Josué 1 – La comisión de Dios a Josué
A. El contexto histórico del libro de Josué.
1. Dios hizo un pacto con Abraham (Génesis 12:1-3), que fue transmitido a Isaac, Jacob y los 12 hijos de Jacob (Israel).
a. En el pacto que Dios hizo con Abraham y sus descendientes les prometió una tierra, una nación y una bendición que se extendería a todas las naciones.
b. En el tiempo de Jacob (Israel) y sus hijos, la familia se trasladó a Egipto. Primero, fueron recibidos como huéspedes de honor; pero, finalmente, se convirtieron en esclavos.
2. Después de aproximadamente 400 años, Israel fue liberado de su esclavitud en Egipto. Guiado por Moisés, el pueblo de Israel salió de Egipto y llegó al monte Sinaí, donde recibió el pacto de Dios.
a. La liberación de Israel de Egipto se convirtió en el acto central de redención en el Antiguo Testamento. Dios le recordaba frecuentemente a Israel que los había liberado de la esclavitud egipcia, y estableció festividades como la Pascua, los Panes sin Levadura y los Tabernáculos para conmemorar esta liberación.
b. El éxodo y todos sus acontecimientos fueron eventos históricos reales, pero su significado trasciende estos hechos pasados. Dios habló a través de esta historia para proporcionar un ejemplo de la liberación más grande de su pueblo: la liberación del pecado por medio del nuevo pacto, un pacto superior (1 Corintios 10:6, 11).
c. El pacto que Dios hizo con Israel en el monte Sinaí incluía su ley, el sistema de sacrificios, y establecía la posibilidad de que Israel eligiera entre bendición o maldición.
3. Después de un año en el monte Sinaí, Dios le ofreció a Israel la oportunidad de entrar en Canaán por fe, confiando en Él para conquistar el pueblo cananeo.
a. En Cades-barnea, Israel no aprovechó la oportunidad por falta de fe, y se negaron a entrar en la tierra que Dios les había prometido, expresando su deseo de regresar a Egipto.
b. Debido a su incredulidad y rebelión, Dios decretó que Israel permanecería en el desierto por otros 38 años, hasta que muriera la generación incrédula y una nueva generación estuviera dispuesta a tomar Canaán por fe.
c. Dios sostuvo milagrosamente a Israel en el desierto hasta que una nueva generación estuvo dispuesta a confiar en la promesa de Dios con respecto a Canaán. El libro de Josué relata la historia de esta generación de fe que conquistó la Tierra Prometida.
d. La tierra de Canaán fue un lugar real conquistado y poseído por el pueblo de Dios bajo el liderazgo de Josué. Además de su significación histórica, Canaán simboliza el destino que Dios desea para su pueblo: un lugar de reposo. Este reposo no se interpreta como el cielo, sino como un lugar de tranquilidad y seguridad que todo creyente puede disfrutar bajo el nuevo pacto. Esta «promesa de reposo» se menciona en Hebreos 4:1, un reposo que «queda», que está disponible para pueblo de Dios (Hebreos 4:9), y fue señalado por Josué, pero no completamente alcanzado (Hebreos 4:8).
i. Canaán «representa de manera más adecuada el estado y la condición del alma de un hombre que se ha convertido en creyente, y al creer ha entrado en el reposo, aunque aún no ha experimentado una liberación absolutamente perfecta del pecado». (Spurgeon)
ii. En este sentido, el libro de Josué guarda relación con la carta del apóstol Pablo a los efesios en el Nuevo Testamento. Efesios describe un camino espiritual de abundancia y seguridad para el creyente en Jesucristo; por su parte, el libro de Josué narra el cumplimiento de la promesa de la provisión material de Dios a Israel en la tierra de Canaán.
iii. Así como el monte Sinaí (donde se dio la ley) o el desierto no eran los destinos previstos para Israel bajo el antiguo pacto, la ley no es el destino previsto por Dios para su pueblo bajo el nuevo pacto. La vida abundante que Dios desea para su pueblo no se encuentra en la observancia de la ley, sino en la promesa cumplida en Jesús, a quien Josué prefigura.
iv. El nombre hebreo Josué se traduce como «Jesús» en el idioma griego de los tiempos del Nuevo Testamento. Josué es una imagen perdurable o un tipo de Jesús, que guía al pueblo de Dios hacia el cumplimiento de las promesas divinas. Todo lo que Israel recibió en la Tierra Prometida, lo recibió a través de la mano de Josué; de manera similar, todo lo que los creyentes reciben de Dios en el nuevo pacto lo reciben a través de Jesucristo, nuestro Josué.
