2 Reyes 23 – Las reformas de Josías
A. El pacto y las reformas del rey Josías.
1. (1-3) El pacto es renovado.
Entonces el rey mandó reunir con él a todos los ancianos de Judá y de Jerusalén. Y subió el rey a la casa de Jehová con todos los varones de Judá, y con todos los moradores de Jerusalén, con los sacerdotes y profetas y con todo el pueblo, desde el más chico hasta el más grande; y leyó, oyéndolo ellos, todas las palabras del libro del pacto que había sido hallado en la casa de Jehová. Y poniéndose el rey en pie junto a la columna, hizo pacto delante de Jehová, de que irían en pos de Jehová, y guardarían sus mandamientos, sus testimonios y sus estatutos, con todo el corazón y con toda el alma, y que cumplirían las palabras del pacto que estaban escritas en aquel libro. Y todo el pueblo confirmó el pacto.
a. Entonces el rey mandó reunir con él a todos los ancianos de Judá: Josías escuchó las promesas del juicio eventual y la del retraso inmediato del juicio. Pero no respondió con indiferencia o simple contentamiento porque no vería el juicio en sus días. Él quiso poner al pueblo bien con Dios, por lo que necesitó a todos los ancianos de Judá para que se unieran en un arrepentimiento quebrantado con él.
b. Y leyó, oyéndolo ellos, todas las palabras del libro: El mismo rey hizo esto. Le preocupaba tanto que la nación escuchara la Palabra de Dios que se la leyó él mismo.
c. Y poniéndose el rey en pie junto a la columna, hizo pacto delante de Jehová: El rey Josías se puso de pie frente al pueblo y públicamente declaró su compromiso de obedecer la Palabra de Dios con lo mejor de su capacidad (con todo el corazón y con toda el alma).
i. «[Él] hizo un pacto es, literalmente, “[él] cortó un pacto”, lo cual se remonta a la práctica de cortar el cadáver de un animal y separar las piezas para que las partes contrayentes pudieran sellar su acuerdo al caminar entre ellas (cf. Génesis 15:17, Jeremías 34:18)». (Dilday)
d. Y todo el pueblo confirmó el pacto: Ellos hicieron esto en respuesta al ejemplo y liderazgo del rey Josías. No leemos de ninguna orden para que el pueblo hiciera esto; lo hicieron espontáneamente mientras seguían el ejemplo y liderazgo del rey.
i. Este tipo de respuesta en masa y compromiso con Jehová no puede ser ordenada, pero eso no significa que el hombre no juegue ningún papel en esto. Evidentemente, fue la obra de Dios en el pueblo; pero Dios trabajó a través del ejemplo y liderazgo del rey Josías.
ii. El hecho de que esto sucediera entre todo el pueblo significa que esta fue una obra especial del Espíritu Santo. La Biblia nos dice que hay momentos en los que el Espíritu Santo viene a las personas como grupo, lo cual es una obra diferente a la llenura individual del Espíritu. Hay ocasiones en las que el Espíritu Santo parece obrar en un grupo, y deberíamos orar por un movimiento así del Espíritu Santo en la actualidad:
· Hechos 2:4: «Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen».
· Hechos 4:31: «Cuando hubieron orado, el lugar en que estaban congregados tembló; y todos fueron llenos del Espíritu Santo, y hablaban con denuedo la palabra de Dios».
· Hechos 10:44: «Mientras aún hablaba Pedro estas palabras, el Espíritu Santo cayó sobre todos los que oían el discurso».
iii. «La ceremonia se compara con el pacto elemental de Mizpa (1 Samuel 7:11-17; 10:25) y la renovación del pacto en Siquem (Josué 24), los cuales fueron momentos decisivos en la historia judía». (Wiseman)
2. (4-14) El alcance de las reformas de Josías en Judá.
