Apocalipsis 3




Apocalipsis 3: Cartas de Jesús a las iglesias (Continuación)

A. A la iglesia en Sardis

1. (1a) El carácter de la ciudad de Sardis

Escribe al ángel de la iglesia en Sardis […].

a. Al mismo tiempo que Jesús habló estas palabras a Juan, la antigua ciudad de Sardis ya había visto sus mejores días y comenzaba a declinar. Pero aún era una ciudad rica, debido a que estaba situada en la intersección de varios caminos y rutas comerciales importantes. La conexión entre Sardis y el dinero —dinero fácil— era bien conocida en el mundo antiguo.

i. «Es de interés hacer notar que la primera moneda acuñada en Asia Menor fue acuñada en Sardis, en los días de Creso. Estas monedas creadas de una forma burda fueron el inicio del dinero, en el sentido moderno del término. Sardis era el lugar donde nacía el dinero moderno». (Barclay)

b. Sardis también era una ciudad bien conocida por su facilidad de vida y lujos. Tenía una reputación bien merecida por su apatía e inmoralidad. En Sardis había un gran, magnífico, templo dedicado a Cibeles, la diosa madre. De las ruinas de ese templo podemos ver que sus columnas principales eran de 60 pies de altura, y más de 6 pies de diámetro. Esta diosa madre era honrada, «adorada», con todo tipo de inmoralidad e impureza sexual.

c. La combinación de dinero fácil y un ambiente de moral apática hacía que la gente de Sardis amara el placer y fueran en gran medida indulgentes. «La gran característica de Sardis era que, incluso en labios paganos, Sardis era un nombre de desprecio. Su gente era notoriamente holgazana, amante del placer y de los lujos. Sardis era una ciudad de la decadencia». (Barclay)

i. Esta indulgencia, esta falta de disciplina y dedicación, fue la perdición de Sardis en diferentes ocasiones. El historiador griego Heródoto cuenta la historia de la caída de Sardis en los días de Ciro. El rey Ciro había llegado a Sardis, y halló que la posición de la ciudad era ideal para la defensa. Al parecer, no había manera de escalar el escarpado precipicio que amurallaba la ciudad. Él recompensaría a cualquier soldado de su ejército que pudiera encontrar una forma de subir a la ciudad. Un soldado estudió el problema cuidadosamente, y mientras observaba vio como a un soldado que defendía a Sardis se le cayó su yelmo por las paredes de las murallas escarpadas. Él observó al soldado que descendía por un pasaje secreto para recuperar su yelmo, marcó el lugar del camino y condujo a un grupo de soldados hacia arriba esa noche. Cuando escalaron fácilmente los precipicios, y llegaron a la ciudad, no sintieron que debían ser diligentes, pues los encontraron indefensos. Los soldados de Sardis estaban tan confiados en las defensas naturales de su ciudad que no pensaron en tener una guardia diligente. Así que la ciudad fue fácilmente conquistada. Curiosamente, lo mismo sucedió casi 200 años después, cuando Antíoco atacó y conquistó a la ciudad confiada que no preparó vigías.

ii. «A pesar de que la situación de la ciudad la hacía ideal para la defensa, al estar en lo alto del valle de Hermo rodeada por precipicios profundos, casi imposibles de escalar, Sardis ya había caído dos veces antes debido a la confianza excesiva y al fracaso de no poner guardia. En el año 549 a.C. el rey de Persia, Ciro, terminó con el gobierno de Creso al escalar los precipicios bajo el abrigo de la oscuridad. En el año 214 a.C., los ejércitos de Antíoco el Grande (III), capturaron la ciudad utilizando el mismo método». (Walvoord)

2. (1b) Jesús se describe a sí mismo a la iglesia en Sardis

El que tiene los siete espíritus de Dios, y las siete estrellas, dice esto:

a. Mientras Jesús se describe a sí mismo, utiliza términos que enfatizan su carácter como amo de cualquier poder espiritual y autoridad. La repetición del número siete ayuda a indicar esto, porque siete es el número de «plenitud» en la Biblia. Por lo tanto, Jesús tiene la plenitud del Espíritu de Dios, y la plenitud de la iglesia.

b. El que tiene los siete espíritus de Dios: Jesús tiene la plenitud del Espíritu de Dios en sí mismo, y también tiene al Espíritu Santo en plenitud para darlo a la iglesia.

c. Y las siete estrellas: Jesús también tiene la plenitud de la iglesia en su mano. Sabemos que las siete estrellas representan a las iglesias por lo que Jesús dijo en Apocalipsis 1:20: «Las siete estrellas son los ángeles de las siete iglesias». Cuando Jesús habla de los ángeles de las siete iglesias, a través de estas cartas, habla no a un individuo, sino a toda la iglesia por medio de ese individuo.

3. (1c) Lo que Jesús sabe sobre los cristianos en Sardis

Yo conozco tus obras, que tienes nombre de que vives […].

a. Yo conozco tus obras: De la manera en que Jesús le habla a cada iglesia, también le habla a la iglesia de Sardis. Lo que una iglesia «es» y lo que una iglesia «hace» nunca está oculto de Jesús.

b. Que tienes nombre de que vives: Jesús sabía que la iglesia de Sardis tenía un nombre —esto es, una reputación— de vitalidad. Si mirabas, tanto a la iglesia de Sardis, como a la ciudad de Sardis, todo parecía que estaba vivo y bien.

i. «No debemos de tener la impresión de que Sardis era como un difunto, con el edificio destruido, los miembros dispersos, y un pastor listo para renunciar. Era una iglesia ocupada, con reuniones cada noche, los comités abundaban, todo en movimiento, promoción y publicidad, con algo sucediendo en todo tiempo. Tenía una reputación de estar viva, bien despierta, siempre preocupada». (Havner)

4. (1d) Lo que Jesús tiene en contra de la iglesia en Sardis

[…] y estás muerto.

a. Muerto: A pesar de su reputación de estar vivos, Jesús los miró por lo que en realidad eran. La expresión «y estás muerto», muestra que una reputación no es garantía de un verdadero carácter espiritual. A pesar de su buena apariencia, Jesús los miró por lo que en realidad eran.

b. «Muerto» indica que no hay lucha, no hay batalla, no hay persecución. No era que la iglesia de Sardis estuviera perdiendo la batalla. Un cuerpo muerto ya ha perdido la batalla, y la pelea parece haber acabado. En esta carta, Jesús no anima a los cristianos en Sardis a que estén firmes en contra de la persecución o de la falsa doctrina, probablemente, porque no había un peligro significativo de estas cosas en Sardis. Al estar muerta, la iglesia de Sardis no representaba amenazas significativas para el dominio de Satanás, así que no era digna de atacar.

i. La iglesia en Sardis era un «modelo perfecto de un cristianismo inofensivo» (Caird). Otro comentarista dice: «Su apariencia era que estaba “viva”, pero en su esencia estaba “muerta”».

ii. «La iglesia de Sardis estaba en paz —pero era la paz de los muertos». (Barclay)

5. (2-4) Lo que Jesús quiere que haga la iglesia en Sardis

Sé vigilante, y afirma las otras cosas que están para morir; porque no he hallado tus obras perfectas delante de Dios. Acuérdate, pues, de lo que has recibido y oído; y guárdalo, y arrepiéntete. Pues si no velas, vendré sobre ti como ladrón, y no sabrás a qué hora vendré sobre ti. Pero tienes unas pocas personas en Sardis que no han manchado sus vestiduras; y andarán conmigo en vestiduras blancas, porque son dignas.

a. Sé vigilante: Esta primera instrucción de Jesús les dice que necesitan examinar y proteger, fortalecer lo que tienen. Al Jesús decir: «afirma las otras cosas que están para morir», podemos deducir que la condición espiritual de la iglesia de Sardis era mala, pero no estaba sin esperanza. Espiritualmente había cosas que aún podían ser fortalecidas. Jesús no se había rendido, y era tarde (que están para morir), pero no demasiado tarde.

i. Es su historia, la ciudad de Sardis fue fácilmente conquistada dos veces. No era que los ejércitos que atacaban abrumaran a Sardis, sino que la confianza excesiva los hizo que no fueran vigilantes. El estado espiritual de la iglesia de Sardis era un reflejo del carácter histórico de la ciudad.

b. Porque no he hallado tus obras perfectas delante de Dios: Esto muestra que sus obras no habían llegado a la medida del estándar de Dios. Hacer obras no es suficiente, porque Dios requiere una intención en particular, y un propósito en todas nuestras obras. Nuestras obras deben de ser hechas con el corazón y en una manera que las haga ser perfectas delante de Dios.

i. Respecto a la frase «no he hallado tus obras perfectas», Clarke dice: «Ellos hacían deberes de todos tipos, pero no los hacían de manera completa. Ellos estaban constantemente empezando, pero nunca concluían nada».

c. Acuérdate, pues, de lo que has recibido y oído; y guárdalo, y arrepiéntete: Lo que ellos deben de hacer es acordarse cómo han recibido y oído la Palabra de Dios. Deben de «guardar» esas cosas, y deben de «arrepentirse» y restaurar la autoridad del Evangelio y la doctrina apostólica sobre sus vidas.