B. Dios le encomienda a Josué una misión.
1. (1) Tras el fallecimiento de Moisés, Dios le habla a Josué.
Aconteció después de la muerte de Moisés siervo de Jehová, que Jehová habló a Josué hijo de Nun, servidor de Moisés, diciendo:
a. Después de la muerte de Moisés: Moisés fue un gran siervo de Jehová y líder de Israel. Su muerte se registra en Deuteronomio 34. A pesar de su grandeza, Moisés no guiaría al pueblo de Dios a la Tierra Prometida.
i. «Ningún hombre es indispensable. La obra de Dios continúa sin interrupción. Aunque los instrumentos cambian, la mano maestra es la misma. Dios deja una herramienta a un lado y saca otra de la caja de herramientas según su voluntad». (Maclaren)
ii. Moisés siervo de Jehová: La frase «siervo de Jehová» se aplica a Moisés al menos 12 veces en el libro de Josué, mientras que para hacer referencia a Josué solo se aplica una vez, al final del libro (Josué 24:29). Otros personajes bíblicos como Abraham y David también recibieron este honroso título.
b. Jehová habló a Josué: Josué, quien no era precisamente joven en esa época, había sido toda su vida un servidor de Moisés. Solo después de que Dios lo hubo preparado, Josué se dio cuenta de que había llegado su momento de liderar.
i. Josué desempeñó un papel fundamental como líder del grupo de los doce espías enviados a explorar Canaán antes de que Israel tuviera la oportunidad de entrar en la Tierra Prometida (Números 13:4-16). Según el pasaje de Números 13, originalmente se llamaba Oseas (que significa ‘salvación‘), pero Moisés lo renombró como Josué (‘Jehová es salvación‘). De los doce espías, solo Josué y Caleb regresaron de Canaán con un informe lleno de fe, confiando en que Dios capacitaría a Israel para superar los desafíos en la conquista de Canaán. Debido a su fidelidad, Josué y Caleb fueron los únicos adultos de la generación que salió de Egipto que sobrevivieron a los años en el desierto y entraron en Canaán (Números 14:30). Unos 38 años antes de los eventos narrados en el capítulo uno de Josué, ya él creía firmemente que Dios obraría a través de Israel para entregarle la Tierra Prometida, y esa convicción aún persistía en él. A Moisés no se le permitió liderar a Israel hacia la Tierra Prometida debido a su desobediencia (Números 27:12-14).
ii. «El nombre de Josué en la Biblia hebrea aparece como Yehoshúa, que significa ‘Yahveh salva/libera‘. En las traducciones griegas, como la Septuaginta (LXX), se traduce como “Iesous”, la misma forma en que se traduce el nombre de Jesús en el Nuevo Testamento. Originalmente, su nombre era “Oseas”, que significa ‘salvación‘ o ‘liberación‘ (Números 13:8 y Deuteronomio 32:44). Según Números 13:16, fue Moisés quien le dio a Oseas su nuevo nombre: “Josué”». (Howard)
iii. «El Conquistador de Canaán y el Redentor del mundo comparten el mismo nombre. El Jesús en quien confiamos fue tipificado por Josué». (Maclaren)
c. Servidor de Moisés: Por orden de Dios, Moisés había reconocido formalmente a Josué como su sucesor para dirigir a Israel (Números 27:18-23). Aunque Josué no era de cuna noble, ni era hijo carnal de Moisés, había muchas cualidades que lo calificaban para ser el sucesor de Moisés:
·Josué lideró al ejército de Israel contra los amalecitas (Éxodo 17:8-16).
·Josué sirvió como ayudante de Moisés (Éxodo 24:13).
·Josué asistió a Moisés en el tabernáculo después del incidente del becerro de oro (Éxodo 33:7-11).