Entonces mandó el rey al sumo sacerdote Hilcías, a los sacerdotes de segundo orden, y a los guardianes de la puerta, que sacasen del templo de Jehová todos los utensilios que habían sido hechos para Baal, para Asera y para todo el ejército de los cielos; y los quemó fuera de Jerusalén en el campo del Cedrón, e hizo llevar las cenizas de ellos a Bet-el. Y quitó a los sacerdotes idólatras que habían puesto los reyes de Judá para que quemasen incienso en los lugares altos en las ciudades de Judá, y en los alrededores de Jerusalén; y asimismo a los que quemaban incienso a Baal, al sol y a la luna, y a los signos del zodíaco, y a todo el ejército de los cielos. Hizo también sacar la imagen de Asera fuera de la casa de Jehová, fuera de Jerusalén, al valle del Cedrón, y la quemó en el valle del Cedrón, y la convirtió en polvo, y echó el polvo sobre los sepulcros de los hijos del pueblo. Además derribó los lugares de prostitución idolátrica que estaban en la casa de Jehová, en los cuales tejían las mujeres tiendas para Asera. E hizo venir todos los sacerdotes de las ciudades de Judá, y profanó los lugares altos donde los sacerdotes quemaban incienso, desde Geba hasta Beerseba; y derribó los altares de las puertas que estaban a la entrada de la puerta de Josué, gobernador de la ciudad, que estaban a la mano izquierda, a la puerta de la ciudad. Pero los sacerdotes de los lugares altos no subían al altar de Jehová en Jerusalén, sino que comían panes sin levadura entre sus hermanos. Asimismo profanó a Tofet, que está en el valle del hijo de Hinom, para que ninguno pasase su hijo o su hija por fuego a Moloc. Quitó también los caballos que los reyes de Judá habían dedicado al sol a la entrada del templo de Jehová, junto a la cámara de Natán-melec eunuco, el cual tenía a su cargo los ejidos; y quemó al fuego los carros del sol. Derribó además el rey los altares que estaban sobre la azotea de la sala de Acaz, que los reyes de Judá habían hecho, y los altares que había hecho Manasés en los dos atrios de la casa de Jehová; y de allí corrió y arrojó el polvo al arroyo del Cedrón. Asimismo profanó el rey los lugares altos que estaban delante de Jerusalén, a la mano derecha del monte de la destrucción, los cuales Salomón rey de Israel había edificado a Astoret ídolo abominable de los sidonios, a Quemos ídolo abominable de Moab, y a Milcom ídolo abominable de los hijos de Amón. Y quebró las estatuas, y derribó las imágenes de Asera, y llenó el lugar de ellos de huesos de hombres.
a. Que sacasen del templo de Jehová todos los utensilios que habían sido hechos para Baal, para Asera y para todo el ejército de los cielos: Esto nos muestra lo profunda que era la idolatría en Judá. Había ídolos dedicados a Baal, a Asera, y a todo el ejército de los cielos en el mismo templo. Este relato nos hace pensar que parece que Josías comenzó con las reformas de purificación en el centro y trabajó hacia afuera.
i. Echó el polvo sobre los sepulcros de los hijos del pueblo: «Arrojar las cenizas de los ídolos en los sepulcros de los hijos del pueblo fuera de la ciudad no tenía la intención de profanar sus sepulcros, sino todo lo contrario. Se creía que cualquier contacto con los muertos era un acto de profanación, así que esparcir el polvo sobre los sepulcros sirvió para profanar a los ídolos». (Dilday)
b. Y quitó a los sacerdotes idólatras: Las reformas de Josías no solo removieron los objetos pecaminosos, sino también a las personas pecaminosas que promovieron y permitieron estos objetos pecaminosos. Los ídolos que llenaron el templo no llegaron ahí ni se quedaron ahí por sí mismos, hubo sacerdotes idólatras que fueron responsables de estas prácticas pecaminosas.
i. Cualquier reforma rigurosa no debe tratar solo con los objetos pecaminosos; sino también con las personas pecaminosas. Si no se lidia con las personas pecaminosas, estas rápidamente traerán otra vez las cosas pecaminosas que fueron removidas.
ii. Los sacerdotes idólatras: «Posiblemente, estos fueron ordenados por los reyes idólatras de Judá, y llamados kemarim, de camar, lo cual significa “ser quemado, marchitarse juntos, estar oscurecidos, o ennegrecidos”, porque su negocio era atender constantemente “fuegos sacrificiales”; y, probablemente, vestían “ropas oscuras”». (Clarke)
c. Además derribó los lugares de prostitución idolátrica: Supuestamente, la prostitución sagrada era una parte integral de la adoración a muchos de estos ídolos. El templo se había convertido en un burdel y el rey Josías corrigió esta vergonzosa perversión.
