Isaías 33 – El Señor libera a Sion
A. El Señor viene en juicio y misericordia.
1. (1) ¡Ay del saqueo de Asiria!
¡Ay de ti, que saqueas, y nunca fuiste saqueado; que haces deslealtad, bien que nadie contra ti la hizo! Cuando acabes de saquear, serás tú saqueado; y cuando acabes de hacer deslealtad, se hará contra ti.
a. Ay de ti, que saqueas: Esta profecía, dicha antes de la invasión asiria, muestra que este ejército aparentemente imparable será de hecho detenido. Los que saquearon serán saqueados y los que hicieron deslealtad serán tratados con deslealtad.
b. Se hará contra ti: Jesús habló de este mismo principio en Mateo 7:1-2: No juzguéis, para que no seáis juzgados. Porque con el juicio con que juzgáis, seréis juzgados, y con la medida con que medís, os será medido. Dios tiene todo el derecho de tratar con nosotros como nosotros hemos tratado con los demás.
2. (2-4) La oración del pueblo de Dios.
Oh Jehová, ten misericordia de nosotros, a ti hemos esperado; tú, brazo de ellos en la mañana, sé también nuestra salvación en tiempo de la tribulación. Los pueblos huyeron a la voz del estruendo; las naciones fueron esparcidas al levantarte tú. Sus despojos serán recogidos como cuando recogen orugas; correrán sobre ellos como de una a otra parte corren las langostas.
a. Oh Jehová, ten misericordia de nosotros: A la luz de la amenaza asiria y la anhelada liberación de un rey justo, el pueblo de Dios ya no ve a los egipcios, ya no se ve a sí mismo. Ahora ven al Señor y claman, “Oh Jehová, ten misericordia de nosotros”.
b. A ti hemos esperado; tú, brazo de ellos en la mañana: El pueblo de Dios ya no confía en sí mismo. Esperan en el Señor y ven su brazo cada mañana.
c. Las naciones fueron esparcidas al levantarte tú: El pueblo de Dios tiene una confiada expectativa en el Señor. Su oración está llena de maravillosa expectativa.
d. Como cuando recogen orugas: “Es posible que el versículo cuatro ya haya tenido un cumplimiento inicial después de la muerte de los soldados asirios, porque indudablemente los habitantes de Jerusalén se congregaron como orugas alrededor de los cadáveres y los implementos de la guerra”. (Bultema)
3. (5-6) La adoración del pueblo de Dios.
Será exaltado Jehová, el cual mora en las alturas; llenó a Sion de juicio y de justicia. Y reinarán en tus tiempos la sabiduría y la ciencia, y abundancia de salvación; el temor de Jehová será su tesoro.
a. Será exaltado Jehová: Los tiempos difíciles fueron duros, pero llevaron al pueblo de Dios a tener una mejor visión de quien es Él. Debido a que habían sido humillados, ven que será exaltado Jehová.
b. Llenó a Sion de juicio y de justicia: El pueblo de Dios ora esto anticipando la respuesta. No tienes que esperar hasta que Dios lo haga todo para agradecerle. Puedes, por fe, darle gracias de antemano.
c. El temor de Jehová será su tesoro: Honor, respeto y reverencia hacia el Señor es su tesoro. Es un regalo que Dios nos da, no nos lo da para que nos acobardemos de miedo, sino para que lo honremos correctamente.
4. (7-9) El juicio del Señor humilla a la tierra.
He aquí que sus embajadores darán voces afuera; los mensajeros de paz llorarán amargamente. Las calzadas están deshechas, cesaron los caminantes; ha anulado el pacto, aborreció las ciudades, tuvo en nada a los hombres. Se enlutó, enfermó la tierra; el Líbano se avergonzó, y fue cortado; Sarón se ha vuelto como desierto, y Basán y el Carmelo fueron sacudidos.
a. Sus embajadores darán voces afuera… los mensajeros de paz llorarán amargamente: Cuando el juicio del Señor venga a la tierra, todos serán humillados ante Él. Sus embajadores darán voces afuera y los embajadores de paz – que confiaron en otras naciones en lugar del Señor – llorarán amargamente. Incluso el poderoso Líbano, con sus majestuosos bosques de cedros, se avergonzó, y fue cortado.
b. Sus embajadores: La palabra hebrea traducida como embajadores aparece solo esta vez en la biblia.
i. “La palabra erellam, que traducimos como embajadores, es muy difícil; ningún hombre sabe lo que significa. Kimchi supone que es el nombre del ángel que golpeó el campamento asirio. La Vulgata y mi antiguo manuscrito lo traducen como videntes; y la mayoría de las versiones lo entienden de esta manera. Ninguno de los manuscritos nos ayuda”. (Clarke)
B. El fuego del Señor.
1. (10-13) El Señor anuncia Su fuego de juicio.
