Jueces 20




Jueces 20 – La Guerra de Israel contra Benjamín y Gabaa

A. La nación se reúne para juzgar a Gabaa.

1. (1-2) La nación se reúne por la petición del Levita.

Entonces salieron todos los hijos de Israel, y se reunió la congregación como un solo hombre, desde Dan hasta Beerseba y la tierra de Galaad, a Jehová en Mizpa. Y los jefes de todo el pueblo, de todas las tribus de Israel, se hallaron presentes en la reunión del pueblo de Dios, cuatrocientos mil hombres de a pie que sacaban espada.

a. Entonces salieron todos los hijos de Israel: Fue una señal positiva el ver a Israel reunido por dicha razón. Esto mostró que ellos estaban dispuestos a lidiar con el problema del pecado en medio de ellos.

i. “Una gran pasión moral floreció. Debajo de toda la degeneración había un verdadero estrato de convicción religiosa, la cual, en la presencia de la iniquidad de los hombres de Gabaa, se levantó hacia la vida y acción.” (Morgan)

ii. Al parecer el crimen de Gabaa conmocionó la consciencia de Israel. El día de hoy un crimen como el de Gabaa sería material para las noticias, la televisión, pláticas diarias, y pláticas por la radio – más que un llamado nacional hacia la justicia y el arrepentimiento.

b. Los jefes de todo el pueblo, de todas las tribus de Israel, se hallaron presentes: Deuteronomio 13:12-18 instruía a Israel el cómo tratar con tales abominaciones en medio de ellos. Decía que ellos debían de probar primera la veracidad de las acusaciones. Si los cargos eran ciertos, entonces debían de destruir totalmente a aquellos que habían cometido tal abominación.

2. (3-7) El Levita describe el abuso y asesinato de su concubina.

Y los hijos de Benjamín oyeron que los hijos de Israel habían subido a Mizpa. Y dijeron los hijos de Israel: Decid cómo fue esta maldad. Entonces el varón levita, marido de la mujer muerta, respondió y dijo: Yo llegué a Gabaa de Benjamín con mi concubina, para pasar allí la noche. Y levantándose contra mí los de Gabaa, rodearon contra mí la casa por la noche, con idea de matarme, y a mi concubina la humillaron de tal manera que murió. Entonces tomando yo mi concubina, la corté en pedazos, y la envié por todo el territorio de la posesión de Israel, por cuanto han hecho maldad y crimen en Israel. He aquí todos vosotros sois hijos de Israel; dad aquí vuestro parecer y consejo.

a. Decid cómo fue esta maldad: Los hijos de Benjamín querían saber, para que pudieran hacer algo en cuanto a este ultraje.

b. Con idea de matarme, y a mi concubina la humillaron: El Levita contó la historia para su propia ventaja. Lo que dijo fue cierto, pero él no mencionó la manera cruel y sin escrúpulos en la que él abandonó a su concubina hacia la multitud.

3. (8-11) Se realizan los preparativos para la guerra.

Entonces todo el pueblo, como un solo hombre, se levantó, y dijeron: Ninguno de nosotros irá a su tienda, ni volverá ninguno de nosotros a su casa. Mas esto es ahora lo que haremos a Gabaa: contra ella subiremos por sorteo. Tomaremos diez hombres de cada ciento por todas las tribus de Israel, y ciento de cada mil, y mil de cada diez mil, que lleven víveres para el pueblo, para que yendo a Gabaa de Benjamín le hagan conforme a toda la abominación que ha cometido en Israel. Y se juntaron todos los hombres de Israel contra la ciudad, ligados como un solo hombre.

a. Entonces todo el pueblo, como un solo hombre: Esta era una respuesta alentadora en un tiempo tan oscuro. Ellos se juntaron en unidad, y decidieron traer justicia al pueblo de Gabaa.

b. Le hagan conforme a toda la abominación que ha cometido en Israel: Esto era extremo, pero un cumplimiento válido y apropiado del mandamiento de Dios para Israel. Deuteronomio 13:12-18.

4. (12-17) Se busca la ayuda de Benjamín, pero no es dada.

