Jeremías 27




Jeremías 27 – Coyundas y yugos

A. El yugo del rey de Babilonia.

1. (1-3) El mandato de hacer coyundas y yugos.

En el principio del reinado de Joacim hijo de Josías, rey de Judá, vino esta palabra de Jehová a Jeremías, diciendo: Jehová me ha dicho así: Hazte coyundas y yugos, y ponlos sobre tu cuello; y los enviarás al rey de Edom, y al rey de Moab, y al rey de los hijos de Amón, y al rey de Tiro, y al rey de Sidón, por mano de los mensajeros que vienen a Jerusalén a Sedequías rey de Judá.

a. En el principio del reinado de Joacim: La referencia a Joacim es un problema, porque no está en muchos manuscritos y no coincide con el resto del capítulo, que parece hablar claramente del tiempo de Sedequías, no de Joacim. Este es un probable error de escribano.

i. “El primer versículo es omitido por la LXX. Algunos manuscritos hebreos y la Peshitta sustituyeron a Joacim por Sedequías, lo cual obviamente es correcto cronológicamente (cf. Jeremías 28:1). El error probablemente se debió a una copia incorrecta del 26:1”. (Harrison) 

ii. “No puede haber duda de que se debe adoptar la lectura marginal de 27:1, y la palabra ‘Sedequías’ debe sustituir a ‘Joacim’”. (Morgan)

b. Hazte coyundas y yugos: Dios quería que Jeremías usara ayudas visuales en su obra profética. Debía hacer coyundas – correas de cuero utilizadas para sujetar los yugos. Un yugo era madera que pasaba por debajo y por encima del cuello de un animal grande para que la bestia pudiera tirar de un arado.

i. “Aquí hizo uso del yugo de buey, una barra o barras de madera atadas con correas de cuero al cuello del animal”. (Thompson)

ii. “Está claro que Jeremías realmente usó el yugo en público, porque Hananías lo rompió (Jeremías 28:10-11)”. (Feinbeg) 

iii. El yugo decía, “Yo soy el jefe. Tú trabajas para mí. Te considero una bestia de carga”.

c. Y los enviarás al rey de Edom, y al rey de Moab: La mayoría de los comentaristas creen que Dios le dijo a Jeremías que hablara a una reunión de mensajeros de los reyes de los reinos circundantes (Edom, Moab, los amonitas, Tiro, y Sidón). Vinieron a reunirse con el rey Sedequías de Judá para planear una revuelta contra el gobierno de Nabucodonosor sobre ellos. Jeremías probablemente habló ante ellos vistiendo las coyundas y los yugos, dándoles un mensaje vívido para llevar a sus reyes.

i. Thompson explica que debido a los ataques de Elam y una revuelta en Siria, “Eran tiempos difíciles para Nabucodonosor, y los pequeños estados del oeste pensaron que veían la oportunidad de rebelarse y deshacerse del yugo de Babilonia”. (Thompson)

ii. “Está claro que los enviados de las naciones se habían reunido en Jerusalén para tramar un plan de rebelión contra Babilonia. En Jeremías 51:59 descubrimos que Sedequías fue convocado a Babilonia en este mismo año, probablemente para dar cuenta de su participación en este complot, que resultó en nada”. (Cundall)

iii. “Jeremías requirió un gran valor para enfrentarse a estos enviados, así como a sus propios compatriotas, pero Jeremías estaba ejerciendo su comisión como profeta para las naciones (cf. Jeremías 1:10)”. (Feinberg)

iv. “Un manuscrito de la LXX omite el enclítico mem (‘los’), lo que implica que en realidad solo se hizo un yugo, hecho por Jeremías, y que la noticia de esto debía enviarse a las naciones que estaban planeando una revuelta. Lo más probable es que esto sea lo que realmente sucedió”. (Harrison)

2. (4-8) El mensaje asociado con las coyundas y los yugos.

