Génesis 45 — José se reúne con sus hermanos
A. José se revela a sus hermanos.
1. (1-3) La emocionante revelación.
No podía ya José contenerse delante de todos los que estaban a su lado, y clamó: ¡Haced salir de mi presencia a todos! Así no quedó nadie con él cuando José se dio a conocer a sus hermanos. Entonces se echó a llorar a gritos; lo oyeron los egipcios, y lo oyó también la casa del faraón. Y dijo José a sus hermanos: Yo soy José. ¿Vive aún mi padre? Sus hermanos no pudieron responderle, porque estaban turbados delante de él.
a. José no pudo ya contenerse delante de todos los que estaban junto a él: José les ordenó a todos los egipcios que salieran de la habitación para estar a solas con sus hermanos. Su gran emoción mostró que José no manipuló cruelmente a sus hermanos. Fue dirigido por Dios para hacer los arreglos y le dolió hacerlo.
b. José se dio a conocer a sus hermanos: Esto significa que, probablemente, cuando José dijo quien era les mostró a sus hermanos que estaba circuncidado. La leyenda judía dice que los hermanos no podían creer que este alto funcionario egipcio fuera José a no ser que él demostrara que había sido circuncidado.
c. Pero sus hermanos no pudieron responderle, porque estaban turbados en su presencia: Debido al castigo anticipado, a la gran emoción de José, a su manera de revelarse y al gran impacto de saber que José no solo estaba vivo, sino que estaba justo en frente de ellos, los hermanos estaban consternados. La antigua palabra hebrea para consternado (bahal) significa en realidad, «asombrado» o, incluso, «aterrorizado».
i. La frase «acercaos ahora a mí» en Génesis 45:4, implica que los hermanos se encogieron de terror. Leyendas judías dicen que los hermanos estaban tan sorprendidos que sus almas dejaron sus cuerpos y solo por un milagro de Dios sus almas regresaron.
ii. Su temor es una sombra de lo que sucederá cuando los judíos vean a Jesús de nuevo: «Y derramaré sobre la casa de David y sobre los moradores de Jerusalén, el Espíritu de gracia y de oración; y me mirarán a mí, a quien traspasaron. Sí, van a llorar por él como se llora por hijo unigénito, afligiéndose por él como quien se aflige por el primogénito» (Zacarías 12:10).
2. (4-8) El testimonio de José.
Pero José les dijo: Acercaos ahora a mí. Ellos se acercaron, y él les dijo: Yo soy José, vuestro hermano, el que vendisteis a los egipcios. Ahora, pues, no os entristezcáis ni os pese haberme vendido acá, porque para salvar vidas me envió Dios delante de vosotros. Pues ya ha habido dos años de hambre en medio de la tierra, y aún quedan cinco años en los cuales no habrá arada ni siega. Dios me envió delante de vosotros para que podáis sobrevivir sobre la tierra, para daros vida por medio de una gran liberación. Así, pues, no me enviasteis acá vosotros, sino Dios, que me ha puesto por padre del faraón, por señor de toda su casa y por gobernador en toda la tierra de Egipto.
a. Ahora, pues, no os entristezcáis ni os pese haberme vendido acá: José, honestamente, declaró el pecado cometido por sus hermanos muchos años atrás. Sin embargo, por compasión no quería que se entristecieran o enojaran consigo mismos. José había superado su dolor y su ira y quería que sus hermanos también lo superaran.
b. Dios me envió delante de vosotros para preservar la vida: José no le restó importancia a lo que los hermanos le hicieron (haberme vendido acá). Sin embargo, vio que el propósito de Dios en todo esto fue mayor que el mal que le hicieron los hermanos.
i. Cuando pecan contra nosotros nos sentimos tentados a fallar en una o ambas de estas áreas: pretender que nunca sucedió o ignorar la mano poderosa de Dios en cada circunstancia.
ii. Es justo preguntar: «¿Por qué fue José a Egipto? ¿Fue a causa del pecado de sus hermanos? ¿O fue por el buen plan de Dios?». La respuesta es que ambas opciones son verdaderas.
