Deuteronomio 10 – La restauración de Israel tras el incidente del Becerro de Oro
A. El plan de Dios para la recuperación de Israel después de la rebelión en el monte Sinaí
1. (1-5) Israel tenía que volver a la Palabra de Dios, por lo que Dios ordenó la entrega de las nuevas tablas de la Ley
En aquel tiempo Jehová me dijo: Lábrate dos tablas de piedra como las primeras, y sube a mí al monte, y hazte un arca de madera; y escribiré en aquellas tablas las palabras que estaban en las primeras tablas que quebraste; y las pondrás en el arca. E hice un arca de madera de acacia, y labré dos tablas de piedra como las primeras, y subí al monte con las dos tablas en mi mano. Y escribió en las tablas conforme a la primera escritura, los diez mandamientos que Jehová os había hablado en el monte de en medio del fuego, el día de la asamblea; y me las dio Jehová. Y volví y descendí del monte, y puse las tablas en el arca que había hecho; y allí están, como Jehová me mandó.
a. Lábrate dos tablas de piedra como las primeras: Moisés rompió las tablas de la Ley (Éxodo 32:19), no solo por ira, sino también como una poderosa representación visual de la ruptura de Israel con la Ley de Dios y el pacto que Dios había hecho con ellos. Posteriormente, Dios ordenó que se hicieran dos nuevas tablas de la Ley.
i. Que quebraste: «Ese quebrantamiento de las primeras tablas fue natural y, sin quererlo, también fue simbólico. Esto es lo que el hombre ha hecho siempre con la Ley de Dios». (Morgan)
ii. En los días del rey Josías, el arrepentimiento y el avivamiento llegaron al pueblo de Dios cuando se centró nuevamente en la Palabra de Dios (2 Reyes 22:8-23:25).
b. Escribió en las tablas conforme a la primera escritura: Dios quería que su Palabra escrita fuera el punto de partida para el camino correcto de Israel con Él. Por lo tanto, Él restauró las tablas, incluso, escribió en las segundas tablas con su propia mano.
i. Esta es una poderosa expresión de la gracia restauradora de Dios. «Toda la Biblia está llena de la verdad de que Él encuentra un camino para que sus desterrados regresen; da al hombre fracasado una segunda oportunidad; escribe de nuevo la ley quebrantada; restaura los años que el gusano ha comido; regenera la vasija estropeada; busca y salva a los perdidos. Sobre la base de esa gracia, los hombres pueden esperar y comenzar de nuevo». (Morgan)
ii. Esta es una poderosa expresión de la inspiración de la Palabra de Dios. Aunque Dios no escribió literalmente las Escrituras con su mano, sí guio perfectamente las mentes y las manos de los escritores, de modo que las Escrituras son «inspiradas por Dios» (2 Timoteo 3:16). La Biblia es inspirada por Dios y procede, por así decirlo, de su mano a través de autores humanos.
iii. De en medio del fuego: «La Ley fue dada en fuego; es “una Ley de fuego” (Deuteronomio 33:2), dada por Dios, quien es “un fuego consumidor” (Hebreos 12:29), tiene un tribunal de fuego (Ezequiel 1:27), y juzgará a los transgresores en llamas de fuego (Isaías 66:15, 16)». (Trapp)
c. Y puse las tablas en el arca que había hecho; y allí están: Las tablas de la Ley se conservaron en el arca del pacto, y no se hace mención de ellas nuevamente en la Biblia.
i. «Se entrelazan aquí cosas que, sin prestar estricta atención al orden cronológico o al transcurso del tiempo, suceden durante un periodo competo. Esto incluye la preparación de los documentos, la construcción del arca y la preparación del tabernáculo». (Thompson)
2. (6-9) Para poder lidiar con el problema del pecado de Israel, Dios estableció un sacerdocio perdurable
(Después salieron los hijos de Israel de Beerot-bene-jaacán[a] a Mosera; allí murió Aarón, y allí fue sepultado, y en lugar suyo tuvo el sacerdocio su hijo Eleazar. De allí partieron a Gudgoda, y de Gudgoda a Jotbata, tierra de arroyos de aguas. En aquel tiempo apartó Jehová la tribu de Leví para que llevase el arca del pacto de Jehová, para que estuviese delante de Jehová para servirle, y para bendecir en su nombre, hasta hoy, por lo cual Leví no tuvo parte ni heredad con sus hermanos; Jehová es su heredad, como Jehová tu Dios le dijo.)
