Levítico 26

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Levítico 26: Bendiciones y maldiciones

A. Bendiciones de la obediencia de Israel

1. (1-2) No adorar ídolos.

No haréis para vosotros ídolos, ni escultura, ni os levantaréis estatua, ni pondréis en vuestra tierra piedra pintada para inclinaros a ella; porque yo soy Jehová vuestro Dios. Guardad mis días de reposo, y tened en reverencia mi santuario. Yo Jehová.

a. No haréis para vosotros ídolos: Levítico 26 es un capítulo notable que promete bendiciones por la obediencia de Israel y maldiciones por la desobediencia. Antes de proclamar las bendiciones y las maldiciones, Dios recordó a Israel la ley fundamental: Yahveh, el Señor, el Dios del pacto con Israel, solo Él debe ser adorado.

b. Ni escultura, ni estatua: La escultura generalmente representaba a un dios. La estatua se asociaba con el culto inmoral a los dioses de la fertilidad.

i. Ídolos [] escultura [] estatua [] piedra pintada: «Esta descripción cuádruple de la fabricación de ídolos es la concentración más abarcadora de referencias a la fabricación de imágenes en la Biblia, y descarta así todo tipo de adoración a ídolos» (Rooker).

ii. Peter-Contesse explicó cada uno de los términos:

· Ídolos: «La raíz de la palabra así traducida realmente significa “inútil; insuficiente; inadecuado».

· Escultura: «Esto se refiere a algo moldeado con la forma de un objeto, un animal o una persona. Puede ser de piedra, arcilla, madera o metal. De acuerdo con el presente contexto, el propósito de hacer tal representación era proporcionar un objeto que pudiera ser adorado».

· Estatua: «Esto probablemente se refiere a una piedra grande que se hacía para mantenerse en pie por sí misma y servía como objeto de adoración».

· Piedra pintada: «Compárese con Números 33:52. No se sabe exactamente a qué se refiere. El significado de la raíz de la palabra está relacionado con el verbo “mirar”».

c. Guardad mis días de reposo, y tened en reverencia mi santuario: De manera práctica, una parte importante de la forma en que Israel honraba a Dios era guardando losdías de reposo y teniendo en reverencia su santuario.

2. (3-8) Bendiciones de la obediencia de Israel: abundantes cosechas, paz, victoria en la batalla.

Si anduviereis en mis decretos y guardareis mis mandamientos, y los pusiereis por obra, yo daré vuestra lluvia en su tiempo, y la tierra rendirá sus productos, y el árbol del campo dará su fruto. Vuestra trilla alcanzará a la vendimia, y la vendimia alcanzará a la sementera, y comeréis vuestro pan hasta saciaros, y habitaréis seguros en vuestra tierra. Y yo daré paz en la tierra, y dormiréis, y no habrá quien os espante; y haré quitar de vuestra tierra las malas bestias, y la espada no pasará por vuestro país. Y perseguiréis a vuestros enemigos, y caerán a espada delante de vosotros. Cinco de vosotros perseguirán a ciento, y ciento de vosotros perseguirán a diez mil, y vuestros enemigos caerán a filo de espada delante de vosotros.

a. Si anduviereis en mis decretos y guardareis mis mandamientos, y los pusiereis por obra, yo daré vuestra lluvia en su tiempo: Dios estaba decidido a revelarse al mundo a través de Israel, ya fuera al bendecirlos en gran manera, así el mundo sabría que solo Dios podría haberlos bendecido; o al hacerlos tan malditos, que el mundo supiera que solo Dios podría haberlos maldecido y hacer que aún sobrevivieran. La elección dependía de Israel.

i. «Levítico 26 aborda el tema de las bendiciones y las maldiciones, una característica común de los pactos de los tratados del antiguo Cercano Oriente» (Rooker).

b. Cinco de vosotros perseguirán a ciento, y ciento de vosotros perseguirán a diez mil:Esto habla claramente de una bendición divina. Estas notables promesas tienen un evidente elemento sobrenatural.

i. El principio detrás de esta bendición específica es excepcional; pues la proporción entre 5 y 100 es de 1 a 20; pero la de 100 a 10.000 es de 1 a 100.

ii. Los 300 de Gedeón derrotaron a 135.000 madianitas; Jonatán y su paje de armas solos derrotaron a un ejército filisteo. En 2 Reyes 7, Dios envió el sonido de un poderoso ejército al campamento de los sirios que sitiaban la ciudad de Samaria (2 Reyes 7:6-7). De esa historia, se puede decir que Dios usó cuatro hombres (¡leprosos!) para derrotar a un ejército sirio de muchos miles.