·Josué demostró celo por preservar la autoridad y el liderazgo de Moisés (Números 11:28).
·Josué fue uno de los dos espías llenos de fe de entre los doce enviados a explorar Canaán (Números 13:30-14:38).
·Josué fue identificado como un «varón en el cual hay espíritu» (Números 27:18), lo que se considera su característica más importante. El Espíritu Santo le proporcionaría poder y lo capacitaría para cumplir su desafiante papel de guiar a la nación hacia Canaán.
i. Dios usó la fidelidad constante y demostrada de Josué en numerosas situaciones pequeñas para prepararlo para el papel esencial de guiar a Israel a Canaán, una tierra habitada por enemigos poderosos y renuentes a dejar su territorio.
ii. «Josué fue un soldado, uno de los comandantes militares más extraordinarios de todos los tiempos. Sin embargo, no fue una persona llamativa en el sentido convencional. Probablemente, fue un hombre sencillo que se preocupó, en primer lugar, por cumplir al pie de la letra su encargo divino. No tuvo grandes pecados y cometió muy pocos errores. En resumen, no encajaría fácilmente como héroe en una novela; pero fue, esencialmente, un hombre de Dios». (Boice)
2. (2-3) La promesa de Dios a Josué y a todo Israel en relación con la posesión de la tierra.
Mi siervo Moisés ha muerto; ahora, pues, levántate y pasa este Jordán, tú y todo este pueblo, a la tierra que yo les doy a los hijos de Israel.Yo os he entregado, como lo había dicho a Moisés, todo lugar que pisare la planta de vuestro pie.
a. Mi siervo Moisés ha muerto: Dios reconoció la transición del liderazgo de Moisés a Josué. Se había hecho el luto apropiado por Moisés (Deuteronomio 34:8); ahora era tiempo de mirar hacia adelante a la obra que Dios haría a través del nuevo líder de Israel.
i. «Los hombres son los instrumentos de Dios, y es un gran honor serlo. Cada uno toma una tarea ya iniciada y la deja inconclusa. Somos deudores de aquellos que nos precedieron y acreedores de aquellos que nos sucederán». (Morgan)
ii. «Resulta sorprendente que, tras la muerte de Moisés, no se haya apoderado de todo el campamento una desesperación total, si consideramos que aquel con quien esperaban encontrar descanso había fallecido antes de que pudieran conquistar Canaán. Sin embargo, vemos que no se desanimaron; aquel que les había dado a Moisés,ahora, les daba a Josuéen su lugar. Habían aprendido plenamente que, si Dios estaba con ellos, nadie podría prevalecer contra ellos». (Clarke)
iii. Josué 1:2-4 establece un bosquejo del libro:
·Pasa este Jordán: El cruce del Jordán (Josué 1:5-5:12).
·La tierra que yo les doy: La conquista de Canaán (Josué 5:13-12:24).
·Los límites de la tierra en Josué 1:4 implican la distribución de la tierra en los capítulos del 13:1 al 22:34.
b. A la tierra que yo les doy: Dios había prometido la tierra de Canaán a Abraham, Isaac, Jacob y a los hijos de Jacob (Israel). Estas promesas son destacadas en varios pasajes del libro de Génesis (Génesis 12:1-3; 12:7; 13:14-17; 15:7; 15:18-21; 17:8, 24:7; 26:3-4; 28:3-4; 28:13-14; 35:9-13; 48:3-4; 50:24). Aunque el pueblo de Israel nunca había tenido un título de propiedad sobre la tierra de Canaán, excepto del lugar de sepultura de los patriarcas en Hebrón (Génesis 23:19-20), esta era la tierra que Dios le había prometido y ahora estaba cumpliendo su promesa al dársela. A pesar de haber vivido fuera de Canaán durante unos 400 años, esta era la tierra que Dios le había prometido a Israel: «la tierra que yo les doy».
c. Yo os he entregado: Toda la tierra fueentregada a Josué e Israel, pero solo podían poseer aquello que reclamaran («todo lugar que pisare la planta de vuestro pie»). Por lo tanto, para tomar posesión de la tierra, debían luchar contra una oposición decidida.
