Apocalipsis 21




Apocalipsis 21: Un cielo nuevo, una tierra nueva, y una nueva Jerusalén

A. Todas las cosas son hechas nuevas

1. (1) El cielo nuevo y la tierra nueva

Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más.

a. Vi: Podemos decir que el capítulo 21 de Apocalipsis empieza con una nueva sección del libro de Apocalipsis:

·  Jesús, el Señor de las iglesias (Apocalipsis 1:1 a 3:22).

·  Jesús, el León sobre las naciones (Apocalipsis 4:1 a 20:15).

·  Jesús, el Cordero entre los creyentes (Apocalipsis 21:1 a 22:21).

i. La nueva perspectiva de esta última sección es gloriosa. «Desde el humo y dolor y calor, es un alivio pasar a la atmósfera clara, limpia, del amanecer eterno donde el aliento del cielo es dulce, y la vasta ciudad de Dios brilla como un diamante a la luz de su presencia». (Moffatt)

b. Un cielo nuevo y una tierra nueva: La idea de una nueva tierra, una nueva atmósfera y un nuevo cielo, es un tema familiar en las Escrituras. Muchos profetas, tanto en el Antiguo como el Nuevo Testamento, hablaron de este cielo nueva y tierra nueva.

i. «Porque he aquí que yo crearé nuevos cielos y nueva tierra; y de lo primero no habrá memoria, ni más vendrá al pensamiento. Mas os gozaréis y os alegraréis para siempre en las cosas que yo he creado; porque he aquí que yo traigo a Jerusalén alegría, y a su pueblo gozo» (Isaías 65:17-19).

ii. «Desde el principio tú fundaste la tierra, y los cielos son obra de tus manos. Ellos perecerán, mas tú permanecerás; y todos ellos como una vestidura se envejecerán; como un vestido los mudarás, y serán mudados; pero tú eres el mismo, y tus años no se acabarán» (Salmos 102:25-27).

iii. «Esperando y apresurándoos para la venida del día de Dios, en el cual los cielos, encendiéndose, serán deshechos, y los elementos, siendo quemados, ¡se fundirán! Pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia» (2 Pedro 3:12-13).

iv. Vale la pena aclarar que el cielo nuevo al que se refiere no es al cielo en el cual Dios tiene su trono. La Biblia usa la palabra «cielo» en tres sentidos. El primer cielo es la atmósfera de la tierra, el cielo azul. El segundo cielo, es el espacio exterior, el cielo nocturno. El tercer cielo, es el lugar en donde Dios mora en gloria. Cuando la Escritura habla de un cielo nuevo, se refiere a un nuevo cielo azul, y a un nuevo cielo nocturno, no a un cielo nuevo donde Dios mora.

c. Cielo nuevo [] tierra nueva: La antigua palabra griega traducida como «nuevo» (kaine) significa «nuevo en carácter», «fresco». No significa «reciente» o «nuevo en el tiempo». Esto no solamente es el «próximo» cielo y la «próxima» tierra; es un «mejor» cielo y una «mejor» tierra que remplaza a la anterior (el primer cielo y la primera tierra pasaron).

i. Aunque algunos están en desacuerdo —como Seiss, quien argumenta de manera pasional que la tierra jamás será destruida— debemos de entender que esto es verdaderamente un cielo nuevo y una tierra nueva, no un cielo y una tierra «rehechos». Sabemos esto porque Jesús dijo que el cielo y la tierra pasarían, pero su palabra permanecería para siempre (Lucas 21:33). También, en Isaías 65:17 Dios dice proféticamente que Él crearía un cielo nuevo y una tierra nueva, y la antigua palabra hebrea traducida como «crear» (bara), significa «crear de la nada», en lugar de rehacer material ya existente.

ii. Algunos toman esta «novedad» como un cambio espiritual y moral solamente. Pero al parecer hay una transformación física genuina en mente: el mar ya no existía más.

d. ¿Es este cielo nuevo y tierra nueva, la tierra del Milenio que se mostró en Apocalipsis 20, o es algo más? Definitivamente, es más que la tierra del Milenio. Esto es lo que pensamos que es el «cielo» y la «eternidad».

