Juan 14 – El Jesús que está por partir
Vídeos sobre Juan 14:
Juan 14:1-14 – Preparado Para La Partida
Juan 14:15-31 – Preparado Para El Espíritu
A. Tranquilizando corazones preocupados con confianza y esperanza en Jesús.
1. (1) Una orden que se tranquilicen los corazones preocupados.
No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí.
a. No se turbe vuestro corazón: Los discípulos tenían razones para estar preocupados. Jesús les acababa de decir que uno de ellos era un traidor, que todos ellos lo negarían, y que él los dejaría esa noche. Todo esto preocupaba legítimamente a los discípulos, sin embargo Jesús les dijo, no se turbe vuestro corazón.
i. Jesús nunca quiso que tuviéramos una vida sin problemas, pero prometió que podríamos tener un corazón tranquilo incluso en una vida problemática.
ii. Esto fue en cierto sentido una orden. “La forma del imperativo me tarassestho implica que ellos debían ‘dejar de estar preocupados.’ ‘Que descansen sus corazones’ sería una buena traducción.” (Tenney)
iii. Jesús no dijo, “Me alegra que estén preocupados y llenos de dudas. Sus dudas son maravillosas.” “Él no se complace en la duda y en la ansiedad de su pueblo. Cuando vio que debido a lo que dijo los corazones de los apóstoles se llenaron de pesar, les rogó con gran amor, les suplicó que se consolaran.” (Spurgeon)
iv. “Sus discípulos sintieron su partida como una tortura. Y fue entonces cuando él los consoló con un discurso tan sencillo y glorioso que toda la cristiandad es deudora de su agonía.” (Morrison)
b. Creéis en Dios, creed también en mí: En lugar de entregarse a un corazón turbado, Jesús les dijo que pusieran firmemente su confianza en Dios y en el mismo Jesús. Este fue un llamado radical a confiar en Jesús así como uno confiaría en Dios el Padre, y una promesa radical de que el hacerlo les traería consuelo y paz a sus turbados corazones.
i. “Qué es lo que lo señala, y lo separa de todos los otros maestros religiosos, no es la claridad ni la ternura con la que reiteró las verdades sobre el amor del Padre, o sobre la moral, la justicia, la verdad, y la bondad; sino que la peculiaridad de su llamado para el mundo es, ‘Cree en mí.’” (Maclaren)
ii. “Alguien que parece hombre le pide a todos los hombres que le den exactamente la misma fe y confianza que le dan a Dios.” (Meyer)
iii. Hay algo de debate sobre cómo deberían considerarse los tiempos del verbo. Es posible que Jesús haya querido decir, Ustedes deben creer en Dios, también deben vivir en mí (imperativo) o es posible que quisiera decir, ustedes creen en Dios, también creen en mí (indicativo). A fin de cuentas, la mejor evidencia parece ser que Jesús mencionó esto como una orden o una instrucción para los discípulos.
· “El verbo creed es imperativo en ambas ocasiones.” (Alford)
· “En vista del imperativo precedente yo considero que lo mejor es tomar ambas formas como imperativas. Jesús está instando a sus seguidores a continuar creyendo en el Padre y que continuaran viviendo para él.” (Morris)
iv. “La solución de Jesús para la perplejidad no es una receta. Es una relación con él.” (Tenney)
2. (2-4) Razones para calmar a un corazón turbado: una futura reunión en la casa del Padre.
En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis. Y sabéis a dónde voy, y sabéis el camino.
a. En la casa de mi Padre muchas moradas hay: Jesús habló con absoluta confianza sobre el cielo, aquí mencionado como la casa de su Padre. Jesús no se preguntaba por la vida después de la muerte: él la conocía y les dijo a sus discípulos que había habitaciones para todos en el cielo (muchas moradas).
i. “Platón habla de las últimas horas de Sócrates en prisión antes de beber el veneno…. Como Cristo, Sócrates va a morir. Como Cristo, sus pensamientos corren en la inmortalidad. Lo discute con sus amigos, que lo vienen a visitar, especula, discute, se sorprende. Qué contraste tan estupendo entre eso y la actitud de Cristo.” (Morrison)
b. Muchas moradas: La versión en inglés NKJV lo traduce como muchas mansiones, pero a la luz del antiguo griego, es mejor traducido como “moradas.” El sustantivo mone (conectado con el verbo meno, “quedarse” o “permanecer”) significa “un lugar donde quedarse,” a la luz de la naturaleza de Dios, es mejor traducirlo como moradas Cualquiera que sea el lugar donde nos quedaremos en el cielo, será tan glorioso como una mansión.
i. Habrá muchas moradas. Jesús podía ver lo que los discípulos nunca pudieron – a millones de millones, incluso billones de cada tribu, lenguaje y nación en la casa de su Padre. Tal vez incluso sonrió cuando dijo, muchas moradas– ¡ciertamente muchas!
ii. “Moradas, monai, llegaron a la av y a la rv a través de la influencia de la Vulgata moradas, las cuales pueden significar ‘estaciones’ o ‘alojamientos temporales’ donde los viajeros pueden descansar en diferentes etapas de su viaje. A la luz de esto, muchos estudiosos, especialmente Westcott y Temple, siguiendo a Origen, asumen que la concepción del cielo en este pasaje es la de un estado de progreso de una etapa a otra hasta que el objetivo final es alcanzado. Sin embargo esta no fue la interpretación que generalmente se le dio a la palabra por los Padres, y por derivación parecería denotar mucho más la idea de la permanencia. Es encontrada una vez más en el Nuevo Testamento, en Juan 14:23, donde se resalta la morada permanente del Padre y el Hijo en los corazones de los discípulos que los aman.” (Tasker)
c. Voy, pues, a preparar lugar para vosotros: El amor prepara una bienvenida. Con amor, padres expectantes preparan un cuarto para el bebé. Con amor, el anfitrión prepara todo para sus invitados. Jesús prepara un lugar para su pueblo porque los ama y está confiado en su llegada.
