Efesios 4




Efesios 4 – Viviendo para la gloria de Dios

A. Un llamado a la unidad entre el pueblo de Dios.

1. (1) El fundamento de toda exhortación.

Yo pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la vocación conque fuisteis llamados.

a. Pues: Pablo pasó tres capítulos explicando con glorioso detalle todo lo que Dios hizo por nosotros, gratuitamente por Su gracia. Ahora trae un llamado a vivir correctamente, pero solo después de explicar lo que Dios hizo por nosotros.

b. Andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados: Cuando comprendamos realmente cuánto hizo Dios por nosotros, naturalmente querremos servirle y obedecerle por gratitud.

i. Comprender quiénes somos es la base de este digno caminar. “Lutero aconseja a los hombres que respondan a todas las tentaciones de Satanás con este único, Christianus sum, Soy un cristiano”(Trapp)

ii. La idea es clara. No andamos dignamente para que Dios nos ame, sino porque Él nos ama. Esto motivado por gratitud, no por el deseo de ganar méritos.

iii. “Todo creyente es el primogénito de Dios; y por lo tanto más elevado que los reyes de la tierra, Salmo 89:27. Por lo tanto, debe comportarse en consecuencia y no manchar su elevada sangre. (Trapp)

2. (2-3) El carácter de un andar digno.

Con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor, solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz.

a. Con toda humildad y mansedumbre: Un andar digno ante Dios estará marcado por humildad y mansedumbre, no por un deseo insistente de defender nuestros propios derechos y promover nuestra propia agenda.

i. Antes del cristianismo, la palabra humildad siempre tenía una mala asociación. En la mente de muchos todavía lo hace; pero es una gloriosa virtud cristiana (Filipenses 2:1-10). Significa que podemos estar felices y contentos cuando no tenemos el control o no estamos dirigiendo las cosas a nuestra manera.

b. Soportándoos con paciencia los unos a los otros: Necesitamos esto para que los errores inevitables que ocurren entre las personas de la familia de Dios no vayan en contra del propósito de Dios de unir todas las cosas en Jesús -ilustrado a través de Su obra actual en la iglesia.

i. Crisóstomo definió la paciencia como el espíritu que tiene el poder de vengarse, pero nunca lo hace. Es característica de un corazón generoso y perdonador.

c. Solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz: Esta actitud humilde y perdonadora hacia los demás, naturalmente, cumple este don de la unidad del Espíritu.

i. Debemos esforzarnos para mantener esta unidad – no la creamos. Dios nunca nos manda a crear unidad entre los creyentes. La ha creado por su Espíritu; nuestro deber es reconocerla y guardarla.

ii. Esta es una unidad espiritual, no necesariamente una unidad estructural o denominacional. Es evidente en la rápida comunión posible entre cristianos de diferentes razas, nacionalidades, idiomas y clases económicas.

iii. Podemos entender esta unidad del Espíritu si entendemos lo que no es. En un sermón sobre este texto, Charles Spurgeon señaló algunas de las cosas que el texto no dice.

·No dice, “Esforzarse por mantener la unidad del mal, la unidad de la superstición o la unidad de la tiranía espiritual”.

·No dice, “Esforzarse por mantener tus arreglos eclesiásticos para la centralización”.

·No dice,“Esforzarse por mantener la uniformidad del Espíritu”.

iv. La unidad estructural puede incluso obrar en contra de la verdadera unidad del Espíritu. Quizás podamos ver un propósito que Dios tiene al prevenir una unidad estructural de la iglesia en este momento, para evitar que se cumplan los esfuerzos mal dirigidos de la iglesia (como las ambiciones de poder político). “No es deseable que todas las Iglesias se fundan unas con otras y se vuelvan una; porque la fusión completa de todas las Iglesias en una sola corporación eclesiástica produciría inevitablemente otra forma de Papado, ya que la historia nos enseña que los grandes cuerpos eclesiásticos se vuelven más o menos corruptos como una cuestión de rutina. Las enormes corporaciones espirituales son, en su conjunto, los baluartes de la tiranía y los refugios del abuso; y es sólo cuestión de tiempo que se rompan en pedazos”. (Spurgeon)

v. “Porque la comunión de la iglesia en la que los creyentes gentiles y judíos estaban unidos no era una mera inscripción en un registro de membresía; implicaba su unión con Cristo por la fe y, por lo tanto, la unión de unos con otros como miembros de su cuerpo”. (Bruce)

vi. Confiamos en que esta unidad se encuentra en Jesucristo, por el Espíritu de Dios. “Queremos la unidad en la verdad de Dios a través del Espíritu de Dios. Busquemos esto; vivamos cerca de Cristo, porque esta es la mejor manera de promover la unidad. Las divisiones en las iglesias nunca comienzan con aquellos que están llenos de amor por el Salvador”. (Spurgeon)

3. (4-6) Descripción de la unidad de la Iglesia.

