2 de Reyes 6




2 Reyes 6: La protección de Dios sobre Eliseo

A. La recuperación del hacha.

1. (1-3) Los hijos de los profetas necesitan expandirse.

Los hijos de los profetas dijeron a Eliseo: He aquí, el lugar en que moramos contigo nos es estrecho. Vamos ahora al Jordán, y tomemos de allí cada uno una viga, y hagamos allí lugar en que habitemos. Y él dijo: Andad. Y dijo uno: Te rogamos que vengas con tus siervos. Y él respondió: Yo iré.

a. El lugar en que moramos contigo nos es estrecho: Esto indica que en ese tiempo Eliseo tuvo un impacto significativo en la nación. Las antiguas instalaciones de vivienda para los hijos de los profetas no eran lo suficientemente grandes como para suplir las necesidades de todos los que querían ser entrenados en el ministerio.

b. Te rogamos que vengas con tus siervos: Eliseo no inició o dirigió la obra de construir un nuevo centro para entrenar a los profetas, pero esta no podía llevarse a cabo sin su aprobación y bendición.

2. (4-7) La recuperación del hacha: otro milagro de provisión.

Se fue, pues, con ellos; y cuando llegaron al Jordán, cortaron la madera. Y aconteció que mientras uno derribaba un árbol, se le cayó el hacha en el agua; y gritó diciendo: ¡Ah, señor mío, era prestada! El varón de Dios preguntó: ¿Dónde cayó? Y él le mostró el lugar. Entonces cortó él un palo, y lo echó allí; e hizo flotar el hierro. Y dijo: Tómalo. Y él extendió la mano, y lo tomó.

a. Se le cayó el hacha en el agua: Esta fue una pérdida significativa. El hierro ciertamente se encontraba presente en esta época en Israel, pero no era lo suficientemente común como para ser barato.

b. ¡Ah, señor mío, era prestada!: El hombre que perdió el hacha fue correctamente sensible ante el hecho de que había perdido algo que le pertenecía a otra persona, lo que hacía la pérdida aún más grave.

i. «La cabeza del hacha de hierro había sido pedida; esto es, se rogó u oró por ella, y no necesariamente era “prestada”». (Wiseman)

c. Entonces cortó él un palo, y lo echó allí; e hizo flotar el hierro: Este fue un milagro evidente y único. No hubo ningún truco en la manera en la que Eliseo puso el palo en el agua, fue simplemente una expresión de su fe que Dios honró.

i. «Dios puede hacer todas las cosas. Él puede hacer que flote el hierro, nosotros no; sin embargo, ustedes ven que el profeta lo hizo, y lo hizo usando un palo. Él cortó un palo. ¿Había alguna conexión entre el hierro y el palo? No puedo ver ninguna; sin embargo, Dios usa medios, y nos hará usar medios». (Spurgeon)

ii. «El valor principal de esta historia yace en su revelación de la influencia que Eliseo estaba ejerciendo en la nación. El crecimiento de la escuela de profetas era de lo más notable». (Morgan)

d. Tómalo: Posiblemente, Dios pudo haber arreglado las cosas de alguna forma para que el hacha apareciera justo en las manos del hombre, sin que tuviera que realizar ningún esfuerzo. Pero este milagro fue hecho de una manera conocida: Dios hizo la parte que solo Él podía hacer, y le dejó al hombre la parte que el hombre podía hacer.

i. «Eliseo entonces provocó que el hacha sumergida emergiera e instruyó al pupilo para que la recuperara y así participara personalmente en el milagro». (Patterson y Austel)

B. Dios protege a Eliseo de los sirios.

1. (8-13) El rey de Siria trama la captura de Eliseo.

Tenía el rey de Siria guerra contra Israel, y consultando con sus siervos, dijo: En tal y tal lugar estará mi campamento. Y el varón de Dios envió a decir al rey de Israel: Mira que no pases por tal lugar, porque los sirios van allí. Entonces el rey de Israel envió a aquel lugar que el varón de Dios había dicho; y así lo hizo una y otra vez con el fin de cuidarse. Y el corazón del rey de Siria se turbó por esto; y llamando a sus siervos, les dijo: ¿No me declararéis vosotros quién de los nuestros es del rey de Israel? Entonces uno de los siervos dijo: No, rey señor mío, sino que el profeta Eliseo está en Israel, el cual declara al rey de Israel las palabras que tú hablas en tu cámara más secreta. Y él dijo: Id, y mirad dónde está, para que yo envíe a prenderlo. Y le fue dicho: He aquí que él está en Dotán.

