Ezequiel 33




Ezequiel 33 – El Profeta como Atalaya

A. Ezequiel el atalaya.

1. (1-6) El principio del atalaya.

Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: Hijo de hombre, habla a los hijos de tu pueblo, y diles: Cuando trajere yo espada sobre la tierra, y el pueblo de la tierra tomare un hombre de su territorio y lo pusiere por atalaya, y él viere venir la espada sobre la tierra, y tocare trompeta y avisare al pueblo, cualquiera que oyere el sonido de la trompeta y no se apercibiere, y viniendo la espada lo hiriere, su sangre será sobre su cabeza. El sonido de la trompeta oyó, y no se apercibió; su sangre será sobre él; mas el que se apercibiere librará su vida. Pero si el atalaya viere venir la espada y no tocare la trompeta, y el pueblo no se apercibiere, y viniendo la espada, hiriere de él a alguno, éste fue tomado por causa de su pecado, pero demandaré su sangre de mano del atalaya.

a. Cuando trajere yo espada sobre la tierra: Esto establece el contexto para todo lo que Ezequiel escribió con respecto al atalaya. Como se habló antes en Ezequiel capítulo 3:16-27, la imagen del atalaya tiene el contexto de advertencia del juicio de Dios que se aproxima. El papel de Ezequiel como atalaya estaba conectado a cuando viere venir la espada sobre la tierra.

i. Hay muchos que se consideran atalayas del pueblo de Dios en la actualidad. Observan atentamente y buscan señales de error o apostasía. Siempre hay un lugar para que aquellos hagan lo que Ezequiel fue llamado a hacer como atalaya – discernir que el juicio de Dios vendría pronto y advertir a la gente. Sin embargo, muchos de los que se consideran a sí mismos “atalayas” modernos se enfocan en la examinación del supuesto error más que en la proclamación de la verdad de Dios. Esta es una distorsión del llamado de Ezequiel como atalaya.

ii. Otra forma en que este oficio moderno de atalaya puede distorsionar la idea bíblica es mediante un examen falso o injusto de otros en busca de error o apostasía. Si un atalaya alerta a la gente de los peligros pero no da un informe honesto y justo, entonces no se le creerá cuando advierta de un peligro real

b. Tocare trompeta y avisare al pueblo: Cuando el juicio de Dios viniera sobre la tierra y especialmente para corregir al pueblo de Dios, el atalaya tendría la responsabilidad sagrada de advertir al pueblo. Si lo hacía, entonces si alguno no prestaba atención a la advertencia, su sangre sería sobre él. Esta fue una gran seguridad para Ezequiel y Jeremías porque advirtieron a muchos pero pocos escucharon.

c. El que se apercibiere librará su vida: Cuando el juicio de Dios venga sobre la tierra, la única preservación es escuchar la advertencia del atalaya y responder apropiadamente.

d. Pero si el atalaya viere venir la espada y no tocare la trompeta: Si el atalaya no advirtiera al pueblo sobre el juicio de Dios, entonces la sangre de aquellos que perecieran sería sobre el atalaya.

2. (7-9) Ezequiel el atalaya.

A ti, pues, hijo de hombre, te he puesto por atalaya a la casa de Israel, y oirás la palabra de mi boca, y los amonestarás de mi parte. Cuando yo dijere al impío: Impío, de cierto morirás; si tú no hablares para que se guarde el impío de su camino, el impío morirá por su pecado, pero su sangre yo la demandaré de tu mano. Y si tú avisares al impío de su camino para que se aparte de él, y él no se apartare de su camino, él morirá por su pecado, pero tú libraste tu vida. El camino de Dios es justo.

a. A ti, pues, hijo de hombre, te he puesto por atalaya a la casa de Israel, y oirás la palabra de mi boca, y los amonestarás de mi parte: El atalaya no obtenía su conocimiento estudiando los ejércitos del imperio babilónico, ni observando a los falsos profetas entre el pueblo de Dios en ese tiempo. Ezequiel escuchó de parte de Dios que el juicio vendría pronto y tenía que anunciarlo.

b. Impío, de cierto morirás: Este fue el mensaje principal de Ezequiel (y Jeremías), aunque en general llevaron el mensaje a Jerusalén y al reino de Israel más que a individuos específicos.

c. Y si tú avisares al impío de su camino para que se aparte de él, y él no se apartare de su camino: Si el atalaya entregaba fielmente su mensaje, entonces la respuesta del que recibía la advertencia era responsabilidad del que la escuchaba. Se le podría decir al atalaya: libraste tu vida.

B. La justicia de los juicios de Dios.

1. (10-11) El juicio de Dios es justo porque Él no toma ningún placer especial en él.