i. Pablo describió en 1 Tesalonicenses 2:13 el tipo de recepción de la Palabra que ellos necesitaban recordar: «Por lo cual también nosotros sin cesar damos gracias a Dios, de que cuando recibisteis la palabra de Dios que oísteis de nosotros, la recibisteis no como palabra de hombres, sino según es en verdad, la palabra de Dios, la cual actúa en vosotros los creyentes».

d. Pues si no velas, vendré sobre ti como ladrón: Jesús les advierte del gran peligro de no mantenerse vigilantes. Si ellos ignoran su mandamiento de «velar», entonces Jesús vendrá sobre ellos como ladrón, en un tiempo que ellos no esperan.

i. Vendré sobre ti: ¿Cómo «vendrá» Jesús sobre ellos? Él podría venir sobre ellos en el sentido de traer un juicio inmediato. O Él podría venir sobre ellos en el sentido de su venida por la iglesia en el rapto (1 Tesalonicenses 4:16-17). Usado en cualquier sentido, muestra que su venida puede ser repentina y sin anunciarse, así que ellos deben de «velar».

ii. Winston Churchill le dijo a Gran Bretaña en los primeros días de la Segunda Guerra Mundial: «Les debo dejar una palabra de advertencia: lo que le sigue a la cobardía y a la traición, la confianza excesiva que conduce a la negligencia y a la pereza, es el peor de los crímenes de guerra». (Citado en Bunch)

e. Pero tienes unas pocas personas en Sardis que no han manchado sus vestiduras: Aún entre los cristianos muertos de Sardis, hay un remanente fiel. Pero solamente eran unas pocas personas. En Pérgamo (Apocalipsis 2:14) y en Tiatira (Apocalipsis 2:20), había algunos malos entre los buenos. Pero en Sardis, había unas pocas personas entre los malos.

i. Tienes […] en Sardis: Aquí se muestra que es notable que aún se hallan «en» Sardis unas pocas personas fieles al Señor. Es notable porque la ciudad tiene una reputación considerable de inmoralidad. «En» una ciudad tan malvada, algunos entre los cristianos no se habían manchado al no unirse al pecado.

ii. Que no han manchado sus vestiduras: ¿Por qué Jesús se refiere a que no han manchado sus vestiduras? En la adoración pagana de aquellos días, no era permitido acercarse a los dioses con ropas sucias. La analogía puede funcionar para la adoración a Jesús, porque Él da a sus santos vestiduras blancas.

iii. «Así como el pecado es expresado bajo la noción de desnudez, la santidad es expresada bajo la noción de vestiduras». (Poole)

g. Y andarán conmigo en vestiduras blancas: Jesús también promete que estos santos andarán con Él. Esta ilustración de una relación y amistad cercana es vista en la vida de Enoc, quien «caminó, pues […] con Dios, y desapareció, porque le llevó Dios» (Génesis 5:24).

i. Claro que las vestiduras que Jesús da son siempre blancas. Sardis era una iglesia que estaba «muerta» debido a un «compromiso con el pecado». Ellos necesitaban recibir y andar en la pureza, en las vestiduras blancas que Jesús da. El blanco también era el color del triunfo para los romanos, así que las vestiduras blancas hablan del triunfo final del creyente en Jesús.

ii. «Andarán conmigo» es la recompensa más grande que Jesús puede darles a sus seguidores. Los cristianos en Sardis que olvidaran su compromiso pecaminoso con su ciudad, serían recompensados con un caminar más cercano, más íntimo con Jesús. Esta recompensa es, finalmente, una mejor motivación que el temor al castigo o a la ruina por nuestro pecado.

iii. Los puros pueden tener una intimidad más grande con Dios, no solamente porque se la han ganado, sino porque están más interesados en las cosas de Dios. Dios promete recompensar ese interés: «Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios» (Mateo 5:8).

iv. «Pero, ¿qué se hará con tales personas que viven en la iglesia, pero están fuera; que tienen nombre de estar vivos, pero están muertos? ¿Qué se hará con los simples maestros que no viven lo que enseñan? ¿Qué habrá de ser de aquellos que son religiosos en la apariencia externa, pero por dentro viven en la hiel de la de amargura? Contestamos, de la misma manera que lo hizo el buen Calvino: “Ellos andarán en la oscuridad, pues no son dignos”. Ellos andarán en la oscuridad —la oscuridad de la destrucción de Dios. Ellos andarán en la oscuridad —la oscuridad de una angustia incomparable. Ellos andarán en la oscuridad —la oscuridad de una desesperación sin esperanza. Ellos andarán en la oscuridad —la oscuridad de la condenación. Ellos andarán en la oscuridad por siempre, porque fueron hallados indignos». (Spurgeon)

6. (5) Una promesa de una recompensa

El que venciere será vestido de vestiduras blancas; y no borraré su nombre del libro de la vida, y confesaré su nombre delante de mi Padre, y delante de sus ángeles.

a. El que venciere será vestido de vestiduras blancas: Jesús identifica a los vencedores con aquellas «pocas personas que no han manchado sus vestiduras» (Apocalipsis 3:4). Estos vencedores usarán vestiduras blancas, recibidas de Jesús.

i. La diferencia entre la mayoría muerta con obras imperfectas (pero que tienen buena reputación) y las pocas personas que estaban agradando a Dios con pureza, es la cercanía con Jesús, que siempre está relacionada con la pureza. La muerte y la fachada espiritual de la mayoría de los cristianos en Sardis estaba relacionada con vidas impuras, y con el compromiso con el pecado del mundo que los rodeaba. Es difícil decir si la muerte vino antes de la impureza, o la impureza vino antes de la muerte; pero, seguramente, están relacionadas.

ii. Jesús explicó la absoluta necesidad de ser vestidos por Dios con ropas de pureza y justicia en la parábola de la fiesta de bodas (Mateo 22:11-14). La verdadera justicia es recibir la cubierta de Dios, en lugar de intentar cubrirnos a nosotros mismos. Adán y Eva trataron de cubrir su propio pecado (Génesis 3:21), pero Dios les proveyó una cubierta que vino del sacrificio (Génesis 3:7).

b. Y no borraré su nombre del libro de la vida: Por esto, los vencedores tienen asegurada su ciudadanía celestial. En el mundo antiguo, la muerte o la pena capital, podían borrar el nombre de un antiguo ciudadano del libro de la ciudad, que era el registro de la ciudad.

i. «En el mundo antiguo las ciudades guardaban un registro de sus ciudadanos, y cuando un hombre moría, su nombre era quitado del registro. El Cristo resucitado está diciendo que, si deseamos permanecer en el libro, como ciudadanos de Dios, debemos de mantener la llama de nuestra fe viva». (Barclay)

c. Borraré su nombre del libro de la vida: ¿Esto significa que alguien puede perder su salvación? ¿Significa que alguien es salvo un día (su nombre está en el libro de la vida) y que otro día si cae su nombre es borrado del libro de la vida? Necesitamos ver primero el contexto de Apocalipsis 3:5. El enfoque es la «garantía», así que no debemos de pensar que los nombres están siendo constantemente borrados y reescritos. El enfoque aquí no es que Jesús está sentado en el cielo con un borrador. Al mismo tiempo, debemos de considerar lo que dice la Palabra sobre el libro de la vida.

i. Hay un libro de la vida, y estará abierto y se hará referencia a él en el Día del Juicio. Esto significa que el libro de la vida es real, y será leído.

·  «Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras» (Apocalipsis 20:12).

ii. Hay un libro de la vida, y este determina si vamos al cielo o al Infierno. Esto significa que el libro de la vida es importante.

·  «Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego» (Apocalipsis 20:15).

iii. Hay un libro de la vida, y el conocer que nuestros nombres estén escritos allí nos debe de traer un gran gozo.

·  «Pero no os regocijéis de que los espíritus se os sujetan, sino regocijaos de que vuestros nombres están escritos en los cielos» (Lucas 10:20).

iv. Hay un libro de la vida, y hay cinco referencias diferentes acerca de que la gente es borrada del libro de la vida. Esto significa que la idea de ser borrado del libro de la vida debe de ser tomada en serio. Quizás sea simplemente un símbolo, y ese nombre de la persona nunca estuvo allí para empezar. Aun cuando ese fuera el caso, el Señor quiere que lo tomemos con seriedad, porque hay algunos que por mera apariencia humana son salvos, pero no estarán en el cielo.

·  Moisés le dijo a Jehová: «Que perdones ahora su pecado, y si no, ráeme ahora de tu libro que has escrito» (Éxodo 32:32).

·  «Y Jehová respondió a Moisés: Al que pecare contra mí, a éste raeré yo de mi libro» (Éxodo 32:33).

·  «Sean raídos del libro de los vivientes, y no sean escritos entre los justos» (Salmos 69:28).

·  «El que venciere será vestido de vestiduras blancas; y no borraré su nombre del libro de la vida, y confesaré su nombre delante de mi Padre, y delante de sus ángeles» (Apocalipsis 3:5).

·  «Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida, y de la santa ciudad y de las cosas que están escritas en este libro» (Apocalipsis 22:19).

