Jeremías 6 – Lleno de la furia del Señor
A. Advertencias de juicio.
1. (1-5) Desastre del norte.
Huid, hijos de Benjamín, de en medio de Jerusalén, y tocad bocina en Tecoa, y alzad por señal humo sobre Bet-haquerem; porque del norte se ha visto mal, y quebrantamiento grande. Destruiré a la bella y delicada hija de Sion. Contra ella vendrán pastores y sus rebaños; junto a ella plantarán sus tiendas alrededor; cada uno apacentará en su lugar. Anunciad guerra contra ella; levantaos y asaltémosla a mediodía. ¡Ay de nosotros! que va cayendo ya el día, que las sombras de la tarde se han extendido. Levantaos y asaltemos de noche, y destruyamos sus palacios.
a. Hijos de Benjamín: El reino del sur de Judá comenzó cuando las dos tribus de Judá y Benjamín permanecieron fieles al linaje de David en los días de Roboam y Jeroboam (1 Reyes 12). Debido al lugar de la tribu de Benjamín en el reino del sur, Dios a veces se refería a ella como Benjamín.
i. “La razón por la que se menciona al pueblo de Benjamín es que geográficamente Jerusalén pertenecía al territorio de Benjamín… Además, Jeremías era un benjaminita y tenía fuertes lazos con los miembros de su propia tribu”. (Feinberg)
b. Huid, hijos de Benjamín, de en medio de Jerusalén: La idea era que un ejército de asedio llegaría a la capital del reino del sur, y aquellos lo suficientemente sabios como para verlo huirían de la ciudad antes de que el ejército de asedio rodeara y conquistara Jerusalén.
i. La señal de humo se menciona específicamente en las Cartas de Laquis, que documentaron la eventual invasión babilónica. “El uso de tales señales era un antiguo método mesopotámico de comunicación militar”. (Harrison)
c. Destruiré a la bella y delicada hija de Sion: A Judá le gustaba considerarse a sí misma como bella y refinada. Sin embargo, una mujer bella y delicada no puede enfrentarse a un ejército invasor. Estarían terriblemente disparejos en la próxima invasión.
i. “A los pastos de Sion los pastores (para esta descripción de los invasores, véase Jeremías 12:10) conducen sus rebaños de soldados, deseosos de alimentarse de la riqueza de la zona”. (Harrison)
ii. Anunciad guerra contra ella: “El verbo hebreo para anunciad (qaddesu) puede sugerir los rituales religiosos que preceden a una batalla en la antigua institución de la guerra santa”. (Thompson)
d. ¡Ay de nosotros! que va cayendo ya el día, que las sombras de la tarde se han extendido: Dios le recuerda a Judá que el tiempo se acababa. Aunque este juicio no llegaría por muchos años, el punto de inflexión que lo hizo seguro estaba mucho más cerca de lo que pensaban. Pronto, el ejército de Babilonia vendría a Jerusalén para destruir sus palacios.
e. Levantaos y asaltemos de noche: Los invasores que se avecinaban eran tan acuciosos que atacarían de noche, sin siquiera esperar el día.
2. (6-8) Un asedio contra Jerusalén.
Porque así dijo Jehová de los ejércitos: Cortad árboles, y levantad vallado contra Jerusalén; esta es la ciudad que ha de ser castigada; toda ella está llena de violencia. Como la fuente nunca cesa de manar sus aguas, así ella nunca cesa de manar su maldad; injusticia y robo se oyen en ella; continuamente en mi presencia, enfermedad y herida. Corrígete, Jerusalén, para que no se aparte mi alma de ti, para que no te convierta en desierto, en tierra inhabitada.
a. Porque así dijo Jehová de los ejércitos: Cortad árboles, y levantad vallado contra Jerusalén: Jeremías entiende y explica que el asedio que se avecinaba contra Jerusalén era obra de Dios. Aunque eran los extraños instrumentos de la obra de Dios, uno no podía simplemente culpar a los babilonios como si Dios no tuviera nada que ver.
b. Toda ella está llena de violencia: La falta de amor de Jerusalén por Dios se demostraba en la falta de cuidado y preocupación por el prójimo. Estar llena de violencia era un fenómeno tanto horizontal (de hombre a hombre) como vertical (de hombre a Dios).
i. Ella nunca cesa de manar su maldad: “Jerusalén es la ciudad del pecado. Siempre hay un nuevo suministro de maldad que brota como veneno dentro de ella y se desborda por sus calles”. (Ryken)
c. Corrígete, Jerusalén: Incluso dentro del anuncio de juicio está la invitación inherente a recibir la sabiduría de Dios y evitar la calamidad que amenazaba. Fue una invitación que Judá no recibiría apropiadamente.
