Éxodo 20 – Los Diez Mandamientos
A. Cuatro mandamientos con respecto a nuestra conducta ante Dios.
1. (1) Prefacio a los Diez Mandamientos.
Y habló Dios todas estas palabras, diciendo:
a. Y habló Dios: Es apropiado creer que habló Dios estas palabras a Israel como un todo, mientras ellos se reunían al pie del Monte Sinaí. Allí Dios le contestó [a Moisés] por medio de su voz (Éxodo 19:19), mientras Moisés estaba entre el pueblo al pie del monte Sinaí.
i. “Después de todo, estos mandamientos estaban dirigidos al israelita común, no a la élite religiosa de la época: se expresan en términos fuertes y simples, comprensibles para todos, y tratan las tentaciones del hombre común, no del teólogo”. (Cole)
ii. Después de esto el pueblo pidió a Dios que no les hablara directamente sino que Moisés fuera su mensajero. (Éxodo 20:18-19). Después de esto, Moisés volvió a subir al monte para recibir más revelación de Dios para el pueblo (Éxodo 20:21).
iii. Al leer y pensar en estos mandamientos, se debe de recordar siempre que Israel escucho primeramente estos mandamientos de la voz de Dios desde el cielo de una manera audible. Esto creó la impresión más fuerte y autoritaria posible entre el pueblo.
b. Y habló Dios todas estas palabras: Las siguientes leyes no fueron inventadas en el Monte Sinaí. Algunos aspectos de la Ley mosaica muestran una nueva revelación, pero en su mayor parte simplemente establece de manera clara y definitiva la ley de Dios tal como fue escrita en el corazón del hombre desde la época de Adán.
i. “Está mal robar, asesinar o codiciar, no principalmente porque estos pecados estén prohibidos por el Decálogo. Están prohibidos por el Decálogo, porque antes estaban prohibidos por la conciencia; y están prohibidos por la conciencia porque están prohibidos por la naturaleza de las cosas; y la naturaleza de las cosas es Dios”. (Meyer)
ii. “Se ha dicho bien que los mandamientos son la naturaleza de Dios expresada en términos de imperativos morales”. (Cole)
iii. En su libro La Abolición del Hombre, C.S. Lewis explica cómo ciertamente existe una moralidad universal entre los hombres. Dio ejemplos concretos de cómo todas las culturas del pasado pudieron ponerse de acuerdo sobre los fundamentos de la moralidad porque estos principios están implantados en el corazón y la mente de la humanidad.
iv. Todas las culturas han dicho que el asesinato es malo, y que la bondad es buena. Todas están de acuerdo en que todos tenemos obligaciones particulares hacia nuestra familia. Todas dicen que la honestidad es buena y que un hombre no puede tener cualquier mujer que él desee. Están de acuerdo en que robar es malo y que la justicia es buena. No hay culturas donde la cobardía sea buena y la valentía sea mala.
c. Habló Dios todas estas palabras: Este código moral basado en Dios distingue al Dios de Israel – el Dios de Abraham, Isaac y Jacob – de los dioses comúnmente adorados por mundo pagano en ese momento. A menudo eran tan inmorales o más inmorales que sus seguidores humanos.
i. El código moral basado en Dios también establecía que este pueblo, esta nación de Israel, le pertenecía a Dios y no a Moisés. Esta no era la ley de Moisés (aunque a veces nos referimos a ella como tal). Más bien, habló Dios todas estas palabras, y ni Moisés ni ningún otro hombre debía jamás de considerarse a sí mismo ni permitir que otros se consideraran a sí mismos como por encima de la ley. Dios estaba por encima de todo, y Su ley era y es la expresión de Su voluntad.
ii. El Código de Hammurabi es otro conocido conjunto de leyes y principios de este mismo período aproximado. Hay algunas similitudes entre los Diez Mandamientos/Ley de Moisés y el Código de Hammurabi, pero las diferencias son aún más profundas. Mientras que Hammurabi menciona a los dioses de Babilonia, el énfasis esta claramente en él como el rey y el dador de la ley (con autoridad divina por supuesto). El Código de Hammurabi empieza página tras página con lo maravilloso que es Hammurabi y cuánto ha logrado. Hammurabi está claramente por encima de su propia ley, ya que él es la encarnación de la ley. Pero no era así con Moisés; el énfasis es claro: habló Dios todas estas palabras, y ningún hombre esta por encima de la ley.
d. Habló Dios todas estas palabras: Necesitamos que Dios nos instruya y guíe moralmente. Aunque estos principios resuenan en la conciencia humana (tanto individual como colectivamente), ciertamente no son la única influencia sobre nuestro pensamiento y comportamiento. Necesitamos saber que hay un Dios en el cielo que espera cierto comportamiento moral y que obedecer o desobedecer estos mandamientos tiene consecuencias.
i. Los Diez Mandamientos (y toda la Ley de Moisés que le sigue) es el código moral basado en Dios. No solo dice que cierto comportamiento es imprudente o inútil; dice que Dios nos manda hacer o no hacer ciertas cosas, y dice o implica que:
· Dios ve nuestra obediencia o desobediencia.
· Dios mide nuestra obediencia o desobediencia.
· Dios, de alguna manera, recompensa nuestra obediencia y castiga nuestra desobediencia.
ii. Sin un código moral basado en Dios es difícil o imposible responder ala pregunta “¿Por qué?” en respuesta a cualquier demanda moral.
iii. La idea de un código moral basado en Dios parece hacerse menos y menos popular. Si bien la idea de un código moral sigue siendo fuerte, crece la tendencia de que el código moral debe basarse en el sentido interno de un individuo de lo correcto o incorrecto, bueno o malo, y no en un estándar establecido por Dios.
iv. Hay un persistente impulso de crear nuestro propio código moral, apartado de Dios o Su revelación. A fines de la década de 1980, el magnate de los medios Ted Turner sugirió reemplazar los Diez Mandamientos con sus propias “10 Iniciativas Voluntarias.” La lista del Sr. Turner destaca por no mencionar a Dios o la religión de ninguna manera. Estas fueron las iniciativas voluntarias del Sr. Turner:
1. Prometo tener amor y respeto por el planeta tierra y los seres vivos en él, especialmente por mis semejantes: la humanidad.