Un buen ejemplo de que debemos de tomar esta advertencia seriamente es la vida de un hombre llamado Charles Templeton. Hace una generación, él estaba bien envuelto en los fundamentos de «Jóvenes para Cristo» e impactó a la nación para Jesús. El mismo Chuck Smith se había referido a él como un ministro tan dinámico y poderoso que iría a cualquier lugar para escucharlo. Muchas personas recibían a Jesús en sus reuniones, y estuvo asociado con Billy Graham durante los primeros años de su ministerio. Pero, recientemente, escribió un libro en el que renuncia totalmente a su creencia en Cristo Jesús, renuncia aun a su creencia en Dios, y dice que es un ateo. Charles Templeton renuncia a sus primeras confesiones de fe y a través de su libro quiere «rescatar» a las personas que una vez trajo a Jesús. Obviamente, este hombre —en su estado apóstata actual— no va a ir al cielo. Puedes debatir todo el día acerca de si él nunca fue salvo, o si perdió su salvación; pero al final del debate hay dos conclusiones. La primera: en un tiempo, según las apariencias humanas, él fue salvo; la segunda: él no tomó en serio las advertencias de la Biblia de permanecer caminando, permanecer confiando y perseverar en la fe.

v. En las genealogías de la Biblia, hay dos libros mencionados:

·  El libro de la genealogía de Adán (Génesis 5:1)

·  El libro de la genealogía de Jesucristo (Mateo 1:1)

El nacer de Adán no garantiza que nuestros nombres estén escritos en el libro de la vida. Pero el nacer de nuevo —nacer de Cristo Jesús— nos da esa seguridad.

d. Confesaré su nombre delante de mi Padre: Esta es una sorprendente promesa. Tiene sentido que nosotros estemos dispuestos a confesar el nombre de Jesús. ¡Pero es sorprendente que Él no se avergüence de confesarnos!

i. Es importante para nosotros aceptar a Jesús; pero es mucho más importante saber que Jesús nos acepta.

7. (6) Una exhortación general para todos aquellos que oigan

El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.

a. Oiga: Todos nosotros debemos de escuchar lo que el Espíritu Santo le dice a la iglesia de Sardis. Es fácil desviarnos en un letargo apático hacia la muerte espiritual, especialmente cuando tenemos una buena reputación. Pero siempre hay esperanza para la iglesia muerta, porque Jesús es experto en levantar a los muertos.

b. Lo que el Espíritu dice a las iglesias: Sardis nos enseña que debemos de estar alertas con nuestro éxito. La ciudad era rica y sabía cómo vivir cómodamente, pero esto los volvió indiferentes y corruptos. Sardis también nos enseña que debemos de estar velando nuestros puntos fuertes. A pesar de que Sardis era, aparentemente inexpugnable, fue conquistada. Donde decimos: «Nunca haré esto», es el lugar preciso en el que debemos de velar aún más.

i. El mariscal británico de campo, Montgomery, solía decir: «Un hombre puede hacer que yo pierda la batalla». Un cristiano corrupto o desobediente puede hacer que toda una iglesia pierda una batalla. Primero, pueden perder la batalla por su propia debilidad. Segundo, pueden perder la batalla porque llevan a otros al mismo pecado. Finalmente, pueden perder la batalla porque albergan un espíritu de conformidad con el pecado en los otros miembros de la iglesia. ¡Un hombre puede hacer que la batalla se pierda!

B. La carta de Jesús a la iglesia en Filadelfia

1. (7a) El carácter de la ciudad de Filadelfia

Escribe al ángel de la iglesia en Filadelfia […].

a. Filadelfia (el nombre significa «amor fraternal»), era la más joven de las siete ciudades, y fue originalmente fundada como un puesto misionero para el helenismo, la cultura de la antigua Grecia.

i. «El propósito original detrás de esta ciudad clave era convertirla en un centro para esparcir la lengua griega, su cultura y sus tradiciones a través de las provincias de Asia». (Hocking)

ii. «Filadelfia había sido edificada con la intención deliberada de que se pudiera convertir en una ciudad misionera. Más allá de Filadelfia estaban los campos desolados de Frigia y de las tribus bárbaras; y se tenía la intención de que la función de Filadelfia fuera esparcir la lengua griega, la manera de vivir de los griegos y la civilización griega, a través de las regiones que estaban más allá». (Barclay)

iii. La ciudad se ganó su nombre después de que a su fundador, Atalo el Segundo, se le apodó Philadelphos.

b. Filadelfia era una ciudad próspera. «Filadelfia dirigía uno de los caminos más grandes en el mundo, el camino que conducía de Europa al Este. Filadelfia era la puerta de un continente al otro» (Barclay)

c. Filadelfia también era conocida por sus hermosos edificios (era llamada una «pequeña Atenas»), y por sus terremotos frecuentes, debido a lo cual se requería hacer evacuaciones con asiduidad.

i. «Caminar por sus calles con templos dispersos, era recordar a Atenas, el centro de adoración de los dioses del Olimpo». (Barclay)

2. (7b) Jesús se describe a sí mismo a la iglesia en Filadelfia

Esto dice el Santo, el Verdadero, el que tiene la llave de David, el que abre y ninguno cierra, y cierra y ninguno abre […]

a. Esto dice el Santo, el Verdadero: Jesús le recuerda a la iglesia de Filadelfia que Él es Santo y Verdadero. Esto no describe «tendencias» dentro de Jesús, sino su propio ser. Esto también muestran que Jesús es Yahveh, porque solamente Él es Santo en un sentido absoluto.

i. Hay dos antiguas palabras griegas que se podrían traducir como «verdadero». Una significa «que no es falso»; la otra, «que no es irreal». La antigua palabra griega utilizada aquí para hacer referencia a verdadero es la segunda (alethinos), que es la que expresa la idea de «real» o «genuino». Jesús es verdadero en todo lo que Él es. Él es el Dios real y el hombre real.

b. El que tiene la llave de David, el que abre y ninguno cierra, y cierra y ninguno abre: Jesús muestra que Él también es el que guarda las llaves y las puertas. En esta cita de Isaías 22:20-23, Jesús expresa su poder y autoridad, especialmente, para admitir o excluir.

3. (8) Lo que Jesús sabe sobre la iglesia en Filadelfia

Yo conozco tus obras; he aquí, he puesto delante de ti una puerta abierta, la cual nadie puede cerrar; porque aunque tienes poca fuerza, has guardado mi palabra, y no has negado mi nombre.

a. Yo conozco tus obras: Jesús les dice esto a cada una de las siete iglesias. La iglesia en Filadelfia había servido a Dios bien en circunstancias difíciles, y Jesús lo sabía.

b. He aquí, he puesto delante de ti una puerta abierta, la cual nadie puede cerrar: La iglesia en Filadelfia tiene una puerta abierta delante de ellos. Muy a menudo, una puerta abierta habla de oportunidad para el Evangelio (1 Corintios 16:9, 2 Corintios 2:12, y Colosenses 4:3). Jesús les dice que Él ha abierto una puerta de oportunidad para que evangelicen, y deben de pasar por esa puerta con fe.

i. En su historia, Filadelfia tenía un gran llamado «evangelístico». La ciudad tenía la misión de esparcir la cultura griega y su lenguaje hacia toda la región. Ahora Jesús les abre una puerta para que puedan esparcir la cultura de su reino hacia toda la región.

ii. Jesús les dice que vean que tienen esta puerta abierta. Algunas veces Dios abre una puerta de oportunidades para el Evangelio enfrente de nosotros, pero no la vemos.

Un hombre que fue tocado por Jesús vino a Spurgeon y le pregunto cómo podía ganar a otros para Jesús. Spurgeon le preguntó: «¿Qué eres? ¿Qué es lo que haces?». El hombre le dijo: «Soy maquinista de un tren». Entonces, le dijo Spurgeon: «¿El hombre que hecha las paladas de carbón en tu tren es cristiano?». «No lo sé» —dijo el hombre. «Regresa —dijo Spurgeon— y averígualo, y comienza con él».

iii. Una vez que vemos la puerta abierta, debemos de caminar a través de ella. Dios quiere que tomemos cada oportunidad que Él pone delante de nosotros para evangelizar.

iv. Puede haber otro sentido en esta puerta abierta. Los cristianos en Filadelfia parecen haber sido excluidos de la sinagoga (Apocalipsis 3:9). La puerta abierta también puede estar hablando de su oportunidad para entrar al reino de Dios, en contraste con su exclusión de la sinagoga.

c. La cual nadie puede cerrar: El énfasis está en una apertura sin dificultad. No hay nada que pueda impedirles su acceso a esta puerta. Ya que Jesús es «Aquel que abre la puerta, la cual nadie puede cerrar» (Apocalipsis 3:7), Él tiene la autoridad de mantener esta puerta abierta para los cristianos en Filadelfia.

