Éxodo 19




Éxodo 19 – La Nación de Israel llega al Monte Sinaí

A. Llegando al Monte.

1. (1-2) Israel acampa en el Monte Sinaí.

En el mes tercero de la salida de los hijos de Israel de la tierra de Egipto, en el mismo día llegaron al desierto de Sinaí. Habían salido de Refidim, y llegaron al desierto de Sinaí, y acamparon en el desierto; y acampó allí Israel delante del monte.

a. Y llegaron al desierto de Sinaí: Les tomó tres meses de confiar en Dios para llegar a este lugar, pero al fin llegaron. Ellos vieron la liberación de Dios de Egipto, recibieron Su guía sobre el camino a seguir, vieron Su gloriosa victoria en el Mar Rojo, recibieron los milagrosos regalos de Dios de comida y agua, y vieron una victoria en oración ganada sobre los amalecitas.

i. Israel permaneció en el desierto de Sinaí hasta Números 10. Más de 57 capítulos de las Escrituras están dedicados a lo que le sucedió a Israel en el año en que acamparon en el Monte Sinaí.

ii. “La palabra traducida convencionalmente como ‘desierto’ no es un desierto arenoso, sino un campo con pastos no poblado por el hombre.” (Cole)

b. Y acampó allí Israel delante del monte: En un sentido, todo lo que pasó antes estaba destinado a llevarlos a este lugar. Este fue el comienzo del cumplimiento de lo que Dios dijo en Éxodo 3:12: y esto te será por señal de que yo te he enviado: cuando hayas sacado de Egipto al pueblo, serviréis a Dios sobre este monte.

i. Sinaí era el lugar donde Moisés se encontró con Dios en la zarza ardiente. Pronto toda la nación de Israel podría experimentar algo de lo que Moisés experimentó en la zarza ardiente. Moisés podía dirigirlos a este monte para esta experiencia debido a que él ya había estado allí. El pueblo no podía ir más allá que su líder.

ii. Si el sitio tradicional del Monte Sinaí se parece a algo, se parece un gran púlpito – un afloramiento repentino y empinado de una montaña en el desierto. Aquí, Dios predicó uno de los sermones más dramáticos que jamás se hayan escuchado.

iii. Sin embargo, hay buenas razones para creer que el sitio tradicional del Monte Sinaí – en la península del Sinaí – no es la ubicación correcta del monte donde todo esto sucedió.

· De acuerdo con Éxodo 2:15, 3:1, 3:12 este monte estaba en la región de Madián, que estaba en el lado este del Golfo de Aqaba, al este de la Península de Sinaí. La antigua tierra de Madián se encuentra en la moderna nación de Arabia Saudita.

· En Gálatas 4:25, el apóstol Pablo claramente describe al Monte Sinaí como parte de Arabia. Aunque algunos afirman que esto también puede entenderse como una extensión a la península del Sinaí, esta no es la comprensión normal de dónde está Arabia, ni en la comprensión moderna ni en la antigua.

· Hay evidencia significativa – histórica y arqueológica – para asociar al monte árabe Jebel al-Lawz con el sitio del Monte Sinaí.

2. (3-4) Dios le recuerda a Israel de Su gran poder y cuidado por ellos.

Y Moisés subió a Dios; y Jehová lo llamó desde el monte, diciendo: Así dirás a la casa de Jacob, y anunciarás a los hijos de Israel: Vosotros visteis lo que hice a los egipcios, y cómo os tomé sobre alas de águilas, y os he traído a mi.

a. Y Moisés subió a Dios; y Jehová lo llamó desde el monte: Moisés, conducido por Dios, subió al monte para encontrarse con Dios como lo había hecho antes – y Jehová habló con Moisés otra vez.

b. Así dirás a la casa de Jacob: Con este título Dios asocia a la nación con el más débil y más inestable de los patriarcas. Hasta este punto ellos actuaban más como Jacob que como Abraham o Isaac.

c. Vosotros visteis lo que hice a los egipcios: Dios le dio un mensaje a Israel a través de Moisés, un mensaje sobre Su propósito y destino para Israel. Este destino estaba basado en lo que Dios ya había hecho por ellos en la gran liberación de Egipto.