Tú, pues, hijo de hombre, di a la casa de Israel: Vosotros habéis hablado así, diciendo: Nuestras rebeliones y nuestros pecados están sobre nosotros, y a causa de ellos somos consumidos; ¿cómo, pues, viviremos? Diles: Vivo yo, dice Jehová el Señor, que no quiero la muerte del impío, sino que se vuelva el impío de su camino, y que viva. Volveos, volveos de vuestros malos caminos; ¿por qué moriréis, oh casa de Israel?

a. Nuestras rebeliones y nuestros pecados están sobre nosotros, y a causa de ellos somos consumidos; ¿cómo, pues, viviremos? Esta era una pregunta acusadora planteada contra la justicia del juicio de Dios. La idea era que Dios se alegraba de hacer su juicio tan severo, por lo que no dejaba espacio para que su pueblo se arrepintiera.

b. No quiero la muerte del impío, sino que se vuelva el impío de su camino, y que viva: Dios respondió a la pregunta acusadora de su pueblo al declarar un principio básico sobre su naturaleza y su trato con la humanidad. Dios no quiere la muerte del impío. El deseo del corazón de Dios es que la gente se arrepienta, se vuelva de su camino y viva. Dios no es sádico ni cruel, ni hace imposible el arrepentimiento porque le encante ver sufrir a la humanidad.

i. El hecho de que Dios no se complazca en la muerte del impío no significa que no vaya a suceder. El deseo general de Dios para toda la humanidad es que se arrepientan, se vuelvan a Él y sean salvos; sin embargo, Él no ignorará los requisitos de justicia y santidad en aquellos que rehúsen volverse a Él.

ii. Es especialmente importante entender estas declaraciones en su contexto; que Ezequiel dijo esto con respecto al juicio que vendría sobre Judá y Jerusalén en esta vida, y no en primera referencia al juicio eterno. No obstante, dado que este principio está tan arraigado en el carácter de Dios, se aplica a los juicios eternos de Dios. Dios no se “alegra” cuando la gente elige el infierno; su deseo general para toda la humanidad es que se arrepientan, se vuelvan a Él y sean salvos.

c. Volveos, volveos de vuestros malos caminos Esto comunica el deseo, incluso el placer de Dios. El anhelo de Jehová es que los hombres y las mujeres escojan la vida (Deuteronomio 30:19) y no la muerte. Dios quería que Israel viviera y no muriera. La pregunta, ¿por qué moriréis, oh casa de Israel? significa que no tenían que perecer en el juicio venidero.

2. (12-16) El principio de la vida cambiada.

Y tú, hijo de hombre, di a los hijos de tu pueblo: La justicia del justo no lo librará el día que se rebelare; y la impiedad del impío no le será estorbo el día que se volviere de su impiedad; y el justo no podrá vivir por su justicia el día que pecare. Cuando yo dijere al justo: De cierto vivirás, y él confiado en su justicia hiciere iniquidad, todas sus justicias no serán recordadas, sino que morirá por su iniquidad que hizo. Y cuando yo dijere al impío: De cierto morirás; si él se convirtiere de su pecado, e hiciere según el derecho y la justicia, si el impío restituyere la prenda, devolviere lo que hubiere robado, y caminare en los estatutos de la vida, no haciendo iniquidad, vivirá ciertamente y no morirá. No se le recordará ninguno de sus pecados que había cometido; hizo según el derecho y la justicia; vivirá ciertamente.

a. La justicia del justo no lo librará el día que se rebelare: Dios le dijo a Ezequiel que hablara a otra objeción acusadora del pueblo de Dios. Esta era una acusación basada en el fatalismo, que básicamente decía: los buenos son buenos y los malos son malos y no se puede hacer nada al respecto. Para responder a esa objeción, Dios les recordó a todos que todo hombre justo podría terminar con una vida dominada por su transgresión. Su justicia anterior no lo rescataría en el día del juicio de Dios.

b. Y la impiedad del impío no le será estorbo el día que se volviere de su impiedad: En el mismo principio, alguien que vivió una vida anterior de maldad no estaba predestinado a continuar de esa manera. Podían volverse y ser perdonados en la temporada del juicio de Dios.

c. Cuando yo dijere al justo: De cierto vivirás, y él confiado en su justicia hiciere iniquidad: Nadie es tan justo que no pueda caer en gran error y peligro si confía en su propia justicia en lugar de confiar en Dios y su misericordia. Hacer eso puede significar que todas las justicias de uno no valgan nada ante Dios, y muera. El mismo principio funcionaba a la inversa para el impío. En ambos casos, si Dios pronunciaba “de cierto vivirás” a los justos o “de cierto morirás” a los impíos, ninguno de los dos era un pronunciamiento irrevocable o irreversible.

d. Si el impío restituyere la prenda, devolviere lo que hubiere robado: Una vez más, el punto es claro. Dios no quiere que consideremos el destino humano como fatalmente determinado por el pasado de una persona, ya sea para bien o para mal.