2. Prometo tratar a todas las personas en todas partes con dignidad, respeto y amabilidad.
3. Prometo tener no más de dos hijos, o no más de los que sugiere mi nación.
4. Prometo hacer mis mejores esfuerzos para salvar lo que queda de nuestro mundo natural en su estado intacto y restaurar las áreas dañadas o destruidas cuando sea posible.
5. Me comprometo a utilizar la menor cantidad posible de recursos no renovables.
6. Me comprometo a utilizar la menor cantidad posible de productos químicos tóxicos, pesticidas y otros venenos y trabajar para que otros los reduzcan.
7. Prometo contribuir a los menos afortunados que yo, para ayudarlos a ser autosuficientes y disfrutar de los beneficios de una vida decente, incluidos aire y agua limpios, alimentación y atención médica adecuadas, vivienda, educación y derechos individuales.
8.Rechazo el uso de la fuerza, en particular la fuerza militar, y apoyo el arbitraje de las Naciones Unidas sobre controversias internacionales.
9. Apoyo la eliminación total de todas las armas nucleares, químicas y biológicas de destrucción masiva.
10. Apoyo a las Naciones Unidas y sus esfuerzos por mejorar colectivamente las condiciones del planeta.
e. Habló Dios todas estas palabras: La biblia nos dice que la ley es santa, justa y buena (Romanos 7:12). Nos dice que todo don bueno y perfecto viene de Dios (Santiago 1:17). Estos mandamientos son buenos dones que llegaron a Israel y a la humanidad en el monte Sinaí. Los Diez Mandamientos son buenos porque:
· Éstos muestran la sabia dirección y gobierno de Dios.
· Responden a la necesidad de gobierno y guía moral de la humanidad.
· Nos muestran un camino para enseñarnos moralidad.
· Harían el mundo mucho mejor si se obedecieran.
· Son buenos para toda la humanidad; algunas Leyes de Moisés son específicas para Israel, pero los Diez Mandamientos son universales.
· Son buenos cuando son promovidos y tenidos por ideales, aún cuando no son obedecidos a la perfección.
i. “”Las ‘diez palabras’ son a la vez el principio y el corazón de la revelación mosaica”. (Cole)
f. Habló Dios todas estas palabras: Es importante que conozcamos, entendamos, recibamos y obedezcamos todos estos mandamientos desde una perspectiva enteramente bíblica, y también considerar lo que el resto del Libro de Éxodo y el Nuevo Testamento nos dicen acerca de la ley de Dios.
i. Los Diez Mandamientos nunca se dieron con la idea de que uno podría ganarse el cielo al obedecerlos a la perfección o adecuadamente. El pacto que Dios hizo con Israel en el Monte Sinaí era mucho más grande que la ley, aunque ese fue su primer aspecto y quizás el más dramático. Otro aspecto del pacto fue el sacrificio, que se dio porque tanto Dios como Israel sabían que era imposible para ellos guardar esta ley a la perfección, y debían depender del sacrificio de una víctima inocente como sustituto del infractor culpable. En este sentido, los Diez Mandamientos eran como un espejo que mostraba a Israel su necesidad de sacrificio.
ii. Estos Diez Mandamientos también se pueden resumir como lo hizo Jesús en Mateo 22:35-40: “Y uno de ellos, intérprete de la ley, preguntó por tentarle, diciendo: Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento en la ley? Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Éste es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas.” Esta simplificación no elimina a los Diez Mandamientos; los cumple, mostrándonos el corazón y el deseo de Dios por su pueblo. El problema es que tampoco hemos guardado los dos mandamientos, mucho menos los diez.
iii. Más importante aún, sabemos que Jesús mismo fue el único que guardó la ley a la perfección, ya sea en los diez o en los dos. Él nunca necesitó sacrificarse por su propio pecado, por lo que pudo ser el sacrificio perfecto por nuestro pecado. Maravillosamente, Su obediencia es acreditada a aquellos que ponen su amor y confianza en Él. Romanos 8:2-3 lo pone de esta manera: Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne; para que la justicia de la ley se cumpliese en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. Esta es la asombrosa promesa de Dios para los que se arrepienten y creen en Jesús.
iv. La ley es un ayo para nosotros (Gálatas 3:22-25). Antes de que el plan de salvación de Dios en Jesucristo fuera completamente evidente, éramos puestos bajo vigilancia por la ley – en el sentido de estar sujetos a la ley, pero también estamos bajo su custodia protectora. La ley, a través de su revelación del carácter de Dios y de exponer nuestro pecado, nos prepara para venir a Jesús – pero después de haber venido, ya no tenemos que vivir bajo nuestro tutor (aunque recordamos el comportamiento que nos ha enseñado).
v. Desde la perspectiva de toda la biblia, podemos decir que la ley de Dios tiene tres grandes propósitos y usos:
· Es una barandilla que mantiene a la humanidad en un camino moral.
· Es un espejo que nos muestra nuestro fracaso moral y la necesidad de un salvador.
· Es una guía que nos muestra el corazón y el deseo de Dios para su pueblo.
vi. “El gran mensaje de la fe cristiana es, por lo tanto, que estamos libres de la condenación de la Ley para que podamos cumplir con su obligación por el poder de [Jesús] dentro de nosotros”. (Redpath)
vii. “Por lo tanto, mi obediencia no es legal, sino inspirada por el amor y fortalecida por el Espíritu Santo de Dios. ¿Permite la gracia del Nuevo Testamento un estándar más bajo que la ley del Antiguo Testamento? El estándar bajo la gracia es más alto”. (Redpath)
viii. Los Diez Mandamientos a menudo se organizan en dos grupos. Los primeros cuatro se enfocan en nuestra conducta hacia Dios, y los siguientes seis en nuestra conducta hacia los demás.
2. (2-3) El primer mandamiento: No tendrás dioses ajenos delante de mí.
