Levítico 5: La ofrenda por transgresión y la ofrenda por la culpa
A. Ocasiones específicas que requerían la ofrenda por transgresión
1. (1) Fracasar en dar un testimonio fiel, o dar un falso testimonio.
Si alguno pecare por haber sido llamado a testificar, y fuere testigo que vio, o supo, y no lo denunciare, él llevará su pecado.
a. Si alguno pecare por haber sido llamado a testificar, y fuere testigo que vio, o supo: No era suficiente con solamente no decir mentiras. Dios también exigía que su pueblo diera a conocer la verdad, de manera que si alguien sencillamente conocía sobre una mentira, ya era responsable de dar a conocer la verdad.
b. Y no lo denunciare, él llevará su pecado: Por lo tanto, el deber de alguien que era testigo consistía en presentarse y decir la verdad sobre el asunto. Fracasar en representar la verdad de manera fiel era cargar con el pecado.
i. «En Israel, todas las personas debían participar en velar porque se hiciera justicia. No dar testimonio era un pecado». (Harris)
ii. «Él sufrirá por su silencio pecaminoso; porque pudo, pero no quiso ayudar a la verdad en necesidad, sino que permaneció como si estuviera silenciado por Satanás». (Trapp)
iii. Podemos decir que el mismo principio se aplica a nuestro testimonio de Jesucristo. No resulta suficiente que nos abstengamos de negar de forma activa a Jesús, o de mentir sobre nuestra relación con Él. Debemos también aprovechar cada oportunidad para contar la verdad sobre Jesús.
2. (2-3) Impureza ceremonial.
Asimismo la persona que hubiere tocado cualquiera cosa inmunda, sea cadáver de bestia inmunda, o cadáver de animal inmundo, o cadáver de reptil inmundo, bien que no lo supiere, será inmunda y habrá delinquido. O si tocare inmundicia de hombre, cualquiera inmundicia suya con que fuere inmundo, y no lo echare de ver, si después llegare a saberlo, será culpable.
a. Asimismo la persona que hubiere tocado cualquiera cosa inmunda: La limpieza de la ofrenda por el pecado también era necesaria cuando una persona se volvía ceremonialmente impura al tocarcualquiera cosa inmunda. Esto podía suceder accidentalmente o a propósito, pero si una persona tocaba cualquiera cosa inmunda, tenía que ser limpiada ceremonialmente. Esta era la culpa ceremonial, no la culpa moral.
b. Sea cadáver de bestia inmunda […]. O si tocare inmundicia de hombre: Había varias cosas que podían hacer que una persona fuera ceremonialmente impura. Estas incluían tocar el cadáver de animal inmundo o a una persona que ya era ceremonialmente impura. La ofrenda por el pecado era un remedio para esta impureza.
i. «Tanto el cuerpo muerto de un animal limpio, o el cuerpo vivo o muerto de cualquier criatura inmunda. Todas estas personas debían lavar sus ropas y a sí mismos en agua limpia, y eran considerados como inmundos hasta la noche (cap. 11:24-31). Pero si esto se hubiera descuidado, estaban obligados a traer una ofrenda por transgresión». (Clarke)
c. Si después llegare a saberlo, será culpable: En este contexto, la culpa no comenzaba cuando la persona se daba cuenta; era culpable cuando cometía el pecado. Sin embargo, si después llegare a saberlo, entonces él era responsable de lidiar con el pecado como Dios lo ordenaba. Debemos lidiar con el pecado cuando nos damos cuenta de él, bajo la obra del Espíritu Santo en nuestro corazón y nuestra conciencia.
3. (4) Hacer un juramento falso.
O si alguno jurare a la ligera con sus labios hacer mal o hacer bien, en cualquiera cosa que el hombre profiere con juramento, y él no lo entendiere; si después lo entiende, será culpable por cualquiera de estas cosas.
a. O si alguno jurare a la ligera: Una promesa imprudente era, a pesar de todo, una promesa delante el Señor y tenía que ser cumplida. Si la promesa no se cumplía, debía ser expiada con una ofrenda por el pecado.
b. Si después lo entiende, será culpable: Cuando somos concientes de nuestros votos rotos, debemos arrepentirnos. En el cristiano, es común hacer votos y promesas que no se cumplen, y cuando vemos esto debemos arrepentirnos y confiar en la sangre expiatoria de Jesús que nos cubre, para traer el perdón.
i. Piense en estos ejemplos comunes de votos que hacemos y muchas veces rompemos:
· Más tiempo en la oración.
· Más intercesión por los demás.
· Más lecturas devocionales.
· Más intenso estudio de la Biblia.
· Más testimonio personal.
· Más fidelidad en el diezmo.
· Mejor ejemplo para los demás
· Más paciencia con los niños.
· Un voto de pureza personal en materia sexual.
ii. Puede que no esté mal hacer tales votos. Ellos pueden ser la expresión legítima y decisiva de un movimiento del Espíritu Santo en la vida de una persona. Sin embargo, si el voto no se cumple, debe confesarse como pecado y arrepentirse de él.
B. La ofrenda por transgresión
1. (5) Preparación para la ofrenda por transgresión.
