Hechos 8




Hechos 8 – Felipe y los samaritanos

A. Saulo persigue a la iglesia.

1. (1) La iglesia es perseguida y se esparce.

Y Saulo consentía en su muerte. En aquel día hubo una gran persecución contra la iglesia que estaba en Jerusalén; y todos fueron esparcidos por las tierras de Judea y de Samaria, salvo los apóstoles.

a. Y Saulo consentía en su muerte: En Filipenses 3:6, Pablo dijo de su vida antes de Jesús que era tan celoso en su fe religiosa que persiguió a la iglesia. La supervisión de Saulo de la ejecución de Esteban fue solo un ejemplo de esta persecución.

i. Consentía describe la actitud de Saulo, pero la traducción al español probablemente no es lo suficientemente fuerte. La idea detrás de la antigua palabra griega suneudokeo es: “aprobar, estar complacido con”. Algunas personas eran perseguidores renuentes, pero Saulo no era uno de ellos; a él le gustaba atacar a los cristianos.

ii. Saulo de Tarso –a quien la mayoría de nosotros conocemos por su nombre romano Pablo– después vino a remorderse grandemente por aquella persecución de la iglesia. Más tarde escribió: Porque yo soy el más pequeño de los apóstoles, que no soy digno de ser llamado apóstol, porque perseguí a la iglesia de Dios (1 Corintios 15:9).

iii. Hechos 26:11 describe lo que quizá Pablo lamentaba más: Y muchas veces, castigándolos en todas las sinagogas, los forcé a blasfemar; y enfurecido en gran manera contra ellos, los perseguí hasta en las ciudades extranjeras. Quizá Pablo haya sufrido muchas noches sin dormir pensando en aquellos a quienes forzó a blasfemar.

b. Hubo una gran persecución contra la iglesia: La muerte de Esteban era solo el comienzo. Las compuertas de la persecución ahora estaban abiertas contra los cristianos. Saulo era solo uno de los muchos perseguidores de los cristianos.

i. Ésta fue la primera persecución de los cristianos como grupo. Antes, los apóstoles habían sido arrestados, azotados y perseguidos; aquí, cada creyente fue amenazado con violencia y quizás muerte.

ii. El domingo 8 de enero de 1956, en las orillas de un río solitario muy dentro de las selvas de Ecuador, los nativos asesinaron a cinco misioneros quienes venían a contarles de Jesús. Para muchos, esta muerte parecía una tragedia sin sentido. Muchos solo podían ver a cinco jóvenes misioneros quienes tenían sus carreras terminadas demasiado pronto, o las cinco viudas y los hijos sin padre. Pero Dios hizo una increíble obra a través de esos cinco hombres, aun en sus muertes, y la bendición todavía resuena a través de personas como Elisabeth Elliot, una de las cinco mujeres cuyo esposo fue asesinado.

iii. De la misma manera, la muerte de Esteban puede parecer algo sin sentido a primera vista. Su joven ministerio de poder y elocuencia fue interrumpido repentinamente. Su ministerio también pareció terminar en fracaso: nadie fue llevado inmediatamente a la fe, y todo lo que surgió fue más persecución contra la iglesia. Pero como siempre ha sido el caso, la sangre de los mártires se convirtió en la semilla de la iglesia.

c. Todos fueron esparcidos por las tierras: Ahora los cristianos fueron forzados a hacer lo que habían rehuido: llevar el mensaje de Jesús a las tierras circundantes.

i. Esparcidos: Según Boice, hay dos palabras diferentes en el idioma griego antiguo para la idea de “esparcido”. Una tiene la idea de esparcir en el sentido de hacer desaparecer algo, como esparcir las cenizas de alguien. La otra palabra tiene la idea de esparcir en el sentido de plantar o sembrar semillas. Ésta es la antigua palabra griega usada aquí.

ii. En Hechos 1:8, Jesús claramente les dijo a sus seguidores que miraran más allá de Jerusalén y llevaran el evangelio a Judea, Samaria y hasta los fines de la tierra. Pero hasta este punto, los seguidores de Jesús no habían hecho esto.

iii. El resultado bueno del esparcir del evangelio lleva a algunos a pensar que esta persecución fue la voluntad de Dios. Dios puede usar y usará circunstancias difíciles para guiarnos hacia su voluntad. A veces tenemos que ser sacudidos fuera de nuestro estado confortable antes de hacer lo que Dios quiere que hagamos.

2. (2) El entierro de Esteban.

Y hombres piadosos llevaron a enterrar a Esteban, e hicieron gran llanto sobre él.

a. Y hombres piadosos: Al parecer, estos judíos estaban horrorizados por la muerte de Esteban. Quizá esta fue la manera en que Lucas nos recuerda que no todos los judíos de aquel tiempo eran enemigos del cristianismo.

b. Hicieron gran llanto sobre él: Como la ley judía prohibía llanto abierto por alguien que había sido ejecutado, el registro de Lucas sugiere que estos hombres piadosos se arrepintieron públicamente del asesinato de Esteban.

