Josué 15, 16, 17




Josué 15, 16, 17 – La herencia de Judá, de Efraín y de la parte de Manasés ubicada al oeste

A. La heredad de Judá.

1. (15:1-12) Los límites de la provincia de Judá.

La parte que tocó en suerte a la tribu de los hijos de Judá, conforme a sus familias, llegaba hasta la frontera de Edom, teniendo el desierto de Zin al sur como extremo meridional. Y su límite por el lado del sur fue desde la costa del Mar Salado, desde la bahía que mira hacia el sur; y salía hacia el sur de la subida de Acrabim, pasando hasta Zin; y subiendo por el sur hasta Cades-barnea, pasaba a Hezrón, y subiendo por Adar daba vuelta a Carca. De allí pasaba a Asmón, y salía al arroyo de Egipto, y terminaba en el mar. Este, pues, os será el límite del sur. El límite oriental es el Mar Salado hasta la desembocadura del Jordán. Y el límite del lado del norte, desde la bahía del mar en la desembocadura del Jordán; y sube este límite por Bet-hogla, y pasa al norte de Bet-arabá, y de aquí sube a la piedra de Bohán hijo de Rubén. Luego sube a Debir desde el valle de Acor; y al norte mira sobre Gilgal, que está enfrente de la subida de Adumín, que está al sur del arroyo; y pasa hasta las aguas de En-semes, y sale a la fuente de Rogel. Y sube este límite por el valle del hijo de Hinom al lado sur del jebuseo, que es Jerusalén. Luego sube por la cumbre del monte que está enfrente del valle de Hinom hacia el occidente, el cual está al extremo del valle de Refaim, por el lado del norte. Y rodea este límite desde la cumbre del monte hasta la fuente de las aguas de Neftoa, y sale a las ciudades del monte de Efrón, rodeando luego a Baala, que es Quiriat-jearim. Después gira este límite desde Baala hacia el occidente al monte de Seir; y pasa al lado del monte de Jearim hacia el norte, el cual es Quesalón, y desciende a Bet-semes, y pasa a Timna. Sale luego al lado de Ecrón hacia el norte; y rodea a Sicrón, y pasa por el monte de Baala, y sale a Jabneel y termina en el mar. El límite del occidente es el Mar Grande. Este fue el límite de los hijos de Judá, por todo el contorno, conforme a sus familias.

a. La parte que tocó en suerte a la tribu de los hijos de Judá: La enumeración de estos nombres específicos, lugares y límites geográficos era de gran interés para aquellos que heredarían la tierra. Esta recopilación de lugares también sirve para recordar al lector que se trata de lugares reales, no solo de una descripción de una herencia simbólica o espiritual. Cuando Dios prometió una tierra a Abraham y a sus descendientes del pacto (Génesis 13:15, 17:8), se refería a una tierra física y concreta.

i. Por el valle del hijo de Hinom al lado sur del jebuseo, que es Jerusalén: La descripción de la frontera de la ciudad de Judá, en referencia a Jerusalén, muestra que esta estaba ubicada justo en el límite entre las tribus de Judá y Benjamín.

ii. Meyer comenta sobre la tierra que se le dio a Judá: «La posición asignada a la tribu de Judá era la del frente de combate. Estaba rodeada por enemigos en tres lados: al este, Moab; al oeste, los filisteos; y al sur, Edom. Como la tribu cuyo estandarte representaba la línea real y de la cual surgiría el linaje real, Judá debía tener su espíritu endurecido por la disciplina más severa: la vigilancia constante contra el enemigo y la lucha prolongada».

iii. «La geografía de los textos sagrados presenta numerosas dificultades debido a los cambios que ha experimentado el estado de la tierra prometida, especialmente en los últimos dos mil años. Muchas de las ciudades y aldeas antiguas han cambiado de nombre de tal manera que sus antiguas denominaciones ya no son reconocibles. Varios lugares están sepultados bajo sus propias ruinas, y otros han sido destruidos hace tanto tiempo que no queda ningún vestigio de ellos. A pesar de estas dificultades, es importante destacar que estas limitaciones no afectan la veracidad de la narración». (Clarke)

b. Conforme a sus familias: Dios asignó la tierra a Israel dividiéndola entre las tribus, los clanes y las familias. La familia representaba el nivel fundamental de organización para el pueblo de Dios.