i. James Barrie fue el hombre que escribió Peter Pan, entre otras obras. Uno de sus libros fue sobre su madre, Margaret Ogilvy, y cómo creció en Escocia. Su madre soportó mucha miseria en su vida, incluyendo la trágica muerte de uno de sus hijos. Según Morrison, Barrie escribió que el capítulo de la biblia favorito de su madre era Juan 14. Lo leía tanto que cuando su biblia estaba abierta, las páginas naturalmente se abrían en ese lugar. Barrie dijo que cuando era más vieja y ya no podía leer estas palabras, se inclinaba hacia su biblia y besaba la página donde las palabras estaban impresas.
ii. Voy habla del propio plan e iniciativa de Jesús. Él no fue llevado a la cruz; él fue allí. “Ellos pensaron que su muerte fue una calamidad inesperada. Cristo les enseñó que era el camino de su propio plan.” (Morrison)
d. Vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo: Jesús prometió volver otra vez por los discípulos. Esto no solo fue en el sentido de su pronta resurrección o de la venida del Espíritu Santo. Jesús también tenía en mente la gran reunión con su pueblo al final de la era.
i. “Ellos no debían pensar de él como que había cesado de ser cuando no lo vieran. Sólo había ido a otro lugar de morada para preparar para su venida; y lo que es más, él regresará a recibirlos.” (Morgan)
ii. “No se debe perder la referencia a la segunda venida. Es verdad que Juan no hace referencia a esto con tanta frecuencia como lo hacen otros escritores del Nuevo Testamento, pero no es verdad que falta en sus páginas.” (Morris)
iii. “Esta fue una hermosa promesa para la iglesia antigua, y Pablo bien podría estar repitiéndola cuando le informa a los tesalonicenses ‘por la palabra del señor’ que Jesús descenderá del cielo y reunirá a los creyentes para sí mismo para estar con él por siempre (Ver 1 Tesalonicenses 4:15-17).” (Tasker)
e. Para que donde yo estoy, vosotros también estéis: El enfoque completo del cielo es estar con Jesús. El cielo es cielo no por las calles de oro, las puertas de perla, ni siquiera la presencia de ángeles. El cielo es cielo porque Jesús está ahí.
i. Recibimos consuelo de saber que incluso mientras él prepara el lugar para nosotros, Jesús también nos prepara para ese lugar.
3. (5-6) Jesús es el único camino al Padre.
Le dijo Tomás: Señor, no sabemos a dónde vas; ¿cómo, pues, podemos saber el camino? Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.
a. Señor, no sabemos a dónde vas: Tomás debería ser elogiado por explicar su confusión claramente y con honestidad. Él pensaba que Jesús simplemente iba a otro lugar, como si fuera a otra ciudad.
i. “Aunque la necesidad del lenguaje humano compele a Jesús a hablar de ‘irse’ y de ‘un camino al Padre’, estos términos no tienen ningún significado espacial ni material (Tasker).
ii. “De esta manera nos damos cuenta de cómo le hablan con una familiaridad natural y sencilla; y él les habla a ellos con total empatía por su debilidad, enseñándoles poco a poco conforme son capaces de aprender. Ellos hacen preguntas como un niño las haría a su Padre. Con frecuencia muestran su ignorancia, pero nunca se ven intimidados en su presencia, o avergonzados de dejar ver lo poco profundos o cabezas duras que son.” (Spurgeon)
b. Yo soy el camino, y la verdad, y la vida: Jesús no dijo que él nos mostraría el camino. Él dijo que él es el camino. No prometió enseñarnos una verdad; él dijo que él es la verdad. Jesús no nos ofreció los secretos de la vida; él dijo que él es la vida.
· Estoy deambulando; No sé a dónde voy. Jesús es el camino.
· Estoy confundido; No sé qué pensar. Jesús es la verdad.
· Estoy muerto por dentro y no sé si puedo continuar. Jesús es la vida.
i. A la luz de los próximos eventos, esta declaración era una paradoja. El camino de Jesús sería la cruz; sería condenado por mentirosos desvergonzados; Su cuerpo pronto yacería sin vida en una tumba. Porque él tomo ese camino, él es el camino a Dios; por el hechos de que no contestó a las mentiras podemos creer que él es la verdad; porque estuvo dispuesto a morir se volvió el canal de la resurrección –la vida para nosotros.
ii. “Sin el camino no hay por dónde ir; sin la verdad no hay conocimiento; sin la vida no hay vivir. Yo soy el camino que ustedes deben seguir; la verdad que deben creer; la vida que deben anhelar.” (a’ Kempis, citado por Bruce)
c. Nadie viene al Padre, sino por mí: Jesús hizo esta sorprendente declaración, afirmando que él era el único camino a Dios. En esto dejó de lado los templos y sus rituales, así como otras religiones. Era una afirmación de tener un camino, verdad, y vida exclusivos – el único camino a Dios el Padre, El Dios verdadero en el cielo
i. Comprendida claramente, esta fue una de las cosas más controvertidas que Jesús dijo y que los escritores de los evangelios registraron. Muchas personas no tienen problema en decir que Jesús es un camino legítimo a Dios, pero que otras religiones e incluso individuos tienen sus propios caminos legítimos a Dios. Muchos piensan que no es justo para Dios que haya un solo camino.
ii. Sin embargo, este es un tema consistente en la biblia. Los diez mandamientos comienzan, Yo soy Jehová tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre. No tendrás dioses ajenos delante de mí (Éxodo 20:2-3). A lo largo del Antiguo Testamento Dios denunció y se burló de los supuestos dioses que otros adoraban (Isaías 41:21-29, 1 Reyes 18:19-40). La biblia consistentemente presenta a Un Dios Verdadero, y Jesús es consistentemente presentado como el único camino al único Dios verdadero.
d. Nadie viene al Padre, sino por mí: Poniéndolo de una manera sencilla, si Jesús no es el único camino a Dios, entonces no es ningún camino a Dios. Si hay muchos caminos a Dios, entonces Jesús no es uno de ellos, porque él absolutamente afirmó que solo había un camino a Dios, y que él mismo era ese camino. Si Jesús no es el único camino a Dios, entonces no era un hombre honesto; y ciertamente no era un verdadero profeta. Entonces sería un demente o un diablo mentiroso. No hay término medio disponible.