Un cuerpo, y un Espíritu, como fuisteis también llamados en una misma esperanza de vuestra vocación; un Señor, una fe, un bautismo, un Dios y Padre de todos, el cuales sobre todos, y por todos, y en todos.

a. Un cuerpo, y un Espíritu: Tenemos unidad debido a lo que compartimos en común. En Jesús compartimos un cuerpo, un Espíritu, una esperanza de nuestra vocación, un Señor, una fe, un bautismo y un Padre. Cada una de estas áreas comunes es mayor que cualquier diferencia potencial.

b. Un bautismo: Algunos piensan que debido a que Pablo dice que hay un bautismo, la idea del bautismo del Espíritu Santo como una experiencia posterior es inválida. Pero Pablo solo hablaba aquí del bautismo en agua, que es la señal visible de la obra común de Dios en cada creyente y, por lo tanto, la base de la unidad. No hay bautismos separados para judíos y gentiles.

i. El concepto del bautismo en el Espíritu Santo se habla claramente en Mateo 3:11, Hechos 1:5 y 11:16. Esto puede considerarse una experiencia inicial (y a veces dramática) que uno tiene con la plenitud del Espíritu Santo, una plenitud que Dios quiere continuar a través de la vida cristiana de una persona.

B. La forma en que Dios obra la unidad: a través de los dones espirituales de liderazgo en la iglesia.

1. (7-10) La entrega de dones espirituales a la iglesia.

Pero a cada uno de nosotros fue dada la gracia conforme a la medida del don de Cristo. Por lo cual dice: Subiendo a lo alto, llevó cautiva la cautividad, Y dio dones a los hombres. Y eso de que subió, ¿qué es, sino que también había descendido primero a las partes más bajas de la tierra? El que descendió, es el mismo que también subió por encima de todos los cielos para llenar lo todo.

a. Fue dada la gracia: A todos se nos ha dado gracia conforme a la medida del don de Jesús. Esta es la base para la distribución de los dones espirituales de Dios a través de Su iglesia: la gracia, el don gratuito e inmerecido de Dios. Nadie merece ni se ha ganado dones espirituales.

b. Subiendo a lo alto: Esta ofrenda sucedió (como se describe proféticamente en el Salmo 68:18) cuando Jesús subió al cielo. Esta fue la evidencia de Su triunfo sobre cada enemigo (el llevar cautiva la cautividad).

i. Bruce sobre la imagen del Salmo 68: “Uno puede imaginarse a un líder militar regresando a Jerusalén a la cabeza de sus seguidores, después de derrotar a un ejército enemigo y tomar muchos prisioneros”.

ii. Como Jesús dijo: Os conviene que yo me vaya; porque si no me fuera, el Consolador no vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré (Juan 16:7).

c. Subiendo a lo alto, llevó cautiva la cautividad, Y dio dones a los hombres: Pablo no citó el pasaje exactamente como aparece en el Salmo 68. O lo modificó bajo la inspiración del Espíritu Santo o bajo una inspiración similar, citó de un traducción antigua (llamada Targum) que cita el Salmo de esta manera.

i. Salmos 68:18 dice: Subiste a lo alto, cautivaste la cautividad, Tomaste dones para los hombres. Ciertamente, hay suficiente espacio en el idioma del hebreo original para permitir la lectura de Pablo, aunque es inusual.

ii. “Me basta con que el apóstol, bajo la inspiración de Dios, aplicara el versículo de esta manera; y cualquier cosa que David pudiera tener la intención, y de cualquier evento que pudiera haber escrito, vemos claramente que el sentido en el que el apóstol lo usa fue el sentido del Espíritu de Dios”. (Clarke)

d. Y eso de que subió, ¿qué es…?: En esto, Pablo demostró cómo la palabra subiendo en el Salmo 68:18 se refería a la resurrección de Jesús, hablando primero de su ascensión desde las partes más bajas de la tierra, y en segundo lugar de su ascensión por encima de todos los cielos.

i. Algunos piensan que la frase las partes más bajas de la tierra, se refiere a la predicación de Jesús a los espíritus encarcelados que se describe en 1 Pedro 3:19 y 4:6. Si bien este aspecto del ministerio de Jesús en el Hades después de Su obra en la cruz es verdadero (y está profetizado en Isaías 61:1-2 y Lucas 4:18), Pablo no necesariamente se refería a él aquí.

