Génesis 28




Génesis 28 — Jacob huye de Esaú

A. La despedida de Isaac de Jacob.

1. (1-2) Instrucciones de no tomar una esposa cananea.

Entonces Isaac llamó a Jacob, y lo bendijo, y le mandó diciendo: No tomes mujer de las hijas de Canaán. Levántate, vé a Padan-aram, a casa de Betuel, padre de tu madre, y toma allí mujer de las hijas de Labán, hermano de tu madre.

a. Isaac llamó a Jacob, y lo bendijo: Quizá ahora Isaac se había resignado a lo que su esposa Rebeca le había dicho que era la voluntad del SEÑOR en todo esto: el mayor serviría al menor y Jacob, no Esaú, recibiría la primogenitura (Génesis 25:23). Así que envió a Jacob con la bendición y las instrucciones (y le mandó diciendo).

b. No tomes mujer de las hijas de Canaán: Es esencial que Jacob no tome esposa de las hijas de Canaán, como lo hizo su hermano Esaú. Jacob es el heredero de la primogenitura y el que lleva la simiente del Mesías.

2. (3-5) La importante transferencia de la bendición de Abraham.

Y el Dios omnipotente te bendiga, y te haga fructificar y te multiplique, hasta llegar a ser multitud de pueblos; y te dé la bendición de Abraham, y a tu descendencia contigo, para que heredes la tierra en que moras, que Dios dio a Abraham. Así envió Isaac a Jacob, el cual fue a Padan-aram, a Labán hijo de Betuel arameo, hermano de Rebeca madre de Jacob y de Esaú.

a. Y el Dios omnipotente te bendiga: Isaac bendijo a Jacob en el nombre del Dios omnipotente; esto es, El Shaddai. Este título para Dios fue usado previamente en Génesis 17:1, donde Dios se describió a sí mismo a Abraham con esta frase. Abraham pasó el conocimiento de El Shaddai a su hijo Isaac, quien ahora la pasó a Jacob. Él, primero pronunció una bendición general de prosperidad sobre Jacob.

b. Que te dé la bendición de Abraham: Después de la bendición general, Isaac le dio la específica bendición de Abraham, la bendición del pacto hecho a Abraham y a sus descendientes (Génesis 12:7, 15:8, 17:7-8). Este fue el aspecto de la primogenitura que Esaú despreció, pero Jacob (quien parecía igualmente indigno de ella) lo ganaría. Jacob fue el que obtuvo la promesa de Dios a Abraham.

i. A Jacob le fue prometida una tierra (para que heredes la tierra en que moras), una nación (y te haga fructificar y te multiplique, hasta llegar a ser multitud de pueblos), y una bendición (y te dé la bendición de Abraham); incluso, como se le prometió a Abraham (Génesis 12:1-3).

c. Te dé [] y a tu descendencia contigo: Jacob de ninguna manera es digno de esta bendición. Cada una de las cuatro partes en todo este conflicto de la primogenitura actuó en la carne en algún momento. Lo sorprendente es que Dios podía sacar algo bueno de todo esto, y esto es un ejemplo del triunfo de la soberanía de Dios.

d. Así envió Isaac a Jacob: Jacob viajaría hacia el este a la región donde su madre Rebeca se crio. No vería a su padre Isaac nuevamente por más de 20 años, cuando Isaac estaba verdaderamente cerca de la muerte.

3. (6-9) Esaú añade mujeres a su lista.

Y vio Esaú cómo Isaac había bendecido a Jacob, y le había enviado a Padan-aram, para tomar para sí mujer de allí; y que cuando le bendijo, le había mandado diciendo: No tomarás mujer de las hijas de Canaán; y que Jacob había obedecido a su padre y a su madre, y se había ido a Padan-aram. Vio asimismo Esaú que las hijas de Canaán parecían mal a Isaac su padre; y se fue Esaú a Ismael, y tomó para sí por mujer a Mahalat, hija de Ismael hijo de Abraham, hermana de Nebaiot, además de sus otras mujeres.

a. Vio Esaú cómo Isaac había bendecido a Jacob: Ahora la bendición y la primogenitura parecen importarle a Esaú. Le eran lo suficientemente importantes para que determinara impresionar a su padre al casarse con mujeres que no eran cananeas cuando vio que Jacob había obedecido a su padre y a su madre.

b. Y se fue Esaú a Ismael: Esaú evitó a las mujeres canaanitas y se casó con mujeres de la familia de su tío Ismael.

B. Jacob se encuentra con Dios en Betel.

1. (10-12) El sueño de Jacob de una escalera.