i. Algunas veces las personas se oponen y dicen, “Yo creo que Jesús era un hombre honesto, y creo que realmente era profeta. Pero no creo que haya dicho esas cosas sobre sí mismo en los evangelios. Yo creo que los cristianos agregaron esas cosas ellos mismos.” Pero no hay una razón objetiva para que una persona haga distinción entre “Jesús en realidad dijo esto” o “Jesús no dijo esto realmente.” No tenemos textos antiguos que nos muestren solo las cosas que supuestamente sí dijo Jesús. Dicha distinción se basa solamente en razones subjetivas – “Yo personalmente no creo que Jesús hubiera dicho eso, por lo tanto no lo dijo – los cristianos pusieron esas palabras en su boca después.”
ii. Si todo depende de la opinión personal – si podemos determinar lo que Jesús dijo o no dijo basados en nuestros propios caprichos – entonces deberíamos rechazar los evangelios completamente. Realmente es un asunto de todo o nada. O tomamos las palabras de Jesús como se registraron en estos documentos históricos, fiables y precisos o los rechazamos completamente.
iii. Pero ¿es intolerante el cristianismo? Ciertamente, hay algunos que afirman ser cristianos que en realidad son intolerantes. Pero el cristianismo bíblico es el más pluralista, tolerante, y abierto a otras culturas, y tiene la mayor urgencia de traducir las escrituras a otros idiomas. Un cristiano puede mantener su lengua nativa y su cultura, y seguir a Jesús en medio de ella. Una crítica temprana del cristianismo fue la observación de que aceptaban a cualquiera. Esclavo o libre; rico o pobre, hombre o mujer; griego o bárbaro. Todos eran aceptados, pero en los fundamentos básicos de la verdad como revelada en Jesucristo. Dejar estos fundamentos en Jesús es un suicidio espiritual, tanto en la actualidad como para la eternidad.
iv. “Si parece ofensivamente exclusivo, tomen en cuenta que el que hace esta afirmación es el Verbo encarnado, el revelador del Padre.” (Bruce)
v. La fe cristiana recibirá a cualquiera que venga a través de Jesús. Jesús dijo, por mí: “No es a través de creer ciertas proposiciones sobre mí’ ni ‘a través de un tipo especial de fe,’ sino ‘a través de mí’.” (Dods)
4. (7-8) Conociendo al Padre y conociendo al Hijo.
Si me conocieseis, también a mi Padre conoceríais; y desde ahora le conocéis, y le habéis visto. Felipe le dijo: Señor, muéstranos el Padre, y nos basta.
a. Si me conocieseis, también a mi Padre conoceríais: Jesús explicó por qué él era el único camino a Dios; porque él era y es la representación perfecta de Dios. Conocer a Jesús es conocer a Dios.
b. Y desde ahora le conocéis, y le habéis visto: Los discípulos ciertamente habían aprendido y conocido mucho sobre Dios en sus tres años de aprendizaje con Jesús. Sin embargo Jesús entendía que como aún no habían visto la revelación completa del amor de Dios en la cruz y su poder en la resurrección, había un sentido en él que sólo ahora conocen y ven a Dios.
c. Señor, muéstranos el Padre, y nos basta: Felipe había visto y experimentado mucho al seguir a Jesús, pero aún no había visto a Dios el Padre con sus ojos físicos. Tal vez pensó que tal experiencia traería seguridad transformadora de vida y valor.
5. (9-11) Jesús explica una vez más su unidad y dependencia con el Padre.
Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre? ¿No crees que yo soy en el Padre, y el Padre en mí? Las palabras que yo os hablo, no las hablo por mi propia cuenta, sino que el Padre que mora en mí, él hace las obras. Creedme que yo soy en el Padre, y el Padre en mí; de otra manera, creedme por las mismas obras.
a. Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido: Esto significa que Felipe había estado cerca de Jesús y sin embargo aún no lo comprendía. Lo mismo es posible y verdadero para muchos hoy en día.
b. El que me ha visto a mí, ha visto al Padre: Este gentil reproche le recordó a Felipe lo que Jesús dijo con frecuencia; que conocerlo a él era conocer al Dios Padre. Ver el amor de Jesús era ver al amor de Dios el Padre, ver a Jesús en acción era ver al Padre en acción.
i. “Es difícil interpretarlo sin ver al Padre y al hijo como uno en cierto sentido. Estas son palabras que un simple hombre no tendría derecho a usar.” (Morris)
ii. El que me ha visto a mí, ha visto al Padre: “Ninguna imagen material o semejanza puede representar adecuadamente a Dios. Solo una persona puede dar conocimiento de él ya que la personalidad no puede ser representada por un objeto impersonal.” (Tenney) Esto termina por siempre con la idea de que la escritura hebrea presenta a un Dios cruel y que Jesús nos muestra un Dios más agradable. Más bien, Jesús nos muestra él mismo, la compasión, la misericordia, y la bondad que había y hay en Dios el Padre. Éxodo 34:5-9, entre otros pasajes, nos muestra esta naturaleza de Dios el Padre en el Antiguo Testamento.
iii. El que me ha visto a mí, ha visto al Padre: “¿Puede cualquier creatura decir estas palabras? ¿Acaso no implican, evidentemente, que Cristo se declaró a sí mismo a sus discípulos como el eterno Dios?” (Clarke)
c. Las palabras que yo os hablo, no las hablo por mi propia cuenta: Jesús repitió algo que se destaca en el evangelio de Juan; que Jesús vivió y habló en constante dependencia con Dios el Padre y no hizo nada fuera de su autoridad y guía (Juan 5:19, 8:28).
d. Creedme…de otra manera, creedme por las mismas obras: Jesús presentó dos fundamentos sólidos para nuestra confianza en él. Podemos creer en Jesús simplemente por su persona y sus palabras, o también podemos creer en él por las mismas obras que hizo milagrosamente.
i. El Padre que mora en mí, él hace las obras: “No solo somos uno en naturaleza, sino también uno en operación. Las obras que he hecho dan testimonio de la infinita perfección de mi naturaleza. Tales milagros que he realizado sólo podían ser realizados por un poder ilimitado.” (Clarke)
ii. Creedme: “Aquí Jesús llama a Felipe y a los otros (noten el cambio a plural) a creerle, no solo a creer en él. La fe incluye un reconocimiento de que lo que Jesús dice es verdad.” (Morris)
iii. “Nuestro Salvador afirmo su divinidad de sus palabras y en sus obras. Él era poderoso, dijo Pedro, tanto en palabra como en obras. Los ministros también deben, en su medida, ser capaces de discutir y aprobarse a sí mismos como hombres de Dios, en buena doctrina y en buena vida.” (Trapp)
B. Tres promesas para los preocupados discípulos.
1. (12-14) Cuando Jesús parta hacia el Padre, su obra continuará en la tierra.
