Jeremías 37




Jeremías 37 – El rey pide oración y un mensaje secreto

A. A pesar del levantamiento del asedio, los babilonios conquistarán Jerusalén.

1. (1-2) El nuevo rey Sedequías falla de la misma manera que el rey anterior.

En lugar de Conías hijo de Joacim reinó el rey Sedequías hijo de Josías, al cual Nabucodonosor rey de Babilonia constituyó por rey en la tierra de Judá. Pero no obedeció él ni sus siervos ni el pueblo de la tierra a las palabras de Jehová, las cuales dijo por el profeta Jeremías.

a. En lugar de Conías hijo de Joacim reinó el rey Sedequías: El reino de Conías (también conocido como Joaquín) fue corto, duró solo unos pocos meses del 598 a.C. Su reinado terminó tan rápido porque Nabucodonosor vino por segunda vez para someter a Jerusalén bajo su control.

i. “Sedequías era un hombre pequeño en un gran escenario, un debilucho puesto a enfrentar circunstancias que hubieran puesto a prueba a los más fuertes”. (Maclaren)

ii. Al tomar el trono, Sedequías se comprometió a obedecer a Nabucodonosor. Sin embargo, “Debido a la influencia egipcia en la corte, a la que no pudo resistir, Sedequías decidió romper su promesa. Esta fue la causa inmediata del asedio final de Jerusalén”. (Feinberg)

b. Al cual Nabucodonosor rey de Babilonia constituyó por rey: Cuando Nabucodonosor depuso a Conías, puso en el poder al tío de Conías, Sedequías. Sin embargo, Sedequías no usó su posición para escuchar a Dios ni a su profeta Jeremías. 

i. Específicamente, Jeremías les dijo que los babilonios conquistarían por completo a Judá y Jerusalén y que la resistencia era inútil. Estarían mejor rindiéndose a los babilonios y sometiéndose a la corrección de Dios.

2. (3-5) Sedequías le pide a Jeremías que ore, y Jerusalén parece ser rescatada.

Y envió el rey Sedequías a Jucal hijo de Selemías, y al sacerdote Sofonías hijo de Maasías, para que dijesen al profeta Jeremías: Ruega ahora por nosotros a Jehová nuestro Dios. Y Jeremías entraba y salía en medio del pueblo; porque todavía no lo habían puesto en la cárcel. Y cuando el ejército de Faraón había salido de Egipto, y llegó noticia de ello a oídos de los caldeos que tenían sitiada a Jerusalén, se retiraron de Jerusalén.

a. Ruega ahora por nosotros a Jehová nuestro Dios: Cuando Sedequías pidió esto, el ejército babilónico amenazaba a Jerusalén. Las cosas iban tan mal que incluso el rey, que no quería escuchar a Dios, pidió oración y se refirió al Señor como nuestro Dios. La desesperación lo llevó a pedir esta oración.

i. “Este rey parece tener más bondad en él que su hermano y predecesor Joacim; pero actuó como un hipócrita en gran manera, como en otras cosas, por lo que en esto suplicó las oraciones del profeta, pero no obedeció su predicación”. (Trapp)

b. Porque todavía no lo habían puesto en la cárcel: El encarcelamiento de Jeremías en este período se describe en Jeremías 32:1 y siguientes.

c. El ejército de Faraón había salido de Egipto: Cuando los babilonios salieron de Jerusalén y se dirigieron al sur para encontrarse con el ejército egipcio, parecía un milagro y una respuesta a la oración del rey Sedequías. El asedio babilónico fue roto y Jerusalén pareció ser rescatada por los egipcios.

i. “El faraón mencionado en el versículo 5 era Hofra (cf. Jeremías 44:30), que reinó desde el 589 al 570 a.C., y que marchó precipitadamente para apoyar a Sedequías en su rebelión contra Babilonia (Ezequiel 17:11-21). Sin embargo, se retiró antes de unirse a la batalla, dejando que Jerusalén cayera en manos de los babilonios en el 587 a.C.”. (Harrison)

3. (6-10) La certeza de que los babilonios conquistarían Jerusalén.

