Jeremías 34




Jeremías 34 – La revocación de la emancipación

A. Palabra de Jehová contra Sedequías, rey de Judá.

1. (1-3) Dios le habla a Sedequías de la próxima caída de Jerusalén.

Palabra de Jehová que vino a Jeremías cuando Nabucodonosor rey de Babilonia y todo su ejército, y todos los reinos de la tierra bajo el señorío de su mano, y todos los pueblos, peleaban contra Jerusalén y contra todas sus ciudades, la cual dijo: Así ha dicho Jehová Dios de Israel: Ve y habla a Sedequías rey de Judá, y dile: Así ha dicho Jehová: He aquí yo entregaré esta ciudad al rey de Babilonia, y la quemará con fuego; y no escaparás tú de su mano, sino que ciertamente serás apresado, y en su mano serás entregado; y tus ojos verán los ojos del rey de Babilonia, y te hablará boca a boca, y en Babilonia entrarás.

a. Peleaban contra Jerusalén y contra todas sus ciudades: Esta profecía contra Sedequías y su reino llegó en su décimo o undécimo año. Nabucodonosor y el ejército babilónico habían venido contra Jerusalén y rodeaban la ciudad en un asedio.

i. Los versículos 21 y 22 de este capítulo brindan más información sobre el tiempo y el contexto. Dios dice con respecto al ejército de Babilonia que se ha ido de Jerusalén, pero que mandaré yo, dice Jehová, y los haré volver a esta ciudad (Jeremías 34:22). Los eventos de este capítulo están en el contexto de cuando los egipcios vinieron contra los babilonios durante este asedio, y Nabucodonosor se retiró brevemente del asedio de Jerusalén para luchar contra los egipcios al sur (Jeremías 37:5-10). Los líderes y el pueblo de Jerusalén pensaron que habían sido librados, pero Dios y su profeta sabían que los babilonios regresarían.

ii. “La estrategia de los invasores era mantener la capital bajo asedio y reducir las fortalezas periféricas una por una durante el próximo año. Cuando sólo quedaban Laquis y Azeca (Jeremías 34:7), pareció que por fin había aparecido alguna esperanza de auxilio, ya que la noticia del acercamiento de un ejército egipcio bajo el mando del faraón Hofra (Jeremías 44:30) había llegado a la capital, probablemente a finales de la primavera o principios del verano del 588 a.C.”. (Thompson)

iii. Y todos los reinos de la tierra bajo el señorío de su mano: “Daniel 3:2-4 y 4:1 muestran la vasta extensión del imperio neobabilónico. Vinieron soldados de países sometidos para unirse al asedio (cf. 2 Reyes 24:2)”. (Feinberg)

b. He aquí yo entregaré esta ciudad al rey de Babilonia: A pesar de que se levantó temporalmente el asedio, Dios quería que Sedequías supiera que la ciudad y el reino serían conquistados por la voluntad y el mandato de Dios. No solo los babilonios estaban en contra de Judá.

i. Jerusalén fue ciertamente quemada por el fuego: Y quemó la casa de Jehová, y la casa del rey, y todas las casas de Jerusalén; y todas las casas de los príncipes quemó a fuego (2 Reyes 25:9).

c. Y no escaparás tú de su mano: A veces, cuando cae una ciudad o un reino, el rey escapa. Dios quería que Sedequías supiera que este no sería el caso. Él sería capturado por el rey de Babilonia, quien lo puso en el trono de Judá como rey vasallo (2 Crónicas 36:10), el mismo Nabucodonosor contra quien se rebeló. Nabucodonosor lo juzgaría cara a cara (sus ojos viendo sus ojos y te hablará boca a boca).

i. “Se esperaba que sufriera un severo castigo. El idioma hebreo es muy vívido: ‘Tus ojos mirarán los ojos del rey de Babilonia y su boca hablará con tu boca’. Tales confrontaciones son bien conocidas en los documentos existentes del antiguo Cercano Oriente”. (Thompson)

ii. “El mensaje del Señor para él era que no debía dejarse confundir por el respiro temporal del asedio; la situación era realmente desesperada”. (Feinberg) 

iii. “Recordando la disposición de Dios para retractarse de una amenaza (Jeremías 18:8,11), y la clemencia de Nabucodonosor a Jeremías por su defensa de la rendición (Jeremías 39:11-12), podemos preguntarnos si incluso en este momento Sedequías podría haber hallado misericordia si se hubiera arrepentido”. (Kidner)

2. (4-5) La promesa de que Sedequías moriría de muerte natural.

