Job 36




Job 36 – Eliú le enseña a Job acerca de Dios

A. Eliú le enseña a Job acerca de la justicia y la rectitud de Dios.

1. (1-4) Eliú: “Todavía hay palabras que hablar en nombre de Dios”.

Añadió Eliú y dijo:
Espérame un poco, y te enseñaré;
Porque todavía tengo razones en defensa de Dios.
Tomaré mi saber desde lejos,
Y atribuiré justicia a mi Hacedor.
Porque de cierto no son mentira mis palabras;
Contigo está el que es íntegro en sus conceptos.

a. Espérame un poco, y te enseñaré; Porque todavía tengo razones en defensa de Dios: Aparentemente, el joven Eliú vio que sus oyentes se estaban sintiendo incómodos con su condenación y prolijidad. Les ruega que sigan escuchando e insiste en que está hablando en defensa de Dios.

i. El joven Eliú habló con una franqueza que los otros amigos de Job no usaron (Job 33:1, 33:31, 34:5, 34:7, etc.). También habló con una autoridad que los otros amigos de Job no tenían. Los otros amigos de Job apelaron a la sabiduría antigua convencional y al conocimiento común. Eliú afirmaba hablar en defensa de Dios.

ii. “Parece como si Eliú se estuviera dando a sí mismo tal certificado de genio, como si el impetuoso joven no se diera cuenta de su asombrosa presunción”. (Andersen)

iii. “Admiro el intento de brevedad de Eliú; Lo llamo un intento, porque no estoy muy seguro de que lo haya logrado, ya que llenó dos capítulos más. Sin embargo, él dijo: ‘espérenme un poco’; y por lo tanto prometió hacer su discurso tan breve como pudiera. Algunos teólogos extensos, con sus muchas divisiones, sus ‘ultimos’ y ‘finalmentes’ y observaciones finales, giran y giran, y hacen que sus congregaciones sufran, y eso no poco, sino mucho. Cuando tenemos algo bueno que decir, es bueno usar la menor cantidad de palabras posible, porque si la brevedad no es el manto de la gracia, es el alma del ingenio, y todo nuestro ingenio debe ponerse a trabajar para poner la enseñanza del evangelio en tal forma que sea mejor recibida. Sin duda, es más probable que los discursos breves y directos lleguen al corazón que los sermones largos y aburridos”. (Spurgeon)

iv. Eliú recibió una mejor audiencia que el hombre anónimo que habló con Aristóteles, en una anécdota mencionada por John Trapp: “Cuando un gran bromista hubo hecho un discurso vacío en presencia de Aristóteles, y luego clamó misericordia por haberlo molestado tanto tiempo: no me has molestado en absoluto, dijo él, porque apenas he escuchado una palabra de lo que dijiste todo este tiempo”.

b. Tomaré mi saber desde lejos. . . Contigo está el que es íntegro en sus conceptos: Aunque Eliú estaba evidentemente demasiado confiado en su saber y en sus palabras, cuando menciona al que es íntegro en sus conceptos probablemente estaba haciendo referencia a Dios.

i. “Ciertamente es poco probable que Eliú reclame para sí mismo la misma perfección que le atribuye a Dios” (Smick). Bullinger observó: “De Job 37:16, está claro que se refiere a Dios, y no al hablante”.

ii. Si estaba hablando de sí mismo, entonces Poole ha explicado su idea: “Y el significado puede ser este: no tratan con un novato, sino con alguien que ha considerado con precisión, y que por la gracia de Dios, entiende completamente estos asuntos; por tanto, escúchenme”.

iii. “Aquí está la paradoja carismática en pocas palabras. Probablemente Eliú sí tiene un don profético para recibir ‘conocimiento de lejos’. Pero incluso las revelaciones directas de Dios no hacen que un hombre sea ‘perfecto en conocimiento’”. (Mason)

2. (5-12) Dios recompensa a los obedientes y los desobedientes perecen.