d. Os tomé sobre alas de águilas: Las alas de águilas son fuertes y seguras; pero también hablan de una protección cuidadosa. Se dice que las águilas no llevan a los aguiluchos en sus garras como otras aves; las águilas jóvenes se adhieren al lomo de la madre águila y están protegidas mientras las transportan. Cualquier flecha de un cazador debe pasar a través de la madre águila antes de que pueda tocar al aguilucho en su espalda.

i. “Esta metáfora se desarrolla más extensamente en Deuteronomio 32:11, donde la compasión amorosa, protección, fuerza y vigilancia de Dios se comparancon la majestad de los atributos del ave”. (Kaiser)

e. Y os he traído a mi: La liberación (Os tomé sobre alas de águila) era para compañerismo (os he traído a mi). Dios no liberó a Israel para que ellos pudieran vivir apartados de Dios, sino para que ellos pudieran ser el pueblo de Dios.

3. (5-6) Dios revela Su plan y destino para Israel.

Ahora, pues, si diereis oído a mi voz, y guardareis mi pacto, vosotros seréis mi especial tesoro sobre todos los pueblos; porque mía es toda la tierra. Y vosotros me seréis un reino de sacerdotes, y gente santa. Éstas son las palabras que dirás a los hijos de Israel.

a. Si diereis oído a mi voz, y guardareis mi pacto: Dios pronto haría un pacto formal con Israel en el Monte Sinaí. Pero antes de que lo hiciera, reveló lo que quería hacer por un Israel obediente.

i. Antes de que Dios llamara a Israel para guardar Su ley, Él les ordenó que “guardareis mi pacto.” El pacto era más grande que la ley misma. El pacto que Dios hizo con Israel involucraba la ley, el sacrificio y la elección de obedecer y ser bendecido, o desobedecer y ser maldecido.

b. Vosotros seréis mi especial tesoro: Dios quería que Israel fuera un tesoro especial para Él. Quería que fueran un pueblo con un lugar único en el gran plan de Dios, un pueblo de gran valor y de importancia para Dios. No era que Dios ignorara al resto del mundo (porque mía es toda la tierra), sino que estaba determinado a usar Israel para alcanzar a la tierra.

i. El apóstol Pablo también quería que los cristianos supieran el gran tesoro que eran para Dios; él oraba para que ellos conocieran las riquezas de la gloria de su herencia en los santos (Efesios 1:18).

ii. “Donde está su tesoro, ahí está el corazón de hombre. Si es en barcos en el mar traicionero, da vueltas en su cama, solícito por su seguridad. Si está en telas, protege contra la polilla; si en metal, contra herrumbre y ladrones. ¿Y es Cristo menos cuidadoso con los suyos?”. (Meyer)

c. Vosotros me seréis un reino de sacerdotes: Dios quería que Israel fuera un un reino de sacerdotes, donde cada creyente pudiera presentarse ante Dios, y como grupo, ellos representaban a Dios ante todas las naciones.

i. “Toda la nación debía actuar como mediadora de la gracia de Dios para las naciones de la tierra” (Kaiser).La elección ‘particularista’ de Israel por parte de Dios tiene un propósito ‘universalista’ más amplio” (Cole).

ii. Pedro nos recuerda que somos real sacerdocio (1 Pedro 2:9), aquellos que sirven a Dios como reyes y sacerdotes (y nos ha hecho reyes y sacerdotes para Dios, su Padre, Apocalipsis 1:6).

d. Y gente santa: Dios tenía la intención de que Israel fuera gente santa, una nación y pueblo apartado del resto del mundo, la posesión particular de Dios, aptos para Sus propósitos.

i. Pedro nos recuerda que somos nación Santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable (1 Pedro 2:9). Como pueblo de Dios, debemos ser apartados, pensar y actuar de manera diferente a como fluye el mundo en general.

4. (7-9) El pueblo acuerda obedecer el pacto.