i. Así como la herencia de Canaán fue confiada a un líder, a un representante, así también ocurre en el pueblo de Dios bajo el nuevo pacto. Todo lo que poseen espiritualmente, lo tienen en Jesucristo, quien es tanto su líder como su representante.
ii. Israel solo podría poseer la tierra cuando Dios obrara en ellos y a través de ellos; no podrían conquistar Canaán por su propia sabiduría y fuerza. Sin embargo, Dios no eliminaría a sus enemigos mientras Israel se quedara pasivo; llamó a Israel a asociarse con Él para cumplir su voluntad
iii. «Toda la tierra fue dada, pero cada pulgada de ella tenía que ser reclamada. Israel debía poner su pie sobre la tierra, ya fuera desierto o Líbano, llanura o colina, y decir: “Esto es mío por regalo de Dios”. Conforme afirmaron su derecho, Dios lo hizo válido». (Meyer)
iv. Dado que la conquista de la tierra requería esfuerzo, el desafío que tenían por delante no era para aquellos que se conformaban con la comodidad de Egipto, sino para aquellos que siguieran adelante para alcanzar lo que Dios les había llamado a poseer.
v. «En el texto hebreo, los versículos 3-5a de Josué presentan una redacción casi idéntica a la de Deuteronomio 11:24-25a. Este es otro de los muchos vínculos entre Josué y el Pentateuco, en particular con el libro de Deuteronomio. El autor se esfuerza por demostrar que la obra de Josué es el cumplimiento del Pentateuco». (Madvig)
3. (4-5) La promesa: La victoria está asegurada porque Josué es llamado por Dios.
Desde el desierto y el Líbano hasta el gran río Éufrates, toda la tierra de los heteos hasta el gran mar donde se pone el sol, será vuestro territorio. Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida; como estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré, ni te desampararé.
a. Desde el desierto […] hasta el gran río: Esto describe el territorio preciso de la tierra que Dios le dio a Israel. Los límites geográficos específicos muestran que esta no era una tierra espiritual; sino una tierra material, con desiertos reales, ríos y terrenos físicos.
i. «El cumplimiento literal y completo de esta promesa no fue experimentado por Israel hasta los reinados de David y Salomón (ver 1 Reyes 4:21, 24), y luego, nuevamente, en tiempos de Uzías y Jeroboam». (Madvig)
ii. Tierra de los heteos: «Tanto los egipcios como los babilonios se referían a Palestina como “la tierra de los heteos”, incluso después de que los heteos se hubieron retirado de la zona (cfr. Jueces 1:26)». (Madvig)
iii. Aunque esto se refiere a una tierra literal, tiene una aplicación espiritual. «Todo lo que hay en Cristo está destinado a todos los creyentes y, por lo tanto, todos los creyentes pueden tener todo lo que hay en Cristo, quien es todo en todos. No debemos contentarnos con peniques cuando Él nos dota de libras». (Spurgeon)
b. Como estuve con Moisés: Moisés fue uno de los grandes hombres de la Biblia, con un papel importante en el desarrollo del plan divino a lo largo de las edades. Sin embargo, su obra había llegado a su fin, y ahora comenzaría la obra de Josué.
i. Moisés, que representaba la ley, no pudo llevar a Israel a la Tierra Prometida. Miriam, que representaba a los profetas, tampoco pudo guiar al pueblo de Dios a la Tierra Prometida. Aarón, que representaba el sacerdocio, tampoco pudo llevar a Israel a la Tierra Prometida. Solo Josué, es decir, JESÚS, pudo guiarlos a la Tierra Prometida por Dios.
c. Estaré contigo: Israel tenía el éxito asegurado, no por la grandeza de Josué como líder o la grandeza de la nación, sino porque Dios es un gran Dios y le prometió a Josué: «estaré contigo». Esto es suficiente para cualquiera que busque hacer la voluntad de Dios.
i. No te dejaré, ni te desampararé: Esto es lo que Dios le dijo a todo Israel, incluyendo a Josué, en Deuteronomio 31:6, y es citado en Hebreos 13:5 para extender su aplicación a todos los creyentes.
ii. «¿Qué más se necesitaba? Ciertamente, en la presencia de Dios, los anaceos se vuelven enanos, las fortalezas se desvanecen como chozas en un huerto de pepinos, y los carros de hierro son como cardos en la ladera ante la ráfaga. ¿Qué puede resistir ante el Altísimo?». (Spurgeon)
4. (6-9) Las condiciones de la promesa de victoria.
