Jeremías 15




Jeremías 15 – La dolorosa oración del profeta

A. El destino inevitable de Judá: cuatro formas de destrucción.

1. (1) La inutilidad de la intercesión por la rebelde Judá.

Me dijo Jehová: Si Moisés y Samuel se pusieran delante de mí, no estaría mi voluntad con este pueblo; échalos de mi presencia, y salgan.

a. Si Moisés y Samuel se pusieran delante de mí: Varias veces antes, Dios le había dicho a Jeremías que no orara por el pueblo, porque su destino de juicio y exilio ya era seguro (Jeremías 7:16, 11:14 y 14:11). Agregando a ese pensamiento anterior, Dios dice que incluso si dos de los gigantes del Antiguo Testamento – Moisés y Samuel – intercedieran por Judá, no cambiaría su destino.

i. Se sabía que Moisés y Samuel eran grandes hombres de intercesión (Salmo 99:6-8). Moisés pareció cambiar el juicio destinado a Israel a través de su oración (Éxodo 32). Samuel oró y el pueblo fue rescatado de lo que parecía una destrucción segura (1 Samuel 7).

ii. “Esos dos fueron famosos en sus generaciones por el amor sincero y las oraciones por ese pueblo rebelde, e hicieron mucho por ellos”. (Trapp)

b. No estaría mi voluntad con este pueblo: Por medio de esto, Jeremías entendió que no era como si la gran catástrofe pudiera evitarse si él fuese un mayor hombre de fe y oración. Incluso si Moisés y Samuel estuvieran presentes para orar por Israel, eso no sería más eficaz que las oraciones de Jeremías.

c. Échalos de mi presencia, y salgan: Judá enfrentará su destierro designado y justo fuera de la tierra. 

2. (2-4) Las cuatro formas de destrucción.

Y si te preguntaren: ¿A dónde saldremos? les dirás: Así ha dicho Jehová: El que a muerte, a muerte; el que a espada, a espada; el que a hambre, a hambre; y el que a cautiverio, a cautiverio. Y enviaré sobre ellos cuatro géneros de castigo, dice Jehová: espada para matar, y perros para despedazar, y aves del cielo y bestias de la tierra para devorar y destruir. Y los entregaré para terror a todos los reinos de la tierra, a causa de Manasés hijo de Ezequías, rey de Judá, por lo que hizo en Jerusalén.

a. ¿A dónde saldremos? Dios prometió en el versículo anterior que Judá sería arrojada fuera de su vista y sería enviada lejos. Ahora Dios anticipa la pregunta: “¿A dónde saldremos?”.

b. Muerte… espada… hambre… cautiverio: Algunos irán a la muerte (en realidad, plaga o pestilencia), algunos morirán en batalla a espada, otros perecerán de hambre, y el remanente irá al cautiverio. No habría buenas formas de morir.

i. “Algunos serán destruidos por la pestilencia, aquí llamada muerte. Véase Jeremías 18:21”. (Clarke)

c. Cuatro géneros de castigo: Adicionalmente (y hablando poéticamente), habría cuatro formas en que un cadáver podría ser deshonrado después de la muerte. Podría venir a través de la espada, por medio de perros, por medio de aves del cielo o por medio de bestias de la tierra. Parecería como si toda la creación se hubiera reunido contra la Judá lista para el juicio no solo para matarlos, sino para deshonrar sus cadáveres.

i. “Cuando sean asesinados, los cadáveres sufrirán más humillaciones por parte de perros, aves carroñeras y otros depredadores”. (Harrison)

ii. “Que el cadáver de un hombre sea arrastrado por el suelo y luego se convierta en carroña de pájaros y bestias era demasiado horrendo de contemplar para un israelita. Era lo peor en profanación de muertos”. (Feinberg)

d. A causa de Manasés hijo de Ezequías: Hubo reyes pecadores en Judá antes y después de Manasés, y el pueblo mismo no obedeció ni buscó a Dios. Sin embargo, había algo tan horrible en el pecado y la rebelión de Manasés que hizo que el juicio fuera inevitable, irreversible. 

i. La historia de Judá cuenta la historia del gran pecado de Manasés (2 Reyes 21:9-17). 2 Reyes 21:16 lo resume así: Fuera de esto, derramó Manasés mucha sangre inocente en gran manera, hasta llenar a Jerusalén de extremo a extremo; además de su pecado con que hizo pecar a Judá, para que hiciese lo malo ante los ojos de Jehová. 

