Isaías 43




Isaías 43 – No teman

A. Razones para no temer.

1. (1) No teman, porque que pertenecen al Señor.

Ahora, así dice Jehová, Creador tuyo, oh Jacob, y Formador tuyo, oh Israel: No temas, porque yo te redimí; te puse nombre, mío eres tú.

a. Ahora, así dice Jehová, Creador tuyoy Formador tuyo: Dios habla a su pueblo como su Creador. Dios tiene un derecho especial y único sobre nosotros porque es nuestro Creador. Cuando los hombres olvidan o rechazan a Dios como Creador, fallan en la obligación más básica que tienen para con Dios.

b. No temas: Este es un mandato, acompañado de promesas. Por circunstancias externas, el pueblo de Judá tenía motivos para temer al ejército de Babilonia y al exilio. Dios los guía a ver más allá de las circunstancias presentes a este mandato y promesa.

c. Porque yo te redimí: Israel no solo tenía una obligación para con Dios como su Creador, sino también como su Redentor. Él es quien los sacó del exilio literal y la esclavitud espiritual.

i. El redentor compraba a un pariente desafortunado de su esclavitud y deuda. Los rescataba y pagaba el precio del esclavo o la deuda que no podían pagar. Cuando Dios se llama a sí mismo nuestro Redentor, señala al precio que debe pagarse por nuestra salvación.

d. Te puse nombre mío eres tú: Dios es doblemente dueño de su pueblo.Tiene el derecho de propiedad como Creador y Redentor. Su propiedad es personal porque dice que: te puse nombre. Su propiedad es certera, porque Él la sella diciendo: mío eres tú.

i. Saber que pertenecemos al Señor es una maravillosa respuesta al miedo. Podemos saber que Él nos sostiene, nos protege, se interesa por nosotros y nos cuida. Podemos saber que Él no nos habría creado, redimido y llamado a menos que tuviera la intención de terminar Su obra en nosotros. ¿Cómo podemos tener miedo cuando sabemos que este Dios es con nosotros y vela por nuestros intereses?

2. (2-7) No temas, porque El Señor está contigo.

Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti. Porque yo Jehová, Dios tuyo, el Santo de Israel, soy tu Salvador; a Egipto he dado por tu rescate, a Etiopía y a Seba por ti. Porque a mis ojos fuiste de gran estima, fuiste honorable, y yo te amé; daré, pues, hombres por ti, y naciones por tu vida. No temas, porque yo estoy contigo; del oriente traeré tu generación, y del occidente te recogeré. Diré al norte: Da acá; y al sur: No detengas; trae de lejos mis hijos, y mis hijas de los confines de la tierra, todos los llamados de mi nombre; para gloria mía los he creado, los formé y los hice.

a. Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo: Através de cualquier obstáculo potencial, Dios estará con nosotros. ¿Aguas profundas? Yo estaré contigo. ¿Debes pasar por el fuego? Entonces no te quemarás. Cuando Dios está con nosotros, Él es por nosotros, entonces, ¿quién puede estar contra nosotros?

i. Israel tuvo y tendrá sus pruebas, pero nosotros también tenemos las nuestras. Los juicios son inevitables; no dice si pasas por las aguas, dice cuando pases por las aguas. El texto no dice: Cuando camines sobre una lujosa alfombra acolchada, estaré contigo. Dice que Dios estará con nosotros en las circunstancias más difíciles. Las pruebas son variadas; a veces nos enfrentamos a aguas, a veces a ríos, y en ocasiones al fuego. Las inundaciones abruman, el fuego consume.

ii. La mención de la presencia y protección del Señor en el fuego nos recuerda la historia de los tres hijos de Judá arrojados al horno babilónico porque no se inclinaron ni arrodillaron para adorar a un ídolo. También fueron preservados en el fuego por la presencia de Dios (Daniel 3:19-25).

