Josué 18, 19




Josué 18, 19 – La heredad de las tribus restantes

A. El otorgamiento de la tierra para las siete tribus restantes.

1. (18:1-3) En Silo, Josué exhorta a las tribus restantes a poseer su tierra.

Toda la congregación de los hijos de Israel se reunió en Silo, y erigieron allí el tabernáculo de reunión, después que la tierra les fue sometida. Pero habían quedado de los hijos de Israel siete tribus a las cuales aún no habían repartido su posesión. Y Josué dijo a los hijos de Israel: ¿Hasta cuándo seréis negligentes para venir a poseer la tierra que os ha dado Jehová el Dios de vuestros padres?

a. Toda la congregación de los hijos de Israel se reunió en Silo: Este se convertiría en el nuevo centro de Israel, donde el tabernáculo de reunión permanecería por largo tiempo. Debido a que el tabernáculo estaba allí, también lo estaban los artículos importantes asociados con él, incluyendo el arca del pacto y el altar del sacrificio. El tabernáculo se trasladó de Gilgal a Silo, y allí permaneció hasta la época de Elí, el sumo sacerdote (1 Samuel 1-4).

i. Silo era «una ciudad considerable, ubicada a unas quince millas de Jerusalén, en la región de la tribu de Efraín, y prácticamente en el centro de toda la tierra». (Clarke)

ii. A mediados del siglo XVII, John Trapp consideró que el movimiento del tabernáculo de Gilgal a Silo habla de como el centro aparente de la obra de Dios puede moverse con el tiempo. «Todo lo que temo, dice un reverente divino que aún vive, es que la profecía del Sr. [George] Herbert resulte ser cierta; es decir, que el evangelio esté, en su movimiento solar, viajando hacia el oeste y las partes americanas, y abandonando sus actuales lugares de residencia y sus indignos profesores y poseedores. Entonces, ¡adiós Inglaterra!».

b. Siete tribus a las cuales aún no habían repartido su posesión: Había varias razones potenciales por las que estas siete tribus no habían poseído la tierra que Dios les asignó. Tal vez, les faltaba fe y valor para expulsar a los obstinados cananeos. También es posible que se hubieran acostumbrado a una vida más nómada.

i. «Lo que sigue inmediatamente nos lleva a creer que después de que los distritos habían sido asignados a Judá, Efraín y Manasés, hubo cierta lentitud en continuar el trabajo de asentamiento, porque Josué reprendió a las siete tribus por ser lentas en subir y poseer la tierra». (Morgan)

ii. Las siete tribus sin heredad eran Benjamín, Simeón, Zabulón, Isacar, Aser, Neftalí y Dan. Rubén y Gad habían recibido su heredad (Josué 13:8), junto con la mitad de la tribu de Manasés (Josué 13:29) en el lado oriental del Jordán. Judá (Josué 15:1) y Efraín y la otra mitad de Manasés (Josué 16:4) habían recibido su tierra asignada en el lado occidental del Jordán. Leví, por su parte, no recibió una asignación de tierras como las demás tribus (Josué 13:33).

c. Hasta cuándo seréis negligentes para venir a poseer la tierra: Sea cual fuere la razón exacta, hay un trasfondo de negligencia. No hacían lo que Dios les había llamado a hacer y no reclamaban lo que Dios les había dado.

i. «Aparentemente, las tribus restantes se habían vuelto complacientes. Estaban satisfechas con la vida nómada en la fértil tierra de Efraín y Manasés y no estaban ansiosas por involucrarse en la guerra requerida para reclamar su propio territorio». (Madvig)

ii. «Cuando fue necesario que todo el pueblo saliera a la batalla, lo hicieron con una medida de confianza, esperando la ayuda milagrosa de Dios y descansando en sus números. Sin embargo, cuando cada tribu se encontró en la necesidad de luchar por sí misma, para asegurar su establecimiento y la extensión de sus fronteras, se desanimaron y prefirieron una vida de facilidad sin gloria en lugar de la posesión de una herencia que les costaría mucho trabajo conquistar». (Clarke)

iii. «La palabra que llama la atención en esta pregunta de Josué es la palabra “negligentes”, ya que revela un peligro que siempre amenaza a aquellos que son llamados a llevar a cabo alguna empresa divina. ¡Cuán perpetuamente sufre la obra de Dios porque su pueblo se vuelve negligente!».(Morgan)

2. (18:4-8) Josué ordena a un grupo de reconocimiento que salga a evaluar la tierra para dividirla entre las siete tribus restantes.