Con todo eso, oye palabra de Jehová, Sedequías rey de Judá: Así ha dicho Jehová acerca de ti: No morirás a espada. En paz morirás, y así como quemaron especias por tus padres, los reyes primeros que fueron antes de ti, las quemarán por ti, y te endecharán, diciendo, ¡Ay, señor! Porque yo he hablado la palabra, dice Jehová.

a. Así ha dicho Jehová acerca de ti: No morirás a espada: Sedequías tenía un destino terrible frente a él, pero no moriría a espada. Poco después de esta profecía, los babilonios capturaron a Sedequías. Degollaron a los hijos de Sedequías en presencia suya, y a Sedequías le sacaron los ojos, y atado con cadenas lo llevaron a Babilonia (2 Reyes 25:7). 

i. No morirás por la espada: “Y sin embargo, Josías, su padre, un hombre mucho mejor, murió a espada; tan inescrutables son los juicios de Dios, y sus caminos son insondables”. (Trapp)

b. Quemarán por ti, y te endecharán: Sedequías tuvo los pequeños consuelos de una muerte pacífica y que sus súbditos lo recordaran y lo lloraran. Algunos creen que esta era una promesa condicional, y que debido a que Sedequías no se volvió a Dios, nunca se cumplió.

i. “Los judíos tienen una tradición de que Nabucodonosor, en un día festivo, hizo que lo sacaran de la cárcel, y de tal modo abusó de él ante sus príncipes para entretenerlos, que por vergüenza y dolor murió poco después; y luego Nabucodonosor, para recompensarlo, hizo que lo enterraran honorablemente, permitiendo que sus antiguos súbditos quemaran olores dulces y lamentaran su muerte”. (Clarke)

ii. “Las ‘especias quemadas en honor de sus padres’ no debe confundirse con la pira funeraria tan conocida en la India. La cremación nunca ha sido una costumbre predominante entre los judíos”. (Feinberg)

3. (6-7) Jeremías lleva el mensaje al rey Sedequías.

Y habló el profeta Jeremías a Sedequías rey de Judá todas estas palabras en Jerusalén. Y el ejército del rey de Babilonia peleaba contra Jerusalén, y contra todas las ciudades de Judá que habían quedado, contra Laquis y contra Azeca; porque de las ciudades fortificadas de Judá éstas habían quedado.

a. Y habló el profeta Jeremías a Sedequías: Jeremías seguía siendo un profeta valiente. Sedequías tenía el poder de dañar a Jeremías de muchas maneras, pero el profeta no dejó de entregar el mensaje de Dios. 

b. Las ciudades de Judá que habían quedado, contra Laquis y contra Azeca: La ciudad de Laquis estaba a unas treinta millas al suroeste de Jerusalén. Debido a la amenaza egipcia, Nabucodonosor tuvo que asegurar los puntos estratégicos al sur antes de la conquista completa de Jerusalén.

i. Los arqueólogos han descubierto un pozo en Laquis con los restos de unas 1.500 víctimas del ataque de Nabucodonosor. Se descubrieron las Cartas de Laquis, escritos urgentes sobre trozos de cerámica, todo relacionado con el ataque babilónico y la conquista de ciudades como Laquis y Azeca (que se mencionan específicamente en las Cartas de Laquis).

ii. “Se ha descubierto una ostraca de veintiún piezas de Laquis, (es decir, piezas de cerámica rotas utilizadas para escribir listas, cartas, etc.) que datan de la época de la invasión babilónica. Una de las piezas (Ostracón iv) dice, ‘… estamos atentos a las señales de Laquis, de acuerdo con todas las indicaciones que mi señor ha dado, porque no podemos ver Azeca’. Esto generalmente se toma como una alusión a que Azeca acababa de caer ante los babilonios, y que la señal de humo o la baliza, que indicaba que la ciudad seguía resistiendo, ya no se hacía”. (Cundall)

iii. “Estas eran dos ciudades de Judá de considerable importancia: habían sido fuertemente fortificadas por Roboam, 2 Crónicas 11:9-11; 2 Crónicas 32:9”. (Clarke)

B. El pecado de liberar esclavos y traerlos de vuelta a la servidumbre.

1. (8-11) Retroceder en un pacto para liberar a los esclavos de su servicio.

