Ezequiel 3 – El mensajero y el vigilante
A. Ezequiel recibe el llamado.
1. (1-3) Ezequiel come el rollo.
Me dijo: Hijo de hombre, come lo que hallas; come este rollo, y ve y habla a la casa de Israel. Y abrí mi boca, y me hizo comer aquel rollo. Y me dijo: Hijo de hombre, alimenta tu vientre, y llena tus entrañas de este rollo que yo te doy. Y lo comí, y fue en mi boca dulce como miel.
a. Hijo de hombre, come lo que hallas: Ezequiel 2 termina con Dios dándole a Ezequiel un rollo lleno de escritura por ambos lados. Anteriormente en el capítulo 2 se le dijo al profeta que debía comer el rollo (Ezequiel 2:8). Ahora, con el pergamino frente a él, se repite el mandato.
i. “Corresponde especialmente a los que tienen que salir y hablar, abrir la boca y comer el rollo. No hay mayor error que suponer que, debido a que constantemente estamos manejando la Palabra de Dios con el propósito de enseñar y exhortar a otros, por lo tanto, nos estamos alimentando de ella para nosotros mismos. Es posible adquirir un conocimiento intelectual de la verdad, mientras que el corazón no se ve afectado en absoluto”. (Meyer)
b. Y ve y habla a la casa de Israel: Comer el rollo no era solo una experiencia espiritual para Ezequiel. Representaba una verdad espiritual: Ezequiel debe recibir, interiorizar y digerir la palabra de Dios antes de poder ser un mensajero de esa palabra a la casa de Israel.
c. Y abrí mi boca, y me hizo comer aquel rollo: El contexto es casi seguro una visión que Dios le dio al profeta. En realidad, no se comió un pergamino físico, sino que experimentó lo que sucedió en una visión, una especie de realidad virtual espiritual y divina. Era real, pero en una visión.
i. “Fue en visión sin duda que el profeta comió el rollo, y no en verdad, como el paciente necio que comió la receta del médico”. (Trapp)
ii. “El lector observará que los límites entre las visiones y la realidad se desdibujan en todas las visiones de Ezequiel. En cualquier caso, la experiencia es real, tan real que el poder de la palabra divina impulsará al profeta durante más de media década mientras entrega sus implacables mensajes de juicio a una audiencia endurecida”. (Block)
d. Llena tus entrañas de este rollo que yo te doy: Ezequiel no debía simplemente “probar” o “catar” la revelación escrita de Dios. Debía llenarse de ella, sobre todo porque la recibió de Dios (que yo te doy).
e. Y fue en mi boca dulce como miel: Ezequiel obedeció, y Dios hizo que se comiera este alimento inusual. Cuando lo hizo, lo experimentó no solo como dulce, sino tan dulce como la cosa más dulce que podía imaginar.
i. En cierto sentido, Ezequiel experimentó lo que dice el Salmo 119:103: ¡Cuán dulces son a mi paladar Tus palabras, más que la miel a mi boca! La biblia está llena de pasaje tras pasaje que cualquier persona con sensibilidad espiritual encontraría dulce como miel. Pasajes como Salmos 23:1-3, Salmos 8:1, Juan 3:16, Romanos 8:28 o Apocalipsis 22:20 son solo un comienzo. Si uno no puede encontrar algo dulce y satisfactorio en tales versículos, sus papilas gustativas espirituales están embotadas y defectuosas.
ii. “Si la palabra de Dios no me es muy dulce, ¿tengo apetito? Salomón dice: ‘El alma saciada detesta el panal de miel; pero para el alma hambrienta todo lo amargo es dulce’. Ah, cuando un alma está llena de sí misma, y del mundo, y de los placeres del pecado, no me asombra que no vea dulzura en Cristo, porque no tiene ¡apetito!”. (Spurgeon sobre Salmos 119:103)
iii. “El profeta declaró que habiendo comido el rollo, lo encontró en su boca ‘como miel en dulzura’, y por esta declaración revela que aunque el ministerio que estaba a punto de ejercer sería difícil, sin embargo, él mismo estaba en perfecto acuerdo con el propósito de Dios y se deleitaría en su voluntad”. (Morgan)
2. (4-9) Fuerza para un llamado difícil.
