Josué 13




Josué 13 – La tierra restante, incluidas las asignaciones al este del Jordán

A. La orden de Dios a Josué sobre la tierra que quedaba por conquistar.

1. (1) Dios le habla a Josué, ya anciano, sobre la tierra que quedaba por poseer.

Siendo Josué ya viejo, entrado en años, Jehová le dijo: Tú eres ya viejo, de edad avanzada, y queda aún mucha tierra por poseer.

a. Tú eres ya viejo: Aunque Josué vivió hasta los 110 años (Josué 24:29), es probable que tuviera entre 90 y 95 años en este momento. A pesar de su avanzada edad, Dios le encomendó más trabajo que hacer. Esto nos recuerda que, incluso en etapas avanzadas de la vida, Dios tiene tareas para su pueblo.

b. Queda aún mucha tierra por poseer: Esto era cierto con respecto a la tierra al oeste del Jordán. Los principales centros de poder cananeo habían sido derrotados, pero Israel aún tenía que ocupar la tierra y vencer a los grupos más pequeños de cananeos que pudieran oponérsele. Por otro lado, en el lado este del Jordán, esta ocupación completa ya había tenido lugar.

c. Por poseer: Por una analogía espiritual, lo que la tierra era para Israel, Jesús es para el creyente. Los cristianos deben esforzarse constantemente por poseer más de Cristo, y seguir creciendo en su relación y confianza en Él.

i. «Así como la tierra era para Israel, Cristo es para nosotros. En las páginas de la Palabra de Dios está trazado todo el territorio que debemos poseer… Y para cada uno de nosotros, es una verdad que todavía hay mucha tierra por poseer. Nuestra herencia en Cristo no es solo una parte de Él, sino que abarca todo Cristo». (Redpath)

ii. «En cualquier aspecto que consideremos del propósito divino para nosotros, debemos reconocer: “Queda mucha tierra por poseer”. Nunca hemos ocupado todo el territorio provisto para nosotros en la intención divina, y siempre estamos terriblemente inclinados a estar satisfechos con menos de lo que está en la voluntad de Dios para nosotros». (Morgan)

2. (2-6a) La descripción de la tierra que queda por ocupar.

Esta es la tierra que queda: todos los territorios de los filisteos, y todos los de los gesureos; desde Sihor, que está al oriente de Egipto, hasta el límite de Ecrón al norte, que se considera de los cananeos; de los cinco príncipes de los filisteos, el gazeo, el asdodeo, el ascaloneo, el geteo y el ecroneo; también los aveos; al sur toda la tierra de los cananeos, y Mehara, que es de los sidonios, hasta Afec, hasta los límites del amorreo; la tierra de los giblitas, y todo el Líbano hacia donde sale el sol, desde Baal-gad al pie del monte Hermón, hasta la entrada de Hamat; todos los que habitan en las montañas desde el Líbano hasta Misrefotmaim, todos los sidonios…

a. Esta es la tierra que queda: Lo que sigue describe una cantidad considerable de territorio que Israel aún tenía que poseer. Aunque los reyes principales habían sido derrotados (Josué 12:7-24), las tribus de Israel tenían que extenderse por toda Canaán y tomar posesión real de la tierra. Sin embargo, esto no sería fácil, ya que todavía quedaban cananeos dispuestos a luchar contra Israel por la tierra.

i. Los territorios de los filisteos: «Los filisteos originalmente migraron desde Caftor (Creta) como parte del movimiento de los “Pueblos del Mar”, que invadieron Egipto y Palestina alrededor del año 1200 a.C. Continuaron oprimiendo y hostigando a los israelitas durante el período de los Jueces y durante el reinado de Saúl, hasta que finalmente fueron sometidos por David». (Madvig)

ii. «Para el cristiano, el fracaso de Israel en la conquista de la tierra anticipa plenamente la incapacidad de disfrutar del pleno favor de la bendición de Dios en esta vida (1 Corintios 10:1-13). Los cristianos, aunque llamados a la santidad perfecta, no son perfectos. Viven en una tensión constante entre las recompensas de una vida plenamente vivida en el Espíritu Santo, que están disponibles aquí y ahora, y su propio fracaso, que impide la plena apropiación de esas dádivas». (Hess)

3. (6b-7) Se describe el método de Dios para poseer la tierra.