Esfuérzate y sé valiente; porque tú repartirás a este pueblo por heredad la tierra de la cual juré a sus padres que la daría a ellos. Solamente esfuérzate y sé muy valiente, para cuidar de hacer conforme a toda la ley que mi siervo Moisés te mandó; no te apartes de ella ni a diestra ni a siniestra, para que seas prosperado en todas las cosas que emprendas. Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien. Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas.
a. Esfuérzate y sé valiente: Josué fue llamado a ser valiente en Dios. El énfasis dado a este mandato (Josué 1:6, 7, 9, 18) sugiere que Josué necesitaba este fuerte estímulo. Necesitaría la fuerza y el valor de Dios para conquistar Canaán y repartirla tierra como heredad a Israel.
i. El sentido es que Josué encontraría esta fuerza y valor en Jehová, no en sí mismo. Como Pablo explicaría posteriormente en Efesios 6:10, Josué debía «fortalecerse en el Señor y en el poder de su fuerza». Este es un modelo para los creyentes: encontrar su fuerza en Dios y no en sí mismos.
ii. «Josué parece haber tenido miedo de esta responsabilidad. Digo esto, porque las palabras más repetidas en el capítulo son las que le ordenan no tener miedo. Dios le dice a Josué que sea fuerte y valiente tres veces (vv. 6, 7, 9), y luego añade: “No tengas miedo; no te desanimes” (v. 9). Al final del capítulo, el pueblo le dice a Josué lo mismo: “Sé fuerte y valiente” (verso 18). A pesar de lo que debió de ser un agudo sentimiento de incapacidad, Josué tomó el mando. Desde el primer momento, demostró que era el hombre del Señor para esta hora». (Boice)
b. Para cuidar de hacer conforme a toda la ley: Como pueblo, Israel estaba ligado a Dios por un pacto (Éxodo 24:3-8). Una parte importante del pacto era la promesa de Dios de bendecir a un Israel obediente (Levítico 26:1-13; Deuteronomio 28:1-14) y maldecir a un Israel desobediente (Levítico 26:14-46; Deuteronomio 28:15-68). Cuando Israel y su liderazgo obraban conforme a toda la ley, eran invencibles debido a la bendición y la fuerza de Dios.
i. Esta promesa dada a Josué e Israel ya Dios se la había hecho a Israel en el monte Sinaí. Allí, Dios prometió derrotar a los cananeos y dar a Israel su tierra (Éxodo 23:22-31), si Israel le obedecía: «Pero si en verdad oyeres su voz e hicieres todo lo que yo te dijere, seré enemigo de tus enemigos, y afligiré a los que te afligieren» (Éxodo 23:22).
ii. No te apartes de ella ni a diestra ni a siniestra: «Hay una mano derecha y una mano izquierda, y una y otra, probablemente, estarán equivocadas. Habrá extremos en ambos lados. Creo que esto es cierto en diez mil cosas de la vida ordinaria, y también es cierto en muchos aspectos de las cosas espirituales». (Spurgeon)
c. Este libro de la ley: Dado que la obediencia a la ley de Dios era necesaria para el éxito de Israel, era importante conocer y valorar la Palabra de Dios. Josué no solo necesitaba leer la Palabra de Dios, sino que debía tenerla en sus labios («nunca se apartará de tu boca»), en su mente («de día y de noche meditarás en él»), y tenía que ponerla en práctica («para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito»).