Y les mandarás que digan a sus señores: Así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: Así habéis de decir a vuestros señores: Yo hice la tierra, el hombre y las bestias que están sobre la faz de la tierra, con mi gran poder y con mi brazo extendido, y la di a quien yo quise. Y ahora yo he puesto todas estas tierras en mano de Nabucodonosor rey de Babilonia, mi siervo, y aun las bestias del campo le he dado para que le sirvan. Y todas las naciones le servirán a él, a su hijo, y al hijo de su hijo, hasta que venga también el tiempo de su misma tierra, y la reduzcan a servidumbre muchas naciones y grandes reyes. Y a la nación y al reino que no sirviere a Nabucodonosor rey de Babilonia, y que no pusiere su cuello debajo del yugo del rey de Babilonia, castigaré a tal nación con espada y con hambre y con pestilencia, dice Jehová, hasta que la acabe yo por su mano.

a. Yo he puesto todas estas tierras en mano de Nabucodonosor rey de Babilonia: Los mensajeros debían traer esta palabra de Yahveh, el Dios del pacto de Israel, de regreso a sus amos. Dios quería que supieran que la rebelión contra Babilonia no tenía sentido, porque Nabucodonosor permanecería en el poder sobre ellos, y lo haría porque Dios se lo dio.

i. Mi siervo: “Es la manera más condescendiente de hablar sobre el hombre más poderoso sobre la faz de la tierra: ‘mi siervo Nabucodonosor’ (cf. Jeremías 25:9; 43:10). Es el tipo de lenguaje que usaría un rey antiguo para describir a uno de sus vasallos”. (Ryken)

ii. Le servirán a él, a su hijo, y al hijo de su hijo: “Y todas las naciones le servirán, (Nabucodonosor,) y a su hijo, (Evil-merodac, Jer 52:31) y al hijo de su hijo, (Belsasar, Da 5:11) Todo lo cual se cumplió literalmente”. (Clarke)

b. Y a la nación y al reino que no sirviere a Nabucodonosor rey de Babiloniacastigaré: A través de Jeremías y sus mensajeros, Dios advierte a los reyes de la región que debían someterse al dominio del Rey de Babilonia. Si no lo hacían, Dios mismo los castigaría con espada, hambre, y pestilencia a través de la mano de Nabucodonosor.

3. (9-11) No crean a los profetas mentirosos.

Y vosotros no prestéis oído a vuestros profetas, ni a vuestros adivinos, ni a vuestros soñadores, ni a vuestros agoreros, ni a vuestros encantadores, que os hablan diciendo: No serviréis al rey de Babilonia. Porque ellos os profetizan mentira, para haceros alejar de vuestra tierra, y para que yo os arroje y perezcáis. Mas a la nación que sometiere su cuello al yugo del rey de Babilonia y le sirviere, la dejaré en su tierra, dice Jehová, y la labrará y morará en ella.

a. Y vosotros no prestéis oído a vuestros profetas, ni a vuestros adivinos, ni a vuestros soñadores, ni a vuestros agoreros, ni a vuestros encantadores: Al igual que los reyes de Judá, los reyes de las naciones circundantes tenían profetas y tales que les decían que Babilonia se volvería atrás y no los conquistaría. Dios advierte a los reyes, no prestéis atención, porque ellos profetizan mentira.