Luego me dijo: Hijo de hombre, ve y entra a la casa de Israel, y habla a ellos con mis palabras. Porque no eres enviado a pueblo de habla profunda ni de lengua difícil, sino a la casa de Israel. No a muchos pueblos de habla profunda ni de lengua difícil, cuyas palabras no entiendas; y si a ellos te enviara, ellos te oyeran. Mas la casa de Israel no te querrá oír, porque no me quiere oír a mí; porque toda la casa de Israel es dura de frente y obstinada de corazón. He aquí yo he hecho tu rostro fuerte contra los rostros de ellos, y tu frente fuerte contra sus frentes. Como diamante, más fuerte que pedernal he hecho tu frente; no los temas, ni tengas miedo delante de ellos, porque son casa rebelde.
a. Hijo de hombre, ve y entra a la casa de Israel, y habla a ellos con mis palabras: El llamado de Ezequiel como profeta se declara una vez más, como en Ezequiel 2:3-5 y 2:7. Como profeta no podía callar; tenía que hablar. Sin embargo, no podía hablar sus palabras, sino las palabras de Dios para ellos.
b. Porque no eres enviado a pueblo de habla profunda ni de lengua difícil, sino a la casa de Israel: El llamado de Ezequiel no era principalmente a las naciones gentiles, sino a Israel. Jesús también diría que Él no fue enviado sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel (Mateo 15:24).
c. Y si a ellos te enviara, ellos te oyeran: El enfoque de Ezequiel en su propio pueblo hizo que su ministerio fuera más difícil. Los gentiles habrían sido más receptivos a su mensaje, así como Nínive respondió a la predicación de Jonás.
i. “Las personas con dones proféticos o pseudoproféticos eran vistas con asombro en países más allá del suyo, por ejemplo, Eliseo (2 Reyes 5 y 8:7-9), Jeremías (39:11-14) y Jonás (3:6-10)”. (Wright)
ii. “Las palabras se usan para señalar el contraste entre la incapacidad excusable de las personas de un idioma extranjero para entender y la terquedad bastante imperdonable de los oyentes israelitas de Ezequiel”. (Taylor)
iii. No te querrá oír: “La voluntad del hombre es su infierno, dice Bernard. Y es más fácil, dice otro, tratar con las razones de veinte hombres, que con la voluntad de un solo hombre. ¿Qué esperanza hay para los que no quieren oír; y para los que si lo hacen pero ya han llegado a su conclusión de antemano, y no moverán más que una estaca en medio de un arroyo?”. (Trapp)
iv. “El versículo 7 es uno de los más peligrosos de las Escrituras, aunque la biblia no duda en incluirlo…. Es un llamado a la humildad intensa, por temor a que nos consolemos por nuestra presentación desagradable de la verdad llamando a nuestro rechazo el rechazo de Cristo. La presentación desagradable puede estar en nuestro propio carácter, así como en palabras ineptas fuera de temporada”. (Wright)
d. Porque toda la casa de Israel es dura de frente y obstinada de corazón: Dios repitió la descripción usada por primera vez en Ezequiel 2:4. Ezequiel necesitaba y recibió una fuerza especial de Dios para este difícil llamado (yo he hecho tu rostro fuerte contra los rostros de ello).
e. Como diamante, más fuerte que pedernal he hecho tu frente: Israel estaba comprometido con su rebelión y rechazo a Dios. Fortalecido por Dios, Ezequiel respondió a su compromiso con un mayor compromiso de su parte. Si ellos eran duros en su rebelión, Dios lo haría más fuerte que pedernal en su valor e integridad.