Y las tribus de Israel enviaron varones por toda la tribu de Benjamín, diciendo: ¿Qué maldad es ésta que ha sido hecha entre vosotros? Entregad, pues, ahora a aquellos hombres perversos que están en Gabaa, para que los matemos, y quitemos el mal de Israel. Mas los de Benjamín no quisieron oír la voz de sus hermanos los hijos de Israel, sino que los de Benjamín se juntaron de las ciudades en Gabaa, para salir a pelear contra los hijos de Israel. Y fueron contados en aquel tiempo los hijos de Benjamín de las ciudades, veintiséis mil hombres que sacaban espada, sin los que moraban en Gabaa, que fueron por cuenta setecientos hombres escogidos. De toda aquella gente había setecientos hombres escogidos, que eran zurdos, todos los cuales tiraban una piedra con la honda a un cabello, y no erraban. Y fueron contados los varones de Israel, fuera de Benjamín, cuatrocientos mil hombres que sacaban espada, todos estos hombres de guerra.

a. Mas los de Benjamín no quisieron oír la voz de sus hermanos: Las otras tribus de Israel hicieron lo correcto al pedirle a la tribu de Benjamín que entregara a los hombres que habían cometido tal crimen. Ellos buscaron resolver la crisis justamente, sin una guerra completa. Pero la tribu de Benjamín cometió un gran pecado al poner su lealtad a su tribu antes de obedecer a la Ley de Dios.

i. Los seguidores modernos de Dios pueden hacer el mismo error hoy, cuando ponen sus intereses de su propia nación antes que el Reino de Dios. Es importante para los cristianos que recuerden que son ciudadanos primeramente del Reino de Dios (Filipenses 3:20).

b. Setecientos hombres escogidos, que eran zurdos, todos los cuales tiraban una piedra con la honda a un cabello, y no erraban: La tribu de Benjamín no solamente fracasaron en apoyar la justa causa de las demás tribus, ellos activamente se resistieron contra las otras tribus con un ejército compuesto. El ejército incluía esta división de setecientos hombres escogidos.

i. Y no erraban: La palabra hebrea traducida a erraban es literalmente pecado. Esto ilustra el principio de que la palabra “pecado” literalmente significa “fallar al blanco” – ya sea que estuvieras a un centímetro o a un metro de distancia.

c. Los varones de Israel, fuera de Benjamín, cuatrocientos mil hombres: Las tribus de Israel se prepararon para una pequeña guerra civil en contra de la tribu de Benjamín. Israel estaba en lo correcto en creen que el bien máximo no es la unidad. La unidad, apartada de la justicia y la verdad, es una unidad que no vale la pena tener.

B. La batalla en contra de Benjamín y Gabaa.

1. (18-21) El primer día de la batalla – Israel es derrotado delante de Benjamín.

Luego se levantaron los hijos de Israel, y subieron a la casa de Dios y consultaron a Dios, diciendo: ¿Quién subirá de nosotros el primero en la guerra contra los hijos de Benjamín? Y Jehová respondió: Judá será el primero. Se levantaron, pues, los hijos de Israel por la mañana, contra Gabaa. Y salieron los hijos de Israel a combatir contra Benjamín, y los varones de Israel ordenaron la batalla contra ellos junto a Gabaa. Saliendo entonces de Gabaa los hijos de Benjamín, derribaron por tierra aquel día veintidós mil hombres de los hijos de Israel.

a. Subieron a la casa de Dios y consultaron a Dios: En la primera batalla, Israel buscó al Señor – y aun así fueron derrotados. Podemos especular que, aunque buscaron a Dios, aun así confiaron en la fuerza de su ejército y en la bondad de su causa, pero no en el Señor.

b. Saliendo entonces de Gabaa los hijos de Benjamín, derribaron por tierra aquel día veintidós mil hombres de los hijos de Israel: Esta fue una derrota severa y asombrosa en la primera batalla de esta pequeña guerra civil. Después de este primer día de batalla, parecía que la tribu de Benjamín se podría resistir exitosamente en contra de las demás tribus de Israel.

i. Quizás había algo mal en la manera en la cual Israel buscó al Señor antes de esta batalla; o, también es probable que esto simplemente formaba parte del plan de Dios para disciplinar y corregir a Su nación desobediente.

ii. El presidente estadounidense, Abraham Lincoln, en su segundo discurso inaugural, habló de este mismo tema, en relación a la Guerra Civil Americana:

Afectuosamente esperamos, apasionadamente oramos, que este poderoso azote de la guerra pase de largo apresuradamente. Pero, si es la voluntad de Dios que continúe hasta que toda la riqueza amontonada por los esclavos durante los doscientos cincuenta años de trabajo sin descanso se hunda, y hasta que cada gota extraída por el látigo deba ser extraída por la espada, de la manera que dijimos hace trescientos años, y aún se debe de decir “el juicio del Señor en conjunto es justo y verdadero.” (1865)

iii. Quizás algo de la misma dinámica estaba en función con Israel en ese tiempo – Dios corrigiendo a una nación desobediente a través de la pérdida trágica de 22,000 soldados de Israel.

2. (22-23) Israel busca a Dios después de la primera derrota.