c. Dios me envió delante de vosotros para preservar una posteridad para ustedes en la tierra, y para daros vida mediante una gran liberación: Todos los sufrimientos de José ocurrieron con un propósito. Dios los usó para preservar a su familia y proporcionar las condiciones para que se convirtiera en una nación. José fue víctima de los hombres, pero Dios cambió las cosas para su gloria.
i. Si esta familia no va a Egipto, se hubiera asimilado entre las tribus paganas de la tierra prometida y hubiera dejado de ser un pueblo diferente. Dios tuvo que ponerlos en un lugar donde pudieran crecer y, aun así, permanecer como una nación distintiva.
ii. El rabino Harold Kushner escribió un libro muy vendido titulado Cuando le suceden cosas malas a la gente buena. Se vendieron más de medio millón de copias antes de ir a la edición de bolsillo y estuvo en el New York Times en la lista de los libros más vendidos durante todo un año. El principal punto de su libro es decir que Dios es todo amor, pero no todopoderoso; que Dios es bueno, pero no soberano. Por lo tanto, cuando les suceden cosas malas a personas buenas, es porque los acontecimientos están fuera de control de Dios. Kushner aconseja a sus lectores a «aprender a amar [a Dios] y perdonarlo a pesar de sus limitaciones». ¡Este, ciertamente, no es el Dios de la Biblia!
iii. «¡Cuán maravillosamente estas dos cosas se encuentran en armonía: el libre albedrío del hombre y la predestinación de Dios! El hombre actúa con tanta libertad como si no hubiera predestinación alguna; y Dios ordena, arregla, supervisa, y gobierna, con tanta precisión como si no hubiera libre albedrío en el universo». (Spurgeon)
d. Así pues, no me enviaron acá ustedes, sino Dios: José se dio cuenta de que Dios regía su vida; no los hombres buenos, los hombres malos, las circunstancias o el destino. Dios estaba en control, y debido a eso todas las cosas trabajaron juntas para bien.
B. José envía a sus hermanos a casa.
1. (9-15) José les dice a sus hermanos que regresen a casa y traigan a su padre para encontrar protección contra el hambre.
Daos prisa, id a mi padre y decidle: Así dice tu hijo José: Dios me ha puesto por señor de todo Egipto; ven a mí, no te detengas. Habitarás en la tierra de Gosén, y estarás cerca de mí, tú, tus hijos y los hijos de tus hijos, tus ganados y tus vacas, y todo lo que tienes. Allí te alimentaré, pues aún quedan cinco años de hambre, para que no perezcas de pobreza tú, tu casa y todo lo que tienes. Vuestros ojos ven, y también los ojos de mi hermano Benjamín, que mi boca os habla. Haréis, pues, saber a mi padre toda mi gloria en Egipto, y todo lo que habéis visto. ¡Daos prisa, y traed a mi padre acá! José se echó sobre el cuello de su hermano Benjamín y lloró; también Benjamín lloró sobre su cuello. Luego besó a todos sus hermanos y lloró sobre ellos. Después de esto, sus hermanos hablaron con él.
a. Así dice tu hijo José: Este erael mensaje que José quería que los hermanos le llevaron a su padre. Cuando Jacob se enteró de esto, fue uno de los grandes días de su vida. Tenía la alegría de saber que el hijo predilecto iba a salvar a sus hermanos. El hijo que fue dado por muerto, pero ahora está vivo.
b. Besó a todos sus hermanos y lloró sobre ellos: José no excluyó a los que habían sido especialmente crueles con él. Su corazón estaba abierto a cada uno de sus hermanos.
c. Después de esto, sus hermanos hablaron con él: Se trató de una conversación maravillosa. Había mucho para ponerse al día.
2. (16-24) Faraón y José envían a casa a los hermanos con muchos regalos.