i. «La palabra hebrea traducida como “meditar” (hagah), literalmente, significa ‘murmurar‘. Cuando uno murmura continuamente la Palabra de Dios para sí mismo, está constantemente pensando en ella». (Madvig)
ii. «Aunque había una copia de la ley guardada en el santuario, esto no era suficiente. Josué debía tener su propia copia y consultarla incesantemente para que su camino prosperara y tuviera buen éxito». (Clarke)
iii. «Josué era tanto un hombre del libro como un hombre de la espada». (Trapp)
iv. «Es cierto que en épocas antiguas, antes de Gutenberg o antes de que los escribas pudieran hacer un número razonable de copias del texto de Moisés, el pueblo no tenía acceso a sus propias Biblias. Sin embargo, esto no significa que la Biblia fuera inaccesible para ellos o que tuvieran una excusa para no conocerla. Josué debía leer el libro, y más tarde, como en la ceremonia celebrada en los montes Ebal y Gerizim, la ley debía ser leída íntegramente en presencia de todo el pueblo (véase Deuteronomio 31:11-13)». (Boice)
v. «La relación de Josué con el libro nos enseña una lección importante sobre el crecimiento y la aceptación del canon. Josué conocía personalmente a Moisés, el escritor del Pentateuco, junto con sus fortalezas y debilidades como hombre. Sabía que Moisés era un pecador y cometía errores, pues era solo un hombre. Sin embargo, tras la muerte de Moisés, Josué aceptó el Pentateuco como algo más que las palabras de Moisés; lo aceptó como escrito por Dios». (Shaeffer)
d. Porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien: Esta promesa de prosperidad y éxito para un Israel obediente repite temas que Dios había comunicado previamente al pueblo de Israel.
i. Harás prosperar […] saldrá bien: «En este pasaje no se menciona en absoluto el éxito financiero. De hecho, de las cincuenta y nueve veces que “slh” se refiere al éxito, y de las diez a once veces que este se hace palpable, solo una vez se habla remotamente de finanzas: en Ezequiel 16:13». (Howard)
ii. Bajo el nuevo pacto, el pueblo de Dios no recibe bendiciones principalmente por su obediencia, sino por su relación de amor y confianza en Jesucristo. Sin embargo, dado que los mandamientos de Dios son intrínsecamente buenos y sabios, hay una bendición inherente al conformarse a este diseño divino. Existe una gran bendición para el creyente al conocer y obedecer la Palabra de Dios.
e. Porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas: La exhortación final, que se repite de Josué 1:5, nos recuerda que el éxito de Josué no se basó únicamente en su habilidad para guardar la Palabra de Dios. La presencia de Dios con él fue un factor aún más importante.
C. Preparativos para cruzar el Jordán.
1. (10-11) La orden para los oficiales.
Y Josué mandó a los oficiales del pueblo, diciendo: Pasad por en medio del campamento y mandad al pueblo, diciendo: Preparaos comida, porque dentro de tres días pasaréis el Jordán para entrar a poseer la tierra que Jehová vuestro Dios os da en posesión.
a. Preparaos comida: Israel llegó a esta zona en el lado oriental del río Jordán en Números 20. Después de permanecer aquí durante el resto del libro de Números y todo el libro de Deuteronomio, Israel estaba a punto de pasar el Jordán y entrar en Canaán.
i. El llamado de Josué al pueblo «se caracterizó por la urgencia y la prontitud; en tan “solo tres días” las huestes debían avanzar hacia todo el conflicto y la dificultad que tiempo atrás había atemorizado a sus padres y los había hecho retroceder al desierto». (Morgan)
ii. Los oficiales del pueblo: «Las funciones de estos “oficiales” forman una contrapartida secular a las de los sacerdotes. Josué se dirigirá a ambos grupos, comenzando por los oficiales, cuyas responsabilidades son más amplias, ya que involucran a todo el pueblo». (Hess)
iii. Los acontecimientos del versículo 10 ocurrieron después del regreso de los espías de la misión descrita en Josué capítulo dos. Al igual que muchos libros de la Biblia, la historia en el libro de Josué no sigue un orden estrictamente cronológico.
b. A poseer la tierra: Esta posesión sería alcanzada mediante la conquista. Las guerras de conquista contra los cananeos comenzaron en Números 21, con la victoria sobre Arad, el cananeo.
i. A Israel le esperaban numerosas batallas contra los cananeos para tomar la tierra que Dios le había prometido, así como para llevar a cabo un juicio único contra ellos. Los grupos tribales de Canaán eran conocidos por su pecado y depravación y Dios les había dado, literalmente, cientos de años para arrepentirse (Génesis 15:13-16). Así como en ocasiones Dios usó a otras naciones para traer juicio sobre Israel, en este periodo el Señor utilizó a su propio pueblo para llevar a cabo juicio contra los cananeos.
