Jeremías 39




Jeremías 39 – La caída de Jerusalén

A. El Señor juzga al rey Sedequías y a Jerusalén.

1. (1-3) Jerusalén cae ante los babilonios.

En el noveno año de Sedequías rey de Judá, en el mes décimo, vino Nabucodonosor rey de Babilonia con todo su ejército contra Jerusalén, y la sitiaron. Y en el undécimo año de Sedequías, en el mes cuarto, a los nueve días del mes se abrió brecha en el muro de la ciudad. Y entraron todos los príncipes del rey de Babilonia, y acamparon a la puerta de en medio: Nergal-sarezer, Samgar-nebo, Sarsequim el Rabsaris, Nergal-sarezer el Rabmag y todos los demás príncipes del rey de Babilonia.

a. Nabucodonosor rey de Babilonia con todo su ejército contra Jerusalén, y la sitiaron: Nabucodonosor usó el método común de ataque en aquellos días contra ciudades con murallas seguras – el asedio. Una ciudad sitiada era rodeada, lo que impedía que todos los negocios y el comercio entraran o salieran de la ciudad y, finalmente, mataban de hambre a la población para que se rindiera, o las defensas de la ciudad cedían y el ejército circundante entraba en la ciudad debilitada.

i. El Libro de Lamentaciones describe vívidamente parte de la agonía de la Jerusalén sitiada.

La lengua del niño de pecho se pegó a su paladar por la sed;
Los pequeñuelos pidieron pan, y no hubo quien se lo repartiese.
Más dichosos fueron los muertos a espada que los muertos por el hambre;
Porque éstos murieron poco a poco por falta de los frutos de la tierra.
Las manos de mujeres piadosas cocieron a sus hijos;
Sus propios hijos les sirvieron de comida en el día del quebrantamiento de la hija de mi pueblo.
Cumplió Jehová su enojo, derramó el ardor de su ira;
Y encendió en Sion fuego que consumió hasta sus cimientos.
Aun han desfallecido nuestros ojos esperando en vano nuestro socorro;
En nuestra esperanza aguardamos a una nación que no puede salvar.
Cazaron nuestros pasos, para que no anduviésemos por nuestras calles;
Se acercó nuestro fin, se cumplieron nuestros días; porque llegó nuestro fin.
(Lamentaciones 4:4-5, 9-11, 17-18).

b. Se abrió brecha: Sucedió tal como Dios dijo a través de su profeta Jeremías. Los egipcios no rescataron a Judá y el Señor no los libró milagrosamente como lo hizo de los asirios unos 130 años antes. Los falsos profetas que prometieron liberación y éxito estaban equivocados, y se demostró que Jeremías tenía razón.

i. “Así que el asedio duró dieciocho meses, desde el 10 de enero del 588 hasta el 9 de julio del 587, interrumpido brevemente por el respiro registrado en Jeremías 37:5 y sig.”. (Kidner)

ii. “El ariete dio su último golpe contra las paredes. Los dardos de los montículos de asedio enemigos se arquearon hacia el cielo de medianoche y encendieron en llamas sus objetivos. La hambruna ya se había cobrado muchas vidas dentro de los muros. Cinco príncipes babilónicos marcharon por las calles de Jerusalén, sus rostros iluminados por las llamas de la destrucción”. (Josefo, citado en Ryken)

c. Y entraron todos los príncipes del rey de Babilonia, y acamparon a la puerta de en medio: Esto mostraba su autoridad sobre la ciudad conquistada. Les pertenecía. Los nombres de los príncipes enumerados aquí son difíciles; no es fácil saber cuál es un nombre y cuál es un título en esta lista.

i. En un entorno moderno, sentarse a las puertas de la ciudad era similar a un enemigo que conquista Washington D.C. y luego se sienta en la Oficina Oval.

ii. Rabmag es literalmente, magos principales (Según Feinberg).

2. (4-5) La captura del rey Sedequías.