2. (11-12) Los oficios del liderazgo espiritual en la iglesia y su propósito.

Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo,

a. Y él mismo: Esto significa que Jesús estableció estos oficios. Son obra y nombramiento de Jesús, no de hombres. Aunque simuladores puedan reclamarlos, las oficios mismos son una institución divina y no una invención humana.

b. Constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros: Pablo describió cuatro oficios (no cinco, como en el comúnmente, pero erróneamente, llamado “ministerio quíntuple”).

i. Apóstoles, que son embajadores especiales de la obra de Dios, aunque no en el mismo sentido autoritativo de los apóstoles del primer siglo. Esos apóstoles del primer siglo se utilizaron para proporcionar un fundamento (conservado como el Nuevo Testamento) como se describe en Efesios 2:20.

ii. Profetas, que pronuncian palabras de Dios en completa coherencia con el fundamento del Antiguo y Nuevo Testamento. A veces hablan en un sentido predictivo, pero no necesariamente así, y siempre están sujetos al discernimiento y juicio del liderazgo de la iglesia (1 Corintios 14:29). Al igual que con los apóstoles, los profetas modernos no hablan con la misma autoridad que los profetas del primer siglo que trajeron la palabra fundamental que Dios habló (Efesios 2:20).

iii. Evangelistas, que están específicamente dotados para predicar las buenas nuevas de salvación en Jesucristo.

iv. Pastores y maestros (o, pastores-maestros; el griego antiguo describe claramente un oficio con dos títulos descriptivos), que pastorea el rebaño de Dios principalmente (aunque no exclusivamente) a través de la enseñanza de la Palabra de Dios. “La enseñanza es una parte esencial del ministerio pastoral; es apropiado, por lo tanto, que los dos términos, pastores y maestros, se unan para denotar un orden de ministerio”. (Bruce)

v. Estos dones se dan a discreción de Jesús, obrando por medio del Espíritu Santo (1 Corintios 12:11). La importancia de tener los cuatro en funcionamiento en cualquier cuerpo de la iglesia depende de Jesús, quien designa los cargos. El trabajo del liderazgo eclesiástico responsable es no obstaculizar o prevenir tal ministerio, pero nunca promoverlo para que exista”.

c. A fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio: El propósito de estos dones de liderazgo también es claro. Es que los santos (el pueblo de Dios) puedan ser perfeccionados para la obra del ministerio (servicio), para que el cuerpo de Cristo pueda ser edificado (expandido y fortalecido).

i. Perfeccionar también tiene la idea de arreglar. Esta palabra griega antigua se usaba para describir el tratamiento de huesos rotos o la reparación de redes. Estos ministerios trabajan juntos para producir cristianos fuertes, reparados y en forma.

ii. El pueblo de Dios hace la verdadera obra del ministerio. Los líderes de la iglesia tienen la responsabilidad primordial de preparar a las personas para que sirvan y dirijan su servicio como Dios los dirija.

iii. “El propósito principal de la Iglesia no es convertir a los pecadores al cristianismo, sino perfeccionar (completar y madurar) a los santos para el ministerio y la edificación del Cuerpo”. (Smith)

3. (13-16) La meta deseada de la obra de Dios a través del liderazgo de la iglesia y el perfeccionamiento de los santos.

Hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo; para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error, sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo, de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor.

a. Hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe: Esta es la primera meta de la obra de Dios a través de los oficios y dones de liderazgo y de los santos perfeccionados. Esto es consistente tanto con el propósito supremo de Dios (Efesios 1:10) como con el misterio de Dios revelado a través de Pablo (Efesios 3:6).

i. Una vez más, al afirmar claramente que se trata de una unidad de la fe, Pablo no ordenó una unidad estructural u organizativa, sino una unidad espiritual en torno a una fe común.

b. Y del conocimiento del Hijo de Dios: Cuando los oficios de liderazgo dados por Dios funcionan correctamente y los santos están debidamente equipados, la madurez cristiana aumenta y hay una mayor intimidad en la experiencia de Dios.

c. A un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo: Los oficios dados por Dios y los santos perfeccionados llevan a los santos a la madurez, según la medida de Jesús mismo. A medida que pasan los años, no solo debemos crecer en Jesús, sino también ser más maduros en Él, como individuos y como cuerpo corporativo.

d. Para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina: Los dones de liderazgo de Dios y los santos perfeccionados dan como resultado la estabilidad, al estar firmemente plantados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas (Efesios 2:20).

i. Aquellos que no maduran de esta manera son el blanco de los engañadores, que son efectivos precisamente porque operan con estratagema y artimañas y están al acecho para engañar. Están ahí fuera como minas terrestres que los adultos pueden evitar.

ii. La palabra griega antigua para llevados por doquiera proviene de las mismas palabras que se usan para describir el tormentoso mar de Galilea en Lucas 8:24 (vientos y las olas). Podemos valorar erróneamente el movimiento sobre el crecimiento; El mero movimiento solo se mueve de un lado a otro, pero Dios quiere que crezcamos en todo.

iii. Por estratagema de hombres: “Las palabras … se refieren a las artes utilizadas por los jugadores, que emplean dados falsos que siempre arrojarán un tipo de número, que es aquel por el que quienes juegan con ellos no pueden ganar (Clarke). Correr tras las modas espirituales siempre lo deja a uno como un perdedor.

e. Siguiendo la verdad en amor: Esto habla no solo de cómo debemos relacionarnos entre nosotros en la familia de Dios, sino también de cómo los líderes y los santos deben tratar con los engañadores. Debemos tratar con ellos con amor, pero nunca apartándonos de la verdad.

f. Crezcamos en todo en aquel que es la cabeza: Otra forma en que se describe la madurez es como crecer en Jesús, que es la cabeza. Nuevamente, esto define la dirección de la madurez. Nunca nos volvemos independientesde Jesús, crecemos en él.

i. “Una iglesia que solo está unida en sí misma, pero no unida a Cristo, no es una iglesia viva en absoluto. Puedes alcanzar la unidad de la tierra congelada en la que hombres y mujeres están congelados junto con las frías propiedades de la aristocracia, pero no es la unidad de la vida”(Spurgeon)

ii. Adam Clarke sobre crezcamos en todo en aquel: “Esta es una continuación de una metáfora tomada de los miembros de un cuerpo humano que reciben nutrición por igual y crecen, cada uno en su debida proporción con otras partes y con el cuerpo en general.

g. Según la actividad propia de cada miembro: La evidencia de madurez – que los líderes y los santos están haciendo su trabajo – es esta actividad propia. Esto significa que cada pieza y articulación proporciona lo que puede suministrar en un esfuerzo coordinado. Cuando esto sucede, naturalmente provoca el crecimiento (tanto en tamaño como en fuerza), pero especialmente crecimiento para edificarse en amor.

i. Algunas personas piensan en la iglesia como una pirámide, con el pastor en la cima. Otros piensan en la iglesia como un autobús conducido por el pastor, que lleva a sus pasajeros pasivos a donde deben ir. Dios quiere que veamos a la iglesia como un cuerpo, donde cada quien hace la actividad propia de cada miembro.

C. Despojarse del viejo hombre, vestirse del nuevo hombre.

1. (17-19) El carácter del viejo hombre.

Esto, pues, digo y requiero en el Señor: que ya no andéis como los otros gentiles, que andan en la vanidad de su mente, teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón; los cuales, después que perdieron toda sensibilidad, se entregaron a la lascivia para cometer con avidez toda clase de impureza.

a. Esto, pues: Esto hace la conexión, no solo con los gloriosos privilegios espirituales establecidos en Efesios 1 al 3, sino también con el alto llamado de un cuerpo unificado y maduro como se describe en Efesios 4:1-6. Debido a este elevado llamamiento, debemos andar (vivir) de una manera diferente a como lo hace el mundo que nos rodea.

