Jeremías 14




Jeremías 14 – Juicio sobre falsos profetas

A. Un modelo de arrepentimiento que nunca se cumplió.

1. (1-6) La sequía sobre Judá.

Palabra de Jehová que vino a Jeremías, con motivo de la sequía. Se enlutó Judá, y sus puertas se despoblaron; se sentaron tristes en tierra, y subió el clamor de Jerusalén. Los nobles enviaron sus criados al agua; vinieron a las lagunas, y no hallaron agua; volvieron con sus vasijas vacías; se avergonzaron, se confundieron, y cubrieron sus cabezas. Porque se resquebrajó la tierra por no haber llovido en el país, están confusos los labradores, cubrieron sus cabezas. Aun las ciervas en los campos parían y dejaban la cría, porque no había hierba. Y los asnos monteses se ponían en las alturas, aspiraban el viento como chacales; sus ojos se ofuscaron porque no había hierba. 

a. Palabra de Jehová que vino a Jeremías, con motivo de la sequía: Aparentemente, esta sección de la profecía de Jeremías llegó durante una temporada en que Judá era afligida por la sequía. Las sequías sostenidas o múltiples siempre eran un problema de vida o muerte en las sociedades antiguas, donde la mayoría se ganaba la vida con la agricultura.

i. La sequía también era un problema especial para el antiguo Israel y Judá, porque se pensaba que Baal, el ídolo cananeo con frecuencia adorado, era el dios del clima y la lluvia. Muchos israelitas de la antigüedad se sentían atraídos por la adoración a Baal porque querían lluvia.

ii. “Se había amenazado con la sequía si había desobediencia (Deuteronomio 28:23-24) y era parte de las maldiciones del pacto. El propósito del Señor al enviar la sequía era llevar a la nación al arrepentimiento”. (Feinberg)

iii. Algunas traducciones traducen la palabra sequía en plural: sequías. “La palabra sequía está en plural aquí, lo que indica una serie de tales desastres, cada uno de los cuales deja a los sobrevivientes menos capaces de afrontar el siguiente”. (Kidner)

b. Los nobles enviaron sus criados al agua; vinieron a las lagunas, y no hallaron agua: Con profecía y poesía, Jeremías describe gran calamidad de las sucesivas sequías en Judá. El pueblo es humillado por la falta de agua que da vida (se avergonzaron, se confundieron).

i. “Detrás de esa confusión vino la desesperación; ‘Se cubrieron la cabeza’. Los orientales se cubren la cabeza cuando están en el dolor más profundo, como lo hizo David, cuando cruzó el arroyo Cedrón. Significa: ‘No puedo afrontarlo. No me mires en mi dolor, ni esperes que yo te mire a ti. Me cubro la cabeza, porque para mí todo ha terminado’”. (Spurgeon)

c. Aun las ciervas en los campos parían y dejaban la cría, porque no había hierba: Cuando Dios trajo disciplina o juicio a Judá a través de la sequía, también afectó a los animales y a la naturaleza que los rodeaba. Su arrepentimiento sincero y sostenido no solo los beneficiaría a ellos, sino también al mundo natural.

i. “La familiaridad de Jeremías con la vida en el campo se muestra en la idoneidad de sus ilustraciones: la cierva es una criatura famosa por el cuidado de sus crías; los asnos monteses se encuentran entre los animales más resistentes, capaces de soportar la sequía”. (Cundall)

2. (7-9) Un modelo de arrepentimiento piadoso en tiempos de sequía.

Aunque nuestras iniquidades testifican contra nosotros, oh Jehová, actúa por amor de tu nombre; porque nuestras rebeliones se han multiplicado, contra ti hemos pecado. Oh esperanza de Israel, Guardador suyo en el tiempo de la aflicción, ¿por qué te has hecho como forastero en la tierra, y como caminante que se retira para pasar la noche? ¿Por qué eres como hombre atónito, y como valiente que no puede librar? Sin embargo, tú estás entre nosotros, oh Jehová, y sobre nosotros es invocado tu nombre; no nos desampares.

a. Aunque nuestras iniquidades testifican contra nosotros, oh Jehová, actúa por amor de tu nombre: Usando su imaginación profética, Jeremías piensa en cómo sería el verdadero arrepentimiento de Judá en respuesta a las sequías. Comienza con una confesión absoluta de culpa y un llamado a la misericordia pura, no a la que merecían.

b. Oh esperanza de Israel, Guardador suyo en el tiempo de la aflicción, ¿por qué te has hecho como forastero en la tierra: Habiendo venido a Dios con humildad y arrepentimiento, ahora la apelación buscaba recordarle a Dios que Él era la esperanza de Israel y su Guardador, y le pedía que no fuese un forastero para ellos en su gran necesidad.

