Apocalipsis 7




Apocalipsis 7: Los 144 000 y la gran multitud

A. Los 144 000

1. (1-3) El juicio que es detenido hasta que los siervos de Dios sean sellados

Después de esto vi a cuatro ángeles en pie sobre los cuatro ángulos de la tierra, que detenían los cuatro vientos de la tierra, para que no soplase viento alguno sobre la tierra, ni sobre el mar, ni sobre ningún árbol. Vi también a otro ángel que subía de donde sale el sol, y tenía el sello del Dios vivo; y clamó a gran voz a los cuatro ángeles, a quienes se les había dado el poder de hacer daño a la tierra y al mar, diciendo: No hagáis daño a la tierra, ni al mar, ni a los árboles, hasta que hayamos sellado en sus frentes a los siervos de nuestro Dios.

a. Cuatro ángeles en pie sobre los cuatro ángulos de la tierra: La frase «los cuatro ángulos de la tierra» es una equivalencia antigua (y algunas veces moderna) a la idea de los «cuatro puntos cardinales del compás». La idea es que los ángeles afectan a toda la tierra.

b. Detenían los cuatro vientos de la tierra: Estos vientos son la fuerza destructiva del juicio de Dios, como es descrito de manera regular en el Antiguo Testamento.

i. Oseas 13:15 nos da un ejemplo: «Aunque él fructifique entre los hermanos, vendrá el solano, viento de Jehová; se levantará desde el desierto, y se secará su manantial, y se agotará su fuente; él saqueará el tesoro de todas sus preciosas alhajas».

ii. La expresión los «cuatro vientos de la tierra» se puede referir a los cuatro jinetes de Apocalipsis 6:1-8, siguiendo la idea de Zacarías 6:1-8. En ese pasaje, cuatro carruajes con caballos de los mismos colores de Apocalipsis 6:1-8 salen por toda la tierra, y se les llama «los cuatro espíritus del cielo». «Espíritus» en ese pasaje proviene de la palabra hebrea ruach, que también se puede traducir como «vientos».

c. Otro ángel que subía de donde sale el sol, y tenía el sello del Dios vivo: Otro ángel tiene un sello, y él sella al pueblo de Dios. En el mundo antiguo, tales sellos eran familiares. Un rey o un dueño de una propiedad podía usar un sello para mostrar que era el dueño o para mostrar autenticidad.

d. No hagáis daño a la tierra, ni al mar, ni a los árboles, hasta que hayamos sellado en sus frentes a los siervos de nuestro Dios: Estos siervos de Dios recibirán un sello protector en sus frentes que contiene de alguna manera el nombre de Dios (Apocalipsis 14:1).

i. En Ezequiel 9, un sello protector similar es dado al justo antes de que Jerusalén sea juzgado. El sello es la letra hebrea tau («t», como la figura de una pequeña cruz).

e. Los siervos de nuestro Dios: No se nos dice exactamente su servicio, pero los 144 000 son sellados con un propósito específico y único. Sin embargo, la idea general de ser sellado no se limita a ellos.

i. Jesús fue sellado: Él dijo: «porque a éste señaló Dios el Padre» (Juan 6:27).

ii. Somos sellados con el Espíritu Santo como un anticipo de nuestra total redención. Pablo escribió: «Dios, el cual también nos ha sellado, y nos ha dado las arras del Espíritu en nuestros corazones. (2 Corintios 1:21-22)

iii. Este sello del Espíritu Santo le pertenece a cada creyente cuando es salvo: «habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa» (Efesios 1:13).

iv. El sello del Espíritu Santo tiene el significado de consolarnos y retarnos. Somos consolados en cuanto a que nos asegura que le pertenecemos a Él. Somos retados a apartarnos de toda la maldad y a identificarnos con Aquel al que le pertenecemos: «Pero el fundamento de Dios está firme, teniendo este sello: Conoce el Señor a los que son suyos; y: Apártese de iniquidad todo aquel que invoca el nombre de Cristo» (2 Timoteo 2:19). «Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención» (Efesios 4:30).