i. Sacerdotes idólatras: «La palabra hebrea esencialmente denota “santo, apartado”; pero aquí, claramente, para propósitos inmundos» (Wiseman). «Ya nos hemos encontrado con frecuencia con los kedeshim o personas consagradas». (Clarke)
ii. «La palabra traducida como “tiendas”, probablemente, se refiere a los tejidos de tela elaborados por los adoradores de ídolos para hacer las cortinas detrás de las cuales se practicaban las obscenidades rituales». (Dilday)
d. Asimismo profanó a Tofet […]. Quitó también los caballos que los reyes de Judá habían dedicado al sol […]. Derribó además el rey los altares […]. Y quebró las estatuas, y derribó las imágenes de Asera: Este pasaje revela algo de la extensión de la idolatría oficial en Judá. Fue expandida, elaborada, y en ella se había invertido mucho. Los anteriores reyes de Judá habían invertido mucho tiempo y dinero en honrar a estos ídolos paganos. Se requirió de un largo y dedicado compromiso de parte del rey Josías para llevar a cabo esta tarea.
i. «El uso del caballo en el culto al sol fue esparcido en el Antiguo Oriente Próximo, lo cual es autentificado particularmente en fuentes asirias y arameas tangibles y grabadas». (Patterson y Austel)
ii. «Ya que el simbólico poste de madera podía ser quemado y pulverizado, la dispersión de las cenizas sobre los sepulcros de los hijos del pueblo sirvió para despreciar tanto al dios como a sus adoradores (cf. Jeremías 26:23)». (Wiseman)
iii. Asimismo profanó a Tofet, que está en el valle del hijo de Hinom: «Aquí, parece que se llevaban a cabo los ritos sagrados de Moloc, y toda la suciedad de la ciudad era llevada allí, y fuegos perpetuos eran mantenidos para poder consumirlos. Por lo tanto, se ha considerado como un tipo de infierno; y en este sentido es usado en el Nuevo Testamento». (Clarke)
iv. «Los rabinos dicen que Tofet llevaba su nombre por toph, un tambor, porque instrumentos de este tipo eran usados para ahogar los gritos de los niños que eran puestos sobre los brazos ardiendo de Moloc para ser quemados hasta morir». (Clarke)
3. (15-20) Josías extiende su reforma a Bet-el y a Samaria.
Igualmente el altar que estaba en Bet-el, y el lugar alto que había hecho Jeroboam hijo de Nabat, el que hizo pecar a Israel; aquel altar y el lugar alto destruyó, y lo quemó, y lo hizo polvo, y puso fuego a la imagen de Asera. Y se volvió Josías, y viendo los sepulcros que estaban allí en el monte, envió y sacó los huesos de los sepulcros, y los quemó sobre el altar para contaminarlo, conforme a la palabra de Jehová que había profetizado el varón de Dios, el cual había anunciado esto. Después dijo: ¿Qué monumento es este que veo? Y los de la ciudad le respondieron: Éste es el sepulcro del varón de Dios que vino de Judá, y profetizó estas cosas que tú has hecho sobre el altar de Bet-el. Y él dijo: Dejadlo; ninguno mueva sus huesos; y así fueron preservados sus huesos, y los huesos del profeta que había venido de Samaria. Y todas las casas de los lugares altos que estaban en las ciudades de Samaria, las cuales habían hecho los reyes de Israel para provocar a ira, las quitó también Josías, e hizo de ellas como había hecho en Bet-el. Mató además sobre los altares a todos los sacerdotes de los lugares altos que allí estaban, y quemó sobre ellos huesos de hombres, y volvió a Jerusalén.
a. Igualmente el altar que estaba en Bet-el: El rey Josías fue tan diligente en sus reformas que derribó los altares localizados en el antiguo reino de Israel. Removió el altar pagano en Bet-el que había puesto Jeroboam cientos de años atrás.
i. Políticamente hablando, esto fue posible debido a que el Imperio asirio estaba débil durante los días de Josías. Josías pudo intervenir en esta área que estaba bajo el yugo del Imperio asirio porque estos estaban preocupados en otras cosas y no podían detenerlo.
