Isaías 61

Isaías 61 – De la boca del Mesías

A. Lo que hará el Mesías.

1. (1a) El empoderamiento del ministerio del Mesías.

El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová.

a. El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí: Aquí, Isaías habla proféticamente por el Mesías, y el Mesías anuncia que es bendecido y empoderado por el Espíritu de Jehová El Señor.

b. El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí: En Lucas 4:16-22, Jesús habló en la sinagoga de Nazaret, Su ciudad natal. Abrió el rollo de Isaías 61 – quizás una lectura asignada, quizás escogida por Él – y leyó desde el principio del capítulo hasta la primera línea del versículo 2. Cuando se sentó, simplemente dijo hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros. Jesús es la persona descrita en Isaías 61:1-3 y Él es sobre quien el Espíritu de Jehová está.

i. Si Jesús, el Hijo de Dios y Dios el Hijo, perfecto tanto en Su deidad como en su humanidad, necesitaba al Espíritu de Jehová El Señor, cuánto más nosotros.

c. Porque me ungió Jehová: Esto identifica al orador como el Mesías porque Mesías significa “Ungido”. Pasajes como 1 Samuel 2:10 se refieren al Mesías como Su ungido.

i. La palabra “ungir” significa frotar o rociar; aplicar un ungüento, ungüento o líquido aceitoso. Las personas del Antiguo Testamento a menudo eran ungidas literalmente con aceite. Por ejemplo, los sacerdotes fueron ungidos para su servicio especial al Señor (Éxodo 28:41). Se aplicaba aceite literal, pero como una señal del Espíritu Santo sobre sus vidas y servicio. El aceite en la cabeza era solo la representación externa del trabajo espiritual real que se desarrollaba dentro de ellos.

ii. Como cristianos bajo el Nuevo Pacto, también tenemos una unción: Pero vosotros tenéis la unción del Santo (1 Juan 2:20). En el sentido del Nuevo Testamento, la unción tiene la idea de ser llenado y bendecido por el Espíritu Santo. Esto es algo que es propiedad común de todos los cristianos, pero algo a lo que podemos y debemos someternos y responder más.

2. (1b-3) El ministerio del Mesías.

Me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel; a proclamar el año de la buena voluntad de Jehová, y el día de venganza del Dios nuestro; a consolar a todos los enlutados; a ordenar que a los afligidos de Sion se les dé gloria en lugar de ceniza, óleo de gozo en lugar de luto, manto de alegría en lugar del espíritu angustiado; y serán llamados árboles de justicia, plantío de Jehová, para gloria suya.

a. A predicar buenas nuevas a los abatidos: El Mesías anuncia que está aquí para sanar el daño que trae el pecado. El pecado ha hecho un gran daño, por lo que es necesario que haya una gran obra de redención.

b. Me ha enviado: Debido a que el pecado empobrece, Él va a predicar buenas nuevas a los abatidos. Debido a que el pecado rompe los corazones, Él va a vendar a los quebrantados de corazón. Debido a que el pecado los hace presos, Él va a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel. Debido a que el pecado oprime, Él va a proclamar el año de la buena voluntad del Señor.

c. Me ha enviado: Debido a que el pecado es un crimen que debe ser vengado, Él va a proclamar…el día de venganza del Dios nuestro.

i. Significativamente, Jesús dejó de leer antes de esta frase. Se detuvo en medio de la profecía, porque para proclamar… el día de venganza del Dios nuestro es necesaria su segunda venida, no su primera. La coma en el año de la buena voluntad de Jehová, y el día de la venganza se ha mantenido durante casi 2000 años. Esto nos muestra algo de la naturaleza de la profecía bíblica: puede “cambiar de marcha” y los marcos de tiempo rápidamente y sin previo aviso.

ii. Podemos comparar todo un año de gracia a un solo día de venganza.

d. Me ha enviado: Debido a que el pecado trae pesar, Él va a consolar a los enlutados.

i. El alcance de la comodidad y la restauración está bellamente descrito. En lugar de la ceniza de lamento, Él le da a su pueblo gloria. En lugar de luto, le da a su pueblo óleo de gozo. En lugar de espíritu angustiado, le da a su pueblo el manto de alegría. ¿Por qué nos sentamos en las cenizas, por qué lloramos, por qué permitimos el espíritu angustiado, cuando Jesús nos dio algo mucho mejor?

ii. La palabra gloria tiene en mente una hermosa corona o adorno de cabeza. Se traduce tiara en Éxodo 39:28 y partidores de pelo en Isaías 3:20. En el duelo, se arrojaban cenizas sobre la cabeza (2 Samuel 13:19). Aquí, las cenizas se reemplazan con una hermosa corona.

e. Y serán llamados árboles de justicia: El lugar restaurado del pueblo de Dios es glorioso. Son tan fuertes, hermosos y útiles como los árboles – y árboles de justicia. Lo más maravilloso es que cuando la gente mira los árboles, ven que es el plantío de Jehová.

B. Lo que hará el pueblo de Dios.

1. (4) El pueblo de Dios reconstruirá lo que está en ruinas.