i. Los cristianos tienen una tendencia constante a mostrar al mundo que, después de todo, no somos tan diferentes. Suele ser un esfuerzo equivocado por ganarse el respeto o la aprobación del mundo. Esto debe resistirse a toda costa, porque el objetivo en sí mismo es indeseable e inalcanzable.

ii. Este principio de transigencia puede ilustrarse mediante el intercambio entre un teólogo erudito liberal y un profesor cristiano. El liberal estuvo de acuerdo: Te llamaré erudito si me llamas cristiano. El intercambio no vale la pena.

b. Que ya no andéis como los otros gentiles: El andar de los gentiles se caracteriza por la vanidad de su mente. Al final, su forma de pensares vanidosa porque tienen el entendimiento entenebrecido – porque son ajenos de la vida de Dios.

i. Esto no quiere decir que el hombre, en su rebelión contra Dios, no sea capaz de grandes logros intelectuales. En cambio, es para decir que todos estos logros no alcanzan la verdadera sabiduría, porque el temor del Jehová es el principio de la sabiduría (Proverbios 9:10).

ii. Vanidad: “El pensamiento no es que las mentes no regeneradas estén vacías. Es que están llenos de cosas que no conducen a nada”. (Vaughan)

iii. Como cristianos, tenemos un camino y un lugar adecuados para andar. Es como si Jesús nos diera la vuelta y nos pusiera en la dirección correcta, y ahora tenemos que andar y progresar en esa dirección.

c. Por la dureza de su corazón: Fundamentalmente, la ignorancia y falta de comprensión del hombre es un problema del corazón. Se muestra no solo en una necia negación de Dios, sino también en sus fallas morales (lascivia, impureza, avidez).

i. Los gentiles de los que habla Pablo, o eran ateos o creían en dioses que en sí mismos eran inmorales. Por lo tanto, en su negación del Dios verdadero, negaban cualquier estándar de moralidad al que debían responder.

ii. Perdieron toda sensibilidad tiene la idea de que la piel se vuelve insensible y ya no es sensible al dolor. Es el resultado lógico de la dureza de corazón. Dureza también puede entenderse aquí como endurecimiento, y esta palabra griega antigua “se usa médicamente para denotar el callo formado cuando un hueso se ha fracturado y ha sido restablecido. Ese callo es incluso más duro que el hueso mismo”. (Wood)

iii. La lascivia es un pecado que hace alarde de sí mismo, que se deshace de toda restricción y no tiene ningún sentido de la vergüenza o temor; la impureza es una palabra amplia, principalmente con referencia a la conducta sexual inapropiada.

iv. Barclay elabora sobre la palabra griega aselgeia, traducida como lascivia:“La gran característica de aselgeia es esta el hombre malo generalmente trata de ocultar su pecado; pero al hombre que tiene aselgeia en el alma no le importa cuánto conmocione a la opinión pública siempre que pueda satisfacer sus deseos”(Barclay)

2. (20-24) Vestirse del nuevo hombre.

Mas vosotros no habéis aprendido así a Cristo, si en verdad le habéis oído, y habéis sido por él enseñados, conforme a la verdad que está en Jesús. En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.

a. Despojaos del viejo hombre . . . vestíos del nuevo hombre: Tiene la misma idea de quitarse o ponerse un conjunto de ropa. La idea es cambiar a una diferente manera de vivir.

i. Piensen en un prisionero que sale de la cárcel, pero que aún usa su ropa de prisión y actúa como un prisionero y no como un hombre libre. Lo primero que deben decirle a esa persona es que se ponga ropa nueva”.

ii. Aunque ponerse ropa diferente cambiará la forma en que piensas sobre ti mismo y te ves a ti mismo, aun así, adoptar una conducta diferente comenzará a cambiar tus actitudes. Esto significa que no debemos esperar a sentirnos comoun nuevo hombre antes de vestirnos del nuevo hombre.

iii. Fundamentalmente, Pablo dice que para el cristiano, debe haber una ruptura con el pasado. Jesús no se agrega simplemente a nuestra vida anterior; la vieja vida muere y Él se convierte en nuestra nueva vida.

b. No habéis aprendido así a Cristo: La repetición de esta idea muestra que vestirse del nuevo hombre tiene un fuerte aspecto de aprendizaje y educación. Le habéis oído, y habéis sido por él enseñados, conforme a la verdad que está en Jesús .. . y renovaos en el espíritu de vuestra mente.