i. «Aunque para un lector moderno una larga lista de nombres de ciudades puede parecer tediosa, para un judío esta lista representaba la patria que Dios había otorgado a su tribu. Esto subraya la naturaleza histórica y realista del plan redentor de Dios». (Madvig)

2. (15:13-19) La tierra asignada a Caleb y su familia.

Mas a Caleb hijo de Jefone dio su parte entre los hijos de Judá, conforme al mandamiento de Jehová a Josué; la ciudad de Quiriat-arba padre de Anac, que es Hebrón. Y Caleb echó de allí a los tres hijos de Anac, a Sesai, Ahimán y Talmai, hijos de Anac. De aquí subió contra los que moraban en Debir; y el nombre de Debir era antes Quiriat-sefer. Y dijo Caleb: Al que atacare a Quiriat-sefer, y la tomare, yo le daré a mi hija Acsa por mujer. Y la tomó Otoniel, hijo de Cenaz hermano de Caleb; y él le dio a su hija Acsa por mujer. Y aconteció que cuando la llevaba, él la persuadió que pidiese a su padre tierras para labrar. Ella entonces se bajó del asno. Y Caleb le dijo: ¿Qué tienes? Y ella respondió: Concédeme un don; puesto que me has dado tierra del Neguev, dame también fuentes de aguas. Él entonces le dio las fuentes de arriba, y las de abajo.

a. Al que atacare a Quiriat-sefer, y la tomare, yo le daré a mi hija Acsa por mujer: Caleb no solo fue conocido por sus audaces hazañas, como la expulsión de los hijos de Anac, sino también por su espíritu de aliento y motivación hacia otros para realizar grandes acciones. Un ejemplo de esto fue cuando ofreció a su hija en matrimonio al hombre lo suficientemente valiente como para conquistar una ciudad.

i. «Otoniel pertenecía al clan cenezeo y era sobrino de Caleb (verso 17), lo que aseguraba que la tierra permaneciera en la familia. Posteriormente, Otoniel se convirtió en uno de los doce jueces que Dios utilizó para liberar a los israelitas de las opresiones extranjeras durante el tumultuoso período descrito en el libro de los Jueces (Jueces 3:9-11)». (Howard)

b. Concédeme un don; puesto que me has dado tierra del Neguev, dame también fuentes de aguas: La hija de Caleb imitó la audacia de su padre al pedir una bendición. No dudó en solicitar a su padre algunas fuentes selectas.

i. «Se apresuró y descendió de manera repentina, como si hubiera olvidado algo o estuviera a punto de regresar a la casa de su padre. Al percatarse de esto, su padre le preguntó: “¿Qué estás haciendo? ¿Qué te sucede? ¿Qué necesitas?”». (Clarke)

ii. «La tierra en el Neguev tiene poco valor sin agua, pero es muy productiva cuando se riega. Otoniel reconoció la validez de su petición. La palabra traducida como “manantiales” es el hebreo gullot, que puede significar depósitos o cisternas». (Madvig)

iii. «Caleb había vencido a sus gigantes, y por eso pudo dar a su hija una herencia de tierra y manantiales de agua. Fue cuando Jesús venció la agudeza de la muerte que abrió el Reino de los Cielos a todos los creyentes; fue cuando pisoteó bajo sus pies victoriosos los principados y potestades de las tinieblas que dio a su Iglesia los manantiales superiores e inferiores». (Meyer)

iv. Con la petición a su padre, la hija de Caleb, Acsa, sirve como un ejemplo útil de lo que es la oración efectiva:

·Acsa fue un buen ejemplo de oración porque pensó en lo que quería antes de acudir a su padre. Llevó consigo una petición muy definida que había sido considerada de antemano.