i. «David podía cerrar o abrir el reino de Israel a quien a él le placiera. Él no estaba obligado a dejarle el reino ni siquiera a su hijo mayor. Él podía escoger a quien le placiera para que lo sucediera. El reino del Evangelio, y el reino del cielo, están a disposición de Cristo». (Clarke)

ii. Dios abre puertas para el ministerio y ministerios hoy día. «Me gustaría dar testimonio de que he probado esta promesa dada a Filadelfia a través de años de ministerio y he sido hallado fiel. La promoción no viene del sur, este u oeste, sino de Dios; y si dirigimos nuestro camino hacia Él, y ponemos nuestra confianza en Él, Él hará que suceda […]. El hombre de Dios no es dependiente de exploradores religiosos talentosos, ni su ministerio está en manos de oficiales eclesiásticos. Su centro de mando es el cielo, y su itinerario está hecho por el Señor de la Puerta Abierta». (Havner)

iii. Debido a que Jesús ha abierto la puerta, Él obtiene la gloria por ello. «Ni la riqueza o influencia, ni ningún esquema de promoción, ni la elocuencia en el púlpito, ni la armonía de sus músicos, pueden darle un ministerio efectivo. El Señor y solo Él ha abierto la puerta; solamente el Señor ha “dado el incremento”». (Morris)

d. Porque aunque tienes poca fuerza: El término «poca fuerza» no implica debilidad, sino una fuerza real. Ellos eran lo suficientemente débiles para ser fuertes en el Señor. Puede que seamos «demasiados fuertes» o «grandes» o «seguros de nosotros mismos» como para que Dios pueda usarnos en verdad. La iglesia en Filadelfia tenía la pobreza de espíritu para conocer que necesitaban en realidad la fuerza de Dios.

i. «No es un asunto de gran fuerza, ni de gran habilidad, sino de gran dependencia. Sansón tenía una gran habilidad, pero poca dependencia. Poca fuerza utilizada con fidelidad tiene más significado que mucha fuerza utilizada llamativa e irregularmente». (Havner)

ii. El apóstol Pablo era un gran ejemplo de esta dinámica de debilidad y fuerza. La fuerza de Dios fue hecha evidente en su debilidad (2 Corintios 12:7-10).

e. Has guardado mi palabra, y no has negado mi nombre: La iglesia en Filadelfia también era fiel a Jesús y a su Palabra. La idea detrás de «no has negado mi nombre», no es solamente que expresaban su alianza con Jesús, sino que vivían de tal manera que eran fieles al nombre y al carácter de Jesús.

i. Algunas iglesias que reclaman tener una gran fidelidad a la Palabra de Jesús, niegan su nombre, su carácter. Ellos representan el estilo de Jesús de una manera muy diferente a lo que la Biblia muestra.

f. Vean las características de la iglesia en Filadelfia:

·  Oportunidad para evangelizar (He puesto delante de ti una puerta abierta).

·  Confianza en Dios (Tienes poca fuerza).

·  Fidelidad a Jesús (Has guardado mi palabra, y no has negado mi nombre).

En cierto sentido, estas características parecen «poco espectaculares». Estas características debieran de ser comunes entre las iglesias; pero aun así Jesús se agradaba completamente con esta iglesia. Él no tenía nada negativo que decir de la iglesia de Filadelfia.

i. «La iglesia de Filadelfia es elogiada por guardar la Palabra del Señor, y por no negar su Nombre. El éxito en la obra del cristiano no debe de ser medido por otro estándar de logro. No es elevarse en una posición eclesiástica. No es el número de nuevos edificios que han sido construidos a través del ministerio de un hombre. No son las multitudes que se amontonan para escuchar una voz humana. Todas estas cosas son frecuentemente utilizadas como vara de medir el éxito, pero son medidas terrenales, no celestiales». (Barnhouse)

4. (9-10) Lo que Jesús hará por los cristianos en Filadelfia

He aquí, yo entrego de la sinagoga de Satanás a los que se dicen ser judíos y no lo son, sino que mienten; he aquí, yo haré que vengan y se postren a tus pies, y reconozcan que yo te he amado. Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, yo también te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero, para probar a los que moran sobre la tierra.

a. Yo entrego de la sinagoga de Satanás: Aparentemente, los cristianos en Filadelfia eran perseguidos por personas judías (la sinagoga). Sin embargo, estos perseguidores eran judíos de nombre solamente (que se dicen ser judíos y no lo son). De hecho, no tienen una conexión espiritual con Abraham o con otras personas de fe.

i. En esto, Jesús no habla en contra de todo el pueblo judío. Sería completamente erróneo hablar de todo el pueblo judío como la sinagoga de Satanás, pues la referencia es a los que se dicen ser judíos y no lo son. Jesús habló, específicamente, de este grupo de personas judías en Filadelfia que persiguieron a los cristianos durante ese periodo.

b. Yo haré que vengan y se postren a tus pies: En esto, Jesús promete que vindicará a su pueblo y se asegurará de que sus perseguidores reconozcan que están mal, y que Jesús y sus seguidores están en lo correcto. La reflexión es de vindicación ante perseguidores espirituales farisaicos. Dios promete que la iglesia de Filadelfia será vindicada delante de sus perseguidores.

i. Dios le prometió a Israel que los gentiles lo honrarían y reconocerían a su Dios (Isaías 45:14). Ahora los lugares se han intercambiado, y estas personas judías «asumirán el rol de los paganos y reconocerán que la iglesia es el Israel de Dios». (Mounce)

ii. 1 Corintios 14:24-25 habla de incrédulos que caen en medio de los cristianos para adorar a Dios. Esto muestra que no son los cristianos los que están siendo adorados, sino que Dios es adorado en presencia de cristianos.

iii. Y reconozcan que yo te he amado: Aquellos que fueron una vez enemigos, adorarán junto a ellos, son destruidos como enemigos. Ahora saben que Jesús ha amado a estas personas que una vez ellos persiguieron. La mejor manera de destruir a los enemigos del Evangelio es orar para que Dios los cambie.

iv. Las personas perseguidas muy a menudo anhelan justicia en contra de sus perseguidores (Apocalipsis 6:10). Un pasaje de un cristiano del segundo siglo muestra esto: «¿Qué visión despertará mi asombro? ¿Cuál mi risa, mi alegría y mi júbilo? ¡Cuando veo a todos esos reyes, esos grandes reyes […] gimiendo en las profundidades de la oscuridad! ¡Y los magistrados que persiguieron en el nombre de Jesús, derritiéndose en los fieros fuegos que encendieron en su ira en contra de los cristianos!». (Tertuliano, citado en Barclay)

c. Te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero: Jesús también les promete protección de la hora de la prueba que vendrá sobre el mundo entero.

i. La mayoría de los eruditos de la Biblia ven esta hora de la prueba como una referencia profética de las aflicciones mesiánicas, la gran tribulación, la cual le precede al reino terrenal de Jesús. Jesús promete que «guardará» a estos cristianos de la hora de la prueba.

d. Para probar a los que moran sobre la tierra: La prueba está dirigida en contra de los que moran sobre la tierra. Esta frase es utilizada nueve veces en el libro de Apocalipsis, y habla de aquellos que no son salvos en Jesús. Apocalipsis 17:8 hace que la expresión anterior sea sinónimo de lo perdido: «y los moradores de la tierra, aquellos cuyos nombres no están escritos desde la fundación del mundo en el libro de la vida». Esta prueba es para los incrédulos, no para los cristianos.

i. A los que moran sobre la tierra: «No se refiere a los creyentes, sino a los incrédulos, quienes son el objeto de la ira de Dios a través del Apocalipsis». (Johnson)

ii. Los cristianos somos diferentes. Aunque caminamos en esta tierra, nuestra morada está en el cielo. Hemos sido sentados en los lugares celestiales con Jesús (Efesios 2:6). Nosotros no somos de los que moran sobre la tierra, nuestra vida está escondida en Jesús (Colosenses 3:3).

e. te guardaré de la hora de la prueba: ¿Esta promesa implica un escape antes de la gran tribulación? ¿O promete protección dentro de ella? Cada tendencia interpretativa cree que este pasaje soporta fácilmente su posición.

i. Aquellos que creen que la iglesia estará aquí durante el tiempo de gran tribulación, se enfocan en el mandato de Jesús a tener paciencia, y dicen que el contexto demanda ver esto como una protección que habilita al fiel a tener paciencia en el periodo.

ii. Aquellos que creen que Jesús vendrá por su iglesia antes de este tiempo de gran tribulación, entienden que la protección prometida es de la misma hora de la prueba, no solamente de la prueba. También señalan el cataclismo mundial ineludible que se predice en la gran tribulación (Mateo 24:21 y Apocalipsis capítulos 6, 8-9, 16).

iii. Sin embargo, la referencia a guardar el mandamiento de tener paciencia está en el tiempo antepresente (has guardado la palabra de mi paciencia), lo que muestra que es algo que los cristianos ya han comenzado a hacer antes de esta hora de la prueba, la cual aún no ha llegado sobre el mundo. La promesa es una recompensa por la paciencia que ya han tenido, no equiparlos para que tengan paciencia en el futuro. «Y en lo que le concierne a la iglesia de Filadelfia, el rapto de la iglesia les fue presentado como una esperanza inminente». (Walvoord)

iv. Además, los que son probados en esta hora de la prueba no son primordialmente los creyentes, sino los que moran en la tierra, quienes no son ciudadanos del cielo (Filipenses 3:20).

5. (11) Lo que Jesús quiere que haga la iglesia en Filadelfia

He aquí, yo vengo pronto; retén lo que tienes, para que ninguno tome tu corona.

a. He aquí, yo vengo pronto: Primero, la iglesia en Filadelfia debe de recordar que Jesús viene pronto, y ellos se deben de preparar para su venida.

i. «La expresión “pronto” debe de ser entendida como algo que será repentino, sin esperarse, no necesariamente inmediato». (Walvoord)

b. Retén lo que tienes: La iglesia en Filadelfia no se debe de apartar de su fundamento sólido, como está descrito en Apocalipsis 3:8:

·  Oportunidad para evangelizar (He puesto delante de ti una puerta abierta).