a. Y el varón de Dios envió a decir al rey de Israel: Eliseo no apoyaba a los monarcas corruptos de Israel, pero sabía que era aún peor para Israel ser conquistado y subyugado por Siria. Por lo tanto, le dio al rey de Israel información de espionaje divinamente inspirado.

i. «Un rey más sensible, Joram, ahora se sienta en el trono de Acab, y el profeta del Señor ya no es un temido antagonista; sino un confiable consejero del rey. Elías era un fugitivo que constantemente huía de un iracundo rey; pero, ahora, Eliseo es un visitante bienvenido en la corte de Joram». (Dilday)

b. ¿No me declararéis vosotros quién de los nuestros es del rey de Israel?: El rey de Siria estaba naturalmente desconcertado por la manera en la que el rey de Israel conocía por adelantado todos los planes de Siria. Estaba convencido de que había un traidor entre ellos hasta que un siervo le reveló que el profeta Eliseo que está en Israel, conocía y revelaba estas cosas.

2. (14-17) Eliseo ve su protección espiritual invisible.

Entonces envió el rey allá gente de a caballo, y carros, y un gran ejército, los cuales vinieron de noche, y sitiaron la ciudad. Y se levantó de mañana y salió el que servía al varón de Dios, y he aquí el ejército que tenía sitiada la ciudad, con gente de a caballo y carros. Entonces su criado le dijo: ¡Ah, señor mío! ¿qué haremos? Él le dijo: No tengas miedo, porque más son los que están con nosotros que los que están con ellos. Y oró Eliseo, y dijo: Te ruego, oh Jehová, que abras sus ojos para que vea. Entonces Jehová abrió los ojos del criado, y miró; y he aquí que el monte estaba lleno de gente de a caballo, y de carros de fuego alrededor de Eliseo.

a. ¡Ah, señor mío! ¿qué haremos?: Cuando el siervo de Eliseo vio a la gente de a caballo, y carros, y un gran ejército rodeando su ciudad, naturalmente tuvo miedo. Él sabía que había muy pocas posibilidades de escapar o sobrevivir a un ataque de tal magnitud.

b. No tengas miedo, porque más son los que están con nosotros que los que están con ellos: Esto parecía increíble para el siervo de Eliseo. El vio gente de a caballo, los carros, y al gran ejército que los rodeaba. No podía ver a nadie que estuviera con él y Eliseo.

i. También notamos que Eliseo le dio a su siervo una razón para no tener miedo. No fue una esperanza vacía ni un deseo; era una verdadera razón para confiar, incluso si el siervo no podía ver lo que Eliseo le decía.

c. Te ruego, oh Jehová, que abras sus ojos para que vea: Eliseo no pidió que Dios cambiara algo de la situación. Su única petición fue que su siervo pudiera ver la realidad de la situación. Sin embargo, Eliseo tampoco intentó persuadir al siervo de la realidad de los que están con nosotros. El siervo no podía ser persuadido. Tenía que verlo.

d. Entonces Jehová abrió los ojos del criado, y miró: Dios respondió la oración de Eliseo. Cuando una persona está cegada a la realidad espiritual, solo Dios puede abrir sus ojos. Dios puede hacerlo a través de las palabras de alguien, pero la obra de abrir los ojos espirituales es obra espiritual y solo le pertenece a Dios.

e. He aquí que el monte estaba lleno de gente de a caballo, y de carros de fuego alrededor de Eliseo: Cuando sus ojos fueron abiertos, el siervo vio la realidad que no había podido ver antes. Vio que realmente eran más los que estaban con él y Eliseo que los que se habían reunido contra ellos.

i. La previa falta de percepción de parte del siervo de Eliseo no hacía la realidad del ejército espiritual menos real. Si hay 50 personas que no ven algo, no invalida la percepción del que sí lo ve.

