Levítico 15

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Levítico 15: Leyes relativas a las impurezas físicas

A. Impurezas físicas de un hombre

1. (1-3) El principio general relativo a una impureza física inusual.

Habló Jehová a Moisés y a Aarón, diciendo: Hablad a los hijos de Israel y decidles: Cualquier varón, cuando tuviere flujo de semen, será inmundo. Y esta será su inmundicia en su flujo: sea que su cuerpo destiló a causa de su flujo, o que deje de destilar a causa de su flujo, él será inmundo.

a. Cualquier varón, cuando tuviere flujo de semen, será inmundo: Se trata de un flujo genital inusual, que indicaba algún tipo de enfermedad. Cuando esto ocurría, se debía aislar al hombre para no transmitir la infección.

i. «Esto se refiere a un flujo inusual procedente del órgano sexual masculino como resultado de algún tipo de enfermedad». (Peter-Contesse)

ii. «La naturaleza exacta de este flujo no se indica, aunque el criterio más frecuente es que se refiere a la gonorrea». (Rooker)

iii. De semen: Por el contexto, está claro que es una alusión educada al pene, el órgano sexual masculino. Dios y su Palabra tratan todo tipo de asuntos privados y sexuales, pero lo hacen de una manera apropiada y digna. No hay ninguna referencia grosera ni inapropiada aquí.

b. Y esta será su inmundicia: A diferencia de los capítulos anteriores sobre la amplia definición de la lepra, no se menciona aquí el examen o el seguimiento sacerdotal. Esto lo hacía el individuo, apoyado en los criterios culturales.

i. Deje de destilar a causa de su flujo: «Una forma de entender este pasaje es que el flujo causado por la infección puede bloquear la abertura del pene». (Peter-Contesse)

c. Él será inmundo: La clasificación de «inmundo» no excluía del todo al inmundo de la comunidad. Le imponía restricciones y requería una purificación ceremonial si la infección desaparecía.

2. (4-12) La propagación de la inmundicia de una impureza física inusual.

Toda cama en que se acostare el que tuviere flujo, será inmunda; y toda cosa sobre que se sentare, inmunda será. Y cualquiera que tocare su cama lavará sus vestidos; se lavará también a sí mismo con agua, y será inmundo hasta la noche. Y el que se sentare sobre aquello en que se hubiere sentado el que tiene flujo, lavará sus vestidos, se lavará también a sí mismo con agua, y será inmundo hasta la noche. Asimismo el que tocare el cuerpo del que tiene flujo, lavará sus vestidos, y a sí mismo se lavará con agua, y será inmundo hasta la noche. Y si el que tiene flujo escupiere sobre el limpio, éste lavará sus vestidos, y después de haberse lavado con agua, será inmundo hasta la noche. Y toda montura sobre que cabalgare el que tuviere flujo será inmunda. Cualquiera que tocare cualquiera cosa que haya estado debajo de él, será inmundo hasta la noche; y el que la llevare, lavará sus vestidos, y después de lavarse con agua, será inmundo hasta la noche. Y todo aquel a quien tocare el que tiene flujo, y no lavare con agua sus manos, lavará sus vestidos, y a sí mismo se lavará con agua, y será inmundo hasta la noche. La vasija de barro que tocare el que tiene flujo será quebrada, y toda vasija de madera será lavada con agua.

a. Toda cama en que se acostare el que tuviere flujo, será inmunda: En esencia, la inmundicia asociada a un flujo genital inusual de un hombre se propagaba por contacto. Por lo tanto, podía transmitirse a una cama, al lugar en que se sentare, y por contacto directo (el que tocare).

b. Cualquiera que tocare su cama: En este contexto, había tres formas en que una persona u objeto podían ser inmundos. El primer nivel era la inmundicia del hombre que padecía de flujo genital inusual (15:1-3). El segundo nivel era un objeto o persona que entraba en contacto con el enfermo. El tercer nivel era alguien que entraba en contacto con un objeto inmundo.

c. Y si el que tiene flujo escupiere sobre el limpio: La inmundicia también podía propagarse a través de la saliva. El principio general era que cuando lo inmundo entraba en contacto con lo limpio, lo limpio se volvía inmundo.

i. Este principio general fue completamente invertido en la persona y la obra de Jesús el Mesías. Cuando Jesús, que era «limpio» en todos los sentidos, tocaba a una persona inmunda, la hacía limpia (Lucas 5:12-14). Estas personas no lo hacían a Él inmundo.

d. Cualquiera que tocare su cama lavará sus vestidos; se lavará también a sí mismo con agua: Las personas y los objetos que eran inmundos en el segundo o tercer nivel podían ser purificados mediante un lavado ceremonial del objeto y de la persona en cuestión. Entonces su inmundicia terminaba cuando terminaba el día (hasta la noche).