iii. Este pasaje también está lleno de imágenes del Éxodo de Egipto. “La declaración, Yo soy el Señor, tu Dios recordaría a todo lector judío Éxodo 20, donde la descripción divina es seguida por las palabras quien te sacó de Egipto, de la tierra de la esclavitud(Éxodo 20:2). Entonces, aprendiendo de este evento pasado, podrían descansar en su promesa de traerlos nuevamente a su propia tierra. (Grogan)

iv. “Israel es tan indestructible como lo son la Palabra y el Pacto de Dios. Cualquiera que pueda aniquilar a Israel puede hacer más de lo que Satanás y todos los poderes del infierno han podido hacer en épocas pasadas. Lo que es cierto de Israel, sin embargo, es igualmente cierto de la Iglesia. También contra ella, las llamas se han enfurecido y las aguas han hervido, pero, según su promesa, el Señor Jesús siempre ha estado con ella. (Bultema)

b. Cuando pases por el fuego: Con Dios ayudándonos, podemos hacer esto. No necesitamos entrar en pánico, no tenemos que temer y no tenemos que correr como si no confiáramos en Dios. Él puede fortalecernos tanto en nuestras pruebas que podamos caminar por el fuego.

i. “Caminar es el ritmo al que vas cuando no tienes prisa, cuando no estás preocupado o alarmado. Cuando no estás agobiado o ansioso, entonces caminas. ‘El que creyere no se apresure’ (Isaías 28:16)”. (Redpath)

c. Porque a mis ojos fuiste de gran estima: Dios describe aquí la motivación para Su obra de redención. ¡Él nos ama! ¡Somos de gran estima a sus ojos! Este es un ejemplo del Antiguo Testamento de la verdad en Juan 3:16: Porque de tal manera amó Dios al mundo que ha dado a su hijo unigénito.

i. “Para demostrar su amor por su pueblo, Dios estuvo dispuesto a dar a Egipto, Cus y Seba como rescate por Israel. Estas tres naciones pueden simbolizar el gran valor de Israel, o pueden haber sido nombradas en anticipación de las subsiguientes conquistas persas. (Wolf)

d. No temas, porque yo estoy contigo; del oriente traeré tu generación: La presencia de Dios y la bendición con Israel también se demostrarían al desatar los grilletes de su exilio. Podían tener esperanza en el futuro porque sabían que fueron llamados por el nombre del Señor y que fueron creados para su gloria.

i. Para gloria mía los he creado significa que Dios no solo nos ha creado, sino que nos ha creado con un propósito. Si no tenemos un Creador, entonces no tenemos propósito; pero Dios nos ha creado y lo hizo con un propósito, nos creó para Su gloria. Esto significa que cuando glorificamos a Dios, estamos cumpliendo el propósito para el que fuimos creados y, por lo tanto, seremos los más felices y plenos.

B. Testigos de la obra del Señor.

1. (8-9) Las naciones y el pueblo de Israel son llamados a probar su caso o a aceptar el de Dios.

Sacad al pueblo ciego que tiene ojos, y a los sordos que tienen oídos. Congréguense a una todas las naciones, y júntense todos los pueblos. ¿Quién de ellos hay que nos dé nuevas de esto, y que nos haga oír las cosas primeras? Presenten sus testigos, y justifíquense; oigan, y digan: Verdad es.

a. Sacad al pueblo ciego que tiene ojos: Anteriormente, en Isaías 42:19, el Señor habló de Sus siervos ciegos y sordos, quienes voluntariamente habían cerrado sus ojos y oídos a Su verdad y Sus caminos. Ahora, Dios les dice a estos siervos suyos ciegos y sordos que salgan – junto a todas las naciones que se reunirán.

b. ¿Quién de ellos hay que nos dé nuevas de esto, y que nos haga oír las cosas primeras? Presenten sus testigos: Dios invita a su pueblo (que es ciego y sordo) y a las naciones a testificar: para probarle que está equivocado o para probar que están justificados en su rechazo de él. Es como si Dios estuviera diciendo: “Has elegido adorar y honrar a otros dioses. Ven ahora ante Mí y justifícate. Trae muchos testigos.

i. “No debemos perdernos el patetismo: ¡imagínense a cualquier litigante dependiendo de los ciegos para dar testimonio de lo que han visto y de los sordos de lo que han escuchado!” (Motyer)

2. (10-13) El Señor comisiona a sus testigos.