Mas reanimándose el pueblo, los varones de Israel volvieron a ordenar la batalla en el mismo lugar donde la habían ordenado el primer día. Porque los hijos de Israel subieron y lloraron delante de Jehová hasta la noche, y consultaron a Jehová, diciendo: ¿Volveremos a pelear con los hijos de Benjamín nuestros hermanos? Y Jehová les respondió: Subid contra ellos.

a. Mas reanimándose el pueblo, los varones de Israel volvieron a ordenar la batalla: Esta fue una reacción maravillosa en medio de un evento tan oscuro. Estos soldados no perdieron la esperanza; como David en 1 Samuel 30:6, ellos se fortalecieron a sí mismos en el Señor y siguieron adelante.

b. Los hijos de Israel subieron y lloraron delante de Jehová hasta la noche: Para crédito de ellos, los hijos de Israel no se detuvieron en buscar al Señor después de este primer desastre en la batalla. Ellos se humillaron apropiadamente delante de Dios y le buscaron en cuanto a la siguiente batalla.

3. (24-25) En el segundo día de la batalla, Israel es derrotado delante de Benjamín otra vez.

Por lo cual se acercaron los hijos de Israel contra los hijos de Benjamín el segundo día. Y aquel segundo día, saliendo Benjamín de Gabaa contra ellos, derribaron por tierra otros dieciocho mil hombres de los hijos de Israel, todos los cuales sacaban espada.

a. Se acercaron los hijos de Israel contra los hijos de Benjamín el segundo día: Esta no sería una guerra fácil o rápida. Después de un primer día de fuertes pérdidas, los hijos de Israel estaban dispuestos a seguir luchando.

b. Derribaron por tierra otros dieciocho mil hombres de los hijos de Israel: La pérdida en el segundo día de la batalla también fue severa. Esto muestra que, aunque las tribus de Israel buscaron al Señor y pelearon por una causa justa, aún era una lucha difícil. Hubo un gran costo que ellos debían pagar para hacer lo que era correcto.

4. (26-28) Israel se arrepiente delante de Dios después de una segunda derrota.

Entonces subieron todos los hijos de Israel, y todo el pueblo, y vinieron a la casa de Dios; y lloraron, y se sentaron allí en presencia de Jehová, y ayunaron aquel día hasta la noche; y ofrecieron holocaustos y ofrendas de paz delante de Jehová. Y los hijos de Israel preguntaron a Jehová (pues el arca del pacto de Dios estaba allí en aquellos días, y Finees hijo de Eleazar, hijo de Aarón, ministraba delante de ella en aquellos días), y dijeron: ¿Volveremos aún a salir contra los hijos de Benjamín nuestros hermanos, para pelear, o desistiremos? Y Jehová dijo: Subid, porque mañana yo os los entregaré.

a. Vinieron a la casa de Dios; y lloraron, y se sentaron allí en presencia de Jehová, y ayunaron aquel día hasta la noche: Dios permitió los dos días de la derrota para el propósito de humillar a Israel. Ellos necesitaban ser humillados, y esos días de derrota le obligaron a humillarse a sí mismos.

i. Dios utilizó esto para humillar a la nación entera. Ellos debían de entender que el horror del crimen en Gabaa no solamente era el resultado del pecado de un grupo de hombres, de una ciudad, o de una tribu. Toda la nación debía de humillarse primero, aunque el problema del pecado estuviera solamente en Benjamín. Israel debía ver que la nación, como un todo, tenía un problema de pecado.

ii. Después del primer fracaso, Israel se lamentó y lloró. Pero fue únicamente después de la segunda derrota que ellos pusieron en acción su arrepentimiento al ayunar y al hacer sacrificios por los pecados. Lamentos y llantos no son suficientes si no están embonados por un verdadero arrepentimiento, y al hacerse cargo del problema del pecado a través del sacrificio – el sacrificio de la cruz.

iii. Parte de la demostración de su humildad estuvo en el ayuno. En 1827, Adam Clarke escribió sobre el ayuno: “En el presente se utiliza poco; es una evidencia fuerte de que la abnegación está pasando de moda.” Clarke pensaba que esto era cierto en sus días; él probablemente pensaría que es más cierto en los tiempos modernos.

iv. La mención de Finees como sumo sacerdote significa que esto era casi en los primeros días de los Jueces (Números 25:7, 25:11).

b. Subid, porque mañana yo os los entregaré: Dios no quería que los dos días de humillación hiciera pensar a los Israelitas que nunca podrían ganar. Ellos fueron animados a salir mañana y confiar en la promesa de Dios.

5. (29-48) Tercer día de la batalla – victoria de Israel sobre Benjamín y Gabaa.