3. (13-15) La ofrenda relativa a una impureza física inusual.

Cuando se hubiere limpiado de su flujo el que tiene flujo, contará siete días desde su purificación, y lavará sus vestidos, y lavará su cuerpo en aguas corrientes, y será limpio. Y el octavo día tomará dos tórtolas o dos palominos, y vendrá delante de Jehová a la puerta del tabernáculo de reunión, y los dará al sacerdote; y el sacerdote hará del uno ofrenda por el pecado, y del otro holocausto; y el sacerdote le purificará de su flujo delante de Jehová.

a. Cuando se hubiere limpiado de su flujo el que tiene flujo: Cuando el flujo genital inusual terminaba, el hombre podía ser limpio ceremonialmente. Después de un período de siete días (sin el flujo), había una limpieza ceremonial.

b. Tomará dos tórtolas o dos palominos: Se llevaba una pequeña ofrenda al sacerdote en eltabernáculo. Se ofrecía como ofrenda por el pecado y como holocausto.

4. (16-18) Lo relacionado con las impurezas físicas normales de un hombre.

Cuando el hombre tuviere emisión de semen, lavará en agua todo su cuerpo, y será inmundo hasta la noche. Y toda vestidura, o toda piel sobre la cual cayere la emisión del semen, se lavará con agua, y será inmunda hasta la noche. Y cuando un hombre yaciere con una mujer y tuviere emisión de semen, ambos se lavarán con agua, y serán inmundos hasta la noche.

a. Cuando el hombre tuviere emisión de semen: Cuando un hombre tenía emisión de semen (ya fuera accidentalmente o en las relaciones sexuales), tenía que limpiarse y respetar un breve tiempo de inmundicia ceremonial.

i. La actividad sexual normal y permitida hacía que el hombre fuera ceremonialmente inmundo, pero esto no era una condena de Dios al sexo. Era una forma fuerte de prevenir un aspecto de la corrupción sexual y espiritual común en el mundo antiguo: la prostitución ritual, a menudo practicada en un lugar sagrado. Bajo este principio de la Ley de Moisés, toda emisión de semen era ceremonialmente inmunda y no se podía asociar con el trabajo del tabernáculo ni con el templo. De forma radical, esto separaba a Israel de las prácticas espirituales y sexuales de los pueblos vecinos.

ii. «La declaración del semen como inmundo en este pasaje ilustra la gran distinción entre la religión israelita y las religiones paganas del antiguo Cercano Oriente. En la religión pagana se creía que la actividad sexual entre los adoradores activaba a los dioses para fertilizar el suelo con la lluvia». (Rooker)

b. Ambos se lavarán con agua, y serán inmundos hasta la noche: En caso de emisión de semen, tanto el hombre como su esposa tenían que lavarse ceremonialmente y respetar un breve tiempo de inmundicia.

i. Es costumbre de muchos hoy día, incluso de muchos creyentes, considerar su vida y sus prácticas sexuales como asuntos personales, y no como un asunto de Dios. Aquí vemos que Dios tiene parte, incluso, en las expresiones naturales, permitidas y bendecidas de la sexualidad.

ii. «Debemos llevar el pensamiento de Dios a los actos más simples, comunes y secretos. Nada está fuera de su jurisdicción. Aunque no lo podamos ver, está siempre cerca de sus hijos. Su gracia, su sangre y su pureza son siempre necesarias y están siempre listas». (Meyer).

B. Impurezas físicas de una mujer

1. (19-24) Inmundicia durante la menstruación.