Yo soy Jehová tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre. No tendrás dioses ajenos delante de mí.
a. Yo soy Jehová tu Dios: En el mundo antiguo (incluyendo Egipto), los hombres adoraban a muchos dioses. Aquí Yahvé (Jehová), el Dios del pacto de Israel, se puso aparte de cualquiera de las otras supuestas deidades.
i. En estas primeras palabras, Dios le recordó y le enseñó a Israel hechos o principios esenciales acerca de quién es Él, acerca de Su naturaleza.
· Dios está por encima de la naturaleza; No es simplemente la personificación del fuego, el viento, el sol, el cielo o cualquier otra cosa creada.
· Dios es personal; No es una fuerza despersonalizada; Se relaciona y se comunica con el hombre de una manera comprensible. Dios tiene una mente, una voluntad, una voz, etc.
· Dios es bueno; Él había hecho bien a Israel y ahora les hace bien al darles estos mandamientos, cuya observancia no solo le agrada a Él, sino que realmente es lo mejor para la humanidad.
· Dios es santo; Él es diferente a los supuestos dioses de los paganos y, por lo tanto, también espera que Su pueblo sea diferente.
ii. Parece que la estructura de estos mandamientos y el pacto eran familiares en el mundo antiguo. “La mayoría de los eruditos señalan la similitud entre este prólogo histórico (seguido de sus estipulaciones, testigos y disposiciones para la sucesión) y las formas de los grandes tratados soberanos-vasallos del antiguo cercano oriente”. (Kaiser)
b. Que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre: Antes de que Dios le mandara algo a Israel, les recordó lo que había hecho por ellos. Este era un fundamento claro: debido a quién Dios es y lo que ha hecho por nosotros, tiene derecho a decirnos qué hacer – y nosotros tenemos la obligación de obedecerlo.
i. “Dios no promulgó un código de leyes para los hijos de Israel mientras estaban en cautiverio, diciéndoles que si lo obedecían, Él los libraría. Los sacó de la tierra de Egipto, de la casa de servidumbre, y luego les dio su ley”. (Morgan)
ii. “Las bendiciones de Dios son ligaduras; toda liberación es un vínculo con la obediencia”. (Trapp)
c. No tendrás dioses ajenos delante de mí: El primer mandamiento fluyó lógicamente del entendimiento de quién era Dios y de lo que había hecho por Israel. Debido a eso, nada debía de venir delante de Dios y Él debía ser el único Dios al que adoremos y sirvamos.
i. En los días del antiguo Israel había una gran tentación a adorar a los dioses del materialismo (como Baal, el dios del clima y del éxito financiero) y del sexo (como Astarot, la diosa del sexo, romance y fertilidad), o a cualquier otra de las deidades locales. Nosotros somos tentados a adorar los mismos dioses, pero sin los nombres e imágenes arcaicos.
ii. Se ha dicho (quizás primero por Juan Calvino) que la naturaleza humana es como una fábrica de ídolos que opera constantemente. Constantemente lidiamos con la tentación de poner todo tipo de cosas antes que a Dios o que compitan con Él y Su preeminente lugar en nuestra vida.
d. No tendrás dioses ajenos delante de mí: Esto no implica que esté permitido tener otros dioses, siempre y cuando se alineen detrás del Dios verdadero.En cambio, la idea es que en nuestra vida no debe haber otros dioses ante la vista del Dios verdadero. Según Cole, delante de mí es literalmente, En mi cara.
i. Esto significa que Dios exige ser más que agregado a nuestras vidas. No solo agregamos a Jesús a la vida que ya tenemos. Debemos darle a Él toda nuestra vida.
ii. El fracaso de obedecer este mandamiento se llama idolatría. Debemos de huir de la idolatría (1 Corintios 10:14). Las vidas marcadas por la idolatría habitual no heredarán el reino de Dios (1 Corintios 6:9-10, Efesios 5:5, Apocalipsis 21:8, 22:15). La idolatría es la obra de la carne (Gálatas 5:19-20), que define nuestra vida pasada en lugar de la nueva (1 Pedro 4:3), y no debemos asociarnos con aquellos que se llaman a sí mismos cristianos pero son idólatras (1 Corintios 5:11).
3. (4-6) El segundo mandamiento: No te harás imagen… No te inclinarás a ellas.
No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen, y hago misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos.
a. No te harás imagen: El segundo mandamiento prohibía no solo la idolatría con respecto a dioses falsos (superpuesto con el primer mandamiento), sino que también prohíbe hacer una imagen de cualquier cosa creada que podamos adorar (No te inclinarás a ellas, ni las honrarás).
i. Algunos toman este mandamiento como la prohibición de hacer cualquier representación de Dios, como con una pintura de Jesús o una imagen de una paloma para representar al Espíritu Santo, o cualquier otra representación. Sin embargo, otros enfatizan que la prohibición consiste en hacer una imagen que sería o que probablemente sería adorada (No te inclinarás a ellas, ni las honrarás).
ii. Hablando más tarde de la experiencia de Israel en el Sinaí, Moisés escribió: y habló Jehová con vosotros de en medio del fuego; oísteis la voz de sus palabras, mas a excepción de oír la voz, ninguna figura visteis. (Deuteronomio 4:12). Esto estableció el principio de que la adoración a Dios debía basarse en palabras y no en imágenes.
b. Ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra: En ese tiempo, así como en el nuestro, la adoración estaba estrechamente relacionada con imágenes – imágenes idealizadas, o incluso imágenes en la mente del hombre. Dios no nos permitirá que lo representemos con ningún tipo de imagen, ni que lo reemplacemos con ninguna imagen.