3. (9-13) Bendiciones de la obediencia de Israel: abundancia, la presencia de Dios, libertad.

Porque yo me volveré a vosotros, y os haré crecer, y os multiplicaré, y afirmaré mi pacto con vosotros. Comeréis lo añejo de mucho tiempo, y pondréis fuera lo añejo para guardar lo nuevo. Y pondré mi morada en medio de vosotros, y mi alma no os abominará; y andaré entre vosotros, y yo seré vuestro Dios, y vosotros seréis mi pueblo. Yo Jehová vuestro Dios, que os saqué de la tierra de Egipto, para que no fueseis sus siervos, y rompí las coyundas de vuestro yugo, y os he hecho andar con el rostro erguido.

a. Y afirmaré mi pacto con vosotros: Como forma literaria, este capítulo es similar a los antiguos tratados entre un rey y su pueblo; este es Dios el Rey, haciendo un pacto con su pueblo, Israel.

i. «En el antiguo Cercano Oriente era costumbre que los tratados legales concluyeran con pasajes que contenían bendiciones para los que cumplían las leyes, y maldiciones para los que no lo hacían» (Harrrison).

b. Y pondré mi morada en medio de vosotros, y mi alma no os abominará; y andaré entre vosotros, y yo seré vuestro Dios, y vosotros seréis mi pueblo: Las mejores promesas se guardan para el final. La promesa más importante era que Israel disfrutaría de una relación especial con Dios; si no fuera por esto, todas las bendiciones materiales descritas anteriormente fueran insignificantes.

i. Cuando Israel caminaba en pos del Señor, estas bendiciones eran reales; un ejemplo de esto es cuando la reina de Sabá visitó a Salomón y vio una nación ricamente bendecida y supo que provenía de Dios (1 Reyes 10:1-13).

ii. Andaré entre vosotros, y yo seré vuestro Dios, y vosotros seréis mi pueblo: El apóstol Pablo citó este fragmento en 2 Corintios 6:16 para explicar lo que significa para la iglesia ser el templo de Dios, su morada.

c. Rompí las coyundas de vuestro yugo, y os he hecho andar con el rostro erguido: Esta bendición final habla de libertad y dignidad. Este pasaje casi se siente como el Nuevo Testamento. Dios proclama la libertad de su pueblo y luego los invita a caminar en ella.

i. «Así, el texto ofrece la imagen de un esclavo inclinado por una enorme carga. De repente se le quita la carga, lo que expresa el establecimiento de la relación especial de Israel con Dios» (Rooker).

B. Maldiciones de la desobediencia de Israel

1. (14-17) La desobediencia de Israel traería como resultado miedo y debilidad.

Pero si no me oyereis, ni hiciereis todos estos mis mandamientos, y si desdeñareis mis decretos, y vuestra alma menospreciare mis estatutos, no ejecutando todos mis mandamientos, e invalidando mi pacto, yo también haré con vosotros esto: enviaré sobre vosotros terror, extenuación y calentura, que consuman los ojos y atormenten el alma; y sembraréis en vano vuestra semilla, porque vuestros enemigos la comerán. Pondré mi rostro contra vosotros, y seréis heridos delante de vuestros enemigos; y los que os aborrecen se enseñorearán de vosotros, y huiréis sin que haya quien os persiga.