2. (4-8) El número de los que son sellados

Y oí el número de los sellados: ciento cuarenta y cuatro mil sellados de todas las tribus de los hijos de Israel. De la tribu de Judá, doce mil sellados. De la tribu de Rubén, doce mil sellados. De la tribu de Gad, doce mil sellados. De la tribu de Aser, doce mil sellados. De la tribu de Neftalí, doce mil sellados. De la tribu de Manasés, doce mil sellados. De la tribu de Simeón, doce mil sellados. De la tribu de Leví, doce mil sellados. De la tribu de Isacar, doce mil sellados. De la tribu de Zabulón, doce mil sellados. De la tribu de José, doce mil sellados. De la tribu de Benjamín, doce mil sellados.

a. Ciento cuarenta y cuatro mil sellados de todas las tribus de los hijos de Israel: Esta es su identificación general. Todos ellos son de todas las tribus de los hijos de Israel. Étnicamente son judíos, y hay 144 000 de estos escogidos.

b. De la tribu de Judá, doce mil sellados: Esta es su identificación específica. Los 144 000 están divididos entre las 12 tribus de Israel. A pesar de que solamente Dios puede conocer a qué tribu ancestral pertenecen, hay 12,000 de cada tribu.

c. De la tribu de: En esta lista la tribu de Dan no es mencionada. ¿Por qué Dan no se menciona? Algunos piensan que es porque Dan es la tribu del Anticristo, basados en Daniel 11:37 y Jeremías 8:16. Puede que este sea el caso o no, pero sin duda, Dan fue la tribu que introdujo la idolatría en el pueblo de Israel (Génesis 49:17; Jueces 18:30).

i. Hay una redención maravillosa de la tribu de Dan. Dan es la primera en la lista de las tribus en el rol milenial de Ezequiel (Ezequiel 48).

d. De la tribu de: Esta lista es también interesante por la manera en que la tribu de Efraín es mencionada solo indirectamente. Es citada la tribu de José, la cual era representada por dos tribus: Efraín y Manasés. Como la tribu de Manasés es aludida, se puede inferir que cuando se nombra la tribu de José se hace referencia a la tribu de Efraín, quien está en la lista, pero no por nombre.

i. ¿Por qué es menospreciado Efraín? Quizás lo es porque la tribu de Efraín también estaba asociada con una gran idolatría (Oseas 4:17).

e. Se ha dicho regularmente que esta lista debe ser puramente simbólica, porque es «irregular». Pero, ¿cuál sería una manera «regular» de enlistar las tribus?

i. No hay menos de 20 maneras diferentes de enlistar las tribus de Israel en el Antiguo Testamento, incluyendo a una que omite a la tribu de Dan (1 Crónicas 4-7).

ii. Solamente porque una lista es diferente no significa que es un simbolismo imaginario. Es apropiado tener a cada una de estas listas como legítimas, y considerar que cada versión específica tiene un propósito, y da a entender o enfatiza algo.

3. ¿Quiénes son estos 144 000?

a. Muchos grupos diferentes han reclamado ser estos 144 000. Por ejemplo, los testigos de Jehová dijeron que todo su grupo lo era, hasta que sobrepasaron el número de 144 000. Ahora dicen que los 144 000 son solamente un grupo selecto de testigos que irá al cielo.

i. La mayoría de los eruditos tienen a estos 144 000 como la iglesia de los judíos convertidos, que aún son identificados de alguna manera como israelitas.

ii. Es un asunto importante. Si estos son un símbolo de la iglesia, entonces la iglesia estará definitivamente en la gran tribulación, pero sellada para sobrevivir a través de la gran tribulación.

b. Algunos hechos sobre estos 144 000 de Apocalipsis 7 y Apocalipsis 14, nos dan una visión en cuanto a su identidad:

i. Son llamados «los hijos de Israel» (Apocalipsis 7:4).

ii. Su afiliación tribal es específica (Apocalipsis 7:4-8).

iii. Parece que son protegidos y que salen victoriosos a través del periodo de la ira de Dios, encontrándose con Jesús en el monte de Sion a su regreso (Apocalipsis 14:1).

iv. Son célibes (Apocalipsis 14:4).

v. Son el inicio de una cosecha mayor (Apocalipsis 14:4).

vi. Están marcados por la integridad y la fidelidad (Apocalipsis 14:5).

c. Juntando estos hechos, es difícil decir que estos 144 000 son una imagen simbólica de la iglesia.

i. «Israel» es un término que nunca ha sido aplicado específicamente a la iglesia en el Nuevo Testamento, y nunca a ningún cristiano hasta el año 160 d.C.