Cuando pecare en alguna de estas cosas, confesará aquello en que pecó […]
a. Cuando pecare: Esto tiene más sentido si se pone como «cuando se da cuenta de su culpa». Aunque una persona es culpable de un pecado en el momento en que lo comete, esta no tiene ni idea de que necesita expiarlo hasta que se da cuenta de su pecado (5:3, 4).
b. Confesará: Esta era una preparación importante para la ofrenda por transgresión. Confesar significaba que uno estaba de acuerdo con Dios en que el pecado era malo. Si no había confesión de pecado antes del sacrificio, en este caso el sacrificio no serviría de nada. La confesión de haber violado los límites de Dios es todavía un principio importante para limpiar el pecado que impide nuestra comunión con Dios.
i. «La confesión es ponerse del lado de Dios en contra de nosotros mismos. Es el acto de juzgar el mal a la luz del Trono. Es como desempacar una caja, en la que se comienza con las cosas más livianas en la parte superior, y se trabaja constantemente hasta llegar a los artículos pesados del fondo». (Meyer)
ii. Según Rooker, la palabra hebrea traducida como «confesar» proviene de la raíz que tiene el significado de «exponer o revelar» y se puede traducir como «confesar» o «alabar». «La conexión entre estos dos conceptos se determina en si el foco de la acción está en Dios o en el hombre. Si el hombre es el objeto, la idea de la confesión del pecado es primordial; pero si Dios es el objeto, la noción de la alabanza es necesaria».
iii. La confesión adecuada del pecado es una práctica descuidada entre los creyentes modernos. Existe una falta de un reconocimiento serio y de confesión de pecado, tanto a Dios (1 Juan 1:9) como a otros (Santiago 5:16). No necesitamos confesarnos con un sacerdote, pero por motivos de honestidad, humildad, responsabilidad y limpieza, debemos hacer más confesiones de pecado «unos a otros» (como en Santiago 5:16).
iv. La confesión real, profunda y genuina del pecado ha sido una característica de cada despertar o avivamiento genuino en los últimos 250 años. Sin embargo, no resulta nada nuevo, como lo demuestra el avivamiento en Éfeso registrado en Hechos 19:17-20. Dice que «muchos de los que habían creído venían, confesando y dando cuenta de sus hechos». Esto significaba que los cristianos se ponían a cuentas con Dios, y la confesión abierta era parte de ello.
2. (6-7) Presentación de la ofrenda por transgresión.
[…] y para su expiación traerá a Jehová por su pecado que cometió, una hembra de los rebaños, una cordera o una cabra como ofrenda de expiación; y el sacerdote le hará expiación por su pecado. Y si no tuviere lo suficiente para un cordero, traerá a Jehová en expiación por su pecado que cometió, dos tórtolas o dos palominos, el uno para expiación, y el otro para holocausto.
a. Su expiación traerá a Jehová: La transgresión es un tipo específico de pecado (por su pecado que cometió). Transgredir es cruzar de manera ilegal un límite. Dios impone ciertos límites para la humanidad en general y para su pueblo en particular, y cuando ellos cruzan esos límites es un pecado de transgresión.
i. Es importante recordar que según el versículo 5, esto tenía que ir precedido de la confesión del pecado. «La necesidad de confesión indicaba que el israelita no podía alcanzar el perdón si simplemente seguía el procedimiento prescrito para un sacrificio. Esto equivaldría a la magia, que el Antiguo Testamento condena». (Rooker)
b. Dos tórtolas o dos palominos, el uno para expiación, y el otro para holocausto: La ofrenda por transgresión de un israelita pobre muestra cómo esta era realmente dos ofrendas en una. Era una expiación (ofrenda por el pecado), para expiar el pecado de transgresión. También era un holocausto, para expresar el compromiso total y renovado de caminar dentro de los límites de Dios.
3. (8-10) El sacerdote presenta la ofrenda por transgresión del hombre pobre.
Y los traerá al sacerdote, el cual ofrecerá primero el que es para expiación; y le arrancará de su cuello la cabeza, mas no la separará por completo. Y rociará de la sangre de la expiación sobre la pared del altar; y lo que sobrare de la sangre lo exprimirá al pie del altar; es expiación. Y del otro hará holocausto conforme al rito; así el sacerdote hará expiación por el pecado de aquel que lo cometió, y será perdonado.
a. Primero el que es para expiación: La ofrenda para expiación siempre era lo primero. Había que lidiar con el pecado antes de poder hacer el holocausto (que era una imagen del compromiso renovado, de la consagración).
b. Y será perdonado: Dios aseguraba al que traía la ofrenda por transgresión que el pecado sería perdonado, si el sacrificio se hacía conforme al rito (de la manera prescrita por Dios).
4. (11-13) El sacerdote presenta la ofrenda por transgresión del hombre más pobre.