a. Pero si no me oyereis: Aquí comienza la sección donde Dios promete maldecir la desobediencia de Israel. No oír a Dios ni hacer sus mandamientos es desdeñar y menospreciar su palabra (estatutos, mandamientos). Para Israel, esto representaba invalidar el pacto que habían hecho con Yahveh(Éxodo 24:1-8).

i. La sección de las maldiciones es el doble de larga que la sección de las bendiciones. Esto habla de la naturaleza humana, que está más motivada por el miedo a las amenazas que por las promesas de bendición.

b. Enviaré sobre vosotros terror: Dios prometió traer un sentido de terrorsobre el Israel desobediente. Se verían afligidos por extenuación y calentura. Debido a que Dios pondría su rostro contra ellos, serían heridos en la batalla. Estarían tan confundidos y temerosos que huirían sin que hubiera quien los persiguiera.

2. (18-20) La desobediencia de Israel traería como resultado malas cosechas.

Y si aun con estas cosas no me oyereis, yo volveré a castigaros siete veces más por vuestros pecados. Y quebrantaré la soberbia de vuestro orgullo, y haré vuestro cielo como hierro, y vuestra tierra como bronce. Vuestra fuerza se consumirá en vano, porque vuestra tierra no dará su producto, y los árboles de la tierra no darán su fruto.

a. Y si aun con estas cosas no me oyereis: Esta sección está ordenada para dar la sensación de que Dios multiplicará maldición tras maldición si Israel continuaba en su obstinada desobediencia. Él iba a castigaros siete veces más por vuestros pecados.

b. Quebrantaré la soberbia de vuestro orgullo: El problema principal de la desobediencia crónica y continua es el orgullo. Este orgullo debe ser roto.

c. Vuestra fuerza se consumirá en vano: Un Israel desobediente y maldito no conocería el beneficio y el fruto de su propio trabajo. Su fuerza no traería ninguna recompensa. Harían todo el trabajo necesario para el cultivo, pero habría poco producto de la tierra o fruto de sus árboles.

3. (21-22) La desobediencia de Israel traería como resultado bestias fieras.

Si anduviereis conmigo en oposición, y no me quisiereis oír, yo añadiré sobre vosotros siete veces más plagas según vuestros pecados. Enviaré también contra vosotros bestias fieras que os arrebaten vuestros hijos, y destruyan vuestro ganado, y os reduzcan en número, y vuestros caminos sean desiertos.

a. Yo añadiré sobre vosotros siete veces más plagas: Si Israel continuaba en su desobediencia, Dios multiplicaría sus plagas y sus penas, según sus pecados.

i. «La palabra que se traduce como plagas se refiere en realidad a castigo» (Peter-Contesse).

b. Enviaré también contra vosotros bestias fieras: Dios prometió enviar bestias fieras contra su pueblo rebelde. Causarían mucha destrucción a sus familias, su ganado y su comercio (vuestros caminos sean desiertos). Un registro de este suceso se encuentra en 2 Reyes 17:25.

4. (23-26) La desobediencia de Israel traería como resultado pestilencia y hambruna.

Y si con estas cosas no fuereis corregidos, sino que anduviereis conmigo en oposición, yo también procederé en contra de vosotros, y os heriré aún siete veces por vuestros pecados. Traeré sobre vosotros espada vengadora, en vindicación del pacto; y si buscareis refugio en vuestras ciudades, yo enviaré pestilencia entre vosotros, y seréis entregados en mano del enemigo. Cuando yo os quebrante el sustento del pan, cocerán diez mujeres vuestro pan en un horno, y os devolverán vuestro pan por peso; y comeréis, y no os saciaréis.

a. Y si con estas cosas no fuereis corregidos: Si Israel respondía con humildad y arrepentimiento a las maldiciones y calamidades ya mencionadas, Dios los consideraría corregidos por el mismo Dios. Si no permitían que estas consecuencias terribles los corrigieran, vendría más calamidad.

b. Traeré sobre vosotros espada [] enviaré pestilencia [] cocerán diez mujeres vuestro pan en un horno: Los desastres enviados por Dios continuarían. Serían conquistados, afligidos por la pestilencia y el hambre. La hambruna sería tan severa que diez mujeres podrían compartir un horno, porque habría muy poco material para hacer pan. No habría suficiente comida para saciarse.

i. Pan por peso: «Habría tan poco que tendrían que medir las pequeñas cantidades que se entregaban a cada persona (compárese con Ezequiel 4:16-17)». (Peter-Contesse)

5. (27-35) La desobediencia de Israel traería como resultado muerte, desolación y exilio.