i. «En este capítulo, vemos que la historia del tiempo ha terminado; la historia de la eternidad está a punto de empezar». (Barnhouse)

ii. «El estado eterno se indica claramente en la ausencia del mar, porque la mención frecuente de masas de agua ocurre en pasajes referidos al Milenio (Salmos 72:8; Isaías 11:9, 11; Ezequiel 47:10, 15, 17, 18, 20; 48:28; Zacarías 9:10; 14:8). La evidencia de Apocalipsis 21:1 es tan específica, que la mayor parte de los comentaristas no cuestionan que un estado eterno está a la vista». (Walvoord)

e. El mar ya no existía más: Para la mente de los judíos, el mar era un lugar de separación y maldad. Ya se ha mostrado en el libro de Apocalipsis que es la fuente de la bestia satánica (Apocalipsis 13:1) y el lugar de los muertos (Apocalipsis 20:13).

i. En otros pasajes de la Escritura, el mar está asociado con los paganos (Isaías 57:20), y en un sentido más general, con los oponentes del Señor que deben ser conquistados (Salmos 89:9).

2. (2-4) La nueva Jerusalén desciende del cielo

Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido. Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios. Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron.

a. La santa ciudad, la nueva Jerusalén: Esta es la Jerusalén de la esperanza (Hebreos 12:22), la Jerusalén de lo alto (Gálatas 4:26), el lugar de nuestra verdadera ciudadanía (Filipenses 3:20).

i. Los términos «santa» y «nueva» distinguen a la ciudad, porque al ser santa y nueva, es distinta de cualquier ciudad terrenal. El nombre de Jerusalén le da continuidad con la tierra, especialmente con el lugar de nuestra redención.

ii. Es significativo que esta gloriosa morada de Dios, y su pueblo, es descrita como una santa ciudad. Las ciudades son lugares donde hay muchas personas, y personas que interactúan unas con otras. Esto no es un lugar de soledad, sino una comunidad perfecta del pueblo de Dios.

iii. El concepto cristiano del cielo como una ciudad —un lugar de vida, actividad, interés, y personas— es muy diferente del concepto hindú de una «nirvana» en blanco. «La consumación de la esperanza cristiana es supremamente social. No es un tránsito a la solead, sino una vida en la comunidad de los redimidos en el cielo» (Hunter)

iv. El hombre jamás ha conocido una comunidad que no esté marcada por el pecado. Adán y Eva solamente conocían una comunidad limitada, pues una comunidad en el contexto más amplio solamente llegó después de la caída. Aquí, en la nueva Jerusalén, tenemos algo totalmente único: una santa ciudad sin pecado, pura, una comunidad de justos.

v. Los problemas surgen cuando los creyentes esperan este tipo de comunidad ahora, pues fallan al no darse cuenta de que solamente viene al descender del cielo. Esta ciudad no puede ser, y jamás será, el logro del hombre, sino solamente un regalo de Dios.

b. Dispuesta como una esposa ataviada para su marido: Juan utiliza la ilustración más impactante y hermosa en la que puede pensar. Lo más hermoso que un hombre puede ver es a su esposa que camina por el pasillo, lista para encontrarse con él. Juan dice que así es como será esta hermosa nueva Jerusalén.

c. El tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos: El tabernáculo de Moisés representaba la presencia de Dios en la tierra. Ese tabernáculo fue una representación pasada de la presencia de Dios; este tabernáculo de Dios es la realidad de su presencia.

i. Él morará con ellos; y ellos serán su pueblo: Esto sucintamente declara la esencia del deseo de Dios y el propósito del hombre. El deseo de Dios, simplemente, es vivir en un compañerismo cercano con el hombre; el propósito del hombre es el ser pueblo de Dios.

ii. Esta es la gloria más grande del cielo, y la restauración final, la cual se perdió en la caída. «Yo no creo que la gloria del Edén estaba en sus pastos verdes, o en sus ramas que se doblaban a causa de sus deliciosas frutas; sino en que el “Señor Dios caminó en el jardín”. Aquí estaba el privilegio más sublime de Adán, en que tenía compañerismo con el Altísimo». (Spurgeon)

d. Porque las primeras cosas pasaron: La nueva Jerusalén se distingue por lo que no tiene (sin lágrima, sin tristeza, sin muerte o dolor). Luego se mostrará que la nueva Jerusalén no tiene templo, no hay sacrificio, no hay sol, no hay luna, no hay oscuridad, no hay pecado, y no hay abominación.

