Éxodo 36




Éxodo 36 – La edificación de la Tienda de Reunión

A. El pueblo trae una ofrenda.

1. (2-3) Se pide una ofrenda.

Y Moisés llamó a Bezaleel y a Aholiab y a todo varón sabio de corazón, en cuyo corazón había puesto Jehová sabiduría, todo hombre a quien su corazón le movió a venir a la obra para trabajar en ella. Y tomaron de delante de Moisés toda la ofrenda que los hijos de Israel habían traído para la obra del servicio del santuario, a fin de hacerla. Y ellos seguían trayéndole ofrenda voluntaria cada mañana.

a. A venir a la obra para trabajar en ella: La planeación y la preparación habían terminado. Era tiempo de empezar a trabajar en ella y construir el tabernáculo y su mobiliario.

i. Todo hombre a quien su corazón le movió: Literalmente, cuyo corazón fue conmovido cuyos afectos estaban puestos en la obra, comprometidos cordialmente en el servicio de Dios”. (Clarke)

b. Y ellos seguían trayéndole ofrenda voluntaria cada mañana. Una vez más, incluso los corazones dispuestos necesitan que se les diga que ahora es el tiempo para dar. Moisés les hizo saber y el pueblo comenzó a llevar su ofrenda al Señor.

2. (4-7) El pueblo trae más que suficiente.

Tanto, que vinieron todos los maestros que hacían toda la obra del santuario, cada uno de la obra que hacía, y hablaron a Moisés, diciendo: El pueblo trae mucho más de lo que se necesita para la obra que Jehová ha mandado que se haga. Entonces Moisés mandó pregonar por el campamento, diciendo: Ningún hombre ni mujer haga más para la ofrenda del santuario. Así se le impidió al pueblo ofrecer más; pues tenían material abundante para hacer toda la obra, y sobraba.

a. El pueblo trae mucho más de lo que se necesita: Esto muestra cuán bendecido puede ser el dar cuando se está libre de manipulaciones y trucos humanos. Los corazones dispuestos siempre darán lo suficiente a medida que Dios bendice la obra – en realidad, se le impidió al pueblo ofrecer más.

i. “Cuando el corazón se conmueve verdaderamente y el espíritu se muestra dispuesto, el dar es despojado de toda mezquindad; de hecho, deja de ser calculador. Nada es demasiado preciado para ser dado, ninguna cantidad es demasiado grande”. (Morgan)

ii. “Compare la historia de la unción en Betania (Mateo 26: 7) y la generosidad de la iglesia de Filipos (Filipenses 4:14-19)”. (Cole)

iii. Esto también muestra que Moisés y los planificadores de la obra supieron cuánto era suficiente. Su trabajo se organizó y planificó de tal manera que entendían lo que necesitaban y cuándo tuvieron más que suficiente. Cuando se le pide al pueblo de Dios que dé algo, deben esperar que esté bien organizado, planificado y administrado.

b. Así se le impidió al pueblo ofrecer más; pues tenían material abundante: Moisés mostró una gran integridad al no reunir más de lo necesario para el proyecto. Dios le dijo que tomara una ofrenda para la construcción de un tabernáculo, y cuando el tabernáculo recibió lo suficiente, la ofrenda llegó a su fin. El propósito no era acumular recursos infinitos, sino poner esos recursos en acción de manera adecuada.

i. Y sobraba: Esto sigue el patrón de Dios cuando nos da. Dios nos da mucho más de lo que necesitamos, y nuestro dar es simplemente una respuesta a la suya.

ii. “Debe haber sido una decepción y una frustración para los que habían retrasado sus regalos porque no podían soportar deshacerse de sus tesoros, y que ahora descubrían que Dios ya no los necesitaba. Su obra estaba terminada, pero se habían excluido de cualquier participación en ella: Dios líbranos de tal frustración”. (Cole)

B. La construcción y montaje de las cortinas, tablas, columnas y velos del Tabernáculo.

1. (8-13) Las cortinas de un diseño artístico de querubines (de acuerdo con el mandato y descripción de Éxodo 26:1-6).

