Josué 7




Josué 7 – La derrota en Hai y el pecado de Acán

A. La derrota en Hai.

1. (1) No todo Israel obedeció la ley de las cosas consagradas.

Pero los hijos de Israel cometieron una prevaricación en cuanto al anatema; porque Acán hijo de Carmi, hijo de Zabdi, hijo de Zera, de la tribu de Judá, tomó del anatema; y la ira de Jehová se encendió contra los hijos de Israel.

a. Los hijos de Israel cometieron una prevaricación en cuanto al anatema: Josué le ordenó a la nación que no tomara ninguna de las cosas consideradas anatema (Josué 6:18-19). Estas incluían objetos asociados con la adoración y las prácticas demoníacas y degradantes de los cananeos, así como tesoros que serían destinados exclusivamente para la casa del Señor.

i. El capítulo comienza con la palabra «pero», conectándolo con el último versículo de Josué 6, que hablaba de la difusión de la fama de Josué. «Hay un contraste intencional. Aunque la fama de Josué se extendió debido a la caída de Jericó, la infidelidad de Israel provocó la ira de Dios» (Hess). Un líder de la obra de Dios puede gozar de gran fama y atención, mientras que el pecado corroe con su podredumbre mortal el pueblo de Dios.

ii. «Debemos aprender de esto que Dios toma en serio el pecado, incluso cuando nosotros no lo hacemos, y reconocer que el pecado es la verdadera causa de la derrota del pueblo de Dios». (Boice)

iii. Cometieron una prevaricación: «En términos más generales, el pecado de Israel se manifestó en su infidelidad al tomar las cosas consagradas para la destrucción. Este término (ml) se emplea para describir el adulterio de una esposa (véase Números 5:12-13), representando así una traición a la confianza existente entre dos partes». (Howard)

b. Al anatema: Las guerras libradas por Israel en Canaán no fueron, simplemente, conflictos de saqueo para beneficio personal; más bien, fueron instrumentos inusuales y sagrados en manos de Dios, utilizados para juzgar a una sociedad que había llegado al fin de su gracia. Por lo tanto, el botín o saqueo de Jericó se consideraba o como anatema, o como especialmente consagrado a Jehová

i. «Dios era el dueño de las cosas “consagradas” (ḥerem) en la toma de Jericó, como se menciona en Josué 6:18-19, 24. Tomar la propiedad que le pertenece a Dios constituye un acto de robo. Negar este robo equivale a engaño […]. Israel debía destruir las posesiones consagradas que tenía en su poder, o sería destruido de la misma manera que las posesiones consagradas». (Hess)

c. Y la ira de Jehová se encendió: La desobediencia de Israel atrajo la ira de Dios sobre ellos. Aunque los cananeos no podían derrotar a Israel, la desobediencia del propio pueblo podía conducirlos a la derrota al invocar el juicio correctivo de Dios.

i. «Aunque solo unoera culpable, la transgresión se imputaba a toda la congregación; como resultado, pronto toda la congregación sufrió vergüenza y desgracia debido a ello». (Clarke)

2. (2-3) Informe de los espías sobre la ciudad de Hai.

Después Josué envió hombres desde Jericó a Hai, que estaba junto a Bet-avén hacia el oriente de Bet-el; y les habló diciendo: Subid y reconoced la tierra. Y ellos subieron y reconocieron a Hai. Y volviendo a Josué, le dijeron: No suba todo el pueblo, sino suban como dos mil o tres mil hombres, y tomarán a Hai; no fatigues a todo el pueblo yendo allí, porque son pocos.

a. Y ellos subieron y reconocieron a Hai: Cuando los espías que regresaron recomendaron enviar solo dos o tres mil hombres, esa recomendación podría haber sido una expresión de fe o de confianza en sí mismos. Al final, no importaba cuál de las dos fuera la motivación. En su estado de desobediencia, Israel podría haber enviado cien mil soldados contra Hai y aun así no habría hecho ninguna diferencia.