De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aún mayores hará, porque yo voy al Padre. Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré.
a. De cierto, de cierto os digo: Jesús comenzó con la primera de tres promesas dadas a sus discípulos en la noche de su partida. La primera promesa respondió a su miedo, “este es el final. El trabajo ha terminado y todos hemos sido despedidos.” Ellos no fueron despedidos, fueron promovidos, y promovidos a mejores cosas.
b. El que en mí cree: Jesús acababa de alentar a su discípulos a confiar en, depender de, y aferrarse a él en fe, debido a quien él es, las palabras que habló, y los milagros que ha hecho. Ahora describe el beneficio o bendición que viene al que cree.
c. Las obras que yo hago, él las hará también: Jesús esperaba que los que creían en él continuaran con su obra en el mundo. No esperaba que los discípulos se separaran después de su partida, sino que continuaran su obra en una magnitud aún más grande (aún mayores hará).
i. “Las ‘mayores obras’ de las que ahora les hablaba seguirían siendo sus propias obras; ya no logradas por su presencia visible entre ellos sino por su Espíritu dentro de ellos.” (Bruce)
d. Las obras que yo hago, él las hará también; y aún mayores hará: Jesús no se refería a mayores en el sentido demás sensacionales, sino mayores en magnitud. Jesús dejaría una familia victoriosa y trabajadora que extendería su reino a más personas y lugares de lo que Jesús hizo alguna vez en su vida y ministerio.
i. Esta promesa parece imposible; sin embargo después del primer sermón de Pedro hubo más convertidos que los que registran durante todo el ministerio de Jesús.
ii. “La traducción literal de la palabra traducida mayores obras es ‘mayores cosas’; y probablemente esta debe mantenerse. Las obras de los apóstoles después de la resurrección no fueron mayores en clase que las de Jesús, sino mayores en el ámbito de su influencia.” (Tasker)
iii. “La palabra ‘obras’ en realidad no ocurre. No hay palabra en ese punto, así que nuestra mejor traducción sería ‘y mayores cosas.’ El punto es que los cristianos harían algo incluso aún mayor que las obras de Jesús.” (Boice)
iv. “A lo que Jesús se refiere es a lo que podemos ver en la narrativa de los Hechos. Hay unos cuantos milagros de sanidad, pero el énfasis está en las poderosas obras de conversión. Tan solo en el día de Pentecostés se agregaron más creyentes a la pequeña banda de creyentes que a lo largo de toda la vida terrenal de Cristo. Ahí vemos un cumplimiento literal de las ‘mayores obras que estos harán.’” (Morris)
v. William Barclay consideró la dificultad de tomar esto como que significaba que Jesús quería que sus seguidores hicieran más milagros y milagros más impresionantes que los que él mismo hizo: “Aunque podría ser dicho que la iglesia primitiva hizo las cosas que Jesús hizo, ciertamente no podría ser dicho que hizo mayores cosas que las que él hizo.” (Barclay)
vi. Hay algunos que piensa que Jesús se refería a que los creyentes en lo individual pueden y deben hacer obras más espectaculares que las que Jesús hizo en los años de su ministerio terrenal. Sinceramente esperamos pruebas de los que repetidamente han hecho mayores obras que caminar sobre el agua, calmar tormentas, multiplicar comida para miles, resucitar personas (más de las tres registradas en el ministerio de Jesús). Incluso si se probara que una persona después de Jesús ha hecho tales cosas, aun no explica por qué ahora no hay o ha habido miles de personas que han cumplido ésta equivocada y algunas veces peligrosa comprensión de a lo que Jesús se refería cuando dijo, las obras que yo hago, él las hará también; y aún mayores hará.
e. Porque yo voy al Padre: Jesús pronto explicaría que cuando ascendiera al cielo, enviaría al Espíritu Santo (Juan 14:16, Juan 14:26, Juan 15:26, Juan 15:7-9, Juan 15:13). Fue porque Jesús fue al Padre que el Espíritu Santo vino sobre su pueblo, permitiéndoles hacer estas mayores obras.
i. “El motivo por el que harán estas mayores obras es, a causa del todopoderoso Espíritu de gracia y de oración que mi ida al Padre traerá sobre la iglesia.” (Alford)
f. Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré: Jesús explica con más detalle cómo es que serán posibles mayores obras para sus seguidores. Serán posibles porque Jesús haría su obra a través de su pueblo que oraba, que pedían y actuaba en su nombre, él prometió hacer todo lo que sus seguidores que confiaban en él le pidieran en su nombre; esto es, según su carácter y autoridad.
i. En mi nombre no es un encantamiento mágico de oración, este habla de un respaldo (como el cheque de un banco) y de una limitación (las peticiones deben ir de acuerdo con el carácter del nombre). Venimos a Dios en el nombre de Jesús, no en el nuestro.
ii. “La prueba de toda oración es esta: ¿puedo hacerla en el nombre de Jesús? Ningún hombre, por ejemplo, puede orar por venganza personal, por ambición personal, o por algún proyecto indigno y poco cristiano en el nombre de Jesús.” (Barclay)
iii. “Pedir ‘en su nombre’ o hacer algo ‘en su nombre’ habla de una unidad de mente con la suya, una unidad de objetivo y de motivo.” (Trench)
g. Para que el Padre sea glorificado en el Hijo: Estas mayores obras que Jesús prometió traerían gloria al Padre y al Hijo. Las oraciones hechas con una pasión por la gloria de Jesús y Dios el Padre realmente serán en el nombre de Jesús y serán el tipo de oración que Dios contestará.
