Isaías 63

Isaías 63 – Oración desde el cautiverio

A. El día de la venganza.

1. (1) Una pregunta y una respuesta: “Quién es este”.

¿Quién es éste que viene de Edom, de Bosra, con vestidos rojos? ¿Éste hermoso en su vestido, que marcha en la grandeza de su poder? Yo, el que hablo en justicia, grande para salvar.

a. ¿Quién es éste que viene de Edom?: Esta profecía describe el día de la venganza del Señor. Él ha venido de Edom en el sentido de que juzgó allí primero, y ahora viene a la tierra de Israel. Cuando llega el Señor, Él es hermoso en su vestido, y marcha en la grandeza de su poder.

i. De Bosra, con vestidos rojos también es significativo. Bosra era la capital de la antigua Edom y “la importante ciudad de Bosra se destaca porque su nombre significa ‘recolección de uvas’, e Isaías desarrolló una comparación detallada entre pisar uvas y derramar sangre”. (Wolf)

ii. “El acto de juicio de Dios contra Edom está claramente concebido para corregir los males cometidos contra Sión, especialmente desde que los edomitas se aprovecharon de la debilidad de Judá después de la caída de Jerusalén ante los babilonios”. (Grogan)

b. Yo, el que hablo en justicia, grande para salvar: Esta es la respuesta del Señor a la pregunta en la profecía. Él se identifica a sí mismo por lo que dice (Yo, el que hablo en justicia) y por lo que hace (grande para salvar). Incluso en medio del juicio, en Su gloria y fuerza, Él quiere que los hombres sepan que Él es grande para salvar, no solo grande para juzgar.

2. (2-6) Una pregunta y una respuesta: “¿Por qué es rojo tu vestido?”.

¿Por qué es rojo tu vestido, y tus ropas como del que ha pisado en lagar? He pisado yo solo el lagar, y de los pueblos nadie había conmigo; los pisé con mi ira, y los hollé con mi furor; y su sangre salpicó mis vestidos, y manché todas mis ropas. Porque el día de la venganza está en mi corazón, y el año de mis redimidos ha llegado. Miré, y no había quien ayudara, y me maravillé que no hubiera quien sustentase; y me salvó mi brazo, y me sostuvo mi ira. Y con mi ira hollé los pueblos, y los embriagué en mi furor, y derramé en tierra su sangre.

a. ¿Por qué es rojo tu vestido?: El profeta pregunta por qué el vestido del Señor es rojo y el Señor responde, “He pisado yo solo el lagar… y su sangre salpicó mis vestidos”. Esta promesa se cumple cuando Jesús regresa a la tierra, y este pasaje está claramente detrás de pasajes como Apocalipsis 19:13 y 15: Estaba vestido de una ropa teñida en sangre; y su nombre es: EL VERBO DE DIOS…De su boca sale una espada aguda, para herir con ella a las naciones, y él las regirá con vara de hierro; y él pisa el lagar del vino del furor y de la ira del Dios Todopoderoso.

b. He pisado yo solo el lagar: Nos recuerda que el trabajo de juicio le pertenece a Cristo Jesús y solo a él. Aunque seremos parte de los ejércitos celestiales que acompañan a Jesús (Apocalipsis 19:14), la obra del juicio le pertenece solo a Él. El punto es incluso enfatizado por Isaías: y de los pueblos nadie había conmigo… y me salvó mi brazo, y me sostuvo mi ira.

i. En el gran plan de Dios de las Edades, Jesús logra dos cosas por sí solo. Primero, Él expía solo nuestro pecado. Él solo colgó de la cruz, soportando el peso de toda nuestra culpa. En segundo lugar, Él solo juzga al mundo. Dios no necesita que ejecutemos Su juicio final; eso se lo dejamos a Él.

ii. “Oiréis a uno decir que tal o cual buen hombre fue castigado por sus transgresiones; y he conocido a creyentes que piensan que sus aflicciones eran castigos enviados por Dios a causa de sus pecados. La cosa es imposible; Dios nos ha castigado a nosotros, que somos su pueblo, de una vez por todas en Cristo, y nunca más nos castigará. No puede hacerlo, ya que es un Dios justo. Las aflicciones son disciplinas de la mano de un Padre, pero no son castigos judiciales. Jesús ha pisado el lagar, y él solo lo ha pisado; así que nosotros no podemos pisarlo”. (Spurgeon)

c. Porque el día de la venganza está en mi corazón: Estas palabras, proféticamente dichas por Jesús, nos suenan casi extrañas. Rara vez pensamos en venganza en el corazón de Jesús, pero Él dice que el Padre a nadie juzga, sino que todo el juicio dio al Hijo (Juan 5:22).