Entonces vino palabra de Jehová al profeta Jeremías, diciendo: Así ha dicho Jehová Dios de Israel: Diréis así al rey de Judá, que os envió a mí para que me consultaseis: He aquí que el ejército de Faraón que había salido en vuestro socorro, se volvió a su tierra en Egipto. Y volverán los caldeos y atacarán esta ciudad, y la tomarán y la pondrán a fuego. Así ha dicho Jehová: No os engañéis a vosotros mismos, diciendo: Sin duda ya los caldeos se apartarán de nosotros; porque no se apartarán. Porque aun cuando hirieseis a todo el ejército de los caldeos que pelean contra vosotros, y quedasen de ellos solamente hombres heridos, cada uno se levantará de su tienda, y pondrán esta ciudad a fuego.

a. He aquí que el ejército de Faraón que había salido en vuestro socorro, se volvió a su tierra en Egipto: A través del profeta Jeremías, Dios le dice a Sedequías que los egipcios no harían frente a la batalla contra los babilonios. El ejército del faraón regresaría a Egipto antes de enfrentarse a los babilonios. La esperanza de ayuda de los egipcios era vacía.

b. Y volverán los caldeos y atacarán esta ciudad: Los egipcios regresarían a Egipto y los babilonios regresarían a Jerusalén. La conquistarían (la tomarán) y la pondrán por fuego.

c. Y quedasen de ellos solamente hombres heridos, cada uno se levantará de su tienda, y pondrán esta ciudad a fuego: Dios enfatiza que no había forma de que los babilonios no conquistaran Jerusalén. Incluso si su ejército se redujera a solo hombres heridos, ellos conquistarían la ciudad y la pondrán por fuego.

B. Jeremías arrestado y un mensaje secreto para el rey.

1. (11-15) Jeremías apresado y encarcelado por pasarse a los caldeos.

Y aconteció que cuando el ejército de los caldeos se retiró de Jerusalén a causa del ejército de Faraón, salía Jeremías de Jerusalén para irse a tierra de Benjamín, para apartarse de en medio del pueblo. Y cuando fue a la puerta de Benjamín, estaba allí un capitán que se llamaba Irías hijo de Selemías, hijo de Hananías, el cual apresó al profeta Jeremías, diciendo: Tú te pasas a los caldeos. Y Jeremías dijo: Falso; no me paso a los caldeos. Pero él no lo escuchó, sino prendió Irías a Jeremías, y lo llevó delante de los príncipes. Y los príncipes se airaron contra Jeremías, y le azotaron y le pusieron en prisión en la casa del escriba Jonatán, porque la habían convertido en cárcel.

a. Salía Jeremías de Jerusalén para irse a tierra de Benjamín, para apartarse de en medio del pueblo: Jeremías 32:6-12 describe la propiedad que Jeremías compró como testimonio de la promesa de Dios de restauración a Judá. Con el asedio temporalmente levantado, Jeremías pudo ver la propiedad que compró en la cárcel. 

i. Para apartarse de en medio del pueblo: La expresión hebrea es oscura y su fuerza precisa no es clara –‘dividir desde allí en medio del pueblo’. Puede ser que toda la cuestión del patrimonio de la familia de Jeremías estuviera en discusión debido a la invasión babilónica y se hubiera convocado una reunión familiar para decidir sobre la división. Jeremías se dispuso a asistir a esta reunión, pero fue arrestado”. (Thompson)

b. Tú te pasas a los caldeos: Debido a que dijo que era inútil que el pueblo de Judá resistiera a los babilonios, se sospechaba que Jeremías era un simpatizante de los babilonios y tal vez incluso su espía. Aquí, un capitán apresa al profeta con esta acusación.