Señalad tres varones de cada tribu, para que yo los envíe, y que ellos se levanten y recorran la tierra, y la describan conforme a sus heredades, y vuelvan a mí. Y la dividirán en siete partes; y Judá quedará en su territorio al sur, y los de la casa de José en el suyo al norte. Vosotros, pues, delinearéis la tierra en siete partes, y me traeréis la descripción aquí, y yo os echaré suertes aquí delante de Jehová nuestro Dios. Pero los levitas ninguna parte tienen entre vosotros, porque el sacerdocio de Jehová es la heredad de ellos; Gad también y Rubén, y la media tribu de Manasés, ya han recibido su heredad al otro lado del Jordán al oriente, la cual les dio Moisés siervo de Jehová. Levantándose, pues, aquellos varones, fueron; y mandó Josué a los que iban para delinear la tierra, diciéndoles: Id, recorred la tierra y delineadla, y volved a mí, para que yo os eche suertes aquí delante de Jehová en Silo.

a. Delinearéis la tierra en siete partes: La tierra restante se dividiría equitativamente entre las siete tribus que aún no habían recibido su heredad.

i. Gad también y Rubén, y la media tribu de Manasés, ya han recibido su heredad al otro lado del Jordán al oriente: «Es probable que las dos tribus y media del este del Jordán se sintieran impacientes porque se completara la división de la tierra, ya que estaban ansiosas por regresar a casa con sus familias y posesiones». (Madvig)

b. Recorran la tierra […] vuelvan a mí: La tierra se dividiría mediante el método de echar suertes, un proceso en el que se confiaba en que Dios guiaba el sorteo. El reconocimiento era responsabilidad del hombre, y luego confiaban en que Dios los guiaría a través del sorteo.

i. Me traeréis la descripción aquí: «La escritura ya era tan común que los espías podían escribir su informe y presentarlo a Josué». (Schaeffer)

ii. «Todo se registra en un libro. Josué escribe el pacto en el Libro de la Ley de Dios (Josué 24:26; véase también 8:32, 34). Así como la ley guía al pueblo en su vida, el libro del mapa guiará al pueblo en su posesión de la tierra». (Hess)

iii. Hay una analogía entre estos exploradores que reconocieron la tierra para que las tribus pudieran poseerla y algunos creyentes dotados a quienes Dios llama al ministerio. Su trabajo es inspeccionar, describir y reportar lo que Dios ha designado para su pueblo, para que este pueda, por fe y con paciencia, poseer esas cosas. «En cada época de la historia de la Iglesia, Dios ha enviado hombres para recorrer y describir la tierra de nuestra herencia spiritual». (Meyer)

3. (18:9-10) El exitoso grupo de reconocimiento regresa y Josué echa suertes para determinar qué tribus recibirán cada porción de la tierra.

Fueron, pues, aquellos varones y recorrieron la tierra, delineándola por ciudades en siete partes en un libro, y volvieron a Josué al campamento en Silo. Y Josué les echó suertes delante de Jehová en Silo; y allí repartió Josué la tierra a los hijos de Israel por sus porciones.

B. La división final de la tierra.

1. (18:11-28) Los límites y las ciudades de la tribu de Benjamín.