Entonces vino Moisés, y llamó a los ancianos del pueblo, y expuso en presencia de ellos todas estas palabras que Jehová le había mandado. Y todo el pueblo respondió a una, y dijeron: Todo lo que Jehová ha dicho, haremos. Y Moisés refirió a Jehová las palabras del pueblo. Entonces Jehová dijo a Moisés: He aquí, yo vengo a ti en una nube espesa, para que el pueblo oiga mientras yo hablo contigo, y también para que te crean para siempre. Y Moisés refirió las palabras del pueblo a Jehová.

a. Y expuso en presencia de ellos todas estas palabras que Jehová le había mandado: Más tarde, el pueblo es desafiado a recibir el pacto nuevamente después de escuchar sus términos, y lo vuelven a recibir (Éxodo 24:1-8).

i. Aquí ellos dijeron, “Todo lo que Jehová ha dicho, haremos”. “Su respuesta fue sincera, pero ignorante” (Morgan). Más tarde lo dirían de nuevo, en un arreglo aún más formal (Éxodo 24:1-8).

ii. “Incluso así con nosotros. Decimos: “Todo lo que Jehová ha dicho, haremos”, y fallamos. Pero Dios nunca falla. Él espera y sigue su propio camino de gracia y gobierno”. (Morgan)

b. Y Moisés refirió las palabras del pueblo a Jehová: Aquí Moisés actuó como un verdadero sacerdote, como un intermediario entre Dios y el pueblo. Sin embargo, Dios habló audiblemente a Moisés (para que el pueblo oiga mientras yo hablo contigo) para que todos supieran que Dios realmente le hablaba a Moisés.

5. (10-13) Dios ordena que Su santa presencia en el Sinaí sea respetada.

Y Jehová dijo a Moisés: Ve al pueblo, y santifícalos hoy y mañana; y laven sus vestidos, y estén preparados para el día tercero, porque al tercer día Jehová descenderá a ojos de todo el pueblo sobre el monte de Sinaí. Y señalarás término al pueblo en derredor, diciendo: Guardaos, no subáis al monte, ni toquéis sus límites; cualquiera que tocare el monte, de seguro morirá. No lo tocará mano, porque será apedreado o asaeteado; sea animal o sea hombre, no vivirá. Cuando suene largamente la bocina, subirán al monte.

a. Ve al pueblo, y santifícalos hoy y mañana: Dios se iba a aparecer a Israel de una forma espectacular; y antes de que esto pudiera pasar, el pueblo se tenía que preparar.

b. Y señalarás término al pueblo en derredor: Como Dios prometió revelarse en el Sinaí, le dijo a Israel, Guardaos. Había límites que no se podían cruzar. Israel debía de mantener su distancia detrás del límite, y la penalidad por no mantener su distancia era la muerte (de seguro morirá).

i. No lo tocará mano: Cualquier persona o animal muerto por acercarse demasiado sería considerado tan impío que ni siquiera podrían ser tocados, tenían que ser ejecutados con piedras o flechas.

ii. Si hay algo básico en la naturaleza humana, es que necesitamos límites. Al establecer estos límites y proporcionar la pena de muerte por infringirlos, Dios le mostró a Israel que la obediencia es más importante que sus sentimientos. No dudamos de que algunos israelitas valientes sintieran ganas de ir más allá de los límites, pero debían someter sus sentimientos a la obediencia.

c. Cuando suene largamente la bocina: El pueblo solo podía acercarse por invitación de Dios, y la bocina señalaría que la invitación estaba abierta. Al sonar de la bocina ellos podrían llegar al límite de la barrera, pero no más allá.

6. (14-15) Ordenanzas para la ceremonia de santificación y purificación.

Y descendió Moisés del monte al pueblo, y santificó al pueblo; y lavaron sus vestidos. Y dijo al pueblo: Estad preparados para el tercer día; no toquéis mujer.

a. Santificó al pueblo; y lavaron sus vestidos: El pueblo inmediatamente se preparó para la revelación de Dios, la cual había sido prometida para el tercer día.

b. Estad preparados para el tercer día: El encuentro con Dios solo podría llegar al tercer día. Dios prometió revelarse al tercer día, y ellos debían de esperarlo.

c. No toquéis mujer: El resto de las Escrituras no enseñan que haya alguna impureza inherente en las relaciones sexuales. En esta situación, Dios quería que el pueblo demostrara su deseo de pureza vistiéndose con ropa limpia y reprimiendo los deseos, incluso los legítimos.

i. “”Los hombres deben presentarse ante Dios con la mejor preparación posible”. (Trapp)

B. La presencia de Dios en el monte.

1. (16-19) La terrible presencia de Dios en el Monte Sinaí.