Y puso Israel emboscadas alrededor de Gabaa. Subiendo entonces los hijos de Israel contra los hijos de Benjamín el tercer día, ordenaron la batalla delante de Gabaa, como las otras veces. Y salieron los hijos de Benjamín al encuentro del pueblo, alejándose de la ciudad; y comenzaron a herir a algunos del pueblo, matándolos como las otras veces por los caminos, uno de los cuales sube a Bet-el, y el otro a Gabaa en el campo; y mataron unos treinta hombres de Israel. Y los hijos de Benjamín decían: Vencidos son delante de nosotros, como antes. Mas los hijos de Israel decían: Huiremos, y los alejaremos de la ciudad hasta los caminos. Entonces se levantaron todos los de Israel de su lugar, y se pusieron en orden de batalla en Baal-tamar; y también las emboscadas de Israel salieron de su lugar, de la pradera de Gabaa. Y vinieron contra Gabaa diez mil hombres escogidos de todo Israel, y la batalla arreciaba; mas ellos no sabían que ya el desastre se acercaba a ellos. Y derrotó Jehová a Benjamín delante de Israel; y mataron los hijos de Israel aquel día a veinticinco mil cien hombres de Benjamín, todos los cuales sacaban espada. Y vieron los hijos de Benjamín que eran derrotados; y los hijos de Israel cedieron campo a Benjamín, porque estaban confiados en las emboscadas que habían puesto detrás de Gabaa. Y los hombres de las emboscadas acometieron prontamente a Gabaa, y avanzaron e hirieron a filo de espada a toda la ciudad. Y era la señal concertada entre los hombres de Israel y las emboscadas, que hiciesen subir una gran humareda de la ciudad. Luego, pues, que los de Israel retrocedieron en la batalla, los de Benjamín comenzaron a herir y matar a la gente de Israel como treinta hombres, y ya decían: Ciertamente ellos han caído delante de nosotros, como en la primera batalla. Mas cuando la columna de humo comenzó a subir de la ciudad, los de Benjamín miraron hacia atrás; y he aquí que el humo de la ciudad subía al cielo. Entonces se volvieron los hombres de Israel, y los de Benjamín se llenaron de temor, porque vieron que el desastre había venido sobre ellos. Volvieron, por tanto, la espalda delante de Israel hacia el camino del desierto; pero la batalla los alcanzó, y los que salían de las ciudades los destruían en medio de ellos. Así cercaron a los de Benjamín, y los acosaron y hollaron desde Menúha hasta enfrente de Gabaa hacia donde nace el sol. Y cayeron de Benjamín dieciocho mil hombres, todos ellos hombres de guerra. Volviéndose luego, huyeron hacia el desierto, a la peña de Rimón, y de ellos fueron abatidos cinco mil hombres en los caminos; y fueron persiguiéndolos aun hasta Gidom, y mataron de ellos a dos mil hombres. Fueron todos los que de Benjamín murieron aquel día, veinticinco mil hombres que sacaban espada, todos ellos hombres de guerra. Pero se volvieron y huyeron al desierto a la peña de Rimón seiscientos hombres, los cuales estuvieron en la peña de Rimón cuatro meses. Y los hombres de Israel volvieron sobre los hijos de Benjamín, y los hirieron a filo de espada, así a los hombres de cada ciudad como a las bestias y todo lo que fue hallado; asimismo pusieron fuego a todas las ciudades que hallaban.

a. Huiremos, y los alejaremos de la ciudad hasta los caminos: La estrategia utilizada por las tribus de Israel en contra de Gabaa fue notablemente similar a la que utilizaron contra Ai (Josué 8). Quizás obtuvieron esta estrategia al leerla los escritos de Josué y Moisés; esto pudiera reflejar que ellos habían vuelto a la palabra de Dios en el curso de su arrepentimiento.

b. Derrotó Jehová a Benjamín delante de Israel: “Estas palabras brevemente nos recuerda el verdadero significado del terrible juicio que cayó sobre Benjamín. Era el puño de Dios.” (Morgan)

c. Volvieron y huyeron al desierto . . . seiscientos hombres: Los dos días de derrota hizo que las tribus de Israel fueran despiadadas hacia la tribu de Benjamín, y mataron a miles de hombres de Benjamín. Como resultado de la batalla, quedó únicamente un remanente de 600 hombres de la tribu de Benjamín.

d. Los hombres de Israel volvieron sobre los hijos de Benjamín, y los hirieron a filo de espada, así a los hombres de cada ciudad como a las bestias y todo lo que fue hallado: La tribu de Benjamín era sin lugar a dudas culpable, pero no había necesidad por la matanza descrita aquí. Este juicio tan severo en contra de la tribu de Benjamín pronto sería resentido por Israel.

i. “Un celo sin instrucción, aún por la causa de la justicia, va más allá de los límites apropiados.” (Morgan)

©2022 The Enduring Word Comentario bíblico en español de David Guzik – ewm@enduringword.com 

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