Cuando la mujer tuviere flujo de sangre, y su flujo fuere en su cuerpo, siete días estará apartada; y cualquiera que la tocare será inmundo hasta la noche. Todo aquello sobre que ella se acostare mientras estuviere separada, será inmundo; también todo aquello sobre que se sentare será inmundo. Y cualquiera que tocare su cama, lavará sus vestidos, y después de lavarse con agua, será inmundo hasta la noche. También cualquiera que tocare cualquier mueble sobre que ella se hubiere sentado, lavará sus vestidos; se lavará luego a sí mismo con agua, y será inmundo hasta la noche. Y lo que estuviere sobre la cama, o sobre la silla en que ella se hubiere sentado, el que lo tocare será inmundo hasta la noche. Si alguno durmiere con ella, y su menstruo fuere sobre él, será inmundo por siete días; y toda cama sobre que durmiere, será inmunda.

a. Cuando la mujer tuviere flujo de sangre: En el caso del flujo de sangre de una mujer (su menstruación normal), su inmundicia ceremonial se podía propagar a través del contacto directo o a través de un objeto sobre el que se hubiera acostado o sentado.

b. Siete días estará apartada: La inmundicia ceremonial de la mujer duraba siete días. No se ordenaba ningún lavado específico al concluir los siete días, pero esto estaba implícito o no se consideraba necesario.

i. Había por lo menos otro beneficio adicional: «Las leyes también proporcionaban a la mujer un descanso de las tareas domésticas, del cuidado de los niños y de las relaciones conyugales». (Rooker)

c. Si alguno durmiere con ella: Un hombre que tuviera relaciones sexuales con una mujer durante los días de su menstruación normal también era inmundo siete días, según la inmundicia de la mujer. Este hombre inmundo podía propagar su inmundicia a través del contacto (toda cama sobre que durmiere, será inmunda).

i. Abstenerse de relaciones sexuales durante la menstruación también se menciona posteriormente en Ezequiel 18:6 como evidencia del proceder de un hombre justo. Como es un aspecto de la ley dada a Israel bajo el Antiguo Pacto, bajo el Nuevo Pacto esto ya no es un mandamiento para los cristianos, aunque existan otras razones para evitar las relaciones sexuales durante la menstruación.

ii. Sin embargo, existe un principio universal detrás de este mandamiento, para todos los cristianos e, incluso, para todas las personas: Dios ordena la abstinencia sexual. El mandamiento obligaba al hombre o mujer israelita obediente a decir «no» a sus deseos sexuales en ciertas situaciones. Esto no significa que Dios considere el sexo en sí mismo como inherentemente pecaminoso o impuro; pero sí significa que la ética sexual de «si se siente bien, se puede hacer» es un enfoque impío y destructivo.

iii. El principio de la abstinencia sexual se establece a menudo en el Nuevo Testamento. La mera presencia tanto del deseo como de la oportunidad no significa que un acto sexual sea obediente o puro ante Dios. Es significativo que el apóstol Pablo hiciera una conexión entre la inmundicia y la inmoralidad sexual, como en 2 Corintios 12:21, Efesios 5:3, Colosenses 3:5 y otros pasajes.

iv. Más allá de crear una cultura de abstinencia sexual apropiada, había beneficios adicionales a estos mandamientos. «Estas leyes, además de hacer de los israelitas una nación diferente, sin lugar a dudas, proporcionaban también una buena higiene». (Rooker)

2. (25-30) Impurezas físicas inusuales.

Y la mujer, cuando siguiere el flujo de su sangre por muchos días fuera del tiempo de su costumbre, o cuando tuviere flujo de sangre más de su costumbre, todo el tiempo de su flujo será inmunda como en los días de su costumbre. Toda cama en que durmiere todo el tiempo de su flujo, le será como la cama de su costumbre; y todo mueble sobre que se sentare, será inmundo, como la impureza de su costumbre. Cualquiera que tocare esas cosas será inmundo; y lavará sus vestidos, y a sí mismo se lavará con agua, y será inmundo hasta la noche. Y cuando fuere libre de su flujo, contará siete días, y después será limpia. Y el octavo día tomará consigo dos tórtolas o dos palominos, y los traerá al sacerdote, a la puerta del tabernáculo de reunión; y el sacerdote hará del uno ofrenda por el pecado, y del otro holocausto; y la purificará el sacerdote delante de Jehová del flujo de su impureza.

a. Y la mujer, cuando siguiere el flujo de su sangre por muchos días: En el caso de flujo de sangre fuera de la menstruación normal (de mayor duración o fuera de su ciclo menstrual normal), la mujer también era ceremonialmente inmunda.

b. Todo mueble sobre que se sentare, será inmundo: La inmundicia ceremonial de la mujer se podía propagar a cualquier objeto sobre el que se acostara o se sentara. Esa inmundicia se podía propagar también a cualquier persona que tocara esos objetos inmundos.

3. (28-30) La ofrenda por la limpieza de una mujer con un flujo genital inusual.