3. (3-4) Saulo continúa su persecución.

Y Saulo asolaba la iglesia, y entrando casa por casa, arrastraba a hombres y a mujeres, y los entregaba en la cárcel. Pero los que fueron esparcidos iban por todas partes anunciando el evangelio.

a. Asolaba: Esto usa una palabra griega antigua que podía referirse a un ejército destruyendo una ciudad o un animal salvaje desgarrando su carne. Él atacó cruelmente a cristianos, incluyendo a mujeres.

i. “No solo no excusó a las mujeres, hasta las buscó –y logro– la muerte de sus víctimas (Hechos 9:1; 22:4; 26:10)”. (Stott)

ii. “El tiempo de ese verbo, ya sea “devastar” o “destruir”, es imperfecto, lo que significa que lo devastó y seguió arrasándolo”. (Boice)

b. Los que fueron esparcidos iban por todas partes anunciando el evangelio: El resultado final para la gloria de Dios, porque la persecución simplemente sirvió para esparcir el mensaje. No debemos pensar que los que se fueron de Jerusalén salieron como predicadores formales. La mayoría eran “misioneros por accidente” que hablaban de Jesús a donde quiera que fueran.

i. “La declaración que ellos anunciaron el evangelio es engañosa; la expresión griega no necesariamente significa más que compartieron las buenas nuevas”. (Stott)

ii. Podemos ser como estos primeros cristianos. Podemos compartir las buenas nuevas de lo que Jesús ha hecho en nuestras vidas. La mayoría de las personas no vienen a Jesús a través de un predicador profesional o un evangelista; ellos vienen a Jesús a través de personas como nosotros.

iii. “En cada iglesia donde realmente hay el poder del Espíritu de Dios, el Señor causará que sea esparcida, más o menos. Él nunca quiere que una iglesia sea como una nuez cerrada en su cáscara; ni como ungimiento encerrado en una caja. El precioso perfume del evangelio tiene que ser derramado para endulzar el aire”. (Spurgeon)

B. Felipe predica a los samaritanos.

1. (5-8) Felipe trae el evangelio a los samaritanos.

Entonces Felipe, descendiendo a la ciudad de Samaria, les predicaba a Cristo. Y la gente, unánime, escuchaba atentamente las cosas que decía Felipe, oyendo y viendo las señales que hacía. Porque de muchos que tenían espíritus inmundos, salían éstos dando grandes voces; y muchos paralíticos y cojos eran sanados; así que había gran gozo en aquella ciudad.

a. Felipe: Al igual que Esteban, él fue uno de los hombres elegidos para servir a la familia de la iglesia en maneras prácticas cuando surgió la disputa sobre las viudas helenistas (Hechos 6:5). Él fue uno de los obligados a huir de la persecución (Hechos 8:1), terminando en Samaria.

b. Les predicaba a Cristo: Después de que los judíos habían rechazado el evangelio otra vez, vemos a Dios extendiendo la oferta de salvación en Jesús a otras personas, empezando con los samaritanos.

c. La ciudad de Samaria: 600 años antes de esto, los asirios conquistaron esta área del norte de Israel y deportaron a todos los judíos ricos y de clase media del área. Después importaron una población pagana desde lejos. Estos paganos se casaron con los de clases más bajas de judíos que quedaban en el norte de Israel, y de estas personas vinieron los samaritanos.

i. En general, los judíos de aquel día odiaban a los samaritanos. Los consideraban infieles mestizos que corrompían la adoración del Dios verdadero. “Había un profundo prejuicio, equivalente casi al odio, entre los judíos y los samaritanos”. (LaSor)

ii. Santiago y Juan (y los otros discípulos también) en un tiempo pensaron que los samaritanos solo eran buenos para ser quemados por el juicio de Dios (Lucas 9:51-56).

iii. La experiencia de Jesús con la mujer samaritana en el pozo (Juan 4) y su historia de la bondad de un samaritano (Lucas 10:25-37) ilustra la tensión natural entre los judíos y los samaritanos de aquel tiempo.

iv. Aun así, Felipe les predicaba a Cristo. Porque Jesús había obrado en él, ya no había lugar para este tipo de prejuicio en su corazón o mente. Él no era racista hacia los samaritanos.

d. Oyendo y viendo las señales que hacía: Felipe vino presentando el evangelio, con señales y prodigios siguiendo una confirmación impresionante. Cuando la gente encontró a Jesús, había gran gozo en aquella ciudad.

i. Sin duda, una razón por la que hubo tal fruto fue porque Jesús había sembrado la semilla en Samaria durante su ministerio (Juan 4:1-26). Ahora, Felipe cosechó la siembra.

ii. El gran gozo en aquella ciudad vino de gran tristeza y dolor en Jerusalén. Vino de la realidad del poder espiritual (las señales que hacía). Pero vino especialmente mientras Felipe les predicaba a Cristo.

iii. “Queridos amigos, me deleito en predicarles todas las doctrinas que encuentro en la palabra de Dios; pero deseo siempre predicar la persona de Cristo sobre la doctrina; la doctrina es solo la silla en la que Cristo se sienta como profeta para instruirnos”. (Spurgeon)

2. (9-13) Simón el hechicero cree.