Y viéndolos Sedequías rey de Judá y todos los hombres de guerra, huyeron y salieron de noche de la ciudad por el camino del huerto del rey, por la puerta entre los dos muros; y salió el rey por el camino del Arabá. Pero el ejército de los caldeos los siguió, y alcanzaron a Sedequías en los llanos de Jericó; y le tomaron, y le hicieron subir a Ribla en tierra de Hamat, donde estaba Nabucodonosor rey de Babilonia, y le sentenció.

a. Huyeron y salieron de noche de la ciudad: Hicieron esto no solo para escapar de los babilonios, sino aún más con la esperanza de escapar del juicio prometido de Dios contra ellos.

i. “Sedequías, que no se ha atrevido a permitir que Dios lo salve a él, a su ciudad y a su familia (Jeremías 38:17-19), ahora abandona al pueblo que ha condenado”. (Kidner) 

ii. “Probablemente había un pasaje privado subterráneo, que conducía fuera de los muros, por el cual Sedequías y sus seguidores podrían escapar sin ser percibidos, hasta que hubieran logrado salir de la ciudad”. (Clarke)

iii. Ezequiel 12:12 es una profecía notable de este evento: Y al príncipe que está en medio de ellos llevarán a cuestas de noche, y saldrán; por la pared abrirán paso para sacarlo por ella; cubrirá su rostro para no ver con sus ojos la tierra.

iv. “El jardín del rey estaba ubicado cerca del estanque de Siloé (cf. Nehemías 3:15)”. (Harrison)

b. Pero el ejército de los caldeos los siguió, y alcanzaron a Sedequías en los llanos de Jericó: Esta era una buena distancia de Jerusalén. No estaban lejos del río Jordán y quizás tampoco de un lugar seguro cuando fueron capturados. Sin embargo, fueron capturados y su casi éxito solo hizo que su destino fuera más amargo. 

i. “Una hora más lo habría dejado a salvo al otro lado del Jordán, pero la perspectiva de escapar solo estuvo ante sus ojos para hacer la captura más amarga”. (Maclaren)

ii. Los caldeos capturaron a Sedequías, pero más aún, Dios fue quien lo capturó. “No hay escape posible de Dios. Tendremos que hacerle frente”. (Morgan)

iii. Esto cumplió la profecía de Ezequiel 12:13: Mas yo extenderé mi red sobre él, y caerá preso en mi trampa, y haré llevarlo a Babilonia, a tierra de caldeos, pero no la verá, y allá morirá.

c. Y le hicieron subir a Ribla en tierra de Hamat, donde estaba Nabucodonosor rey de Babilonia: Varias veces antes, Jeremías profetizó que Sedequías se encontraría cara a cara con el rey contra el que se rebeló (Jeremías 32:4, 34:3). Ahora se cumplía.

i. Ribla “Una antigua ciudad siria al sur de Cades en el río Orontes. Estaba situada en un punto estratégico donde se unían las carreteras militares entre Egipto y Mesopotamia”. (Thompson)

3. (6-10) El destino de Sedequías, Jerusalén y el pueblo de Judá.

Y degolló el rey de Babilonia a los hijos de Sedequías en presencia de éste en Ribla, haciendo asimismo degollar el rey de Babilonia a todos los nobles de Judá. Y sacó los ojos del rey Sedequías, y le aprisionó con grillos para llevarle a Babilonia. Y los caldeos pusieron a fuego la casa del rey y las casas del pueblo, y derribaron los muros de Jerusalén.Y al resto del pueblo que había quedado en la ciudad, y a los que se habían adherido a él, con todo el resto del pueblo que había quedado, Nabuzaradán capitán de la guardia los transportó a Babilonia. Pero Nabuzaradán capitán de la guardia hizo quedar en tierra de Judá a los pobres del pueblo que no tenían nada, y les dio viñas y heredades.

a. Y degolló el rey de Babilonia a los hijos de Sedequías en presencia de éste: Dios le había prometido a Sedequías que si se negaba a obedecerle y entregarse a los babilonios, sus esposas e hijos sufrirían (Jeremías 38:23). Aquí se cumplió la terrible promesa.

b. Haciendo asimismo degollar el rey de Babilonia a todos los nobles de Judá: Los príncipes de Judá que se rebelaron contra Dios y odiaron a su profeta Jeremías (Jeremías 38:4) fueron justamente juzgados.