i. He hecho tu rostro fuerte: “Dios prometió equipar a Ezequiel emocional e intelectualmente para lidiar con el rechazo anticipado. Dios había hecho que el rostro y la frente del profeta fueran tan duros como los de ellos. Sería capaz de ‘chocar cabezas’ con sus antagonistas”. (Smith)
ii. “Haz tu rostro como diamante si sus corazones son como diamante; si no se avergüenzan de pecar, no te avergüences de advertirles; si ellos no se avergüenzan de su incredulidad, no se avergüencen ustedes de su fe en el testimonio divino”. (Spurgeon)
iii. “Ciertamente fue una marca característica de su ministerio el hecho que pudo sobrevivir a sus oponentes y no ser desgastado por su aparente intransigencia”. (Taylor)
iv. “Dios no endureció la cabeza de Jeremías. Jeremías tuvo un corazón blando y no podía hacer frente a todos los problemas que enfrentaba. En un momento incluso fue al Señor y renunció. Ezequiel no está dispuesto a renunciar. Dios dice: ‘Los hijos de Israel son testarudos, y voy a hacer que tu cabeza sea más dura que la de ellos’”. (McGee)
3. (10-11) Ezequiel recibe el mensaje y se dirige a aquellos que deben oír.
Y me dijo: Hijo de hombre, toma en tu corazón todas mis palabras que yo te hablaré, y oye con tus oídos. Y ve y entra a los cautivos, a los hijos de tu pueblo, y háblales y diles: Así ha dicho Jehová el Señor; escuchen, o dejen de escuchar.
a. Toma en tu corazón todas mis palabras que yo te hablaré: El trabajo del profeta comenzó con recibir. Tenía que escuchar y tomar todo lo que Dios decía. Citando las últimas palabras de Pablo, necesitaba recibir todo el consejo de Dios (Hechos 20:27).
b. Ve y entra a los cautivos, a los hijos de tu pueblo: Habiendo recibido la palabra de Dios, Ezequiel entonces necesitaba estar entre su pueblo, aquellos a quienes les hablaría. Necesitaba conocerlos y estar entre ellos.
i. “Es bueno que el siervo de Dios esté en medio de su pueblo, llore con los que lloran y se regocije con los que se regocijan, porque puede ministrarles mejor cuando conoce sus corazones y siente su dolor”. (Wiersbe)
c. Háblales y diles: Así ha dicho Jehová el Señor: Una vez que estuvo entre su pueblo, Ezequiel tuvo que hablarles la palabra de Dios. Su trabajo era entregar el mensaje de Dios y no uno de sí mismo o de cualquier otro.
d. Escuchen, o dejen de escuchar: Ezequiel tenía que entregar fielmente este mensaje sin importar cómo fuera recibido. Su proclamación no dependía de su recepción. Entre todos los profetas, Ezequiel probablemente habló de las maneras más inusuales e innovadoras, pero siempre fue para entregar el mensaje de Dios.
4. (12-15) La conclusión de la visión de Jehová y los seres vivientes.
Y me levantó el Espíritu, y oí detrás de mí una voz de gran estruendo, que decía: Bendita sea la gloria de Jehová desde su lugar. Oí también el sonido de las alas de los seres vivientes que se juntaban la una con la otra, y el sonido de las ruedas delante de ellos, y sonido de gran estruendo. Me levantó, pues, el Espíritu, y me tomó; y fui en amargura, en la indignación de mi espíritu, pero la mano de Jehová era fuerte sobre mí. Y vine a los cautivos en Tel-abib, que moraban junto al río Quebar, y me senté donde ellos estaban sentados, y allí permanecí siete días atónito entre ellos. El atalaya de Israel.
a. Bendita sea la gloria de Jehová desde su lugar: Ezequiel escuchó una voz de gran estruendo detrás de él decir estas palabras, probablemente de uno de los seres vivientes (querubines) que volvió a llamar su atención. Habiendo recibido una comisión tan difícil, era importante que Ezequiel permaneciera impresionado y confiado en la gloria de Jehová.
i. Bendita sea la gloria de Jehová desde su lugar: “La expresión ha sido retenida en las devociones judías y se encuentra en el servicio matutino del Libro de oración judío”. (Taylor)
b. Oí también el sonido de las alas de los seres vivientes: La extraña y asombrosa visión de Ezequiel capítulo 1 una vez más apareció a la vista. El sentido es que los seres vivientes y las ruedas y todo lo relacionado con ellos permanecieron presentes todo el tiempo, pero Ezequiel estaba tan concentrado en Dios y en su propia experiencia de llamado que les prestó poca atención.