i. «Esta fue la primera vez en la conquista que Josué actuó por iniciativa propia, y estaba condenado al fracaso. Resulta ominoso que Josué no buscara la guía del Señor. La gran victoria en Jericó lo hizo confiarse demasiado de la ayuda de Dios». (Madvig)

ii. A Hai: «Este es el lugar llamado Hai, como se menciona en Génesis 12:8. Estaba ubicado al este de Bet-el y al norte de Jericó, a una distancia de aproximadamente diez o doce millas». (Clarke)

b. No fatigues a todo el pueblo yendo allí, porque son pocos: El éxito de Israel en la conquista de Canaán dependía de su completa entrega a Dios. La rebelión de Acán demostró que, en ese aspecto, no estaban verdaderamente comprometidos con Jehová; por lo tanto, se volvieron impotentes, incluso ante enemigos relativamente pequeños y débiles.

3. (4-5) Israel es derrotado en Hai.

Y subieron allá del pueblo como tres mil hombres, los cuales huyeron delante de los de Hai. Y los de Hai mataron de ellos a unos treinta y seis hombres, y los siguieron desde la puerta hasta Sebarim, y los derrotaron en la bajada; por lo cual el corazón del pueblo desfalleció y vino a ser como agua.

a. Y subieron allá del pueblo como tres mil hombres: Josué, un líder militar sabio, decidió enviar el mayor número de soldados según le dictaba su inteligencia militar, como se menciona en Josué 7:3. Sin embargo, el número de hombres no cambió el resultado. Israel fue derrotado en Hai y huyeron delante de los de Hai.

i. «Cuando contamos con la presencia de Dios, Jericó no es demasiado fuerte para no ser capturada; pero cuando nos alejamos de Él a causa de nuestro pecado, Hai no es demasiado débil para no derrotarnos». (Maclaren)

b. Y los de Hai mataron de ellos a unos treinta y seis hombres: Los treinta y seis hombres muertos representaban treinta y seis bajas adicionales en comparación con las que murieron en Jericó, una ciudad que se consideraba mucho más difícil de conquistar. Aunque este número era pequeño desde el punto de vista militar, el significado de estas pérdidas fue un desastre para Israel. Indicaba que Israel podía ser derrotado en la Tierra Prometida

i. Hasta Sebarim: «Sebarim, que significa brechas o lugares rotos, puede aplicarse aquí a las filas de los israelitas, que fueron quebrantadas por los hombres de Hai. Aunque hubo pocas bajas, el pueblo fue totalmente derrotado. Presa del pánico, huyeron en medio de una gran confusión». (Clarke)

ii. La derrota en Hai demostró que lo crucial no era la fuerza del oponente, sino la ayuda de Dios. Sin ella, todo estaba perdido

c. Por lo cual el corazón del pueblo desfalleció y vino a ser como agua: El pueblo de Israel tenía motivos válidos para tener miedo. Su pánico era completamente lógico, ya que, si Dios no peleaba por ellos, solo podían esperar la derrota.

i. «Las mismas palabras que Rahab utilizó para describir a la desmoralizada población de Jericó (Josué 2:9, 11; comparar con 5:1) se aplican aquí a Israel». (Madvig)

B. En un momento de crisis, Josué se dirige al Señor.

1. (6-9) El temor de Josué: La infidelidad de Dios como la causa de la derrota en Hai.

Entonces Josué rompió sus vestidos, y se postró en tierra sobre su rostro delante del arca de Jehová hasta caer la tarde, él y los ancianos de Israel; y echaron polvo sobre sus cabezas. Y Josué dijo: ¡Ah, Señor Jehová! ¿Por qué hiciste pasar a este pueblo el Jordán, para entregarnos en las manos de los amorreos, para que nos destruyan? ¡Ojalá nos hubiéramos quedado al otro lado del Jordán! ¡Ay, Señor! ¿qué diré, ya que Israel ha vuelto la espalda delante de sus enemigos? Porque los cananeos y todos los moradores de la tierra oirán, y nos rodearán, y borrarán nuestro nombre de sobre la tierra; y entonces, ¿qué harás tú a tu grande nombre?

a. Entonces Josué rompió sus vestidos: Josué siguió las costumbres de su cultura en tiempos de luto por los muertos. Él y los ancianos de Israel rasgaron sus vestiduras y echaron polvo sobre sus cabezas. No solo lloraban la muerte de treinta y seis hombres, sino que también lamentaban la pérdida de la bendición, la guía y la protección de Dios.