i. “El asesinato de los hijos de Sedequías y de los nobles que se habían burlado de las advertencias de Jeremías, y el haber cegado a Sedequías fueron todas medidas de precaución, así como de salvajismo. Disminuyeron el peligro de revuelta; y un prisionero ciego, sin hijos, sin consejeros ni amigos, era inofensivo”. (Maclaren)

c. Y sacó los ojos del rey Sedequías, y le aprisionó con grillos para llevarle a Babilonia: Los babilonios no eran conocidos por ser tan crueles como los asirios que conquistaron el reino del norte de Israel unos 130 años antes, pero aun así eran expertos en crueldad por derecho propio. Se aseguraron de que lo último que viera el rey Sedequías fuera el asesinato de sus propios hijos, y que luego pasara el resto de su vida en la oscuridad.

i. Esto cumplió la promesa misteriosa que Dios hizo a través de Ezequiel con respecto a Sedequías poco antes de la caída de Jerusalén: Mas yo extenderé mi red sobre él, y caerá preso en mi trampa, y haré llevarlo a Babilonia, a tierra de caldeos, pero no la verá, y allá morirá (Ezequiel 12:13).

ii. “Los ojos de cuya mente habían sido apagados mucho antes; de lo contrario, podría haber previsto y prevenido este mal – ya que la previsión es el mejor medio de prevención si hubiera tomado la advertencia que se le había predicho”. (Trapp)

iii. “Pero hacer que la visión de sus hijos asesinados sea la última visión del pobre infeliz fue un refinamiento del placer gratuito de torturar”. (Maclaren)

iv. “Las esculturas asirias muestran cómo los reyes se deleitaban en apagar, a menudo con sus propias manos, los ojos de los gobernantes cautivos”. (Feinberg)

v. “Moriría ciego y en el destierro, como predijo Ezequiel 12:13, pero en paz y con los ritos de duelo propios de un rey”. (Kidner)

d. Y los caldeos pusieron a fuego la casa del rey y las casas del pueblo, y derribaron los muros de Jerusalén: Jerusalén fue quemada y destruida, tal como Dios le prometió a Sedequías, el rey que se endureció en su desobediencia (Jeremías 38:23).

i. “La caída de Jerusalén fue tan importante que las Escrituras la relatan cuatro veces – Aquí, en Jeremías 52, en 2 Reyes 25 y en 2 Crónicas 36”. (Feinberg)

ii. “La ciudad de Jerusalén tiene una historia larga y manchada de sangre, pero posiblemente solo la destrucción romana del año 70 d.C. podría haber sido más espantosa que esta en el 587 a.C.”. (Cundall)

iii. “Manos débiles pueden derribar estructuras venerables construidas en tiempos más felices. Se necesitan un David y un Salomón para levantar un templo, pero un Sedequías puede derribarlo”. (Maclaren)

e. Y al resto del pueblo que había quedado en la ciudad, y a los que se habían adherido a él, con todo el resto del pueblo que había quedado, Nabuzaradán capitán de la guardia los transportó a Babilonia: Todos menos los más pobres de la tierra fueron llevados como refugiados forzados y como exiliados a Babilonia.

i. “Bien podría pensar el vencedor que Nebo había vencido a Jehová, pero mejor sabían los vencidos que Jehová había cumplido su palabra”. (Maclaren)

ii. Todo cumplió la palabra del Señor y reivindicó al profeta del Señor, Jeremías. Sucedió tal como Dios dijo.

·Dios dijo que el desastre vendría del norte (Jeremías 1;14, 4:6, 6:22, 13:20).

·Dios dijo que una nación extraña y extranjera atacaría (Jeremías 5:15).

·Dios dijo que Jerusalén sería rodeada y sitiada (Jeremías 4:17, 6:3, 6:6).

·Dios dijo que habría hambre en la tierra (Jeremías 14:1-6, 14:16-18, 18:21).

·Dios dijo que toda la tierra sería devastada (Jeremías 25:11).

·Dios dijo que las naciones y los reinos serían derribados (Jeremías 1:10).

·Dios dijo que la muerte entraría en la ciudad (Jeremías 9:21, 15:7-9, 18:21).

·Dios dijo que los reyes enemigos se sentarían a las puertas de Jerusalén (Jeremías 1:15).

·Dios dijo que la ciudad sería incendiada (Jeremías 21:10, 21:14, 32:29, 34:2, 34:22, 37:8, 38:18, 38:23).

·Dios dijo que el pueblo sería llevado al exilio (Jeremías 10:17-18, 13:17-19, 15:14, 17:4).

B. Dios cuida de sus siervos.

1. (11-14) Jeremías protegido por los babilonios.