i. «El hombre viene al mundo con un llanto, y se va con un quejido, y todo lo que hay en el medio es más o menos entonado con un lamento sin esperanza […]. Pero los Aleluya del mundo renovado ahogarán las penas para siempre». (Seiss)

e. Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos: «“Toda lágrima”, pues son muchas: lágrimas de afecciones privadas, como las lágrimas de María y Martha, y de la viuda de Naín; lágrimas de simpatía y misericordia, como las que lloraron Jeremías y Jesús sobre los pecados y las calamidades de Jerusalén; lágrimas de inocencia perseguida; lágrimas de contrición y penitencia por las faltas y crímenes en contra de la bondad y majestad del cielo; lágrimas de defraudación y negligencia; lágrimas de anhelos de lo que no puede ser nuestro. Estas, y cualesquiera otras lágrimas en las mejillas de los mortales, serán secadas para siempre». (Seiss)

i. Pero la idea de las «lágrimas del cielo» nunca deben de ser utilizadas como un instrumento de manipulación sobre esta tierra. «No hay ninguna base para imaginar, por este texto, que el creyente derramará lágrimas en el cielo por los errores de su vida pasada en la tierra. El énfasis está en el consuelo de Dios, no en el remordimiento de los santos». (Walvoord)

3. (5) Todas las cosas son hechas nuevas

Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas.

a. El que estaba sentado en el trono dijo: Este es un anuncio con autoridad, porque viene del mismo trono de Dios. Este es uno de los pocos momentos en Apocalipsis en donde claramente vemos a Dios hablar directamente desde su trono.

b. He aquí, yo hago nuevas todas las cosas: Esta declaración está en el tiempo presente: «Estoy haciendo todo nuevo». Esta es la consumación de la obra de Dios de renovación y redención, la cual ha comenzado aquí y ahora, en nuestro tiempo presente.

i. Pablo vio esta obra de transformación en este lado de la eternidad: «Por tanto, no desmayamos; antes aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día […]. De modo que, si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas» (2 Corintios 4:16, 5:17).

c. Nuevas todas las cosas: Este es una breve mirada sobre el pensamiento detrás del plan eterno de Dios: permitir el pecado y su destrucción con el fin de hacer una obra más grande al hacer nuevas todas las cosas. En este punto, su plan desde la eternidad está completo. Todas las cosas son nuevas.

i. Nuestro instinto es considerar románticamente la inocencia como el estado perfecto del hombre, y desear que Adán jamás hubiera hecho lo que hizo. Pero erramos al no darnos cuenta de que el hombre redimido es más grande que el hombre inocente; que obtenemos más en Jesús que lo que hemos perdido en Adán. El perfecto estado de Dios es el de redención, no el de inocencia.

ii. Cuando Dios finalmente complete esta obra de hacer nuevas todas las cosas, estas permanecerán nuevas. «Presuntamente, esto no significa solamente que todo será hecho nuevo, sino que todo también permanecerá nuevo. La ley de la entropía será “repelida”. Nada se desgastará o decaerá, y nadie jamás envejecerá o se atrofiará». (H. Morris)

d. Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas: Juan está probablemente tan pasmado por estas palabras que se le olvidó escribir, y se le dice que así lo haga.

4. (6-8) La invitación y una advertencia

Y me dijo: Hecho está. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que tuviere sed, yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida. El que venciere heredará todas las cosas, y yo seré su Dios, y él será mi hijo. Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda.

a. Hecho está: El propósito eterno de Dios en Jesús ahora está cumplido. Efesios 1:10 ha sido cumplido: «reunir todas las cosas en Cristo, en la dispensación del cumplimiento de los tiempos, así las que están en los cielos, como las que están en la tierra». En este punto, todas las cosas han sido resueltas o resumidas en Jesús: «Hecho está».

b. Al que tuviere sed, yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida: El beber y la sed son ilustraciones comunes de la provisión de Dios y de la necesidad espiritual del hombre. Beber es una acción, pero una acción de recibir; como la fe, implica hacer algo, pero no es una obra que tiene mérito en sí misma.