Y se sacó la suerte de la tribu de los hijos de Benjamín conforme a sus familias; y el territorio adjudicado a ella quedó entre los hijos de Judá y los hijos de José. Fue el límite de ellos al lado del norte desde el Jordán, y sube hacia el lado de Jericó al norte; sube después al monte hacia el occidente, y viene a salir al desierto de Bet-avén. De allí pasa en dirección de Luz, al lado sur de Luz (que es Bet-el), y desciende de Atarot-adar al monte que está al sur de Bet-horón la de abajo. Y tuerce hacia el oeste por el lado sur del monte que está delante de Bet-horón al sur; y viene a salir a Quiriat-baal (que es Quiriat-jearim), ciudad de los hijos de Judá. Este es el lado del occidente. El lado del sur es desde el extremo de Quiriat-jearim, y sale al occidente, a la fuente de las aguas de Neftoa; y desciende este límite al extremo del monte que está delante del valle del hijo de Hinom, que está al norte en el valle de Refaim; desciende luego al valle de Hinom, al lado sur del jebuseo, y de allí desciende a la fuente de Rogel. Luego se inclina hacia el norte y sale a En-semes, y de allí a Gelilot, que está delante de la subida de Adumín, y desciende a la piedra de Bohán hijo de Rubén, y pasa al lado que está enfrente del Arabá, y desciende al Arabá. Y pasa el límite al lado norte de Bet-hogla, y termina en la bahía norte del Mar Salado, a la extremidad sur del Jordán; este es el límite sur. Y el Jordán era el límite al lado del oriente. Esta es la heredad de los hijos de Benjamín por sus límites alrededor, conforme a sus familias.Las ciudades de la tribu de los hijos de Benjamín, por sus familias, fueron Jericó, Bet-hogla, el valle de Casis, Bet-arabá, Zemaraim, Bet-el, Avim, Pará, Ofra, Quefar-haamoni, Ofni y Geba; doce ciudades con sus aldeas; Gabaón, Ramá, Beerot, Mizpa, Cafira, Mozah, Requem, Irpeel, Tarala, Zela, Elef, Jebús (que es Jerusalén), Gabaa y Quiriat; catorce ciudades con sus aldeas. Esta es la heredad de los hijos de Benjamín conforme a sus familias.

a. La tribu de Benjamín «ocupó el espacio entre la tribu de Judá y la tribu de Efraín […], con el tiempo se acercó a Judá, y en la gran división se unió completamente a esta». (Morgan)

b. Algunas ciudades notables en el territorio de Benjamín incluyen Betel, Quiriat-jearim, Jerusalén (Jebús), Gabaón y Ramá.

i. Al igual que con las listas anteriores de ciudades y lugares, esta colección de lugares le recuerda al lector que se trataba de lugares reales, no de la descripción de una herencia simbólica o espiritual. Cuando Dios les prometió una tierra a Abraham y a sus descendientes del pacto (Génesis 13:15, 17:8), se refería a una tierra real.

2. (19:1-9) Los límites y ciudades de la tribu de Simeón.

La segunda suerte tocó a Simeón, para la tribu de los hijos de Simeón conforme a sus familias; y su heredad fue en medio de la heredad de los hijos de Judá. Y tuvieron en su heredad a Beerseba, Seba, Molada, Hazar-sual, Bala, Ezem, Eltolad, Betul, Horma, Siclag, Bet-marcabot, Hazar-susa, Bet-lebaot y Saruhén; trece ciudades con sus aldeas; Aín, Rimón, Eter y Asán; cuatro ciudades con sus aldeas; y todas las aldeas que estaban alrededor de estas ciudades hasta Baalat-beer, que es Ramat del Neguev. Esta es la heredad de la tribu de los hijos de Simeón conforme a sus familias. De la suerte de los hijos de Judá fue sacada la heredad de los hijos de Simeón, por cuanto la parte de los hijos de Judá era excesiva para ellos; así que los hijos de Simeón tuvieron su heredad en medio de la de Judá.

a. La tierra de la tribu de Simeón fue finalmente absorbida o «dispersada» en la tierra de Judá, tal como profetizó Jacob en Génesis 49:5-7.

i. «Las ciudades de Simeón se encuentran dentro de las fronteras meridionales de Judá. Estas ciudades están ubicadas en los distritos del sur (15:26-32) y del centro de Sefelá (15:42) de Judá». (Hess)

b. Una ciudad notable en el territorio de Simeón fue: Beer-seba.