Vosotros sois mis testigos, dice Jehová, y mi siervo que yo escogí, para que me conozcáis y creáis, y entendáis que yo mismo soy; antes de mí no fue formado dios, ni lo será después de mí. Yo, yo Jehová, y fuera de mí no hay quien salve. Yo anuncié, y salvé, e hice oír, y no hubo entre vosotros dios ajeno. Vosotros, pues, sois mis testigos, dice Jehová, que yo soy Dios. Aun antes que hubiera día, yo era; y no hay quien de mi mano libre. Lo que hago yo, ¿quién lo estorbará?

a. Vosotros sois mis testigos: El pueblo de Dios había sido testigo de la grandeza de Dios. Si tan solo Israel recordara las grandes cosas que Dios ha hecho entre ellos, verían cada obra maravillosa de Él como un testimonio de la verdad de que Él es el único Dios verdadero.

i. Los adoradores de ídolos no tienen nada que decir como testigos porque sus dioses no pueden hacer nada. Pero el pueblo de Dios es testigo de Su grandeza y poder. Lo han visto y experimentado.

b. Y mi siervo que yo escogí, para que me conozcáis y creáis: Un testigo es un observador pasivo de lo que alguien ha hecho, e Israel había visto las grandes obras de Dios. Pero eran más que observadores pasivos; Dios llamó a Israel para que fuera su siervo. Por eso fueron elegidos, no para sentarse y gloriarse en su elección, sino para servir al Señor y para que lo conozcáis y le creáis en todos los sentidos.

c. Antes de mí no fue formado dios, ni lo será después de mí: En palabras claras y ciertas, Dios dice que no solo es el Dios Altísimo, sino que no hay otros dioses fuera de él. No hay dioses menores. No hay dioses de segunda clase. Antes de mí no fue formado dios, y no se formará ningún otro después de Él.

i. ¿Qué pasa con los pasajes bíblicos que algunos toman para sugerir que hay otros dioses? Por ejemplo, en Juan 10:34, Jesús cita el Salmo 82:6-7, diciendo:vosotros sois dioses. Pero los jueces del Salmo 82 fueron llamados dioses porque en su cargo determinaban el destino de otros hombres. Además, en Éxodo 21:6 y 22:8-9, Dios habla a los jueces terrenales bajo la palabra hebrea elohim [dioses]. En Juan 10, Jesús está diciendo “si Dios les da a estos jueces injustos el título de dioses debido a su oficio, ¿por qué consideras que es una blasfemia que me llame a mí mismo el Hijo de Dios a la luz de mi testimonio y de mis obras?” Jesús no tomó la frase vosotros sois dioses del Salmo 82 para aplicarla a toda la humanidad ni a todos los creyentes. El uso de dioses en el Salmo 82 fue una metáfora.

ii. En 2 Corintios 4:4, el apóstol Pablo llama a Satanás el dios de esta era. Ciertamente, no quiere decir que Satanás sea un dios verdadero, un dios rival de Jehová Dios. A Satanás se le puede llamar el dios de esta era porque mucha gente lo considera como un dios. Pero Pablo dejó en claro en 1 Corintios 8:4-5 que los ídolos que las naciones adoran son simplemente llamados dioses, pero que no hay más que un Dios verdadero.

iii. Este es un punto importante, porque algunos – como los testigos de Jehová – opinan que Jesús es de hecho un dios, pero algo así como un “dios de nivel inferior. Ellos admitirán que Él es Dios fuerte (Isaías 9:6), pero no que Él es Dios Todopoderoso. Pero cuando el Señor dice a través de Isaías, antes de mí no fue formado dios, ni lo será después de mí, esto demuestra que solo hay un Dios. Hay dioses figurativos o metafóricos, como los jueces del Salmo 82. Hay dioses falsos como el diablo o los ídolos de las naciones. Pero no hay dioses verdaderos aparte del Señor, Yahvé, que es Dios en tres personas. Irónicamente, los testigos de Jehová tomaron su título de este mismo pasaje que prueba que su doctrina con respecto a Jesús es incorrecta.

d. Y fuera de mí no hay quien salve: El Señor Dios es el único salvador. Fuera de Él no hay quien anuncie y salve y no había entre vosotros dios ajeno que hiciera algún bien. Él es nuestra ayuda y apoyo. Lamentablemente, a menudo recurrimos a nuestro único salvador como último recurso, en lugar de como primer recurso.