Pero había un hombre llamado Simón, que antes ejercía la magia en aquella ciudad, y había engañado a la gente de Samaria, haciéndose pasar por algún grande. A éste oían atentamente todos, desde el más pequeño hasta el más grande, diciendo: Este es el gran poder de Dios. Y le estaban atentos, porque con sus artes mágicas les había engañado mucho tiempo. Pero cuando creyeron a Felipe, que anunciaba el evangelio del reino de Dios y el nombre de Jesucristo, se bautizaban hombres y mujeres. También creyó Simón mismo, y habiéndose bautizado, estaba siempre con Felipe; y viendo las señales y grandes milagros que se hacían, estaba atónito.

a. Un hombre llamado Simón: Este Simón tenía un cierto nivel de fama local. Él fue honrado como alguien que no solo tenía el poder de Dios; decían de él: “Este es el gran poder de Dios”.

b. Que antes ejercía la magia: En la Biblia, la magia está asociada con prácticas ocultas y mágicas, y muchas veces con la toma de drogas que alteran la mente y el estado de ánimo. Cualquier poder real que Simón tenía, era de Satanás, no de Dios.

i. La redacción específica indica que Simón era un mago. En el mundo antiguo había una clase de astrónomos y científicos conocidos como magos (Mateo 2:1), pero los brujos y los hechiceros locales también usaban ese título. Lo usaban para aprovecharse de la ignorancia y las supersticiones de la gente común.

ii. “Ramsay describe a los magos (especialmente el tipo inferior que apelaba a la superstición generalizada del mundo antiguo) como la influencia más fuerte que existió en ese mundo y una que debe destruir o ser destruida por el cristianismo”. (Williams)

c. Y le estaban atentos, porque con sus artes mágicas les había engañado: Los samaritanos asumieron incorrectamente que, porque Simón tenía un poder espiritual, era de Dios; sin embargo, eso simplemente no era cierto.

d. Pero cuando creyeron a Felipe, que anunciaba el evangelio del reino de Dios y el nombre de Jesucristo: Los que previamente habían sido engañado por Simón y sus artes mágicas ahora creyeron a Felipe y lo que predicaba. Él trajo el mensaje del evangelio y ellos lo creyeron.

i. Los que creyeron proclamaron su fe cuando fueron bautizados. “No hay indicios de ninguna deficiencia en su fe. Seguramente Felipe no reconoció ninguno, o no los habría bautizado”. (Williams)

e. Viendo las señales y grandes milagros que se hacían, estaba atónito: Simón fue convencido por la predicación de Felipe y sus milagros asombrosos, hasta el punto en que declaró la fe, fue bautizado y estaba siempre con Felipe. Simón se convirtió en un seguidor de Felipe y su ministerio.

i. En este punto –hasta Hechos 8:13– no hay nada que indique que la fe de Simón era falsa o insincera. Sin embargo, será probada por su conducta a lo largo del tiempo.

3. (14-17) Los samaritanos reciben el Espíritu Santo cuando Pedro y Juan les imponen las manos.

Cuando los apóstoles que estaban en Jerusalén oyeron que Samaria había recibido la palabra de Dios, enviaron allá a Pedro y a Juan; los cuales, habiendo venido, oraron por ellos para que recibiesen el Espíritu Santo; porque aún no había descendido sobre ninguno de ellos, sino que solamente habían sido bautizados en el nombre de Jesús. Entonces les imponían las manos, y recibían el Espíritu Santo.

a. Enviaron allá a Pedro y a Juan: Cuando Jesús le dio a Pedro (y a los otros apóstoles) las llaves del reino de los cielos (Mateo 16:19) fue realmente para este propósito. Aquí oficialmente dieron la bienvenida a aquellos (los samaritanos) que previamente habían sido excluidos del pueblo de Dios al reino de Dios.

b. Porque aún no había descendido sobre ninguno de ellos: Obviamente, hubo una experiencia posterior con el Espíritu Santo que estos creyentes samaritanos no conocían hasta que los apóstoles vinieron y les ministraron.

c. Les imponían las manos: A menudo, el poder y el llenado del Espíritu Santo se reciben cuando se imponen las manos sobre una persona y se ofrece oración por ellos (Hechos 9:17, 1 Timoteo 4:14, 2 Timoteo 1:6). Siempre debemos estar listos para recibir cualquier gracia o don que Dios tenga para darnos a través de la imposición de manos.