·  Confianza en Dios (Tienes poca fuerza).

·  Fidelidad a Jesús (Has guardado mi palabra, y no has negado mi nombre).

Estas cosas pueden y deben de continuar entre la iglesia en Filadelfia, pero solamente sucederá si retienen lo que tienen.

c. Para que ninguno tome tu corona: Si ellos fallan en «retener» su corona, puede ser «dada» a otro. La idea no es que pudiera ser «robada» por otro, sino «dada».

i. Esta no una corona de la realeza, dada por derecho de nacimiento real. Esta es una corona de victoria. Jesús anima a sus santos a terminar su carrera con victoria, a «jugar la segunda mitad» con la misma fortaleza que «jugaron la primera mitad».

ii. «Nunca olvides que el hombre que tiene la mayor oportunidad de robar tu corona eres tú mismo. “Guarda tu corazón con toda diligencia, porque de él mana la vida” (Proverbios 4:23). No estás en un gran peligro de nada más ni de nadie más que de ti mismo». (Havner)

6. (12) Una promesa de una recompensa

Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios, y nunca más saldrá de allí; y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo, de mi Dios, y mi nombre nuevo

a. Al que venciere, yo lo haré columna: A los vencedores se les dice que serán una columna en el templo de mi Dios. Las columnas son ilustraciones de fuerza, estabilidad, y de una digna belleza.

i. La antigua ciudad de Filadelfia sufría de terremotos constantes. Cuando un edificio se derrumbaba en un terremoto, muy a menudo todo lo que quedaban eran esas grandes columnas. Jesús nos ofrece la misma fuerza, al permanecer firmes en Él cuando todo a nuestro alrededor sucumbe.

ii. La columna sostiene al edificio. Lo único que sostiene al pilar es el fundamento. Las verdaderas columnas en la iglesia sostienen a la iglesia, y ellos ven a Jesús como su fundamento de soporte.

b. Y nunca más saldrá: El vencedor tendrá un lugar de permanencia y estabilidad con Dios, en contraste con un lugar no seguro en este mundo.

i. «Los ciudadanos de Filadelfia vivían una vida trémula y sin asentarse. Cuando fuera que llegaran los temblores del terremoto, y estos llegaban muy frecuentemente, las personas de Filadelfia huían de la ciudad hacia el campo abierto, para escapar de los bloques que caían y de las piedras que volaban, lo cual acompañaba a los severos terremotos. Entonces, cuando la tierra estaba quieta otra vez, regresaban. En su temor, el pueblo de Filadelfia siempre andaba saliendo y entrando; ellos siempre estaban huyendo de la ciudad y regresando a ella». (Barclay)

c. Escribiré sobre él el nombre de mi Dios [] y mi nombre nuevo: El vencedor también recibiría muchos nombres (de Dios, de la Nueva Jerusalén, y el nuevo nombre de Jesús). Estos nombres son marcas de identificación, porque muestran a quien le pertenecemos. Estas son marcas de intimidad, porque muestran lo privilegiados que somos al conocerle a Él de maneras que otros no le conocen.

i. Esto funciona bien con la imagen de una columna. En el antiguo mundo, se tenía una columna especial, con una inscripción, la cual era añadida a uno de los templos para honrar a un siervo fiel de la ciudad, o a un sacerdote distinguido. «Filadelfia honraba a sus hijos ilustres al poner sus nombres en las columnas de los templos, para que cuando todos vinieran a adorar pudieran ver y recordarlos». (Barclay)

7. (13) Una exhortación general a todos los que oigan

El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.

a. El que tiene oído, oiga: Todos nosotros queremos oír la alabanza y las palabras de ánimo que Jesús le da a la iglesia de Filadelfia. Si fuéramos como esta iglesia, deberíamos de mantenernos en su fundamento: el nombre de Jesús y su Palabra. También debemos de depender de su fuente de fuerza que proviene de Jesús, no de ellos.

C. La carta de Jesús a Laodicea

1. (14a) El carácter de la ciudad de Laodicea

Y escribe al ángel de la iglesia en Laodicea […].

a. Laodicea era una ciudad importante, una ciudad rica, con una población significativa de judíos. Como las demás ciudades de la región, esta era un centro para la adoración a César, y la adoración al dios de la sanidad, Esculapio. Había un templo famoso para Esculapio en Laodicea, con una escuela de medicina más famosa aún, conectada con el templo.

i. Después de que un terremoto devastara la región en el año 60 d.C., Laodicea rehusó la ayuda imperial para reconstruir la ciudad, confiando exitosamente en sus propios recursos. Ellos no necesitaban ayuda del exterior, no la pedían, y no la querían. «Laodicea era muy rica como para aceptar ayuda de cualquiera. Tácito, el historiador romano, nos dice: “Laodicea se levantó de las ruinas por la fuerza de sus propios recursos, y sin ayuda de nosotros”». (Barclay)

b. Laodicea también era un centro de comercio notable, y algunos de sus bienes eran exportados por todo el mundo. «Se notaba de manera frecuente que Laodicea se enorgullecía de sí misma en estas tres cosas: riqueza financiera, una industria textil extensa, y un ungüento de ojos muy popular que era exportado alrededor del mundo». (Mounce)

c. Uno de sus problemas era el pobre suministro de agua, el cual hacía que Laodicea fuera vulnerable si era sitiada. Si un ejército enemigo rodeaba la ciudad, ellos tendrían suministros de agua insuficientes, y los suministros que entraban a la ciudad serían fácilmente cortados. Por lo tanto, los líderes de Laodicea siempre eran complacientes con cualquier enemigo potencial, y siempre querían negociar y comprometerse en lugar de pelear.

i. Su principal suministro de agua venía de un acueducto de seis millas de las aguas termales de Hierápolis. Debido a que su suministro de agua provenía de aguas termales, estas llegaban tibias, por lo que no eran apetecibles.

d. La iglesia en Laodicea es mencionada por Pablo de una manera no favorable en Colosenses 2:1 y 4:16.

2. (14b) Jesús se describe a sí mismo a la iglesia de Laodicea

He aquí el Amén, el testigo fiel y verdadero, el principio de la creación de Dios, dice esto […]

a. He aquí el Amén [] dice esto: Jesús es «el Amén», el «así sea», el «sea hecho». Como dice en 2 Corintios 1:20: «porque todas las promesas de Dios son en él Sí, y en él Amén». Jesús es «la personificación y la afirmación de la verdad de Dios». (Barclay)

b. Jesús es el testigo fiel y verdadero, lo que contrasta con los de Laodicea, a quienes se les mostrará que no son fieles ni verdaderos.

c. Jesús es principio de la creación de Dios. La idea detrás de la palabra «principio» (la antigua palabra griega arche) es la de «soberano, fuente u origen», no el primero en un orden secuencial. Este versículo no enseña que Jesús fue el primer ser creado, sino que Él es el soberano, la fuente, el origen de toda la creación. Tiene la idea del primero en prominencia, más que el primero en secuencia.

3. (15-16) Lo que Jesús sabe sobre la iglesia de Laodicea

Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente! Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca.

a. Que ni eres frío ni caliente: Esta ilustración de tibieza inmediatamente conectaría con los cristianos de Laodicea, porque el agua que ellos bebían cada día era tibia. Jesús les dice: «De la misma manera que ustedes beben con disgusto el agua tibia, tú eres tibio, y no frío ni caliente». En este sentido espiritual, la tibieza es una ilustración de indiferencia y de compromiso con el mundo. Es una posición intermedia, muy caliente para ser fría, y muy fría para ser caliente. Al intentar ser ambas cosas, terminan en nada, excepto que escuchan las palabras «te vomitaré de mi boca».

i. ¿Con esto Jesús quiere decir que estos cristianos eran intrínsecamente fríos, pero se calentaban con sus atavíos religiosos? ¿O que en esencia eran calientes, pero se enfriaban por su apatía y confianza en sí mismos? Ambas interpretaciones son posibles, pero ya que Él le está hablando a su iglesia, hay un énfasis en lo segundo.

ii. ¿Ha habido una maldición más grande sobre la tierra que una religión vacía? ¿Ha habido un alma más difícil de alcanzar que aquella que tiene lo suficiente de Jesús para pensar que no necesita más? La iglesia de Laodicea ejemplifica una religión vacía, y los recolectores de impuestos y las rameras estaban más abiertos a Jesús que los escribas y fariseos.

iii. Satanás nos tendrá en cualquier forma que pueda tomarnos, pero él premia a un religioso tibio por encima de un pecador con el corazón frío.

b. ¡Ojalá fueses frío o caliente!: Lo que Jesús quiere cambiar en nosotros más que todo es el juego engañoso de estar en términos medios, tratando de agradar al mundo y a Jesús.

i. ¡Ojalá fueses frío o caliente! También apunta a otros aspectos de la tibieza, como, por ejemplo, su inutilidad. «El agua caliente sana, el agua fría refresca; pero el agua tibia no tiene ninguno de los dos usos» (Morris). Es como si Jesús dijera: «Si ustedes fueran calientes o fríos, yo podría hacer algo con ustedes. Pero debido a que no son nada, no haré nada». El cristiano tibio tiene lo suficiente de Jesús como para satisfacer el deseo de religión, pero no lo suficiente para la vida eterna.