i. Ya que Jesús es claramente nuestro salvador (Filipenses 3:20, 2 Timoteo 1:10) y que no hay otro salvador además del Señor, entonces Jesús debe ser el Señor. El Señor, Yahvé, es un Dios en tres personas.

e. Vosotros, pues, sois mis testigos: Si Israel recordara que solo el Señor los ha rescatado, no se apresuraría a volverse a otros dioses ni a alejarse del Señor. Todos deberíamos ser testigos de la obra de salvación, rescate y sanidad del Señor.

f. Aun antes que hubiera día, yo era: Las credenciales de Dios van más allá de Su obra salvadora a favor de Su pueblo. Viene antes que el tiempo mismo. Antes de que existiera un día, Dios existía. Entonces, Su fuerza es infinitamente mayor que la de cualquier otra persona; Él puede decir con razón que no hay quien libre de mi mano. Cuando Dios hace algo, nadie puede estorbarlo.

C. El Señor redime a un pueblo de corazón endurecido.

1. (14-17) Una promesa de juzgar a Babilonia.

Así dice Jehová, Redentor vuestro, el Santo de Israel: Por vosotros envié a Babilonia, e hice descender como fugitivos a todos ellos, aun a los caldeos en las naves de que se gloriaban. Yo Jehová, Santo vuestro, Creador de Israel, vuestro Rey. Así dice Jehová, el que abre camino en el mar, y senda en las aguas impetuosas; el que saca carro y caballo, ejército y fuerza; caen juntamente para no levantarse; fenecen, como pábilo quedan apagados.

a. Por vosotros envié a Babilonia: Isaías profetizó antes de que los babilonios conquistaran Judá y enviaran a la nación a un exilio de 70 años. Sin embargo, Isaías profetiza, no solo sobre el cautiverio venidero, sino también más allá, sobre el eventual juicio sobre Babilonia por lo que le harán a Judá.

b. Así dice Jehová, el que abre camino en el mar: En el tiempo que Isaías profetizó, Babilonia era una potencia mundial prometedora. Antes de ser juzgados, serían una superpotencia que dominaría el mundo. ¿Cómo podía Israel estar seguro de que Dios realmente planeaba liberarlos y juzgar a Babilonia? Todo lo que tenían que hacer era mirar las grandes obras de Dios en el pasado, como cuando abrió camino en el mar cuando dividió el Mar Rojo para que Israel pudiera cruzar y escapar de los ejércitos egipcios (Éxodo 14). Isaías trae poderosamente estas imágenes cuando escribe sobre el carro y el caballo, el ejército y la fuerza de estos enemigos del pueblo de Dios y cómo caen juntamente para no levantarse; fenecen, como pábilo quedan apagados. Así como Dios derrotó a los ejércitos egipcios que habían esclavizado a Israel, también juzgaría a los babilonios.

i. Esto nos enseña que siempre podemos justificar la confianza en Dios ahora mismo, al recordar las grandes cosas que ha hecho.

ii. Esto nos enseña que nunca queremos oponernos al Señor ni a Su pueblo.

c. Jehová vuestro redentor… el santo de Israel… Santo vuestro, Creador de Israel, vuestro Rey: En solo estos pocos versículos, observa los gloriosos títulos de Dios. En este pasaje, con la intención profética de consolar a Israel en medio de su cautiverio en Babilonia, Dios presentó poderosamente imágenes de Su propia fuerza y poder.

2. (18-21) Dios le promete a su pueblo exiliado cosas nuevas.

No os acordéis de las cosas pasadas, ni traigáis a memoria las cosas antiguas. He aquí que yo hago cosa nueva; pronto saldrá a luz; ¿no la conoceréis? Otra vez abriré camino en el desierto, y ríos en la soledad. Las fieras del campo me honrarán, los chacales y los pollos del avestruz; porque daré aguas en el desierto, ríos en la soledad, para que beba mi pueblo, mi escogido. Este pueblo he creado para mí; mis alabanzas publicará.

a. No os acordéis de las cosas pasadas: Mientras Isaías escribía proféticamente a Israel, ellos estaban sumidos en las desesperadas circunstancias del cautiverio y el exilio. Dios quería que ellos pusieran sus ojos en la nueva obra que haría, por lo que comenzó con un recordatorio: No os acordéis de las cosas pasadas. Si estaban atrapados en el fracaso, el pecado y el desánimo del pasado, nunca avanzarían hacia lo nuevo que Dios tenía para ellos.