d. Recibían el Espíritu Santo: No sabemos con exactitud como esto fue evidente. Quizá se manifestaron ciertos dones espirituales (1 Corintios 12:7-10).

e. Recibían el Espíritu Santo: El hecho de que estos cristianos recibieron el Espíritu Santo en lo que parece ser una experiencia subsiguiente a su salvación ha causado mucha controversia; se han ofrecido diferentes explicaciones.

i. Algunos dicen que nunca fueron verdaderamente nacidos de nuevo (convertidos) bajo la predicación de Felipe. Cuando Pedro y Juan vinieron, realmente confiaron en Jesús y allí recibieron el Espíritu Santo.

ii. Algunos dicen que ellos fueron verdaderamente nacidos de nuevo. Después, en una experiencia posterior, recibieron el Espíritu Santo según un patrón que creyentes deben seguir hoy.

iii. Algunos dicen que fueron convertidos en respuesta a la predicación de Felipe; Pero Dios, en un movimiento único, retuvo el don del Espíritu Santo hasta que Pedro y Juan pudieron dárselo. El propósito de Dios en esto era asegurar la continuidad entre la iglesia en Jerusalén y la nueva iglesia en Samaria, evitando la división.

iv. Algunos dicen que realmente fueron nacidos de nuevo y recibieron el Espíritu Santo en el momento de la conversión, pero que les fueron dados dones y gracias especiales del Espíritu Santo por la imposición de manos de Pedro y Juan.

v. La última opción parece explicar mejor lo que sucedió. Cualquiera que sea la experiencia de los samaritanos, parece haber sido más que la dotación “normal” del Espíritu Santo en el momento de salvación. Esta es una llenura del Espíritu Santo que siempre debemos desear y buscar.

4. (18-19) La petición egoísta de Simón.

Cuando vio Simón que por la imposición de las manos de los apóstoles se daba el Espíritu Santo, les ofreció dinero, diciendo: Dadme también a mí este poder, para que cualquiera a quien yo impusiere las manos reciba el Espíritu Santo.

a. Cuando vio Simón que por la imposición de las manos de los apóstoles se daba el Espíritu Santo: Simón notó que cuando Pedro y Juan impusieron las manos en los samaritanos y oraron por ellos, algo sucedió. Estaba impresionado por ese algo.

b. Les ofreció dinero: Simón pensó que el Espíritu Santo era simplemente un poder que se podía comprar o vender. Él quería controlar la función del Espíritu, y consideraba al Espíritu Santo como un poder que él podía usar como quisiera, en vez de una Persona que gobernaba su vida.

i. Simonía es la palabra para el pecado de comprar o vender oficios o privilegios de la iglesia, porque se hace en el mismo espíritu que este Simón. Este pecado es a veces practicado hoy en día; pero más comúnmente la gente simplemente piensa que la bendición sigue al dinero, en vez de el dinero sigue a la bendición.

c. Para que cualquiera a quien yo impusiere las manos reciba el Espíritu Santo: Simón realmente no deseaba el Espíritu Santo para sí mismo, sino la habilidad de impartir el poder del Espíritu Santo a otros cuando quisiera. Esto le daría mucha autoridad espiritual.

i. “El pecado era desear poseer el poder espiritual para fines personales”. (Morgan)

5. (20-23) La respuesta de Pedro a Simón.

Entonces Pedro le dijo: Tu dinero perezca contigo, porque has pensado que el don de Dios se obtiene con dinero. No tienes tú parte ni suerte en este asunto, porque tu corazón no es recto delante de Dios. Arrepiéntete, pues, de esta tu maldad, y ruega a Dios, si quizás te sea perdonado el pensamiento de tu corazón; porque en hiel de amargura y en prisión de maldad veo que estás.

a. Has pensado que el don de Dios se obtiene con dinero: Por supuesto, Simón estaba equivocado en su pensar. Los dones de Dios se reciben libremente de Él, por fe.

i. Como dice en Isaías 55:1: A todos los sedientos: Venid a las aguas; y los que no tienen dinero, venid, comprad y comed. Venid, comprad sin dinero y sin precio, vino y leche.

ii. Lo que recibimos de Dios afectará lo que hacemos con nuestro dinero; pero no podemos comprar los dones de Dios con dinero.

b. Tu dinero perezca contigo: Simón estaba tan mal que merecía este fuerte regaño. Phillips traduce la frase Tu dinero perezca contigo así: Al infierno contigo y tu dinero.

i. El discernimiento denuedo de Pedro debe haber sido difícil o incomodo de ver. Pocos hoy en día reprenderían lo que parecía ser un joven cristiano tan fuertemente. Pero Pedro estaba dispuesto a decirle a Simón la verdad en amor, aunque fue difícil para Simón y los demás allí escucharla.

c. No tienes tú parte ni suerte en este asunto, porque tu corazón no es recto delante de Dios: El regaño de Pedro a Simón no contesta exactamente una pregunta importante e interesante: ¿era Simón un verdadero cristiano, genuinamente nacido de nuevo?

i. Simón dio muchas evidencias de conversión, al menos a la observación de lo exterior.