ii. Su afiliación tribal es enfática y conocida por Dios. Aun si Dios solamente la conoce, no hay absolutamente ninguna razón para tener dicha afiliación tribal como simbólica, no literal.

iii. Es difícil imaginar a toda la iglesia sobreviviendo a través de la tribulación sin que haya martirio, y permaneciendo en celibato durante el periodo, algo que no es un requerimiento para toda la iglesia (1 Corintios 7:1-6).

iv. Si los 144 000 son un símbolo de toda la iglesia, ¿de qué mayor cosecha serán el inicio?

d. Es mejor ver a estos 144 000 como judíos escogidos específicamente, los cuales creen en Jesús y son sellados para protección a través de la tribulación como una señal.

i. Ellos son las primicias de la cosecha de la salvación de Israel (Romanos 11:1, Romanos 11:26, Mateo 23:37-39).

ii. «No son, apropiadamente, una parte de la iglesia; pues su arrepentimiento viene muy tarde para eso. Son una superañadidura a la iglesia, un cuerpo suplementario, cercano y precioso para Cristo, pero compuesto después de que la iglesia ha terminado su curso». (Seiss)

B. La gran multitud

1. (9-10) Más adoración en el trono de Dios

Después de esto miré, y he aquí una gran multitud, la cual nadie podía contar, de todas naciones y tribus y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas, y con palmas en las manos; y clamaban a gran voz, diciendo: La salvación pertenece a nuestro Dios que está sentado en el trono, y al Cordero.

a. Una gran multitud, la cual nadie podía contar, de todas naciones y tribus y pueblos y lenguas: La diversidad aquí es evidencia de que la Gran Comisión será cumplida antes del fin, como lo prometió Jesús (Mateo 24:14).

i. Debido a que Juan sabía que ellos venían de diferentes naciones y tribus y pueblos y lenguas, sabemos que en el cielo habrá «diferencias» entre el pueblo, de la misma manera que las hay en la tierra. Seremos individuos.

ii. «Supongo que cuando él los miró podía saber de dónde venían. Hay individualidad en el cielo. Cada semilla tendrá su propio cuerpo. No se sentarán en el cielo tres patriarcas desconocidos, sino Abraham (tú lo conocerás), Isaac (tú lo conocerás) y Jacob (tú lo conocerás). En el cielo no habrá una compañía de personas, todas parecidas para que no puedas saber quién es quién. Ellos serán de cada nación, y con parentela, y de pueblos, y de cada lengua». (Spurgeon)

b. Estaban delante del trono y en la presencia del Cordero: De nuevo, Juan ve todo en el cielo en relación al trono de Dios. «Este es el motivo especial de su alegría: que Dios está sobre el trono, que está sentado en él, y que reina sobre todas las cosas, y todas las cosas cumplen sus órdenes. El pensamiento central del cielo, entonces, es la soberanía divina». (Spurgeon)

c. Vestidos de ropas blancas: Estos vestidos no solamente nos recuerdan la justicia de Jesús que nos cubre, sino también el servicio sacerdotal. «Ellos están en la fila para realizar un servicio santo, y son ordenados de inmediato, ya que utilizan ropas blancas, aptas para el servicio sacerdotal». (Spurgeon)

d. Las palmas nos recuerdan la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén (Juan 12:12-16), donde también fue alabado como Salvador y Rey. La palabra Hosanna significa «¡salve!».

i. Las palmas eran emblemas de victoria. Esto muestra a esta gran multitud celebrando una gran victoria. «La palma, la insignia del triunfo, indica ciertamente un conflicto y una conquista. De la manera que en la tierra las palmas no serían dadas si no hubiera victoria, podemos concluir que el Señor no distribuiría el premio si no hubiera una guerra precedente y una victoria […]. Del hecho de que el glorificado lleva palmas, podemos inferir que ellos no llegaron de camas de pereza, o jardines de placer, sino que soportaron severidad, y eran hombres entrenados para la guerra». (Spurgeon)

e. La salvación pertenece a nuestro Dios que está sentado en el trono, y al Cordero: Teniendo un emblema de justicia (ropas blancas), ellos adoran a Dios por la salvación. Ellos reconocen que Dios es la fuente de salvación, y nadie más. La salvación no es algo que conseguimos, es algo que Dios nos da.

i. Algunas veces los creyentes en la tierra toman su salvación casi por sentado. Esto no es cierto en esta gran multitud en el cielo.