ii. «La fe nunca es la imaginación de cosas irreales. Es la comprensión de las cosas que no pueden ser demostradas a través de los sentidos, pero que son reales. La gente de a caballo y los carros de fuego realmente estaban ahí». (Morgan)

iii. «Que no han percibido cosas espirituales es verdad; pero no es evidencia de que no hay nada que percibir. El caso es como el del irlandés que intentó alterar evidencia con no evidencia. Cuatro testigos lo vieron cometer un asesinato. Él alegó que era inocente, y quiso establecer su inocencia aludiendo a cuarenta personas que no lo vieron hacerlo. ¿De qué hubiera servido eso? Así que, si cuarenta personas declaran que no hay poder del Espíritu Santo en el mundo, esto solo prueba que las cuarenta personas no saben lo que otros sí». (Charles Spurgeon, Tres señales que vale la pena ver)

iv. Gente de a caballo y carros eran los instrumentos militares más sofisticados y poderosos de la época. Pero el ejército invisible de Dios, literalmente, tenía más poder destructivo que los caballos y carros de los sirios. El ejército espiritual tenía carros de fuego alrededor de Eliseo.

v. «Si nuestros ojos fueran abiertos, deberíamos ver los ejércitos de ángeles rodeándonos como una cerca de fuego; pero ya sea que los veamos o no, ciertamente están ahí». (Meyer)

3. (18-23) Los sirios cegados son guiados a Samaria.

Y luego que los sirios descendieron a él, oró Eliseo a Jehová, y dijo: Te ruego que hieras con ceguera a esta gente. Y los hirió con ceguera, conforme a la petición de Eliseo. Después les dijo Eliseo: No es éste el camino, ni es ésta la ciudad; seguidme, y yo os guiaré al hombre que buscáis. Y los guio a Samaria. Y cuando llegaron a Samaria, dijo Eliseo: Jehová, abre los ojos de éstos, para que vean. Y Jehová abrió sus ojos, y miraron, y se hallaban en medio de Samaria. Cuando el rey de Israel los hubo visto, dijo a Eliseo: ¿Los mataré, padre mío? Él le respondió: No los mates. ¿Matarías tú a los que tomaste cautivos con tu espada y con tu arco? Pon delante de ellos pan y agua, para que coman y beban, y vuelvan a sus señores. Entonces se les preparó una gran comida; y cuando habían comido y bebido, los envió, y ellos se volvieron a su señor. Y nunca más vinieron bandas armadas de Siria a la tierra de Israel.

a. Te ruego que hieras con ceguera a esta gente: Los soldados sirios no podían ver al ejército espiritual, así que no dudaron en acercarse a Eliseo. Pero, así como antes pidió que Dios le permitiera ver a su siervo; ahora, le pidió a Dios que hiriera con ceguera […] a esta gente. Dios respondió esta oración; así como anteriormente había respondido su oración de darle percepción al siervo.

i. Esto nos muestra que Dios puede conceder vista o enviar ceguera, según su sabiduría y en respuesta a las oraciones de su pueblo.

ii. «No con ceguera total, como para que no pudieran ver nada, pues entonces no lo hubieran podido seguir; sino con ceguera parcial, con la cual no podían discernir claramente al hombre que buscaban, lo cual pudo haber ocurrido por una alteración hecha por Dios en sus cerebros, o en el aire». (Poole)

b. Seguidme, y yo os guiaré al hombre que buscáis: Aquí, Eliseo dijo una verdad técnica; pero, ciertamente, tuvo la intención de engañar. Realmente los llevó al hombre que buscaban (cuando sus ojos fueron abiertos, Eliseo estaba con ellos). Sin embargo, los llevó de regreso a Samaria, la ciudad capital del reino de Israel y un lugar poco amistoso para un grupo de soldados sirios.

i. Sin embargo, el gentil engaño de Eliseo demuestra un principio: los ciegos son fácilmente engañados. Los que son espiritualmente ciegos deberían tomar en cuenta que pueden ser fácilmente engañados respecto a las cosas espirituales.

c. No los mates: En vez de matar a estos soldados enemigos, Eliseo le ordenó al rey de Israel que los tratara con bondad y generosidad. Esta práctica de responder al mal con bien cambió la política de las bandas armadas independientes de Siria (Y nunca más vinieron bandas armadas de Siria a la tierra de Israel).

C. El sitio de Samaria.

1. (24-29) La terrible hambruna en la sitiada ciudad de Samaria.