i. «¿Qué es lo que hace un hombre sediento para quitar su sed? Bebe. Quizás no haya una mejor representación de la fe en la Palabra de Dios que esa. Beber es recibir y tomar el refrescante trago —eso es todo. El rostro de un hombre puede estar sucio, pero aun así puede beber; puede tener un carácter indigno, pero aun así un trago de agua quitará su sed. Beber es una cosa notablemente sencilla, es más fácil que comer». (Spurgeon)

c. El que venciere heredará todas las cosas: Aquellos que vencen (por medio de la fe en Jesús, como en 1 Juan 5:5) disfrutan de una relación especial con Dios (yo seré su Dios, y él será mi hijo).

d. Pero los cobardes e incrédulos, los abominables [] tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre: Pero los apóstatas y los que rechazan a Jesús tiene prohibida la entrada a la nueva Jerusalén.

i. Cobardes: ¿Es suficiente la cobardía para mandar a una persona al Infierno? «Juan no está hablando de la timidez natural; sino de la cobardía que, en su último recurso, hace que el hombre se escoja a sí mismo y a su seguridad antes que a Cristo» (Morris). John Trapp habló de estos «infieles cobardes, que entierran sus cuernos en cada montón de hierva que les toca, que tienen miedo de cada nuevo paso».

B. La naturaleza de la nueva Jerusalén

1. (9-10) Un ángel le mostrará a Juan la ciudad con más detalle

Vino entonces a mí uno de los siete ángeles que tenían las siete copas llenas de las siete plagas postreras, y habló conmigo, diciendo: Ven acá, yo te mostraré la desposada, la esposa del Cordero. Y me llevó en el Espíritu a un monte grande y alto, y me mostró la gran ciudad santa de Jerusalén, que descendía del cielo, de Dios […]

a. Yo te mostraré la desposada [] y me mostró la gran ciudad santa de Jerusalén: Pasajes como estos me hacen preguntarme si la nueva Jerusalén es en sí un lugar literal. Algunos sugieren que simplemente es un símbolo exótico de la iglesia, la esposa de Cristo.

b. Esta ciudad celestial es literal, pero es llamada la desposada, la esposa del Cordero, porque es el lugar en donde el pueblo de Dios es reunido. En este sentido, la nueva Jerusalén ciertamente es como la desposada; pero esta asociación no disminuye la realidad detrás de la ilustración. La ciudad está asociada con la esposa para que nos admiraremos por su belleza.

2. (11-14) El fulgor de la ciudad, sus muros, sus puertas, y sus cimientos

teniendo la gloria de Dios. Y su fulgor era semejante al de una piedra preciosísima, como piedra de jaspe, diáfana como el cristal. Tenía un muro grande y alto con doce puertas; y en las puertas, doce ángeles, y nombres inscritos, que son los de las doce tribus de los hijos de Israel; al oriente tres puertas; al norte tres puertas; al sur tres puertas; al occidente tres puertas. Y el muro de la ciudad tenía doce cimientos, y sobre ellos los doce nombres de los doce apóstoles del Cordero.

a. Su fulgor era semejante al de una piedra preciosísima: Juan es impresionado, primero, por la gloria de esta ciudad. Ella participa de la gloria de Dios, lo que se expresa en la radiante luz que emana de ella.

b. Tenía un muro grande y alto: El muro no se necesita para la defensa, debido a que ya no hay enemigos. Pero el muro grande y alto le da a la ciudad perímetros (esto no es un nirvana cósmico) y nos muestra que algunos serán excluidos de entrar a la ciudad (solamente los justos pueden entrar).

c. Doce puertas [] y nombres inscritos, que son los de las doce tribus de los hijos de Israel: Los nombres de las tribus en las puertas comunican la unidad y herencia que el pueblo de Dios tiene con Israel. Dios nunca olvidará las tribus de Israel, ni aun en la eternidad.

i. Al oriente tres puertas; al norte tres puertas: Algunos han pensado que el arreglo de las puertas señala hacia el diseño del campamento utilizado durante el Éxodo (Números 2).

d. Y el muro de la ciudad tenía doce cimientos, y sobre ellos los doce nombres de los doce apóstoles del Cordero: Los cimientos son un testimonio eterno de los apóstoles, y su lugar permanente en el plan de Dios. Si no está construido sobre el cimiento de los apóstoles, no es el lugar correcto para el pueblo de Dios.

i. La nueva Jerusalén y la iglesia están cimentadas sobre los apóstoles (Efesios 2:20).