Ahora me levantaré, dice Jehová; ahora seré exaltado, ahora seré engrandecido. Concebisteis hojarascas, rastrojo daréis a luz; el soplo de vuestro fuego os consumirá. Y los pueblos serán como cal quemada; como espinos cortados serán quemados con fuego. Oíd, los que estáis lejos, lo que he hecho; y vosotros los que estáis cerca, conoced mi poder.
a. Ahora me levantaré: Mientras toda la tierra es abatida por el juicio del Señor, al mismo tiempo, el Señor se enaltece.
b. Y los pueblos serán como cal quemada; como espinos cortados serán quemados con fuego: El juicio de Dios vendrá como fuego, y las obras malas e inútiles del hombre serán como cal y espinos que rápida y ferozmente arden en el fuego.
i. “Cal quemada enfatiza la intensidad del fuego”. (Motyer)
2. (14-19) Pecadores temerosos y santos benditos.
Los pecadores se asombraron en Sion, espanto sobrecogió a los hipócritas. ¿Quién de nosotros morará con el fuego consumidor? ¿Quién de nosotros habitará con las llamas eternas? El que camina en justicia y habla lo recto; el que aborrece la ganancia de violencias, el que sacude sus manos para no recibir cohecho, el que tapa sus oídos para no oír propuestas sanguinarias; el que cierra sus ojos para no ver cosa mala; éste habitará en las alturas; fortaleza de rocas será su lugar de refugio; se le dará su pan, y sus aguas serán seguras. Tus ojos verán al Rey en su hermosura; verán la tierra que está lejos. Tu corazón imaginará el espanto, y dirá: ¿Qué es del escriba? ¿Qué del pesador del tributo? ¿Qué del que pone en lista las casas más insignes? No verás a aquel pueblo orgulloso, pueblo de lengua difícil de entender, de lengua tartamuda que no comprendas.
a. Los pecadores se asombraron en Sion: Por supuesto que tenían miedo. Tenían miedo porque venía el juicio del Señor. Los que no tenían miedo de practicar su pecado, ahora temían cuando el juicio justo venía sobre su pecado.
b. El que camina en justicia y habla lo recto… éste habitará en las alturas: A pesar de que los pecadores y los hipócritas están aterrorizados por el juicio venidero del Señor, los justos del Señor se consuelan de que Dios viene para corregir las cosas.
c. Tus ojos verán al Rey en su hermosura: El Señor bendecirá a sus justos. Ellos tendrán un lugar de refugio. Fortaleza, pan y agua no les faltarán. Pero muy por encima de estas bendiciones materiales, ellos verán al Rey en su hermosura. En el sentido más inmediato, esto se refiere a Ezequías; pero en el sentido final, a nuestro hermoso salvador Jesucristo.
i. Más allá de toda la gloria material, el esplendor y el consuelo del cielo, esta es la mayor gloria del cielo: no ser glorificado personalmente, sino que nuestros ojos verán al Rey en su hermosura.
ii. No se trata de solo ver al Rey; es poder verlo en su hermosura. Se puede decir que ocasionalmente “vislumbramos” a nuestro Rey Jesús, e incluso a veces vemos un destello de su hermosura. Pero la experiencia más elevada que podríamos tener ahora es nada en comparación con lo que experimentaremos cuando veamos al Rey en su hermosura. Pablo dijo sobre nuestro caminar presente, Ahora vemos por espejo, oscuramente; mas entonces veremos cara a cara. Ahora conozco en parte; pero entonces conoceré como fui conocido (1 Corintios 13:12). Hoy, cuando nos miramos en un buen espejo, la imagen es clara. Pero en el mundo antiguo, los espejos estaban hechos de metal pulido y la imagen siempre era confusa y algo distorsionada. Ahora vemos a Jesús solo de una manera oscura y poco clara, pero un día lo veremos con perfecta claridad.
iii. El cielo es preciado para nosotros por muchas razones. Anhelamos estar con los seres queridos que han fallecido antes que nosotros y a quienes extrañamos tanto. Anhelamos estar con los grandes hombres y mujeres de Dios que nos han precedido en los siglos pasados. Queremos caminar por las calles de oro, ver las puertas de perlas, ver a los ángeles alrededor del trono de Dios adorándolo día y noche. Sin embargo, ninguna de esas cosas, por preciosas que sean, hacen que el cielo sea realmente “el cielo”. Lo que hace que el cielo sea realmente el cielo es la presencia sin obstáculos, sin restricciones, de nuestro Señor. Y ver al Rey en su hermosura será la experiencia más grande de tu existencia eterna.