ii. «El altar en Bet-el, que también fue alcanzado por las reformas de Josías, había sido establecido por Jeroboam a la muerte de Salomón; pero con el paso del tiempo una adoración puramente cananea al parecer había reemplazado la antigua adoración al becerro de oro». (Patterson y Austel)
b. ¿Qué monumento es este que veo?: Este es el notable cumplimiento de una profecía hecha cientos de años antes. Las palabras de este profeta anónimo están registradas en 1 Reyes 13:1-2: «He aquí que a la casa de David nacerá un hijo llamado Josías, el cual sacrificará sobre ti a los sacerdotes de los lugares altos que queman sobre ti incienso, y sobre ti quemarán huesos de hombres». Josías tuvo cuidado de honrar la tumba de este profeta anónimo.
4. (21-23) Josías celebra la Pascua a nivel nacional.
Entonces mandó el rey a todo el pueblo, diciendo: Haced la pascua a Jehová vuestro Dios, conforme a lo que está escrito en el libro de este pacto. No había sido hecha tal pascua desde los tiempos en que los jueces gobernaban a Israel, ni en todos los tiempos de los reyes de Israel y de los reyes de Judá. A los dieciocho años del rey Josías fue hecha aquella pascua a Jehová en Jerusalén.
a. Haced la pascua a Jehová vuestro Dios, conforme a lo que está escrito en el libro de este pacto: Josías no podía ordenar una obediencia de corazón a la Palabra de Dios, pero podía establecer una celebración nacional para observar la Pascua.
b. No había sido hecha tal pascua desde los tiempos en que los jueces gobernaban a Israel: La celebración de la Pascua había sido tan descuidada que esta fue una observancia notable.
i. La Pascua recordaba el acto central de redención en el Antiguo Testamento: la liberación de Dios del pueblo de Israel de Egipto en los días de Moisés. Su descuido de la Pascua probó que habían descuidado recordar la obra redentora de Jehová por ellos. Es como si un grupo de cristianos modernos se hubieran olvidado por completo de la comunión o de la celebración de la Cena del Señor, la cual recuerda la obra redentora de Jesús por nosotros.
5. (24-25) La vasta extensión de las reformas de Josías.
Asimismo barrió Josías a los encantadores, adivinos y terafines, y todas las abominaciones que se veían en la tierra de Judá y en Jerusalén, para cumplir las palabras de la ley que estaban escritas en el libro que el sacerdote Hilcías había hallado en la casa de Jehová. No hubo otro rey antes de él, que se convirtiese a Jehová de todo su corazón, de toda su alma y de todas sus fuerzas, conforme a toda la ley de Moisés; ni después de él nació otro igual.
a. Asimismo barrió Josías: El rey Josías también cumplió con la orden de Dios de eliminar a todos los que practicaban el espiritismo y el ocultismo. Su pasión fue cumplir las palabras de la ley que estaban escritas en el libro.
i. La gran reforma en los días de Josías es un ejemplo de, simplemente, regresar a la Palabra de Dios y buscar basar todo pensamiento y práctica en lo que Dios ha revelado en su Palabra. Fue un ejemplo del Antiguo Testamento del principio de la Reforma de sola scriptura.
b. No hubo otro rey antes de él: Josías fue uno de los reyes más notables de Judá, único en la fuerza de su obediencia y compromiso. Él resalta como un maravilloso ejemplo de lo que un gran líder puede y debe ser.
i. Hubo otros grandes reyes en Judá y en el reino unido de Israel, como David y Ezequías. Sin embargo, una cosa que hizo único a Josías fue su rectitud en su tiempo. Él vivió en un tiempo notablemente perverso, por lo que su consagración fue notable en contraste con la situación general de su tiempo. «David fue un hombre más notable, pero no fue un mejor hombre que Josías». (Clarke)
ii. Sin embargo, poco después de su reino Judá fue severamente juzgado por Jehová. Esto muestra que, a pesar de todos los esfuerzos de Josías, el pueblo de Judá se arrepintió externamente, sus corazones no se habían convertido realmente a Jehová. «Ellos fingieron y afirmaron hacerlo así; pero la mayoría disimularon y actuaron engañosamente, sin voltear a Dios sus corazones por completo, como el buen Jeremías dice». (Trapp)
iii. Jeremías ministró en los días de Josías, y su mensaje para el pueblo de Israel muestra esto. A través de Jeremías, Dios prometió que si el pueblo se volvía a Él genuinamente permanecería en la tierra seguramente (Jeremías 7:5-7). Sin embargo, Dios vio al pueblo de Judá y dijo: «Judá no se volvió a mí de todo corazón, sino fingidamente» (Jeremías 3:10).