Y Nabucodonosor había ordenado a Nabuzaradán capitán de la guardia acerca de Jeremías, diciendo: Tómale y vela por él, y no le hagas mal alguno, sino que harás con él como él te dijere. Envió, por tanto, Nabuzaradán capitán de la guardia, y Nabusazbán el Rabsaris, Nergal-sarezer el Rabmag y todos los príncipes del rey de Babilonia; enviaron entonces y tomaron a Jeremías del patio de la cárcel, y lo entregaron a Gedalías hijo de Ahicam, hijo de Safán, para que lo sacase a casa; y vivió entre el pueblo.

a. Y Nabucodonosor había ordenado a Nabuzaradán capitán de la guardia acerca de Jeremías, diciendo: Tómale y vela por él, y no le hagas mal alguno: Jeremías tuvo que haberse preguntado qué sería de él cuando los babilonios finalmente conquistaran Jerusalén. Dios cuidó de su fiel siervo, manteniéndolo a salvo y en el favor de Nabucodonosor y sus capitanes.

i. “No se aclara cómo conocían las autoridades babilónicas a Jeremías, aunque es muy probable que fuera a través de los desertores de Judea”. (Thompson)

b. Y vivió entre el pueblo: Ahora un anciano, Jeremías fue liberado de la prisión, protegido por los babilonios, y se le permitió vivir entre el pueblo una vez más. Esta fue una demostración de la gracia de Dios, incluso en el contexto más amplio del juicio.

2. (15-18) La promesa tranquilizadora de Dios para Ebed-Melec.

Y había venido palabra de Jehová a Jeremías, estando preso en el patio de la cárcel, diciendo; Ve y habla a Ebed-melec etíope, diciendo: Así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: He aquí yo traigo mis palabras sobre esta ciudad para mal, y no para bien; y sucederá esto en aquel día en presencia tuya. Pero en aquel día yo te libraré, dice Jehová, y no serás entregado en manos de aquellos a quienes tú temes. Porque ciertamente te libraré, y no caerás a espada, sino que tu vida te será por botín, porque tuviste confianza en mí, dice Jehová.

a. Ve y habla a Ebed-melec etíope: Este fue el hombre que rescató a Jeremías cuando el profeta estaba cerca de la muerte en el calabozo parecido a una cisterna descrita en Jeremías 38.

b. He aquí yo traigo mis palabras sobre esta ciudad para mal, y no para bien: Dios le asegura a Ebed-Melec que la catástrofe sobre Jerusalén era en realidad su voluntad y se cumpliría.

c. Pero en aquel día yo te libraré: Aunque la destrucción de Jerusalén era segura, también lo era la liberación del hombre que rescató al profeta de Dios y que puso su confianza en Dios. Ebed-Melec requirió mucho valor para oponerse a los príncipes de Judá y apelar la decisión del rey (Jeremías 38:7-13), pero ese riesgo y valor fueron recompensados. 

i. Esto muestra que no era necesario ser un profeta famoso para recibir la gracia de Dios en medio del juicio. También se extendió a un hombre gentil excluido del templo que confió en Dios. Esto nos muestra que sus actos de compasión fueron motivados por su confianza en el Señor.

ii. Porque tuviste confianza en mí: Ebed-Melec pudo venir y encontrar refugio en el Dios de Israel a través de la confianza, a través de la fe. “Podemos notar que no dice nada del heroísmo, la compasión o el ingenio de su operación de rescate, aunque estos fueron sobresalientes: solo de la fe en Dios que fue el motivo principal de todos ellos”. (Kidner)

iii. “Es profético que en la víspera de la caída de la nación, un hombre pagano entrara en unión con Dios”. (Maclaren)

iv. “Un hombre, además de Jeremías, tuvo su confianza en el lugar correcto. ¿Fue uno de los pocos ‘conversos’ del profeta despreciado?”. (Cundall)

v. Yo te libraré: “En hebreo, Librar, librarte. Sería una gran tranquilidad, si Dios nos dijera lo mismo en particular y por nuestro nombre, como lo hace aquí a este etíope. Y, sin embargo, no nos dice menos en las preciosas promesas, que debemos apropiarnos por fe”. (Trapp)

©2021 The Enduring Word Comentario bíblico en español de David Guzik – ewm@enduringword.com 

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