c. Me levantó, pues, el Espíritu, y me tomó: No entendemos completamente lo que le pasó a Ezequiel física o espiritualmente. Habló de ser llevado, pero comenzó en el río Quebar (Ezequiel 1:3) y todavía estaba allí al final de la visión (llegué a los cautivos en Tel Abib, que vivía junto al río Quebar).
i. Sabemos lo que la visión no fue. “El transporte de Ezequiel no fue un caso de hipnotismo, autosugestión ni de fenómenos parapsíquicos de levitación corporal”. (Alexander)
ii. “El profeta se resistía a abandonar el escenario de su dramático encuentro con Dios. No estaba ansioso por emprender el duro servicio que se le había asignado. Así que Dios tomó el asunto en sus propias manos. Ezequiel se sintió “levantado” y llevado por el Espíritu de Dios”. (Smith)
iii. Tel Abib: “Esto en hebreo significa ‘la colina de espigas [de maíz]’”. (Vawter y Hoppe)
d. Fui en amargura, en la indignación de mi espíritu: Quizás Ezequiel se sentía amargado por su suerte como cautivo, mientras que otros aún vivían y servían en el templo de Jerusalén. Tal vez se sentía amargado por la dificultad de su llamado. Quizás se sentía amargado por el pecado y la rebelión del pueblo de Israel. Cualquiera que fuera la causa exacta, Ezequiel estaba amargado, enojado y aturdido (atónito).
i. La palabra de Dios fue dulce para Ezequiel (Ezequiel 3:3), pero pronto experimentó algo de amargura, al cumplir con su llamado.
ii. “Hebreo mar, ‘amargo’, puede expresar un temperamento feroz o enojo, como el de una osa a la que le han robado sus cachorros (2 Samuel 17:8); descontento, como el de los adulamitas (1 Samuel 22:2); o miseria, como la de Job (Job 3:20) y Ezequías (Isaías 38:15). De estos posibles significados, la frase asociada ‘calor de espíritu’ apunta a la ira como la emoción dominante en el corazón de Ezequiel”. (Taylor)
e. Me senté donde ellos estaban sentados, y allí permanecí siete días atónito entre ellos: Ezequiel hizo lo que Dios le dijo que hiciera. Él dijo, ve, entra a los cautivos (Ezequiel 3:11) y así lo hizo. Una vez entre ellos, pasó siete días atónito por la asombrosa visión y el llamado de Dios sobre su vida.
i. “Quizás no es sin importancia que siete días era el período para la consagración de un sacerdote (Lev. 8:33) y Ezequiel pudo haber considerado esto como la preparación para su ordenación al sacerdocio profético”. (Taylor)
ii. “Este fue un tiempo de reflexión y observación como el que experimentaron muchos grandes hombres de Dios antes de lanzar sus ministerios. Esos días de silencio cambiaron su actitud sobre su misión. Aprendió paciencia; llegó a aceptar la responsabilidad”. (Smith)
B. La responsabilidad de un vigilante.
1. (16-19) La responsabilidad de advertir al malvado.
Y aconteció que al cabo de los siete días vino a mí palabra de Jehová, diciendo: Hijo de hombre, yo te he puesto por atalaya a la casa de Israel; oirás, pues, tú la palabra de mi boca, y los amonestarás de mi parte. Cuando yo dijere al impío: De cierto morirás; y tú no le amonestares ni le hablares, para que el impío sea apercibido de su mal camino a fin de que viva, el impío morirá por su maldad, pero su sangre demandaré de tu mano. Pero si tú amonestares al impío, y él no se convirtiere de su impiedad y de su mal camino, él morirá por su maldad, pero tú habrás librado tu alma.
a. Yo te he puesto por atalaya a la casa de Israel: Dios usó la figura del atalaya para describir la responsabilidad de Ezequiel, aquí y en Ezequiel 33. Cumplió su papel como atalaya no principalmente observando a los demás, sino proclamando fielmente la palabra de Dios y llevando la advertencia de Dios al pueblo. Dios tuvo la gracia de proporcionar un atalaya.