ii. «¡Ay!, muchos en el pueblo de Dios aún se encuentran en esta insatisfactoria condición: han salido de Egipto, han visto cómo las profundidades engullían a sus enemigos, y están en camino hacia la Tierra Prometida; pero aún no han entrado en el verdadero reposo. Confiamos en que finalmente alcanzarán la paz de Dios, la cual sobrepasa todo entendimiento, ya que demuestran tener fe suficiente para ser considerados el pueblo de Dios. Por lo tanto, confiamos en que el Señor los guiará hacia adelante; aunque, a menudo parece que marchan mucho, pero avanzan muy poco. Por falta de fe, dan vueltas en círculos, cuando con un solo paso podrían poseer la Tierra Prometida de Canaán». (Spurgeon)
2. (12-15) Recordatorio a las tribus del este.
También habló Josué a los rubenitas y gaditas y a la media tribu de Manasés, diciendo: Acordaos de la palabra que Moisés, siervo de Jehová, os mandó diciendo: Jehová vuestro Dios os ha dado reposo, y os ha dado esta tierra. Vuestras mujeres, vuestros niños y vuestros ganados quedarán en la tierra que Moisés os ha dado a este lado del Jordán; mas vosotros, todos los valientes y fuertes, pasaréis armados delante de vuestros hermanos, y les ayudaréis, hasta tanto que Jehová haya dado reposo a vuestros hermanos como a vosotros, y que ellos también posean la tierra que Jehová vuestro Dios les da; y después volveréis vosotros a la tierra de vuestra herencia, la cual Moisés siervo de Jehová os ha dado, a este lado del Jordán hacia donde nace el sol; y entraréis en posesión de ella.
a. También habló Josué a los rubenitas y gaditas y a la media tribu de Manasés: Estas fueron las tribus que optaron por asentarse en el lado este del Jordán, una tierra que Israel ya había conquistado. Estas dos tribus y media habían prometido cruzar y ayudar al resto de la nación a tomar la tierra del lado oeste del río Jordán (Números 32:16-32).
b. Pasaréis armados delante de vuestros hermanos, y les ayudaréis: Este era el cumplimiento de la promesa que estas dos tribus y media habían hecho en Números 32. Aunque estas tribus ya ocupaban sus tierras, debían ayudar a sus hermanos que aún tenían que conquistar las suyas.
i. Este mismo principio opera en el cuerpo de Cristo. Cuando un miembro tiene una necesidad, se convierte en una necesidad común para todo el cuerpo (1 Corintios 12:25-26). Los creyentes nunca deben negarse a ayudar a un hermano necesitado solo porque ellos tengan sus necesidades resueltas.
3. (16-18) Las tribus del este prometen su lealtad a Josué.
Entonces respondieron a Josué, diciendo: Nosotros haremos todas las cosas que nos has mandado, e iremos adondequiera que nos mandes. De la manera que obedecimos a Moisés en todas las cosas, así te obedeceremos a ti; solamente que Jehová tu Dios esté contigo, como estuvo con Moisés. Cualquiera que fuere rebelde a tu mandamiento, y no obedeciere a tus palabras en todas las cosas que le mandes, que muera; solamente que te esfuerces y seas valiente.
a. Haremos todas las cosas que nos has mandado, e iremos adondequiera que nos mandes: Esta fue una demostración de unidad en Israel, la cual era esencial para cumplir el llamado y la promesa de Dios para ellos. Superaron la tentación de ver a las tribus del este como separadas del resto de Israel.
b. De la manera que obedecimos a Moisés en todas las cosas, así te obedeceremos a ti: La disposición del pueblo para recibir a Josué como su líder, en reemplazo de Moisés, confirmó las palabras anteriores del Señor a Josué en el mismo capítulo.
c. Solamente que te esfuerces y seas valiente: Los representantes de las tribus de Rubén, Gad y Manasés le dijeron a Josué lo mismo que él había escuchado previamente del Señor (Josué 1:6, 7, 9). Este es un ejemplo de cómo el pueblo de Dios se anima mutuamente con la Palabra de Dios.
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