d. Y el año de mis redimidos ha llegado: En esto, Isaías explica proféticamente por qué el Mesías puede decir, “la venganza está en mi corazón”. No es porque a Dios le guste castigar a los pecadores, sino que le encanta reivindicar a sus redimidos.

i. Noten también la comparación: es solo un día de la venganza, pero todo un año de redención. Cada frase es simplemente una forma poética de decir “tiempo”, pero Dios usa apropiadamente la imagen del día para comunicar su venganza y año para expresar su gracia.

B. La oración de los exiliados.

1. (7-14) Recordar la misericordia y el poder del Señor.

De las misericordias de Jehová haré memoria, de las alabanzas de Jehová, conforme a todo lo que Jehová nos ha dado, y de la grandeza de sus beneficios hacia la casa de Israel, que les ha hecho según sus misericordias, y según la multitud de sus piedades. Porque dijo: Ciertamente mi pueblo son, hijos que no mienten; y fue su Salvador. En toda angustia de ellos él fue angustiado, y el ángel de su faz los salvó; en su amor y en su clemencia los redimió, y los trajo, y los levantó todos los días de la antigüedad. Mas ellos fueron rebeldes, e hicieron enojar su santo espíritu; por lo cual se les volvió enemigo, y él mismo peleó contra ellos. Pero se acordó de los días antiguos, de Moisés y de su pueblo, diciendo: ¿Dónde está el que les hizo subir del mar con el pastor de su rebaño? ¿dónde el que puso en medio de él su santo espíritu, el que los guió por la diestra de Moisés con el brazo de su gloria; el que dividió las aguas delante de ellos, haciéndose así nombre perpetuo, el que los condujo por los abismos, como un caballo por el desierto, sin que tropezaran? El Espíritu de Jehová los pastoreó, como a una bestia que desciende al valle; así pastoreaste a tu pueblo, para hacerte nombre glorioso.

a. De las misericordias de Jehová haré memoria. . . conforme a todo lo que Jehová nos ha dado: Esta oración está proféticamente puesta en la boca de uno de los exiliados de Judá en Babilonia. A pesar de la agonía expresada más adelante en la oración, el que ora, primero de las misericordias de Jehová hará memoria Este es un ejemplo glorioso de cómo, incluso en el lugar más bajo, podemos alabar al Señor y recordar Su bondad.

i. Miren todo lo que el atribulado tiene que agradecer a Dios: grandeza de sus beneficios. . . misericordias… fue su salvador… su amor… su clemencia… los trajo y los levanto. Si este vocabulario de alabanza puede provenir de un afligido, ¿qué excusa podemos tener nosotros para no alabar a Dios?

ii. Misericordias “es la palabra hebrea hesed, el amor que es fiel al pacto” (Grogan). También se puede traducir como “amor inquebrantable”. Es una de las grandes palabras del Antiguo Testamento, probablemente el equivalente hebreo más cercano a la palabra griega ágape.

iii. Ciertamente mi pueblo son, hijos que no mienten: “La palabra hebrea para mentir tiene aún más contenido que nuestra palabra en español. Se aplicaba a una fuente, pozo o arroyo que ya no contenía agua y así decepcionaba a la persona sedienta, y a un árbol frutal que ya no daba fruto (Habacuc 3:17). Con esta palabra significativa, el Señor quiso decir que su pueblo no lo engañará ni lo defraudará”. (Bultema)

b. En toda angustia de ellos él fue angustiado: Isaías conoce la naturaleza de Dios; que en las angustias de su pueblo, Él también es afligido. Dios no es un observador desapasionado e insensible cuando Su pueblo sufre. Él sufre con ellos cuando están angustiados.

i. En toda angustia de ellos él fue angustiado es otra razón por la que el antisemitismo es tan perverso. Cuando el pueblo judío es perseguido y angustiado, el Señor también es angustiado. Qué trágico el cristianismo institucional, que pretendiendo actuar en el nombre de Jesús, angustió al Señor mismo al perseguir al pueblo judío.

c. Y el ángel de su faz los salvó: Esto se refiere a la presencia y obra de Jesús entre el antiguo Israel, especialmente entre los liberados de Egipto.