3. (9-12) La totalidad de la ira de Dios.
Así dijo Jehová de los ejércitos: Del todo rebuscarán como a vid el resto de Israel; vuelve tu mano como vendimiador entre los sarmientos. ¿A quién hablaré y amonestaré, para que oigan? He aquí que sus oídos son incircuncisos, y no pueden escuchar; he aquí que la palabra de Jehová les es cosa vergonzosa, no la aman. Por tanto, estoy lleno de la ira de Jehová, estoy cansado de contenerme; la derramaré sobre los niños en la calle, y sobre la reunión de los jóvenes igualmente; porque será preso tanto el marido como la mujer, tanto el viejo como el muy anciano. Y sus casas serán traspasadas a otros, sus heredades y también sus mujeres; porque extenderé mi mano sobre los moradores de la tierra, dice Jehová.
a. Del todo rebuscarán como a vid el resto de Israel: Dios advierte a Judá que los babilonios los dejarían sin nada, así como los que recogían las uvas restantes de una vid tomaban todo lo que podían.
b. ¿A quién hablaré y amonestaré, para que oigan? Sentimos la frustración del profeta; habla, pero nadie escucha. Sus oídos no son espirituales, como si fueran incircuncisos – y consideran la palabra de Dios como una cosa vergonzosa, algo de lo que avergonzarse y evitar.
i. He aquí que sus oídos son incircuncisos: El Antiguo Testamento habla muchas veces de corazones y labios incircuncisos, pero esta es la única mención del oído incircunciso. Esteban usó esta forma de hablar al hablar ante el concilio judío (Hechos 7:51).
ii. He aquí que la palabra de Jehová les es cosa vergonzosa: “Es un objeto de burla; ellos la desprecian”. (Clarke)
c. No la aman: Su baja consideración por la palabra del Señor era evidente en esto. La palabra del Señor no les agradaba; no se complacían ni encontraban dulzura en ella. Esto era indicación de que el pueblo de Dios estaba listo para el juicio.
d. Por tanto, estoy lleno de la ira de Jehová: Debido a que el pueblo de Dios estaba lleno de opresión y maldad y no escuchaba la palabra del Señor, Dios estaba lleno de ira contra ellos – y estaba cansado de contenerse.
e. Porque extenderé mi mano sobre los moradores de la tierra: El juicio que vendrá sobre Judá impactará a todos. Afectaría a los niños, a jóvenes y al viejo; tanto al marido como a la mujer, e incluso sus heredades lo sentirían.
4. (13-15) Los pecados de los profetas y sacerdotes.
Porque desde el más chico de ellos hasta el más grande, cada uno sigue la avaricia; y desde el profeta hasta el sacerdote, todos son engañadores. Y curan la herida de mi pueblo con liviandad, diciendo: Paz, paz; y no hay paz. ¿Se han avergonzado de haber hecho abominación? Ciertamente no se han avergonzado, ni aun saben tener vergüenza; por tanto, caerán entre los que caigan; cuando los castigue caerán, dice Jehová.
a. Cada uno sigue la avaricia… todos son engañadores: Dios miró la cultura del Reino de Judá y vio cuán completamente codiciosa y corrupta era. Incluso – o quizás especialmente – el profeta y el sacerdote eran parte de la codicia y la corrupción.
b. Y curan la herida de mi pueblo con liviandad: Dios no solo condenaba los pecados más obvios de avaricia y corrupción, sino también los pecados sutiles de los profetas que usaron palabras suaves para consolar y calmar a la gente cuando debían ser alarmados y provocados a arrepentimiento.
i. Curan la herida de mi pueblo con liviandad tiene el sentido de: “ellos vendan la herida de mi pueblo como si no fuera grave” (Feinberg). “Como los hombres suelen curar las heridas leves de sus hijos soplándoles o acariciándolas”. (Trapp)
ii. “En nuestro trato con Dios… pidámosle que no evite cosas ni nos dé nada menos que lo mejor. El proceso puede ser doloroso y prolongado, pero será seguro”. (Meyer)
c. Diciendo: Paz, paz; y no hay paz: Estas eran las suaves palabras de los falsos profetas, asegurándole a Judá que todo estaba bien cuando en realidad no lo estaba.