i. “Jeremías había instado a otros a desertar (Jeremías 21:9; 38:2) y de hecho varios judíos desertaron a favor del enemigo (Jeremías 38:19; 52:15). Además, el mensaje de Jeremías de una victoria segura para los babilonios era bien conocido. Por lo tanto, la acusación de Irías era comprensible incluso si era incorrecta”. (Thompson)

c. Y le azotaron y le pusieron en prisión: Jeremías fue golpeado y encarcelado nuevamente. Pagó un precio significativo por permanecer fiel a Dios y al mensaje que Dios le dio para entregar.

i. “Sin prueba alguna de la supuesta traición, sin ningún tipo de justicia”. (Clarke)

ii. Esto fue unos quince años después de los compasivos príncipes de Judá descritos en Jeremías 36:11-19. Una nueva generación y nuevas condiciones trajeron líderes que no simpatizaban con Jeremías ni con su mensaje.

iii. “Se habían hecho arreglos temporales para encarcelar a Jeremías en la casa del Secretario de Estado. En situaciones de este tipo, a veces se utilizaban cisternas para encarcelar a las personas detenidas, y tal experiencia podía ser extremadamente desagradable (Jeremías 38:6,13)”, (Harrison)

iv. “La casa del escriba Jonatán se convirtió en la prisión del profeta, tal vez porque él era solo uno de los muchos desertores y prisioneros políticos”. (Feinberg)

v. Los versículos que siguen (Jeremías 37:20-21) muestran que las condiciones de la prisión en la casa del escriba Jonatán eran mucho peores que las del patio de la cárcel (Jeremías 32:1-2).

2. (16-17) Liberado de la prisión, Jeremías entrega un mensaje al rey Sedequías. 

Entró, pues, Jeremías en la casa de la cisterna, y en las bóvedas. Y habiendo estado allá Jeremías por muchos días, el rey Sedequías envió y le sacó; y le preguntó el rey secretamente en su casa, y dijo: ¿Hay palabra de Jehová? Y Jeremías dijo: Hay. Y dijo más: En mano del rey de Babilonia serás entregado.

a. Y habiendo estado allá Jeremías por muchos días: Este fue un precio más que el profeta tuvo que pagar por su fidelidad. No había falsos profetas en esa prisión, porque daban un mensaje que agradaba a los gobernantes y al pueblo.

i. La cisterna: “En hebreo: en un lugar, fosa u hoyo, donde el profeta no podía caminar ni acostarse generosamente”. (Trapp)

ii. Muchos días: “¿Esperaba el rey que la terrible experiencia de muchos días hubiera quebrantado su espíritu cuando envió a buscarlo? Ciertamente Jeremías temía volver a este lugar de muerte lenta (Jeremías 37:20), pero su voz profética era inquebrantable”. (Kidner)

b. Y le preguntó el rey secretamente: Sedequías quería saber si había palabra de Jehová, pero no quería preguntarle al profeta públicamente. El rey no quería que se supiera que dudaba de las palabras de los falsos profetas que se oponían a Jeremías y que solo profetizaban buenas nuevas.

i. “Que el rey hiciera su pregunta en secreto demuestra que era una cuestión de miedo; miedo que surge del hecho de que, a pesar de toda la debilidad y la maldad de este hombre, conocía el poder de Dios”. (Morgan) 

ii. Un comentarista imagina a Sedequías: “mirando ansiosamente los labios del mártir en busca de una palabra favorable para sí mismo, susurrando en secreto con el hombre a quien sus oficiales encarcelaron por traición; débil, una criatura pobre pero no mala, un rey mucho más atado que el prisionero que está frente a él”. (Duhm, citado en Thompson)

c. En mano del rey de Babilonia serás entregado: Esta fue la palabra de Jehová a Sedequías. El mensaje de Dios no cambiaba aunque fuera entregado en forma privada o pública. 