i. Es un cambio fascinante – e instructivo –  el que hay entre Isaías 43:16-17 e Isaías 43:18. En Isaías 43:16-17, se le dijo a Israel que mirara al pasado y recordara las grandes cosas que Dios hizo por ellos en el Mar Rojo. Pero en Isaías 43:18, se les dijo, No os acordéis de las cosas pasadas, ni traigáis a memoria las cosas antiguas. Esto nos muestra que hay un sentido en el que debemos recordar el pasado, en términos de la gran obra de Dios en nuestro favor. También hay un sentido en el que debemos dejar atrás y olvidar el pasado, con todo su desaliento y derrota, y avanzar hacia lo que Dios tiene para nosotros en el futuro.

b. He aquí que yo hago cosa nueva: Quedarnos estancados en el pasado puede alejarnos delas cosas nuevas que Dios quiere hacer. Si Israel permanecía atascado en el desánimo y la seducción de Babilonia, nunca buscarían las cosas nuevas de liberación del exilio.

i. Podemos convertir lo nuevo en un ídolo. Podemos equivocarnos como lo hizo la gente de Atenas que en ninguna otra cosa se interesaban sino en decir o en oír algo nuevo (Hechos 17:21). Podemos ser sacudidos por todo viento de doctrina. Pero también podemos equivocarnos al otro lado de la balanza y trabajar en contra de las cosas nuevas que Dios quiere hacer.

ii. ¿No la conoceréis? Dios hace la misma pregunta hoy. “¿Te mantendrás en sintonía con Mi Espíritu? Cuando te lleve a una cosa nueva, ¿No la conoceréis?.

c. Otra vez abriré camino en el desierto: Entre el cautiverio en Babilonia y el regreso a Israel, se encuentran cientos de millas de desierto. El pueblo de Dios no necesitaba tener miedo porque Dios abriría camino en el desierto, proveería aguas en el desierto, e incluso protegería a su pueblo de los animales, porque las fieras del campo me honrarán dice El Señor.

i. A menudo, cuando Dios hace una promesa, nos preocupamos por los detalles o los obstáculos para el cumplimiento de la promesa. Dios nos responde: No te preocupes por eso. Otra vez abriré camino en el desierto. Tengo recursos y planes que no conoces. Déjame esos problemas a mí”.

d. Mis alabanzas publicará: Esto es parte del cumplimiento del propósito para el que Dios nos creó, como se menciona en Isaías 43:7 (para gloria mía los he creado). Cuando declaramos nuestras alabanzas para Dios, le estamos dando gloria y cumpliendo uno de los propósitos para los que fuimos creados.

i. Este pasaje tiene en vista la liberación profetizada de Israel de Babilonia, pero también más que eso. También tiene en mente la liberación final, traída por el Mesías.

ii. “De todos los textos reunidos, parece que esta última liberación, comparada con la de Egipto, no debe limitarse a su liberación del cautiverio babilónico, sino que debe extenderse a las consecuencias de ella, y especialmente a la redención por Cristo, porque de lo contrario esa liberación egipcia fue más gloriosa y maravillosa en muchos aspectos que la babilónica”. (Poole)

3. (22-24) La dureza de corazón del pueblo de Dios.

Y no me invocaste a mí, oh Jacob, sino que de mí te cansaste, oh Israel. No me trajiste a mí los animales de tus holocaustos, ni a mí me honraste con tus sacrificios; no te hice servir con ofrenda, ni te hice fatigar con incienso. No compraste para mí caña aromática por dinero, ni me saciaste con la grosura de tus sacrificios, sino pusiste sobre mí la carga de tus pecados, me fatigaste con tus maldades.

a. Y no me invocaste a mí, oh Jacob: ¿A quién le habla Isaías? ¿De cuándo está hablando? Isaías puede haber pasado del futuro profético al presente profético y puede estar hablando al pueblo de Judá en su propia época. Es posible que todavía esté hablando en el futuro profético y reprendiendo la complacencia de corazón duro de muchos de los exiliados babilónicos, la mayoría de los cuales no tenían interés en regresar a la Tierra Prometida.