a. Allí murió Aarón, y allí fue sepultado, y en lugar suyo tuvo el sacerdocio su hijo Eleazar: Este paréntesis que habla sobre el sacerdocio demostró la necesidad del sacrificio sacerdotal y la intercesión para reconciliarse con Dios después de un período de rebelión. Israel necesitaba del sacrificio, la intercesión y la bendición que los levitas traerían a la nación.
i. La necesidad de un sacerdocio le dijo a Israel: «No puedes hacerlo solo. Necesitas acercarte a Dios a través de un mediador, quien expiará tus pecados, orará por ti y te bendecirá. Si rechazas a tu mediador sacerdotal y confías en tu habilidad para hacer estas cosas, perecerás».
ii. Salieron los hijos de Israel: «Al parecer, después de salir de Cades, Israel se dirigió hacia Edom y más tarde regresó a Cades antes de emprender el último viaje alrededor de Edom y hasta las llanuras de Moab. Por lo tanto, el orden aquí es inverso al que se presenta en Números 33:31-33». (Kalland)
b. Para que estuviese delante de Jehová para servirle, y para bendecir en su nombre: Restaurar nuestra relación con Dios después de un período de rebelión siempre debe centrarse en el ministerio sacerdotal de Jesús a nuestro favor. Este ministerio se manifiesta en su expiación por nuestros pecados en la cruz, su intercesión por nosotros en el cielo y la bendición que nos trae del cielo.
i. «La frase “estar delante” es un modismo que significa ‘esperar‘ o ‘servir‘. Se usa para muchos tipos de servicio en el Antiguo Testamento». (Thompson)
ii. «Los levitas estuvieron notablemente ausentes hasta que Moisés descendió de la montaña, momento en el cual se convirtieron en los ministros de la ira y el castigo del Señor (Éxodo 32:25-29). Tanto por su elección como por su obediencia demostraron su idoneidad para ser la heredad del Señor (versículo 9; cf. Números 18:20, 24)». (Merrill)
3. (10-11) Dios le ordena a Israel que se levante y se dirija a Canaán
Y yo estuve en el monte como los primeros días, cuarenta días y cuarenta noches; y Jehová también me escuchó esta vez, y no quiso Jehová destruirte. Y me dijo Jehová: Levántate, anda, para que marches delante del pueblo, para que entren y posean la tierra que juré a sus padres que les había de dar.
a. Levántate, anda, para que marches: La rebelión de Israel en el monte Sinaí con el becerro de oro fue significativa; no fue algo trivial. Sin embargo, Dios no había terminado con ellos. Después de que se arrepintieron y lo hicieron a través de su sacerdocio, llegó el momento de seguir adelante. Dios tenía un lugar adonde llevarlos y debían ocuparse de llegar allí.
b. Para que entren y posean la tierra: Reconciliarse con Dios después de un tiempo de pecado y ruptura del pacto siempre debe conducir a un progreso continuo. No sirve de nada regresar a la Biblia, pasar por el sacerdocio de Jesús, y luego quedarse estancado en el mismo lugar. Dios quiere que su pueblo avance y progrese con Él.
B. Lo que Dios requiere de Israel
1. (12-13) Lo que el Señor requiere de Israel, la nación del pacto
Ahora, pues, Israel, ¿qué pide Jehová tu Dios de ti, sino que temas a Jehová tu Dios, que andes en todos sus caminos, y que lo ames, y sirvas a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma; que guardes los mandamientos de Jehová y sus estatutos, que yo te prescribo hoy, para que tengas prosperidad?
a. Qué pide Jehová tu Dios de ti: En su gracia, Dios le dio a Israel un resumen de sus mandamientos y sus expectativas bajo el pacto acordado en el monte Sinaí (Éxodo 24:3-8). Aunque Moisés le dijo esto a Israel en las llanuras de Moab en el contexto de la renovación del pacto, esta declaración tiene una aplicación general para todo el pueblo de Dios.