3. (17-20) La injusticia se encuentra en Israel, no en Dios.

Luego dirán los hijos de tu pueblo: No es recto el camino del Señor; el camino de ellos es el que no es recto. Cuando el justo se apartare de su justicia, e hiciere iniquidad, morirá por ello. Y cuando el impío se apartare de su impiedad, e hiciere según el derecho y la justicia, vivirá por ello. Y dijisteis: No es recto el camino del Señor. Yo os juzgaré, oh casa de Israel, a cada uno conforme a sus caminos.

a. No es recto el camino del Señor: Esta era otra acusación contra Dios y sus profetas. Cuando Ezequiel y otros anunciaron el juicio venidero de Dios, algunos respondieron cuestionando su justicia.

b. el camino de ellos es el que no es recto:Dios respondió audazmente a su acusación. Dios era enteramente justo; fueron los hijos de tu pueblo quienes miraban injustamente al destino o al pasado para determinar el destino de una persona.

c. Cuando el justo se apartare de su justicia… Y cuando el impío se apartare de su impiedad: Sin embargo, como en los versículos anteriores, Dios declaró que el hombre no está fatalmente atado a su pasado, ya sea que su pasado haya sido justo o impío.

d. Yo os juzgaré, oh casa de Israel, a cada uno conforme a sus caminos: Esta era la norma del juicio de Dios, y era (y es) completamente justa. Era justo bajo el antiguo pacto, que se basaba en gran medida en las obras. También es (en otro sentido) justo bajo el nuevo pacto, donde la fe de una persona es probada por sus obras (Santiago 2:14-17).

C. El mensajero de Jerusalén.

1. (21) Llega el mensajero.

Aconteció en el año duodécimo de nuestro cautiverio, en el mes décimo, a los cinco días del mes, que vino a mí un fugitivo de Jerusalén, diciendo: La ciudad ha sido conquistada.

a. Aconteció en el año duodécimo de nuestro cautiverio: Esto fue siete años después de las primeras profecías del Libro de Ezequiel (Ezequiel 1:2-3).

b. La ciudad ha sido conquistada: El mensajero habló de lo que Ezequiel había predicho durante mucho tiempo, que Jerusalén sería completamente sobrepasada por los ejércitos de Babilonia. Esta fue una vindicación triste y trágica del profeta.

2. (22-24) La arrogante proclamación de los pocos sobrevivientes judíos que quedaron en Judea.

Y la mano de Jehová había sido sobre mí la tarde antes de llegar el fugitivo, y había abierto mi boca, hasta que vino a mí por la mañana; y abrió mi boca, y ya no más estuve callado. Y vino a mí palabra de Jehová, diciendo: Hijo de hombre, los que habitan aquellos lugares asolados en la tierra de Israel hablan diciendo: Abraham era uno, y poseyó la tierra; pues nosotros somos muchos; a nosotros nos es dada la tierra en posesión.

a. Y abrió mi boca: Dios le había dado a Ezequiel el sentido de una revelación significativa por venir (Y la mano de Jehová había sido sobre mí la tarde antes) pero había hecho al profeta estar callado hasta que viniera el mensajero.

b. Abraham era uno, y poseyó la tierra; pues nosotros somos muchos; a nosotros nos es dada la tierra en posesión: Estos eran los pensamientos y palabras del pequeño remanente que quedaba en Jerusalén y Judea. Aquí aprendemos que pensaban que heredarían la tierra y reconstruirían un nuevo Israel y Jerusalén. Pero Dios había prometido que esto vendría de los exiliados que regresaran, no de los que permanecieron en la tierra.

i. Jeremías describió a estos pocos que quedaron y los trágicos eventos relacionados con ellos en Jeremías 40-44.

3. (25-26) La respuesta de Dios al remanente sobreviviente.

Por tanto, diles: Así ha dicho Jehová el Señor: ¿Comeréis con sangre, y a vuestros ídolos alzaréis vuestros ojos, y derramaréis sangre, y poseeréis vosotros la tierra? Estuvisteis sobre vuestras espadas, hicisteis abominación, y contaminasteis cada cual a la mujer de su prójimo; ¿y habréis de poseer la tierra?

a. Comeréis con sangre, y a vuestros ídolos alzaréis vuestros ojos, y derramaréis sangre: Estos pocos sobrevivientes que de alguna manera evadieron la muerte y el exilio no eran hombres piadosos que guardaban el pacto. No observaban las leyes dietéticas de Dios, no adoraban solo a Yahveh y eran violentos.

b. ¿Y habréis de poseer la tierra? Dios repitió esta pregunta dos veces para enfatizar que no poseerían la tierra. La promesa de Dios de restaurar a Israel y Jerusalén se cumpliría, pero no a través de hombres impíos como estos.