b. ¡Ah, Señor Jehová! ¿Por qué hiciste pasar a este pueblo el Jordán…?: Para Josué y los ancianos de Israel, esta derrota fue una calamidad nacional. Comprendían que cada batalla era importante y que siempre había una razóndetrás de la derrota.

i. «Aunque no se podía esperar que Josué supiera del pecado de Acán, su confianza en la fidelidad de Dios debería haberlo llevado a buscar en otra parte la razón de la derrota de Israel». (Madvig)

c. ¡Ojalá nos hubiéramos quedado al otro lado del Jordán!: Josué sabía que si la bendición, la guía y la protección de Dios no estaban con ellos, habría sido mejor que no hubieran llegado a Canaán. Sin la intervención salvadora de Dios, todo estaría perdido.

i. Israel dependía tanto de Dios que la pérdida de su apoyo constante o la disminución de su mano de bendición significaba un desastre seguro. Tristemente, muchas iglesias y ministerios dependen tanto de los programas y el poder de los hombres que, si Dios retirara su bendición y guía, no se notaría durante mucho tiempo.

d. Entonces, ¿qué harás tú a tu grande nombre?: La mayor preocupación de Josué era la gloria de Dios. Cuando el pueblo de Dios tropieza o fracasa, su mayor desilusión debe ser haber causado una gran vergüenza al grande nombre de Dios.

2. (10-11) La verdadera razón de la derrota: Israel ha pecado.

Y Jehová dijo a Josué: Levántate; ¿por qué te postras así sobre tu rostro? Israel ha pecado, y aun han quebrantado mi pacto que yo les mandé; y también han tomado del anatema, y hasta han hurtado, han mentido, y aun lo han guardado entre sus enseres.

a. Israel ha pecado: Dios habló directamente a Josué y a Israel y les explicó que Él no le había fallado a Israel. La derrota fue causada por el pecado del pueblo de Israel. El problema no era con Dios, sino con su pueblo.

i. Esta fue la razón por la que Dios le dijo a Josué que «se levantara». Josué no necesitaba pedirle a Dios que cambiara su corazón hacia Israel. Josué tenía que cambiar el corazón de Israel ante Dios. Schaeffer parafraseó la respuesta de Dios a Josué: «¿No lo recuerdas, Josué? No deberías estar aquí postrado sobre tu rostro. Deberías estar afuera lidiando con el pecado entre el pueblo, porque el pecado ha hecho la diferencia».

ii. Dios provee al creyente con los recursos para la victoria sobre el pecado, pero nunca, en esta vida terrenal, privará a su pueblo de la capacidad de elegir entre el pecado y la obediencia en un momento determinado.

b. Israel ha pecado […] han […] han […] también han: Dios explicó que Israel había pecado, no solo un hombre. Toda la nación fue declarada culpable, y treinta y seis hombres habían muerto, todo debido al pecado de un hombre y su familia.

i. Cientos de años después, el mismo principio estaba funcionando entre los creyentes de Corinto. Con respecto al pecado dentro de la iglesia de Corinto, Pablo escribió: «¿No sabéis que un poco de levadura leuda toda la masa?» (1 Corintios 5:6). Una pequeña cantidad de pecado aceptado y tolerado entre el pueblo de Dios puede invitar a la respuesta de Dios contra todo el grupo.

ii. «Este pasaje muestra que Dios no estaba sujeto a la acusación de doble moral en cuanto a su tratamiento de Israel y los cananeos. Había ordenado a Israel exterminar a los cananeos debido a su pecado, pero aquí permitió que todo Israel se viera afectado por el pecado de un hombre». (Howard)

c. También han tomado del anatema, y hasta han hurtado, han mentido: Este fue el pecado de tomar cosas que fueron dedicadas exclusivamente a Dios. Estos objetos estaban destinados para el tabernáculo o para su completa destrucción. Cuando este hombre tomó algunas de las cosas anatema, estaba robándole a Dios y engañando al pueblo de Israel.