3. (15-17) Las dimensiones de la ciudad

El que hablaba conmigo tenía una caña de medir, de oro, para medir la ciudad, sus puertas y su muro. La ciudad se halla establecida en cuadro, y su longitud es igual a su anchura; y él midió la ciudad con la caña, doce mil estadios; la longitud, la altura y la anchura de ella son iguales. Y midió su muro, ciento cuarenta y cuatro codos, de medida de hombre, la cual es de ángel.

a. La ciudad se halla establecida en cuadro: La longitud, la anchura, y la altura de la nueva Jerusalén son iguales. Esto significa que es un cubo o una pirámide. Un cubo es un recordatorio del lugar santo del tabernáculo, lo que sugiere que toda la ciudad es el lugar santo.

b. Él midió la ciudad con la caña: El tamaño de la nueva Jerusalén es enorme; doce mil estadios, lo que es igual a 1500 millas. Esta es la misma distancia desde Maine hasta Florida; los pies cuadrados serían aproximadamente del tamaño de la luna.

i. «Una ciudad de este tamaño es muy grande para que pueda imaginarse. Juan, ciertamente, está comunicando la idea de esplendor. Y, más importante, que hay espacio para todos». (Leon Morris)

ii. Henry Morris, adivinando que ha habido alrededor de 100 mil millones de personas en la raza humana, y que el 20% de ellos será salvado, calcula que cada persona tendría un «bloque» con aproximadamente 75 acres en cada lado para llamarlo su propiedad».

c. De medida de hombre, la cual es de ángel: En este caso, la medida del codo de un hombre es la misma que la medida de un codo de un ángel.

4. (18-21) La belleza de su estructura

El material de su muro era de jaspe; pero la ciudad era de oro puro, semejante al vidrio limpio; y los cimientos del muro de la ciudad estaban adornados con toda piedra preciosa. El primer cimiento era jaspe; el segundo, zafiro; el tercero, ágata; el cuarto, esmeralda; el quinto, ónice; el sexto, cornalina; el séptimo, crisólito; el octavo, berilo; el noveno, topacio; el décimo, crisopraso; el undécimo, jacinto; el duodécimo, amatista. Las doce puertas eran doce perlas; cada una de las puertas era una perla. Y la calle de la ciudad era de oro puro, transparente como vidrio.

a. Cuando leemos de jaspe y oro puro y toda piedra preciosa, debemos de tomar esto como representaciones literales; pero expresa realidades de otro mundo. Podemos ver pequeños detalles de lo que Juan vio, pero ni siquiera podemos empezar a verlo en su plenitud sino hasta que lo veamos con nuestros propios ojos.

i. El uso de Juan de las riquezas para describir a la ciudad «es su manera de ilustrar el gran valor de lo que Dios tiene para su pueblo». (Morris)

b. Jaspe [] zafiro [] ágata: La identificación precisa de estas piedras preciosas en los días modernos es difícil, pero la impresión es de una belleza sin fin y asombrosa.

i. «El simbolismo no tiene la intención de dar la impresión de riquezas y lujos, sino de señalar la gloria y santidad de Dios». (Johnson)

ii. Si hay alguna referencia bíblica de este tipo de piedras preciosas, quizás es el pectoral del sumo sacerdote (Éxodo 28:15-21).

c. Semejante al vidrio limpio [] transparente como vidrio: «La mención constante de la transparencia indica que la ciudad está diseñada para trasmitir la gloria de Dios, en la forma de luz sin que nada le estorbe». (Walvoord)

d. Si las dimensiones o descripciones parecen confusas o imposibles de imaginar, hay dos principios que se deben de tener en mente: primero, debemos de entender las ideas comunicadas en los detalles (gloria, belleza, esplendor, y mucho más); segundo, debemos de entender que esta es la ciudad cuyo arquitecto y hacedor es Dios (Hebreos 11:10). Debemos de esperar que está más allá de nuestra comprensión.