·Simón expresó creer en la predicación de Felipe (Hechos 8:13).

·Felipe recibió a Simón como cierto tipo de seguidor (Hechos 8:13).

·Simón atendió reuniones de cristianos (Hechos 8:18).

ii. Por todas estas razones, Felipe consideró a Simón como cristiano –seguidor de Jesús– y lo bautizó (Hechos 8:13). Como nosotros hoy en día, Felipe no podía ver dentro del corazón espiritual de Simón y saber con plena certidumbre que era sincero en su fe; pero él había demostrado lo suficiente para hacer creíble su proclamación de fe.

iii. Pero es posible tomar la declaración de Pedro “No tienes tú parte ni suerte en este asunto, porque tu corazón no es recto delante de Dios” como evidencia de que Simón no era un verdadero converso con arrepentimiento y fe sincera. Su caso es entonces “una advertencia para cualquiera que piense que solo porque él o ella ha hecho una profesión de fe o ha pasado por ciertas mociones esperadas de los cristianos que él o ella está bien con Dios. Ese no es el caso”. (Boice)

iv. “Los hombres pueden venir muy cerca, pueden estar intelectualmente convencidos de la supremacía de Jesús; quizá pueden decidir adoptar su ideal ético; pueden ir tan lejos como para determinar que imitarán la perfección de su ejemplo. Pero estas cosas no hacen que los hombres sean cristianos”. (Morgan)

v. Al mismo tiempo, Boice observó: “Cuando Pedro dice: No tienes parte ni asunto en este ministerio, es interesante que usa las mismas palabras que Jesús usó con él cuando Pedro se opuso a que Jesús le lavara sus pies en el aposento alto. Jesús dijo: Si no te lavare, no tendrás parte conmigo (Juan 13:8). Palabras fuertes. Aun así, Pedro no era un incrédulo; él solo estaba fuera de la voluntad de Dios”. (Boice)

vi. Sin duda, Simón iba en la dirección equivocada, así que necesitaba esta reprimenda. Se podría decir que se dirigía hacia el infierno, por la frase “Tu dinero perezca contigo”.

d. En hiel de amargura y en prisión de maldad: Esto describió con precisión el corazón de Simón. Pero Pedro no intentó expulsarle un demonio de amargura o maldad. En cambio, Pedro lo llamó al arrepentimiento (Arrepiéntete, pues), a la oración (ruega a Dios), y a justicia (tratar con el pensamiento de tu corazón).

i. Quizá el orgullo le impidió a Simón creer genuinamente en Jesús. Antes de la llegada de Felipe y el evangelio, Simón fue admirado como un hombre santo en la región, y había sido admirado durante mucho tiempo (Hechos 8:11), tanto que la gente declaraba: Este es el gran poder de Dios (Hechos 8:10). Una persona orgullosa puede dar una muestra exterior de fe porque es “lo correcto” ante los ojos de los demás, pero en las partes secretas de su corazón, puede que no se sometan a Jesucristo.

6. (24-25) La respuesta de Simón y un resumen de la obra en Samaria.

Respondiendo entonces Simón, dijo: Rogad vosotros por mí al Señor, para que nada de esto que habéis dicho venga sobre mí. Y ellos, habiendo testificado y hablado la palabra de Dios, se volvieron a Jerusalén, y en muchas poblaciones de los samaritanos anunciaron el evangelio.

a. Rogad vosotros por mí al Señor, para que nada de esto que habéis dicho venga sobre mí: En vez de humillar su corazón ante Dios, Simón le pide a Pedro que orara para que fuera librado de las consecuencias de su pecado. Esto muestra que Simón sintió una verdadera convicción del Espíritu Santo, pero que todavía no estaba dispuesto a humillar su propio corazón ante Dios. Pedro no podía humillar el corazón de Simón por él.

i. Tan malo como fue el caso de Simón, todavía podía arrepiéntete, pues, de esta tu maldad, y ruega a Dios, si quizá te sea perdonado el pensamiento de tu corazón (Hechos 8:22). La puerta de arrepentimiento y de tener su corazón bien con Dios estaba abierta para Simón si solo la tomaba, pero Pedro no podía hacerlo por él.

ii. “Sus palabras eran lo que llamaríamos en inglés coloquial “un pretexto”. Él estaba rehusando hacer lo que se le había dicho que hiciera y le estaba pasando la responsabilidad a Pedro”. (Boice)

iii. El predicador no puede creer por ti, ni tampoco puede arrepentirse por ti; él tiene suficiente arrepentimiento que hacer por si mismo. El predicador puede orar por ti, pero más vale que también ores por ti mismo, como Pedro le dijo a Simón que hiciera.

iv. No sabemos que pasó con Simón. No sabemos si cumplió con la convicción de corazón evidente en Hechos 8:24. La tradición de la iglesia dice que se fue a lo malo y se convirtió en un maestro falso peligroso entre los primeros cristianos. Es posible que se haya arrepentido y acercado a Dios.

b. Y ellos, habiendo testificado y hablado la palabra de Dios, se volvieron a Jerusalén: Pedro y Juan tuvieron un exitoso y fructífero ministerio en Samaria, pero se volvieron a Jerusalén en lugar de continuar a alcanzar más allá de esa ciudad.