·Acsa fue un buen ejemplo porque pidió ayuda en su oración (él la persuadió que pidiese a su padre tierras para labrar). Es bueno pedir ayuda en oración.

·Acsa fue un buen ejemplo de oración porque fue humilde pero decidida en su petición.

·Acsa fue un buen ejemplo de oración porque pidió lo que quería. Es un placer para Dios escuchar a su pueblo pedirle.

·Acsa fue un buen ejemplo de oración por la sencillez de su oración. Su oración fue: «Concédeme un don».

·Acsa fue un buen ejemplo de oración porque agradeció antes de hacer su petición («puesto que me has dado tierra del Neguev»).

·Acsa fue un buen ejemplo de oración porque utilizó la bendición pasada como motivo para pedir más.

·Acsa fue un buen ejemplo de oración porque su padre le dio lo que pidió.

·Acsa fue un buen ejemplo de oración porque su padre no criticó la petición en absoluto.

v. «La respuesta favorable de Caleb a la petición de Acsa ofrece a los creyentes confianza en la oración. ¿Qué puede negar un padre amoroso a su hijo? ¿No proveerá Dios a sus amados “manantiales de arriba y de abajo”, bendiciones tanto espirituales como materiales? ¿Y no son lamentablemente desafortunados aquellos que no logran encontrar alegría en la oración?». (Trapp)

3. (15:20-62) Las ciudades, aldeas y regiones ocupadas por la tribu de Judá.

Esta, pues, es la heredad de la tribu de los hijos de Judá por sus familias. Y fueron las ciudades de la tribu de los hijos de Judá en el extremo sur, hacia la frontera de Edom: Cabseel, Edar, Jagur, Cina, Dimona, Adada, Cedes, Hazor, Itnán, Zif, Telem, Bealot, Hazor-hadata, Queriot, Hezrón (que es Hazor), Amam, Sema, Molada, Hazar-gada, Hesmón, Bet-pelet, Hazar-sual, Beerseba, Bizotia, Baala, Iim, Esem, Eltolad, Quesil, Horma, Siclag, Madmana, Sansana, Lebaot, Silhim, Aín y Rimón; por todas veintinueve ciudades con sus aldeas. En las llanuras, Estaol, Zora, Asena, Zanoa, En-ganim, Tapúa, Enam, Jarmut, Adulam, Soco, Azeca, Saaraim, Aditaim, Gedera y Gederotaim; catorce ciudades con sus aldeas.

Zenán, Hadasa, Migdal-gad, Dileán, Mizpa, Jocteel, Laquis, Boscat, Eglón, Cabón, Lahmam, Quitlis, Gederot, Bet-dagón, Naama y Maceda; dieciséis ciudades con sus aldeas. Libna, Eter, Asán, Jifta, Asena, Nezib, Keila, Aczib y Maresa; nueve ciudades con sus aldeas. Ecrón con sus villas y sus aldeas. Desde Ecrón hasta el mar, todas las que están cerca de Asdod con sus aldeas.Asdod con sus villas y sus aldeas; Gaza con sus villas y sus aldeas hasta el río de Egipto, y el Mar Grande con sus costas. Y en las montañas, Samir, Jatir, Soco, Dana, Quiriat-sana (que es Debir); Anab, Estemoa, Anim, Gosén, Holón y Gilo; once ciudades con sus aldeas.

Arab, Duma, Esán, Janum, Bet-tapúa, Afeca, Humta, Quiriat-arba (la cual es Hebrón) y Sior; nueve ciudades con sus aldeas. Maón, Carmel, Zif, Juta, Jezreel, Jocdeam, Zanoa, Caín, Gabaa y Timna; diez ciudades con sus aldeas. Halhul, Bet-sur, Gedor, Maarat, Bet-anot y Eltecón; seis ciudades con sus aldeas. Quiriat-baal (que es Quiriat-jearim) y Rabá; dos ciudades con sus aldeas. En el desierto, Bet-arabá, Midín, Secaca, Nibsán, la Ciudad de la Sal y En-gadi; seis ciudades con sus aldeas.

a. Por todas veintinueve ciudades con sus aldeas: Muchos cuentan treinta y ocho ciudades en la sección anterior, no veintinueve. Clarke aclaró esta discrepancia al señalar que nueve de las treinta y ocho ciudades fueron posteriormente asignadas a la tribu de Simeón.