i. «En un pasaje de gran belleza y seriedad, Moisés hizo una declaración que resumía la verdad sobre las exigencias de Dios cuando su pueblo entrara en la tierra. El conjunto revelaba que todo dependía de la relación con Él: debían temerle, lo que significa reverenciarlo; andar en sus caminos, que es obedecerle; amarlo, que implica adorarlo; servirle, que es cooperar en su obra; y guardar sus mandamientos, que es serle fiel». (Morgan)
b. Temas a Jehová tu Dios: Dios requiere de nosotros un honor reverencial hacia Él; no un temor que nos haga retroceder, sino un corazón que lo honre tanto que dudemos en ofenderlo.
c. Andes en todos sus caminos: Dios requiere que su pueblo viva según el modelo que Él ha establecido. El pueblo de Dios debe andar en su camino, no en el suyo propio. Israel debía andaren los caminos de Dios, no en sus propios caminos ni en los caminos de los cananeos.
d. Que lo ames: Dios requiere que su pueblo lo ame. Esto implica que el amor que Él espera no es, simplemente, un sentimiento espontáneo; sino una decisión de poner nuestro afecto en Él. Es un amor que responde al amor de Dios, quien nos amó primero (1 Juan 4:19).
i. «Que tengáis confianza en Él como vuestro padre y amigo, recurráis a Él en todas vuestras necesidades y lo améis a cambio de su amor». (Clarke)
e. Sirvas a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma: Dios requiere que su pueblo le sirva, haciendo todo en el nombre de Jesús (Colosenses 3:17). El servicio a Dios no debe ser superficial, sino realizado con todo nuestro ser.
f. Que guardes los mandamientos de Jehová y sus estatutos: Dios requiere que su pueblo no solo conozca su Palabra, sino que también la guarde. El pueblo de Dios guarda su Palabra al obedecerla y vivirla con integridad.
g. Para que tengas prosperidad: Cada mandamiento de Dios se da por el bien de la humanidad. Sus mandamientos nunca se dan, simplemente, para que Dios pueda ejercer su poder o sentirse importante. Cada mandamiento de Dios se da pensando en el bien de la humanidad, aunque no siempre sea evidente a primera vista.
2. (14-15) ¿Por qué Dios requiere esto de Israel?
He aquí, de Jehová tu Dios son los cielos, y los cielos de los cielos, la tierra, y todas las cosas que hay en ella. Solamente de tus padres se agradó Jehová para amarlos, y escogió su descendencia después de ellos, a vosotros, de entre todos los pueblos, como en este día.
a. Solamente de tus padres se agradó Jehová para amarlos: Dios requiere esta conducta de su pueblo porque son su posesión especial. Aunque los cielos y la tierra pertenecen a Dios, Él puso su enfoque y atención en Israel comenzando desde sus padres.
b. A vosotros, de entre todos los pueblos, como en este día: La elección de Israel por parte de Dios le otorgó algunos privilegios, pero también una gran responsabilidad. Bajo su pacto con Dios, Israel tenía una responsabilidad única ante el Señor.
3. (16) Lo que se necesita para cumplir con lo que Dios requiere
Circuncidad, pues, el prepucio de vuestro corazón, y no endurezcáis más vuestra cerviz.
a. Circuncidad, pues, el prepucio de vuestro corazón: Todos los varones de Israel debían ser circuncidados a los ocho días de nacer (Levítico 12:3). Pero esta cirugía menor era solo un símbolo de la verdadera obra que Dios deseaba en sus corazones. Dios quería que Israel fuera un pueblo espiritual, que confiara en Él, lo obedeciera y recibiera la misma justicia por fe que Abraham recibió (Génesis 15:6).
i. La Biblia, a menudo, usa la palabra incircunciso para referirse a las personas como gentiles, fuera del pacto de Dios y sin una relación correcta con Él (Jueces 14:3; 15:18; 1 Samuel 14:6; 17:26; Hechos 11:3; Gálatas 2:7). Por lo tanto, la idea de un prepucio del corazón indica que alguien podría ser judío exteriormente, pero no tener una relación correcta con Dios en su corazón.
ii. Este tema se repite más tarde en los profetas, como en Jeremías 4:4 («Circuncidaos a Jehová, y quitad el prepucio de vuestro corazón»). Esta idea también aparece en Levítico 26:41, Jeremías 9:26 y Ezequiel 44:7 y 9. Cuando Esteban reprendió al concilio, les dijo que eran «incircuncisos de corazón y de oídos» (Hechos 7:51).
iii. Para cumplir verdaderamente la Ley de Dios se necesita más que, simplemente, recibir un mandamiento y tener la intención de cumplirlo. Se requiere una transformación interior, una obra que solo Dios puede realizar.
b. Y no endurezcáis más vuestra cerviz: La expresión «duro de cerviz» es una metáfora que representa a alguien obstinado o terco, similar a un animal de carga que se niega a obedecer las órdenes de su amo. Dios llamaba a Israel a abandonar su resistencia y a someterse a Él.