ii. El ladrón en la cruz era frío con respecto a Jesús, y vio claramente su necesidad. El apóstol Juan era ferviente en su trato con Jesús y disfrutaba su relación íntima de amor con Él. Pero Judas era tibio, siguió a Jesús lo suficiente para ser considerado un discípulo, pero no dio su corazón a Jesús por entero.

iii. En el fondo no hay nadie más miserable que aquel cristiano tibio. Tiene demasiado del mundo como para poder ser feliz en Jesús, pero mucho de Jesús como para poder ser feliz en el mundo.

iv. ¿Pero cómo pudo Jesús decir: «¡Ojalá fueses frío o caliente!»? Nosotros conocemos que su deseo más profundo era que ellos fueran calientes, con un amor ardiente por Él (Apocalipsis 3:19, donde la palabra celoso está asociada con la misma palabra caliente). Pero si no eran calientes, Jesús prefería que fueran fríos en lugar de tibios. «Así que el Señor está diciendo: “Si en lugar de ser tibios, ustedes fueran tan fríos que pudieran sentir esa frialdad, ese sentimiento de su necesidad los llevaría al verdadero calor; pero ahora, en su tibieza, tienen lo suficiente para protegerse a ustedes mismos contra un sentimiento de necesidad”». (Barnhouse)

c. Tibios: Los que oran y son tibios se burlan de Dios. «Oh, mis hermanos y hermanas, ¿han pensado en verdad que insulto es para Dios cuando venimos delante de Él con oraciones tibias? Allí está el propiciatorio celestial, el camino hacia este está rociado con la preciosa sangre de Jesús, y aún llegamos a él con corazones que son fríos, o nos acercamos dejando nuestro corazón detrás de nosotros. Nos arrodillamos con una actitud de oración, pero aun así, no oramos. Pronunciamos ciertas palabras, expresamos pensamientos, las cuales no son nuestros verdaderos deseos; fingimos querer lo que no sentimos. ¿No degradamos así el propiciatorio? Lo hacemos como si fuera un lugar de descanso común, en lugar de un asombroso campo de pelea, una vez rociado con sangre, y muy a menudo debería ser rociado con el sudor de nuestras fervientes súplicas». (Spurgeon)

d. La vida tibia lleva a las personas a alejarse de Jesús. «Ahora, tú que profesas y eres tibio, ¿qué es lo que ven los mundanos en ti? Ellos ven a un hombre que dice que va al cielo, pero que está viajando a la velocidad del caracol. Él profesa que cree que hay un Infierno, y aun así tiene ojos que no lloran, y nunca busca arrebatar almas que van hacia el hoyo. Ellos ven a uno que debe de tratar con las realidades eternas, y aun así está medio despierto; uno que profesa que ha pasado a través de una transformación tan misteriosa y maravillosa que debe de haber, si es cierto, un gran cambio en la vida externa como resultado de ello, pero aun así, lo ven como si fueran ellos mismos. Él puede ser moralmente consistente en su comportamiento en general, pero ellos no ven ninguna energía en su carácter religioso». (Spurgeon)

i. «El mundano descuidado es puesto a dormir por aquel que profesa y es tibio, quien actúa como una sirena para el pecador, tocando música suave a sus oídos, y aun atrayéndolo a las rocas donde será destruido. Este es un asunto solemne, amados. De esta manera, un gran daño es hecho a la causa de la verdad; y el nombre de Dios, y el honor de Dios son comprometidos por estos que profesan y son inconsistentes. Yo oro para que, o dejes tu profesión, o seas veraz en ella. Si realmente eres del pueblo de Dios, entonces sírvele con todas tus fuerzas; pero si Baal es tu dios, entonces sírvele a él. Si la carne es digna de agradar, entonces sirve a la carne; pero si Dios es el Señor superior, entonces pégate a Él». (Spurgeon)

f. El nombre Laodicea significa «gobierno del pueblo». Esta iglesia representa bien a la iglesia dirigida por la mayoría en lugar de ser dirigida por Dios. «Su nombre la designa como la iglesia de gobierno mafioso, la iglesia democrática, en donde todo oscila y es decidido por opinión pública, clamor y voto». (Seiss)

i. Podríamos decir que la tibieza es la tendencia natural de nuestra naturaleza caída. «Este estado de tibieza es tan compatible con la naturaleza humana, que es difícil sacar hombres de allí. El frío nos hace temblar, y un gran calor nos causa dolor, pero un calor tibio es cómodo en sí. Tal temperatura le conviene a la naturaleza humana. El mundo siempre está en paz con una iglesia tibia, y tal iglesia siempre está complacida consigo misma». (Spurgeon)

g. En su sermón, «Una advertencia seria en contra de la tibieza», Spurgeon describe a la iglesia tibia:

·  Tienen reuniones de oración, pero pocos asisten, pues les gustan las quietas tardes en casa.

·  Aunque se congreguen más personas, siguen muy aburridos, pues hacen su oración muy premeditadamente y tienen miedo de emocionarse demasiado.

·  Están contentos de hacer todas las cosas decentemente y con orden, pero el vigor y el celo son considerados como vulgares.

·  Pueden tener escuelas, clases bíblicas, cuartos de predicación, y todo tipo de instituciones; pero también pueden estar sin eso, pues no se demuestra energía y nada bueno sale de ello.

·  Tienen diáconos y ancianos, quienes son columnas excelentes de la iglesia, si la cualidad principal de los pilares es estar quieto, sin exhibir movimiento o emoción.

·  El pastor no va muy lejos para predicar el Evangelio y, ciertamente, no tiene fuego que arde en su predicación.

·  El pastor puede ser una luz que brilla de elocuencia, pero no es una luz que brilla de gracia, ni pone los corazones de los hombres a arder.

·  Todo es hecho con doble ánimo, de una manera en la que se mezclan lo muerto y lo vivo, como si no importara mucho lo que fuera hecho o no.

·  Las cosas son hechas con respeto, las familias ricas no son ofendidas, la parte escéptica es conciliada y las buenas personas no son del todo alienadas: las cosas son placenteras en todo el entorno.

·  Son hechas cosas correctas, pero en cuanto al hacerlas con todas las fuerzas, y alma, y poder, la iglesia de Laodicea no tiene noción de lo que eso significa.

·  No están tan fríos como para abandonar su obra, o para dar por terminadas sus reuniones de oración, o para rechazar el Evangelio.

«No están ardientes por la verdad, ni por la conversión, ni por la santidad; no arden lo suficiente para quemar los restos del pecado; ni son lo suficientemente celosos para hacer enojar a Satanás; ni lo suficientemente fervientes para hacer un sacrificio vivo de sí mismos sobre el altar de su Dios. No están ni “fríos ni calientes”». (Spurgeon)

h. Te vomitaré de mi boca: ¿Cómo están las iglesias en la boca de Jesús?

·  Están en su boca porque esparcen su Palabra.

·  Están en su boca porque Él ora por ellas constantemente.

¡Qué cosa tan terrible —en cualquier caso— ser expulsado de la boca de Jesús!

4. (17) Lo que Jesús tiene en contra de la iglesia de Laodicea

Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo.

a. Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad: La iglesia de Laodicea carecía de un sentido de pobreza espiritual. Ellos miraban su condición espiritual y decían: «soy rico». Miraban de nuevo, y decían: «me he enriquecido». Miraban por tercera ocasión y decían: «de ninguna cosa tengo necesidad». Ellos son lo opuesto a «los pobres en espíritu», de los cuales Jesús habló en Mateo 5:3.

i. Los laodiceanos ponían su confianza en la prosperidad material, en los lujos externos, en la salud física. Ellos sentían que no necesitaban nada. «La pérdida de un sentido de necesidad, así como el adormecimiento que asedia a un hombre que se congela, es fatal». (Newell)

ii. «La causa de Cristo ha sido más dañada por calienta bancos de los domingos por la mañana que pretenden amar a Cristo, al cual llaman Señor, pero no obedecen sus mandamientos, que por todos los publicanos y pecadores». (Havner)

b. Y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo: No era que la iglesia de Laodicea no fuera pobre espiritualmente, sino que estaba ciega respecto ello. Jesús miró su condición espiritual y dijo: «desventurado». Miró otra vez y dijo: «miserable». En una tercera ocasión Jesús miró y dijo: «pobre». Volvió a mirar y dijo: «ciego». Por última vez Jesús miró, y vio que estaban espiritualmente «desnudos».

i. La ciudad de Laodicea era famosa por su riqueza, pero los cristianos de la ciudad eran espiritualmente desventurados, miserables, y pobres. Laodicea era famosa por su ungüento para los ojos, pero los cristianos de la ciudad estaban espiritualmente ciegos. Laodicea era famosa por su ropa fina, pero los cristianos de la ciudad estaban espiritualmente desnudos.

ii. Los contrastes son horribles:

·  Entre lo que ellos creen que son y lo que verdaderamente son.

·  Entre lo que ellos ven y lo que Jesús ve.