c. ¿Por qué eres como hombre atónito, y como valiente que no puede librar?: Con gran confianza en el poder y la capacidad de Dios para salvar, Jeremías imagina al arrepentido apelando al honor de Dios en el rescate de su pueblo que Dios se mostraría a sí mismo como alguien que puede salvar.

d. Sin embargo, tú estás entre nosotros, oh Jehová, y sobre nosotros es invocado tu nombre; no nos desampares: El arrepentido le recuerda a Dios que está cerca de Israel y que ellos le pertenecen. Él clama a Dios para que actúe sobre esa cercanía e identificación.

i. “Si tan solo la nación hubiera tomado este clamor de corazón y lo hubiera hecho suyo, entonces Dios podría haber mostrado perdón”. (Cundall)

3. (10) La respuesta de Dios a la respuesta real y superficial de su pueblo.

Así ha dicho Jehová acerca de este pueblo: Se deleitaron en vagar, y no dieron reposo a sus pies; por tanto, Jehová no se agrada de ellos; se acordará ahora de su maldad, y castigará sus pecados.

a. Se deleitaron en vagar, y no dieron reposo a sus pies: Dios responde al arrepentido imaginario estaban solo en la imaginación. La Judá que realmente existía se deleitaba en vagar y no se reprimía del pecado.

i. El arrepentimiento, la confesión, la humildad ante Dios que está solo en la mente (o corazón) pero no en una acción genuina para con Él, no tiene ningún efecto. Debe ir más allá de un sentimiento. El arrepentimiento descrito en Jeremías 14:7-9 era maravilloso, pero no real.

b. Por tanto, Jehová no se agrada de ellos: Dado que el arrepentido solo era imaginario, Dios no se agrada de un pueblo infiel. Él se acordará y castigará sus pecados.

B. Exponiendo a los falsos profetas.

1. (11-12) La futilidad de la certeza del juicio de Dios.

Me dijo Jehová: No ruegues por este pueblo para bien. Cuando ayunen, yo no oiré su clamor, y cuando ofrezcan holocausto y ofrenda no lo aceptaré, sino que los consumiré con espada, con hambre y con pestilencia.

a. No ruegues por este pueblo: Dios le dio un mandato similar a Jeremías en Jeremías 7:16-19. El pueblo de Judá estaba en este punto tan endurecido que ya no oraban; su curso estaba establecido. Dios simplemente le dice a Jeremías: Cuando ayunen, yo no oiré su clamor.

i. Es significativo que Dios tuvo que decirle a Jeremías que no orara; la suposición es que oraría y que Dios tenía que decirle que no lo hiciera. Hay algo en este sentido en el Nuevo Testamento, en 1 Juan 5:14-16, donde Juan explica que hay algunas personas al menos en teoría que están más allá de la oración y, por lo tanto, no se debe orar por ellas.

ii. “Oh, cuán terrible es el estado de esa gente de la cual el Señor dice a sus ministros: No oren por ellos; o, lo que es casi una prohibición, ¡Él niega a sus ministros el espíritu de oración e intercesión a favor del pueblo!”. (Clarke)

b. Sino que los consumiré con espada, con hambre y con pestilencia: El juicio prometido vendría. El arrepentimiento insincero ofrecido nunca sería suficiente.

i. “Los tres elementos: espada, hambre, y pestilencia eran el acompañamiento regular de la guerra y se mencionan varias veces en el Antiguo Testamento”. (Thompson)

2. (13) Jeremías informa las palabras de los falsos profetas.

Y yo dije: ¡Ah! ¡Ah, Señor Jehová! He aquí que los profetas les dicen: No veréis espada, ni habrá hambre entre vosotros, sino que en este lugar os daré paz verdadera.

a. ¡Ah! ¡Ah, Señor Jehová! He aquí que los profetas les dicen: Jeremías tenía un mensaje en el nombre del Señor para entregar al pueblo de Judá. Sin embargo, Jeremías no era el único que afirmaba haber traído tal mensaje. Otros también afirmaban ser profetas.

b. No veréis espada, ni habrá hambre entre vosotros, sino que en este lugar os daré paz verdadera: El mensaje de los otros profetas era que habría liberación de la espada y el hambre, Dios los rescataría. Este era un mensaje positivo y esperanzador que contrastaba con lo que Dios le dio a Jeremías.

i. Jeremías probablemente esperaba explicar o excusar la falta de arrepentimiento entre el pueblo y los líderes de Judá. No se arrepentían verdaderamente porque otros profetas les decían que todo estaría bien.

ii. “El profeta pidió excusas para el pueblo, y clamó por misericordia de ellos, y eso persistentemente. Una y otra vez, Jehová respondió, mostrando a su siervo la inutilidad de todas esas oraciones”. (Morgan)

3. (14-15) La evaluación de Dios de estos falsos profetas.