6. (26-27) La promesa de juicio de Dios.
Con todo eso, Jehová no desistió del ardor con que su gran ira se había encendido contra Judá, por todas las provocaciones con que Manasés le había irritado. Y dijo Jehová: También quitaré de mi presencia a Judá, como quité a Israel, y desecharé a esta ciudad que había escogido, a Jerusalén, y a la casa de la cual había yo dicho: Mi nombre estará allí.
a. Con todo eso, Jehová no desistió del ardor con que su gran ira se había encendido: Dios no desistió de su ira, porque a pesar de la consagración personal de Josías, y su justo ejemplo y liderazgo, el pueblo de Judá siguió provocándolo, amando los pecados introducidos durante los perversos días de Manasés, padre de Josías.
i. «De la consulta con Hulda supo que no habría un valor duradero en su reforma. Esto, sin embargo, no le dio el derecho a negarse a seguir la luz que había venido a él». (Morgan)
b. También quitaré de mi presencia a Judá: Dios prometió traer abajo a Judá, al permitir que fuera conquistada y llevada al exilio.
B. El final de Josías y sus sucesores.
1. (28-30) Josías muere en batalla contra Egipto.
Los demás hechos de Josías, y todo lo que hizo, ¿no está todo escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Judá? En aquellos días Faraón Necao rey de Egipto subió contra el rey de Asiria al río Éufrates, y salió contra él el rey Josías; pero aquél, así que le vio, lo mató en Meguido. Y sus siervos lo pusieron en un carro, y lo trajeron muerto de Meguido a Jerusalén, y lo sepultaron en su sepulcro. Entonces el pueblo de la tierra tomó a Joacaz hijo de Josías, y lo ungieron y lo pusieron por rey en lugar de su padre.
a. En aquellos días Faraón Necao rey de Egipto subió contra el rey de Asiria: Esto era parte de la lucha geopolítica entre el Imperio asirio que se encontraba en declive y el emergente Imperio de Babilonia. Los asirios hicieron alianza con los egipcios para protegerse en contra del creciente ataque de Babilonia.
b. Salió contra él el rey Josías; pero aquél, así que le vio, lo mató en Meguido: Segunda de Crónicas 35:20-25 nos dice más sobre esto. Faraón advirtió a Josías sobre pelear con él cuando le dijo: «¿Qué tengo yo contigo, rey de Judá? Yo no vengo contra ti hoy». Josías neciamente se negó a escuchar esta advertencia (la cual en realidad venía de Dios) y se disfrazó en batalla; sin embargo, aun así, fue herido por los arqueros y murió. Este fue un final triste para uno de los reyes más grandes de Judá.
i. «No fue por fe, sino ¿por qué disfrazarse? No hay registro de ninguna oración durante esta batalla, como en el caso de muchos de sus consagrados ancestros; y esta imprudente acción de Josías parece incomprensible». (Knapp)
ii. «El lugar exacto de la batalla parece haber sido Hadadrimón, en el valle de Meguido, porque ahí nos dice Zacarías, capítulo 12:11, que fue el gran lamento para Josías». (Clarke)
c. Entonces el pueblo de la tierra tomó a Joacaz hijo de Josías, y lo ungieron y lo pusieron por rey en lugar de su padre: «La sucesión regular al trono de Judá terminó con el llorado Josías. Joacaz no era el hijo mayor del rey fallecido. Johanán y Joacim eran mayores que él (1 de Crónicas 3:15). Él fue hecho rey por elección popular; fue la preferencia de la multitud, no la designación de Dios». (Knapp)
i. «Así los pecados del pueblo eran la verdadera razón por la que Dios les daba reyes perversos, a quienes les permitió actuar maliciosamente, para que pudieran traer el largo, merecido y amenazado castigo sobre ellos mismos y sobre el pueblo». (Poole)
2. (31-34) El perverso reinado de Joacaz y su cautividad en Egipto.