i. No honrar a Dios a través de la entrega de ofrendas era considerado como robarle a Dios (Malaquías 3:8-11). Bajo la ley de Israel, si alguien deseaba retener algo que pertenecía a Dios, tenía que compensarlo dando a Dios el valor del objeto más un 20% como penalización (un quinto) (Levítico 22:14, 27:15, 27:19, 27:31). Esta cantidad era la misma requerida para la restitución en caso de robo (Levítico 6:4-5).

ii. El Nuevo Testamento nos enseña que el acto de dar debe ser regular y proporcional (1 Corintios 16:1-2), así como generoso, con propósito y alegre (2 Corintios 9:6-8). Cuando no damos como Dios nos indica, debemos considerarlo como pecado y arrepentirnos de ello.

3. (12-13) El efecto del pecado: Israel pierde el poder para enfrentar a sus enemigos.

Por esto los hijos de Israel no podrán hacer frente a sus enemigos, sino que delante de sus enemigos volverán la espalda, por cuanto han venido a ser anatema; ni estaré más con vosotros, si no destruyereis el anatema de en medio de vosotros. Levántate, santifica al pueblo, y di: Santificaos para mañana; porque Jehová el Dios de Israel dice así: Anatema hay en medio de ti, Israel; no podrás hacer frente a tus enemigos, hasta que hayáis quitado el anatema de en medio de vosotros.

a. Por esto los hijos de Israel no podrán hacer frente a sus enemigos: Israel no podía luchar investido del poder de Dios y de su presencia si no andaba en obediencia a Él. Estaba bajo un pacto con Dios que prometía bendición por su obediencia y maldiciones por su desobediencia (Levítico 26, Deuteronomio 28).

i. Los creyentes de hoy no están bajo el mismo pacto. La posición del creyente con Dios está establecida por la obra de Jesús a nuestro favor, no por nuestras obras. Sin embargo, si deseamos el poder y la presencia de Dios en nuestras batallas diarias para vivir justamente, debemos caminar en compañerismo con Él. Este compañerismo se ve obstaculizado por el pecado y la rebelión del creyente.

ii. Aunque la posición del creyente ante Dios es segura en Jesús, su comunión con Él puede ser obstaculizada por su pecado (1 Juan 1:6). Esta comunión con Dios es la fuente de poder para la vida en el Espíritu.

b. Han venido a ser anatema: Este era el trágico destino de un Israel desobediente bajo la Ley de Moisés. Las maldiciones descritas en Levítico 26 y Deuteronomio 28 seguramente los alcanzarían y traerían gran destrucción.

c. No podrás hacer frente a tus enemigos, hasta que hayáis quitado el de en medio de vosotros: Israel no podía continuar con éxito su conquista de Canaán sin tratar con el objeto anatema que debía haber sido consagrado a Dios pero que fue tomado para beneficio humano.

i. «Cuando no se cuida la vida en la iglesia o la doctrina, la bendición se detiene tanto como cuando un individuo peca. El pecado entre el pueblo de Dios puede disminuir la bendición o detenerla por completo, hasta que ese pecado sea confesado, juzgado y eliminado». (Schaeffer)

ii. «Ningún cristiano puede pecar sin afectar a toda la Iglesia. Del mismo modo, ningún hijo de Dios puede enfriarse en su vida espiritual sin que ello influya en los que le rodean. La victoria de la comunidad depende en gran medida de la vida victoriosa de cada miembro individual de la iglesia». (Redpath)

4. (14-15) Instrucciones para el juicio por el pecado.

Os acercaréis, pues, mañana por vuestras tribus; y la tribu que Jehová tomare, se acercará por sus familias; y la familia que Jehová tomare, se acercará por sus casas; y la casa que Jehová tomare, se acercará por los varones; y el que fuere sorprendido en el anatema, será quemado, él y todo lo que tiene, por cuanto ha quebrantado el pacto de Jehová, y ha cometido maldad en Israel.

a. La tribu que Jehová tomare: Aunque Josué desconocía la identidad de la familia pecadora, esta era conocida por Dios. El pecado puede permanecer oculto entre los hombres, pero nunca pasa desapercibido ante Dios. Vivir con esta conciencia puede ayudar al creyente a caminar en obediencia.

i. «Sin embargo, durante todo este tiempo, Acán no mostró arrepentimiento ni confesó su culpa. El diablo lo mantenía atado, y su corazón estaba endurecido por la trampa de ese maldito pecado de la codicia. Esta maldición tiene el poder de transformar los corazones de los hombres en tierra y lodo, para luego congelarlos y endurecerlos como acero y adamanto». (Trapp)

b. El que fuere sorprendido en el anatema, será quemado: El juicio contra el individuo pecador sería firme y completo. Una vez resuelto este asunto, la bendición podría volver a extenderse sobre todo Israel.