4. (15:63) Una ocupación incompleta: Jerusalén sigue en manos cananeas.

Mas a los jebuseos que habitaban en Jerusalén, los hijos de Judá no pudieron arrojarlos; y ha quedado el jebuseo en Jerusalén con los hijos de Judá hasta hoy.

a. Mas a los jebuseos que habitaban en Jerusalén, los hijos de Judá no pudieron arrojarlos: Es comprensible que Jerusalén fuera una ciudad difícil de conquistar debido a su ubicación en un terreno montañoso, lo que facilitaba su defensa.

b. Ha quedado el jebuseo en Jerusalén con los hijos de Judá hasta hoy: Sin embargo, por más difícil que fuera la lucha, con la promesa y la ayuda de Dios, el pueblo de Dios podía triunfar. No había una justificación válida para que esta ciudad permaneciera bajo el control cananeo hasta el tiempo de David (2 Samuel 5:6-10).

i. «La historia de Jerusalén antes del tiempo de David está llena de dificultades. Unas veces se atribuye su posesión a la tribu de Judá; otras, a la tribu de Benjamín. Es probable, que al estar en las fronteras de ambas tribus, cada una poseyera una parte de ella». (Clarke)

B. La heredad de las tribus de José.

1. (16:1-4) Las fronteras de la provincia perteneciente a las tribus de José: Efraín y la media tribu de Manasés se establecen en el lado oeste del Jordán.

Tocó en suerte a los hijos de José desde el Jordán de Jericó hasta las aguas de Jericó hacia el oriente, hacia el desierto que sube de Jericó por las montañas de Bet-el. Y de Bet-el sale a Luz, y pasa a lo largo del territorio de los arquitas hasta Atarot, y baja hacia el occidente al territorio de los jafletitas, hasta el límite de Bet-horón la de abajo, y hasta Gezer; y sale al mar. Recibieron, pues, su heredad los hijos de José, Manasés y Efraín.

2. (16:5-10) Los límites de la provincia de Efraín.

Y en cuanto al territorio de los hijos de Efraín por sus familias, el límite de su heredad al lado del oriente fue desde Atarot-adar hasta Bet-horón la de arriba. Continúa el límite hasta el mar, y hasta Micmetat al norte, y da vuelta hacia el oriente hasta Taanat-silo, y de aquí pasa a Janoa. De Janoa desciende a Atarot y a Naarat, y toca Jericó y sale al Jordán. Y de Tapúa se vuelve hacia el mar, al arroyo de Caná, y sale al mar. Esta es la heredad de la tribu de los hijos de Efraín por sus familias. Hubo también ciudades que se apartaron para los hijos de Efraín en medio de la heredad de los hijos de Manasés, todas ciudades con sus aldeas. Pero no arrojaron al cananeo que habitaba en Gezer; antes quedó el cananeo en medio de Efraín, hasta hoy, y fue tributario.

a. Pero no arrojaron al cananeo que habitaba en Gezer: El fracaso en expulsar completamente a los cananeos fue característico de todas las tribus. Incluso dentro de la Tierra Prometida, quedaba un trabajo importante por hacer y batallas por librar.

i. Gezer: «Parece que los cananeos no fueron expulsados de esta ciudad hasta los días de Salomón, cuando fue tomada por el rey de Egipto, su suegro, quien se la regaló a su hija, la reina de Salomón (Véase 1 Reyes 9:16)». (Clarke)

b. Quedó el cananeo en medio de Efraín, hasta hoy, y fue tributario: Tal vez, el pueblo de Efraín fue culpable de esta transigencia debido a su deseo de tener tributarios entre ellos. Sin embargo, esta conveniencia no justificaba su desobediencia al mandamiento de Dios. Los cananeos debían rendirse completamente a Israel y al Dios de Israel —como lo hicieron Rahab y los gabaonitas— abandonar la zona o enfrentar el juicio mortal de Dios.