i. Paz, paz es un mensaje maravilloso para llevar, y uno que la mayoría de la gente quiere escuchar. El problema es que a veces no es cierto. A veces hay guerras y conflictos que debemos afrontar, nos guste o no. Más significativamente, hay momentos en que la palabra de Dios a su pueblo no es paz, sino “arrepiéntete” y “prepárate para el juicio”.
ii. “Pueden estar diciendo paz, paz, cuando no hay paz, de muchas maneras. Pueden hacerlo, mediante el silencio, negándose a referirse a las malas prácticas. Pueden hacerlo hablando del mal como si fuera sólo la parte inferior del bien y algo inevitable. Incluso pueden hacerlo al negar que exista el mal”. (Morgan)
iii. En un sermón titulado Un toque de trompeta contra la paz falsa, Charles Spurgeon sugirió algunas formas en que muchas personas reciben una paz falsa.
·Algunos tienen paz porque viven para el entretenimiento y la emoción, que los distraen de cosas superiores.
·Algunos tienen paz porque se dicen a sí mismos que no hay Dios y por lo tanto no le rinden cuentas.
·Algunos tienen paz porque ignoran las cosas de Dios y necesitan que se les diga la verdad de su responsabilidad.
·Algunos tienen paz porque tienen la intención de mejorar más adelante en la vida y esos deseos futuros son suficientes para hacerlos estar bien.
d. Ciertamente no se han avergonzado: Por todos los muchos pecados de Judá, no se avergonzaban genuinamente en absoluto; ni aun saben tener vergüenza. Era como si el funcionamiento normal de la conciencia estuviera dañado o quemado, y no se avergonzaban de lo que deberían.
i. G. Campbell Morgan consideraba que la obra de Jeremías era como la obra de todo predicador fiel: “Su labor es crear un sentido de vergüenza en las almas de los hombres, de modo que exponga su corrupción ante ellos y force la vergüenza sobre sus rostros.
B. Sabiduría disponible y sabiduría rechazada.
1. (16-17) La oportunidad para la sabiduría.
Así dijo Jehová: Paraos en los caminos, y mirad, y preguntad por las sendas antiguas, cuál sea el buen camino, y andad por él, y hallaréis descanso para vuestra alma. Mas dijeron: No andaremos. Puse también sobre vosotros atalayas, que dijesen: Escuchad al sonido de la trompeta. Y dijeron ellos: No escucharemos.
a. Paraos en los caminos, y mirad, y preguntad por las sendas antiguas, cuál sea el buen camino: Aunque estaban en tan mal lugar, había sabiduría disponible para Judá. Un lugar en el que encontrarían sabiduría era en las sendas antiguas – mirando a su historia y a sus antepasados, para aprender de lo que Dios había hecho antes en ellos y a través de ellos.
i. “Se ha instado al pueblo a seguir las sendas antiguas de la tradición mosaica, que serán las mejores porque son probadas y son verdaderas”. (Harrison)
ii. “Las sendas antiguas y el buen camino son lo mismo; son el camino del arrepentimiento, la reconciliación, el temor y el amor a Dios. Eran los caminos de la tradición mosaica”. (Feinberg)
iii. Muchos desprecian las sendas antiguas. Quizás parezcan anticuadas o terriblemente fuera de moda. Sin embargo, hay sabiduría – sabiduría que salva vidas – en las sendas antiguas de la palabra y obra de Dios en los días pasados.
·Para beneficiarse de las sendas antiguas, Dios les dijo que tomaran su posición (paraos en los caminos).
·Para beneficiarse de las sendas antiguas, Dios les dijo que las buscaran (mirad).
·Para beneficiarse de las sendas antiguas, Dios les dijo que preguntaran por ellas, que las desearan.
·Para beneficiarse de las sendas antiguas, Dios les dijo que las vieran como el buen camino.