Si aun con esto no me oyereis, sino que procediereis conmigo en oposición, yo procederé en contra de vosotros con ira, y os castigaré aún siete veces por vuestros pecados. Y comeréis la carne de vuestros hijos, y comeréis la carne de vuestras hijas. Destruiré vuestros lugares altos, y derribaré vuestras imágenes, y pondré vuestros cuerpos muertos sobre los cuerpos muertos de vuestros ídolos, y mi alma os abominará. Haré desiertas vuestras ciudades, y asolaré vuestros santuarios, y no oleré la fragancia de vuestro suave perfume. Asolaré también la tierra, y se pasmarán por ello vuestros enemigos que en ella moren; y a vosotros os esparciré entre las naciones, y desenvainaré espada en pos de vosotros; y vuestra tierra estará asolada, y desiertas vuestras ciudades. Entonces la tierra gozará sus días de reposo, todos los días que esté asolada, mientras vosotros estéis en la tierra de vuestros enemigos; la tierra descansará entonces y gozará sus días de reposo. Todo el tiempo que esté asolada, descansará por lo que no reposó en los días de reposo cuando habitabais en ella.

a. Si aun con esto no me oyereis, sino que procediereis conmigo en oposición: Dios continuó su descripción de la multiplicación de la maldad de Israel, y su respuesta para castigarlos.

b. Os castigaré aún siete veces por vuestros pecados: Es importante señalar que Dios no dijo que abandonaría a Israel, sino que serían maldecidos. Lamentablemente, estas maldiciones se convirtieron en los trágicos sucesos de la historia de Israel. La derrota, la privación, el exilio, la desolación y la enfermedad han marcado con demasiada frecuencia la historia del pueblo judío.

i. Rooker observó una simetría entre las bendiciones y las maldiciones en este capítulo.

Bendiciones Maldiciones

Tierra fértil (4-5, 10) Tierra improductiva (16, 19-20, 26)

Vivir con seguridad (5) Vivir en una nación extranjera (33)

Se eliminan bestias salvajes (6) Las bestias los devoran (22)

No pasa la espada (6) Trae la espada vengadora (25)

Victoria sobre los enemigos (7) Derrotados por enemigos (17, 25)

Cuentan con el favor de Dios (9) No tienen el favor de Dios (17)

c. Comeréis la carne de vuestros hijos: Dios prometió que la hambruna sería tan severa entre ellos que tendrían que comerse a sus hijos e hijas. Este horrible canibalismo se cumplió en 2 Reyes 6:26-29.

i. El historiador judío Josefo también describió el canibalismo en Jerusalén cuando estaban bajo asedio de los romanos en el año 70 d.C. Describió como una mujer mató y se comió a su propio hijo (Wars[Guerras], 6.3.4).

d. A vosotros os esparciré entre las naciones: Si continuaban en su desobediencia, Israel sería conquistado y removido de la tierra, esparcido entre los gentiles. Debido a que no obedecieron el mandamiento de Dios con respecto al año sabático (Levítico 25:1-7), Dios vaciaría la tierra y entonces esta gozará sus días de reposo.

i. «El término “esparcir” (zrh) se toma del ámbito agrícola, donde describe el proceso de aventar (Rut 3:2; Isaías 30:24; 41:16). La palabra se emplea a menudo en el Antiguo Testamento para referirse al exilio de las personas» (Rooker).

6. (36-39) Incluso en el exilio, la desobediencia de Israel traería como resultado miedo, cobardía y desgaste.