He aquí que Dios es grande, pero no desestima a nadie;
Es poderoso en fuerza de sabiduría.
No otorgará vida al impío,
Pero a los afligidos dará su derecho.
No apartará de los justos sus ojos;
Antes bien con los reyes los pondrá en trono para siempre,
Y serán exaltados.
Y si estuvieren prendidos en grillos,
Y aprisionados en las cuerdas de aflicción,
El les dará a conocer la obra de ellos,
Y que prevalecieron sus rebeliones.
Despierta además el oído de ellos para la corrección,
Y les dice que se conviertan de la iniquidad.
Si oyeren, y le sirvieren,
Acabarán sus días en bienestar,
Y sus años en dicha.
Pero si no oyeren, serán pasados a espada,
Y perecerán sin sabiduría.

a. He aquí que Dios es grande, pero no desestima a nadie: Aquí, Eliú nuevamente promovió las ideas del poder de Dios y la justicia perfecta. En su justicia perfecta, Dios castiga al impío y obra a favor de los afligidos.

i. Hay un pensamiento maravilloso en la frase Dios es grande, pero no desestima a nadie. Podríamos haber pensado que el Dios grande ignoraría o despreciaría al hombre; sin embargo, no lo hace. “Es porque Dios es tan grande que no desprecia a nadie. Si fuera menos que infinito, podría pasarnos por alto”. (Meyer)

ii. “Si Dios fuera pequeño, despreciaría lo pequeño; si fuera débil, desdeñaría a los débiles; si fuera falso, sería desdeñoso con los que le rodean; pero, viendo que no es ninguno de estos, sino que es Dios sobre todo, bendito por los siglos, el único Dios sabio, tenemos que tratar con uno que, aunque es alto, tiene respeto por los humildes; el cual, aunque se humilla para observar las cosas que se hacen en el cielo, no desprecia el clamor de los humildes. La magnanimidad de Dios es la razón por la cual él no desprecia a nadie”. (Spurgeon)

b. No apartará de los justos sus ojos: Ya que Job a menudo había dicho y sentido que Dios había apartado sus ojos de él, Eliú claramente está contando a Job entre los malvados. En la mente de Eliú, la libertad que Dios tiene para los justos (no estar aprisionados en las cuerdas de aflicción) no pertenece a Job, porque Job no está entre los justos.

i. “El ejemplo que Eliú elige, recuerda la historia de José, a pesar del plural reyes (Job 36:7), lo que ha preocupado a algunos eruditos. Ciertamente José es otro caso clásico de una persona tratada injustamente, y eso más de una vez”. (Andersen)

ii. En la mente de Eliú, el justo era marcado por muchas cosas; cosas que estaban notoriamente ausentes de la vida de Job.

·Los ojos de Dios están sobre los justos (No apartará de los justos sus ojos).

·Los justos son exaltados (con los reyes los pondrá en trono para siempre).

·Si los justos son prendidos, Dios los condena, los libera y son restaurados a la prosperidad y los placeres (Y si estuvieren prendidos en grillosÉl les dará a conocer la obra de ellos, y que prevalecieron sus rebelionesSi oyeren, y le sirvieren, acabarán sus días en bienestar).

c. Pero si no oyeren, serán pasados a espada: Esta fue otra de las fuertes advertencias de Eliú a Job. Advirtió a Job que se arrepintiera y que no fuera como los desobedientes que perecen y mueren sin sabiduría.

3. (13-15) El triste destino de los hipócritas.

Mas los hipócritas de corazón atesoran para sí la ira,
Y no clamarán cuando él los atare.
Fallecerá el alma de ellos en su juventud,
Y su vida entre los sodomitas.
Al pobre librará de su pobreza,
Y en la aflicción despertará su oído.

a. Mas los hipócritas de corazón atesoran para sí la ira: Eliú pensaba que Job era un hipócrita por continuar negando su culpa. Sentía que Job se estaba condenando a un derramamiento cada vez mayor de la ira de Dios.

b. Fallecerá el alma de ellos en su juventud, y su vida entre los sodomitas: Eliú pintó un futuro sombrío para un Job impenitente.

i. Los sodomitas: “Baqdeeshiym, entre las golfas, rameras, prostitutas y sodomitas. En este sentido se usa la palabra, aunque también significa personas consagradas; pero sabemos que en la idolatría se consagraban personajes de esta clase a Baal y Astarot, Venus, Príapo, etc”. (Clarke)

B. Eliú le enseña a Job acerca de la grandeza de Dios.

1. (16-21) Eliú a Job: “Lo que Dios hubiera hecho por ti”.