ii. El malvado Manasés era el hijo de Ezequías – quien fue generalmente un rey bueno y piadoso. “Por tanto, era peor, porque debería haber sido mejor; y, sin embargo, lo peor una vez más, porque fue un cabecilla de rebelión para otros”. (Trapp) 

iii. Sin embargo, extrañamente, “el monstruoso Manasés encontró perdón personal (2 Crónicas 33:12-13), pero su legado permaneció, tanto en los crímenes innecesarios de su régimen contra los inocentes, como en los pecados que había enseñado a su pueblo a adoptar”. (Kidner)

iv. Los entregaré para terror a todos los reinos de la tierra: “Nunca hubo una profecía más literalmente cumplida; y todavía es un monumento en pie de la verdad Divina. Dejemos que la infidelidad ponga sus ojos en los judíos dispersos con quienes puede encontrarse en todas las naciones civilizadas del mundo; y luego que niegue la verdad de esta profecía, si puede. Los judíos están esparcidos por todas las naciones y, sin embargo, no son una nación; ni siquiera forman una colonia en ninguna parte de la faz de la tierra. ¡He aquí la verdad y la justicia de Dios!”. (Clarke, 1830)

B. Después del juicio, compasión para el remanente.

1. (5-9) Ay sobre las viudas.

Porque ¿quién tendrá compasión de ti, oh Jerusalén? ¿Quién se entristecerá por tu causa, o quién vendrá a preguntar por tu paz? Tú me dejaste, dice Jehová; te volviste atrás; por tanto, yo extenderé sobre ti mi mano y te destruiré; estoy cansado de arrepentirme. Aunque los aventé con aventador hasta las puertas de la tierra, y dejé sin hijos a mi pueblo y lo desbaraté, no se volvieron de sus caminos. Sus viudas se me multiplicaron más que la arena del mar; traje contra ellos destruidor a mediodía sobre la madre y sobre los hijos; hice que de repente cayesen terrores sobre la ciudad. Languideció la que dio a luz siete; se llenó de dolor su alma, su sol se puso siendo aún de día; fue avergonzada y llena de confusión; y lo que de ella quede, lo entregaré a la espada delante de sus enemigos, dice Jehová.

a. Porque ¿quién tendrá compasión de ti, oh Jerusalén? Hablando a través del profeta Jeremías, Yahveh le pide a Jerusalén que considere si alguien más se preocupaba por ellos y su crisis venidera. No había nadie a quien le importara, nadie que se entristeciera por su tragedia o se interesara por su necesidad.

b. Tú me dejaste: Irónicamente, Judá rechazó y se rebeló contra el único que se preocupaba por ellos. En lugar de progresar, habían vuelto atrás. Dios respondería a su rechazo de Él con su propio tipo de rechazo hacia ellos, entregándolos al juicio y la destrucción.

c. Estoy cansado de arrepentirme Judá estaba cegada, pero Dios había retenido su juicio contra Judá durante mucho, mucho tiempo. Suponían que Dios se arrepentiría de su propio juicio contra ellos, sin considerar nunca que un día se cansaría y no retendría más su juicio.

d. Los aventé con aventador: El trabajo del aventador era usar el viento para esparcir la paja, separándola del grano valioso. Dios pronto esparciría a Judá y Jerusalén al exilio, como si saliera de un aventador.

e. Sus viudas se me multiplicaron más que la arena del mar: Considerando la destrucción y el juicio que vendrían sobre Judá, Dios menciona todas las viudas que saldrían de los muertos en la batalla y el exilio.

f. Languideció la que dio a luz siete: Tener siete hijos normalmente se consideraría un signo de gran bendiciónalgo así como una familia perfecta. Ahora incluso esa mujer sufre y muere; fue avergonzada y llena de confusión por el gran juicio de Dios que vendrá sobre Judá.

i. “Tener siete hijos es una imagen hebrea de felicidad completa, pero la felicidad de la madre de Jeremías 15:9 ha pasado demasiado pronto”. (Feinberg)

2. (10) El ay personal de Jeremías.