i. El segundo mandamiento no prohíbe hacer una imagen de algo con fines artísticos; Dios mismo ordenó a Israel que hiciera imágenes de querubines (Éxodo 25:18, 26:31). Este prohíbe la realización de imágenes como apoyo o ayuda para la adoración. “Si se permitió la fabricación de querubines, entonces la prohibición de ‘imágenes‘ se referirá únicamente a la fabricación de objetos de adoración”. (Cole)
ii. “Para apoyar su adoración a imágenes, la Iglesia Católica Romana ha dejado todo este segundo mandamiento fuera del decálogo, y así ha perdido un mandamiento completo de los diez; pero para mantener el número, han dividido el décimo en dos”. (Clarke)
iii. En Juan 4:24 Jesús explicó la razón fundamental detrás del segundo mandamiento: Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren.El uso de imágenes y otras cosas materiales como enfoque o ayuda para la adoración niega quién es Dios (Espíritu) y cómo debemos adorarlo (en espíritu y en verdad).
iv. Pablo nos recordó el peligro y la inutilidad de tratar de hacer a Dios a nuestra propia imagen: Profesando ser sabios, se hicieron necios, y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles(Romanos 1:22-23).
c. Porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso: Dios es celoso en el sentido de que Él no aceptará meramente ser añadido a la vida; Él insiste en ser supremo, y lo hace por amor.
i. “Los celos de Dios son amor en acción. Se niega a compartir el corazón humano con cualquier rival, no porque sea egoísta y nos quiera a todos para Él, sino porque sabe que de esa lealtad hacia Él depende nuestra vida moral … Dios no es celoso de de nosotros: es celoso por nosotros”. (Redpath)
ii. “La palabra ‘fervoroso’ podría ser una mejor traducción, ya que la palabra ‘celoso’ ha adquirido exclusivamente un mal significado”. (Cole)
d. Que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen: Esto no significa que Dios castiga a la gente directamente por los pecados de sus ancestros. Las palabras importantes son de los que me aborrecen. Si los descendientes aman a Dios, no recibirán la iniquidad de sus padres.
i. “Esto necesariamente implica – SI los hijos andan en los pasos de sus padres; porque ningún hombre puede ser condenado por la justicia divina por un crimen del que nunca fue culpable”. (Clarke)
ii. “Los hijos que repiten los pecados de sus padres lo demuestran al odiar personalmente a Dios; por eso también ellos son castigados como sus padres”. (Kaiser)
iii. Sin embargo, el enfoque aquí está en la idolatría, y esto se refiere al juicio a escala nacional: las naciones que abandonan al Señor serán juzgadas y ese juicio tendrá efectos a lo largo de generaciones.
d. Y hago misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos: Es posible que todos reciban la misericordia de Dios; si tan sólo se vuelven a Él en amor y obediencia.
4. (7) El tercer mandamiento: No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano.
No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano; porque no dará por inocente Jehová al que tomare su nombre en vano.
a. No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano: Hay al menos tres maneras en las que este mandamiento es comúnmente desobedecido.
· Profanación: Usar el nombre de Dios en blasfemia y maldición.
· Frivolidad: Usar el nombre de Dios de una manera superficial, de una manera estúpida.
· Hipocresía: Clamar el nombre de Dios pero actuar de una manera que lo deshonra
i. Jesús comunicó la idea de este mandamiento en la oración del discípulo, cuando nos enseño a tener en cuenta la santidad del nombre de Dios (Santificado sea tu nombre, Mateo 6:9).
b. Porque no dará por inocente Jehová al que tomare su nombre en vano: La fuerza de este mandamiento ha llevado a tradiciones extrañas entre el pueblo judío. Algunos toman medidas extremas para evitar violar este mandamiento, negándose incluso a escribir la palabra Dios, por temor a que se destruya el papel y se escriba en en vano el nombre de Dios.
5. (8-11) El cuarto mandamiento: Acuérdate del día de reposo.
Acuérdate del día de reposo para santificarlo. Seis días trabajarás, y harás toda tu obra; mas el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios; no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas. Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el día de reposo y lo santificó.
a. Acuérdate del día de reposo para santificarlo: El mandamiento es el de respetar el día de reposo (Sábado) como un día de descanso (no hagas en él obra alguna). Este reposo era para todo Israel – para el hijo y el siervo y el extranjero – aún para las bestias.
i. Este es un principio importante que podría pasarse por alto con demasiada facilidad. Aquí Dios declaró la humanidad y la dignidad esenciales de las mujeres, los esclavos y los extranjeros, y dijo que tenían el mismo derecho a un día de descanso como cualquier hombre libre israelita. Este sin duda era un concepto radical en el mundo antiguo.
ii. “En Suecia, la gente más baja siempre quebranta el día de reposo, diciendo que solo los caballeros observan ese día”. (Trapp)
b. Para santificarlo: Dios lo ordenó a Israel – y a toda la humanidad – para asegurarse de que hubiera un tiempo sagrado en sus vidas, un tiempo apartado para descansar.
i. En sus tradiciones, el pueblo judío llegó a cuantificar cuidadosamente lo que pensaban que se podía y no se podía hacer en el día de reposo para santificarlo. Por ejemplo, en Lucas 6:1-2, en la mente de los líderes judíos, los discípulos eran culpables de cuatro violaciones del día de reposo cada vez que tomaban un bocado de grano en el campo, porque cosechaban, trillaban, separaban y preparaban comida.
ii. Los antiguos rabinos enseñaban que en el día de reposo un hombre no podía cargar algo en su mano derecha o en su mano izquierda, sobre su pecho o sobre su hombro. Pero sí podía cargar algo con la parte de atrás de su mano, su pie, su codo, o en su oreja, su cabello, o en su zapato o sandalia o en el borde de su vestidura. En el día de reposo se prohibía a los israelitas hacer nudos – pero sí se permitía a la mujer hacer nudos en su cinturón. Así que, si una cubeta de agua debía ser sacada del pozo, un israelita no podía atar una cuerda a la cubeta, pero una mujer podía atar su cinturón en la cubeta y así sacarla del pozo.
iii. En los hogares judíos practicantes de la actualidad, uno no puede encender una luz, una estufa o un interruptor en el día de reposo. Está prohibido conducir una cierta distancia o hacer una llamada telefónica – todo regulado cuidadosamente por las tradiciones que buscan observar la ley con exactitud.
c. Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra: Dios estableció el patrón del día de reposo al inicio de la creación. Cuando descansó de Su obra en el séptimo día, Dios hizo del séptimo día un día de reposo de todas nuestras obras (Génesis 2:3). Es como si Dios dijera, Tener mucho por hacer no es una excusa para no tomar el reposo que necesitas – yo creé el universo y encontré tiempo para descansar de Mi trabajo.
i. Cuando Dios les dijo que se acordaran del día de reposo, Él les dijo que acordaran de descansar. “El término ‘Sabbat’ se deriva del verbo hebreo ‘descansar o cesar de trabajar’” (Kaiser). El propósito más importante del día de reposo era servir como una imagen preliminar del descanso que tenemos en Jesús.
ii. Como todo en la biblia, entendemos esto con la perspectiva de toda la biblia, no con este solo pasaje. Con este entendimiento, vemos que hay un sentido real en el que Jesús cumplió el propósito y el plan del día de reposo para nosotros y en nosotros (Hebreos 4:9-11) – Él es nuestro reposo, cuando recordamos Su obra completada, nos acordamos del día de reposo, recordamos el reposo.
iii. Por lo tanto, la Escritura entera deja en claro que en el Nuevo Pacto nadie esta obligado a guardar el día de reposo (Colosenses 2:16-17 y Gálatas 4:9-11). Gálatas 4:10 nos dice que los cristianos no están obligados a observar ni días ni meses ni años ni temporadas. El reposo al que entramos como cristianos es algo que se experimenta cada día, no solamente un día a la semana – el reposo de saber que no tenemos que trabajar para salvarnos, sino que nuestra salvación está completa en Jesús (Hebreos 4:9-10).
iv. El día de reposo mandado aquí y observado por Israel era una sombra de las cosas por venir, pero el cuerpo es de Cristo (Colosenses 2:16-17). En el Nuevo Pacto la idea no es que no hay día de reposo, sino que cada día es un día de reposo en la obra consumada de Dios. Dado que la sombra del día de reposo se cumple en Jesús, somos libres de guardar cualquier día en particular – o ningún día – como día de reposo según la costumbre del antiguo Israel.
v. Sin embargo, no nos atrevamos a ignorar la importancia de un día de descanso – Dios nos creó para que necesitáramos uno. Como un carro que necesita mantenimiento regular, nosotros necesitamos un reposo regular – o nos desgastaremos. Algunas personas son como coches de alto kilometraje que no han recibido un buen mantenimiento, y se nota.
vi. Algunos Cristianos son muy dogmáticos en cuanto a guardar el sábado como el día de reposo en lugar del Domingo. Pero debido a que somos libres de considerar todos los días como dados por Dios, no hay diferencia. Pero de alguna manera, el domingo es más apropiado; siendo el día en que Jesús resucitó de entre los muertos (Marcos 16:9), y se encontró primero con Sus discípulos (Juan 20:19), y un día en que los cristianos se reunieron para tener compañerismo (Hechos 20:7 y 1 Corintios 16:2). Bajo la Ley, el hombre trabajaba por el reposo de Dios; pero después de la obra terminada de Jesús en la cruz, el creyente entra al reposo, y de ese reposo sale hacia la obra.
vii. Pero también se nos ordena trabajar seis días. “El que pierde su tiempo en los seis días es igualmente culpable a los ojos de Dios que el que trabaja en el séptimo” (Clarke). Muchos cristianos deberían de dar más de su “tiempo de esparcimiento” para la obra del Señor. Cada cristiano debería de tener una manera deliberada de servir a Dios para extender el Reino de Jesucristo.
B. Seis mandamientos sobre nuestra conducta ante Dios y el hombre.
1. (12) El quinto mandamiento: Honra a tu padre y a tu madre.
Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da
a. Honra a tu padre y a tu madre: Este mandamiento es sabio y bueno, porque la honra de los padres es un pilar esencial para la estabilidad y la salud de toda la sociedad. Si las generaciones más jóvenes están constantemente en guerra con las generaciones mayores, los cimientos de la sociedad serán destruidos.
i. Honrar a los padres incluye valorarlos, cuidarlos y mostrarles respeto o reverencia. El mandamiento es dado a los hijos, pero no solamente mientras son niños. “Esta no es una doctrina popular en nuestro mundo moderno, donde se adora a la juventud y se teme o desprecia la vejez. El resultado es la locura por la cual hombres o mujeres se esfuerzan por permanecer eternamente jóvenes, solo para encontrarlo como una tarea imposible”. (Cole)
ii. Jesús usó la forma en que los fariseos interpretaron este mandamiento como un ejemplo de cómo uno podría guardar la ley con una interpretación limitada pero violar el espíritu del mandamiento (Mateo 15:3-6).
b. Para que tus días se alarguen: En Efesios 6:2 Pablo repitió este mandamiento, enfatizando la promesa declarada aquí, para que tus días se alarguen en la tierra. La rebelión es costosa y muchos han pagado personalmente un alto precio por su rebelión contra sus padres.
i. “Un buen hijo prolonga los días de su padre; así que Dios promete prolongar los suyos”. (Trapp)
2. (13) El sexto mandamiento: No matarás.
No matarás.
a. No matarás: En hebreo, como en español, hay una distinción entre asesinar y matar. Opuesto a matar, asesinar es quitar la vida sin justificación legal (ejecución después del debido proceso) ni justificación moral (matar en defensa propia).
i. “Solo se usan dos palabras en hebreo, tan contundente como sería la orden ‘no mates‘ en español”. (Cole)
ii. Kaiser sobre rasah: “El hebreo posee siete palabras para matar … Si alguna de las siete palabras pudiera significar ‘asesinato’, donde los factores de premeditación e intencionalidad están presentes, este es el verbo”. (Kaiser)
iii. Esta importante distinción explica cómo alguien puede defender con bastante coherencia el principio de la pena capital y la prohibición del asesinato. Cuando se lleva a cabo correctamente, la pena capital es matar con justificación legal.
b. No matarás: Jesús cuidadosamente explicó el corazón de este mandamiento. Él mostró que también nos prohibe que odiemos a alguien más (Mateo 5:21-26), porque podríamos desear la muerte de alguien en nuestros corazones, pero nunca tener el valor de cometer el hecho. Es posible que alguien no mate por falta de coraje o iniciativa, pero que su corazón esté lleno de odio.