Palabra de Jehová que vino a Jeremías, después que Sedequías hizo pacto con todo el pueblo en Jerusalén para promulgarles libertad; que cada uno dejase libre a su siervo y a su sierva, hebreo y hebrea; que ninguno usase a los judíos, sus hermanos, como siervos. Y cuando oyeron todos los príncipes, y todo el pueblo que había convenido en el pacto de dejar libre cada uno a su siervo y cada uno a su sierva, que ninguno los usase más como siervos, obedecieron, y los dejaron. Pero después se arrepintieron, e hicieron volver a los siervos y a las siervas que habían dejado libres, y los sujetaron como siervos y siervas.

a. Sedequías hizo pacto con todo el pueblo en Jerusalén para promulgarles libertad: En algún momento de su reinado (probablemente cuando los babilonios amenazaron con conquistar Jerusalén), el rey Sedequías proclamó la emancipación de los esclavos hebreos en Judá.

i. En el antiguo Israel, como en todo el mundo antiguo, había personas que trabajaban para otros según el principio de la servidumbre. Eran esclavos en cierto sentido, aunque no necesariamente en el sentido brutal y degradado que la mayoría piensa de la esclavitud. 

ii. Algunos piensan que la biblia es responsable de la esclavitud. La realidad es lo opuesto; la esclavitud existía mucho antes que Israel o Moisés. La biblia es responsable de la eliminación de la esclavitud, no de su establecimiento.

iii. Había cuatro formas básicas en que un hebreo podía convertirse en esclavo de otro hebreo.

· En extrema pobreza, ellos podían vender su libertad (Levíticos 25:39).

· Un padre podía vender a una hija como sirvienta en un hogar con la intención de que eventualmente se casara con alguien de esa familia (Éxodo 21:7).

· En caso de bancarrota, un hombre podía convertirse en siervo de sus acreedores (2 Reyes 4:1).

· Si un ladrón no tenía con qué pagar la restitución adecuada (Éxodo 22:3-4).

iv. “Que las personas de Israel pudieran ser esclavizadas por sus propios compatriotas era en gran parte una cuestión económica. Los hombres endeudados podían aceptar un estado de servidumbre hasta que se liquidaran sus deudas”. (Thompson)

v. Las ideas del secuestro de hombres y la servidumbre de por vidalos conceptos que muchos tienen de la esclavitud simplemente no se aplican a la práctica de la esclavitud en el Antiguo Testamento. Normalmente, la esclavitud era:

·Elegida o por mutuo acuerdo.

· De duración limitada.

· Altamente regulada.

vi. Hebreo: “El termino hebreo (ibri) es significativo. En el Antiguo Testamento, el pueblo de Israel no lo usaba normalmente, sino que apareció en períodos de la historia en los que estuvieron en condición de servidumbre, como en Egipto en los días anteriores al Éxodo y en la época de la dominación filistea”. (Thompson)

b. Obedecieron, y los dejaron: Debido al mandato y liderazgo de Sedequías, inmediatamente liberaron a sus esclavos. Sin embargo, por las palabras que siguen en este capítulo, parece que no dejaban libres a sus esclavos antes del tiempo señalado. Parece que estos eran esclavos que habían sido retenidos más allá de los seis años establecidos por la Ley de Moisés (Éxodo 21:2-4).

i. “En su angustia hicieron algunas demostraciones de remordimiento y algunas propuestas de reforma”. (Clarke)

ii. Parece que Sedequías y el pueblo de Israel no hicieron un acto generoso; simplemente dejaron de desobedecer el mandato de Dios en Éxodo 21 y Deuteronomio 15:12-15. Parecía que la gente de Jerusalén y Judá de ese tiempo seguía las leyes antiguas con respecto a la transferencia de propiedad al pie de la letra (Jeremías 32:9-15). No obedecían en absoluto las leyes antiguas sobre la liberación de esclavos hebreos en el séptimo año.

iii. Si somos generosos con la gente de Judá y Jerusalén, podríamos decir que obedecieron la orden de liberar a los esclavos porque estaban desesperados y arrepentidos bajo el asedio babilónico y se arrepintieron de su pecado anterior. Es más probable que lo hicieran porque, bajo el asedio, los amos no querían ser responsables de alimentar a sus esclavos, no tenían trabajo en el campo que hacer y podrían ser mejores soldados contra los babilonios si eran libres. Esto era pánico, o piedad, o un frío interés propio.