2. (15-17) Cuando Jesús parta, enviará al Espíritu Santo.
Si me amáis, guardad mis mandamientos. Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros.
a. Si me amáis, guardad mis mandamientos: Jesús acababa de demostrar su sorprendente amor a los discípulos al lavar sus pies) Juan 13:1-5). Les dijo lo que su respuesta amorosa debía ser; guardar sus mandamientos.
· Les ordenó que se lavaran los pies unos a otros, después del ejemplo que les acababa de dar (Juan 13:14-15).
· Les ordenó que se amaran unos a otros después del ejemplo de su amor por ellos (Juan 13:34).
· Les ordenó que pusieran su fe en Dios el Padre y en el mismo Jesús (Juan 14:1).
i. Guardar los mandamientos de Jesús habla a nuestra moralidad personal, sin embargo su énfasis fue en el amor por otros y la fe en él como demostraciones de su obediencia a sus mandamientos.
ii. Esta es una medida justa de nuestro amor por Jesús. Es fácil pensar en amar a Jesús de una manera meramente sentimental o en términos emocionales. Es maravilloso cuando nuestro amor por Jesús tiene sentimiento pasión, pero siempre debe ir conectado con guardar sus mandamientos, o no es amor en absoluto.
iii. Para el creyente, la desobediencia no es solo una falla en nuestro desempeño o una falla en fuerza. En cierto sentido, es también una falla en el amor. Los que aman a Dios deben obedecerle de la manera más gozosa y natural. Decir “realmente amo a Jesús, es solo que no quiero que me diga cómo vivir mi vida” es una terrible interpretación de Jesús y del amor por él.
iv. Jesús también habló de la fuente apropiada de nuestra obediencia. No es miedo, orgullo, ni deseo de ganar bendición. La fuente apropiada de obediencia es el amor. “La obediencia debe tener al amor como madre, enfermera y comida. La esencia de la obediencia radica en el abundante amor que impulsa la obra más que en la obra misma.” (Spurgeon)
v. “Algunas personas piensan que si aman a Jesús, necesitan entrar a un convento, retirarse a una celda, vestirse de manera extraña, o afeitar sus cabezas. Ha sido el pensamiento de algunos hombres, ‘Si amamos a Cristo debemos despojarnos de todo lo que poseemos, vestirnos de cilicio, amarrar cuerdas alrededor de nuestra cintura, y languidecer en el desierto.’ Otros han considerado hacerse resaltar por la extrañeza de su forma de vestir y de su conducta. El salvador no dice nada por el estilo; sino solo ‘si me aman, guarden mis mandamientos.’” (Spurgeon)
b. Yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador: Esta fue la segunda de una serie de promesas. Los discípulos temían “Jesús nos está abandonando. Cuando se vaya no sabremos qué hacer.” No tendrían menos ayuda, tendrían más ayuda porque el Padre enviaría otro Consolador.
i. Jesús comprendía que sus discípulos (aquellos que estaban con él esa noche y aquellos lo estarían a través de los siglos) necesitarían la presencia de Dios y su poder para guardar sus mandamientos. Dios el Hijo prometió orar a Dios el Padre y pedirle que diera el Espíritu Santo al creyente para lograr esto.
ii. Esta declaración es un ejemplo maravilloso de la idea Trinitaria de Dios en la trama del Nuevo Testamento. Jesús no tenía la intención de dar una complicada plática sobre la Trinidad; Simplemente habló de cómo las Personas de la Trinidad interactúan y trabajan por el bien del pueblo de Dios y la promoción de su plan.
iii. El sentido es que esta oración sería hecha cuando Jesús ascendiera al cielo. “Yo rogaré indica, probablemente, una manera de pedir implicando presencia real y cercanía — y aquí es utilizada para la obra mediadora en el estado ascendido de Cristo.” (Alford)
c. Os dará otro Consolador: La palabra Consolador traduce la palabra griega antigua parakletos. Esta palabra lleva la idea de alguien llamado a ayudar a alguien más, y se puede referir a un consejero, un defensor legal, un mediador, o un intercesor.
i. La versión en ingles King James traduce parakletos con la palabra Consolador. Esa traducción tenía más sentido al comprender el significado en ingles antiguo. “Wicliff, de quien tenemos nuestra palabra Consolador, a menudo se usa como ‘consuelo’ del latín confortari, que significa fortalecer… Así la idea de ayuda y fortaleza se transmite, así como de consuelo”. (Alford)
ii. Una manera de entender el trabajo del Consolador es entender lo opuesto de ese trabajo. “El diablo es llamado el acusador, κατηγορος, en total oposición a este nombre y título dados al Espíritu Santo.” (Trapp)
iii. Otro Consolador: La palabra otro es la palabra griega antigua allen, que significa “otro del mismo tipo” (Tenney) en contraste con otro de diferente tipo. Así como Jesús muestra la naturaleza de Dios el Padre, así también el Espíritu Santo – siendo otro del mismo tipo– mostraría la naturaleza de Jesús.
iv. “Que nuestro Señor aquí llame al Espíritu Santo ‘otro Consolador (allon paraklhtoV)’ implica que él mismo afirmaba ser un paraklhtoV, como Juan en su primera epístola (1 Juan 2:1) lo llama.” (Trench)
v. Sería maravilloso vivir la vida cristiana con Jesús a nuestro lado a cada paso del camino. Jesús prometió que el Espíritu Santo cumpliría justo ese rol para nosotros, siendo enviado para fortalecer y ayudar al creyente. Las mayores obras descritas en Juan 14:12-14 son imposibles sin la fortaleza descrita en Juan 14:15-18.
d. Para que esté con vosotros para siempre: Jesús daría el Espíritu Santo para que él (indicando una persona, no una cosa) esté en nosotros permanentemente y no temporalmente, como lo era con el Espíritu Santo en el Antiguo Testamento.
i. “El abogado estará con los discípulos ‘por siempre’. El nuevo estado de las cosas será permanente. Una vez que se haya dado al Espíritu Santo no será retirado.” (Morris)
e. Al cual el mundo no puede recibir: El mundo no puede entender o recibir al Espíritu, porque Él es santo y verdadero. El Espíritu de verdad no es popular en una era de mentiras, y el mundo no puede percibir al Espíritu y no le conoce.
i. “Si el mundo no puede recibir al Espíritu Santo ¿Deberíamos extrañarnos de que en nuestra mundanalidad colectiva veamos y mostremos tan poco de su poder?” (Trench)
f. Pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros: Jesús habló de tres aspectos de la relación de un discípulo con el Espíritu Santo.