3. (14) El séptimo mandamiento: No cometerás adulterio.
No cometerás adulterio.
a. No cometerás adulterio: Claramente, el acto en sí está condenado. Dios no permite ninguna justificación para las formas que muchas veces buscan para justificar las relaciones sexuales extramatrimoniales. No debe hacerse, y cuando se hace es pecado y daña.
i. “Que un hombre tuviera relaciones sexuales con la esposa de otro hombre se consideraba un pecado atroz tanto contra Dios como contra el hombre, mucho antes de la ley, en tiempos patriarcales (Génesis 39:9)”. (Cole)
ii. Debido a que hay diferentes castigos para el adulterio (Deuteronomio 22:22) y la seducción de una mujer virgen (Éxodo 22:16-17, Deuteronomio 22:23-29), el adulterio se distingue del sexo prematrimonial en el Antiguo Testamento. Ambas están mal, pero mal de(algunas veces)diferentes maneras.
iii. Hace algunos años había un cantante de la industria de la música cristiana llamado Michael English. Perdió su contrato de grabación y su matrimonio por adulterio con otra cantante cristiana. Después dijo sobre su adulterio y sus consecuencias: “Quizás Dios permitió que esto sucediera para hacerme ver que necesitaba algo de libertad”. ¡No!
b. No cometerás adulterio: El Nuevo Testamento claramente condena el adulterio: Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia,…(Gálatas 5:19). Se condena el acto, pero no solo el acto en sí.
i. Más que el acto en sí, Jesús explicó cuidadosamente el corazón de este mandamiento. Nos prohíbe mirar a una mujer para codiciarla, cuando cometemos adulterio en nuestro corazón o mente, pero no tenemos el valor o la oportunidad de realizar el acto (Mateo 5:27-30). No somos inocentes solo porque no tuvimos la oportunidad de pecar de la manera en que realmente queremos.
ii. “En cuanto a la palabra adulterio, adulterium, probablemente se ha derivado de las palabras ad alterius torum, al lecho de otro; porque es ir a la cama de otro hombre lo que constituye el acto y el crimen”. (Clarke)
4. (15) El octavo mandamiento: No hurtarás.
No hurtarás.
a. No hurtarás: Este mandamiento es otro importante fundamento para la sociedad humana, el cual establece el derecho de la propiedad privada. Dios claramente ha confiado ciertas posesiones a ciertos individuos, y no se les permite a otras personas o estados tomar esa propiedad sin el debido proceso legal.
b. No hurtarás: También podemos robarle a Dios. Por supuesto, esto exige que honremos a Dios con nuestros recursos económicos para que no seamos culpables de robarle (Malaquías 3: 8-10). Pero también le podemos robar a Dios al rehusarnos a entregarnos en obediencia y servicio, debido a que Él nos compró y le pertenecemos: sabiendo que fuisteis rescatados … no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo (1 Pedro 1:18-19)
i. 1 Corintios 6:20 da la misma idea: Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios.
c. No hurtarás: Efesios 4:28 nos da la solución para el hurto. El que hurtaba, no hurte más, sino trabaje, haciendo con sus manos lo que es bueno, para que tenga qué compartir con el que padece necesidad.
5. (16) El noveno mandamiento: No hablarás contra tu prójimo falso testimonio..
No hablarás contra tu prójimo falso testimonio.
a. No hablarás contra tu prójimo falso testimonio.: El sentido principal de este mandamiento tiene que ver con el proceso legal. Sin embargo, es común hablar en un tribunal informal, donde lo que decimos se toma en serio y la verdad o el error son importantes para nosotros y para los demás.
i. En un sentido extendido, podemos quebrantar el noveno mandamiento mediante la difamación, la murmuración, la creación de impresiones falsas, el silencio, el cuestionamiento de los motivos detrás de las acciones de alguien e incluso la adulación.
ii. “Calumnia… es una mentira inventada y difundida con la intención de hacer daño. Esa es la peor forma de lesión que una persona puede hacerle a otra. Comparado con quien hace esto, un gángster es un caballero, y un asesino es amable, porque acaba con la vida en un momento con un golpe y con poco dolor. Pero el hombre culpable de difamación arruina una reputación que tal vez nunca se recupere y causa un sufrimiento de por vida”. (Redpath)
iii. “Chismear…es repetir un informe sobre una persona sin una investigación cuidadosa. Muchas, muchas veces he sabido lo que es sufrir con eso. Repetir una historia que desacredita y deshonra a otra persona sin estar seguro de los hechos, es violar este mandamiento… Cuántas personas, especialmente cristianos, se deleitan con esto y se deleitan en hacer estragos contando historias sobre otros. Excusar la acción diciendo que creían que el informe era cierto, o que no había intención de difamar, no es una justificación”. (Redpath)
iv. Silencio inapropiado también podría quebrantar este mandamiento. “Cuando alguien profiere una falsedad sobre otro y está presente una tercera persona que sabe que esa afirmación es falsa pero, por motivos de miedo o desagrado, se queda callado, esa tercera persona es tan culpable de infringir esta ley como si él mismo hubiera dicho una mentira”. (Redpath)
v. “No toleres, no escuches; no levantes ni recibas reportes erróneos de otro; [no] inventes una mentira, ni la ames cuando sea hecha”. (Trapp)
b. No hablarás contra tu prójimo falso testimonio: El Nuevo Testamento lo expone de una manera sencilla. No mintáis los unos a los otros, habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos, (Colosenses 3:9). Las mentiras y las falsas representaciones pertenecen al viejo hombre, no a la nueva vida que tenemos en Jesús.
i. “Qué extraño es que hayamos llegado a pensar que la madurez cristiana se demuestra por la capacidad de decir lo que pensamos, mientras que en realidad se expresa controlando nuestras lenguas.” (Redpath)
ii. “¡Qué sorprendente revelación sería si se pudiera reproducir una cinta de todo lo que cada miembro de la iglesia ha dicho sobre sus hermanos en una semana!”. (Redpath)
iii. Satanás siempre estará allí para alentar una mentira (Juan 8:44; Hechos 5:3); y el mismo Jesús fue víctima de testigos falsos (Marcos 14:57); de alguna manera, podríamos decir que este fue el pecado que envió a Jesús a la cruz.