Y cuando fuere libre de su flujo, contará siete días, y después será limpia. Y el octavo día tomará consigo dos tórtolas o dos palominos, y los traerá al sacerdote, a la puerta del tabernáculo de reunión; y el sacerdote hará del uno ofrenda por el pecado, y del otro holocausto; y la purificará el sacerdote delante de Jehová del flujo de su impureza.

a. Cuando fuere libre de su flujo: Cuando el flujo inusual terminaba, había siete días adicionales de inmundicia ceremonial. Este era el mismo procedimiento que se seguía para la limpieza de un hombre con un flujo genital inusual (versículos 13-15).

b. Tomará consigo dos tórtolas o dos palominos: Se presentaba una pequeña ofrenda al sacerdote en eltabernáculo. Se ofrecía como ofrenda por el pecado y como holocausto.

i. «La razón por la que se debían realizar ofrendas por estos flujos y no por los flujos de semen y menstruación era porque se consideraban inusuales». (Rooker)

4. (31-33) Resumen de las leyes para las impurezas físicas.

Así apartaréis de sus impurezas a los hijos de Israel, a fin de que no mueran por sus impurezas por haber contaminado mi tabernáculo que está entre ellos. Esta es la ley para el que tiene flujo, y para el que tiene emisión de semen, viniendo a ser inmundo a causa de ello; y para la que padece su costumbre, y para el que tuviere flujo, sea varón o mujer, y para el hombre que durmiere con mujer inmunda.

a. Por haber contaminado mi tabernáculo: Ninguna de estas impurezas hacía que un hombre o a una mujer fuera pecador, solo ceremonialmente inmundo. Los flujos normales de semen y menstruación los hacían ceremonialmente inmundos, no porque hubiera algo malo en ellos, sino porque ambos están conectados con símbolos de vida y redención: sangre y semen.

i. Esto presentaba un mensaje poderoso y consistente. Transmitía que hay algo roto e inherentemente inmundo en nosotros, incluso en lo que viene de manera normal. También transmitía que hay un aspecto significativo de nuestra ruptura e inmundicia que está, de alguna manera, conectado a nuestra sexualidad.

ii. Estamos inclinados a pensar que si algo es natural, es puro. Esto puede no ser cierto. «Los procesos ordinarios de la vida no son necesariamente limpios porque sean naturales. Un corazón inmundo puede contaminar las funciones más naturales». (Meyer).

iii. «Una lectura detenida de estos requisitos nos recuerda que las facultades procreadoras están todas bajo maldición […]. Ya sea que el ejercicio de tales facultades sea natural o antinatural, a los ojos de un Dios de santidad absoluta están manchadas por el pecado». (Morgan).

b. Por haber contaminado mi tabernáculo que está entre ellos: Esto hacía una separación evidente entre el sexo y la adoración a Dios. Para el mundo moderno esto parece normal, pero en el mundo antiguo era común adorar a los dioses teniendo sexo con las prostitutas del templo. Dios no quería este vínculo en su adoración.

i. «Por lo tanto, sería una abominación tener relaciones sexuales en el tabernáculo». (Rooker)

ii. Es importante que consideremos estas leyes de limpieza desde la perspectiva del Nuevo Testamento. En Marcos 7:1-9 Jesús criticó a los fariseos por su excesivo énfasis en la limpieza ceremonial y su falta de consideración por la limpieza interna. Estas leyes eran dadas por razones higiénicas y además tenían aplicaciones espirituales; nunca se pretendió que fueran el camino para ser justos delante de Dios.

iii. En Hechos 15, la comunidad cristiana primitiva discernió adecuadamente la obra y la voluntad de Dios en el Nuevo Pacto: que bajo el Nuevo Pacto, el creyente no estaba obligado a estas leyes de pureza ritual. Se podía ser un seguidor de Jesús sin estar sujeto a los rituales de la Ley de Moisés.

iv. Sin embargo, debemos recordar que la pureza espiritual en la adoración es importante hoy día. También recordamos que Jesús es quien nos hace limpios y aptos para la comunión: «Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado» (Juan 15:3). En la medida en que recibimos la Palabra de Dios, somos limpiados. Como G. Campbell Morgan escribió: «Para nosotros la forma de limpieza perpetua está provista en Cristo».

v. Nuestra limpieza es completa mientras permanezcamos en Jesús: 1 Juan 1:7-9 nos dice: «Pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado.Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros.Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad».

©2020 The Enduring Word Comentario bíblico en español de David Guzik – ewm@enduringword.com

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