i. “El Ángel de su faz es El Mesías… Calvin ve en este ángel simplemente un ángel siervo. Pero de este Ángel se dice que por Su amor y piedad salvó a Israel; esto difícilmente puede decirse de un ángel creado. Es al Cristo a quien se refiere aquí”. (Bultema)

ii. “Ángel de su faz es: literalmente ‘de su rostro’. Reconocemos a las personas por el rostro; ‘rostro’ es la propia presencia del Señor (Salmo 139:7), entre ellos en la persona de su ángel – ese único ‘Ángel del Señor (como en Génesis 16:7; 21:17; 22:11, 15; Éxodo 3:2, 4;Éxodo 23:20-23; Malaquías 3:1) que habla como el Señor y, sin embargo, es distinto de él”. (Motyer)

d. Mas ellos fueron rebeldes, e hicieron enojar su santo espíritu: A pesar de este derramamiento de amor y misericordia de Dios, su pueblo respondió con corazones fríos, rebeldes e indiferentes. Dios tuvo que lidiar con esto en Su pueblo, así que Él mismo peleó contra ellos.

i. En estos pocos versículos, escuchamos de Dios El Padre (mi pueblo hijos que no mienten), Dios El hijo (El Ángel de su faz) y de Dios Espíritu (su santo espíritu). Claramente, “hay tonos trinitarios en todo este pasaje”. (Grogan)

e. Pero se acordó de los días antiguos: En medio de la disciplina del Señor – en este caso, proféticamente hablando, el exilio en Babilonia – el hombre que ora se acordó de los días antiguos. Se acordó de la poderosa mano de Dios de los días antiguos y supo que esa mano poderosa podía levantarse de nuevo por su pueblo.

i. Específicamente, en este caso, se acordó de lo que hizo el Señor en los días de Moisés y el Éxodo. Dado que ahora estaban en un lugar de exilio (Babilonia), la historia de la liberación de Dios de Egipto tenía especial relevancia. El que oraba no estuvo allí para el Éxodo; tuvo que leerlo en la palabra de Dios. Pero veía cómo las grandes obras de Dios en el pasado tenían significado ahora.

f. Como un caballo por el desierto… como una bestia que desciende al valle: Isaías habla de la facilidad de progreso que tuvo Israel durante el Éxodo, y cómo Dios bendecirá a Israel nuevamente en su reunificación y restauración. El resultado será que el El Espíritu de Jehová los pastoreó.

i. Como un caballo por el desierto debe entenderse en este sentido: como caballo en campo abierto. La idea es un progreso rápido y sin obstáculos.

ii. “En ambos versículos hay una alusión a los israelitas que atravesaban el Mar Rojo, en el fondo del cual no encontraron más inconvenientes que los que encontraría un caballo al correr por el desierto”. (Clarke)

2. (15-19) Una plegaria por restauración.

Mira desde el cielo, y contempla desde tu santa y gloriosa morada. ¿Dónde está tu celo, y tu poder, la conmoción de tus entrañas y tus piedades para conmigo? ¿Se han estrechado? Pero tú eres nuestro padre, si bien Abraham nos ignora, e Israel no nos conoce; tú, oh Jehová, eres nuestro padre; nuestro Redentor perpetuo es tu nombre. ¿Por qué, oh Jehová, nos has hecho errar de tus caminos, y endureciste nuestro corazón a tu temor? Vuélvete por amor de tus siervos, por las tribus de tu heredad. Por poco tiempo lo poseyó tu santo pueblo; nuestros enemigos han hollado tu santuario. Hemos venido a ser como aquellos de quienes nunca te enseñoreaste, sobre los cuales nunca fue llamado tu nombre.

a. ¿Dónde está tu celo, y tu poder?: El profeta habla palabras honestas de la boca del que ora. A veces se siente que el celo y el poder del Señor están lejos, y cuando nos sentimos así, debemos hacer exactamente lo que hizo el que ora: clamar a Dios.

b. Vuélvete por amor de tus siervos: “La palabra ‘vuélvete’ puede sugerir el regreso de la gloria shejiná al templo, como el símbolo de la morada de Dios entre su pueblo (como en Ezequiel 43:6-12)”. (Grogan)

c. Hemos venido a ser como aquellos de quienes nunca te enseñoreaste: El que ora mira la condición del pueblo de Dios y clama de agonía. ¿Por qué Dios ha permitido esto? El que ora no es exacto en toda su teología, pero es un experto en expresar el dolor del corazón humano.