4. (17-22) Un llamado a la obediencia, la reverencia y la compasión
Porque Jehová vuestro Dios es Dios de dioses y Señor de señores, Dios grande, poderoso y temible, que no hace acepción de personas, ni toma cohecho; que hace justicia al huérfano y a la viuda; que ama también al extranjero dándole pan y vestido. Amaréis, pues, al extranjero; porque extranjeros fuisteis en la tierra de Egipto. A Jehová tu Dios temerás, a él solo servirás, a él seguirás, y por su nombre jurarás. El es el objeto de tu alabanza, y él es tu Dios, que ha hecho contigo estas cosas grandes y terribles que tus ojos han visto. Con setenta personas descendieron tus padres a Egipto, y ahora Jehová te ha hecho como las estrellas del cielo en multitud.
a. Jehová vuestro Dios es Dios de dioses y Señor de señores: La base de esta breve sección de mandamientos se establece en el carácter de Dios. Jehová, el Dios de la alianza de Israel, es superior a todos los dioses, tanto por su naturaleza como por su autoridad. Es el Dios grande, poderoso y temible.
i. «Es decir, Él es la fuente de todo ser y poder; todo agente es finito excepto Él mismo, y puede contrarrestar, suspender o destruir todas las acciones de todas las criaturas cuando le plazca. Si se propone salvar, nadie puede destruir; si se propone destruir, nadie puede salvar. ¡Qué absolutamente necesario es tener un Dios así por amigo!». (Clarke)
ii. Dios de dioses: «Las denominaciones no sugieren que haya en realidad otros dioses o señores divinos sobre los que Dios gobierne. Más bien, como Dios y Señor es supremo sobre todo. El superlativo se basa en la idea de que se mencionan otros dioses, pero no se admite su realidad». (Kalland)
iii. Poderoso: «El adjetivo “poderoso” (gibbor) se usa comúnmente para referirse a un guerrero, y parece tener connotaciones de la guerra santa en la que Jehová, como líder en la batalla, muestra las cualidades de un guerrero (Salmo 24:8; Isaías 9:6; 10:21; 42:13; Jeremías 20:11)». (Thompson)
b. Que no hace acepción de personas, ni toma cohecho: Cuando Dios le exige a su pueblo que muestre justicia, compasión y reverencia, es porque estas virtudes reflejan aspectos del carácter de Dios. Dios hace justicia compasivamente a los desfavorecidos y ama también al extranjero.
i. Puesto que Dios ama al extranjero, los creyentes deben también amar al extranjero. «Y mostrarse amigos de Dios […]. Los amigos son de mente afín». (Trapp)
ii. «Su pueblo debe imitar lo que Dios hace en el ámbito social (cf. Éxodo 22:22-24). Deben ser especialmente sensibles a los extranjeros que viven entre ellos, recordando que ellos también fueron extranjeros en Egipto (v. 19)». (Merrill)
c. Que ha hecho contigo estas cosas grandes y terribles: La obediencia a la que Dios nos llama siempre se establece en el contexto de lo que Él ha hecho por nosotros. Nuestro servicio y obediencia al Señor se basan en su gracia y bondad hacia nosotros, y deben ser respuestas agradecidas a su amor. Cuando hay falta de obediencia y reverencia, esto suele indicar una falta de aprecio por las bendiciones y la provisión que el Señor ha mostrado hacia nosotros.
i. Una de las grandes obras de Dios por Israel fue convertir una familia pequeña, la descendencia de Jacob que fue a Egipto, en una gran nación. Comenzaron con setenta personas y, a lo largo de 400 años, llegaron a ser una multitud.
d. Él es el objeto de tu alabanza: Esto es cierto en dos sentidos. Primero, Él es el objeto de nuestra alabanza; segundo, Él es también Aquel que nos hace dignos de alabanza. Cualquier sabiduría, belleza o habilidad que mostremos no es para nuestra alabanza, sino que Él es el objeto de tu alabanza.
© 1996-presente The Enduring Word Comentario bíblico en español de David Guzik