Se oyó la noticia en la casa del faraón, y se decía: Los hermanos de José han venido. Esto agradó a los ojos del faraón y de sus siervos. Y dijo el faraón a José: Di a tus hermanos: Haced esto: cargad vuestras bestias y marchaos; volved a la tierra de Canaán, tomad a vuestro padre y a vuestras familias y venid a mí, porque yo os daré lo bueno de la tierra de Egipto y comeréis de la abundancia de la tierra. Y tú manda: Haced esto: tomaos de la tierra de Egipto carros para vuestros niños y vuestras mujeres, tomad a vuestro padre y venid. Y no os preocupéis por vuestros enseres, porque la riqueza de la tierra de Egipto será vuestra. Así lo hicieron los hijos de Israel; y José les dio carros conforme a la orden del faraón y les suministró víveres para el camino. A cada uno de ellos le dio un vestido nuevo, y a Benjamín le dio trescientas piezas de plata y cinco vestidos nuevos. A su padre le envió esto: diez asnos cargados de lo mejor de Egipto y diez asnas cargadas de trigo, pan y comida; esto para el viaje de su padre. Luego despidió a sus hermanos, y cuando se iban, les dijo: No riñáis por el camino.
a. José les dio carretas, de acuerdo con la orden de faraón, y les dio provisiones para el camino: Los hijos de Israel recibieron transporte, provisión, prendas de vestir y riqueza, debido a que su hermano fue favorecido. Faraón bendijo a los hijos de Jacob a causa de José.
i. «Volver a Canaán en carros de Egipto era el equivalente cultural del aterrizaje de un “Jumbo” en una tribu de salvajes aislados. Sería el material del que están hechas las leyendas». (Boice)
b. No riñáis por el camino: La idea detrás de las palabras «No riñáis» es literalmente de «enojo» o de «pelea». José sabía que tan pronto como los hombres salieran de su presencia se verían tentados a actuar de manera egoísta y no espiritual. Tenían que guardarse contra esto.
3. (25-28) Jacob escucha la buena noticia de que José estaba vivo.
Subieron, pues, de Egipto, y llegaron a la tierra de Canaán, junto a su padre Jacob. Y le dieron las nuevas, diciendo: ¡José aún vive, y es señor en toda la tierra de Egipto! Pero el corazón de Jacob desfalleció porque no les creía. Entonces ellos le repitieron todas las palabras que José les había hablado; y viendo Jacob los carros que José enviaba para llevarlo, su espíritu revivió. Y dijo Israel: ¡Con esto me basta! ¡José, mi hijo, vive todavía! Iré y lo veré antes de morir.
a. Él no les creyó: A Jacob le dijeron que José estaba muerto y lo creyó. Luego se le dijo que José estaba vivo y no lo creyó hasta que sus hijos le dijeron las palabras de José y le mostraron las bendiciones que trajeron con ellos. Entonces creyó que José estaba vivo, aunque todavía no lo había visto.
i. La única manera en que la gente puede saber que Jesús está vivo es hablándole de que su palabra y mostrándole sus bendiciones en nuestra vida.
b. ¡Con esto me basta! ¡José, mi hijo, vive todavía!: Saber que su hijo favorito estaba vivo —de entre los muertos, por así decirlo— cambió el testimonio de Israel de «todas estas cosas están en mi contra» (Génesis 42:36) a ¡Con esto me basta!
i. Este testimonio de fe viene de Israel, no de Jacob. Cuando Jacob estaba a cargo, vimos lamentaciones, autocompasión, quejas, propio del hombre no creyente. Sin embargo, Israel, el hombre que Dios, venció, tenía un testimonio de fe.
ii. Jacob, frecuentemente, luchó con dudas y temores; pero, aquí, creyó en José de la manera en que nosotros deberíamos creer en Jesús:
·Jacob creyó, porque había suficiente evidencia para convencerlo.
·Jacob actuó, porque tenía la convicción suficiente para moverlo.
©2021 The Enduring Word Comentario bíblico en español de David Guzik – ewm@enduringword.com