i. «El uso del trabajo forzado entre las ciudades cananeas del valle de Jezreel era una práctica comúnmente conocida». (Hess)

ii. Si tenían el poder de convertir a la gente de Gezer en tributarios, ciertamente tenían la capacidad de derrotarlos por completo, especialmente considerando que Gezer era una ciudad que Josué ya había conquistado (Josué 10:33; 12:12).

iii. Este tipo de concesión puede parecer inocente en un principio, pero se convirtió en el medio a través del cual se introdujo mucha idolatría y adoración inmoral en el pueblo de Israel con el paso del tiempo. Las luchas posteriores en los días de los jueces tuvieron su origen en la posesión incompleta de la tierra durante los días de Josué.

iv. «Como resultado de este fracaso, los israelitas se corrompieron al casarse con estos paganos y participar en su culto perverso e idólatra (Jueces 2:1-3; 3:5-6; 10:6)». (Madvig)

c. No arrojaron al cananeo: Los israelitas no lograron una conquista total por al menos dos razones principales. En primer lugar, buscaban la paz a cualquier precio. En segundo lugar, anhelaban riquezas. En su búsqueda de comodidad y ganancias materiales, desobedecieron a Dios y no alcanzaron todo lo que Él tenía reservado para ellos, un error que los creyentes también pueden cometer en la actualidad.

i. «Tomaron posesión de su heredad, pero no la ocuparon completamente. Según la voluntad de Dios y el consentimiento de Efraín, les pertenecía; sin embargo, fallaron en apropiársela plenamente al permitir que los cananeos permanecieran en ella». (Morgan)

ii. «Toda la historia de Efraín fue triste durante largos siglos, y su fracaso comenzó aquí». (Morgan)

d. Algunas ciudades notables en el territorio de Efraín fueron: Jericó, Silo, Gezer.

3. (17:1-2) La distribución de la tierra entre las familias restantes de la tribu de Manasés.

Se echaron también suertes para la tribu de Manasés, porque fue primogénito de José. Maquir, primogénito de Manasés y padre de Galaad, el cual fue hombre de guerra, tuvo Galaad y Basán. Se echaron también suertes para los otros hijos de Manasés conforme a sus familias: los hijos de Abiezer, los hijos de Helec, los hijos de Asriel, los hijos de Siquem, los hijos de Hefer y los hijos de Semida; estos fueron los hijos varones de Manasés hijo de José, por sus familias.

4. (17:3-6) La heredad de las hijas de Zelofehad.

Pero Zelofehad hijo de Hefer, hijo de Galaad, hijo de Maquir, hijo de Manasés, no tuvo hijos sino hijas, los nombres de las cuales son estos: Maala, Noa, Hogla, Milca y Tirsa. Estas vinieron delante del sacerdote Eleazar y de Josué hijo de Nun, y de los príncipes, y dijeron: Jehová mandó a Moisés que nos diese heredad entre nuestros hermanos. Y él les dio heredad entre los hermanos del padre de ellas, conforme al dicho de Jehová. Y le tocaron a Manasés diez partes además de la tierra de Galaad y de Basán que está al otro lado del Jordán, porque las hijas de Manasés tuvieron heredad entre sus hijos; y la tierra de Galaad fue de los otros hijos de Manasés.

a. Zelofehad […] no tuvo hijos sino hijas: Este hecho se destaca en el texto debido a que era poco común que las mujeres recibieran heredad. En este caso, se valoró más que la tierra permaneciera en las familias ancestrales que seguir la costumbre de que solo los varones heredaran tierras. Por lo tanto, las hijas de Zelofehad tuvieron el derecho de heredar la tierra de su padre.

b. Jehová mandó a Moisés que nos diese heredad entre nuestros hermanos: Esta fue la implementación de una decisión a la que llegó Moisés en Números 27:1-11.

i. Fue significativo que llevaran a cabo lo que Dios mandó a Moisés, según consta en su palabra. «Consideraban el Pentateuco como la Palabra de Dios y como algo que no solo transmitía algún tipo de sentimiento religioso, sino que también daba mandatos específicos que debían ser obedecidos en detalle. Este mandato hace referencia, específicamente, a Números 27:1-11 y a Números 36». (Schaeffer)

5. (17:7-13) Los límites de la media tribu occidental de Manasés y su ocupación incompleta de la tierra.