i. Adivinos: “Presagiar o pronosticar. Personas que adivinaban el futuro por ciertos signos en la creación animada o inanimada”. (Clarke)

ii. Soñadores: “Intérpretes de sueños, quienes, a partir de estos jirones rotos, remiendan un significado mediante sus propias interpolaciones”. (Clarke)

iii. Agoreros: “Observadores de nubes. Adivinos a través del vuelo, color, densidad, rareza, y forma de las nubes”. (Clarke)

iv. Encantadores: “Los descubridores, los que encuentran cosas ocultas, bienes robados, etc. También personas que usan encantamientos, ya sea por medio de hechizos o drogas, fingen descubrir misterios o producir efectos sobrenaturales (Clarke)

v. “En una época de crisis nacional, los falsificadores religiosos siempre prosperan porque muchas personas solo quieren escuchar mensajes reconfortantes, que a menudo pueden ser falsos”. (Feinberg)

b. Mas a la nación que sometiere su cuello al yugo del rey de Babilonia y le sirviere, la dejaré en su tierra: Dios promete que si responden al mensaje de las coyundas y los yugos, Dios les permitiría escapar del exilio forzado que los babilonios imponían a menudo.

i. A menudo es mejor para nosotros someternos a un yugo impuesto sobre nosotros. “Aprendan de estas sorprendentes palabras que su mejor actitud es la de sumisión humilde y reverente. Pongan su cuello bajo el yugo del rey de Babilonia… Acepten el castigo merecido, recordando que ‘al que el Señor ama, castiga, y Él azota a todo el que recibe por hijo’ Humíllense bajo la poderosa mano de Dios”. (Meyer)

ii. Un aspecto de las buenas nuevas del Nuevo Pacto es que tenemos un yugo diferente, uno mejor: Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga (Mateo 11:28-30).

4. (12-15) El mensaje al rey Sedequías.

Hablé también a Sedequías rey de Judá conforme a todas estas palabras, diciendo: Someted vuestros cuellos al yugo del rey de Babilonia, y servidle a él y a su pueblo, y vivid. ¿Por qué moriréis tú y tu pueblo a espada, de hambre y de pestilencia, según ha dicho Jehová de la nación que no sirviere al rey de Babilonia? No oigáis las palabras de los profetas que os hablan diciendo: No serviréis al rey de Babilonia; porque os profetizan mentira. Porque yo no los envié, dice Jehová, y ellos profetizan falsamente en mi nombre, para que yo os arroje y perezcáis vosotros y los profetas que os profetizan.

a. Someted vuestros cuellos al yugo del rey de Babilonia, y servidle a él y a su pueblo, y vivid: Dios quería que los reyes de las naciones circundantes supieran que este era el mismo mensaje que Él trajo al rey de Judá. Ellos debían servir al rey de Babilonia para evitar un destino aún peor.

b. Porque os profetizan mentira. Porque yo no los envié, dice Jehová, y ellos profetizan falsamente en mi nombre, para que yo os arroje y perezcáis vosotros y los profetas que os profetizan: Dios no envió a estos falsos profetas, pero tampoco los detuvo. Los permitió para que el pueblo y los gobernantes de Judá tuvieran una opción genuina entre lo falso y lo verdadero. Si elegían lo falso, Dios lo usaría para expulsarlos de la tierra y que perecieran – tanto el pueblo como los profetas.

B. Acerca de los utensilios del templo. 

1. (16-17) Lo que dijeron los profetas mentirosos acerca de los utensilios del templo.

También a los sacerdotes y a todo este pueblo hablé diciendo: Así ha dicho Jehová: No oigáis las palabras de vuestros profetas que os profetizan diciendo: He aquí que los utensilios de la casa de Jehová volverán de Babilonia ahora pronto; porque os profetizan mentira. No los oigáis; servid al rey de Babilonia y vivid; ¿por qué ha de ser desolada esta ciudad?

a. He aquí que los utensilios de la casa de Jehová volverán de Babilonia: Este era el mensaje falsamente optimista de los profetas mentirosos del tiempo de Jeremías. Decían que los utensilios que Nabucodonosor se llevó en invasiones anteriores pronto serían devueltos al templo.

i. También llevó Nabucodonosor a Babilonia de los utensilios de la casa de Jehová, y los puso en su templo en Babilonia (2 Crónicas 36:7).

ii. “Normalmente, un conquistador tomaba los ídolos de los países que derrotaba y los colocaba en el santuario de su propio dios, pero como la fe de Judá no tenía imágenes, los utensilios del Templo habían sido tomados en su lugar”. (Cundall)

b. No los oigáis; servid al rey de Babilonia y vivid: Su optimismo era una mentira, incluso si venía como profecía. En lugar de esperar la liberación de los babilonios, les iría mucho mejor si simplemente se rendían al juicio de Dios que ellos mismos trajeron. No hacer esto solo traería un peor juicio sobre Jerusalén (¿Por qué ha de ser desolada esta ciudad?).