Salió, pues, Jacob de Beerseba, y fue a Harán. Y llegó a un cierto lugar, y durmió allí, porque ya el sol se había puesto; y tomó de las piedras de aquel paraje y puso a su cabecera, y se acostó en aquel lugar. Y soñó: y he aquí una escalera que estaba apoyada en tierra, y su extremo tocaba en el cielo; y he aquí ángeles de Dios que subían y descendían por ella.

a. Y fue a Harán: Jacob viajó al este hacia las tierras ancestrales de su abuelo Abraham (Génesis 11:31-32) y su madre Rebeca (Génesis 24:3-4).

b. Y soñó: En este desierto desolado, Jacob tuvo un sueño significativo mientras usaba una piedra como almohada (la cual parecería causar sueños extraños). Uno solo puede imaginar la extraña avalancha de sentimientos, en Jacob, en este momento: El miedo, la soledad, el aislamiento, la emoción y la expectativa. Este fue un momento absolutamente importante en la vida de Jacob.

c. Y he aquí escalera que estaba apoyada en tierra, y su extremo tocaba en el cielo; ángeles de Dios subían y descendían por ella: En el sueño de Jacob, ahora hay un acceso al cielo. Jacob ahora sabía que Dios estaba más cerca que nunca, y que había un acceso real y una interacción entre el cielo y la tierra.

i. «El Dios de Betel es un Dios que se preocupa por las cosas de la tierra, no es un Dios que se encierra en el cielo; sino uno que tiene una escalera permanente entre el cielo y la tierra». (Spurgeon)

ii. Jesús dejó claro en Juan 1:51 que Él es el acceso al cielo. Él es el medio por el cual el cielo baja hasta nosotros, y por el cual nosotros podemos ir al cielo. Él es la «escalera». Y Él les dijo: «De cierto, de cierto os digo: De aquí en adelante veréis el cielo abierto, y a los ángeles de Dios que suben y descienden sobre el Hijo del Hombre» (Juan 1:51).

iii. Jesús es el camino al cielo. Él no nos muestra un camino, Él es el camino. Jesús les dijo: «Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por » (Juan 14:6).

2. (13-15) Dios le habla a Jacob.

Y he aquí, Jehová estaba en lo alto de ella, el cual dijo: Yo soy Jehová, el Dios de Abraham tu padre, y el Dios de Isaac; la tierra en que estás acostado te la daré a ti y a tu descendencia. Será tu descendencia como el polvo de la tierra, y te extenderás al occidente, al oriente, al norte y al sur; y todas las familias de la tierra serán benditas en ti y en tu simiente. He aquí, yo estoy contigo, y te guardaré por dondequiera que fueres, y volveré a traerte a esta tierra; porque no te dejaré hasta que haya hecho lo que te he dicho.

a. Yo soy Jehová, el Dios de Abraham, tu padre, y el Dios de Isaac: Jacob sin duda había oído acerca del gran Dios que se les había aparecido a Abraham y a Isaac, pero ahora ese mismo Dios tiene un encuentro personal con Jacob mismo. Esta fue una experiencia que cambió la vida de Jacob.

b. La tierra en que estás acostado te la daré a ti y a tu descendencia: Estas palabras son para consuelo y esperanza en la vida de Jacob, en esta seria encrucijada de su vida. En esencia, Dios le repite a Jacob los términos del pacto que hizo tanto con Abraham (Génesis 12:1-3) como con Isaac (Génesis 26:2-5).

i. Antes, Isaac le dijo a Jacob que el pacto era suyo (Génesis 28:3-4), pero ahora la voz de Dios mismo lo confirma. Dios le prometió la tierra, una nación (será tu descendencia como el polvo de la tierra), y una bendición (y todas las familias de la tierra serán benditas en ti y en tu simiente).

c. Yo estoy contigo, y te guardaré dondequiera que fueres y volveré a traerte a esta tierra; porque no te dejaré hasta que haya hecho lo que te he dicho: Dios le da a Jacob el mismo tipo de promesa que se encuentra en Filipenses 1:6: «estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo». Dios no nos dejará ir hasta que su trabajo esté completo en nosotros.

i. He aquí, yo estoy contigo: «Que Dios le daría a Jacob pan para comer y vestiduras para ponerse era mucho; pero no era nada comparado con Yo estoy contigo. Que Dios enviaría a su ángel para protegerlo habría sido mucho; pero no era nada comparado con Yo estoy contigo”. Esto incluía incontables bendiciones; pero es, en sí mismo, mucho más que todas las bendiciones que podemos concebir». (Spurgeon)

ii. La fidelidad y bendición de Dios hacia Jacob es vista en las muchas maneras en que su presencia es descrita en la vida de Jacob:

·«He aquí, yo estoy contigo» (Génesis 28:15): Esto describe la bendición presente, y la indescriptible bendición de la presencia de Dios.

·«Yo estaré contigo» (Génesis 31:3): Esto describe la maravillosa promesa de la futura presencia y bendición de Dios.

·«El Dios de mis padres ha estado conmigo» (Génesis 31:5): Esto fue el testimonio de Jacob de la fidelidad y la presencia de Dios con él.