i. Sedequías cometió el error de pensar que había una palabra secreta personal para él de parte de Dios diferente de la que ya había sido revelada en el mensaje de Dios, incluso en su palabra escrita por Jeremías. La palabra “secreta” era completamente consistente con la palabra escrita.

ii. Dios puede traer una palabra personal a un individuo. Pero no se debe buscar una palabra secreta. Busquen a Dios en su palabra escrita.

iii. “Un profeta que había proclamado fielmente la palabra de Dios, frente a un intenso antagonismo, durante cuarenta años, no era probable que se quebrara bajo este tipo de presión. Su mensaje fue tan intransigente como antes”. (Cundall)

3. (18-21) Jeremías apela al rey Sedequías.

Dijo también Jeremías al rey Sedequías: ¿En qué pequé contra ti, y contra tus siervos, y contra este pueblo, para que me pusieseis en la cárcel? ¿Y dónde están vuestros profetas que os profetizaban diciendo: No vendrá el rey de Babilonia contra vosotros, ni contra esta tierra? Ahora pues, oye, te ruego, oh rey mi señor; caiga ahora mi súplica delante de ti, y no me hagas volver a casa del escriba Jonatán, para que no muera allí. Entonces dio orden el rey Sedequías, y custodiaron a Jeremías en el patio de la cárcel, haciéndole dar una torta de pan al día, de la calle de los Panaderos, hasta que todo el pan de la ciudad se gastase. Y quedó Jeremías en el patio de la cárcel.

a. ¿En qué pequé contra ti?: Jeremías apeló a Sedequías en consideración al fracaso de sus profetas favoritos que habían dicho: “No vendrá el rey de Babilonia contra vosotros ni contra esta tierra”. Su fracaso dejó en claro que la única supuesta ofensa de Jeremías fue decirle fielmente la verdad al rey y al pueblo.

i. “Si uno realmente predica la palabra de Dios a un mundo poscristiano, debe comprender que es probable que termine como Jeremías”. (Schaeffer, citado en Ryken)

b. No me hagas volver a casa del escriba Jonatán, para que no muera allí: Jeremías hizo una petición sincera (Ahora pues, oye, te ruego, oh rey mi señor; caiga ahora mi súplica delante de ti) para ser librado de las terribles condiciones de la prisión en la casa de Jonatán.

c. Entonces dio orden el rey Sedequías, y custodiaron a Jeremías en el patio de la cárcel: A Sedequías no parecía gustarle Jeremías ni su mensaje, pero respetaba al profeta como un hombre que decía fielmente la verdad incluso cuando le costaba algo. Él concedió la petición de que Jeremías estuviera en la prisión más humana e incluso ordenó que se le diera una torta de pan al día. 

i. Jeremías pidió que su suerte, incluso en la persecución, mejorara. En tiempos de persecución, el perseguido y los demás pueden y deben hacer todo lo posible para mejorar su condición, incluso si la persecución o el encarcelamiento continúan. No existe el mandato de soportar y aceptar las peores condiciones sin apelar.

ii. “¿Por qué hizo tanto y no hizo más? Sabía que Jeremías era inocente y que su palabra era de Dios; y lo que debió haber hecho fue quitarse de encima a sus ‘siervos’ expertos, seguir su conciencia y obedecer a Dios. ¿Por qué no lo hizo? Porque era un cobarde, débil de propósito”. (Maclaren)

iii. “Por cualquier razón, además de la compasión (y los motivos de Sedequías habrán sido tan variados como la mayoría de los nuestros), el rey no quería la muerte de este hombre de Dios en sus manos”. (Kidner)

iv. Sedequías recibió una pequeña bendición por su bondad hacia Jeremías. “Por esta cortesía suya para con el profeta, Dios le concedió una muerte natural y un entierro honorable en Babilonia”. (Trapp)

©2021 The Enduring Word Comentario bíblico en español de David Guzik – ewm@enduringword.com 

© Copyright 2018 - Enduring Word       |      Site Hosted & Maintained by Local View Marketing    |    Privacy Policy