· En contraste con el mundo, el discípulo de Jesús debe conoce al Espíritu Santo.
· En contraste con el mundo, el discípulo de Jesús debe tener al Espíritu Santo con él.
· En contraste con el mundo, el discípulo de Jesús debe tener al Espíritu Santo en él.
i. Para esos 11 discípulos, el Espíritu Santo ya estaba con ellos, y después estaría en ellos. Esto se cumplió cuando Jesús respiró sobre ellos y ellos recibieron al Espíritu Santo, cuando fueron regenerados y nacidos de nuevo (Juan 20:22).
ii. Además del con y el en, Jesús utilizó una tercera preposición para describir la relación entre el discípulo y el Espíritu Santo: Y recibiréis poder cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo (Hechos 1:8). Esta experiencia sobre es el bautismo del Espíritu Santo, la efusión del Espíritu.
iii. “Entre Cristo en la tierra y sus discípulos ¡Cuánta distancia había! En su condescendencia llegó a estar muy cerca de ellos; pero aun así siempre se puede percibir una brecha entre el sabio Maestro y los necios discípulos. Ahora el Espíritu Santo elimina esa distancia morando en nosotros.” (Spurgeon)
3. (18-21) Cuando Jesús parta, se manifestará a sus discípulos.
No os dejaré huérfanos; vendré a vosotros. Todavía un poco, y el mundo no me verá más; pero vosotros me veréis; porque yo vivo, vosotros también viviréis. En aquel día vosotros conoceréis que yo estoy en mi Padre, y vosotros en mí, y yo en vosotros. El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él.
a. No os dejaré huérfanos; vendré a vosotros: Jesús comenzó con su tercera promesa. Los discípulos temían, “cuando Jesús se vaya, entonces nuestro programa de discipulado se habrá terminado y apenas había comenzado.” Su programa de discipulado no había terminado, apenas era el comienzo.
i. “Los discípulos de un maestro particular entre los hebreos lo llamaban padre; sus estudiantes eran llamados sus hijos, y, en su muerte, eran considerados como huérfanos.” (Clarke)
ii. Spurgeon consideraba varias maneras en las que los seguidores de Jesús no son como huérfanos.
· Un huérfano tiene padres que están muertos; El Espíritu nos muestra que Jesús está vivo.
· Un huérfano se queda solo; el Espíritu nos acerca más a la presencia de Dios.
· Un huérfano ha perdido a su proveedor; el Espíritu provee todas las cosas.
· Un huérfano queda sin instrucción; el Espíritu nos enseña todas las cosas.
· Un huérfano no tiene defensor, el Espíritu es protector.
b. Vendré a vosotros: Jesús prometió una vez más ir a sus discípulos (anteriormente en Juan 14:3). Esta fue una amplia promesa, cumplida por su resurrección, por la llegada del Espíritu, y por la promesa de su regreso en persona a esta tierra.
i. “Cada fase de su prometido regreso está envuelta en esta promesa: ‘Vendré a vosotros.’” (Bruce)
c. El mundo no me verá más; pero vosotros me veréis: Esto fue verdad en un sentido cuando Jesús resucitó. También fue verdad incluso cuando ascendió al cielo. Jesús se revelaría a sus discípulos de una manera real y poderosa después de su partida. Lo verían de una manera aún más grande que solo verlo con su vista física.
i. El apóstol Pablo escribió después, aun si a Cristo conocimos según la carne, ya no lo conocemos así (2 Corintios 5:16). Había algo más atractivo sobre conocer a Jesús por el Espíritu que solo en la carne.
d. Porque yo vivo, vosotros también viviréis: Los discípulos no solo verían a Jesús por el Espíritu, también continuarían viviendo en Jesús a través de la obra del Espíritu Santo. Su dependencia en la vida de Jesús no terminaría cuando él se fuera; continuaría en gran medida a través del Espíritu Santo.
i. “Un hombre es salvo porque Cristo murió por él, continúa salvo porque Cristo vive por él. La única razón por la que la vida espiritual permanece es porque Jesús vive.” (Spurgeon)
e. Vosotros conoceréis que yo estoy en mi Padre, y vosotros en mí, y yo en vosotros: A través del Espíritu Santo ellos conocerían una vida de relación, vida compartida, y unión con Dios el Padre, Dios el Hijo, y en el discípulo.
· Esta unión está marcada por el conocimiento de la voluntad de Dios (tiene mis mandamientos).
· Esta unión está marcada por el cumplimiento de la voluntad de Dios (los guarda).
· Esta unión está marcada por el amor (es el que me ama).
· Esta unión está marcada por relación y recepción de amor con Dios el Padre (será amado por mi Padre).
· Esta unión está marcada por la revelación del mismo Jesús (y me manifestaré a él).
· Todo esto fluye de la unión con Dios en el discípulo a través del Espíritu Santo.
i. Esta relación es para la experiencia del discípulo ahora, no sólo en la era venidera. “Porque él no se reserva todo para la vida futura, sino que da una uva de Canaán en este desierto, una que el mundo nunca había probado.” (Trapp)
ii. El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama: “El amor al que Cristo promete una manifestación de sí mismo no es un sentimiento inútil ni una fantasía superficial, sino un principio que impulsa la obediencia.” (Dods)
iii. El que tiene mis mandamientos: “El hombre que ama a Cristo es el que ‘tiene’ sus mandamientos y los guarda. El ‘tener’ sus mandamientos es una expresión inusual y no parece ser igualada con exactitud (Aunque cf. 1 Juan 4:21). El significado parecer ser apropiarse de los mandamientos, tomarlos hasta lo profundo de nuestro ser.” (Morris)
4. (22-24) Respondiendo la pregunta de Judas (no el Iscariote).