Aconteció que al tercer día, cuando vino la mañana, vinieron truenos y relámpagos, y espesa nube sobre el monte, y sonido de bocina muy fuerte; y se estremeció todo el pueblo que estaba en el campamento. Y Moisés sacó del campamento al pueblo para recibir a Dios; y se detuvieron al pie del monte. Todo el monte Sinaí humeaba, porque Jehová había descendido sobre él en fuego; y el humo subía como el humo de un horno, y todo el monte se estremecía en gran manera. El sonido de la bocina iba aumentando en extremo; Moisés hablaba, y Dios le respondía con voz tronante.

a. Truenos y relámpagos, y espesa nube: Estas señales de poder y gloria indicaban la presencia de Dios. Todo el entorno hablaba de la presencia de Dios en un sentido aterrador

b. Y sonido de bocina muy fuerte: Lo que Israel vio y sintió en el trueno, el relámpago, la nube, el humo y el terremoto fue terrible; pero cada uno de ellos es un fenómeno natural (aunque aterrador). Sin embargo, el sonido de bocina no salió del campamento, sino del mismo cielo. No es de asombrarse que se estremeció todo el pueblo que estaba en el campamento.

c. Y Moisés sacó del campamento al pueblo para recibir a Dios: Al sonido de la bocina, Moisés dirigió al pueblo al límite de la barrera, al pie del Monte Sinaí, donde pudieron ver, oler, oír y virtualmente probar el fuego que cubría toda la montaña, y también sintieron que la tierra temblaba bajo sus pies cuando todo el monte se estremecía en gran manera.

d. El sonido de la bocina iba aumentando en extremo: En medio de todo esto, el sonido de la bocina iba aumentando en extremo, hasta que Moisés hablaba con Dios, y Dios le respondía con voz tronante. Israel, colectivamente, oyó a Jehová Dios hablar desde el Monte Sinaí de una manera audible con voz tronante.

2. (20) Moisés sube al Monte Sinaí hacia la inmediata presencia de Dios.

Y descendió Jehová sobre el monte Sinaí, sobre la cumbre del monte; y llamó Jehová a Moisés a la cumbre del monte, y Moisés subió.

a. Y descendió Jehová sobre el monte Sinaí, sobre la cumbre del monte: Dios vino en una presencia especial al Monte Sinaí, listo para encontrarse con Moisés como un representante de toda la nación de Israel.

b. Y Moisés subió: Dios descendió, y Moisés subió. Mientras el pueblo temblaba de terror al pie del monte, Moisés necesitó valentía para subir a la cima para encontrarse con Dios. Moisés necesitó valentía para subir en medio de todos los truenos, relámpagos, terremotos, fuego y humo.

i. Sin embargo, Moisés conocía a Dios no solo en términos de este asombroso poder, sino también en términos de Su misericordiosa bondad.

3. (21-25) Dios le dice a Moisés que vuelva a bajar y advierta al pueblo de nuevo acerca de respetar la santidad de Su presencia en el Sinaí.

Y Jehová dijo a Moisés: Desciende, ordena al pueblo que no traspase los límites para ver a Jehová, porque caerá multitud de ellos. Y también que se santifiquen los sacerdotes que se acercan a Jehová, para que Jehová no haga en ellos estrago. Moisés dijo a Jehová: El pueblo no podrá subir al monte Sinaí, porque tú nos has mandado diciendo: Señala límites al monte, y santifícalo. Y Jehová le dijo: Ve, desciende, y subirás tú, y Aarón contigo; mas los sacerdotes y el pueblo no traspasen el límite para subir a Jehová, no sea que haga en ellos estrago. Entonces Moisés descendió y se lo dijo al pueblo.