iv. “En este punto llegaron noticias de que un ejército egipcio marchaba para ayudar a Jerusalén, y estas noticias hicieron que los babilonios levantaran el sitio temporalmente para reagruparse y atacar a los egipcios que avanzaban”. (Harrison)

c. Pero después se arrepintieron, e hicieron volver a los siervos y a las siervas que habían dejado libres, y los sujetaron como siervos y siervas: Cambiaron de opinión cuando se levantó el asedio babilónico. Con la amenaza desaparecida, no había más necesidad de arrepentirse radicalmente, por lo que se arrepintieron de su arrepentimiento y obligaron a estos esclavos a volver a la servidumbre.

i. “Los caldeos se habían retirado, para ir, por ejemplo, a luchar con el auxilio que venía de Egipto; [Jeremías 37:7; Jeremías 37:11] y ahora estos judíos tontos que se creían fuera del alcance de la vara de Dios, derogaban pérfidamente sus votos”. (Clarke)

ii. Cuando se levantó el asedio, “Ahora ya no había un problema de comida, sino un problema de servicio. Así que se canceló la liberación de los esclavos y estos desafortunados volvieron al punto de partida”. (Kidner)

iii. “En esta profecía se manifiesta claramente uno de los pecados que caracterizaban los tiempos – la opresión de los pobres y los desamparados, contra la cual se presenta gráficamente la indignación de Jehová”. (Morgan)

iv. Por la ley de Dios, por orden del rey y por la acción de sus antiguos amos, eran libres – pero ahora se veían obligados a volver a la servidumbre. No sabemos qué poder o amenaza usaron para forzarlos. Quizás trabajaron duro para persuadirlos de que, después de todo, realmente no eran libres y tenían que seguir viviendo como esclavos. En analogía espiritual, Satanás espera engañar a los creyentes de manera similar. Espera persuadirlos de que no son realmente libres y deben volver a estar a su servicio.

2. (12-16) Se les recuerda sobre la ley de Moisés.

Vino, pues, palabra de Jehová a Jeremías, diciendo: Así dice Jehová Dios de Israel: Yo hice pacto con vuestros padres el día que los saqué de tierra de Egipto, de casa de servidumbre, diciendo: Al cabo de siete años dejará cada uno a su hermano hebreo que le fuere vendido; le servirá seis años, y lo enviará libre; pero vuestros padres no me oyeron, ni inclinaron su oído. Y vosotros os habíais hoy convertido, y hecho lo recto delante de mis ojos, anunciando cada uno libertad a su prójimo; y habíais hecho pacto en mi presencia, en la casa en la cual es invocado mi nombre. Pero os habéis vuelto y profanado mi nombre, y habéis vuelto a tomar cada uno a su siervo y cada uno a su sierva, que habíais dejado libres a su voluntad; y los habéis sujetado para que os sean siervos y siervas.

a. Yo hice pacto con vuestros padres el día que los saqué de tierra de Egipto, de casa de servidumbre: Dios comienza recordándoles que todos venían de un pasado de esclavos. Esto debería haberlos hecho más generosos y compasivos con sus esclavos, pero no era así.

i. Que le fuere vendido: “El TM también puede traducirse literalmente que se haya vendido a sí mismo, lo que refleja la larga tradición del Cercano Oriente de la adopción voluntaria de la servidumbre por parte de individuos por razones económicas”. (Harrison) 

b. Al cabo de siete años dejará cada uno a su hermano hebreo que le fuere vendido: Este fue el mandato de Dios en Éxodo 21:2-4. Esta fue la ley que desobedecieron durante mucho tiempo (vuestros padres no me oyeron) y obedecieron bajo el mandato de Sedequías (os habíais hoy convertido, y hecho lo recto delante de mis ojos). 

c. Pero os habéis vuelto y profanado mi nombre: Su regreso a la desobediencia era impío ante Dios, especialmente debido a la terrible opresión que ponía sobre otros.

i. “Toda injusticia de hombre contra hombre crea en la mente de los que sufren, cuestionamientos sobre Dios. Así es profanado su nombre; y su ira se enciende para siempre contra los que causan la profanación. El mal de hombre a hombre inflige a Dios un mal más profundo”. (Morgan)

3. (17) Proclamación de libertad de juicio.