Le dijo Judas (no el Iscariote): Señor, ¿cómo es que te manifestarás a nosotros, y no al mundo? Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él. El que no me ama, no guarda mis palabras; y la palabra que habéis oído no es mía, sino del Padre que me envió.
a. Cómo es que te manifestarás a nosotros: Judas hizo una excelente pregunta. La idea de manifestarás es revelar, hacer evidente. No era inmediatamente evidente cómo en su partida Jesús podía revelarse a sí mismo a sus discípulos y no al mundo en general.
i. Judas había escuchado a Jesús enseñar que toda la tierra vería al Mesías en su gloria (Mateo 24:30). Era difícil para él entender a Jesús cuando ahora hablaba de una revelación de sí mismo que el mundo no podría ver.
ii. “Judases llamado ‘Judas de Santiago’ en Lucas 6:16 y Hechos 1:13; y en cada ocasión laAV lo traduce ‘el hermano de Santiago´’, mientras que la RV y la RSV, con más naturalidad como, ‘el hijo de Santiago’. Él parece ser el mismo que el Tadeo de Mateo 10:3 y Marcos 3:18. Algunos de los apóstoles tenían más de un nombre.” (Tasker)
iii. “Las palabras no el Iscariote son en realidad superfluas, después de Juan 13:30, pero son agregadas por San Juan debido a su profundo terror al traidor que llevaba el mismo nombre.” (Alford)
b. El que me ama, mi palabra guardará: Al responder a Judas, Jesús repitió los temas de los versículos anteriores. Jesús sería revelado a y entre los discípulos a través del amor, la obediencia y la unión con el Padre y el Hijo. Estas no eran ni son experiencias principalmente místicas o estáticas, sino vida real vivida en la presencia y obra del Espíritu Santo.
· El amor es personal; Jesús dijo, El que me ama.
· El amor tiene una consideración reverente por las enseñanzas de Jesús; Jesús dijo, mi palabra guardará.
i. Mi palabra guardará: “Esto es más que un ‘mandamiento’ ¿no es cierto? La ‘palabra’ de Cristo es más que un precepto. Incluye todos sus dichos, y los incluye todos ellos como una unidad vital y un todo orgánico. No debemos ir escogiendo y seleccionando entre ellos; ellos son uno.” (Maclaren)
ii. Vendremos a él, y haremos morada con él: “Donde se muestran el amor y la obediencia, la presencia de Dios y de Cristo se manifiesta; el Padre y el Hijo juntos hacen morada con cada hijo.” (Bruce)
c. La palabra que habéis oído no es mía, sino del Padre que me envió: Jesús una vez más hace hincapié en su dependencia total y sumisión a Dios el Padre. Jesús abiertamente declaró su igualdad con el Padre (Juan 14:1, Juan 14:3, Juan 14:7, Juan 14:9).
C. Al Partir Jesús, entrega los regalos del Espíritu Santo y su Paz.
1. (25-27) El Jesús que está por partir deja los regalos del Espíritu Santo y su Paz.
Os he dicho estas cosas estando con vosotros. Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho. La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.
a. Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre: Jesús mencionó por primera vez al Consolador en Juan 14:16. Él regresó a la maravillosa promesa de que cuando los dejara con su presencia física, Jesús le pediría al Padre enviar al Espíritu Santo a ayudar a sus discípulos.
i. Enviará en mi nombre: El Espíritu Santo es enviado a los discípulos en los méritos de Jesús y en la naturaleza y carácter de Jesús. “El Espíritu sería el representante oficialmente designado de Jesús para actuar en su representación.” (Tenney)
· El discípulo no tiene que pedir el Espíritu Santo por sus propios méritos; ellos pueden recibirlo por el mérito de Jesús.
· El discípulo debe esperar que la obra del Espíritu Santo se vea como la naturaleza y el carácter de Jesús como se revela en la Palabra de Dios.
ii. Este es otro maravilloso ejemplo de la verdad de la Trinidad tejida sobre la tela del Nuevo Testamento. Dios el Padre envía a Dios el Espíritu Santo por petición de Dios el Hijo.
iii. El Espíritu Santo: “Esta designación característica, encontrada a lo largo del Nuevo Testamento, no busca centrar la atención en el poder del Espíritu, su grandeza, o cosas por el estilo. Para los primeros cristianos lo importante es que Él es santo.” (Morris)
b. Él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho: En su partida, Jesús terminó su obra directa de enseñar a los discípulos como un maestro enseña a sus discípulos. Su entrenamiento no estaba terminado, pero sería continuado por el Consolador, el Espíritu Santo.
i. El Espíritu Santo le enseñaría a los discípulos qué más necesitaban hacer y también les recordaría sobrenaturalmente las palabras de Jesús, tanto para su propio beneficio como para la escritura de los Evangelios.
ii. Esto significa que la obra del Espíritu sería una obra de continuación. Su enseñanza continuaría con lo que Jesús ya enseñó. El Espíritu no borra la enseñanza previa de Jesús y comienza de nuevo. “El Espíritu no prescinde de las enseñanzas de Jesús. La enseñanza que será recordada es suya.” (Morris)
iii. Hay algo general en esta promesa para cada creyente. El Espíritu Santo nos enseña y nos recuerda la palabra de Dios (si somos cuidadosos en recibirla). Sin embargo la plenitud de esta promesa estaba reservada para la primera generación de discípulos y apóstoles, sobre quienes Jesús estableció la iglesia (Efesios 2:20).
iv. “Es en el cumplimiento de esta promesa a los apóstoles, que su suficiencia como testigos de todo lo que el Señor hizo y enseñó, y consecuentemente la autenticidad de la narrativa del evangelio, está basada.” (Alford)
c. La paz os dejo, mi paz os doy: En un sentido era común decir esto en una despedida en esa cultura, desear paz (shalom) a otros cuando los dejabas. Jesús tomó esta despedida común y la llenó con un significado y fortaleza profundos.