Yo los exterminaré delante de los hijos de Israel; solamente repartirás tú por suerte el país a los israelitas por heredad, como te he mandado. Reparte, pues, ahora esta tierra en heredad a las nueve tribus, y a la media tribu de Manasés.

a. Yo los exterminaré delante de los hijos de Israel: Dios prometió: «Yo los exterminaré delante de los hijos de Israel», pero su intención era que cada tribu confiara en Él para conquistar la porción de tierra que les fuera asignada por sorteo. Así como Dios estuvo con Josué en sus batallas contra los principales reyes de Canaán, estaría con las tribus mientras luchaban por tomar posesión de las porciones de tierra que les correspondían.

i. «El Señor reafirmó su promesa de expulsar a los habitantes de la tierra (cf. Josué 3:10). Sin embargo, a partir de ese momento, las conquistas serían responsabilidad de cada tribu. Además, la promesa era condicionada y nunca se cumplió del todo debido a la obediencia incompleta de Israel». (Madvig)

b. Reparte, pues, ahora esta tierra en heredad a las nueve tribus, y a la media tribu de Manasés: Cada tribu era responsable de poseer completamente su propia tierra. Dios enfatizó la idea de la responsabilidad y la iniciativa personales. Esto no solo es porque así es como se llevan a cabo las cosas, sino también porque así es como la gente es bendecida en el servicio. El pueblo de Dios es bendecido al asumir personalmente la responsabilidad y la iniciativa, confiando en Dios para llevar a cabo lo que Él le ha llamado a hacer.

i. «Para que el pueblo escogido pudiera completar la conquista y poseer la tierra en su totalidad, era necesario dividirla entre ellos, de modo que toda el área pudiera ser cubierta». (Morgan)

B. Asignación de tierras al este del Jordán.

1. (8-13) La tierra al este del río Jordán.

Porque los rubenitas y gaditas y la otra mitad de Manasés recibieron ya su heredad, la cual les dio Moisés al otro lado del Jordán al oriente, según se la dio Moisés siervo de Jehová; desde Aroer, que está a la orilla del arroyo de Arnón, y la ciudad que está en medio del valle, y toda la llanura de Medeba, hasta Dibón; todas las ciudades de Sehón rey de los amorreos, el cual reinó en Hesbón, hasta los límites de los hijos de Amón; y Galaad, y los territorios de los gesureos y de los maacateos, y todo el monte Hermón, y toda la tierra de Basán hasta Salca; todo el reino de Og en Basán, el cual reinó en Astarot y en Edrei, el cual había quedado del resto de los refaítas; pues Moisés los derrotó, y los echó. Mas a los gesureos y a los maacateos no los echaron los hijos de Israel, sino que Gesur y Maaca habitaron entre los israelitas hasta hoy.

a. Porque los rubenitas y gaditas y la otra mitad de Manasés recibieron ya su heredad: Este pasaje describe la porción de tierra dividida entre Rubén, Gad y la mitad de la tribu de Manasés. Anteriormente, este territorio pertenecía al rey Sehón de los amorreos y al rey Og de Basán.

i. «Esta era su heredad, concedida por Jehová. Dios fue la fuente de la tierra otorgada a Israel, y en varios pasajes significativos, la entrega de la tierra y la herencia están vinculadas. Lo que Dios dio, Israel debía recibirlo tomando posesión de ello». (Howard)

b. Mas a los gesureos y a los maacateos no los echaron los hijos de Israel: Solo dos pequeñas tribus de pueblos no fueron reemplazadas por las tribus judías que se asentaron en el lado este del Jordán. Estos fueron los gesureos y los maacateos.

i. «Se reconoce el peligro de que este pueblo se contentara con las victorias ya obtenidas, y no cumpliera con todos los propósitos de Dios para ellos». (Morgan)

ii. Gesur parece haber sido absorbido por Israel. Más tarde, David se casó con una princesa de Gesur, quien fue la madre de su hijo Absalón (2 Samuel 3:3). Absalón, a su vez, regresó a Gesur y la utilizó como lugar para conspirar contra su padre David (2 Samuel 13:37-38, 14:23 y 14:32).

iii. Los maacateos pueden proceder de Maaca, mencionado en Génesis 22:24 como sobrino de Abraham. Más tarde, cuando Seba se rebeló contra David, este último huyó y pudo haberse refugiado en una de las ciudades de los maacateos (2 Samuel 20:14-15).

2. (14) La situación especial de la tribu de Leví.

Pero a la tribu de Leví no dio heredad; los sacrificios de Jehová Dios de Israel son su heredad, como él les había dicho.

a. Pero a la tribu de Leví no dio heredad: A la tribu sacerdotal de Leví no se le asignó tierras como a las otras tribus. En cambio, se le otorgó ciertas ciudades, como se ordenó en Números 35:1-8 y se cumplió en Josué 20-21.

b. Los sacrificios de Jehová Dios de Israel son su heredad: En lugar de tierras, los levitas recibían como herencia las ofrendas que Israel traería al Señor. Su provisión no dependía únicamente de la tierra, sino también de las ofrendas presentadas por Israel.

3. (15-23) La porción de tierra de Rubén.

