Jeremías 11




Jeremías 11 – Un pacto roto y una conspiración

A. Una maldición para los que rompen el pacto.

1. (1-5) El pacto y la maldición.

Palabra que vino de Jehová a Jeremías, diciendo: Oíd las palabras de este pacto, y hablad a todo varón de Judá, y a todo morador de Jerusalén. Y les dirás tú: Así dijo Jehová Dios de Israel: Maldito el varón que no obedeciere las palabras de este pacto, el cual mandé a vuestros padres el día que los saqué de la tierra de Egipto, del horno de hierro, diciéndoles: Oíd mi voz, y cumplid mis palabras, conforme a todo lo que os mando; y me seréis por pueblo, y yo seré a vosotros por Dios; para que confirme el juramento que hice a vuestros padres, que les daría la tierra que fluye leche y miel, como en este día. Y respondí y dije: Amén, oh Jehová.

a. Oíd las palabras de este pacto, y hablad a todo varón de Judá: Dios le habla a Judá acerca de su incumplimiento del antiguo pacto que Israel hizo con Dios en el monte Sinaí en los días de Moisés (Éxodo 24:1-8).

i. En ese pacto del Sinaí (o mosaico), “Dios prometió suplir todas las necesidades materiales y espirituales de la nación naciente a cambio de adoración y obediencia completas”. (Harrison)

b. Maldito el varón que no obedeciere las palabras de este pacto: Cuando Israel hizo el pacto con Dios en el monte Sinaí, se pronunciaron maldiciones específicas contra aquellos que violaran el pacto (Deuteronomio 27:15-26). Aquí, Dios simplemente promete que haría cumplir los términos del pacto hecho el día que los saqué de la tierra de Egipto.

i. De este pacto: “Es probable que Jeremías, cuando dijo esto, tuviera el libro en su mano, es decir, el libro de Deuteronomio”. (Trapp)

c. Del horno de hierro: Este es el tercer lugar en las Escrituras donde la agonía de Israel en Egipto se describe como un horno de hierro (también en Deuteronomio 4:20 y 1 Reyes 8:51). Algunos piensan que una parte del trabajo como esclavos de Israel en Egipto fue trabajar como esclavos en hornos de hierro literales.

d. Les daría la tierra que fluye leche y miel: Dios cumplió con todas sus obligaciones del pacto, incluso bendiciendo a Israel con una tierra abundante. Fueron los hijos de Israel los que no obedecieron sus obligaciones del pacto.

i. Y respondí y dije: Amén, oh Jehová: “Cuando Dios recapituló sus promesas en el corazón de Jeremías, aunque involucraban una maldición sobre los que neutralizaban sus palabras, surgió una profunda respuesta. Él respondió y dijo: Amén, oh Jehová. ¡Qué ejemplo tan extraordinario para todos nosotros!”. (Meyer)

ii. “Hay una gran diferencia entre el ‘Amén’ litúrgico que es meramente convencional y que en el dicho no significa nada; y el Amén que surge del profundo acuerdo interior de mente, corazón y voluntad con los propósitos y métodos de Dios”. (Morgan)

2. (6-8) El mandato de predicar el mensaje del pacto quebrantado.

 Y Jehová me dijo: Pregona todas estas palabras en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén, diciendo: Oíd las palabras de este pacto, y ponedlas por obra. Porque solemnemente protesté a vuestros padres el día que les hice subir de la tierra de Egipto, amonestándoles desde temprano y sin cesar hasta el día de hoy, diciendo: Oíd mi voz. Pero no oyeron, ni inclinaron su oído, antes se fueron cada uno tras la imaginación de su malvado corazón; por tanto, traeré sobre ellos todas las palabras de este pacto, el cual mandé que cumpliesen, y no lo cumplieron.

a. Pregona todas estas palabras en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén: La asignación de Jeremías era predicar este mensaje del pacto roto y sus consecuencias en Jerusalén y las otras ciudades de Judá.

b. Porque solemnemente protesté a vuestros padres: Dios le dio al pueblo de Israel muchas advertencias y aliento para que hicieran lo correcto según el pacto. Quería su obediencia e hizo todo lo que pudo para cultivarla y alentarla, Dios incluso amonestándoles desde temprano y sin cesar. 

c. Pero no oyeron, ni inclinaron su oído, antes se fueron cada uno tras la imaginación de su malvado corazón: En lugar de seguir las instrucciones y advertencias de Dios, siguieron su propio camino, siguieron su propio corazón. Por lo tanto Dios dijo: traeré sobre ellos todas las palabras de este pacto.

3. (9-10) La conspiración de desobediencia.