Asimismo te apartará de la boca de la angustia
A lugar espacioso, libre de todo apuro,
Y te preparará mesa llena de grosura.
Mas tú has llenado el juicio del impío,
En vez de sustentar el juicio y la justicia.
Por lo cual teme, no sea que en su ira te quite con golpe,
El cual no puedas apartar de ti con gran rescate.
¿Hará él estima de tus riquezas, del oro,
O de todas las fuerzas del poder?
No anheles la noche,
En que los pueblos desaparecen de su lugar.
Guárdate, no te vuelvas a la iniquidad;
Pues ésta escogiste más bien que la aflicción.

a. Asimismo te apartará de la boca de la angustia: Eliú aquí le hablaba a Job acerca de lo que Dios habría hecho por Job, si Job tan solo se hubiera arrepentido como debía (al menos desde la perspectiva de Eliú).

i. Si tan solo Job se hubiera arrepentido, entonces Dios habría:

·Librado a Job de la boca de la angustia.

·Llevado a Job a lugar espacioso, libre de todo apuro.

·Llevado a Job a una mesa llena de grosura.

b. Mas tú has llenado el juicio del impío: Para Eliú, los problemas de Job eran fáciles de diagnosticar. Job no tenía las bendiciones que Dios da a los obedientes y arrepentidos; por lo tanto, Job no era obediente ni se arrepentía. En cambio, estaba lleno del juicio del impío.

i. Al decir “En vez de sustentar el juicio y la justicia,” Eliú no podía ser más claro. Había una razón para la crisis y pérdida de Job; era que el juicio y la justicia de Dios estaban en su contra. Es útil recordar que los capítulos 1 y 2 de Job dejan en claro que Eliú estaba absolutamente equivocado en este análisis.

c. ¿Hará él estima de tus riquezas, del oro, o de todas las fuerzas del poder?: Eliú asumía lo que muchas personas asumen que los ricos confían en sus riquezas. Esto es a menudo cierto, tal vez casi siempre cierto, pero no era cierto en el caso de Job y estaba mal que Eliú lo supusiera.

d. Pues ésta escogiste más bien que la aflicción: “Job, todo este sufrimiento y agonía es tu elección. Todo podría ser diferente tan pronto como te arrepientas y te vuelvas a Dios”. Era este tipo de consejo lo que enloquecía a Job, porque exigía que abandonara su integridad e hiciera una demostración de arrepentimiento solo para complacer a sus amigos.

i. Job tuvo sus propias faltas durante este extenso diálogo con sus amigos, pecados de los que luego se arrepentirá (Job 42:1-6); sin embargo, mostró una fuerza asombrosa para mantener su integridad frente a este constante aluvión de acusaciones de sus amigos.

2. (22-24) Eliú nuevamente recuerda la grandeza de Dios.

He aquí que Dios es excelso en su poder;
¿Qué enseñador semejante a él?
¿Quién le ha prescrito su camino?
¿Y quién le dirá: Has hecho mal?
Acuérdate de engrandecer su obra,
La cual contemplan los hombres.

a. He aquí que Dios es excelso en su poder; ¿Qué enseñador semejante a él?: Eliú aquí nuevamente quiso exaltar a Dios a los ojos de Job, pensando que el problema de Job era que tenía una visión demasiado baja de Dios, y una visión demasiado alta de sí mismo.

i. Esto comienza una sección en la que se produce un cambio marcado en Eliú. Como indican los siguientes versículos, probablemente habló con la mirada puesta en una tormenta que se acercaba rápidamente con toda su lluvia, viento, truenos y nubes oscuras. Una inspiración repentina y maravillosa llenó a Eliú, y habló de una manera muy diferente a su anterior forma áspera y condenatoria hacia Job.

ii. “El cambio que se produce en Eliú en este punto, y que continúa y aumenta su poder hasta el final de su discurso, es tan dramático que el lector debería quedar boquiabierto. Porque aquí algo extraño y maravilloso comienza a sucederle a este joven: ¡abre su boca y habla por la unción del Espíritu Santo!”. (Mason)

iii. “Se ha sugerido que esta última parte del discurso de Eliú en realidad consiste en una descripción verbal de lo que estaba sucediendo a su alrededor en ese momento. Cuando Dios habla en el presente, habla desde un torbellino, y la idea es que era esta gran tormenta en su aproximación y fuerza lo que Eliú describió”. (Morgan)

iv. “Y esto me atrevo a decir, dice aquí un erudito intérprete, que no existe ningún poema, ni de los griegos ni de los latinos, que pueda compararse con esta majestuosa elocuencia de Eliú al describir los efectos naturales que se producen en el aire”. (Trapp)

b. Acuérdate de engrandecer su obra, la cual contemplan los hombres: Job mismo había magnificado la obra de Dios, y estaba muy consciente del poder, la majestad y la gloria de Dios.