Y fue el territorio de Manasés desde Aser hasta Micmetat, que está enfrente de Siquem; y va al sur, hasta los que habitan en Tapúa. La tierra de Tapúa fue de Manasés; pero Tapúa misma, que está junto al límite de Manasés, es de los hijos de Efraín. Desciende este límite al arroyo de Caná, hacia el sur del arroyo. Estas ciudades de Efraín están entre las ciudades de Manasés; y el límite de Manasés es desde el norte del mismo arroyo, y sus salidas son al mar. Efraín al sur, y Manasés al norte, y el mar es su límite; y se encuentra con Aser al norte, y con Isacar al oriente. Tuvo también Manasés en Isacar y en Aser a Bet-seán y sus aldeas, a Ibleam y sus aldeas, a los moradores de Dor y sus aldeas, a los moradores de Endor y sus aldeas, a los moradores de Taanac y sus aldeas, y a los moradores de Meguido y sus aldeas; tres provincias. Mas los hijos de Manasés no pudieron arrojar a los de aquellas ciudades; y el cananeo persistió en habitar en aquella tierra. Pero cuando los hijos de Israel fueron lo suficientemente fuertes, hicieron tributario al cananeo, mas no lo arrojaron.

a. Mas los hijos de Manasés no pudieron arrojar a los de aquellas ciudades: Su fracaso siguió el mismo patrón que el de la tribu de Efraín, como se describe en Josué 16:10.

b. Y el cananeo persistió en habitar en aquella tierra: No es sorprendente que los cananeos estuvieran decididos a permanecer en la tierra. Lo que faltaba era la completa determinación del pueblo de Israel. Se conformaron con hacer tributario al cananeo en lugar de expulsarlo.

i. «Tenían el poder de expulsar a los cananeos de la tierra y, de ese modo, ser instrumentos del juicio de Dios para eliminar la maldad; pero eligieron tolerarla y utilizar para sus propósitos lo que Dios había dedicado a la destrucción. De esta manera, sembraron las semillas de su propia destrucción». (Howard)

c. Algunas ciudades notables en el territorio de Manasés Occidental fueron: En Dor, Bet-seán y Meguido.

6. (17:14-18) Josué responde a la queja de las tribus de José.

Y los hijos de José hablaron a Josué, diciendo: ¿Por qué nos has dado por heredad una sola suerte y una sola parte, siendo nosotros un pueblo tan grande, y que Jehová nos ha bendecido hasta ahora? Y Josué les respondió: Si sois pueblo tan grande, subid al bosque, y haceos desmontes allí en la tierra de los ferezeos y de los refaítas, ya que el monte de Efraín es estrecho para vosotros. Y los hijos de José dijeron: No nos bastará a nosotros este monte; y todos los cananeos que habitan la tierra de la llanura, tienen carros herrados; los que están en Bet-seán y en sus aldeas, y los que están en el valle de Jezreel. Entonces Josué respondió a la casa de José, a Efraín y a Manasés, diciendo: Tú eres gran pueblo, y tienes grande poder; no tendrás una sola parte, sino que aquel monte será tuyo; pues aunque es bosque, tú lo desmontarás y lo poseerás hasta sus límites más lejanos; porque tú arrojarás al cananeo, aunque tenga carros herrados, y aunque sea fuerte.