·  Entre la riqueza y afluencia de su ciudad y su propia bancarrota espiritual.

c. Tú eres: Esta no es solamente la opinión de Jesús. Hablando espiritualmente, ellos son desventurados, miserables, pobres, ciegos y están desnudos. Lo que Jesús ve en ellos es más importante que como ellos se ven. La iglesia de Esmirna pensaba que era pobre cuando en realidad era rica (Apocalipsis 2:9); pero la iglesia de Laodicea creía que era rica, cuando en realidad era pobre.

i. Podríamos decir que todo comenzó con su ceguera espiritual. Si estás ciego, no puedes verte a ti mismo y ver que eres desventurado, miserable, pobre y estás desnudo. La oscuridad mental es peor que una pérdida de la vista; pero una perdida espiritual es aún peor.

ii. «Los de Laodicea son ejemplos típicos de las personas del mundo moderno, las cuales se deleitan en aquello que el ojo natural puede ver, pero no se conmueven por el Evangelio, y no ven más allá del velo de lo material a las riquezas espirituales eternas, invisibles y reales». (Walvoord)

5. (18-20) Lo que Jesús quiere que haga la iglesia de Laodicea

Por tanto, yo te aconsejo que de mí compres oro refinado en fuego, para que seas rico, y vestiduras blancas para vestirte, y que no se descubra la vergüenza de tu desnudez; y unge tus ojos con colirio, para que veas. Yo reprendo y castigo a todos los que amo; sé, pues, celoso, y arrepiéntete. He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.

a. Yo te aconsejo que de mí compres: El cambio en la iglesia de la Laodicea debía de empezar con el entendimiento de su pobreza espiritual. Mientras que creamos que podemos satisfacer nuestras necesidades materiales por nuestros propios medios, nunca las recibiremos de parte de Jesús. Debemos de buscar estas cosas de parte de Jesús, en lugar de confiar en nosotros mismos.

i. De mí compres oro refinado en fuego: Si ellos recibieran de Jesús sus riquezas, su oro hermosamente refinado en fuego, entonces serían ricos.

ii. Vestiduras blancas para vestirte: Si ellos recibieran de Jesús la cobertura pura y santa que Él da, entonces se les darían vestiduras, para que no se descubra la vergüenza de su desnudez. Los comerciantes de Laodicea eran famosos por una lana negra brillante utilizada para dar hermosura a los vestidos. Jesús dijo: «Yo conozco el negro fastuoso con el cual el mundo te puede vestir, pero yo tengo vestiduras blancas para vestirte».

iii. Unge tus ojos con colirio: Si ellos recibieran de Jesús sanidad de su vista espiritual, serían capaces de ver.

b. De mí compres: ¿Cómo podemos comprar estas cosas de Jesús? No nos las ganamos por medio de nuestras buenas obras. En lugar de eso, Jesús nos dice: «Toda esta autosuficiencia debe ser empleada en la labor de satisfacer por medio de mí (Jesús) estas necesidades absolutas». (Alford)

c. Yo reprendo y castigo a todos los que amo: Con una reprensión tan aguda, ¿ha perdido Jesús su amor hacia esta iglesia errante? Para nada. El gran amor de Jesús está expresado en su regaño. «Es, de hecho, el último castigo de Dios para dejar al hombre solo». (Barclay)

i. La palabra usada para «amo» en la expresión «a todos los que amo», no es ágape, sino phileo. El corazón de Jesús hacia esta iglesia dice: «Aun cuando los reprendo y castigo, sigo siendo su amigo».

ii. «Incluso en una iglesia que se ha hundido tan bajo como Laodicea, el Señor resucitado continúa mostrando su amor» (Barnhouse).

iii. «La palabra aquí utilizada para hacer referencia al “amor” es una muy selecta; es aquella que tiene el significado de “un afecto personal muy intenso”». (Spurgeon)

d. Sé, pues, celoso, y arrepiéntete: Él les manda a que tomen la decisión de arrepentirse y de continuar siendo celosos. «Cambia tus caminos» —dice Jesús. «No mires tus riquezas ni tus recursos, porque en realidad estás en bancarrota. Date la vuelta y mírame».

i. La antigua palabra griega para hacer referencia a «celoso» viene de la misma palabra que «caliente» en Apocalipsis 3:16. Jesús detestaba su tibieza, Él en realidad prefería que ellos estuvieran ardiendo de celo, en lugar de tibios.

ii. «Cuando tú y yo estemos en nuestros lechos de muerte, pienso que hemos de lamentarnos, sobre todas las demás cosas, de nuestra frialdad de corazón. Sobre nuestros muchos pecados […] quizás este yacerá como el más pesado sobre nuestro corazón y conciencia: “No viví como debí haber vivido; no fui tan serio en la causa del Señor como debí haberlo sido”. Entonces nuestros fríos sermones, como fantasmas bajo las sábanas, marcharán frente a nuestros ojos en una serie de temores. Entonces comenzarán nuestros días descuidados, cada cual con su apariencia, a mirar justo en nuestros corazones, haciendo que nuestra sangre se hiele en nuestras venas». (Spurgeon)

iii. Necesitamos hacer que Jesús sea el centro de nuestra vida, no solamente un hobby o una actividad ocasional. Esto va en contra del espíritu de nuestra era, el cual fue ya expresado hace mucho tiempo por un famoso hombre inglés cuando leyó un sermón de G.W.E. Russell: «Las cosas han llegado a una situación crítica cuando se le permite a la religión invadir el ámbito de la vida privada». (Político inglés William Lamb [1779-1848])

iv. Trapp, al hablar sobre el arrepentimiento del creyente, dice: «Este es el arcoíris que si Dios viera brillando en nuestro corazón, nunca quitaría de nuestras almas.”

e. He aquí, yo estoy a la puerta y llamo: Jesús le hace a esta iglesia tibia la Gran Invitación. Él toca a la puerta, pide poder pasar para venir y cenar con nosotros, en el sentido de compartir calor, tiempo íntimo. Esto solo sucede si respondemos a su llamado, pero la promesa es hecha para todos: «si alguno oye mi voz».

i. La idea de Jesús a la puerta aplica para el pecador y para el santo de la misma manera. Jesús quiere entrar y cenar con nosotros, en el sentido de tener una relación profunda, íntima.

ii. Yo estoy a la puerta: Tristemente, Jesús está parado afuera, tocando para poder entrar. Si la iglesia de Filadelfia era «la iglesia de la puerta Abierta», entonces, la iglesia de Laodicea es «la iglesia de la puerta cerrada para Jesús».

iii. Yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta: Esta declaración de Jesús expresa un misterio muy profundo. ¿Por qué Jesús está afuera de la puerta? ¿Por qué toca? ¿Por qué espera hasta que alguien abra la puerta? ¿No tiene Él todo el derecho de derrumbar la puerta, o no puede entrar de algún otro modo por su propia cuenta? El soberano, omnipotente Jesús, se rebajó al procurar la cooperación del corazón humano para llevar a cabo su plan eterno.

iv. «El ocupante debe de abrir la puerta. Esto es, se debe de arrepentir de su orgullo, de su suficiencia, de su sabiduría humana, y de su neutralidad cobarde». (Morris)

v. «Cristo está (espera a la puerta del corazón del pecador); toca (utiliza juicios, misericordias, exhortaciones, para inducir a los pecadores a arrepentirse y correr a Él); levanta su voz (llama fuertemente a través de su Palabra, de sus ministros, y del Espíritu)». (Clarke)

vi. Jesús viene a la puerta como el amante en Cantar de los Cantares. Esto es similar o, quizás, una cita de Cantar de los Cantares 5:2: «Es la voz de mi amado que llama: Ábreme, hermana mía, amiga mía».

v. La clave para abrir la puerta es primero «oír» su voz. Cuando prestamos atención a lo que Jesús dice, entonces podemos ser rescatados de nuestra propia tibieza y entrar a una relación «celosa» con Él.

f. Entraré a él: ¡Qué gloriosa promesa! Si abrimos la puerta Él «entrará». Él no tocará la campana y escapará. Él promete que va a entrar, y luego cenará con el creyente.

i. Cuando Jesús dice: «cenaré con él», habla de una comida en específico conocida como el deipnon. «El deipnon era la comida principal del día, y era un asunto de relajación, no un almuerzo rápido» (Morris). Esto habla de «compañerismo». Esto habla de «profundidad» en la relación.

ii. «La cena (deipnon) era la comida principal del día. Esta era la comida en la cual el hombre se sentaba y platicaba mucho, pues ese era el momento, el trabajo había terminado […]. Es esta la comida que Jesús nos ofrece, no una simple visita de cortesía, a la cual se llegaba solamente por pasar. Él desea entrar y estar por mucho tiempo con nosotros, y esperar todo el tiempo que nosotros deseemos que Él espere». (Barclay)

iii. Es así como Jesús nos quiere, en un lugar de comunión con Él. Cada cosa que Él le dijo a la iglesia de Laodicea hasta este punto debe ser vista a la luz de este deseo amoroso de tener compañerismo. «Reprensión y castigo no son señales de rechazo de parte de Cristo, sino de su amor permanente y de su ruego, aun a los tibios y descuidados» (Alford)

g. Si alguno: Note que Jesús da el llamado a «individuos». El no dijo «si alguna iglesia», sino «si alguno». «No debemos de hablar acerca de enmendar a la iglesia, ya que el texto no dice: “si la iglesia abre la puerta”, sino “si algún hombre oye mi voz y abre la puerta”. Esto debe ser hecho por individuos, pues la iglesia se va a enmendar si cada hombre individuamente lo hace». (Spurgeon)

