Jonás 4




Jonás 4 – Dios trata con el corazón de un profeta

A. La queja de Jonás.

1. (1) El disgusto de Jonás por el arrepentimiento del pueblo de Nínive.

Pero Jonás se apesadumbró en extremo, y se enojó.

a. Pero Jonás se apesadumbró: Esto era extraño, porque generalmente el predicador se complace cuando la congregación se arrepiente, pero Jonás no. Había algo en todo el asunto que desagradó a Jonás.

b. En extremo, y se enojó: No solo era esto extraño, era muy extraño, porque Jonás estaba muy molesto por el éxito de su predicación. No debemos perdernos la intensidad de Jonás aquí, porque el lenguaje en el hebreo original es fuerte.

2. (2-3) Jonás explica su enojo.

Y oró a Jehová y dijo: Ahora, oh Jehová, ¿no es esto lo que yo decía estando aún en mi tierra? Por eso me apresuré a huir a Tarsis; porque sabía yo que tú eres Dios clemente y piadoso, tardo en enojarte, y de grande misericordia, y que te arrepientes del mal. Ahora pues, oh Jehová, te ruego que me quites la vida; porque mejor me es la muerte que la vida.

a. Porque sabía yo que tú eres Dios clemente y piadoso, tardo en enojarte, y de grande misericordia, y que te arrepientes del mal: Jonás estaba enojado porque Dios concedió el arrepentimiento a los ninivitas, pues los asirios eran enemigos de Judá e Israel. Jonás quería que Dios trajera juicio sobre estas personas que él odiaba.

i. Jonathan Swift escribió un verso que expresa el estado de ánimo de Jonás:

Somos los pocos elegidos de Dios,
Todos los demás serán condenados;
No hay lugar en el cielo para ti,
No podemos tener el cielo repleto.

b. Oh Jehová, ¿no es esto lo que yo decía estando aún en mi tierra? Jonás sabía que Dios era lleno de gracia y misericordia, y por eso tuvo miedo de decírselo a la gente de Nínive. Esta fue al menos parte de la razón por la que Jonás no quería ir a Nínive tenía miedo de que se arrepintieran, cuando todo el tiempo quería que Dios juzgara a la capital asiria.

i. Jonás mismo invocó la misericordia de Dios y disfrutó de la misericordia de Dios cuando se extendió a Jonás. Ahora lo resiente cuando se extiende a otros. ¿Qué pasaría si Dios tratara a Jonás de la manera en que Jonás quería que Dios tratara a la gente de Nínive?

c. Porque mejor me es la muerte que la vida: El arrepentimiento y la salvación del pueblo de Nínive es tan doloroso para Jonás que preferiría morir antes que pensar en ello; y también afirma que esta fue la razón por la que huyó del llamado, ¡no por temor a que fuera ineficaz, sino por miedo a que fuera eficaz!

B. Dios confronta un profeta.

1. (4) Dios cuestiona el corazón de Jonás.

Y Jehová le dijo: ¿Haces tú bien en enojarte tanto?

a. ¿Haces tú bien en enojarte tanto? Jonás, al expresar su ira contra Dios, estaba siendo honesto acerca de sus sentimientos – algo bueno; pero no debemos pensar ni por un momento que todos nuestros sentimientos hacia Dios están justificados.

i. A Dios le gusta hacernos preguntas, porque revelan nuestro corazón. Esto también nos pone en terreno apropiado ante Dios, porque Él tiene todo el derecho de cuestionarnos y le debemos respuestas.

·¿Dónde estás? ¿Quién te dijo que estabas desnudo? ¿Qué es esto que has hecho? (Génesis 3).

·¿Dónde está tu hermano Abel? ¿Qué has hecho? (Génesis 4).

·¿Qué has hecho? (1 Samuel 13:11).

·¿Por qué menospreciaste la palabra de Jehová haciendo lo malo ante sus ojos? (2 Samuel 12).

·¿A quién enviaré? ¿Quién irá por nosotros? (Isaías 6).

·¿Quién dices que soy yo? (Mateo 16).

·¿Qué quieres que Yo te haga? (Mateo 20).

·¿Traicionas al Hijo del Hombre con un beso? (Lucas 22).

·Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? (Hechos 9).

b. ¿Haces tú bien en enojarte tanto?: Esta es la pregunta que debemos hacernos si nos encontramos enojados con Dios. La respuesta siempre debe ser “No, Señor. Todos tus caminos son rectos aunque no los entienda”.

i. Sí, Jonás estaba enojado con Dios, y sí, estaba bien que Jonás expresara su ira hacia Dios; pero también debe arrepentirse de su ira hacia Dios.

2. (5-8) Dios prepara una lección con objeto para Jonás.

Y salió Jonás de la ciudad, y acampó hacia el oriente de la ciudad, y se hizo allí una enramada, y se sentó debajo de ella a la sombra, hasta ver qué acontecería en la ciudad. Y preparó Jehová Dios una calabacera, la cual creció sobre Jonás para que hiciese sombra sobre su cabeza, y le librase de su malestar; y Jonás se alegró grandemente por la calabacera. Pero al venir el alba del día siguiente, Dios preparó un gusano, el cual hirió la calabacera, y se secó. Y aconteció que al salir el sol, preparó Dios un recio viento solano, y el sol hirió a Jonás en la cabeza, y se desmayaba, y deseaba la muerte, diciendo: Mejor sería para mí la muerte que la vida.

a. Salió Jonás de la ciudad… hasta ver qué acontecería en la ciudad: Jonás parece esperar que el arrepentimiento de Nínive fuera insuficiente, y espera ver la ciudad destruida después de todo. Sale de la ciudad para protegerse.