¡Ay de mí, madre mía, que me engendraste hombre de contienda y hombre de discordia para toda la tierra! Nunca he dado ni tomado en préstamo, y todos me maldicen.

a. Ay de mí, madre mía, que me engendraste: Al considerar la severidad de su mensaje, Jeremías piensa en el gran ay que él mismo soportaba. Al igual que Job, se preguntaba si sería mejor si nunca hubiera nacido.

b. Hombre de contienda y hombre de discordia para toda la tierra: El ay de Jeremías radica principalmente en el hecho de que continuamente luchaba por el mensaje que Dios le dio para proclamar. Su obra como profeta estaba llena de contienda y discordia que parecían dirigirse contra toda la tierra.

i. “Por lo general he recibido oposición y contienda, por mi libre y fiel cumplimiento de mi deber. Este es el salario del mundo para los ministros piadosos, a quienes por lo general hace su objetivo de tiro. Pero gracias a Dios, dijo él con Jerónimo, que soy digno de que el mundo aborrezca. Dijo Lutero de sí mismo, Lutero se alimenta de reproches”. (Trapp)

c. Todos me maldicen: Jeremías consideraba notable que fuera tan injuriado por otros cuando no los había defraudado, ni pidiéndoles prestado ni prestándoles deshonestamente; sin embargo, se sentía maldecido y no recibido por todos.

i. “Esta es una de las confesiones más conmovedoras de Jeremías. Se estaba quejando de soledad. Su grandeza radicaba en su naturaleza sensible que sentía un dolor agudo por su pueblo y su perdición. La desesperanza de la situación de la nación y las propias dificultades de su posición le pesaban”. (Feinberg)

ii. “Una de las pruebas más grandes a las que está sujeto el pueblo de Dios, al tratar de servir a su Maestro, es el fracaso. Las siete vacas delgadas, mientras se comen a las siete vacas gordas, ponen a prueba la fe del creyente. ¡Pobre de mí! Nuestras decepciones rara vez vienen solas, pues como los mensajeros de Job, se siguen de cerca unas a otras. Cuando un hombre tiene éxito, sigue teniendo éxito, por regla general; recibe aliento de lo que Dios ya ha hecho por él, y va viento en popa. Probablemente, sin embargo, haya más gracia exhibida por el cristiano, quien, sin éxito actual, se da cuenta de las cosas que aún no se ven y continúa trabajando en ellas. Trabajar no es fácil, pero trabajar y esperar es mucho más difícil”. (Spurgeon)

3. (11-14) Promesa de ayuda, promesa de exilio.

¡Sea así, oh Jehová, si no te he rogado por su bien, si no he suplicado ante ti en favor del enemigo en tiempo de aflicción y en época de angustia! ¿Puede alguno quebrar el hierro, el hierro del norte y el bronce? Tus riquezas y tus tesoros entregaré a la rapiña sin ningún precio, por todos tus pecados, y en todo tu territorio. Y te haré servir a tus enemigos en tierra que no conoces; porque fuego se ha encendido en mi furor, y arderá sobre vosotros.

a. Sea así, oh Jehová, si no te he rogado por su bien: Dios le promete a Jeremías, personalmente y como representante de su pueblo, que no serían completamente abandonados en su exilio. Dios les daría favor entre el enemigo que estaba por venir (he suplicado ante ti en favor del enemigo). 

i. “Nótese que no hay liberación de su vocación: solo una renovación de ella”. (Kidner)

ii. “Esto se cumplió literalmente; véase Jeremías 39:11, etc. Nabucodonosor le había encomendado estrictamente a Nabuzaradán, comandante en jefe, que viera bien a Jeremías, no le hiciera daño y le concediera todos los privilegios que quisiera pedir”. (Clarke)

b. ¿Puede alguno quebrar el hierro, el hierro del norte y el bronce? Aunque Dios dijo que cuidaría de su profeta Jeremías en la crisis que se avecinaba, no significaba que el destino de Judá en general hubiera cambiado. Las armas de Babilonia, hechas con el hierro del norte y el bronce – ciertamente vendrían contra ellos.

i. “El hierro (mineral del norte) de mejor calidad en el siglo VII a.C. procedía de la región del Mar Negro. Claramente, el armamento de Judá sería insuficiente para repeler a los ejércitos babilónicos”. (Harrison)

c. Te haré servir a tus enemigos en tierra que no conoces: No solo era seguro el juicio y la conquista de Judá, sino que también serían desterrados de su tierra a la tierra desconocida de sus enemigos.