C. El juicio público por el pecado de Acán.

1. (16-18) Dios revela la identidad del jefe de la familia que había pecado.

Josué, pues, levantándose de mañana, hizo acercar a Israel por sus tribus; y fue tomada la tribu de Judá. Y haciendo acercar a la tribu de Judá, fue tomada la familia de los de Zera; y haciendo luego acercar a la familia de los de Zera por los varones, fue tomado Zabdi. Hizo acercar su casa por los varones, y fue tomado Acán hijo de Carmi, hijo de Zabdi, hijo de Zera, de la tribu de Judá.

a. Fue tomado Acán hijo de Carmi, hijo de Zabdi, hijo de Zera, de la tribu de Judá: El texto no explica cómose seleccionó o identificó a la tribu, la familia y el individuo. Es posible que Josué o el sumo sacerdote hayan utilizado el Urim y Tumim (Éxodo 28:30).

i. La utilización del Urim y el Tumim como herramientas de discernimiento se describe en varias ocasiones (Números 27:21; 1 Samuel 28:6; Esdras 2:63; Nehemías 7:65), y su empleo puede estar implícito en otros pasajes (Jueces 1:1, 20:18, 20:23). Comúnmente se piensa que el empleo del Urim y el Tumim consistía en sacar piedras de una bolsa, una indicaba «sí» y la otra «no». Al preguntar, por ejemplo: «¿Es esta la tribu/clan/familia/hogar?», y recibir un sí o un no como respuesta, se podía identificar a un individuo entre todo Israel.

b. Acán hijo de Carmi: Acán sabía que era el culpable, y debió ser angustioso para él ver que su tribu, clan, familia y hogar eran señalados, hasta que se reveló que él era el responsable. Acán se llenó de arrepentimiento, pero ya era demasiado tarde.

i. De alguna manera, tomar de Jericó algunas de las cosas consideradas anatema complació a Acán. Disfrutó tenerlas, complacido por la emoción de la transgresión y la perspectiva de aumentar su riqueza. Sentía alivio al no ser descubierto de inmediato y se regocijaba al poder esconderlas. Sin embargo, esos placeres eran reales, pero efímeros, temporales. El castigo por su pecado superaría cualquier placer que este le hubiera proporcionado, y su duración sería mucho mayor que el placer momentáneo del pecado.

ii. «Me he preguntado a menudo por qué si solo Acán cometió el pecado, esto trajo la derrota sobre todo Israel a las puertas de Hai. Me pregunto cuántos Acanes podría haber aquí esta mañana. Me sentiría más tranquilo si pensara que solo hay uno, pero temo que haya muchos más con algo anatema escondido en su interior: ya sea el amor al dinero, prácticas comerciales equivocadas, temperamentos implacables o un espíritu envidioso hacia sus hermanos cristianos». (Spurgeon)

2. (19-21) Josué confronta a Acán y él confiesa.

Entonces Josué dijo a Acán: Hijo mío, da gloria a Jehová el Dios de Israel, y dale alabanza, y declárame ahora lo que has hecho; no me lo encubras. Y Acán respondió a Josué diciendo: Verdaderamente yo he pecado contra Jehová el Dios de Israel, y así y así he hecho. Pues vi entre los despojos un manto babilónico muy bueno, y doscientos siclos de plata, y un lingote de oro de peso de cincuenta siclos, lo cual codicié y tomé; y he aquí que está escondido bajo tierra en medio de mi tienda, y el dinero debajo de ello.