6. (17) El décimo mandamiento: No codiciarás.
No codiciarás la casa de tu prójimo, no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su criada, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo.
a. No codiciarás: Los primeros nueve mandamientos se centran más en las cosas que hacemos; el décimo trata directamente sobre el corazón y sus deseos.
i. Literalmente, la palabra codiciarás significa, ansiar algo. “La palabra hebrea hamad, ‘deseo’, es en sí misma una palabra neutral. Sólo cuando se desvía hacia lo que pertenece a otro, ese ‘deseo’ se vuelve incorrecto”. (Cole)
ii. La codicia trabaja de esta manera: la mente lo admira, la voluntad se acerca a él y el cuerpo entra para poseerlo. El hecho de que no hayas dado el paso final no significa que no estés en el proceso de la codicia en este momento.
b. La casa de tu prójimo…esposa…buey…asno: La codicia se puede expresar en todo tipo de cosas; es esa comezón de tener y poseer lo que otro tiene. Habla de una insatisfacción con lo que se tiene, y un celo hacia aquellos que tienen algo mejor.
i. Hebreos 13:5 lo dice bien: Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora; porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré;
ii. Este último mandamiento está estrechamente conectado con el primer mandamiento contra la idolatría: Porque sabéis esto, que ningún … avaro, que es idólatra, tiene herencia en el reino de Cristo y de Dios (Efesios 5:5).
iii. Jesús dio una advertencia especial acerca de la codicia, la cual explica el núcleo de la filosofía de un corazón codicioso: Y les dijo: Mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee (Lucas 12:15).
C. El gran temor de la nación a la presencia de Dios.
1. (18) El pueblo se pone de lejos.
Todo el pueblo observaba el estruendo y los relámpagos, y el sonido de la bocina, y el monte que humeaba; y viéndolo el pueblo, temblaron, y se pusieron de lejos.
a. Todo el pueblo observaba el estruendo y los relámpagos: Del monte Sinaí vinieron imágenes y sonidos asombrosos junto con la pronunciación de la ley. Todo el fenómeno en conjunto creó una escena abrumadora.
i. Relámpagos: “La palabra aquí es inusual y se puede traducir como ‘antorchas’, lo que significa ‘destellos’ o ‘bolas de fuego’. Esta es la misma palabra que se usa para el símbolo de la presencia de Dios que Abraham ve al hacer el pacto de Dios con él (Génesis 15)”. (Cole)
ii. El monte que humeaba: Deuteronomio 5:23 explica por qué el monte humeaba; dice que el monte ardía con fuego.
b. Temblaron, y se pusieron de lejos: El asombro de todo el fenómeno no hizo nada para acercar a la gente a Dios; solo los hizo quese pusieran de lejos.
2. (19) La petición del pueblo.
Y dijeron a Moisés: Habla tú con nosotros, y nosotros oiremos; pero no hable Dios con nosotros, para que no muramos.
a. Pero no hable Dios con nosotros: Uno podría pensar que a Israel le encantó la experiencia dramática en el Monte Sinaí, y especialmente el honor de escuchar la voz de Dios como una bocina del cielo. En cambio, debido al gran asombro y pavor que sentían, querían que Dios dejara de hablarles directamente.
i. Bíblicamente hablando, un encuentro cercano con Dios podría ser tan perturbador como reconfortante. Israel no podía ver, sentir y escuchar tanto de Dios y no estar certeramente conscientes de que Él es perfecto y santo y de que ellos no lo son.
ii. Esta es una reacción típica de aquellos que llegan a la presencia de Dios, tal como Isaías se sintió deshecho ante Dios (Isaías 6:1-5) y Juan, que cayó como hombre muerto ante el Señor (Apocalipsis 1:17).
iii. “Lo que Israel temía, Moisés codiciaba (Éxodo 33:18)”. (Cole)
b. Habla tú con nosotros, y nosotros oiremos: El pueblo prometió escuchar y (por implicación) obedecer la palabra de Dios que les llegó por medio de Moisés. Fracasaron en esta promesa, poco después y a largo plazo.
i. En las generaciones por venir, Israel interpretó la ley hacia abajo para que pudiera ser más fácil de obedecer, quitando el corazón e intención de la ley. Jesús expuso este hueco entendimiento de la ley en Su Sermón del Monte (Mateo 5:17-48). Y esto progresó hasta el punto en que Saulo de Tarso pudo decir desí mismo, en cuanto a celo, perseguidor de la iglesia; en cuanto a la justicia que es en la ley, irreprensible (Filipenses 3:6).
c. No hable Dios con nosotros, para que no muramos: Al apartarse del trato directo con Dios, Israel quería que Moisés fuera su mediador, temían la muerte si no tenían un mediador.
i. El deseo del hombre por un mediador – alguien que actúe como intermediario entre nosotros y Dios – solo es bueno si se cumple en Cristo Jesús, Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre (1 Timoteo 2:5).
3. (20) El propósito de este temor.
Y Moisés respondió al pueblo: No temáis; porque para probaros vino Dios, y para que su temor esté delante de vosotros, para que no pequéis.
a. No temáis; porque para probaros vino Dios: El pueblo de Israel quería separarse de la presencia manifiesta de Dios, pero Dios tenía la intención de probarlos para bien.
· La prueba les reveló a qué tipo de Dios servían: un Dios por encima de la naturaleza, personal, bueno y santo.
· La prueba les reveló cuáles eran las expectativas de Dios, que Dios es un Dios moral que espera un comportamiento moral de su pueblo.