2. (11-12) Toda la creación del cielo se une en adoración

Y todos los ángeles estaban en pie alrededor del trono, y de los ancianos y de los cuatro seres vivientes; y se postraron sobre sus rostros delante del trono, y adoraron a Dios, diciendo: Amén. La bendición y la gloria y la sabiduría y la acción de gracias y la honra y el poder y la fortaleza, sean a nuestro Dios por los siglos de los siglos. Amén.

a. Y todos los ángeles estaban en pie alrededor del trono, y de los ancianos y de los cuatro seres vivientes [] adoraron a Dios: Mientras la gran multitud adora a Dios, los otros en el cielo son motivados a unir sus voces en la alabanza. Todos los seres creados alrededor del trono se reunieron.

b. La bendición y la gloria y la sabiduría y la acción de gracias y la honra y el poder y la fortaleza: Mientras estos otros seres creados escuchan la adoración que la gran multitud le trae a Dios, ellos ven más claramente el poder y sabiduría y majestad de Dios. Ellos pueden adorar a Dios aún más, al ver la salvación que Él trajo a la gran multitud.

3. (13-14) La identidad de la gran multitud

Entonces uno de los ancianos habló, diciéndome: Estos que están vestidos de ropas blancas, ¿quiénes son, y de dónde han venido? Yo le dije: Señor, tú lo sabes. Y él me dijo: Éstos son los que han salido de la gran tribulación, y han lavado sus ropas, y las han emblanquecido en la sangre del Cordero.

a. Entonces uno de los ancianos habló, diciéndome: Era importante que Juan supiera la identidad de esta gran multitud. Pero él no sabía que podía preguntar, así que uno de los ancianos lo anima a preguntar.

b. Éstos son los que han salido de la gran tribulación: Esta gran multitud, de cada tribu y lengua y nación, son aquellos rescatados para el reino de Dios en el periodo de la gran tribulación.

i. Ellos habían tenido problemas en la tierra durante la gran tribulación. En la gramática griega de este pasaje, «los» es enfático. Este era un tiempo de gran tribulación para esta multitud. Esto ha llevado a muchos a creer que la mayoría de estos, no todos, son mártires de la gran tribulación.

ii. La presencia de tantos santos de la tribulación es una declaración fuerte de la gracia y misericordia de Dios. Aún en este tiempo de juicio e ira en la tierra, muchos son salvos.

iii. Debido a que la gran multitud es mencionada después de los 144 000, muchos han pensado que es el resultado —al menos en parte— de la obra de estos 144 000 siervos de Dios. Quizás los 144 000 son evangelistas que ayudan a segar esta gran cosecha para el reino durante la gran tribulación.

c. Han lavado sus ropas, y las han emblanquecido en la sangre del Cordero: Aquellos salvados en la gran tribulación son salvos de la misma manera que los demás: por la sangre del Cordero. Aun si ellos son martirizados, su martirio no los salva. Solo la obra de Jesús puede lavar y salvar.

i. «Ellos han lavado sus ropas y las hicieron blancas en la sangre del Cordero. Ninguno de ellos se hizo blanco por medio de sus lágrimas de arrepentimiento, y ninguno por el derramamiento de sangre de toros y cabras. Todos ellos requerían un sacrificio vicario, y para ninguno de ellos era efectivo ningún sacrificio, excepto la muerte del Señor Jesucristo. Ellos lavaron sus ropas en la sangre del Cordero». (Spurgeon)

ii. «Emblanquecido en la sangre» es una frase interesante. ¡No pensamos que las cosas sean hechas blancas por la sangre! Pero la sangre de Jesús nos limpia: «si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana» (Isaías 1:18).