a. Hijo mío, da gloria a Jehová el Dios de Israel, y dale alabanza: Incluso después de cometer y encubrir un pecado, es posible dar gloria a Jehová al confesarlo abierta y honestamente. El pecado oculto siempre ejerce un poder especial sobre quien lo practica.

i. La confesión abierta del pecado es una manera importante en que las personas pueden dar gloria a Dios. A menudo, preferiríamos glorificar a Dios de cualquier otra manera, pero las palabras de Josué siguen siendo válidas. Él llamó a Acán a hacer una confesión abierta de su pecado y, al hacerlo, dar gloria a Jehová el Dios de Israel.

ii. Este no es el único lugar en las Escrituras donde la idea de dar gloria a Dios y confesar el pecado están vinculadas. En 1 Samuel 6:5, Malaquías 2:2 y Juan 9:24, encontramos la misma idea resaltada.

iii. La confesión de pecado trae gloria a Dios de varias maneras:

·Es un reconocimiento de la omnisciencia, la justicia, la autoridad y los juicios de Dios.

·Es una demostración del deseo de estar en una relación y comunión correctas con Dios.

iv. «La confesión de pecados es una doctrina descuidada que a menudo encuentra su lugar legítimo solo en tiempos de avivamiento. Es entonces, cuando el Espíritu Santo viene con un poder doblemente condenatorio, y resulta imposible que el creyente errado encuentre paz mental mientras el mal no sea confesado». (J. Edwin Orr)

b. Un manto babilónico muy bueno, y doscientos siclos de plata, y un lingote de oro de peso de cincuenta siclos: Aunque lo obtenido por Acán podría haber sido suficiente para enriquecerlo a él y a su familia, en comparación con las vidas de los treinta y seis hombres que murieron en Hai y el bienestar de toda la nación, lo que Acán ganó resultaba insignificante. En verdad, como nos enseña 1 Timoteo 6:10, «raíz de todos los males es el amor al dinero».

i. Un manto babilónico muy bueno: «Es muy probable que este manto fuera el del rey de Jericó, ya que la misma palabra se utiliza en Jonás 3:6 para referirse al manto del rey de Nínive, quien se despojó de él como un acto de humildad ante Dios». (Clarke)

c. Lo cual codicié y tomé: La honestidad de Acán fue bienvenida. Podría haber ofrecido muchas excusas, pero optó por revelar honestamente su codicia y su robo. La culpabilidad de Acán era evidente desde el principio, ya que escondiócuidadosamente los artículos robados.

i. «Este versículo nos proporciona un ejemplo notable del avance del pecado: 1. Entra por el ojo; 2. penetra en el corazón; 3. entra en acción a través de las manos; y, 4. conduce al secretismo y al disimulo. Yo vi, codicié, tomé y oculté en la tierra». (Clarke)

ii. «Los mismos tres verbos (“vi”, “codicié”, “tomé”) se encuentran en el relato de la Caída (Génesis 3:6)». (Madvig)

iii. Acán pudo haber racionalizado su pecado de muchas maneras:

·«Nadie lo sabrá».

·«Estas cosas no se echarán de menos».

·«Seré admirado con esta hermosa vestimenta babilónica».

·«La gente a la que le estoy quitando esto es mala, merecedora de juicio».

·«No le estoy haciendo daño a nadie».

·«Me merezco esto».

iv. Ninguna de estas excusas o racionalizaciones justifica lo que hizo Acán. Los creyentes deben evitar excusarse por su pecado y confesarlo tan honestamente como lo hizo Acán. Maclaren observó acertadamente lo siguiente acerca de la codicia de Acán: «¿Alguien oyó alguna vez que se ejerciera la disciplina eclesiástica sobre hombres que cometieron el pecado de Acán? Él fue apedreado hasta morir, pero nosotros colocamos a nuestros Acanes en altos puestos en la Iglesia».

v. «Acán fue, en cierto sentido, honesto; pero esta honestidad llegó demasiado tarde. Su silencio durante el largo proceso de echar suertes es prueba de la dureza de su corazón. Mientras la selección se acercaba más y más a él (primero a su tribu, luego a su clan, después a su familia), evidentemente, esperaba evitar ser descubierto. Su confesión no es indicativa de arrepentimiento, ya que es probable que no hubiera confesado si no lo hubieran descubierto». (Madvig)

vi. «Aunque la confesión que hizo Acán fue completa, carecía de valor. Esta falta de valor radicaba en el hecho de que nunca ocurrió hasta que no tuvo otra opción más que confesar». (Morgan)

2. (22-26) La confesión confirmada, y el juicio ejecutado.