·«Dios estará contigo» (Génesis 48:21): Esto es Jacob pasando la bendición de la presencia de Dios a las próximas generaciones.

3. (16-19) Jacob adora a Dios, nombrando aquel lugar Bet-el (casa de Dios).

Y despertó Jacob de su sueño, y dijo: Ciertamente Jehová está en este lugar, y yo no lo sabía. Y tuvo miedo, y dijo: ¡Cuán terrible es este lugar! No es otra cosa que casa de Dios, y puerta del cielo. Y se levantó Jacob de mañana, y tomó la piedra que había puesto de cabecera, y la alzó por señal, y derramó aceite encima de ella. Y llamó el nombre de aquel lugar Bet-el, aunque Luz era el nombre de la ciudad primero.

a. Ciertamente Jehová está en este lugar, y yo no lo sabía: Jacob estaba en lo correcto al sentir la presencia de Jehová allí, pero estaba equivocado al pensar que Dios estaba en algunos lugares y en otros no.

i. David sabía esto: «¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia?» (Salmo 139:7).

b. ¡Cuán terrible es este lugar!: Desde su punto de vista carnal, Jacob pone demasiado énfasis en un determinado lugar. No se da cuenta de que, si la presencia de Jehová no está con él en cada lugar, entonces Dios no puede cumplir su promesa.

c. Y llamó el nombre de aquel lugar Bet-el: La ciudad de Bet-el tiene un papel importante (aunque no glorioso) en la historia de Israel. Es la segunda, después de Jerusalén, en el número de veces que se menciona en el Antiguo Testamento.

i. Más tarde, cuando habla a Jacob, Dios se refiere a sí mismo como el Dios de Betel (Génesis 31:13).

ii. Betel se convertiría, eventualmente, en un lugar alto, un lugar conocido por sus sacrificios idólatras (1 Reyes 13:32, Oseas 10:15, Amos 4:4).

4. (20-22) El voto de Jacob a Dios.

E hizo Jacob voto, diciendo: Si fuere Dios conmigo, y me guardare en este viaje en que voy, y me diere pan para comer y vestido para vestir, y si volviere en paz a casa de mi padre, Jehová será mi Dios. Y esta piedra que he puesto por señal, será casa de Dios; y de todo lo que me dieres, el diezmo apartaré para ti.

a. Si fuere Dios conmigo: Esto también puede ser traducido como: «Porque Dios ha estado conmigo»; pero conociendo a Jacob, indudablemente, quiere decir esto en el sentido de «si va Dios conmigo». Dios le ha dado una promesa; sin embargo, sigue haciendo «tratos» con Dios, incluso, prometiéndole dinero si Dios cumple su promesa.

i. Por la manera en que Jacob oró, era evidente, que para él la palabra de Dios era insuficiente. Él tenía que ver lo que Dios hizo antes de creer. No deberíamos ser de la misma manera, pero con frecuencia lo somos. Dios dice: «Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús» (Filipenses 4:19). Él dice: «El Señores bueno, fortaleza en el día de la angustia; y conoce a los que en Él confían» (Nahúm 1:7). ¿Creemos en estas cosas antes de verlas?

b. Me guardare en este viaje en que voy, y me diere pan para comer y vestido para vestir: Aquí, Jacob pone los términos de su pacto con Dios. En su pensamiento él hizo el trato con Dios, en vez de recibir con humildad lo que Dios dijo que sería el acuerdo.

i. Jacob no está muy sometido a Dios. Dios le enseñará la sumisión por una situación muy dura, a través de su tío Labán.

c. Hizo voto Jacob: Desafortunadamente, hay un gran contraste entre la promesa de Dios y el voto de Jacob.Uno está totalmente centrado en Dios; el otro, terriblemente centrado en el hombre.

i. La promesa de Dios (Génesis 28:13-15):

·Yo soy Jehová Dios.

·Yo te daré a ti.

·Yo estoy contigo.

·Yo no te dejaré hasta que Yo haya hecho lo que Yo he hablado.

ii. El voto de Jacob:

·Si Dios estuviera conmigo.

·Y me guardara.

·En este camino que yo voy.

·Me diera pan y vestido.

·Y que yo vuelva a la casa de mi padre.

iii. Hubiera sido mejor si Jacob hubiera orado así: «Debido a que me has prometido que estarás conmigo, y que me guardarás y proveerás todas mis necesidades, y me traerás de vuelta a la tierra que juraste darnos a mis padres y a mí, yo seré completamente tuyo, Señor».

iv. Dios tiene suficiente gracia para no cancelar todo el acuerdo, cuando ve una respuesta tan carnal de Jacob. En lugar de eso, Él está dispuesto a ser llamado, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac, y el Dios de Jacob (Éxodo 3:6).

©2021 The Enduring Word Comentario bíblico en español de David Guzik – ewm@enduringword.com

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