Y me dijo Jehová: Conspiración se ha hallado entre los varones de Judá, y entre los moradores de Jerusalén. Se han vuelto a las maldades de sus primeros padres, los cuales no quisieron escuchar mis palabras, y se fueron tras dioses ajenos para servirles; la casa de Israel y la casa de Judá invalidaron mi pacto, el cual había yo concertado con sus padres.

a. Y me dijo Jehová: Conspiración: Dios le dice a Jeremías que los hombres de Judá y Jerusalén estaban organizados en una conspiración. Quizás a nivel humano ignoraban la coordinación de la conspiración, y quizás las fuerzas espirituales de la maldad en las altas esferas la organizaban. Sin embargo, existía e importaba de todos modos.

i. “El término es una metáfora. No había un complot profundo, ningún secreto detrás de la apostasía que Jeremías presenció, aunque Judá mostró religiosamente todo lo que un complot cuidadosamente organizado lograría”. (Thompson)

ii. “Tan atractivos eran los depravados ritos cananeos de fertilidad, y tan extendida la idolatría resultante en Israel, que parecía como si el pueblo hubiera conspirado deliberadamente para renunciar a sus obligaciones del pacto y abrazar la apostasía”. (Harrison)

b. Se han vuelto a las maldades de sus primeros padres, los cuales no quisieron escuchar mis palabras: La conspiración era una obra tanto de quebrantar los mandamientos de Dios como de negarse a escuchar las advertencias de Dios. Terminó siendo una conspiración para romper su pacto con Dios.

4. (11-14) La maldición que vendrá sobre los que rompen el pacto.

Por tanto, así ha dicho Jehová: He aquí yo traigo sobre ellos mal del que no podrán salir; y clamarán a mí, y no los oiré. E irán las ciudades de Judá y los moradores de Jerusalén, y clamarán a los dioses a quienes queman ellos incienso, los cuales no los podrán salvar en el tiempo de su mal. Porque según el número de tus ciudades fueron tus dioses, oh Judá; y según el número de tus calles, oh Jerusalén, pusiste los altares de ignominia, altares para ofrecer incienso a Baal. Tú, pues, no ores por este pueblo, ni levantes por ellos clamor ni oración; porque yo no oiré en el día que en su aflicción clamen a mí.

a. He aquí yo traigo sobre ellos mal del que no podrán salir: Esta era simplemente la consecuencia prometida de la desobediencia bajo el Pacto Mosaico (Deuteronomio 27:15-26).

b. Los moradores de Jerusalén, y clamarán a los dioses a quienes queman ellos incienso, los cuales no los podrán salvar en el tiempo de su mal: Una forma en que el pueblo de Judá rompió el Pacto Mosaico fue por su adoración de lo falso y dioses paganos de las naciones vecinas. Cuando Yahveh los maldice bajo los términos de ese pacto, no encontrarían ayuda de esos dioses.

c. Porque yo no oiré en el día que en su aflicción clamen a mí: Los dioses falsos callarían porque no eran nada. El Señor Dios de Israel guardaría silencio como expresión de su juicio contra su pueblo. 

i. De todas las maldiciones que pueden caer sobre un pueblo, seguramente una de las más terribles es el silencio de Dios en nuestro tiempo de angustia o necesidad.

5. (15-17) La decepción del amor rechazado.

¿Qué derecho tiene mi amada en mi casa, habiendo hecho muchas abominaciones? ¿Crees que los sacrificios y las carnes santificadas de las víctimas pueden evitarte el castigo? ¿Puedes gloriarte de eso? Olivo verde, hermoso en su fruto y en su parecer, llamó Jehová tu nombre. A la voz de recio estrépito hizo encender fuego sobre él, y quebraron sus ramas. Porque Jehová de los ejércitos que te plantó ha pronunciado mal contra ti, a causa de la maldad que la casa de Israel y la casa de Judá han hecho, provocándome a ira con incensar a Baal.

a. ¿Qué derecho tiene mi amada en mi casa, habiendo hecho muchas abominaciones? Dios consideraba a Israel como su amada; sin embargo, desempeñaron el papel del cónyuge infiel, siendo infieles con los dioses falsos. Por lo tanto, Dios pregunta apropiadamente por qué estaban en su casa todavía.

i. “Como si un marido dijera a su mujer adúltera: ¿Qué hace esta prostituta en mi cama, si tiene tantos amantes?”. (Trapp)

ii. Las carnes santificadas de las víctimas pueden evitarte el castigo: “El sacrificio santificado junto al altar será completamente quitado de ustedes, junto con el templo”. (Trapp)

b. Habiendo hecho muchas abominaciones: Esta es la descripción de una sociedad enferma de pecado. No solo pecan; se glorían abiertamente en su maldad. 

c. Olivo verde, hermoso en su fruto y en su parecer, llamó Jehová tu nombre: Esto describe las expresiones de amor y cariño que Dios le dio a Israel. Los amaba tierna y profundamente; sin embargo, le devolvieron su amor con infidelidad. Rechazaron el cariño y el amor de Dios.

d. Hizo encender fuego sobre él, y quebraron sus ramas: Aunque Dios una vez tuvo a su pueblo en tan buena consideración, eso no detendría su juicio apropiado contra ellos. Aunque Él los había plantado, Él ha pronunciado mal contra ellos por su obstinado pecado e idolatría.

B. La conspiración y amenaza contra Jeremías.

1. (18-19) El conocimiento de Jeremías de la amenaza en su contra.