6. (21) Una promesa de una recompensa

Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono.

a. Al que venciere: La promesa de Jesús es para el vencedor, aun para los de Laodicea, y muestra que no debemos de ser cristianos que se comprometen con el mundo y que son tibios. Si lo somos, podemos cambiar y convertirnos en un vencedor en Jesús.

b. Le daré que se siente conmigo en mi trono: Aquellos que venzan la batalla en contra de la indiferencia, el compromiso mundano, y la confianza propia, recibirán una recompensa especial. Ellos disfrutarán de un lugar con el Jesús entronizado (así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono).

i. «Esta es la peor de las siete iglesias y, sin embargo, es a la que se le da la promesa más eminente de todas las promesas hechas; lo que muestra que el peor se puede arrepentir, finalmente vencer, y obtener aun un lugar más alto de gloria». (Clarke)

7. (22) Una exhortación general para aquellos que oigan

El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.

a. El que tiene oído, oiga: Pocos se quieren identificar con la iglesia de Laodicea. Preferiríamos identificarnos con la iglesia de Filadelfia.

b. Oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias: Debemos de oír lo que el Espíritu Santo dice aquí, porque Él les habla a las iglesias —incluyéndonos a nosotros. ¡Que Dios nos libre de la autoconfianza y el comprometimiento con la tibieza que marcó a la iglesia de Laodicea!

Poniendo a las siete iglesias del Apocalipsis en una perspectiva histórica

Muchos han intentado dar sentido a los capítulos 2 y 3 de Apocalipsis (las cartas a las siete iglesias de Asia), al tomarlas como una unidad. Es significativo que Jesús escogió a estas siete congregaciones en particular para hablarles, pues había otras iglesias en la región a las que no se les escribió (como la iglesia de Colosas). Adicionalmente, algunos han señalado el orden de las cartas como evidencia de su significado como una amplia explicación de la historia de la iglesia en el periodo que abarca de la ascensión de Jesús hasta su regreso.

También es interesante notar que Pablo se dirigió a siete iglesias: Roma, Corinto, Galacia, Éfeso, Colosas, Filipos y Tesalónica (algunos también notan con interés que Jesús da siete «Parábolas del Reino»). Los primeros comentaristas del libro de Apocalipsis enfatizan en el siete como el número de plenitud y cumplimiento, así que Jesús y Pablo escribieron a siete iglesias como una indicación de que estaban, de hecho, hablando a toda la iglesia, no solamente a estas siete congregaciones. Hablar a siete iglesias significa que se habla a la iglesia en perfección, en plenitud y totalidad. Como un comentarista lo describe: «Las iglesias de todos los tiempos están comprendidas en siete».

A continuación, se muestra algo de lo que se dice de cada uno de estos periodos y de su relación con la historia de la iglesia:

Henry Morris: El registro de Apocalipsis (escrito en 1983)

«Aunque por ningún medio sea el tema dominante, hay un sentido también en el que las siete iglesias parece que reproducen los respectivos escenarios de desarrollo y cambio de las iglesias de Cristo durante el correr de los siglos. De hecho, la historia ha mostrado tal desarrollo general a través de los años […]. No es una selección caprichosa. Es probable que haya cierto significado en la secuencia de las siete, así como en el total».

A continuación, hay un cuadro de la página 66 de El registro de Apocalipsis:

Iglesia

Periodo de la historia de la iglesia

Fechas

Éfeso

Era Apostólica

antes de 100 d.C.

Esmirna

Era de Persecución

100 a 313 d.C.

Pérgamo

Era Imperial de la iglesia

313 a 590

Tiatira

Era del Papado

590 a 1517

Sardis

Era de la Reforma

1517 a 1730

Filadelfia

Era Misionera

1730 a 1900

Laodicea

Era de Apostasía

1900 a ¿?

Joseph Seiss: El Apocalipsis (escrito en 1900)

·  Éfeso: Calor, amor y labor para Cristo; empieza la deserción con un enfriamiento gradual del amor, profesiones falsas y distinciones clero/laico.

·  Esmirna: Dulce y precioso martirio, pero una progresión de la distinción entre clero y laico y tendencias de judaísmo, con un incremento del desapego de la simplicidad del Evangelio.

·  Pérgamo: La verdadera fe desaparece más y más; el clero sistematizado, unión con el mundo.

·  Tiatira: Púrpura y gloria para el sacerdocio corrupto; falsos profetas en el trono en un tiempo en el que la verdad se cambió por oscuridad (hasta la Reforma).

·  Sardis: Separación y retorno al gobierno de Cristo; muchos grandes nombres, pero también muerte, y letargo (siglos protestantes).

·  Filadelfia: Adherencia cercana a la palabra de Jesús, más fraternidad entre cristianos (movimiento evangélico moderno del siglo XIX).

Seiss no nos da mucha descripción de la iglesia de Laodicea, porque él sintió en que en su día (1900) estaba a punto de emerger a escena.

Clarence Larkin: El libro más grande sobre la verdad dispensacional en el mundo (1918)

·  Éfeso: 70 a 170 d.C.: «La iglesia deslizada».

·  Esmirna: 170 a 312: «La iglesia perseguida».

·  Pérgamo: 312 a 606: «La iglesia desenfrenada».

·  Tiatira: 606 a 1520: «La iglesia floja».

·  Sardis: 1520 a 1750: «La iglesia muerta».

·  Filadelfia: 1750 a 1900: «La iglesia favorecida».

·  Laodicea: 1900 hasta el final: «La iglesia tibia».

Taylor Bunch: Las siete cartas de Cristo (1947)

·  Éfeso: La «iglesia universal del día de los apóstoles, o el primer siglo del cristianismo».

·  Esmirna: Segundo y tercer siglos, «la era del martirio, cuando los emperadores romanos paganos intentaron destruir al cristianismo con la espada de la violencia».

·  Pérgamo: Cubre 250 años (del emperador Constantino hasta el emperador Justiniano el Grande), «la iglesia fue exaltada hacia un poder real, y con una autoridad real, por medio de la unión, del matrimonio con el estado».

·  Tiatira (538 a 1520): La iglesia corrupta, política, de la Edad Media.

·  Sardis (1520 hasta mediados de 1700, pero «indudablemente abraza toda la historia del protestantismo hasta el final de la dispensación del Evangelio»): La iglesia de la Reforma, y una obra parcial.

·  Filadelfia (de mediados de 1700 hasta el presente): la iglesia de los reavivamientos del siglo XVIII y XIX, movimientos misioneros a nivel mundial, y expectativas renovadas de la venida de Jesús.

·  Laodicea (mediados de los años 1800 hasta el final de la dispensación cristiana): «un comentario triste del moderno cuerpo de Cristo».

Chuck Smith: Lo que está llegando el mundo (1977)

·  Éfeso: La iglesia primitiva, hasta la muerte de Juan.

·  Esmirna: Siglo II al IV, persecuciones romanas.

·  Pérgamo: Empezando en el año 316, «desarrollo del sistema iglesia-estado bajo Constantino».

·  Tiatira: La iglesia infiel, que no se arrepiente, destinada a pasar por la gran tribulación.

·  Sardis: Protestantismo muerto.

·  Filadelfia: La iglesia fiel de los últimos días.

·  Laodicea: La iglesia apóstata de los últimos días

Evaluando estas interpretaciones

Esta aproximación histórica a las siete iglesias de Apocalipsis es válida si estos periodos son vistos como descripciones amplias, imprecisas, de la iglesia a través de la historia, permitiendo periodos generosos de superposición. Por ejemplo, parece que la últimas cuatro iglesias persistirán hasta la venida de Jesús (vea Apocalipsis 2:25, Apocalipsis 3:3, Apocalipsis 3:11, y Apocalipsis 3:20). Si uno acepta estas siete cartas como descriptivas en el flujo de la historia de la iglesia, no requiere que las veamos de forma exclusiva, en secuencias de eras rígidas.

Es bueno recordar que, si estas cartas son una profecía del curso de la historia de la iglesia, este es su «significado secundario». Lo primero, y más importante, es que las cartas fueron escritas para congregaciones reales del primer siglo, y para «todo aquel que tiene oído para oír». De la manera que lo dice Morris:

«Ya que no hay nada directamente dicho por Cristo que requiera —o aun que sugiera— tal aplicación (profética), una aproximación literal al estudio de Apocalipsis no puede poner mucho énfasis en ello».

También, debemos de recordar que cada era ha tenido alguna característica de las siete iglesias. Aunque ciertos periodos históricos están marcados por las condiciones habladas en estas cartas, nunca podríamos decir que «solamente una carta» aplica para nosotros o nuestra era. Joseph Seiss habla bien de esto:

«Hay papas protestantes, y protestantes papistas; sectarios antisectarios, y partidistas que no están esquematizados; santos en medio de defectos abundantes y apostasía, e impíos en medio de la fe más seria y activa; luz en lugares oscuros, y oscuridad en medio de la luz».

Necesitamos oír lo que el Espíritu dice a las iglesias (en el sentido plural), no solamente a una iglesia.

©2021 The Enduring Word Comentario bíblico en español de David Guzik – ewm@enduringword.com

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