iv. Parte de la hermosura del Rey en el cielo serán las cicatrices que conserva de Su sufrimiento por causa de nosotros en esta tierra. Después de que Jesús resucitó de entre los muertos en Su cuerpo glorificado, Su cuerpo retuvo de manera única las huellas de los clavos en Sus manos y la cicatriz en Su costado (Juan 20:24-29). En Zacarías 12:10, Jesús habla proféticamente del día en que el pueblo judío se volverá a Él y lo verá en gloria:y mirarán a mí, a quien traspasaron, y llorarán como se llora por hijo unigénito, afligiéndose por él como quien se aflige por el primogénito. Zacarías 13:6 continua con este pensamiento: Y le preguntarán: ¿Qué heridas son estas en tus manos? Y él responderá: Con ellas fui herido en casa de mis amigos.
d. Tu corazón imaginará el espanto: La revelación del Rey será la mayor gloria para el hijo de Dios, pero será el mayor terror para el que ha puesto su corazón en contra o aparte de Dios. En vano buscarán ayuda en el escriba o en el que pone en lista las casas más insignes, pues no recibirán nada.
e. No verás a aquel pueblo orgulloso, pueblo de lengua difícil de entender: Aunque la nación del norte de Israel fue demolida por los asirios (de lengua tartamuda que no comprendas), el reino del sur Judá será librado (no verás). Isaías mezcla las imágenes de la liberación final del Señor en el día del juicio y la próxima liberación de los asirios.
3. (20-24) Sion es liberada y bendecida.
Mira a Sion, ciudad de nuestras fiestas solemnes; tus ojos verán a Jerusalén, morada de quietud, tienda que no será desarmada, ni serán arrancadas sus estacas, ni ninguna de sus cuerdas será rota. Porque ciertamente allí será Jehová para con nosotros fuerte, lugar de ríos, de arroyos muy anchos, por el cual no andará galera de remos, ni por él pasará gran nave. Porque Jehová es nuestro juez, Jehová es nuestro legislador, Jehová es nuestro Rey; él mismo nos salvará. Tus cuerdas se aflojaron; no afirmaron su mástil, ni entesaron la vela; se repartirá entonces botín de muchos despojos; los cojos arrebatarán el botín. No dirá el morador: Estoy enfermo; al pueblo que more en ella le será perdonada la iniquidad.
a. Mira a Sion… tus ojos verán a Jerusalén, morada de quietud: En medio de la amenaza asiria, Dios preservará a Jerusalén. Ninguna de sus cuerdas será rota.
b. Lugar de ríos, de arroyos muy anchos: Las bendiciones de Dios sobre Sion traerán ríos y arroyos muy anchos a esta tierra que alguna vez fue estéril y desértica.
i. “Este capítulo, tan lleno de imágenes convincentes, presenta una imagen de Jerusalén como una especie de Venecia del Cercano Oriente o Amsterdam, o, para ubicarla en su contexto histórico, como las grandes ciudades de Egipto o Mesopotamia. La mayoría de las grandes civilizaciones se han desarrollado alrededor de ríos importantes. Israel, en general, y Jerusalén, en particular, fueron excepciones a esto”. (Grogan)
c. Allí será Jehová para con nosotros fuerte… por el cual no andará galera de remos, ni por él pasará gran nave.Porque Jehová es nuestro juez… él mismo nos salvará: Un río ancho no abrirá camino a un enemigo que viene en un barco. Dios salvará y protegerá.
i. Esas grandes naves resultaron no ser tan grandes después de todo. Tus cuerdas se aflojaron; no afirmaron su mástil, ni entesaron la vela. Sería tonto temerle a las grandes naves en lugar de confiar en el gran Jehová .
ii. “Aunque ellos tendrán de parte del Señor la seguridad de un gran rio, ellos serán libres de las desventajas del mismo; que es, que los enemigos podrían venir contra ellos en barco; porque ninguna galera ni ningún barco será capaz de navegar por este rio para molestarlos”. (Poole)
d. Los cojos arrebatarán el botín… al pueblo que more en ella le será perdonada la iniquidad: Cuando Dios salva, lo hace de maneras inesperadas. Es una bendición inesperada que los cojos arrebaten el botín. Es una bendición inesperada que al pueblo le será perdonada la iniquidad. El gran Jehová trae bendiciones inesperadas.
i. “No sólo recibirán de mí una gloriosa liberación temporal; sino, lo que es infinitamente mejor, el perdón de todos sus pecados y todas esas bendiciones espirituales y eternas que acompañan a esa misericordia”. (Poole)
©2022 The Enduring Word Comentario bíblico en español de David Guzik – ewm@enduringword.com