a. Por qué nos has dado por heredad una sola suerte y una sola parte, siendo nosotros un pueblo tan grande: Manasés y Efraín eran tribus grandes, con un número combinado mayor que el de cualquier otra tribu. Sin embargo, se quejaron de que no se les había dado suficiente tierra.

i. «En términos de kilómetros cuadrados, las tribus de José tenían pocas razones para quejarse. Además, la tierra que se les dio era la más fértil de toda Palestina. Josué tenía razón al resistirse a su petición». (Madvig)

ii. «Ellos se quejaron diciendo: “¡No tenemos suficiente espacio!”. Sin embargo, la realidad era que el enemigo estaba profundamente atrincherado en el área que ya tenían». (Redpath)

iii. «Las tribus de José exhibieron cierto grado de arrogancia y codicia en su confrontación con Josué. El tono aquí contrasta fuertemente con las peticiones mucho más humildes presentadas por Caleb (Josué 14:6-12) y las hijas de Zelofehad (Josué 17:4), quienes apelaron a las promesas del Señor como fundamento de sus peticiones». (Howard)

iv. Una sola suerte: «Desafiaron el resultado de la suerte (goral), que estaba controlado por Dios. De esta manera, en su petición estaban desafiando la misma intervención de Dios». (Howard)

v. «Un Dios omnisciente dispone a su pueblo según su soberana voluntad. No debemos intentar alterar nuestro destino, sino más bien sacar lo mejor de nuestras circunstancias. Esto es lo que Josué exhortó a hacer a Efraín y Manasés». (Spurgeon)

b. Si sois pueblo tan grande: La respuesta de Josué fue sabia y maravillosa. Les dijo: «Si sois pueblo tan grande, entonces id y tomad la tierra para vosotros; ocupad completamente lo que Jehová os ha dado». Estas tribus no habían tomado completamente la tierra montañosa en el territorio que les fue asignado porque era un trabajo difícil y peligroso.

i. «Josué no revocaría la decisión de la suerte; sin embargo, dado que había mucho territorio boscoso, les otorgó permiso para despejar tanto como consideraran necesario para extenderse tan lejos como quisieran». (Clarke)

ii. «Si decís que sois tan grandes, si os consideráis tan maravillosos, entonces hay mucha tierra desocupada dentro de los límites de vuestro lote actual». (Redpath)

c. No nos bastará a nosotros este monte: Las tribus de José se opusieron a la propuesta de Josué. Se quejaron de que las zonas boscosas que se podían talar no eran suficientes. También se quejaron de que los enemigos de las llanuras eran demasiado fuertes con sus carros herrados. Sentían que había buenas razones o excusas para no poseer lo que Dios les concedía.

i. «El monte no nos basta, y los cananeos son demasiado duros para nosotros». (Trapp)

ii. Las tribus de José tenían miedo de los carros herrados cananeos. «Se refirieron a ellos como “carros de hierro”, entendidos como carros reforzados con accesorios de hierro». (Hess)

iii. Esta fue una actitud diferente en comparación con la de Caleb, como se registra en Josué 14:11-12. Los hombres de Manasés y Efraín deseaban una «tierra fácil» como regalo. No estaban dispuestos a confiar en las promesas de Dios y tomar lo que Él les había dado. Este principio es aplicable a los creyentes hoy día: antes de esperar más de Dios, debemos vivir plenamente en lo que Él ya nos ha concedido.

iv. «Deja de clamar por mayores oportunidades hasta que hayas hecho el trabajo en el lugar que Dios te ha asignado». (Redpath)

d. Pues aunque es bosque, tú lo desmontarás: La respuesta de Josué a su objeción fue sencilla: «El trabajo será difícil, pero tú eres gran pueblo, y tienes grande poder. Como Dios está con ustedes, pueden superar estos desafíos y vivir plenamente en lo que Dios les ha concedido».

i. Dios tenía un propósito al permitir estos difíciles desafíos a las tribus de José, así como tiene un propósito al permitir tales desafíos a los creyentes de hoy. «La dificultad es enviada para revelarnos lo que Dios puede hacer en respuesta a la fe que ora y obra». (Meyer)

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