·Para beneficiarse de las sendas antiguas, Dios les dijo que anduvieran por ellas – que realmente obedecieran y siguieran a Dios como lo indicaba su palabra y obra en los días pasados.
b. Y hallaréis descanso para vuestra alma: Esta es la rica recompensa por buscar, ver y caminar por las sendas antiguas. Esta es una recompensa que no se puede igualar con nada.
i. “Observemos la metáfora. Un viajero va a una ciudad en particular; llega a un lugar donde el camino se divide en varios caminos, tiene miedo de extraviarse; se detiene en seco, se esfuerza por encontrar el camino correcto: no puede fijar su elección. Por fin ve a otro viajero; le pregunta, obtiene las direcciones adecuadas, prosigue su viaje, llega al lugar deseado y descansa después de su fatiga”. (Clarke)
ii. Jesús probablemente citó Jeremías 6:16 (descanso para vuestra alma) en Mateo 11:29: Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas.
c. Mas dijeron: No andaremos: A pesar de la instrucción e invitación de Dios, Judá rechazó la sabiduría de las sendas antiguas. Aunque los atalayas les llamaron la atención, como si tocaran el sonido de la trompeta, ellos dijeron: No andaremos.
i. Un fenómeno de la era moderna – especialmente a través de Internet –es que hay muchos que se consideran atalayas, sintiendo que tienen una palabra, instrucción o reprensión para el pueblo de Dios que solo puede ignorarse a un gran costo. Puede ser cierto que Dios envía a su pueblo atalayas; sin embargo, existe una gran diferencia entre los que son establecidos por Dios y los que se designan a sí mismos. La diferencia a menudo se puede ver en la manera y el corazón de quienes se consideran a sí mismos atalayas.
2. (18-20) Dios le dice al mundo entero el resultado del rechazo de la sabiduría por parte de Judá.
Por tanto, oíd, naciones, y entended, oh congregación, lo que sucederá. Oye, tierra: He aquí yo traigo mal sobre este pueblo, el fruto de sus pensamientos; porque no escucharon mis palabras, y aborrecieron mi ley. ¿Para qué a mí este incienso de Sabá, y la buena caña olorosa de tierra lejana? Vuestros holocaustos no son aceptables, ni vuestros sacrificios me agradan.
a. Oye, tierra: Dios habla también a las naciones, advirtiéndoles del mal que vendría sobre su pueblo.
i. “Normalmente edah (‘congregación’ RVR1960) se refiere en el AT a Israel, pero aquí debe significar los gentiles… Los gentiles están siendo alertados de lo que le sucederá a Judá”. (Feinberg)
b. He aquí yo traigo mal sobre este pueblo, el fruto de sus pensamientos; porque no escucharon mis palabras: Este era un aspecto importante de la culpa del pueblo de Dios. No hicieron caso de la palabra de Dios y, por lo tanto, se corrompieron en sus pensamientos. El mal era el fruto de sus pensamientos.
c. Vuestros holocaustos no son aceptables: El pueblo de Dios continuaba trayendo ofrendas y sacrificios a Dios, incluso incienso de Sabá muy costoso. Sin embargo, debido a que no hacían caso de las palabras de Dios ni aceptaban su ley, los sacrificios no son aceptables. Las ceremonias religiosas – incluso los sacrificios de olor fragante – no podían ocultar su rechazo básico de la palabra y los caminos de Dios.
C. Nuevamente se describe el juicio por venir.
1. (21) Las piedras de tropiezo.
Por tanto, Jehová dice esto: He aquí yo pongo a este pueblo tropiezos, y caerán en ellos los padres y los hijos juntamente; el vecino y su compañero perecerán.
a. He aquí yo pongo a este pueblo tropiezos: Dios trataría directamente con su pueblo. El juicio venidero no era un accidente de la expansión del Imperio babilónico ni de la geopolítica entre Babilonia y Egipto. El Señor ponía esta piedra de tropiezo.
i. Los tropiezos eran los babilonios e instrumentos del juicio y la corrección de Dios contra Judá.
ii. El contexto de Jeremías es diferente, pero naturalmente conectamos esto con la idea de que el Mesías es la piedra angular y los que lo rechazan tropiezan con ella (1 Pedro 2:7).
b. Caerán en ellos los padres y los hijos juntamente: Dios vuelve a hablar del carácter universal de este juicio que viene contra Judá. Ninguno escaparía de él; padres y los hijos juntamente, el vecino y su compañero perecerán.
2. (22-26) El terror del juicio venidero.