i. Atalaya: “Mira, pues, que seas Epíscopo, no Apóscopo; un supervisor, no alguien que ve pasivamente; un observador, no un dormilón”. (Trapp)
ii. “Ezequiel no fue el primero en definir el oficio profético en términos de un atalaya. El profeta Oseas del siglo VIII hace la identificación en el 9:8, y alude a ello en el 5:8 y el 8:1, donde pide que se toque el cuerno. Isaías 56:10 se refiere a atalayas ciegos, visionarios que están dormidos, probablemente profetas falsos o negligentes”. (Block)
iii. Hay muchos que se consideran atalayas del pueblo de Dios hoy. Observan atentamente y buscan señales de error o apostasía. Siempre hay un lugar para que aquellos hagan lo que Ezequiel fue llamado a hacer como atalaya – oír palabra de Dios y amonestarlos. Sin embargo, muchos de los que hacen esto se enfocan en el examen del supuesto error más que en la proclamación de la verdad de Dios. Esta es una distorsión del llamado de Ezequiel como atalaya.
iv. Otra forma en que este oficio moderno de atalaya puede distorsionar la idea bíblica es mediante un examen falso o injusto de otros en busca de error o apostasía. Si un atalaya alerta a la gente de los peligros pero no da un informe honesto y justo, entonces no se le creerá cuando advierta de un peligro real.
v. “Herodoto cuenta de un tal Euenius, un pastor de la ciudad, quien por dormir y permitir que el lobo entrara en el redil y matara sesenta ovejas, le sacaron los ojos. Dios amenaza con un castigo similar a los vigilantes dormidos, a los pastores idólatras”. (Trapp)
b. Cuando yo dijere al impío: De cierto morirás; y tú no le amonestares: Dios explicó el pecado y el castigo por no ser un atalaya fiel. Si el mensaje de Dios no era entregado, entonces su sangre demandaré de tu mano. Nuevamente, el enfoque del trabajo del atalaya no está en la examinación del impío, sino en la declaración fiel del mensaje de Dios.
i. Su sangre demandaré de tu mano: “Óiganlo, sacerdotes, predicadores, ministros del Evangelio; ustedes, especialmente, que han entrado en el ministerio para ganarse la vida, ustedes que reúnen una congregación para ustedes mismos para que se alimenten de su grosura, y se vistan con su lana; en cuyas parroquias y en cuyas congregaciones mueren día tras día almas inconversas, que nunca fueron advertidas solemnemente por ustedes, y a quienes nunca han mostrado el camino de la salvación, ¡probablemente porque ustedes mismos no lo conocen! ¡Oh, qué perdición les espera! ¡Tener la sangre de cada alma que ha muerto en sus parroquias o en sus congregaciones inconversas depositada en vuestra puerta! ¡A sufrir una condenación común por cada alma que perece por su negligencia! ¡Cuántas cargas de aflicción sin fin tendrán que soportar! Toman sus diezmos, sus estipendios o sus rentas, hasta el último grano y el último centavo; mientras que las almas sobre las cuales se pusieron como atalayas han perecido y perecen por su negligencia. ¡Oh hombres inútiles y desventurados! mejor para ustedes si no hubieran nacido! ¡Vana es su jactancia de autoridad apostólica, mientras no hagan la obra de apóstoles! ¡Vana su jactancia de ortodoxia, mientras no muestren ni conozcan el camino de la salvación! ¡Vanas sus pretensiones a un llamamiento divino, cuando no hacen obra de evangelistas! El estado de los más miserables de la raza humana es envidiable al de tales ministros, pastores, maestros y predicadores”. (Clarke)
c. Pero si tú amonestares al impío: Si Ezequiel entregaba fielmente el mensaje de Dios, entonces no cargaría con la culpa si el mensaje era rechazado. El que rechace el mensaje morirá por su maldad, bajo el juicio de Dios. Sin embargo, de Ezequiel, entregando fielmente el mensaje de Dios, se diría, has librado tu alma.