3. (19:10-16) Los límites y ciudades de la tribu de Zabulón.

La tercera suerte tocó a los hijos de Zabulón conforme a sus familias; y el territorio de su heredad fue hasta Sarid.Y su límite sube hacia el occidente a Marala, y llega hasta Dabeset, y de allí hasta el arroyo que está delante de Jocneam; y gira de Sarid hacia el oriente, hacia donde nace el sol, hasta el límite de Quislot-tabor, sale a Daberat, y sube a Jafía. Pasando de allí hacia el lado oriental a Gat-hefer y a Ita-cazín, sale a Rimón rodeando a Nea. Luego, al norte, el límite gira hacia Hanatón, viniendo a salir al valle de Jefte-el; y abarca Catat, Naalal, Simrón, Idala y Belén; doce ciudades con sus aldeas. Esta es la heredad de los hijos de Zabulón conforme a sus familias; estas ciudades con sus aldeas.

a. Algunas ciudades notables en el territorio de Zabulón fueron: Gat-hefer (la ciudad de Jonás, 2 Reyes 14:25) y Rimón.

4. (19:17-23) Los límites y ciudades de la tribu de Isacar.

La cuarta suerte correspondió a Isacar, a los hijos de Isacar conforme a sus familias. Y fue su territorio Jezreel, Quesulot, Sunem, Hafaraim, Sihón, Anaharat, Rabit, Quisión, Abez, Remet, En-ganim, En-hada y Bet-pases. Y llega este límite hasta Tabor, Sahazima y Bet-semes, y termina en el Jordán; dieciséis ciudades con sus aldeas. Esta es la heredad de la tribu de los hijos de Isacar conforme a sus familias; estas ciudades con sus aldeas.

a. Algunas ciudades notables en el territorio de Isacar fueron: Jezreel y Sunem.

5. (19:24-31) Los límites y ciudades de la tribu de Aser.

La quinta suerte correspondió a la tribu de los hijos de Aser conforme a sus familias. Y su territorio abarcó Helcat, Halí, Betén, Acsaf, Alamelec, Amad y Miseal; y llega hasta Carmelo al occidente, y a Sihorlibnat. Después da vuelta hacia el oriente a Bet-dagón y llega a Zabulón, al valle de Jefte-el al norte, a Bet-emec y a Neiel, y sale a Cabul al norte. Y abarca a Hebrón, Rehob, Hamón y Caná, hasta la gran Sidón. De allí este límite tuerce hacia Ramá, y hasta la ciudad fortificada de Tiro, y gira hacia Hosa, y sale al mar desde el territorio de Aczib. Abarca también Uma, Afec y Rehob; veintidós ciudades con sus aldeas. Esta es la heredad de la tribu de los hijos de Aser conforme a sus familias; estas ciudades con sus aldeas.

a. Un lugar notable en el territorio de Aser fue: El monte Carmelo.

6. (19:32-39) Los límites y las ciudades de la tribu de Neftalí.

La sexta suerte correspondió a los hijos de Neftalí conforme a sus familias. Y abarcó su territorio desde Helef, Alón-saananim, Adami-neceb y Jabneel, hasta Lacum, y sale al Jordán. Y giraba el límite hacia el occidente a Aznot-tabor, y de allí pasaba a Hucoc, y llegaba hasta Zabulón al sur, y al occidente confinaba con Aser, y con Judá por el Jordán hacia donde nace el sol. Y las ciudades fortificadas son Sidim, Zer, Hamat, Racat, Cineret, Adama, Ramá, Hazor, Cedes, Edrei, En-hazor, Irón, Migdal-el, Horem, Bet-anat y Bet-semes; diecinueve ciudades con sus aldeas. Esta es la heredad de la tribu de los hijos de Neftalí conforme a sus familias; estas ciudades con sus aldeas.

a. Algunas ciudades notables en el territorio de Neftalí fueron: Hazor y Bet-semes.