4. (27-29) La promesa de juicio de Dios sobre los pocos sobrevivientes.

Les dirás así: Así ha dicho Jehová el Señor: Vivo yo, que los que están en aquellos lugares asolados caerán a espada, y al que está sobre la faz del campo entregaré a las fieras para que lo devoren; y los que están en las fortalezas y en las cuevas, de pestilencia morirán. Y convertiré la tierra en desierto y en soledad, y cesará la soberbia de su poderío; y los montes de Israel serán asolados hasta que no haya quien pase. Y sabrán que yo soy Jehová, cuando convierta la tierra en soledad y desierto, por todas las abominaciones que han hecho.

a. Aquellos lugares asolados caerán a espada: Los sobrevivientes no escaparon realmente del juicio de Dios; solo se retrasó por un corto tiempo. Los mismos juicios de la espada, las fieras y la pestilencia los herirían con el tiempo. Jeremías 40-44 demostró que esto era cierto.

b. Y convertiré la tierra en desierto y en soledad: Los sueños arrogantes de los pocos sobrevivientes se convertirían en nada. Dios promovería su obra de convertir la tierra en desierto a pesar de la soberbia de su poderío.

c. Y sabrán que yo soy Jehová: Jerusalén acababa de caer, y una calamidad casi inimaginable vino sobre el pueblo. Sin embargo, Dios prometió que vendría una mayor desolación, y vendría debido a su terrible idolatría (por todas las abominaciones que han hecho).

5. (30-33) La gente estaba complacida de escuchar a Ezequiel pero no escuchaba realmente.

Y tú, hijo de hombre, los hijos de tu pueblo se mofan de ti junto a las paredes y a las puertas de las casas, y habla el uno con el otro, cada uno con su hermano, diciendo: Venid ahora, y oíd qué palabra viene de Jehová. Y vendrán a ti como viene el pueblo, y estarán delante de ti como pueblo mío, y oirán tus palabras, y no las pondrán por obra; antes hacen halagos con sus bocas, y el corazón de ellos anda en pos de su avaricia. Y he aquí que tú eres a ellos como cantor de amores, hermoso de voz y que canta bien; y oirán tus palabras, pero no las pondrán por obra. Pero cuando ello viniere (y viene ya), sabrán que hubo profeta entre ellos.

a. Los hijos de tu pueblo se mofan de ti: Dios quería que Ezequiel supiera que su mensaje estaba llegando a la gente. Incluso si no obedecían lo que Dios les dijo que hicieran, sí hablaban sobre él y consideraban lo que decía como la palabra que viene de Jehová.

b. Oirán tus palabras, pero no las pondrán por obra: En un sentido superficial, Ezequiel era popular como profeta. La gente hablaba de sus palabras proféticas y hablaba de labios para afuera diciendo que las palabras eran de Dios. Sin embargo, era un sentido muy superficial; las oían, pero en realidad no las escuchaban ni las ponían por obra.

c. Hacen halagos con sus bocas, y el corazón de ellos anda en pos de su avaricia: La gente decía cosas buenas y amables sobre la predicación de Ezequiel, pero no hacía ninguna diferencia en sus corazones o vidas. Aun vivían para su propia avaricia y no para el honor y la santidad de Dios.

d. Y he aquí que tú eres a ellos como cantor de amores: Les gustaba escuchar a Ezequiel como a cualquiera le gusta escuchar a un buen cantor (hermoso de voz) y a música bien tocada. Disfrutaban de la “música” del profeta pero no respondían a su mensaje con verdad, fe y acción.

e. Sabrán que hubo profeta entre ellos: Ezequiel ya había sido probado como un verdadero profeta porque Jerusalén había sido capturada (Ezequiel 33:21). Sin embargo, a medida que sus profecías siguieran cumpliéndose y los que no las recibieran con fe y acción llegaran a la aflicción, al menos la gente sabría que Ezequiel era en verdad un verdadero profeta, y nunca debía ser considerado como un animador o un mero vocero inspiracional.

©2022 The Enduring Word Comentario bíblico en español de David Guzik – ewm@enduringword.com  

© Copyright 2018 - Enduring Word       |      Site Hosted & Maintained by Local View Marketing    |    Privacy Policy