4. (15-18) La dolorosa oración del profeta. 

Tú lo sabes, oh Jehová; acuérdate de mí, y visítame, y véngame de mis enemigos. No me reproches en la prolongación de tu enojo; sabes que por amor de ti sufro afrenta. Fueron halladas tus palabras, y yo las comí; y tu palabra me fue por gozo y por alegría de mi corazón; porque tu nombre se invocó sobre mí, oh Jehová Dios de los ejércitos. No me senté en compañía de burladores, ni me engreí a causa de tu profecía; me senté solo, porque me llenaste de indignación. ¿Por qué fue perpetuo mi dolor, y mi herida desahuciada no admitió curación? ¿Serás para mí como cosa ilusoria, como aguas que no son estables?

a. Acuérdate de mí, y visítame, y véngame de mis enemigos: Jeremías hizo lo que también hicieron otros hombres piadosos en la biblia fue a Dios en busca de protección y justicia cuando era perseguido por causa de la justicia. Jeremías podía decir correctamente: “Que por amor de ti sufro afrenta”, por lo que también podía confiar correctamente en manos de Dios cualquier venganza que fuera apropiada.

i. Acuérdate de mí: “El ‘recordar’ israelita no era un mero recuerdo. Era una recaptura del pasado de una manera que llevaba a la acción en el presente”. (Thompson)

ii. “Está alejado de su pueblo debido a su testimonio, pero no tiene más remedio que proclamar la palabra de Dios a una nación recalcitrante. Es un hombre solitario y ansioso, pero que se regocija de que Dios habita en su corazón”. (Harrison)

b. Fueron halladas tus palabras, y yo las comí; y tu palabra me fue por gozo y por alegría de mi corazón: Mientras Jeremías continúa defendiendo su caso ante Dios, le declara a Dios su gran amor y enfoque en la palabra de Dios.

·Jeremías halló primero la palabra de Dios, sin descuidarla ni darla por sentada.

·Jeremías luego comió la palabra de Dios, ingiriéndola como alimento para el alma y recibiendo refrigerio y alimento de ella.

·Jeremías entonces consideró la palabra de Dios como el gozo y la alegría de su corazón. Se deleitó en la palabra de Dios y lo hizo en lo más íntimo de su ser.

i. “He dicho que Jeremías nos deja entrar en un secreto. Su vida exterior, que consiste en su ministerio fiel y perpetuo, debía ser contabilizada por su amor interior por la palabra que predicaba”. (Spurgeon)

ii. “Es algo muy diferente a decir, ‘Tu palabra fue hallada, y yo la admiré’, o ‘Tu palabra fue hallada, y yo la critiqué’, o ‘Tu palabra fue hallada, y la dividí e hice de ella un sermón’. Esa es la tentación de un ministro”. (Spurgeon)

c. Porque tu nombre se invocó sobre mí: Este interés y valor dado a la palabra de Dios parecía natural y apropiado para Jeremías, porque sabía que había sido invocado por el propio nombre de Dios. A Jeremías le parecería extraño que alguien llamado por el nombre de Dios no encontrara interés, alimento y gozo en la palabra de Dios. 

d. No me senté en compañía de burladores: Jeremías suplica su separación de los que no valoraban ni amaban la palabra de Dios. Lo hace con una redacción que sugiere el Salmo 1, que muestra la bendición de estar atento a la palabra de Dios.

i. “Era su infeliz deber denunciar los juicios de Dios sobre un pueblo al que amaba mucho, pero al que era imposible salvar; porque incluso su profunda angustia de corazón y su emoción derramada eran impotentes con ellos, y más incitaban su burla que su atención”. (Spurgeon)

e. Me senté solo, porque me llenaste de indignación: La separación de los burladores significaba que había momentos en que el profeta se sentaba solo, por obediencia e integridad a Dios y su palabra.

i. “La razón por la que Jeremías se sentaba solo era por la mano de Yahveh, es decir, estaba bajo la restricción divina para su tarea especial”. (Thompson)

f. ¿Por qué fue perpetuo mi dolor… serás para mí como cosa ilusoria, como aguas que no son estables?: Jeremías tenía una verdadera confianza en Dios y una conexión con su Palabra, pero esto no eliminaba la crisis. Todavía había momentos en los que su dolor parecía perpetuo y temía que Dios no le fuera fiel – como aguas que no son estables. Este era un desafío genuino a la fe de Jeremías en la bondad y el poder de Dios. 