C. Felipe le predica al etíope.

1. (26-28) Felipe, guiado por el Espíritu Santo, es dirigido a un funcionario del gobierno etíope.

Un ángel del Señor habló a Felipe, diciendo: Levántate y ve hacia el sur, por el camino que desciende de Jerusalén a Gaza, el cual es desierto. Entonces él se levantó y fue. Y sucedió que un etíope, eunuco, funcionario de Candace reina de los etíopes, el cual estaba sobre todos sus tesoros, y había venido a Jerusalén para adorar, volvía sentado en su carro, y leyendo al profeta Isaías.

a. Levántate y ve hacia el sur: Podríamos haber pensado que Felipe se opondría a dejar el gran éxito de la obra en Samaria para ir al desierto desolado, pero Dios tenía un plan en todo. Felipe se sometió al plan de Dios.

i. “Felipe era el hombre en el frente de la batalla. Parecía ser completamente indispensable. Sin embargo, fue precisamente en este momento cuando Dios lo llamó a irse del área”. (Boice)

ii. Si uno escuchara el llamado para dejar un ministerio tan bendecido y fructífero, probablemente pensaría que era el diablo hablando y no el Señor. Uno podría pensar, “ahora no” o “yo no” o “allí no”.

b. El cual es desierto: Dejando un ministerio fructuoso para ir a un desierto parece tontería desde la perspectiva del hombre, pero sabio si es dirigido por Dios. ¿Qué podría ser más necio que dejar un lugar de ministerio próspero e ir a un camino en el desierto?

i. “Había dos caminos de Jerusalén a Gaza, y el Espíritu le ordena a Felipe que tome el que rara vez se usaba”. (MacArthur)

ii. “Si Cristo es obstaculizado, ¡es porque algún Felipe no está dispuesto a ir!” (Morgan)

iii. “Lo hemos visto, desde el día de Pentecostés en adelante, moviéndose sobre multitudes; ahora rastreamos sus movimientos en el individuo, y lo vemos en su tratamiento y dirección individual, viendo cómo guía a un creyente y dirige a un inquisidor”. (Pierson) Felipe no fue el único dirigido por el Espíritu. El hombre de Etiopía también lo fue, aunque todavía no lo sabía.

c. Un etíope … había venido a Jerusalén para adorar: En el camino del desierto, Felipe se encontró con un prosélito etíope al judaísmo que regresaba de Jerusalén ¡leyendo la Biblia!

i. Esta Etiopía –mucho más grande que la Etiopía de hoy en día– fue la tierra de donde vino la reina de Saba, que vio la gloria del reino de Salomón y profesó fe en el Dios de Israel. Es posible que pedazos de la fe judía fueron pasadas a través de los siglos a hombres como este funcionario de la reina.

ii. “Era un hombre noble en una búsqueda noble”. (Hughes) No podemos decir si el etíope encontró a Dios en su visita a Jerusalén, pero ciertamente encontró la palabra de Dios, y leyendo la palabra de Dios lo guiaría a Dios.

d. Funcionario … el cual estaba sobre todos sus tesoros: El etíope era un hombre exitoso. Mas su éxito obviamente no contestaba todas las preguntas de su vida. Él sabía que necesitaba respuestas espirituales reales en su vida, y estaba buscando a Dios.

i. Candace era el título de ciertas mujeres de la realeza en Etiopía.

e. Leyendo al profeta Isaías: El etíope estaba hambriento por la palabra de Dios. Por lo general, el pergamino le costaría mucho dinero, por lo que mostró que realmente quería leer y conocer la palabra de Dios.

2. (29-31) El etíope invita a Felipe a explicar la Biblia.