Josué entonces envió mensajeros, los cuales fueron corriendo a la tienda; y he aquí estaba escondido en su tienda, y el dinero debajo de ello. Y tomándolo de en medio de la tienda, lo trajeron a Josué y a todos los hijos de Israel, y lo pusieron delante de Jehová. Entonces Josué, y todo Israel con él, tomaron a Acán hijo de Zera, el dinero, el manto, el lingote de oro, sus hijos, sus hijas, sus bueyes, sus asnos, sus ovejas, su tienda y todo cuanto tenía, y lo llevaron todo al valle de Acor. Y le dijo Josué: ¿Por qué nos has turbado? Túrbete Jehová en este día. Y todos los israelitas los apedrearon, y los quemaron después de apedrearlos. Y levantaron sobre él un gran montón de piedras, que permanece hasta hoy. Y Jehová se volvió del ardor de su ira. Y por esto aquel lugar se llama el Valle de Acor, hasta hoy.

a. Sus hijos, sus hijas: Los hijos e hijas de Acán tenían un conocimiento específico del pecado, ya que es poco probable que él hubiera podido enterrar tanto debajo de su tienda sin que ellos lo supieran. Al mismo tiempo, no necesariamente fueron apedreados junto con Acán. Es probable que, en lugar de ser ejecutados con su padre, los hijos de Acán fueran llevados a presenciar el juicio en su contra.

i. Hay un uso notable del singular en Josué 7:23, 24 y 26 (lo, él), en referencia a una persona que está siendo apedreada. El uso del plural en Josué 7:25 (los), posiblemente, hace referencia a las posesiones de Acán, no a sus hijos.

ii. «Con gran respeto hacia las opiniones de los demás, me pregunto: ¿Se puede demostrar de manera convincente a partir del texto que los hijos e hijas de Acán fueron apedreados y quemados junto con su padre? El texto ciertamente deja esta cuestión en duda; pero parece más bien insinuar que solo Acán fue apedreado, mientras que sus posesiones eran quemadas». (Clarke)

iii. Lo pusieron delante de Jehová: La devolución de los bienes y su exhibición delantedeJehová simbolizan el retorno por parte de Israel de estos artículos a la posesión de Dios». (Hess)

iv. «Al violar el mandato de Dios con respecto al botín de Jericó, Acán se colocó en la misma posición que los habitantes de Jericó: él también sería destinado a la destrucción. De hecho, sus acciones lo habían convertido en un cananeo». (Howard)

b. Aquel lugar se llama el Valle de Acor, hasta hoy: Los israelitas nombraron acertadamente este lugar «Valle de la Angustia» o «Desastre». Fue un problema tanto para Israel, debido a la derrota en Hai y lo que esto podría significar para la continuación de la conquista de Canaán, como para Acán y su familia, quienes fueron severamente juzgados por su pecado.

i. Adam Clarke ofreció una advertencia oportuna: «Lector, ¿has experimentado el rostro de Dios volverse contra ti debido a alguna transgresión privada? ¿No está sufriendo tu familia como consecuencia de algo en tu vida privada? Oh, examina y prueba tus caminos, regresa a Dios y humíllate ante Él, no sea que tu iniquidad te descubra al instante».

c. Y Jehová se volvió del ardor de su ira: Incluso un pecado tan grave como el de Acán puede ser perdonado, y tal experiencia puede contribuir a la victoria y al éxito futuros. Después de tratar con el pecado de Acán, Israel estaba nuevamente en posición de caminar en el poder, la protección y la guía de Dios.

i. Este tipo de victoria solo se logra a través de la muerte. El creyente de hoy debe morir a esos pecados que lo acosan y reconocer que «los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos» (Gálatas 5:24). El poder y la victoria de la resurrección de Jesús están disponibles para los creyentes cuando crucifican su carne con Él todos los días.

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