Por tanto, así ha dicho Jehová: Vosotros no me habéis oído para promulgar cada uno libertad a su hermano, y cada uno a su compañero; he aquí que yo promulgo libertad, dice Jehová, a la espada y a la pestilencia y al hambre; y os pondré por afrenta ante todos los reinos de la tierra.

a. Vosotros no me habéis oído para promulgar cada uno libertad: El pueblo de Jerusalén tuvo una gran oportunidad de obedecer a Dios y hacer el bien a sus compañeros hebreos al promulgar cada uno libertad a los que ya eran libres por la ley de Moisés. No obedecieron a Dios y perdieron esta gran oportunidad.

i. El creyente bajo el nuevo pacto siente una gran paz al saber que Jesús es el Libertador que nunca quita la libertad que ha concedido.

b. He aquí que yo promulgo libertada la espada y a la pestilencia y al hambre: Esta es la “libertad” que Dios proclama a estos crueles y desobedientes amos de esclavos. Dios los liberaría de su protección; y verían espada, pestilencia y hambre viniendo sobre ellos con plena libertad; y verían afrenta ante todos los reinos de la tierra.

4. (18-22) El castigo para aquellos que rompieron el pacto.

Y entregaré a los hombres que traspasaron mi pacto, que no han llevado a efecto las palabras del pacto que celebraron en mi presencia, dividiendo en dos partes el becerro y pasando por medio de ellas; a los príncipes de Judá y a los príncipes de Jerusalén, a los oficiales y a los sacerdotes y a todo el pueblo de la tierra, que pasaron entre las partes del becerro, los entregaré en mano de sus enemigos y en mano de los que buscan su vida; y sus cuerpos muertos serán comida de las aves del cielo, y de las bestias de la tierra. Y a Sedequías rey de Judá y a sus príncipes los entregaré en mano de sus enemigos, y en mano de los que buscan su vida, y en mano del ejército del rey de Babilonia, que se ha ido de vosotros. He aquí, mandaré yo, dice Jehová, y los haré volver a esta ciudad, y pelearán contra ella y la tomarán, y la quemarán con fuego; y reduciré a soledad las ciudades de Judá, hasta no quedar morador.

a. Y entregaré a los hombres que traspasaron mi pacto, que no han llevado a efecto las palabras del pacto que celebraron en mi presencia: Dios había designado un juicio especial para aquellos que se retractaran de su promesa de liberar a sus esclavos en obediencia a la ley. Este pacto se hizo formalmente, caminando a través de las partes de un animal sacrificado (como con Abraham en Génesis 15:9-21). En la redacción del hebreo bíblico, no se hace un pacto; cortas un pacto. 

i. “Como en las inscripciones asirias, la intención era que, al pasar por los pedazos del sacrificio dividido, se invocaran sobre sí mismos una maldición de que, si rompían el pacto, serían cortados en pedazos como el becerro del sacrificio”. (Feinberg)

b. Los entregaré en mano de sus enemigos y en mano de los que buscan su vida: Dios promete que no escaparán del juicio. Se sentían libres de determinar el destino de los demás actuando como amo sobre ellos; Dios mostraría su libertad para destinarlos al juicio. 

c. He aquí, mandaré yoy los haré volver a esta ciudad: Debido a la amenaza egipcia (Jeremías 37:5-10), el ejército babilónico se había ido de Jerusalén. Cuando la gente de Jerusalén y Judá se retractara de su promesa de liberar a sus esclavos, Dios traería de regreso a los babilonios para completar la obra del juicio.

i. Que se ha ido de vosotros: “Nabucodonosor, al oír que había un ejército egipcio que venía al socorro de Jerusalén, levantó el asedio, salió, se encontró y derrotó a los egipcios. Fue en el ínterin que se entregó esta profecía”. (Clarke)

ii. “Muchas ciudades fueron destruidas a principios del siglo VI a.C. y nunca más fueron ocupadas; otras fueron destruidas en ese momento y parcialmente ocupadas nuevamente en una fecha posterior; y otras fueron destruidas y ocupadas de nuevo después de un largo período de abandono … No hay un solo caso conocido en el que una ciudad de Judá propiamente dicha fuera ocupada continuamente durante el período del exilio”. (Albright, citado en Thompson)

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