón que tenía vestido de pelo, y ceñía sus lomos con un cinturón de cuero. Entonces él dijo: Es Elías tisbita.

a. Encontramos a un varón: Aunque habían ido a buscar palabra de los sacerdotes paganos de Baal-Zebub, el mensaje de Elías los persuadió tanto que no siguieron adelante con su misión inicial.

i. «Esta delegación oficial del rey no hubiera retornado de su asignación real solo porque algún caminante anónimo se los hubiera pedido. Debió haber habido alguna cualidad irresistible en la personalidad de Elías, una presencia espiritual convincente, que los obligó a obedecer a este extraño a pesar de que ni siquiera sabían quién era». (Dilday)

b. ¿Cómo era aquel varón que encontrasteis, y os dijo tales palabras?: Ocozías, claramente, sospechaba que era el profeta Elías quien había dado este mensaje. Sus sospechas fueron confirmadas cuando el varón fue descrito como un varón que tenía vestido de pelo, y ceñía sus lomos con un cinturón de cuero.

i. Las palabras hebreas traducidas como «vestido de pelo» tienen el significado literal de «poseedor de pelo». «Esta descripción, probablemente, se refiere a las pieles peludas de animales que vestía atadas alrededor de su cintura con un cinto de cuero». (Dilday)

ii. Esta descripción de Elías también conecta el ministerio de Elías con el ministerio de Juan el Bautista, quien se vistió con pieles de animales (Mateo 3:4). Cuando los sacerdotes y levitas lo vieron preguntaron: «¿Eres Elías?» (Juan 1:19-21).

iii. «Ya sea porque Elías tenía demasiado cabello en su cabeza y rostro, o porque, como profeta, vestía una prenda áspera (Zacarías 13:4), esto era una muestra de arrepentimiento». (Trapp)

B. Elías se aparece delante de Ocozías.

1. (9-10) El juicio viene contra los soldados que fueron a arrestarlo.

Luego envió a él un capitán de cincuenta con sus cincuenta, el cual subió a donde él estaba; y he aquí que él estaba sentado en la cumbre del monte. Y el capitán le dijo: Varón de Dios, el rey ha dicho que desciendas. Y Elías respondió y dijo al capitán de cincuenta: Si yo soy varón de Dios, descienda fuego del cielo, y consúmate con tus cincuenta. Y descendió fuego del cielo, que lo consumió a él y a sus cincuenta

a. Luego envió a él un capitán de cincuenta con sus cincuenta: Estos eran una gran cantidad de hombres para capturar a un profeta. Evidentemente, Ocozías envió a más hombres de los que normalmente se requería.

b. Varón de Dios, el rey ha dicho que desciendas: El capitán aquí admitió la virtud de Elías cuando lo llamó «Varón de Dios». Por lo tanto, estuvo mal que hicieran esto; incluso, si eran ordenes de su rey.

i. La Biblia, claramente, enseña que les debemos sumisión al gobierno y a las autoridades gubernamentales (Romanos 13:1-2). Sin embargo, en el ámbito humano, la orden bíblica de someterse nunca es absoluta; sino que siempre está condicionada a la responsabilidad de someterse a Dios (Hechos 5:29). Este comandante debió de haberse resistido a la orden impía e inmoral del rey Ocozías y obedecer a Dios. Sus cincuenta hombres debieron haberse negado a obedecer la impía e inmoral orden de su capitán.

c. Si yo soy varón de Dios, descienda fuego del cielo: Elías puso el asunto en completo contraste. Si él realmente era un varón de Dios, entonces el capitán y sus hombres estaban en una misión impía e inmoral. Como Elías no podía hacer que descendiera fuego del cielo sin la aprobación divina, le pidió aDios que evaluara a estos hombres y la justicia de sus acciones contra el profeta de Dios.

i. «O ellos no lo consideraban como un profeta, o se gloriaron al poner el poder de su amo por encima del poder de Jehová. En cualquier caso, el insulto no era tanto contra Elías como contra el Dios de Elías». (Meyer)

ii. Elías no dijo: «Claro que soy un hombre de Dios». En vez de eso, contestó: «Si yo soy varón de Dios». Esencialmente, Elías dijo: «Ustedes dicen que soy un hombre de Dios, aunque no actúan como tal. Tal vez lo soy, tal vez no. Dejemos que Dios decida con fuego».

iii. «Algunos han culpado al profeta por haber destruido a estos hombres, al hacer que descendiera fuego del cielo sobre ellos. Pero ellos no consideran que Elías no tenía poder para hacer que descendiera fuego del cielo. Solo Dios pudo enviar fuego, y como Él es justo y bueno, no hubiera destruido a estos hombres si no hubiera habido una causa adecuada para justificar el acto». (Clarke)

d. Y descendió fuego del cielo, que lo consumió a él y a sus cincuenta: Dios trajo juicio sobre estos hombres que actuaron como si Yahvé no fuera un Dios real y como si Elías no fuera realmente su siervo.

i. El capitán le dio a Elías la siguiente orden: «que desciendas». El varón de Dios no descendió, pero el fuego de Dios sí.

ii. «Se debe de resaltar que la orden que se demandó de Elías era incorrecta. Un rey no tenía ningún derecho a semejante lealtad, y sus acciones siempre debían de estar subordinadas a la Palabra de Dios. Dios estaba protegiendo su palabra y a su siervo». (Wiseman)

2. (11-12) El juicio también llega sobre un segundo capitán.