Me dijo entonces Jehová: Falsamente profetizan los profetas en mi nombre; no los envié, ni les mandé, ni les hablé; visión mentirosa, adivinación, vanidad y engaño de su corazón os profetizan. Por tanto, así ha dicho Jehová sobre los profetas que profetizan en mi nombre, los cuales yo no envié, y que dicen: Ni espada ni hambre habrá en esta tierra; con espada y con hambre serán consumidos esos profetas.

a. Falsamente profetizan los profetas en mi nombre: Este era un juicio directo y fuerte. Estos supuestos profetas no hablaban realmente en el nombre del Señor; ellos profetizaban falsamente.

b. No los envié, ni les mandé, ni les hablé; visión mentirosa: Dios no se responsabiliza por las palabras de esos supuestos profetas. La fuente de sus palabras era el engaño de su corazón. Sus falsas profecías venían de ellos mismos, no del Señor.

c. Con espada y con hambre serán consumidos esos profetas: Los falsos profetas que hablaban palabras de paz y seguridad cuando era tiempo de arrepentirse y prepararse para el juicio serían ellos mismos blancos especiales de la espada y el hambre que vendrían.

i. “El pueblo debería haber sabido que el Señor castiga el pecado, y no debería haber creído a los falsos profetas. Aquí se habla del juicio de la nación porque la gente estaba dispuesta a ser engañada”. (Feinberg)

4. (16) El juicio de Dios sobre los que permanecen bajo las palabras de los falsos profetas.

Y el pueblo a quien profetizan será echado en las calles de Jerusalén por hambre y por espada, y no habrá quien los entierre a ellos, a sus mujeres, a sus hijos y a sus hijas; y sobre ellos derramaré su maldad.

a. Y el pueblo a quien profetizan: Dios no considera a los que recibieron las palabras de los falsos profetas como sin culpa. Ellos eran los responsables de rechazar las palabras de los verdaderos profetas (Jeremías y otros como él) y de recibir las suaves pero falsas palabras de los falsos profetas. 

b. Será echado en las calles de Jerusalén por hambre y por espada: Escuchar y creer las palabras de los falsos profetas no las harían realidad. Sufrirían bajo el mismo juicio que los falsos profetas decían que nunca vendrían.

c. No habrá quien los entierre a ellos: Esto era considerado como una desgracia especial, magnificando la deshonra cuando Dios sobre ellos derramara su maldad.

C. El dolor del profeta.

1. (17-18) Llanto por el juicio venidero.

Les dirás, pues, esta palabra: Derramen mis ojos lágrimas noche y día, y no cesen; porque de gran quebrantamiento es quebrantada la virgen hija de mi pueblo, de plaga muy dolorosa. Si salgo al campo, he aquí muertos a espada; y si entro en la ciudad, he aquí enfermos de hambre; porque tanto el profeta como el sacerdote anduvieron vagando en la tierra, y no entendieron.

a. Derramen mis ojos lágrimas noche y día: No era una cosa feliz ni triunfante para Jeremías saber que él era un verdadero profeta y que aquellos que decían cosas suaves eran falsos profetas. Su dolor por la calamidad del juicio venidero era mucho mayor que cualquier satisfacción por tener razón.

b. Es quebrantada la virgen hija de mi pueblo, de plaga muy dolorosa: Jeremías ve al pueblo de Dios por lo que podrían haber sido – como una virgen hija para Dios – y se entristece de que no habría escapatoria del juicio venidero, no en el campo ni en la ciudad.

i. “Él llama a Judá ‘la hija virgen – mi pueblo’ porque ella había sido celosamente apartada de las naciones idólatras, como las vírgenes son protegidas en los hogares orientales”. (Feinberg)

c. Tanto el profeta como el sacerdote anduvieron vagando en la tierra, y no entendieron: Los que deberían haber sido una luz y guía para el pueblo de Dios, eran ellos mismos ciegos. Esto dejaba poca esperanza para que el pueblo de Dios escapara del juicio venidero.

2. (19-20) Una confesión sorprendente de pecado y maldad.

