Génesis 33 — El encuentro de Jacob y Esaú
A. La cálida bienvenida de Esaú.
1. (1-2) Los cuidadosos preparativos de Jacob.
Alzando Jacob sus ojos, miró, y he aquí venía Esaú, y los cuatrocientos hombres con él; entonces repartió él los niños entre Lea y Raquel y las dos siervas. Y puso las siervas y sus niños delante, luego a Lea y sus niños, y a Raquel y a José los últimos.
a. Repartió él los niños entre Lea y Raquel y las dos siervas: Estos preparativos no eran necesariamente carnales. Muchas veces Jehová nos guía a hacer cosas muy prácticas cuando le seguimos. Pero las posiciones en que puso a su familia muestran que Jacob no tuvo vergüenza de mostrar su favoritismo hacia Raquel y José.
b. Puso las siervas y sus niños delante: Por lo menos, Lea tuvo más protección que las dos siervas, Bilha y Zilpa.
2. (3) Jacob demuestra su sumisión.
Y él pasó delante de ellos y se inclinó a tierra siete veces, hasta que llegó a su hermano.
a. Él pasó delante de ellos: Después de ser conquistado por Dios, Jacob encabeza el desfile para encontrarse con Esaú.
b. Se inclinó a tierra: Jacob ya había enviado regalos y mostrado que no quería tomar nada material de Esaú; pero, al inclinarse, mostró que estaba sometido a su hermano y que no quería tener ningún poder social sobre él.
i. Por supuesto, si Jacob no hubiera intentado controlar todo hacía 20 años, nada de esto habría sido necesario. La promesa de Isaac a Jacob: «Sírvante pueblos, y naciones se inclinen a ti; sé señor de tus hermanos» (Génesis 27:29), se habría cumplido tiempo antes.
ii. Es aún común sufrir porque tratamos de acomodar la voluntad de Dios a nuestros pensamientos, o en nuestra incredulidad nos protegemos con recursos y sabiduría meramente humanos. Dios nunca necesita que pequemos para ayudarle a lograr sus planes en nuestras vidas.
3. (4-7) Esaú saluda calurosamente a Jacob y a su familia.
Pero Esaú corrió a su encuentro y le abrazó, y se echó sobre su cuello, y le besó; y lloraron. Y alzó sus ojos y vio a las mujeres y los niños, y dijo: ¿Quiénes son éstos? Y él respondió: Son los niños que Dios ha dado a tu siervo. Luego vinieron las siervas, ellas y sus niños, y se inclinaron. Y vino Lea con sus niños, y se inclinaron; y después llegó José y Raquel, y también se inclinaron.
a. Esaú corrió a su encuentro: Esto, probablemente, angustió a Jacob. Seguramente, pensaba que su vida se acabaría pronto. Pero en vez de eso, Dios estaba trabajando en Esaú, y él solo quiso bendecir a Jacob.
b. Se echó sobre su cuello, y le besó; y lloraron: Esaú y Jacob no sintieron una necesidad de resolver el pasado. Dios trabajó en los corazones de ambos y no había necesidad de remover lo pasado.
c. ¿Quiénes son estos?: En una movida escena, Jacob presentó su gran familia a su hermano Esaú.
4. (8-11) Esaú recibe los regalos de Jacob; y los acepta.
Y Esaú dijo: ¿Qué te propones con todos estos grupos que he encontrado? Y Jacob respondió: El hallar gracia en los ojos de mi señor. Y dijo Esaú: Suficiente tengo yo, hermano mío; sea para ti lo que es tuyo. Y dijo Jacob: No, yo te ruego; si he hallado ahora gracia en tus ojos, acepta mi presente, porque he visto tu rostro, como si hubiera visto el rostro de Dios, pues que con tanto favor me has recibido. Acepta, te ruego, mi presente que te he traído, porque Dios me ha hecho merced, y todo lo que hay aquí es mío. E insistió con él, y Esaú lo tomó.
a. E insistió con él, y Esaú lo tomó: La generosidad de Jacob confundió a Esaú. Él no esperaba esto, lo que muestra que no tenía sentido de superioridad sobre Jacob o no tenía un fuerte sentido de que Jacob le debía.
b. Suficiente tengo yo […] todo lo que hay aquí es mío: Ambos, Esaú y Jacob, tienen un testimonio de bendición: «Suficiente tengo yo». «Gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento» (1 Timoteo 6:6). La paz y el contentamiento de Esaú mostró que era un hombre notablemente bendecido, aunque no recibió la promesa del pacto abrahámico como había esperado.