De veintitrés años era Joacaz cuando comenzó a reinar, y reinó tres meses en Jerusalén. El nombre de su madre fue Hamutal hija de Jeremías, de Libna. Y él hizo lo malo ante los ojos de Jehová, conforme a todas las cosas que sus padres habían hecho. Y lo puso preso Faraón Necao en Ribla en la provincia de Hamat, para que no reinase en Jerusalén; e impuso sobre la tierra una multa de cien talentos de plata, y uno de oro. Entonces Faraón Necao puso por rey a Eliaquim hijo de Josías, en lugar de Josías su padre, y le cambió el nombre por el de Joacim; y tomó a Joacaz y lo llevó a Egipto, y murió allí.
a. Y él hizo lo malo ante los ojos de Jehová: Las reformas del rey Josías fueron maravillosas, pero no fueron un avivamiento duradero. Su propio hijo Joacaz no siguió en sus caminos rectos.
i. «Joacaz (“Yahvé se ha apoderado”) era, probablemente, su nombre de trono, pues su nombre personal era Salum (Jeremías 22:11; 1 Crónicas 3:15). La práctica de la primogenitura fue anulada en vista de que su hermano mayor (Eliacim) mostró tendencias anti-Egipto». (Wiseman)
ii. «Su nombre es omitido de entre los ancestros de nuestro Señor en Mateo capítulo 1 […], lo cual pudiera implicar que Dios no reconociera a Joacaz, la elección del pueblo, como el sucesor en un sentido verdadero». (Knapp)
b. Y lo puso preso Faraón Necao: Después de la derrota del rey Josías en batalla, Faraón fue capaz de dominar Judá y hacerla un reino vasallo y una defensa contra el creciente Imperio de Babilonia. Él impuso sobre la tierra una multa y puso sobre el trono de Judá a un rey títere, un hermano de Joacaz (Eliacim, renombrado Joacim).
3. (35-37) El reinado de Joacim sobre Judá.
Y Joacim pagó a Faraón la plata y el oro; mas hizo avaluar la tierra para dar el dinero conforme al mandamiento de Faraón, sacando la plata y el oro del pueblo de la tierra, de cada uno según la estimación de su hacienda, para darlo a Faraón Necao. De veinticinco años era Joacim cuando comenzó a reinar, y once años reinó en Jerusalén. El nombre de su madre fue Zebuda hija de Pedaías, de Ruma. E hizo lo malo ante los ojos de Jehová, conforme a todas las cosas que sus padres habían hecho.
a. Hizo avaluar la tierra para dar el dinero conforme al mandamiento de Faraón: Joacim no fue más que un rey títere que gobernó sobre un reino vasallo bajo el mandato egipcio. Impuso pesados impuestos sobre el pueblo y pagó dinero a los egipcios, como era requerido.
i. «Necao lo había colocado ahí como virrey, simplemente para recaudar impuestos». (Clarke)
ii. «Sin embargo, al mismo tiempo, Joacim estaba desperdiciando recursos en la construcción de un nuevo palacio con trabajo forzado (Jeremías 22:13-19)». (Wiseman)
b. E hizo lo malo ante los ojos de Jehová: Joacim y su hermano Joacaz, no siguieron el consagrado ejemplo de su padre Josías.
i. Jeremías 36:22-24 describe la gran impiedad de Joacim e, incluso, relata cómo quemó un rollo con la Palabra de Dios. En respuesta a esto, Jeremías recibió este mensaje de Dios: «Y dirás a Joacim rey de Judá: Así ha dicho Jehová: Tú quemaste este rollo, diciendo: ¿Por qué escribiste en él, diciendo: De cierto vendrá el rey de Babilonia, y destruirá esta tierra, y hará que no queden en ella ni hombres ni animales? Por tanto, así ha dicho Jehová acerca de Joacim rey de Judá: No tendrá quien se siente sobre el trono de David; y su cuerpo será echado al calor del día y al hielo de la noche» (36:29-30).
ii. «A todas sus maldades anteriores agregó esto, que asesinó a Urías el profeta (Jeremías 26:20, 23)». (Trapp)
©2022 The Enduring Word Comentario bíblico en español de David Guzik – ewm@enduringword.com