2. (18) La prueba de los profetas con respecto a los utensilios del templo.

Y si ellos son profetas, y si está con ellos la palabra de Jehová, oren ahora a Jehová de los ejércitos para que los utensilios que han quedado en la casa de Jehová y en la casa del rey de Judá y en Jerusalén, no vayan a Babilonia.

a. Y si ellos son profetas, y si está con ellos la palabra de Jehová: Los que dicen ser profetas pueden y deben ser probados. Lo que decían no debía aceptarse ciegamente.

b. Oren ahora: Dios propone una prueba sencilla para los profetas mentirosos. Debían orar pidiendo que los utensilios restantes se queden en Jerusalén y no vayan a Babilonia. Este fue el mismo tipo de prueba que Elías trajo a los profetas de Baal en 1 Reyes 18.

i. Los utensilios que han quedado en la casa de Jehová: “Algunos se habían dejado atrás en el 597 a.C. y sin duda se habían hecho otros para reemplazar elementos importantes que se usaban en la adoración regular del templo”. (Thompson)

3. (19-22) El destino de los utensilios del templo.

Porque así ha dicho Jehová de los ejércitos acerca de aquellas columnas, del estanque, de las basas y del resto de los utensilios que quedan en esta ciudad, que no quitó Nabucodonosor rey de Babilonia cuando transportó de Jerusalén a Babilonia a Jeconías hijo de Joacim, rey de Judá, y a todos los nobles de Judá y de Jerusalén; así, pues, ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel, acerca de los utensilios que quedaron en la casa de Jehová, y en la casa del rey de Judá, y en Jerusalén: A Babilonia serán transportados, y allí estarán hasta el día en que yo los visite, dice Jehová; y después los traeré y los restauraré a este lugar.

a. Acerca de aquellas columnas, del estanque, de las basas y del resto de los utensilios que quedan en esta ciudad: Estos estaban entre los objetos de valor asociados con el templo que Nabucodonosor aún no había tomado. En el momento de la profecía de Jeremías, todavía permanecían en el templo.

i. “Según Jeremías 52:17, las columnas de bronce fueron dañadas y llevadas a Babilonia en el 587 a.C.”. (Harrison)

ii. No se hace mención del arca del pacto. Algunos piensan que ya se la había llevado Nabucodonosor en una de sus primeras invasiones a Jerusalén, junto con otros tesoros del templo (2 Crónicas 26:7). Otras leyendas judías dicen que Jeremías escondió el arca del pacto antes de que los babilonios pudieran capturarla. Otros piensan que Dios la llevó al cielo porque el apóstol Juan vio el arca allí (Apocalipsis 11:19).

b. Cuando transportó de Jerusalén a Babilonia a Jeconías: Esto sucedió en el 598 a.C., en la segunda de las tres invasiones de Nabucodonosor a Jerusalén. El rey de Babilonia se llevó a todos los nobles de Judá y de Jerusalén y Jerusalén, pero dejó algunos de los tesoros del templo.

c. A Babilonia serán transportados, y allí estarán hasta el día en que yo los visite: Dios promete que los utensilios restantes serían tomados del templo y llevados a Babilonia. A su tiempo, Dios los traería de regreso al templo de Jerusalén (Esdras 1:7-11, 7:19).

©2021 The Enduring Word Comentario bíblico en español de David Guzik – ewm@enduringword.com 

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