C. El templo de la nueva Jerusalén

1. (22-23) Dios es todo en la nueva Jerusalén

Y no vi en ella templo; porque el Señor Dios Todopoderoso es el templo de ella, y el Cordero. La ciudad no tiene necesidad de sol ni de luna que brillen en ella; porque la gloria de Dios la ilumina, y el Cordero es su lumbrera.

a. Y no vi en ella templo: En el mundo antiguo, era inconcebible tener una gran ciudad sin muchos templos diferentes. Es como decir hoy día: «Vi una gran ciudad, pero no vi ningún banco en ella» o «Vi una gran ciudad, pero no vi ningún centro comercial en ella» Esta ciudad está marcada por el hecho de que no hay en ella templo.

b. Porque el Señor Dios Todopoderoso es el templo de ella, y el Cordero: Aquí, el templo no es removido, sino expandido. Cada cosa y cada lugar es santo y es la morada de Dios.

i. Antes de Jesús, el templo era una profecía. En la era cristiana el pueblo de Dios es su templo. En el Milenio el templo será un memorial. Aquí, el templo está en todas partes.

ii. «Los habitantes no necesitan un lugar de adoración o sacrificio, el objeto de toda la adoración está presente, y el mismo gran sacrificio está allí». (Alford)

c. No vi en ella templo [] no tiene necesidad de sol ni de luna: Esto nos recuerda que el cielo será un lugar de pura adoración. Las cosas que utilizamos para adorar, pero que al final terminan distrayéndonos de la adoración (como los edificios, sistemas de música, costumbres, y mucho más), ya no serán un problema. Nuestro enfoque estará totalmente en la persona que adoramos, el Señor Dios Todopoderoso [] el Cordero.

i. En el cielo, ninguna de nuestras alegrías, belleza, o conocimiento estará basada en las cosas creadas, sino solamente en el Creador. Por fe, lo puedes tener de esa manera ahora. Puedes decidir confiar en Dios de una manera tan plena que tu alegría, lo que consideras bello, y los cimientos de tu conocimiento, todos estarán basados en Jesús, y no en nada creado.

d. El Cordero es su lumbrera: La lumbrera habla de la alegría, ya que en las Escrituras la alegría y la luz van de la mano. La luz habla de belleza, sin la luz no hay belleza. La luz habla de conocimiento, y en el cielo todos le conoceremos a Él, y Él nos conoce a nosotros.

2. (24-27) Acceso a la ciudad

Y las naciones que hubieren sido salvas andarán a la luz de ella; y los reyes de la tierra traerán su gloria y honor a ella. Sus puertas nunca serán cerradas de día, pues allí no habrá noche. Y llevarán la gloria y la honra de las naciones a ella. No entrará en ella ninguna cosa inmunda, o que hace abominación y mentira, sino solamente los que están inscritos en el libro de la vida del Cordero.

a. Los reyes de la tierra traerán su gloria y honor a ella: ¿Qué hay sobre estos reyes de la tierra? ¿Quiénes son? Esto es difícil de entender, y diferentes comentaristas tienen sugerencias diferentes.

i. «Qué alentador es notar que no todos fueron destruidos cuando las naciones subieron para hacer guerra en contra de Jerusalén y del Señor. También habrá “reyes de la tierra” que conformarán al estado eterno». (Hocking)

ii. «Entre los misterios de este nuevo cielo y tierra, esto se nos coloca delante de nosotros: además de la iglesia glorificada, todavía habitarán en la tierra renovada naciones, organizadas por reyes y salvas por medio de las influencias de la ciudad celestial». (Alford)

b. No entrará en ella ninguna cosa inmunda: ¿Esto quiere decir que tales personas amenazarán a la ciudad? No es necesario decir que esta es la idea, porque todos los pecadores y la muerte han sido echados al lago de fuego (Apocalipsis 20:11-15). Pero, «la exhortación advierte a los lectores que la única manera de participar en el futuro de la ciudad es cambiar la fidelidad de uno hacia el Cordero ahora». (Johnson)

©2021 The Enduring Word Comentario bíblico en español de David Guzik – ewm@enduringword.com

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