i. «Aunque Esaú no recibió la gran bendición —la bendición del pacto— que fue a Jacob, quien la consiguió con engaño, Esaú recibió grandes bendiciones de tipo temporal, las cuales Isaac pronunció sobre él con todo el fervor de un padre que ama a su hijo ardientemente. Esaú así recibió lo que más quería, porque le importaba muy poco la bendición spiritual —no era un hombre espiritual, y cuando obtuvo la bendición temporal, que satisfizo su corazón, dijo: “Suficiente tengo yo”». (Spurgeon)
c. E insistió con él, y Esaú lo tomó: Que Esaú recibiera los regalos y que Jacob los diera era muy importante para la reconciliación. Cuando Jacob dio tales regalos tan generosos, este fue su modo de decirle a Esaú que lo sentía; y cuando Esaú aceptó los regalos, este fue su modo de aceptar a Jacob y decirle que estaba perdonado.
i. En aquella cultura, uno nunca aceptaba un regalo de un enemigo; solo de un amigo. Aceptar el regalo era aceptar la amistad.
B. Jacob viaja en la tierra prometida.
1. (12-17) Jacob y Esaú se separan; Jacob va a Sucot.
Y Esaú dijo: Anda, vamos; y yo iré delante de ti. Y Jacob le dijo: Mi señor sabe que los niños son tiernos, y que tengo ovejas y vacas paridas; y si las fatigan, en un día morirán todas las ovejas. Pase ahora mi señor delante de su siervo, y yo me iré poco a poco al paso del ganado que va delante de mí, y al paso de los niños, hasta que llegue a mi señor a Seir. Y Esaú dijo: Dejaré ahora contigo de la gente que viene conmigo. Y Jacob dijo: ¿Para qué esto? Halle yo gracia en los ojos de mi señor. Así volvió Esaú aquel día por su camino a Seir. Y Jacob fue a Sucot, y edificó allí casa para sí, e hizo cabañas para su ganado; por tanto, llamó el nombre de aquel lugar Sucot.
a. Pase ahora mi señor delante de su siervo: Jacob estaba feliz de estar reconciliado con su hermano, pero no quiso estar demasiado cerca de él. Todavía le tenía miedo a Esaú.
b. Jacob fue a Sucot: Desafortunadamente, Jacob todavía actúa como el viejo Jacob en lugar de como el nuevo Israel, porque dijo que iba muy al sur con Esaú, al área del monte Seir; pero, en vez de esto, deja que Esaú se adelante unos días, y después se va hacia el norte, a Sucot.
i. Es difícil intentar ser Jacob e Israel a la vez. Lo podríamos haber llamado Jaco-el o Isra-ob.
c. Y edificó allí casa para sí, e hizo cabañas para su ganado: Dios había citado a Abraham, Isaac, y Jacob para vivir en la tierra, pero en tiendas como forasteros. Aquí había una desobediencia y falta de sabiduría estableciéndose.
i. «Sin embargo, leemos que en Sucot construyó cabañas, apenas casas —supongo— pero más que tiendas. Esto era un arreglo, y un arreglo con frecuencia es peor que una desobediencia abierta y directa de un mandamiento. Él no se atreve a levantar una casa, pero construye una cabaña y así muestra su deseo de una vida estable». (Spurgeon)
2. (18-20) Jacob viene a Siquem.
Después Jacob llegó sano y salvo a la ciudad de Siquem, que está en la tierra de Canaán, cuando venía de Padan-aram; y acampó delante de la ciudad. Y compró una parte del campo, donde plantó su tienda, de mano de los hijos de Hamor padre de Siquem, por cien monedas. Y erigió allí un altar, y lo llamó El-Elohe-Israel.
a. Y acampó delante de la ciudad: Es bueno que Jacob haya ido a la tierra prometida, y que se haya quedado allí; pero, al parecer, su obediencia fue parcial, porque Dios lo dirigió a regresas a Bet-el (Génesis 31:13).
b. Y erigió allí un altar, y lo llamó El-Elohe-Israel: Aunque hizo un altar, era obediencia lo que Dios más quería, no sacrificio. Jacob y su familia sufrirían en este periodo de tiempo perdido y de desobediencia.
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