i. “Una frase que nuestros padres usaron a menudo, no se escucha hoy con frecuencia, acerca de la obra del profeta. Me refiero a la frase, ‘culpabilidad de sangre’. Sin embargo, esa frase encuentra su justificación en este párrafo. Hay tal cosa. Si el impío muere en la impiedad por falta de la palabra profética, el profeta es culpable de su sangre”. (Morgan)
d. Morirá por su maldad: Esto probablemente tiene el sentido de muerte en esta vida, no de muerte eterna – aunque, por supuesto, la mayoría de los que serían juzgados específicamente con muerte en esta vida serían juzgados con muerte en la era venidera. La muerte era parte de la maldición prometida por Dios por la desobediencia al pacto mosaico.
i. El juicio de muerte tuvo especial relevancia en los días de Ezequiel y Jeremías. Los falsos profetas dieron falsas esperanzas al pueblo y les dijeron que resistieran a los babilonios y confiaran en los egipcios para salvarlos. Quienes hicieran esto morirían en la conquista o en el exilio. El camino de la seguridad era una confianza obediente en los juicios de Dios.
ii. “’Vida’ y ‘muerte’ en este contexto deben entenderse como vida y muerte físicas, no eternas. El concepto de vida y muerte en el pacto mosaico es principalmente físico”. (Alexander)
2. (20-21) La responsabilidad de advertir a los justos.
Si el justo se apartare de su justicia e hiciere maldad, y pusiere yo tropiezo delante de él, él morirá, porque tú no le amonestaste; en su pecado morirá, y sus justicias que había hecho no vendrán en memoria; pero su sangre demandaré de tu mano. Pero si al justo amonestares para que no peque, y no pecare, de cierto vivirá, porque fue amonestado; y tú habrás librado tu alma. El profeta mudo.
a. Si el justo se apartare de su justicia: Los versículos anteriores hablan de la responsabilidad de Ezequiel de advertir a los impíos. Entonces Dios le dijo que él también tenía la responsabilidad de advertir al justo que pudiera desviarse del camino de Dios. Si Ezequiel no los amonestaba, compartiría la responsabilidad por el pecado (su sangre demandaré de tu mano).
i. “El justo (Hebreo saddiq) era esencialmente el hombre que mostraba por su buena vida su adhesión al pacto. No hace falta decir que era obediente al llevar a cabo las observancias religiosas requeridas”. (Taylor)
ii. “Ezequiel amonestó al hombre justo a no apartarse de sus caminos rectos — la lealtad al código mosaico — ni desobedecer los mandamientos de Dios; porque si lo hacía, ciertamente moriría”. (Alexander)
iii. Tropiezo: “Aquí no indica que Dios deliberadamente se dispone a hacer tropezar al justo y hacerlo caer al suelo, sino que deja oportunidades para el pecado en los caminos de los hombres, de modo que si su corazón está inclinado al pecado pueden hacerlo y así ganar su condenación”. (Taylor)
iv. “La idea de que Dios prueba la fidelidad de los justos es un tema bíblico muy trillado, presentado más gráficamente en la historia en prosa del libro de Job. En el Padrenuestro hay una petición para que Dios guarde al creyente en medio de tal prueba. En otro lugar Ezequiel habla de piedras de tropiezo que Dios ha puesto en el camino de Israel en forma de plata y oro (7:19) e idolatría (14:3; 44:12)”. (Vawter and Hoppe)
b. Y sus justicias que había hecho no vendrán en memoria: Este es el trágico precio pagado por muchos hombres y mujeres justos que no logran terminar bien. El verdadero bien que han hecho no vendrá en memoria. Un pecado o una temporada corta de pecado puede acabar fácilmente con una buena reputación.
c. Pero si al justo amonestares: Si Ezequiel era fiel en llevar el mensaje y los justos eran advertidos apropiadamente y prevenidos de su pecado, sería bueno para el que guardaba la advertencia (vivirá, porque fue amonestado), y bueno para el profeta (habrás librado tu alma).
3. (22-23) Otra visión de la gloria de Jehová.