4. (15-17) Lo que hace esta gran multitud, y cómo es bendecida

Por esto están delante del trono de Dios, y le sirven día y noche en su templo; y el que está sentado sobre el trono extenderá su tabernáculo sobre ellos. Ya no tendrán hambre ni sed, y el sol no caerá más sobre ellos, ni calor alguno; porque el Cordero que está en medio del trono los pastoreará, y los guiará a fuentes de aguas de vida; y Dios enjugará toda lágrima de los ojos de ellos.

a. Por esto están delante del trono de Dios: En el cielo, los redimidos disfrutan la inmediata presencia de Dios. Ellos pueden venir al salón del trono y estar con Dios. No hay barreras, no hay listas de espera.

i. Estos santos conocieron la aflicción en la tierra, y vencieron. Pero no fue su aflicción la que los salvó. Fue Jesús y su relación de fe con Él. «La aflicción en sí misma no santifica a nadie, sino lo contrario». (Spurgeon)

b. Y le sirven día y noche: En el cielo, los redimidos sirven a Dios. No sabemos exactamente cómo, pero lo hacen. «El cielo no es solamente un lugar de descanso de los afanes de la tierra, sino también un lugar de servicio privilegiado». (Walvoord)

c. Y el que está sentado sobre el trono extenderá su tabernáculo sobre ellos: En el cielo, Dios extenderá su tabernáculo sobre su pueblo. Este es el cumplimiento final del gran deseo del rey David en Salmos 27:4: «Una cosa he demandado a Jehová, ésta buscaré; que esté yo en la casa de Jehová todos los días de mi vida, para contemplar la hermosura de Jehová, y para inquirir en su templo».

d. El Cordero que está en medio del trono los pastoreará: En el cielo, los redimidos conocerán el amor cariñoso y el cuidado de su Salvador. Él los protegerá de cualquier aflicción (ya no tendrán hambre ni sed, y el sol no caerá más sobre ellos, ni calor alguno). Él también proveerá sus necesidades (los guiará a fuentes de aguas de vida).

i. ¿No nos pastorea Jesús ahora? Sí, pero en el cielo lo hará aún más. La verdadera vida cristiana, cuando vivimos cerca de Dios, es solo un aproximado de la vida de la plena comunión en lo alto. Hemos visto al artista hacer con su pincel, o con su carboncillo, un esbozo de su imagen. No es mucho, pero uno puede adivinar que la imagen final saldrá del boceto delante de ti». (Spurgeon)

e. Dios enjugará toda lágrima de los ojos de ellos: En el cielo, los redimidos ya no conocerán la tristeza ni el dolor. El dolor y la lucha de esta vida terrenal se han ido, y las lágrimas son cosa del pasado, porque Dios enjuagará toda lágrima.

i. ¡Qué amor tan tierno! Pensamos en la mano de amor de una madre, quitando las lágrimas del rostro de su hijo. Dios nos ama con ese tipo de amor cariñoso.

ii. También entendemos de esto que «toda lágrima» solamente será enjuagada en el cielo. En esta tierra, tenemos nuestra parte de dolor y lágrimas que debemos de soportan y traer a Dios. Él muestra su amor ahora con la dulce consolación y la fortaleza en esos momentos de dolor y lágrimas. En el cielo, no ahora, Él enjuagará las lágrimas para siempre.

iii. Este pasaje no tiene la idea de que en el cielo hemos de llorar por nuestra vida desperdiciada, o los pecados sin confesar. Esa idea puede ser un motivador poderoso para inducir un sentimiento de culpa, pero no tiene nada que ver con el significado de este verso. «El punto es que el dolor y las lágrimas del pasado, es decir, de las pruebas en la tribulación, terminarán cuando lleguemos al cielo […]. Dios enjuagará toda lágrima que resulte del sufrimiento en la tierra». (Walvoord)

iv. Muchos se preguntan: «¿Cómo no habrá tristeza en el cielo si tenemos a familiares o seres amados que perecen en el Infierno? ¿No sentiremos lástima por ellos? Spurgeon contesta bien: «Si tú me lo dijeras, me alegraré, porque no tengo la respuesta. No creo que habrá un átomo menos de ternura, ni una fracción menos de amabilidad, y de amor, y de simpatía —creo que habrá más— pero seremos refinados y purificados de tal manera que, aunque la compasión por el sufrimiento esté allí, el aborrecimiento por el pecado también estará para balancearlo, y se obtendrá un estado de equilibro total. Una perfecta conformidad con la voluntad divina es probablemente el secreto de ello; pero no es mi asunto adivinar. Yo no sé qué pañuelo el Señor usará, pero sé que el Señor enjugará toda lágrima de nuestros rostros.

©2021 The Enduring Word Comentario bíblico en español de David Guzik – ewm@enduringword.com

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