i. “Era costumbre despedirse deseando la paz: — como en 1 Samuel 1:17; Lucas 7:50; Hechos 16:36; 1 Pedro 5:14; 3 Juan 1:15.” (Alford) “‘La paz (shalom) sea con ustedes’ era (y es) el saludo común judío cuando amigos se encuentran y se despiden.” (Bruce)
ii. Yo no os la doy como el mundo la da: Cuando alguien en esa cultura antigua decía paz al partir, lo decían sin ningún significado en especial. Era como cuando alguien dice que te vaya bien. Literalmente significa, Que Dios esté contigo– pero en realidad no lo decimos con esa intención. Jesús quería que supieran que cuando él dijo paz os dejo, no fue de la manera casual, y vacía que casi todos lo hacían.
iii. La paz de este mundo a menudo está basada en la distracción o en una ceguera deliberada y mentiras. Jesús ofrece una paz mejor, una paz real.
iv. Jesús no tenía herencia o fortuna para dejar a sus seguidores en una última voluntad o testamento. Sin embargo Jesús les dio dos cosas más grandes que cualquier fortuna: la presencia y el poder del Espíritu Santo, y la paz del mismo Jesús. Esta es la paz de Dios el Hijo, con su completo y confiado amor en Dios el Padre.
v. “Él describió cuidadosamente la paz como ‘Mi Paz,’ Su paz era un corazón tranquilo y sin temor a pesar de todo el sufrimiento y conflicto que tenía por delante.” (Morgan)
vi. “En la Biblia la palabra para paz, shalom, nunca significa simplemente la ausencia de problemas. Significa todo lo que ayuda a nuestro más grande bien. La paz que nos ofrece el mundo es una paz de escape, la paz que viene de evitar los problemas y de negarse a enfrentar las cosas.” (Barclay)
d. No se turbe vuestro corazón: Jesús regresó al tema registrado en el primer versículo de Juan 14. Con fe en Dios y en su Hijo, al recibir su Espíritu y su paz, podemos tener un corazón tranquilo en una vida bastante turbada.
2. (28-29) Lo bueno de la partida de Jesús hacia el Padre.
Habéis oído que yo os he dicho: Voy, y vengo a vosotros. Si me amarais, os habríais regocijado, porque he dicho que voy al Padre; porque el Padre mayor es que yo. Y ahora os lo he dicho antes que suceda, para que cuando suceda, creáis.
a. Si me amarais, os habríais regocijado: Los discípulos estaban preocupados por la partida de Jesús. En fe, más bien debían regocijarse, por Jesús, por ellos, y por el mundo. La obra de Jesús a través de la venida del Espíritu Santo sería más grande que su obra durante los tres años de su ministerio terrenal.
· Jesús, cuando pienso en todo a lo que renunciaste, todo lo que tomaste sobre ti cuando viniste del cielo a la tierra – me alegra que vayas al Padre para que todo te sea restaurado.
· Jesús, cuando pienso en todo lo que diste por mí y tu pueblo cuando ascendiste a la gloria, y desde allí enviaste al Espíritu Santo, oraste por tu iglesia y preparaste un lugar para nosotros – me hace muy feliz que vayas al Padre, también por mí.
b. Porque he dicho que voy al Padre: Sentimos una gozosa anticipación en Jesús, feliz de regresar a la comunión celestial entre Padre e Hijo.
c. El Padre mayor es que yo: El Padre es mayor que el Hijo en posición, especialmente en lo que se refiere a la encarnación. Sin embargo el Padre no es mayor que el Hijo en esencia o ser; Ambos son igualmente Dios.
i. Es notable que Jesús siquiera deba decir esto. “Que requiriera ser explícitamente afirmado, como aquí, es la evidencia más fuerte de que él era Divino.” (Dods)
3. (30-31) Jesús sigue adelante voluntariamente, no como alguien que es abrumado por Satanás.
No hablaré ya mucho con vosotros; porque viene el príncipe de este mundo, y él nada tiene en mí. Mas para que el mundo conozca que amo al Padre, y como el Padre me mandó, así hago. Levantaos, vamos de aquí.
a. Viene el príncipe de este mundo: Jesús sabía que Satanás venía por él. En ese momento Judas Iscariote estaba arreglando el arresto de Jesús en el Huerto de Getsemaní. La calma amorosa y centrada en otros de Jesús ante tales circunstancias es sorprendente.
b. Él nada tiene en mí: Jesús confiada y verdaderamente podía decir que Satanás no tenía ningún gancho, ningún punto de apoyo de engaño en él. Satanás no podía empujar a Jesús a la cruz; Jesús fue en amorosa obediencia a Dios el Padre y por amor al mundo (para que el mundo conozca que amo al Padre, y como el Padre me mandó, así hago).
i. “Él nada tiene en mí— ningún punto de apoyo sobre el cual sujetar su ataque.” (Alford)
ii. “Jesús se dirige a la muerte no destruido por las maquinaciones de Satanás ‘sino para que el mundo sepa que amo al Padre y que como el Padre me mandó, así hago.’” (Dods)
c. Levantaos, vamos de aquí: A este punto, Jesús y sus discípulos dejaron la mesa y lentamente se abrieron paso hasta el Huerto de Getsemaní. Es claro que no se fueron inmediatamente (Juan 18:1), pero aquí comenzaron a hacerlo.
i. “Cualquiera que haya intentado hacer que un grupo de doce personas o más dejen un lugar en particular en un momento en particular apreciará que usualmente toma más que una breve exhortación el poder lograrlo.” (Morris)
ii. “Probablemente el resto de un discurso, y la oración, Juan 17, fueron dados cuando ahora todos estaban de pie listos para partir.” (Alford)
iii. “Si Juan 15-17 fueron hablados camino a Getsemaní o si él y los discípulos se demoraron mientras terminaron la discusión no es claro.” (Tenney)
iv. En particular, se alistaron para irse juntos. “Uno pensaría que en una noche como esa, el anhelo más profundo de Jesús sería estar solo….No pudo dejarlos que se fueran solos. Los amaba demasiado. Podían abandonarlo, como pronto lo harían. Pero era imposible que él los abandonara a ellos.” (Morrison)
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