Vino allí la mano de Jehová sobre mí, y me dijo: Levántate, y sal al campo, y allí hablaré contigo. Y me levanté y salí al campo; y he aquí que allí estaba la gloria de Jehová, como la gloria que había visto junto al río Quebar; y me postré sobre mi rostro.
a. Vino allí la mano de Jehová sobre mí: Por tercera vez (Ezequiel 1:3 y 3:14) Ezequiel experimentó esto. Una vez más Ezequiel tuvo que prepararse para escuchar y recibir la palabra de Dios.
b. He aquí que allí estaba la gloria de Jehová: Una vez más, Ezequiel tuvo una visión similar a la que experimentó en el capítulo 1.
i. “Aunque esta es la tercera vez que ve el kabod, la vista todavía lo toma por sorpresa y lo abruma con asombro. Su relación con Dios nunca se vuelve familiar o casual — incluso un vocero comisionado y autorizado debe postrarse ante la presencia de Dios”. (Block)
ii. “Primero tiene una visión renovada de la gloria del Señor (v. 22-23). Tal vez ya había comenzado a retraerse bajo la tensión que podía prever que se avecinaba. Un hombre sabio dijo una vez algo en este sentido, que deberíamos mirar diez veces a Cristo y una a nosotros mismos”. (Wright)
4. (24-27) La dificultad del llamado es replanteada.
Entonces entró el Espíritu en mí y me afirmó sobre mis pies, y me habló, y me dijo: Entra, y enciérrate dentro de tu casa. Y tú, oh hijo de hombre, he aquí que pondrán sobre ti cuerdas, y con ellas te ligarán, y no saldrás entre ellos. Y haré que se pegue tu lengua a tu paladar, y estarás mudo, y no serás a ellos varón que reprende; porque son casa rebelde. Mas cuando yo te hubiere hablado, abriré tu boca, y les dirás: Así ha dicho Jehová el Señor: El que oye, oiga; y el que no quiera oír, no oiga; porque casa rebelde son.
a. Entonces entró el Espíritu en mí y me afirmó sobre mis pies, y me habló: Como en Ezequiel 2:1-2, Dios hizo que Ezequiel se pusiera de pie antes de hablarle su palabra.
b. Entra, y enciérrate dentro de tu casa: Dios le dijo a Ezequiel que representara simbólicamente un mensaje a través del aislamiento, la inactividad y el silencio. Hay varias formas diferentes de interpretar esta acción.
·Una profecía representada de lo que le sucedería a Ezequiel por parte del pueblo de Israel cuando rechazaran su mensaje y lo castigaran (Trapp).
·Una profecía representada del destino y la impotencia que vendrán sobre Israel (Vawter y Hoppe)
·La restricción de Dios sobre Ezequiel, manteniéndolo inactivo y en silencio hasta el tiempo señalado (Wright, Taylor).
·Una ilustración del silencio de Dios hacia Israel (Clarke).
c. Haré que se pegue tu lengua a tu paladar: Para ilustrar que Israel no tenía en cuenta la palabra de Dios, el Señor le dijo a Ezequiel que no hablara. Posiblemente, Dios afligió a Ezequiel con un mutismo temporal para ilustrar el silencio de Dios a aquellos que no escuchan.
d. Mas cuando yo te hubiere hablado, abriré tu boca: Dios no se quedaría en silencio para siempre, y tampoco Ezequiel. Dios restauraría su capacidad de hablar y él cumpliría su papel como mensajero de Dios.
i. El llamado de Ezequiel llegó con el tiempo. “Parece, por lo tanto, preferible considerar 3:22–27 como el episodio final de un período prolongado de comisión que duró algunos días y en el que hubo varias experiencias culminantes, cuando Dios le habló a Ezequiel y el curso y patrón de su ministerio se desarrollaron gradualmente”. (Taylor)
e. El que oye, oiga; y el que no quiera oír, no oiga: Con Ezequiel hablando como debería, entregando el mensaje de Dios, la responsabilidad sería de aquellos a quienes les hablaba y no de él. Israel, como casa rebelde, tendría que responder por su propio pecado y no podría afirmar que nunca escuchó.
i. El que oye, oiga: “Las dos palabras hebreas, hassomea yisma, lit. ‘el que oye, oiga’, o ‘el que oye, oirá’ (27), son el prototipo de la fórmula favorita de nuestro Señor: ‘El que tiene oídos para oír, que oiga’… La respuesta del oyente es dictada por su ser interior’”. (Taylor)
©2022 The Enduring Word Comentario bíblico en español de David Guzik – ewm@enduringword.com