7. (19:40-48) Los límites y las ciudades de la tribu de Dan.

La séptima suerte correspondió a la tribu de los hijos de Dan conforme a sus familias. Y fue el territorio de su heredad, Zora, Estaol, Ir-semes, Saalabín, Ajalón, Jetla, Elón, Timnat, Ecrón, Elteque, Gibetón, Baalat, Jehúd, Bene-berac, Gat-rimón, Mejarcón y Racón, con el territorio que está delante de Jope. Y les faltó territorio a los hijos de Dan; y subieron los hijos de Dan y combatieron a Lesem, y tomándola la hirieron a filo de espada, y tomaron posesión de ella y habitaron en ella; y llamaron a Lesem, Dan, del nombre de Dan su padre. Esta es la heredad de la tribu de los hijos de Dan conforme a sus familias; estas ciudades con sus aldeas.

a. Algunas ciudades notables en el territorio de Dan fueron: Timna, Jope y Dan (después de la emigración al norte descrita en Jueces 18:29).

8. (19:49-51) La heredad de Josué.

Y después que acabaron de repartir la tierra en heredad por sus territorios, dieron los hijos de Israel heredad a Josué hijo de Nun en medio de ellos; según la palabra de Jehová, le dieron la ciudad que él pidió, Timnat-sera, en el monte de Efraín; y él reedificó la ciudad y habitó en ella. Estas son las heredades que el sacerdote Eleazar, y Josué hijo de Nun, y los cabezas de los padres, entregaron por suerte en posesión a las tribus de los hijos de Israel en Silo, delante de Jehová, a la entrada del tabernáculo de reunión; y acabaron de repartir la tierra.

a. Y después que acabaron de repartir la tierra en heredad por sus territorios: Josué recibió lo que Dios le había prometido, pero con notable humildad, aceptó su porción en último lugar. Este tipo de servicio humilde y preocupación por otros es parte de lo que hace a Josué un tipo de Jesucristo.

i. «Josué espera a que todas las otras heredades sean asignadas antes de reclamar alguna para sí mismo. De este modo, preserva su derecho a una parte de la tierra sin dar lugar a sugerencias de abuso de sus responsabilidades de liderazgo». (Hess)

ii. Además, Josué no tomó una herencia de tierra para sí mismo. Fue Israel quien se la dio; él la recibió humildemente. «Josué, que normalmente era el agente que distribuía la tierra, ahora la recibía de los israelitas (verso 49)». (Howard)

b. En el monte de Efraín: Dado que era de la tribu de Efraín, resultaba apropiado que Josué recibiera su herencia en el territorio de esa tribu. Esto lo llevó al mismo distrito difícil y montañoso de Efraín del que las tribus de José se habían quejado anteriormente (Josué 17:14-18).

i. «Se recuerda que cuando la tribu de Efraín se quejó, Josué los instruyó a que fueran a las montañas y reclamaran sus posesiones. Ahora, cuando llegó su oportunidad, demostró estar dispuesto a actuar de acuerdo con el consejo que había dado. Se dirigió a esa misma región montañosa, y su determinación queda claramente reflejada en la declaración: “Edificó la ciudad, y habitó en ella”». (Morgan)

c. Acabaron de repartir la tierra en heredad por sus territorios: El territorio había sido asignado a cada tribu, pero era responsabilidad de cada una de ellas luchar y poseer lo que Dios les había dado.

i. Hicieron esto en Silo, delante de Jehová. «Todas las heredades se determinaron por sorteo, y este sorteo se llevó a cabo delante de Jehová. Todo se hizo bajo su atenta mirada, como si estuviera directamente supervisando; por lo tanto, no hubo quejas, ya que cada uno recibió su heredad como si fuera entregada por la mano de Dios mismo, aunque algunos pensaron que merecían más territorio debido al gran aumento de sus familias». (Clarke)

© 2024 The Enduring Word Comentario bíblico en español de David Guzik – ewm@enduringword.com

© Copyright 2018 - Enduring Word       |      Site Hosted & Maintained by Local View Marketing    |    Privacy Policy