i. Nuestra vida cristiana debe ir más allá del conocimiento mental, sino que debe incluir absolutamente el conocimiento intelectual e influir en toda nuestra manera de pensar. Esto no es solo en el sentido de conocer hechos, sino en la capacidad de poner nuestras mentes en las cosas correctas. Esto es tan fundamental para la vida cristiana que el crecimiento cristiano incluso puede describirse como la renovación de vuestro entendimiento (Romanos 12:2).

ii. Los Efesios habían aprendido así a Cristo, no solo aprendiendo acerca de Jesús, sino también aprendiéndolo. Esto significa que un conocimiento vivo y permanente de Jesús nos mantendrá alejados del tipo de conducta pecaminosa de la que habla Pablo. El solo hecho de conocer a Jesús no es suficiente para mantenernos puros.

iii. “Entonces, si quieres conocer al Señor Jesucristo, debes vivir con él. Primero él mismo debe hablarte, y luego tú debes permanecer en él. Debe ser el Compañero elegido de tus horas de la mañana, debe estar contigo durante todo el día, y con él también debes cerrar la noche; y tan a menudo como puedas despertar durante la noche, debes decir: Cuando despierto, todavía estoy contigo’”. (Spurgeon)

c. Y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad: El nuevo hombre es la nueva criatura (2 Corintios 5:17) creada en nosotros en la conversión. Es la persona creada según la imagen de Jesucristo e instintivamente justa y santa. Contrasta con el viejo hombre, que es la persona heredada de Adán y que instintivamente se rebela contra Dios.

3. (25-32) La conducta del nuevo hombre.

Por lo cual, desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo; porque somos miembros los unos de los otros. Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, ni deis lugar al diablo. El que hurtaba, no hurte más, sino trabaje, haciendo con sus manos lo que es bueno, para que tenga qué compartir con el que padece necesidad. Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes. Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día dela redención. Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia. Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.

a. Por lo cual, desechando la mentira: El nuevo hombre dice la verdad. El motivo para hacer esto es porque somos miembros los unos de los otros, por lo tanto, no hay lugar para mentir.

i. Un cuerpo solo puede funcionar correctamente si se dice a sí mismo la verdad. Si su mano toca algo caliente pero le dice a su cerebro que la cosa está fría, su mano sufrirá quemaduras graves. Por eso es tan importante decir la verdad, porque somos miembros los unos de los otros.

b. Airaos, pero no pequéis: El nuevo hombre puede airarse, pero no peca. El nuevo hombre sabe cómo dejar ir su enojo, para que de esta manera no le déoportunidad al diablo.

i. “Aquí se sugiere que se puede evitar que la ira se degenere en pecado si se le pone un límite de tiempo estricto: no se ponga el sol sobre vuestro enojo. (Bruce)

ii. La obra del diablo es acusar y dividir a la familia de Dios y sembrar discordia entre ellos. Cuando abrigamos ira en nuestro corazón, hacemos el trabajo del diablo por él.

c. El que hurtaba, no hurte más: El nuevo hombre no hurta, sino que trabaja con sus manos. Él hace esto no solo para satisfacer sus propias necesidades, sino también para compartir con el que padece necesidad.

i. Sino trabaje: Trabaje es literalmente esforzarse hasta el punto de agotamiento. Este es el tipo de corazón que trabaja que Dios manda tener a los que solían robar. La idea de Pablo es que debemos trabajar para poder dar. El propósito de recibir se convierte en dar.

d. Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca: El nuevo hombre sabe cuidar su lengua, hablando solo lo que es bueno para la necesaria edificación, deseando dar gracia a los oyentes.

i. Palabra corrompida: “No solo vulgaridad obscena, sino charla calumniosa y despectiva”(Bruce)

e. Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios: El nuevo hombre no contristará al Espíritu Santo, sabiendo que Él es nuestro sello tanto en el sentido de identificación como de protección.

i. Hay muchas formas de contristar al Espíritu Santo. Podemos descuidar la santidad y contristar al Espíritu Santo. Podemos pensar en términos puramente materialistas y contristar al Espíritu Santo. El Espíritu exalta a Jesús (Juan 15:26); cuando fallamos en hacer lo mismo, contristamos al Espíritu.