Y el Espíritu dijo a Felipe: Acércate y júntate a ese carro. Acudiendo Felipe, le oyó que leía al profeta Isaías, y dijo: Pero ¿entiendes lo que lees? El dijo: ¿Y cómo podré, si alguno no me enseñare? Y rogó a Felipe que subiese y se sentara con él.

a. El Espíritu dijo a Felipe: Felipe tuvo una gran audacia para ir directamente al carro del etíope y hablar con él, pero eso es lo que el Espíritu Santo le dijo que hiciera.

i. El etíope era un hombre rico, un hombre con poder, y por lo menos de cierta manera una celebridad. Pero Felipe sabía que necesitaba a Jesús al igual que cualquier otra persona. Nunca debemos temer hablar de Jesús con aquellos que se consideran personas importantes.

ii. A menudo nos avergonzamos de hablar audazmente acerca de Jesús, y el mundo nos hace saber que no debemos hablar de tales cosas. Pero el mundo no duda en imponernos su propio mensaje. Deberíamos ser tan valientes en hablarle al mundo de Jesús como el mundo es de hablarnos de pecado.

b. Le oyó que leía: Era común en el mundo antiguo leer en voz alta. Felipe sabía lo que el etíope leía al escuchar mientras leía.

c. Le oyó que leía al profeta Isaías: Felipe supo en ese momento que Dios le había dado una puerta abierta, un corazón preparado. Claramente, Dios había organizado este encuentro entre Felipe y el etíope; Este es un maravilloso ejemplo de cómo Dios abre puertas para la evangelización. Dios dirigió a Felipe porque Dios ya había preparado una puerta abierta.

i. Uno de nuestros trabajos más importantes en predicar el evangelio es simplemente orar por puertas abiertas. Después, habiendo orado por puertas abiertas, debemos mantenernos atentos a las oportunidades que Dios presenta.

ii. Felipe fue eficaz como evangelista porque sabía cómo fluir con lo que el Espíritu Santo quería hacer. Él verdaderamente fue guiado por el Espíritu, no por sus propios caprichos y sentimientos.

d. ¿Entiendes lo que lees?: Era bueno que el etíope leyera la Biblia, pero a menos que se le trajera entendimiento, había poco provecho de su lectura. Pero Dios había traído a alguien (Felipe) para traer entendimiento.

i. “Era una buena pregunta: inofensiva, pero una oferta sutil y amable para explicar el pasaje si el funcionario etíope estaba interesado en recibir una explicación”. (Boice)

ii. ¿Y cómo podré, si alguno no me enseñare?: Esta es la pregunta correcta de cualquiera que quiera entender la Biblia. Nunca debemos sentirnos mal si necesitamos ser enseñados antes de que podamos entender muchas cosas.

iii. Es maravilloso cuando llegamos a comprender las grandes verdades de la Biblia por nuestra cuenta, pero Dios también tiene un lugar y un propósito para los maestros entre los seguidores de Jesús.

iv. Para obtener más entendimiento de nuestras Biblias, debemos sumergirnos. Las mariposas vagan sobre las flores en el jardín y no logran nada, pero las abejas se sumergen en la flor y se llevan los alimentos esenciales. No obtendremos nada si solamente aleteamos sobre nuestras Biblias; tenemos que sumergirnos.

3. (32-35) Empezando en el pasaje de Isaías, Felipe predica de Jesús al etíope.

El pasaje de la Escritura que leía era este:

Como oveja a la muerte fue llevado;
Y como cordero mudo delante del que lo trasquila,
Así no abrió su boca. En su humillación no se le hizo justicia;
Mas su generación, ¿quién la contará?
Porque fue quitada de la tierra su vida.

Respondiendo el eunuco, dijo a Felipe: Te ruego que me digas: ¿de quién dice el profeta esto; de sí mismo, o de algún otro? Entonces Felipe, abriendo su boca, y comenzando desde esta escritura, le anunció el evangelio de Jesús.

a. Como oveja a la muerte fue llevado: En la maravillosa planificación de Dios, el etíope estaba leyendo las profecías asombrosas y específicas de Isaías 53 que describen la obra sacrificial del Mesías por venir.

b. Te ruego que me digas: ¿de quién dice el profeta esto; de sí mismo, o de algún otro? En cuanto al pasaje de Isaías 53:7-8, los judíos de aquel día tenían diferentes maneras en que entendían la identidad de este siervo sufriente.

·Algunos pensaron que el siervo sufriente era la nación de Israel, ya que Israel había sufrido grandemente en guerras, exilio y persecución.

·Algunos pensaron que el siervo sufriente era Isaías escribiendo de sí mismo.

·Algunos pensaron que el siervo sufriente era el Mesías, pero les resultó difícil de aceptar esto, porque no querían pensar que el Mesías iba a sufrir.

c. Comenzando desde esta escritura: Felipe habló de más que este pasaje de Isaías, pero allí empezó. Empezó en tierra común con el etíope, pero se dirigió a hablar de Jesús. Fue fácil hablar de Jesús comenzando desde esta escritura.

i. Debido a que la Biblia entera apunta a Jesús de una manera u otra, realmente podemos empezar en cualquier pasaje y encontrar dónde nos guía a Jesús.

d. Le anunció el evangelio de Jesús: La predicación eficaz de Felipe consistió en explicar quien era Jesús (como cordero … anunció de … Jesús) y loque él ha hecho por nosotros (Como oveja a la muerte fue llevado). Explicar quién es Jesús y lo que ha hecho por nosotros es la esencia del evangelio.

i. Demasiados predicadores hoy en día se enfocan en lo que debemos hacer por Dios, pero el evangelio empieza y se basa en lo que Dios ha hecho por nosotros en Jesucristo.

ii. Felipe predicó a Cristo en Samaria (Hechos 8:5) y le anunció el evangelio de Jesús a este etíope. Podemos estar seguros de que fue el mismo Jesús que predicó en Jerusalén. No necesitaba un Jesús diferente o un mensaje diferente para diferentes audiencias.