i. “Hubo un tiempo en el que Jeremías pensó en Yahveh como una ‘fuente de agua viva’ (Jeremías 2:13). Pero ahora parece aguas que no son estables. (Thompson)

ii. “En su estado angustiado, Jeremías acusa al Señor de no haber cumplido sus promesas de fortalecerlo en su resistencia contra sus enemigos”. (Feinberg)

iii. “Este fue un ataque de inseguridad y descontento, ya que los mejores tienen sus arrebatos y las mejores lámparas han necesitado matacandelas”. (Trapp)

5. (19-21) Una promesa de proteger al profeta.

Por tanto, así dijo Jehová: Si te convirtieres, yo te restauraré, y delante de mí estarás; y si entresacares lo precioso de lo vil, serás como mi boca. Conviértanse ellos a ti, y tú no te conviertas a ellos. Y te pondré en este pueblo por muro fortificado de bronce, y pelearán contra ti, pero no te vencerán; porque yo estoy contigo para guardarte y para defenderte, dice Jehová. Y te libraré de la mano de los malos, y te redimiré de la mano de los fuertes.

a. Si te convirtieres, yo te restauraré: Dios le promete a Jeremías que a pesar del rechazo actual y la crisis que se avecinaba, quedaba una promesa de restauración. Si rechazaba la tentación de considerar a Dios indiferente o poco confiable y continuaba entresacando lo precioso de lo vil, continuaría siendo un portavoz de Dios.

i. “En el corazón de Jeremías había pensamientos indignos de Dios, y estos habían encontrado expresión en sus declaraciones. Que limpie su corazón de tal aleación (si entresacares lo precioso de lo vil), y se dedique solo al verdadero oro de la verdad acerca de Dios”. (Morgan)

ii. “Es irónico que Dios tuviera que decirle a Jeremías que se arrepintiera. Durante años, Jeremías le había estado diciendo al pueblo de Israel que se arrepintiera. Pero él tenía algo de arrepentimiento que hacer por su cuenta”. (Ryken)

b. Conviértanse ellos a ti, y tú no te conviertas a ellos: Era importante que Jeremías permaneciera como un profeta inamovible de Dios. El pueblo de Dios podía convertirse a él, pero él no debía moverse de su lugar para amoldarse.

i. “El final del versículo 19 tiene un juego de palabras; ‘conviértanse’ ‘no te conviertas’. Él debe elevar a su pueblo y no dejar que lo arrastren a su nivel”. (Feinberg)

c. Te pondré en este pueblo por muro fortificado de bronce: Si Jeremías permanecía firme en su posición como profeta de Dios, Dios lo haría fuerte e invencible. Dios cumpliría sus promesas: Te libraré de la mano de los malos y te redimiré de la mano de los fuertes.

i. “¡Cuán misericordioso fue Dios con su siervo agitado ante este arrebato quejumbroso! No descartó a Jeremías como un fracaso, sino que mostrándole la inutilidad de tales acusaciones infundadas, le indicó el camino de la restauración a través del arrepentimiento y la fortaleza divina”. (Cundall)

ii. “La promesa de liberación se expresa en tres importantes verbos de liberación del Antiguo Testamento… se encuentran en pasajes tan significativos como la historia del Éxodo, aunque tienen una aplicación más general. La imagen total de la liberación es multifacética y cada verbo proporciona un énfasis diferente”. (Thompson)

·Guardarte: “Los sustantivos relacionados hacen hincapié en llevar a los que están sujetos a restricciones a un lugar fuerte”. (Thompson)

·Libraré: “Representa la actividad de alguien que arrebata su presa de las manos de un poseedor poderoso”. (Thompson)

·Redimiré: “Usado normalmente en referencia a la liberación de la posesión de otro mediante la entrega de un rescate… llegaba a referirse a actos de liberación en la vida diaria”. (Thompson)

iii. “Las promesas alentadoras de los versículos 20-21 le recuerdan a Jeremías su llamado inicial, casi palabra por palabra (cf. 1:18-19). No ofrecen nada fácil. Pero la fortaleza de la que hablan y el resultado invicto será la gloria del ministerio de Jeremías”. (Kidner)

©2021 The Enduring Word Comentario bíblico en español de David Guzik – ewm@enduringword.com 

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