Volvió el rey a enviar a él otro capitán de cincuenta con sus cincuenta; y le habló y dijo: Varón de Dios, el rey ha dicho así: Desciende pronto. Y le respondió Elías y dijo: Si yo soy varón de Dios, descienda fuego del cielo, y consúmate con tus cincuenta. Y descendió fuego del cielo, y lo consumió a él y a sus cincuenta.

a. Varón de Dios, el rey ha dicho así: El segundo capitán repitió el mismo error que el primer capitán; pero, incluso, con más culpa, porque sabía lo que le había sucedido al primer capitán. El juicio sobre el primer grupo debió de haber sido una advertencia para este segundo capitán y sus cincuenta.

i. La petición específica del segundo capitán («Desciende pronto») muestra que este fue aún más atrevido y demandante que el primero.

ii. El pueblo y los líderes de Israel habían ido tras dioses paganos por tanto tiempo que ya no podían distinguir entre los dioses imaginarios e incapaces del mundo pagano y Yahvé, Dios de Israel. Ellos pensaron que Yahvé era tan impotente como sus propios dioses inútiles.

b. Si yo soy varón de Dios, descienda fuego del cielo, y consúmate con tus cincuenta: Elías dejó el asunto en manos de Dios, y Dios respondió una vez más con un juicio dramático.

3. (13-15) El tercer capitán se presenta con humildad y Elías va con él.

Volvió a enviar al tercer capitán de cincuenta con sus cincuenta; y subiendo aquel tercer capitán de cincuenta, se puso de rodillas delante de Elías y le rogó, diciendo: Varón de Dios, te ruego que sea de valor delante de tus ojos mi vida, y la vida de estos tus cincuenta siervos. He aquí ha descendido fuego del cielo, y ha consumido a los dos primeros capitanes de cincuenta con sus cincuenta; sea estimada ahora mi vida delante de tus ojos. Entonces el ángel de Jehová dijo a Elías: Desciende con él; no tengas miedo de él. Y él se levantó, y descendió con él al rey.

a. Se puso de rodillas delante de Elías y le rogó: El tercer capitán manejó su misión de una manera totalmente diferente. Se acercó a Elías humildemente, reconociendo que realmente era un varón de Dios. Tal vez, el tercer capitán vio los dos lugares ennegrecidos de tierra chamuscada antes de hablar con Elías.

b. Desciende con él; no tengas miedo de él: No era que Dios no quisiera que Elías fuera con el rey Ocozías; era que Ocozías, sus capitanes, y sus soldados, todos actuaron como si no hubiera Dios en Israel. Cuando la petición fue hecha sabia y humildemente, Elías fue.

i. Había muchas razones por las que Ocozías quería arrestar a Elías, a pesar de que ya había escuchado la profecía a través de Elías. Tal vez, quería que Elías se retractara de su palabra de destrucción y utilizaría la fuerza para obligarlo a hacerlo. Tal vez, solo quería mostrar su ira contra el profeta que lo había atormentado a él y a su padre por tanto tiempo. Tal vez, quería silenciar dramáticamente a Elías para que futuros profetas no se atrevieran a hablar osadamente contra el rey de Israel. Dios le aseguró a Elías que no tenía nada que temer de Ocozías.

4. (16) Elías entrega el mismo mensaje a Ocozías.

Y le dijo: Así ha dicho Jehová: Por cuanto enviaste mensajeros a consultar a Baal-zebub dios de Ecrón, ¿no hay Dios en Israel para consultar en su palabra? No te levantarás, por tanto, del lecho en que estás, sino que de cierto morirás.

a. ¿No hay Dios en Israel para consultar en su palabra?: Este fue el mismo mensaje que Elías les dio a los hombres de Ocozías enviados para consultar a Baal-zebub. El mensaje de Dios no cambió solo porque Ocozías no quiso escucharlo la primera vez.

5. (17-18) Ocozías muere y no deja sucesor.

Y murió conforme a la palabra de Jehová, que había hablado Elías. Reinó en su lugar Joram, en el segundo año de Joram hijo de Josafat, rey de Judá; porque Ocozías no tenía hijo. Los demás hechos de Ocozías, ¿no están escritos en el libro de las crónicas de los reyes de Israel?

a. Y murió conforme a la palabra de Jehová, que había hablado Elías: Se demostró que Elías era un hombre de Dios, porque su profecía fue cumplida tal y como la dijo. Ocozías no se recuperó de su caída desde la ventana.

i. «Todo lo que hizo fue débil, sin fe, y miserable; no logró nada más que ruina y fracaso. Dejó que Moab se revelara. Se lastimó a sí mismo en un torpe accidente. Neciamente intentó utilizar la fuerza militar contra Elías. Y lo peor fue que buscó ayuda en el lugar equivocado — en el altar de un dios pagano». (Dilday)

b. Reinó en su lugar Joram […] porque Ocozías no tenía hijo: Este Joram era el hijo de Acab (2 Reyes 3:1) y, por lo tanto, el hermano de Ocozías. Ocozías no tuvo descendientes a quienes pasarles el reino, por lo que el trono le fue entregado a su hermano después de su breve reinado.

i. El relato se vuelve un poco confuso aquí, porque el rey de Judá en ese tiempo también se llamaba Joram (hijo de Josafat).

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