Todos los sabios de corazón de entre los que hacían la obra, hicieron el tabernáculo de diez cortinas de lino torcido, azul, púrpura y carmesí; las hicieron con querubines de obra primorosa. La longitud de una cortina era de veintiocho codos, y la anchura de cuatro codos; todas las cortinas eran de igual medida. Cinco de las cortinas las unió entre sí, y asimismo unió las otras cinco cortinas entre sí. E hizo lazadas de azul en la orilla de la cortina que estaba al extremo de la primera serie; e hizo lo mismo en la orilla de la cortina final de la segunda serie. Cincuenta lazadas hizo en la primera cortina, y otras cincuenta en la orilla de la cortina de la segunda serie; las lazadas de la una correspondían a las de la otra. Hizo también cincuenta corchetes de oro, con los cuales enlazó las cortinas una con otra, y así quedó formado un tabernáculo.

2. (14-18) las cortinas de pelo de cabra (según el mandato y la descripción de Éxodo 26:7-13).

Hizo asimismo cortinas de pelo de cabra para una tienda sobre el tabernáculo; once cortinas hizo. La longitud de una cortina era de treinta codos, y la anchura de cuatro codos; las once cortinas tenían una misma medida. Y unió cinco de las cortinas aparte, y las otras seis cortinas aparte. Hizo además cincuenta lazadas en la orilla de la cortina que estaba al extremo de la primera serie, y otras cincuenta lazadas en la orilla de la cortina final de la segunda serie. Hizo también cincuenta corchetes de bronce para enlazar la tienda, de modo que fuese una

3. (19) Las cortinas de piel de carnero teñidas de rojo y las pieles de tejones (de acuerdo con el mandato y descripción de Éxodo 26:14).

E hizo para la tienda una cubierta de pieles de carneros teñidas de rojo, y otra cubierta de pieles de tejones encima.

4. (20-34) Las tablas y las varas que conectaban el marco y las paredes del tabernáculo (de acuerdo con el mandato y descripción de Éxodo 26:15-30).

Además hizo para el tabernáculo las tablas de madera de acacia, derechas. La longitud de cada tabla era de diez codos, y de codo y medio la anchura. Cada tabla tenía dos espigas, para unirlas una con otra; así hizo todas las tablas del tabernáculo. Hizo, pues, las tablas para el tabernáculo; veinte tablas al lado del sur, al mediodía. Hizo también cuarenta basas de plata debajo de las veinte tablas: dos basas debajo de una tabla, para sus dos espigas, y dos basas debajo de otra tabla para sus dos espigas. Y para el otro lado del tabernáculo, al lado norte, hizo otras veinte tablas, con sus cuarenta basas de plata; dos basas debajo de una tabla, y dos basas debajo de otra tabla. Y para el lado occidental del tabernáculo hizo seis tablas. Para las esquinas del tabernáculo en los dos lados hizo dos tablas, las cuales se unían desde abajo, y por arriba se ajustaban con un gozne; así hizo a la una y a la otra en las dos esquinas. Eran, pues, ocho tablas, y sus basas de plata dieciséis; dos basas debajo de cada tabla. Hizo también las barras de madera de acacia; cinco para las tablas de un lado del tabernáculo, cinco barras para las tablas del otro lado del tabernáculo, y cinco barras para las tablas del lado posterior del tabernáculo hacia el occidente. E hizo que la barra de en medio pasase por en medio de las tablas de un extremo al otro. Y cubrió de oro las tablas, e hizo de oro los anillos de ellas, por donde pasasen las barras; cubrió también de oro las barras.

5. (35-38) El velo con sus cuatro pilares, y la cortina con sus cinco pilares (de acuerdo con el mandato y descripción de Éxodo 26:31-33, 36-37).

Hizo asimismo el velo de azul, púrpura, carmesí y lino torcido; lo hizo con querubines de obra primorosa. Y para él hizo cuatro columnas de madera de acacia, y las cubrió de oro, y sus capiteles eran de oro; y fundió para ellas cuatro basas de plata. Hizo también el velo para la puerta del tabernáculo, de azul, púrpura, carmesí y lino torcido, obra de recamador; y sus cinco columnas con sus capiteles; y cubrió de oro los capiteles y las molduras, e hizo de bronce sus cinco basas.

©2021 The Enduring Word Comentario bíblico en español de David Guzik – ewm@enduringword.com

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