i. Mientras la tormenta se acercaba a Job y sus amigos, y mientras Eliú continuaba describiéndola, reconoceremos en Job 38 que el Señor estaba en esta tormenta, listo para hablarle.

ii. “También es instructivo notar el contraste entre Job y Eliú, como lo demuestran sus diferentes respuestas a la aparición del Señor. Al acercarse Dios, el hombre de fe más maduro guarda silencio; un silencio sagrado cae sobre él, y sus labios se vuelven tan inmóviles como su corazón. Pero el joven Eliú sigue balbuceando. Incluso si admitimos que su balbuceo es inspirado, todavía puede haber razón para sospechar que, en comparación con el humilde silencio de Job, sigue siendo balbuceo”. (Mason)

3. (25-33) La inescrutable grandeza de Dios se expresa en la tormenta.

Los hombres todos la ven;
La mira el hombre de lejos.
He aquí, Dios es grande, y nosotros no le conocemos,
Ni se puede seguir la huella de sus años.
El atrae las gotas de las aguas,
Al transformarse el vapor en lluvia,
La cual destilan las nubes,
Goteando en abundancia sobre los hombres.
¿Quién podrá comprender la extensión de las nubes,
Y el sonido estrepitoso de su morada?
He aquí que sobre él extiende su luz,
Y cobija con ella las profundidades del mar.
Bien que por esos medios castiga a los pueblos,
A la multitud él da sustento.
Con las nubes encubre la luz,
Y le manda no brillar, interponiendo aquéllas.
El trueno declara su indignación,
Y la tempestad proclama su ira contra la iniquidad.

a. He aquí, Dios es grande, y nosotros no le conocemos: Eliú nuevamente promovió el concepto de la trascendencia de Dios. Había escuchado y sentido cómo Job había exigido respuestas de Dios, por lo que le aconsejó que entendiera que Dios estaba más allá de Job y más allá de explicarle las cosas.

i. Este fue el argumento más veraz y poderoso de Eliú, pero el argumento en sí estaba basado en la premisa de que Job tenía que hacer esto a la luz de su gran transgresión contra Dios. Era un principio poderoso y bueno mal aplicado a la situación de Job.

b. El atrae las gotas de las aguas, al transformarse el vapor en lluvia: En esta hermosa sección, Eliú analizó el ciclo del agua de evaporación, destilación y lluvia y lo usó como un ejemplo del brillo y la belleza de Dios como Diseñador.

i. “Las nubes y la lluvia muestran el asombroso control de Dios sobre el mundo en operaciones de tal delicadeza y fuerza que los hombres no pueden entenderlas ni imitarlas”. (Andersen)

ii. La sabiduría de Eliú al analizar el ciclo del agua ha llevado a la gente a concluir erróneamente que el Libro de Job debe haber sido escrito más tarde de lo que comúnmente se supone. “El fenómeno de la condensación (Job 36:27b) y la precipitación (Job 36:28), aunque técnicamente no se entendía, era ciertamente observable. Pero la evaporación (Job 36:27) no lo es. Por lo tanto, Duhm consideró esto como prueba de que los discursos de Eliú llegaron unos siglos más tarde que los discursos divinos, ya que el conocimiento meteorológico se habría obtenido de los griegos”. (Smick)

iii. El trueno declara su indignación: “Y es digno de notar que todo hombre impío tiembla ante el ruido del trueno y ante el relámpago, y considera esto como un tesoro de la ira Divina, llamado enfáticamente entre nosotros la artillería de los cielos; y cada vez que se oye el ruido, se le considera la voz de Dios”. (Clarke)

iv. Y la tempestad proclama su ira contra la iniquidad: “Porque diversos ganados son muy sagaces en este asunto, y no sólo perciben la lluvia cuando está a punto de caer, sino que la prevén a cierta distancia por los vapores que son arrastrados por el sol en gran abundancia, y por diversos movimientos y acciones, dan a los hombres aviso oportuno de ella, como lo han observado no sólo los labradores, sino también los autores eruditos”. (Poole)

©2022 The Enduring Word Comentario bíblico en español de David Guzik – ewm@enduringword.com  

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