Después de esto aconteció que Ben-adad rey de Siria reunió todo su ejército, y subió y sitió a Samaria. Y hubo gran hambre en Samaria, a consecuencia de aquel sitio; tanto que la cabeza de un asno se vendía por ochenta piezas de plata, y la cuarta parte de un cab de estiércol de palomas por cinco piezas de plata. Y pasando el rey de Israel por el muro, una mujer le gritó, y dijo: Salva, rey señor mío. Y él dijo: Si no te salva Jehová, ¿de dónde te puedo salvar yo? ¿Del granero, o del lagar? Y le dijo el rey: ¿Qué tienes? Ella respondió: Esta mujer me dijo: Da acá tu hijo, y comámoslo hoy, y mañana comeremos el mío. Cocimos, pues, a mi hijo, y lo comimos. El día siguiente yo le dije: Da acá tu hijo, y comámoslo. Mas ella ha escondido a su hijo.

a. Después de esto aconteció que Ben-adad rey de Siria reunió todo su ejército, y subió y sitió a Samaria: Aunque la bondad de Eliseo y del rey de Israel cambió los corazones de las bandas armadas de Siria, no cambió el corazón del rey de Siria. Él lanzó un ataque a gran escala contra su vecino del sur.

i. Él usó el método común de ataque a las ciudades amuralladas de aquella época: sitió a Samaria. Un sitio tenía la intención de rodear a una ciudad; impedir la entrada y salida de la ciudad para evitar cualquier negocio e intercambio y; finalmente, dejar que la población muriera de hambre hasta que se rindiera.

b. Y hubo gran hambre en Samaria: La estrategia de sitio privó exitosamente de comida a Samaria. El hambre era tan grande que la cabeza de un asno o el estiércol de palomas se volvieron tan caros que solo un rico podía comprarlos.

i. Wiseman dice que estiércol de palomas es mejor traducido como «algarrobas», y que cinco piezas de plata era más de la ganancia de un mes de un trabajador.

ii. Sin embargo, Poole escribe: «Ese estiércol de paloma, aunque esté más caliente de lo normal, podría ser más apto como alimento que otras cosas, pues es hecho de los mejores y más puros granos, y mantiene algo de humedad».

iii. «Cuando Aníbal sitió Casilinum, un ratón era vendido por doscientos peniques. Budines hechos con tripas de perros eran deseosamente comprados en el sitio de Scodra». (Trapp)

c. Da acá tu hijo, y comámoslo hoy: Esto muestra lo terrible que era la hambruna. Las madres estaban tan hambrientas que se comían a sus propios hijos.

i. Deuteronomio 28 contiene una extendida sección donde Dios advierte a Israel sobre las maldiciones que le sobrevendría si rechaza el pacto que Él hizo con ellos. Parte de ese capítulo describe los horrores cumplidos en ese capítulo: «Pondrá sitio a todas tus ciudades, hasta que caigan tus muros altos y fortificados en que tú confías, en toda tu tierra; sitiará, pues, todas tus ciudades y toda la tierra que Jehová tu Dios te hubiere dado. Y comerás el fruto de tu vientre, la carne de tus hijos y de tus hijas que Jehová tu Dios te dio, en el sitio y en el apuro con que te angustiará tu enemigo» (Deuteronomio 28:52-53).

ii. Estos terrores vinieron sobre Israel porque había desobedecido, rechazado a Dios, y abandonado el pacto que Él había hecho con ellos.

2. (30-33) La ira del rey de Israel contra Eliseo.

Cuando el rey oyó las palabras de aquella mujer, rasgó sus vestidos, y pasó así por el muro; y el pueblo vio el cilicio que traía interiormente sobre su cuerpo. Y él dijo: Así me haga Dios, y aun me añada, si la cabeza de Eliseo hijo de Safat queda sobre él hoy. Y Eliseo estaba sentado en su casa, y con él estaban sentados los ancianos; y el rey envió a él un hombre. Mas antes que el mensajero viniese a él, dijo él a los ancianos: ¿No habéis visto cómo este hijo de homicida envía a cortarme la cabeza? Mirad, pues, y cuando viniere el mensajero, cerrad la puerta, e impedidle la entrada. ¿No se oye tras él el ruido de los pasos de su amo? Aún estaba él hablando con ellos, y he aquí el mensajero que descendía a él; y dijo: Ciertamente este mal de Jehová viene. ¿Para qué he de esperar más a Jehová?

a. Así me haga Dios, y aun me añada: El rey estaba profundamente dolido y molesto; pero no consigo mismo, ni con Israel, ni con su pecado. El rey estaba enojado contra el profeta de Dios.

b. Ciertamente este mal de Jehová viene. ¿Para qué he de esperar más a Jehová?: El rey de Israel fue lo suficientemente honesto como para admitir que su verdadera ira era contra Jehová.

©2022 The Enduring Word Comentario bíblico en español de David Guzik – ewm@enduringword.com

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