b. Sino que de mí te cansaste, oh Israel: En la carne, a veces consideramos que servir y obedecer al Señor es algo cansado. Sentimos que es una gran carga servir al Señor. Creemos que estamos en una peor situación por seguir sus caminos y nos sentimos muy oprimidos y afligidos. A veces, las personas dicen: Solo necesito tomarme un descanso, y básicamente quieren decir que necesitan tomar un descanso del Señor.

i. Cuando nos sentimos así, es una prueba segura de que no estamos en sintonía con Jesús y con Su verdadera naturaleza. Él dijo: Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga (Mateo 11:28-30). Si seguir a Dios siempre parece una gran y fatigosa carga – entonces realmente no lo estás siguiendo.

c. No me trajiste a mí los animales de tus holocaustos: Cuando estamos cansados del Señor de esta manera, a menudo se manifiesta en nuestra ofrenda y en la inmoralidad (pusiste sobre mí la carga de tus pecados).

i. “Quizás los israelitas no eran sinceros en su adoración. Cuando traían ofrendas, simplemente seguían los rituales de adoración, por lo que Dios no consideraba sus sacrificios vacíos como verdaderos sacrificios en absoluto. (Wolf)

d. Sino pusiste sobre mí la carga de tus pecados, me fatigaste con tus maldades: Isaías habló al pueblo de Dios que se sentía “exhausto”, agobiado y cansado del Señor. Dios les respondió: “¿Se sienten agobiados? ¿Se sienten cansados? ¡Intenten ser yo! Pusiste sobre mí la carga de tus pecados, me fatigaste con tus maldades.

4. (25-28) La misericordia del Señor para un pueblo de corazón endurecido.

Yo, yo soy el que borro tus rebeliones por amor de mí mismo, y no me acordaré de tus pecados. Hazme recordar, entremos en juicio juntamente; habla tú para justificarte. Tu primer padre pecó, y tus enseñadores prevaricaron contra mí. Por tanto, yo profané los príncipes del santuario, y puse por anatema a Jacob y por oprobio a Israel.

a. Yo, yo soy el que borro tus rebeliones y no me acordaré de tus pecados: ¿Qué hará Dios con un pueblo tan duro de corazón? Los perdonará a la primera oportunidad. Olvidará sus pecados. A pesar de todo su pecado y desprecio por Dios, Él todavía ama a Su pueblo y anhela su humilde regreso.

i. La historia de Jesús sobre el hijo pródigo es una hermosa ilustración de este principio. El hijo pródigo sintió que el padre era una carga agotadora que aliviar y siguió su propio camino. Pero el padre todavía lo amaba y estuvo dispuesto a olvidar todo el pecado tan pronto como el hijo pródigo regresó humildemente.

ii. No me acordaré de tus pecados: ¿Cómo puede Dios olvidar? Simplemente eligiendo no recordar. Dios ha olvidado nuestro pecado, pues fue pagado por completo por lo que Jesús soportó en la cruz. También podemos olvidar nuestro pecado y alejarlo de nosotros.

b. Entremos en juicio juntamente: Dios le dice a Su pueblo“¿Quieres justificarte a ti mismo? Entonces hazlo. Presenta tu mejor caso”. Pero no importa lo que digan en su nombre, Dios tiene un argumento más fuerte contra ellos: tu primer padre pecó.Eres un hijo de Adán y su pecado ha infectado a toda la raza humana, incluyéndote a ti mismo. Eres un pecador de principio a fin desde que naciste. Deja de tratar de justificarte a ti mismo y búscame humildemente para salvación.

c. Y tus enseñadores prevaricaron contra mí: No solo ellos – y nosotros – nacimos en pecado a causa de Adán, sino que también confiaron en los mediadores equivocados. Aquellos en quienes confiaban para salvarlos, ante Dios, eran también pecadores. Solo puede salvarnos buscar un Mediador perfecto y sin pecado, porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre (1 Timoteo 2:5).

d. Puse por anatema a Jacob: Debido a esta profunda pecaminosidad y a no buscar la solución de Dios para el pecado, solo hubo anatema para Jacob. Porque nacemos en pecado, y cuando rechazamos al Mediador de Dios, entonces todo lo que nos queda es anatema y oprobio.

©2022 The Enduring Word Comentario bíblico en español de David Guzik – ewm@enduringword.com

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