Y a los que queden de vosotros infundiré en sus corazones tal cobardía, en la tierra de sus enemigos, que el sonido de una hoja que se mueva los perseguirá, y huirán como ante la espada, y caerán sin que nadie los persiga. Tropezarán los unos con los otros como si huyeran ante la espada, aunque nadie los persiga; y no podréis resistir delante de vuestros enemigos. Y pereceréis entre las naciones, y la tierra de vuestros enemigos os consumirá. Y los que queden de vosotros decaerán en las tierras de vuestros enemigos por su iniquidad; y por la iniquidad de sus padres decaerán con ellos.

a. Infundiré en sus corazones tal cobardía, en la tierra de sus enemigos: Si Israel continuaba en desobediencia, Dios prometió seguir en su contra en las tierras donde estaban esparcidos. Se llenarían de un miedo tan grande que el sonido de una hoja que se mueva sería para ellos como el sonido de una espada. Incluso caerán sin que nadie los persiga.

i. «Los hombres valientes no se asustan por el sonido de la batalla, pero Dios haría que su pueblo tuviera tanto miedo que una simple hoja que se moviera en el viento los haría huir». (Peter-Contesse)

b. Pereceréis entre las naciones: Esto no significa que el pueblo judío desaparecería, sino que serían un escaso número, débiles y casi extintos. Serían consumidos bajo la maldición de Dios.

C. La promesa de restauración para un Israel arrepentido

1. (40-42) Restauración para un Israel humilde y arrepentido.

Y confesarán su iniquidad, y la iniquidad de sus padres, por su prevaricación con que prevaricaron contra mí; y también porque anduvieron conmigo en oposición, yo también habré andado en contra de ellos, y los habré hecho entrar en la tierra de sus enemigos; y entonces se humillará su corazón incircunciso, y reconocerán su pecado. Entonces yo me acordaré de mi pacto con Jacob, y asimismo de mi pacto con Isaac, y también de mi pacto con Abraham me acordaré, y haré memoria de la tierra.

a. Y confesarán su iniquidad, y la iniquidad de sus padres: Esto muestra la grandeza de la misericordia de Dios. A pesar de la maldición de Israel, Dios siempre recordaría, recibiría y bendeciría a un Israel arrepentido. Esto implicaba reconocer su pecado y la justa disciplina de Dios (yo también habré andado en contra de ellos), así como entender que eran tan malos como los gentiles (su corazón incircunciso). Tendrían que ser humillados para reconocer su pecado.

i. Yo también habré andado en contra de ellos: «Deben reconocer que su castigo es merecido antes de que puedan experimentar la restauración y el perdón». (Rooker)

b. Entonces yo me acordaré de mi pacto con Jacob: Dios prometió acordarse del pacto que hizo con Abraham, con Isaac y con Jacob. Al recordar el pacto, Dios sería rápido para restaurar y bendecir al Israel arrepentido. Dios también haría memoria de la tierra, lo que implica que la restauraría a Israel.

i. «Es muy instructivo en la entrega de la ley, observar como el Rey, de modo evidente, conocía sobre el deterioro del pueblo, y a pesar de este hecho, se hicieron estas promesas de restauración final. Así, mientras la responsabilidad humana se hace cumplir de manera solemne, se hace de tal modo que se establece la convicción de que el amor de Dios se probará finalmente victorioso sobre todos los fracasos humanos».(Morgan)

2. (43-45) La naturaleza inquebrantable del pacto de Dios con Israel.

Pero la tierra será abandonada por ellos, y gozará sus días de reposo, estando desierta a causa de ellos; y entonces se someterán al castigo de sus iniquidades; por cuanto menospreciaron mis ordenanzas, y su alma tuvo fastidio de mis estatutos. Y aun con todo esto, estando ellos en tierra de sus enemigos, yo no los desecharé, ni los abominaré para consumirlos, invalidando mi pacto con ellos; porque yo Jehová soy su Dios. Antes me acordaré de ellos por el pacto antiguo, cuando los saqué de la tierra de Egipto a los ojos de las naciones, para ser su Dios. Yo Jehová.