4. (36-38) El etíope cree y es bautizado.

Y yendo por el camino, llegaron a cierta agua, y dijo el eunuco: Aquí hay agua; ¿qué impide que yo sea bautizado? Felipe dijo: Si crees de todo corazón, bien puedes. Y respondiendo, dijo: Creo que Jesucristo es el Hijo de Dios. Y mandó parar el carro; y descendieron ambos al agua, Felipe y el eunuco, y le bautizó.

a. Y dijo el eunuco: El etíope mismo estaba listo para responder al evangelio. Esto fue una obra del Espíritu Santo, no un tributo al arte de vender de Felipe.

b. Aquí hay agua; ¿qué impide que yo sea bautizado? Esto muestra que el etíope realmente creía, y que quería ser bautizado para declarar su fe. Vio la verdad de Dios y supo que era para él.

i. “Quizá Felipe incluso terminó su explicación del evangelio con un llamado al bautismo como lo hizo Pedro en Pentecostés”. (Hughes)

c. Si crees de todo corazón, bien puedes: Felipe insistió que el etíope creyera de todo corazón antes de ser bautizado. En pocas palabras, esto describe cómo debemos responder al evangelio: creer de todo corazón.

i. El diablo mismo tiene la fe de la cabeza, pero odia la verdad en su corazón. Dios quiere que su verdad no solo esté en nuestras mentes, sino también en nuestros corazones. Podemos saber intelectualmente que Jesús murió por los pecados del mundo, pero ¿sabemos en nuestros corazones que murió para limpiar nuestros pecados?

d. Creo que Jesucristo es el Hijo de Dios: Esta confesión de fe, tomada con todo lo que significa, es la creencia esencial para cualquiera que venga a Dios. Debemos creer en la persona de Jesús, en todo lo que Él es y ha hecho como Cristo. Debemos creer que Él es el Hijo divino, y que es el Hijo de Dios enviado por el Padre para lograr la salvación de todos aquellos que creen con todo su corazón.

i. Cuando el etíope dijo “Jesucristo”, confesó que Jesús es el Mesías (Cristo). Estuvo de acuerdo con su mente y corazón en que Jesús es el siervo que llevó el pecado que Isaías describió.

e. Descendieron ambos al agua: Claramente, Felipe sumergió al etíope en el bautismo. Esto no fue rociar; sino inmersión.

5. (39-40) La partida misteriosa de Felipe.

Cuando subieron del agua, el Espíritu del Señor arrebató a Felipe; y el eunuco no le vio más, y siguió gozoso su camino. Pero Felipe se encontró en Azoto; y pasando, anunciaba el evangelio en todas las ciudades, hasta que llegó a Cesarea.

a. El Espíritu del Señor arrebató a Felipe; y el eunuco no le vio más … Felipe se encontró en Azoto: De repente, el Espíritu del Señor llevó a Felipe cuando él y el etíope salieron del agua. Entonces fue transportado de alguna manera sobrenatural a la ciudad anteriormente filistea de Azoto (también conocida como Asdod).

i. Este es un evento raro y quizá sin precedentes en las Escrituras. Pero sucedió algo similar cuando el bote de los discípulos llegó inmediatamente a su destinación (Juan 6:15-21), y algo similar también sucederá cuando la iglesia sea arrebatada al encuentro con él en el rapto (1 Tesalonicenses 4:15-18).

b. Siguió gozoso su camino: El gozo del etíope, aun después de la partida extraña de Felipe, muestra que su fe estaba firmemente arraigada en Dios, no en Felipe.

i. Los cristianos coptos –grandemente perseguidos hoy en Egipto– trazan su herencia espiritual a este funcionario etíope.

c. Pasando, anunciaba el evangelio en todas las ciudades, hasta que llegó a Cesarea: Esto muestra que Felipe comenzó a predicar no solo en ciudades samaritanas, pero también en ciudades gentiles, tales como Cesarea. Esto es el mero principio de la dispersión del evangelio hasta lo último de la tierra, como Jesús mandó en Hechos 1:8.

i. No es de extrañar que Felipe sea el único en el Nuevo Testamento que recibe específicamente el título: “El Evangelista” (Hechos 21:8). Hechos 21:8 lo encuentra todavía en Cesarea, haciendo su trabajo de evangelismo allí.

© 2024 The Enduring Word Comentario bíblico en español de David Guzik – ewm@enduringword.com

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