ii. “Creo que ahora veo al Espíritu de Dios contristado, cuando estás sentado leyendo una novela y no has leído tu biblia … No tienes tiempo para orar, pero el Espíritu te ve muy activo en las cosas mundanas, y tener muchas horas de sobra para relajarte y divertirte. Y luego se entristece porque ve que amas las cosas mundanas más de lo que lo amas a él”. (Spurgeon)

iii. El dolor del Espíritu Santo no es de naturaleza insignificante ni hipersensible. “Se entristece con nosotros principalmente por nuestro propio bien, porque sabe la miseria que nos costará el pecado; lee nuestros dolores en nuestros pecados … Se entristece por nosotros porque ve en cuánto castigo incurrimos y cuánta comunión perdemos”. (Spurgeon)

f. Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia: El nuevo hombre tiene control de sus emociones (amargura, ira, enojo, etc.). Cuando surgen tales cosas, él puede lidiar con ellas de una manera que glorifique a Dios.

i. Aristóteles definió la amargura como “el espíritu resentido que rechaza la reconciliación”.

ii. Enojo habla de un arrebato del momento; ira habla de una disposición estable. Ambos deben ser quitados.

g. Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros: El nuevo hombre busca mostrar la misma bondad, ternura y perdón a los demás que Dios le muestra. Si tratamos a los demás como Dios nos trata a nosotros, cumpliremos todo lo que Pablo nos dijo que hiciéramos en este capítulo.

h. Como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo: Nuestro perdón a los demás sigue el modelo del perdón de Jesús hacia nosotros. Cuando pensamos en la manera asombrosa en que Dios nos perdona, es vergonzoso que retengamos el perdón de aquellos que nos han hecho mal.

·Dios retiene su ira por mucho tiempo hasta que perdona. Él nos soporta durante mucho tiempo aunque lo provoquemos con dureza.

·Dios se acerca a las personas malas para cortejarlas hacia Él e intenta reconciliarse con las personas malas.

·Dios siempre da el primer paso en el perdón, tratando de reconciliarse aunque la parte culpable no esté interesada en el perdón.

·Dios perdona nuestro pecado sabiendo que pecaremos de nuevo, a menudo exactamente de la misma manera.

·El perdón de Dios es tan completo y glorioso que otorga la adopción a esos que antes fueron ofensores.

·Dios, en Su perdón, cargó con todo el castigo por el mal que hicimos contra Él. Él era inocente, pero cargó con la culpa.

·Dios sigue acercándose al hombre en busca de reconciliación incluso cuando el hombre lo rechaza una y otra vez.

·Dios no requiere un período de prueba para recibir Su perdón.

·El perdón de Dios ofrece restauración y honor completos. Él ama, adopta, honra y se asocia con aquellos que alguna vez le hicieron daño.

·Dios pone su confianza en nosotros y nos invita a trabajar con él como colaboradores cuando nos perdona.

i. La antigua versión King James lo expresa así: así como Dios, por amor de Cristo, te ha perdonado. Esto nos da la seguridad del perdón –que es por el amor de Cristo. “Dios, por amor de Cristo, te ha perdonado. Aférrate a esa gran verdad y mantenla, aunque todos los demonios en el infierno te rujan. Aférrate como con una mano de acero; agárrala como a tu vida: Dios, por amor de Cristo, me ha perdonado’ – que cada uno de nosotros pueda decir eso. No sentiremos la dulzura divina y la fuerza del texto a menos que podamos convertirlo en un asunto personal por medio del Espíritu Santo”. (Spurgeon)

ii. “Si alguno aquí que es cristiano encuentra dificultad para perdonar, le voy a dar tres palabras que lo ayudarán de maravilla. Las pondría en la boca del buen hombre. Te las di hace un momento y te pedí que obtuvieras su dulzura; aquí están de nuevo! ‘Por amor de Cristo’. ¿No se puede perdonar a un delincuente por ese motivo?”. (Spurgeon)

iii. No es que debamos perdonar porque Jesús nos perdonará. Perdonamos porque Él nos ha perdonado. Es el hecho histórico de que Cristo de una vez por todas quitó el pecado mediante el sacrificio de sí mismo, al que se alude. (Moule)

©2021 The Enduring Word Comentario bíblico en español de David Guzik – ewm@enduringword.com

© Copyright 2018 - Enduring Word       |      Site Hosted & Maintained by Local View Marketing    |    Privacy Policy