a. Desciende, ordena al pueblo: Aquellos que por rebelión, curiosidad, o por simple osadía se tomaran la libertad de subir al monte morirían. La gloria y la grandeza de Dios no debían ser un asunto sujetas a investigación científica ni como una forma de probar la propia hombría.

b. El pueblo no podrá subir al monte Sinaí: El hecho de que Dios llamara a Moisés y Aarón a subir no significaba que había una invitación abierta para que toda la nación se reuniera con Dios en el monte Sinaí.

c. Mas los sacerdotes y el pueblo no traspasen el límite para subir a Jehová: Toda la idea del monte Sinaí era la exclusión. Éxodo 19 describe la admiración y temor que cada Israelita debió sentir en el Monte Sinaí. Es fácil pensar que esto les inspiró a un estilo de vida de santidad.

i. Hoy en día, muchos sienten que se necesitan más truenos, fuego y temblores del monte Sinaí para las personas como una forma de mantenerlas alejadas del pecado. Sin embargo, dentro de cuarenta días, toda la nación tendría una orgía alrededor de un becerro de oro, alabándolo como el dios que los sacó de Egipto.

ii. “El asombro es una cosa, la sumisión de la voluntad es otra” (Chadwick). Israel tenía mucha admiración, pero poca sumisión de su voluntad.

iii. Hebreos 12:18-24 dice claramente que bajo el Nuevo Pacto llegamos a un monte diferente, que nuestra salvación y relación con Dios se centra en el Monte Sión, no en el Monte Sinaí.

· Sinaí habla de temor y terror, pero Sion habla de amor y perdón.

· Sinaí está en un desierto seco, pero Sion es la ciudad del Dios Viviente.

· Sinaí, con todos sus temores y poder, es terrenal; pero el Monte de Sion al que vamos es celestial y espiritual.

· En el Sinaí sólo Moisés podía ir y encontrarse con Dios; en Sion hay una innumerable compañía, una asamblea general.

· Sinaí tenía a hombre culpables con temor, pero Sion solo tiene hombre justos perfeccionados.

· En el Sinaí Moisés es el mediador, pero en Sion Jesús el mediador.

· El Sinaí presentó un Antiguo Pacto, ratificado por la sangre de animales; Sion tiene un Nuevo Pacto, ratificado por la sangre del precioso Hijo de Dios.

· Sinaí se trataba de barreras y exclusión; Sion tiene que ver con la invitación.

· Sinaí se trata de la Ley, Sion se trata de la gracia.

iv. Por lo tanto, no deberíamos venir a Sion como si fuéramos al Sinaí. Debemos dejar de lado nuestras dudas y ser valientes para acercarnos a Dios. Aun así, tenemos mucho que aprender sobre el Monte Sinaí. Aprendemos de los santos requisitos de Dios y de lo que tenemos que hacer antes de poder acudir a Él. De manera similar a las del Monte Sinaí, hay cosas que debemos hacer para encontrarnos con Dios.

· Debemos recibir la palabra de Dios.

· Debemos de santificarnos.

· Debemos de ser purificados.

· Solo podemos venir después del tercer día.

· Debemos de respetar los límites de Dios.

· Debemos de refrenar la carne.

· Debemos saber que venimos ante un Dios santo.

v. “Lector, ¿estás todavía bajo la influencia y el poder condenatorio de esa ley de fuego que procedió de su mano derecha? ¿Aún estás lejos? Recuerda, solo puedes acercarte con la sangre rociada; y hasta que seas justificado por su sangre, estás bajo maldición. Considera la terrible majestad de Dios. Si tienes su favor, tienes vida; si su ceño fruncido, la muerte. Reconcíliate instantáneamente con Dios, porque aunque has pecado profundamente, él es justo, sin embargo, él es el que justifica al que cree en Cristo Jesús. Cree en él, recibe su salvación; ciertamente OBEDECE su voz, y GUARDA su pacto, y ENTONCES serás rey y sacerdote para Dios y el Cordero, y finalmente serás salvo con todo el poder de una vida eterna. Amén.” (Clarke)

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