· La prueba les reveló su propia debilidad y la necesidad de la gracia, la ayuda y el rescate de Dios.
b. Que su temor esté delante de vosotros: Esto se distingue de dos clases de temor. No temáis habla del miedo tormentoso que viene de la culpa y del peligro. Que su temor esté delante de vosotros habla de la actitud de honra y reverencia que conducen al respeto y la obediencia.
i. “No teman. Y a la vez teman”. (Trapp)
ii. Aunque es mejor obedecer a Dios por temor que desobedecerlo, la motivación fundamental de Dios para la obediencia es el amor. Esto está claro en 1 Juan 4:18-19: En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor. Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero
c. Para que no pequéis: Israel no aprendió bien esta lección. Después de aproximadamente 40 días, ellos bailarían alrededor de un becerro de oro de una manera idólatra e inmoral. (Éxodo 32).
4. (21) Moisés se acerca.
Entonces el pueblo estuvo a lo lejos, y Moisés se acercó a la oscuridad en la cual estaba Dios.
a. Entonces el pueblo estuvo a lo lejos, y Moisés se acercó: Israel temía a la poderosa presencia de Dios, pero Moisés la anhelaba. Más tarde, Moisés mostraría este deseo de manera más directa y elocuente (Éxodo 33).
i. Moisés tenía una relación con Dios que el hombre común de Israel no tenía. A través de las circunstancias de su vida y la revelación directa de Dios, Moisés fue consciente tanto del santo poder de Dios como de Su gloriosa gracia.
b. Moisés se acercó a la oscuridad en la cual estaba Dios: No era que Moisés fuera un santo intachable. Moisés era un asesino que había sido perdonado y restaurado por Dios. Moisés sabía lo que era conectar con Dios bajo la base de la gracia, y no de lo que uno se merece.
E. Leyes en cuanto a la adoración y los altares.
1. (22-23) La pureza de la adoración.
Y Jehová dijo a Moisés: Así dirás a los hijos de Israel: Vosotros habéis visto que he hablado desde el cielo con vosotros. No hagáis conmigo dioses de plata, ni dioses de oro os haréis.
a. Vosotros habéis visto que he hablado desde el cielo con vosotros: Esto deja perfectamente claro que Dios hablo los Diez Mandamientos a Israel desde el cielo. Esto sucedió en el Monte Sinaí, pero Dios habló desde el cielo.
b. No hagáis conmigo dioses de plata, ni dioses de oro os haréis: Ya que Dios no se reveló a Si mismo en ninguna forma o imagen, ellos no debían de hacer ningún otro dios de plata u oro para estar junto (conmigo) a Dios.
2. (24-26) Instrucciones para los altares y el sacrificio.
Altar de tierra harás para mí, y sacrificarás sobre él tus holocaustos y tus ofrendas de paz, tus ovejas y tus vacas; en todo lugar donde yo hiciere que esté la memoria de mi nombre, vendré a ti y te bendeciré. Y si me hicieres altar de piedras, no las labres de cantería; porque si alzares herramienta sobre él, lo profanarás. No subirás por gradas a mi altar, para que tu desnudez no se descubra junto a él.
a. Altar de tierra harás para mí: Cuando Dios comenzó esta sección ampliada de Su ley para Israel, la primera ley mencionada tenía que ver con el sacrificio y la expiación. Esto era con la expectativa de que Israel violaría las leyes que Dios les dio, y necesitaría expiar su pecado mediante el sacrificio, todo con miras al sacrificio máximo que Dios finalmente proporcionaría.
i. Nuestra palabra altar viene del latín altus, que significa alto o elevado – porque los altares eran alzados para darles preeminencia y dignidad. Sin embargo, la palabra hebrea para altar (mizbach) tiene el sentido de un lugar de sacrificio o muerte, proveniente de la palabra hebrea matar.
ii. Altar de tierra: “En oposición a los costosos santuarios y servicios de esas deidades de muladar” (Trapp). Dios no necesitaba de ornatos o de altares elaborados; un altar de tierra era suficiente. Para el altar definitivo de Dios, unas pocas vigas de madera fueron suficientes.
b. Sacrificarás sobre él tus holocaustos y tus ofrendas de paz: La distinción entre holocaustos y ofrendas de paz se dio más adelante con mayor detalle. Sin embargo, la mera mención de ellos al comienzo de la promulgación de la ley, indica que el hombre no puede guardar la ley y debe tener sacrificios para lidiar con esta incapacidad.
c. Vendré a ti y te bendeciré: Esta maravillosa promesa fue dada en el contexto de sacrificio y expiación. Incluso en la Ley de Moisés, Dios a menudo hizo la conexión entre la confianza en el sacrificio expiatorio y la presencia y bendición de Dios.
i. Aunque había bendición en guardar la ley, en última instancia, solo somos bendecidos por la ley si guardamos toda la ley; por lo tanto, buscamos y encontramos la bendición de Dios sobre la base de Su sacrificio expiatorio.
d. No las labres de cantería: Si un altar era hecho de piedra, era posible que llamara la atención, y se le diera la gloria al que haya labrado la piedra. Dios, en Su altar, no quería compartir la gloria con ningún hombre; la belleza y el atractivo se encontrarían solo en la provisión de Dios, no en ninguna exhibición carnal.
i. Porque si alzares herramienta sobre él, lo profanarás: “No lo pulas Lo mismo ocurre con la predicación (1 Corintios 2: 4-5). Algunos lo estropean todo por exagerar”. (Trapp)
e. No subirás por gradas: Dios no quería ninguna exhibición de carne humana en Su lugar de sacrificio. Las gradas podían hacer que la pierna de un sacerdote estuviera a la vista. Dios no quiere ver nuestra carne en la adoración.
i.Lo que Dios quiere de nosotros en la adoración se ve en la declaración de Jesús en Juan 4:24: Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren. Dios quiere la adoración que está caracterizada por el Espíritu (opuesto a la carne) y la verdad (opuesto a la decepción o sentimentalismo).
ii. “Después, cuando se permitió construir gradas a los altares (Levíticos 9:22; Ezequiel 43:13-17), se les instruyó a los sacerdotes que utilizaran calzoncillos de lino (Éxodo 28:40-42; Ezequiel 44:18)”. (Kaiser)
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