b. Preparó Jehová Dios una calabacera, la cual creció sobre Jonás: Así como Dios preparó un gran pez para tragarse a Jonás, ahora Él preparó una planta particular para dar refugio a Jonás mientras esperaba esperanzado a que la ciudad fuera destruida.

i. Esta es la primera vez que encontramos a Jonás feliz. “Jonás estaba complacido porque finalmente, después de toda la compasión de Dios por otras personas, Dios finalmente estaba haciendo algo por Jonás. ¿Egoísta? Por supuesto que lo era. ¡Y mezquino también!”. (Boice) 

ii. Podríamos decir que la felicidad de Jonás era tan carnal como su ira. Ambos tenían que ver con el yo.

c. El sol hirió a Jonás en la cabeza, y se desmayaba: Jonás estaba enojado con Dios porque Él trajo al pueblo de Nínive al arrepentimiento (Jonás 4:1). La antigua palabra hebrea para “enojado” es literalmente “estar caliente”. ¡Ahora Dios dejaría que Jonás sintiera algo del calor!

d. Jonás se alegró grandemente por la calabacera… “Mejor sería para mí la muerte que la vida”: Cuando Dios le quitó la planta y su agradable refugio a Jonás, él extrañó tanto la planta que quiso morir.

i. “Queridos amigos, si quieren quejarse como Jonás, pronto tendrán algo de qué quejarse. Las personas que están resueltas a inquietarse, generalmente se crearán motivos de inquietud”. (Spurgeon)

ii. Jonás permitió que incluso una cosa tonta como una planta se convirtiera en un ídolo. “Cuán a menudo se permite que perezcan nuestras calabaceras, para enseñarnos estas profundas lecciones. A pesar de todo lo que podemos hacer para mantenerlas verdes, sus hojas se vuelven cada vez más secas y amarillas, hasta que se caen y mueren”. (Meyer)

3. (9-11) Dios aplica la lección del objeto.

Entonces dijo Dios a Jonás: ¿Tanto te enojas por la calabacera? Y él respondió: Mucho me enojo, hasta la muerte. Y dijo Jehová: Tuviste tú lástima de la calabacera, en la cual no trabajaste, ni tú la hiciste crecer; que en espacio de una noche nació, y en espacio de otra noche pereció. ¿Y no tendré yo piedad de Nínive, aquella gran ciudad donde hay más de ciento veinte mil personas que no saben discernir entre su mano derecha y su mano izquierda, y muchos animales?

a. ¿Tanto te enojas por la calabacera? Jonás, en respuesta a la pregunta de Dios, se sintió totalmente justificado en su enojo por la destrucción de la planta protectora. Esto es considerando que la planta era solo una planta, y que Jonás no tenía ningún interés personal o inversión en la planta excepto lo que le proporcionaba en ese momento.

i. Jonás cometió tres errores que suelen cometer las personas enfadadas. Cada una de estas cosas puso a Jonás en un lugar peor, no en un lugar mejor.

·Jonás renunció.

·Jonás se separó de los demás.

·Jonás se convirtió en espectador.

b. Mucho me enojo, hasta la muerte: Estas son las últimas palabras de Jonás registradas en este libro, pero afortunadamente no son las últimas palabras del libro. La misericordia y la compasión de Dios todavía trabajaron con Jonás, enseñándolo y guiándolo al corazón de Dios.

c. ¿Y no tendré yo piedad de Nínive? Cuánto más debe preocuparse Dios por la destrucción de las personas – aquellos hechos a su imagen, incluso si son Asirios. La respuesta de Dios a Jonás le mostró al profeta que realmente no conocía a Dios tan bien como pensaba.

i. Aquellos que no saben discernir entre su mano derecha y su mano izquierda son aquellos que no pueden hacer juicios morales.

ii. La lección es clara: La preocupación de Dios por las personas no solo va más allá de Israel, sino que está totalmente justificado al hacerlo. La lección de Jonás nos recuerda que Dios es el Dios de todas las personas.

iii. La lección de Jonás es lo que proclamó antes de ser librado del gran pez: La salvación es de Jehová (Jonás 2:9), y no de ninguna raza, nación o clase. Este es el mismo mensaje que Dios dejó claro a Pedro en Hechos 10:34-35: En verdad comprendo que Dios no hace acepción de personas, sino que en toda nación se agrada del que le teme y hace justicia.

d. Y no tendré yo piedad de Nínive, aquella gran ciudad: La tradición judía dice que después de que Dios dijo las palabras de Jonás 4:11, Jonás se postró sobre su rostro y dijo: “Gobierna tu mundo según la medida de la misericordia, como está dicho, De Jehová nuestro Dios es el tener misericordia y el perdonar” (Daniel 9:9). Solo podemos esperar que Jonás, y nosotros, tengamos una respuesta tan humilde.

i. Dios mostró su misericordia a Jonás a través de mucha preparación.

·El Señor preparó un gran pez (Jonás 1:17).

·El Señor preparó una planta (Jonás 4:6).

·El Señor preparó un gusano (Jonás 4:7).

·El Señor preparó un viento (Jonás 4:8).

ii. Sin embargo, el verdadero trabajo de preparación sucedió en Jonás. Lo que Dios realmente preparó fue una persona, un profeta. “Quisiera sugerir a algunos de ustedes aquí que tienen que soportar doble problema, que Dios puede estar preparándolos para una doble utilidad, o puede estar obrando en ustedes en alguna forma inusual de mal que no podría ser expulsada de ustedes a menos que su Espíritu Santo haya usado estos métodos misteriosos con ustedes para enseñarles más completamente su mente”. (Spurgeon)

©2022 The Enduring Word Comentario bíblico en español de David Guzik – ewm@enduringword.com

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