Reedificarán las ruinas antiguas, y levantarán los asolamientos primeros, y restaurarán las ciudades arruinadas, los escombros de muchas generaciones.

a. Reedificarán las ruinas antiguas: Dios ama restaurar las ruinas. Él quiere usar a su pueblo para restaurar y reconstruir cosas que estaban dañadas y en ruinas. Bajo el empoderamiento del Espíritu y el ministerio del Mesías, el pueblo de Dios será un reconstructor.

b. Los escombros de muchas generaciones: incluso si los escombros se han mantenido por muchas generaciones, Dios todavía puede usar a su pueblo para reconstruir. Un hermoso ejemplo – y cumplimiento parcial – de esto es Nehemías, quien tomó los escombros de los muros de Jerusalén con décadas de antigüedad y los reconstruyó.

2. (5-6) El pueblo de Dios será apartado para servir al Señor.

Y extranjeros apacentarán vuestras ovejas, y los extraños serán vuestros labradores y vuestros viñadores. Y vosotros seréis llamados sacerdotes de Jehová, ministros de nuestro Dios seréis llamados; comeréis las riquezas de las naciones, y con su gloria seréis sublimes.

a. Y vosotros seréis llamados sacerdotes de Jehová, ministros de nuestro Dios seréis llamados: El pueblo de Dios, bajo la unción del Espíritu y el ministerio del Mesías, tiene una ocupación santa. Son sacerdotes de Jehová, y ministros. Dios provee a otros para que se encarguen delas ovejas y que sean vuestros labradores y vuestros viñadores.

3. (7) El pueblo de Dios se regocijará con las grandes bendiciones de Dios.

En lugar de vuestra doble confusión y de vuestra deshonra, os alabarán en sus heredades; por lo cual en sus tierras poseerán doble honra, y tendrán perpetuo gozo.

a. En lugar de vuestra doble confusión: ¡Qué cambio bajo la unción del Espíritu y el ministerio del Mesías! No más confusión. Ahora, poseerán doble honra. No más confusión. Ahora, los alabarán en sus heredades. De hecho, tendrán gozo perpetuo, un gozo que nunca podrá ser quitado.

C. El pacto eterno.

1. (8) El corazón detrás del pacto.

Porque yo Jehová soy amante del derecho, aborrecedor del latrocinio para holocausto; por tanto, afirmaré en verdad su obra, y haré con ellos pacto perpetuo.

a. Porque yo Jehová soy amante del derecho, aborrecedor del latrocinio: El Señor explica cómo los sacrificios como un holocausto realmente pueden equivaler a latrocinio si el corazón no está bien. En cambio, Yo Jehová soy amante del derecho. Los sacrificios por sí solos y el sistema de sacrificios en sí mismo no son suficientes.

b. Afirmaré en verdad su obra, y haré con ellos pacto perpetuo: Dios tiene una alternativa al sistema de sacrificios. A medida que Dios dirige la obra y hace un pacto perpetuo, entonces Su corazón se cumplirá entre el pueblo.

2. (9) El pacto trae consigo importantes bendiciones.

Y la descendencia de ellos será conocida entre las naciones, y sus renuevos en medio de los pueblos; todos los que los vieren, reconocerán que son linaje bendito de Jehová.

a. Reconocerán que son linaje bendito de Jehová: Este pacto eterno trae bendiciones, y bendiciones tan prominentes que los bienaventurados serán conocidos entre las naciones. De hecho, todos los que los vieren, reconocerán.

b. Que son linaje bendito de Jehová: El autor de Hebreos pronuncia una bendición con respecto a este pacto perpetuo: Y el Dios de paz que resucitó de los muertos a nuestro Señor Jesucristo, el gran pastor de las ovejas, por la sangre del pacto eterno os haga aptos en toda obra buena para que hagáis su voluntad, haciendo él en vosotros lo que es agradable delante de él por Jesucristo; al cual sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén (Hebreos 13:20-21).

3. (10-11) El pacto trae salvación y justicia.

En gran manera me gozaré en Jehová, mi alma se alegrará en mi Dios; porque me vistió con vestiduras de salvación, me rodeó de manto de justicia, como a novio me atavió, y como a novia adornada con sus joyas. Porque como la tierra produce su renuevo, y como el huerto hace brotar su semilla, así Jehová el Señor hará brotar justicia y alabanza delante de todas las naciones.

a. En gran manera me gozaré en Jehová: El gozo del bienaventurado no está en la bendición en sí, sino en en Jehová. Este es el mismo pensamiento expresado más tarde en Filipenses 4:4, donde el apóstol Pablo escribió: Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos!

b. Porque me vistió con vestiduras de salvación, me rodeó de manto de justicia: La concesión de la salvación y la justicia al pueblo de Dios está representada por la imagen de vestirlos.

i. Estas son vestiduras gloriosas: como a novio me atavió, y como a novia adornada con sus joyas.

ii. Estas son vestiduras que han sido dadas: me rodeó… me atavió.

c. Como la tierra produce su renuevo: La bendición de Dios crece. No se fabrica, sino que crece. Aun así, Jehová el Señor hará brotar justicia y alabanza delante de todas las naciones.

i. En cierto sentido, nunca podemos hacer que algo crezca. Nadie puede entrar en una semilla y “encender” el componente genético que hace que la semilla brote y produzca renuevo. La bendición de la vida y el crecimiento está milagrosamente dentro de la semilla. Pero podemos proporcionar el entorno adecuado para que la semilla brote, crezca y sea fructífera. Así es también como recibimos y prosperamos en las bendiciones de Dios. No podemos “hacerlas” ni “fabricarlas”. Pero podemos poner nuestro corazón y nuestra mente en los entornos adecuados de fe, compañerismo y obediencia, para ver crecer y florecer la bendición.