Jehová me lo hizo saber, y lo conocí; entonces me hiciste ver sus obras. Y yo era como cordero inocente que llevan a degollar, pues no entendía que maquinaban designios contra mí, diciendo: Destruyamos el árbol con su fruto, y cortémoslo de la tierra de los vivientes, para que no haya más memoria de su nombre.

a. Y Jehová me lo hizo saber, y lo conocí: Dios le mostró a Jeremías las obras de sus enemigos. Por lo que sigue (Jeremías 11:21), entendemos que estos enemigos eran los hombres de Anatot, que era el pueblo natal de Jeremías.

i. Este fue un ejemplo de protección divina sobre el profeta. Podría llegar el día en que Dios permitiría que Jeremías entregara su vida en fidelidad al Señor; pero ese día aún no había llegado.

b. Y yo era como cordero inocente que llevan a degollar: Este era el estado de Jeremías antes de que Dios le advirtiera (pues no entendía que maquinaban designios contra mí). Era indefenso antes de que Dios le mostrara que sus enemigos querían talarlo como a un árbol.

i. La frase como cordero inocente que llevan a degollar nos recuerda a Jesús, quien también fue rechazado por su propio pueblo (Juan 1:11). En la gran profecía de Isaías del Siervo Sufriente, describió al Mesías como un cordero para el matadero (Isaías 53:7, Hechos 8:32). La fidelidad de Jeremías a Dios construyó en él una creciente semejanza con el Mesías que representaba perfectamente a Dios (Juan 1:18, Juan 14:9). 

i. “Como señaló otro Cordero de Dios, los enemigos del hombre serán los de su propia casa”. (Mateo 10:36).” (Harrison)

2. (20) Oración y confianza de Jeremías.

Pero, oh Jehová de los ejércitos, que juzgas con justicia, que escudriñas la mente y el corazón, vea yo tu venganza de ellos; porque ante ti he expuesto mi causa.

a. Pero, oh Jehová de los ejércitos: Conociendo la amenaza contra su vida, Jeremías hizo lo correcto – oró. Comenzó su oración dirigiéndose a Dios como Jehová de los ejércitos, un título que recuerda que Dios es el comandante de los ejércitos celestiales.

b. Que juzgas con justicia, que escudriñas la mente y el corazón: Jeremías ora por protección, pero no para ser escudado como un malhechor. Esperaba que se le diera la protección de Dios de acuerdo con su justicia y sabiduría perfecta.

c. Vea yo tu venganza de ellos; porque ante ti he expuesto mi causa: Apropiadamente, Jeremías entendía que la venganza pertenecía al Señor (como dice en Deuteronomio 32:35 y Romanos 12:19). Él había expuesto su causa a Dios y confiaba en que él se ocuparía de ella.

i. “Su feroz reacción al complot nos conmocionará, pero Dios lo sostuvo porque no pidió más que justicia”. (Kidner)

3. (21-23) La promesa de Dios de castigar a los que amenazaba con matar a Jeremías.

Por tanto, así ha dicho Jehová acerca de los varones de Anatot que buscan tu vida, diciendo: No profetices en nombre de Jehová, para que no mueras a nuestras manos; así, pues, ha dicho Jehová de los ejércitos: He aquí que yo los castigaré; los jóvenes morirán a espada, sus hijos y sus hijas morirán de hambre, y no quedará remanente de ellos, pues yo traeré mal sobre los varones de Anatot, el año de su castigo.

a. Por tanto, así ha dicho Jehová acerca de los varones de Anatot que buscan tu vida: La aldea de Anatot era el hogar de Jeremías (Jeremías 1:1). Era la gente de su propia aldea la que quería matarlo.

i. Gran parte del trabajo de Jeremías se realizó durante los días del rey reformador Josías. Una cosa que hizo Josías fue cerrar los sacrificios desobedientes y no autorizados en los lugares altos, fuera del altar del templo en Jerusalén. Es posible que los sacerdotes locales de Anatot se hayan resentido de que su santuario fuera cerrado y es posible que hayan odiado a Jeremías porque apoyaba a Josías.

ii. “Habría habido alguna razón poderosa por la cual los conciudadanos de Jeremías tomaron medidas tan enérgicas contra él, aunque tales acciones no son desconocidas incluso hoy en el Medio Oriente. A veces, los miembros de una familia se proponen matar a un pariente que ha traído la desgracia a la familia”. (Thompson)

b. No profetices en nombre de Jehová, para que no mueras a nuestras manos: Esta era la amenaza que hicieron contra Jeremías. Estaba claro que lo que odiaban era el mensaje de Dios que él traía.

c. He aquí que yo los castigaré: Dios promete traer juicio particular contra los hombres de Anatot. Jeremías debe haber tenido sentimientos encontrados acerca de esto; estaba feliz de que Dios lo defendiera y retribuyera a sus enemigos, pero sin duda se entristecía por el juicio que vendría sobre los hombres de su propia aldea.

i. “Y el castigo es: Los jóvenes morirán a espada, sus hijos y sus hijas morirán de hambre, la cual vendrá sobre la tierra por las desolaciones ocasionadas por el ejército caldeo”. (Clarke)

©2021 The Enduring Word Comentario bíblico en español de David Guzik – ewm@enduringword.com 

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