a. Pero la tierra será abandonada por ellos: Incluso cuando Israel estuviera en el exilio, Dios no los desecharía. Dios estaría listo para restaurar a Israel cuando se volvieran a Él.

b. Estando ellos en tierra de sus enemigos, yo no los desecharé, ni los abominaré para consumirlos, invalidando mi pacto con ellos: La misericordia y la bondad de Dios son notables. Prometió que incluso cuando Israel estuviera en su peor momento, no invalidaría su pacto con ellos. Dios redimió a Israel de la tierra de Egipto, y lo hizo a los ojos de las naciones. Yahveh no se rendiría con su pueblo del pacto.

i. «Esta restauración tras el arrepentimiento ocurrió cuando los israelitas se arrepintieron y se volvieron a Dios mientras estaban en el exilio en Babilonia (Daniel 9:1-19). De hecho, Levítico 26:32-45 debe entenderse como un avance de la historia de Israel que incluye las experiencias de apostasía, exilio y restauración» (Rooker).

ii. «Desde esta posición, los judíos se sienten muy cómodos, y se aseguran la liberación de su actual servidumbre y miseria. Y así también, Pablo concluye que la nación israelita, aunque fuera rechazada y arruinada, debe ser reunida de nuevo y restaurada».(Poole)

3. (46) Conclusión de las bendiciones y las maldiciones sobre Israel.

Estos son los estatutos, ordenanzas y leyes que estableció Jehová entre sí y los hijos de Israel en el monte de Sinaí por mano de Moisés.

a. Estos son los estatutos, ordenanzas y leyes: De cierto modo, esto concluye el libro de Levítico. El capítulo 27 parece ser un anexo al libro.

b. Que estableció Jehová entre sí y los hijos de Israel: Este pacto se hizo específicamente entre Dios e Israel (Éxodo 24:1-8). En especial cuando se trata de estas promesas de bendición y maldición, es bueno preguntarse si los mismos principios de bendición y maldición se aplican al pueblo de Dios bajo el Nuevo Pacto.

i. Para algunos, Gálatas 6:7 demuestra que estamos bajo el mismo principio de bendición y maldición: «No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará». Pero en este contexto, Pablo no promovió un principio de karma espiritual que prometiera que siempre recibiríamos cosas buenas cuando hiciéramos el bien, o que siempre recibiríamos cosas malas cuando hiciéramos el mal. Si hubiera un principio tan absoluto, nos condenaría a todos. En su lugar, el apóstol Pablo simplemente habló de la administración de nuestros recursos (ver Gálatas 6:6-10). En esencia, Pablo dijo que podemos engañarnos a nosotros mismos al esperar mucho cuando sembramos poco, pero no podemos engañar a Dios, y el resultado de nuestra siembra escasa será evidente.

ii. Gálatas 3:13-14 lo deja claro: Jesús recibió esta maldición sobre sí mismo mientras estaba colgado en la cruz, y cumplió la promesa de Deuteronomio 21:23 de una maldición para todos los que no solo fueran ejecutados, sino que tuvieran sus cuerpos públicamente expuestos a la vergüenza. Jesús llevó la maldición para que nosotros (incluso los gentiles) pudiéramos alcanzar las bendiciones de Abraham (la bendición de la justicia y la vida por la fe), pero estas bendiciones solo las reciben aquellos «en Cristo Jesús».

iii. Por tanto, bajo el Nuevo Pacto somos bendecidos no por nuestra obediencia, sino porque estamos en Cristo Jesús; y ya no hay para nosotros maldición de Dios, porque toda la maldición fue cargada por Jesús.

iv. Esto no niega la mano castigadora de Dios; pero la corrección de un padre amoroso es buena y deseable, aunque no sea agradable en el momento (Hebreos 12:7-11). Tampoco niega la naturaleza de causa y efecto del pecado en nuestro mundo; el pecado a menudo lleva consigo su propia maldición, que en cierto modo es diferente a la maldición directa de Dios sobre nosotros.

©2020 The Enduring Word Comentario bíblico en español de David Guzik – ewm@enduringword.com

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