¿Has desechado enteramente a Judá? ¿Ha aborrecido tu alma a Sion? ¿Por qué nos hiciste herir sin que haya remedio? Esperamos paz, y no hubo bien; tiempo de curación, y he aquí turbación. Reconocemos, oh Jehová, nuestra impiedad, la iniquidad de nuestros padres; porque contra ti hemos pecado.

a. ¿Ha aborrecido tu alma a Sion? Asombrado por la calamidad que vendría, Jeremías fue lo suficientemente valiente como para preguntarse si Dios los había desechado enteramente, los había aborrecido, y los había herido más allá del remedio.

i. Dios le dijo a Jeremías que no escucharía las oraciones hechas por el pueblo de Judá (Jeremías 14:11). Sin embargo, Jeremías no podía dejar de orar. “A pesar de ello, Jeremías continuó suplicando por el pueblo, y Jehová le permitió hacerlo, discutiendo pacientemente con él”. (Morgan)

ii. “¿Qué va a hacer Jeremías en un caso como este? Se le dice que no debe orar por el pueblo, y Dios parece decidido a herirlos. ¿Qué puede hacer el amor cuando incluso se ordena cerrar las puertas de la oración? Observen cómo, después de que se le dice que no debe orar, se abre camino hacia el trono de la gracia y, por fin, hace lo que se le dice que no haga”. (Spurgeon)

b. Esperamos paz, y no hubo bien: Impulsados por las suaves palabras de los falsos profetas, el pueblo de Judá esperaba paz y curación; pero en lugar de eso, recibieron turbación. 

c. Porque contra ti hemos pecado: Este era el resultado deseado por Dios de la turbación que vendría sobre ellos – llevarlos a un pleno entendimiento de su impiedad e iniquidad. Las palabras llenas de esperanzas, pero falsas palabras de los profetas autoproclamados, no traerían este resultado.

i. “El profeta sabe que la confesión dará como resultado el perdón, y si la nación no reconoce su pecado, Jeremías lo hará indirectamente”. (Harrison)

ii. Adam Clarke vio que el pueblo y los líderes de Judá no confesaron su pecado siguiendo el ejemplo de Jeremías: “Esto hizo el profeta a favor del pueblo; ¡pero Ay! No se unieron a él”. (Clarke) 

3. (21-22) Una súplica para que Dios los recuerde en su miseria.

Por amor de tu nombre no nos deseches, ni deshonres tu glorioso trono; acuérdate, no invalides tu pacto con nosotros. ¿Hay entre los ídolos de las naciones quien haga llover? ¿y darán los cielos lluvias? ¿No eres tú, Jehová, nuestro Dios? En ti, pues, esperamos, pues tú hiciste todas estas cosas.

a. Por amor de tu nombre no nos deseches, ni deshonres tu glorioso trono: Al no ver nada bueno en ellos para apelar a Dios, Jeremías ora con un enfoque diferente. Él pide sobre la base del nombre de Dios, sobre la base del gobierno y la autoridad de Dios (tu glorioso trono), y en base a su pacto con ellos.

i. “Ahora en realidad está empezando a orar; no puede evitarlo. Se le dice que no debe orar, pero siente que debe hacerlo; ama tanto a la gente que debe abogar por ellos”. (Spurgeon)

ii. Este fundamento de razonamiento anticipa el Nuevo Pacto. Bajo el Nuevo Pacto, creemos en Dios por ayuda, bendición y favor, no basados ​​en quiénes somos o lo que hemos hecho, sino en quién es Dios y lo que Él ha hecho.

b. ¿Hay entre los ídolos de las naciones quien haga llover? El capítulo comenzó con la preocupación por las sequías. Ahora Jeremías, esperanzado, habla por un pueblo arrepentido que reconoce que Baal o cualquiera de los otros ídolos no tienen el poder para hacer llover. Ni siquiera la naturaleza, separada de Dios, puede hacer eso (¿y darán los cielos lluvias?). El juicio de Dios, por severo que fuera, los separaba de la idolatría y la dependencia de los dioses de las naciones o de la naturaleza para hacer llover. 

c. En ti, pues, esperamos: El corazón humillado, rendido y sometido simplemente mira a Dios con paciencia y confianza. La severa obra de la fuerte corrección de Dios sobre su pueblo ha realizado una obra misericordiosa.

i. “¿Has llegado a un lugar muy difícil? ¿Estás en un problema muy doloroso – un problema como nunca antes conociste? Entonces espera en el Señor; y si al principio no te responde, y parece que las mismas puertas del cielo están cerradas contra ti, continúa esperando en el Señor. ¿Adónde más puedes ir si le das la espalda?”. (Spurgeon)

©2021 The Enduring Word Comentario bíblico en español de David Guzik – ewm@enduringword.com 

© Copyright 2018 - Enduring Word       |      Site Hosted & Maintained by Local View Marketing    |    Privacy Policy