Así ha dicho Jehová: He aquí que viene pueblo de la tierra del norte, y una nación grande se levantará de los confines de la tierra. Arco y jabalina empuñarán; crueles son, y no tendrán misericordia; su estruendo brama como el mar, y montarán a caballo como hombres dispuestos para la guerra, contra ti, oh hija de Sion. Su fama oímos, y nuestras manos se descoyuntaron; se apoderó de nosotros angustia, dolor como de mujer que está de parto. No salgas al campo, ni andes por el camino; porque espada de enemigo y temor hay por todas partes. Hija de mi pueblo, cíñete de cilicio, y revuélcate en ceniza; ponte luto como por hijo único, llanto de amarguras; porque pronto vendrá sobre nosotros el destruidor.
a. He aquí que viene pueblo de la tierra del norte, y una nación grande se levantará de los confines de la tierra: Dios nuevamente advierte a Judá que los babilonios llegarían a ser los mensajeros del juicio de Dios contra ellos.
b. Crueles son, y no tendrán misericordia: El ejército babilónico venidero traería una miseria terrible, y Judá reaccionaría con angustia, dolor, temor y luto.
i. “Judá no estaba a la altura del encuentro, como una mujer débil e indefensa en los dolores del parto ante un soldado poderoso y totalmente equipado”. (Thompson)
3. (27-31) El pueblo de Dios es juzgado así como el metal es probado.
Por fortaleza te he puesto en mi pueblo, por torre; conocerás, pues, y examinarás el camino de ellos. Todos ellos son rebeldes, porfiados, andan chismeando; son bronce y hierro; todos ellos son corruptores. Se quemó el fuelle, por el fuego se ha consumido el plomo; en vano fundió el fundidor, pues la escoria no se ha arrancado. Plata desechada los llamarán, porque Jehová los desechó.
a. Por fortaleza te he puesto en mi pueblo, por torre; conocerás, pues, y examinarás el camino de ellos: Dios envió a Jeremías para evaluar la condición espiritual del pueblo de Dios y a hacerlo desde una posición de fortaleza (por fortaleza). En sentido figurado, la obra del profeta era como trabajar el metal – uno que probaba y refinaba los metales preciosos.
i. Fortaleza: “La palabra mibsar (‘fortaleza’) presenta dificultades, pero si se vocaliza como mebasser, con RSV, podría traducirse ‘asesor’, constituyendo así una glosa sobre ensayador”. (Harrison)
ii. La imagen que se usa al final de Jeremías 6 funciona así:
·Judá era como el metal, afirmando ser precioso (como el oro o la plata).
·Como un metal precioso, Judá fue probado y refinado con fuego.
·Se introdujo plomo para que actuara como fundente, para atraer las impurezas hacia sí mismo.
·El profeta Jeremías era como el fuelle, usado para crear un calor intenso.
·Sin embargo, Israel – el supuesto metal precioso – era tan duro e impuro que el trabajo de refinación era inútil.
b. Son bronce y hierro; todos ellos son corruptores: El pueblo de Dios no era como un metal blando que pudiera refinarse y purificarse (como la plata o el oro). En cambio, eran duros como el bronce y hierro.
i. Son rebeldes: “Hebreo, rebeldes de rebeldes” (Trapp). “Usando un superlativo, Jeremías los evalúa como los rebeldes de los rebeldes”. (Feinberg)
c. Se quemó el fuelle, por el fuego se ha consumido el plomo: El fuego estuvo tan caliente como pudieron hacerlo los fuelles, y el agente de refinación (plomo) se consumió – pero el metal supuestamente precioso no se refinó.
d. En vano fundió el fundidor, pues la escoria no se ha arrancado: A pesar de los mejores esfuerzos del fundidor – los profetas de Dios como Jeremías – los impíos entre el pueblo de Dios no se arrepintieron y por lo tanto fueron arrancados, en el sentido de hacer un pueblo de Dios más puro.
i. “Jeremías sentía que su tarea era similar a la de un refinador de plata (véase Malaquías 3:3), pero ahora está claro que su ‘fuego’ profético no ha podido eliminar las impurezas de la ‘plata’ natural”. (Harrison)
ii. “Usando la imagen de un refinador de metales preciosos, muestra que los procesos normales habían sido completamente ineficaces, la escoria aún permanecía contaminando toda la masa de metal. Por lo tanto, solo era apta para el montón de chatarra”. (Cundall)
e. Plata desechada los llamarán, porque Jehová los desechó: Al final de todo, todos supieron que Judá fue desaprobado por Dios, y en el sentido de librarlos del juicio: Jehová los desechó.
i. “Esta imagen de las palabras del profeta como el fuego de un refinador, muestra su punto no solo por sus vívidos detalles, sino también por su trágico desenlace. Porque resulta que el pueblo de Judá no es, por así decirlo, un metal precioso estropeado por algunas impurezas, sino un metal básico del que no se puede extraer nada de valor”. (Kidner)
©2021 The Enduring Word Comentario bíblico en español de David Guzik – ewm@enduringword.com