Dio, pues, Moisés a la tribu de los hijos de Rubén conforme a sus familias. Y fue el territorio de ellos desde Aroer, que está a la orilla del arroyo de Arnón, y la ciudad que está en medio del valle, y toda la llanura hasta Medeba; Hesbón, con todas sus ciudades que están en la llanura; Dibón, Bamot-baal, Bet-baal-meón, Jahaza, Cademot, Mefaat, Quiriataim, Sibma, Zaret-sahar en el monte del valle, Bet-peor, las laderas de Pisga, Bet-jesimot, todas las ciudades de la llanura, y todo el reino de Sehón rey de los amorreos, que reinó en Hesbón, al cual derrotó Moisés, y a los príncipes de Madián, Evi, Requem, Zur, Hur y Reba, príncipes de Sehón que habitaban en aquella tierra. También mataron a espada los hijos de Israel a Balaam el adivino, hijo de Beor, entre los demás que mataron. Y el Jordán fue el límite del territorio de los hijos de Rubén. Esta fue la heredad de los hijos de Rubén conforme a sus familias, estas ciudades con sus aldeas.

a. Conforme a sus familias: Dios repartió la tierra a Israel según sus tribus, clanes y familias. La tierra debía permanecer en la familia para siempre.

b. También mataron a espada los hijos de Israel a Balaam el adivino, hijo de Beor: Durante la conquista de la tierra que más tarde heredaría la tribu de Rubén, Balaam fue asesinado cuando Moisés derrotó a los príncipes de Madián.

4. (24-28) La porción de tierra de Gad.

Dio asimismo Moisés a la tribu de Gad, a los hijos de Gad, conforme a sus familias. El territorio de ellos fue Jazer, y todas las ciudades de Galaad, y la mitad de la tierra de los hijos de Amón hasta Aroer, que está enfrente de Rabá. Y desde Hesbón hasta Ramat-mizpa, y Betonim; y desde Mahanaim hasta el límite de Debir; y en el valle, Bet-aram, Bet-nimra, Sucot y Zafón, resto del reino de Sehón rey de Hesbón; el Jordán y su límite hasta el extremo del mar de Cineret al otro lado del Jordán, al oriente. Esta es la heredad de los hijos de Gad por sus familias, estas ciudades con sus aldeas.

a. Esta es la heredad de los hijos de Gad: Esta área de tierra, marcada por nombres, geografía y gobernantes, fue asignada a la tribu de Gad. Esto sirve como un recordatorio de que esta tierra era real, no solo una promesa espiritual.

5. (29-32) La porción de la tierra de la media tribu de Manasés.

También dio Moisés heredad a la media tribu de Manasés; y fue para la media tribu de los hijos de Manasés, conforme a sus familias. El territorio de ellos fue desde Mahanaim, todo Basán, todo el reino de Og rey de Basán, y todas las aldeas de Jair que están en Basán, sesenta poblaciones, y la mitad de Galaad, y Astarot y Edrei, ciudades del reino de Og en Basán, para los hijos de Maquir hijo de Manasés, para la mitad de los hijos de Maquir conforme a sus familias.Esto es lo que Moisés repartió en heredad en los llanos de Moab, al otro lado del Jordán de Jericó, al oriente.

a. Heredad a la media tribu de Manasés: Esta tribu, descendiente de uno de los dos hijos de José, tuvo una herencia única. Una mitad de la tribu de Manasés poseía tierras en el lado oriental del río Jordán, mientras que la otra mitad poseía tierras en el lado occidental.

b. Esto es lo que Moisés repartió: Estas son las áreas que Moisés había distribuido. La asignación de tierras para Rubén, Gad y la mitad de la tribu de Manasés ocurrió bajo el liderazgo de Moisés (Números 32).

6. (33) Más sobre la herencia de los levitas.

Mas a la tribu de Leví no dio Moisés heredad; Jehová Dios de Israel es la heredad de ellos, como él les había dicho.

a. Jehová Dios de Israel es la heredad de ellos, como él les había dicho: La tribu de Leví no recibió tierras como herencia; en cambio, recibió los sacrificios que Israel llevaba a Dios (Josué 13:14). Su verdadera herencia era aún más grande que la de las otras tribus: Dios mismo era su heredad.

b. Jehová Dios de Israel es la heredad de ellos: Si hay alguna tribu con la que los cristianos están conectados espiritualmente, es la tribu de Leví. Los creyentes también son llamados sacerdotes (1 Pedro 2:5) y tienen una herencia especial en Dios (Efesios 1:11; Colosenses 1:12; 1 Pedro 1:4).

c. Como él les había dicho: Esta distribución de la tierra a las tribus y la asignación especial de Dios a Leví estaba de acuerdo con lo que Dios había dicho. Era importante que cada tribu estuviera se alegrara con lo que Dios le había asignado. Esto era especialmente cierto para los levitas, quienes tenían al Señor como su heredad.

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