Mas si no tuviere lo suficiente para dos tórtolas, o dos palominos, el que pecó traerá como ofrenda la décima parte de un efa de flor de harina para expiación. No pondrá sobre ella aceite, ni sobre ella pondrá incienso, porque es expiación. La traerá, pues, al sacerdote, y el sacerdote tomará de ella su puño lleno, para memoria de él, y la hará arder en el altar sobre las ofrendas encendidas a Jehová; es expiación. Y hará el sacerdote expiación por él en cuanto al pecado que cometió en alguna de estas cosas, y será perdonado; y el sobrante será del sacerdote, como la ofrenda de vianda.
a. Mas si no tuviere lo suficiente para dos tórtolas, o dos palominos: La expiación por la transgresión estaba disponible para todos, incluso si no podían ofrecer una cordera o una cabra, o incluso si no podían permitirse el lujo de traer aves como ofrenda. Si un hombre era demasiado pobre para ofrecer dos aves, incluso podía ofrecer flor de harina como ofrenda por el pecado.
i. El lado opuesto de este principio también se cumplía. Si una persona podía ofrecer un sacrificio mayor, constituía un pecado ofrecer uno menor. «Si los medios de un hombre bastaban para la cordera o la cabra designadas, y traía dos tórtolas o dos palominos, o la décima parte de un efa de flor de harina, tal acción demostraría que no tenía una percepción adecuada, ni de su propio pecado, ni de la gracia divina». (Morgan)
b. El que pecó traerá como ofrenda la décima parte de un efa de flor de harina para expiación: Vemos en esto que no era tanto la sustancia del sacrificio lo que importaba, sino el corazón del que traía la ofrenda. En algunos sacrificios, el derramamiento de sangre era esencial para el perdón de los pecados (Hebreos 9:22). Sin embargo, cuando se trataba de un humilde y pobre creyente israelita, Dios miraba al corazón y no a la naturaleza del sacrificio en sí. Se podía decir que el que traía correctamente una ofrenda de harina, seríaperdonado.
i. No pondrá sobre ella aceite, ni sobre ella pondrá incienso: En la ofrenda de granos del israelita más pobre, no podían añadir aceite ni incienso. «En la presentación normal de la ofrenda de granos, estos elementos acompañarían al sacrificio y acentuarían el gozo de la ocasión. Debido a que en este caso excepcional la ofrenda de granos sustituía a la ofrenda por el pecado, se omiten aquellos elementos que estarían asociados con el gozo». (Rooker)
ii. Cuando se ve cuán fuertemente se enfatiza en el Antiguo Testamento el principio de la expiación a través del sacrificio, muchos se preguntan por el motivo por el que el pueblo judío de hoy día ya no hace sacrificios. La respuesta más común es que creen que sus buenas obras sustituirán al sacrificio de animales.
iii. «De hecho, cuando el segundo templo cayó, los rabinos, al negársele un altar en Jerusalén, llegaron a la conclusión de que los presentes y las oraciones eran tan aceptables como el sacrificio de animales». (Harris)
C. Ofrendas expiatorias
1. (14-16) El procedimiento para la ofrenda por la culpa.
Habló más Jehová a Moisés, diciendo: Cuando alguna persona cometiere falta, y pecare por yerro en las cosas santas de Jehová, traerá por su culpa a Jehová un carnero sin defecto de los rebaños, conforme a tu estimación en siclos de plata del siclo del santuario, en ofrenda por el pecado. Y pagará lo que hubiere defraudado de las cosas santas, y añadirá a ello la quinta parte, y lo dará al sacerdote; y el sacerdote hará expiación por él con el carnero del sacrificio por el pecado, y será perdonado.
a. Cuando alguna persona cometiere falta: La ofrenda por la culpa era esencialmente el mismo procedimiento que se usaba en la ofrenda por el pecado, excepto que la ofrenda por la culpa se usaba cuando alguien había pecado en las cosas santas. Esto se refería a algún tipo de profanación del tabernáculo o de los elementos asociados a este.
i. Según Peter-Contesse, el sentido literal es algo así como que «una persona transgrede una transgresión»; es decir, que «el sustantivo y el verbo tienen la misma raíz. Esta es una adición más bien enfática».
b. En las cosas santas de Jehová: Estas incluían las primicias (Levítico 2:14, 23:9-14), el primogénito (Levítico 27:26-27), el diezmo (Levítico 27:30-33, Deuteronomio 14:22-29), y las ofrendas de votos (Levítico 27:1-25, Números 30:1-16). Cuando un israelita no cumplía con esto, tenía que hacer esta expiación. Esto era algo así como una «ofrenda de compensación».
c. Y pagará lo que hubiere defraudado de las cosas santas: Cuando las cosas santas habían sido profanadas de alguna manera, una simple ofrenda por el pecado no era suficiente. También se exigía la restitución, devolver lo que se había perdido más el veinte por ciento (y añadirá a ello la quinta parte).
i. «Si uno ha sido infiel en las cosas santas de Jehová, no basta con confesarse y traer una ofrenda por el pecado. Se debe hacer una restitución por el mal hecho; este debe corregirse. A Dios se le debía algo que no se había entregado a su tiempo, y las cosas no estarían bien hasta que se entregara». (Coates)
ii. En la ofrenda por la culpa, al sacerdote se le permitía quedarse con la piel del becerro que era sacrificado (Levítico 7:8).
2. (17-19) La necesidad de la ofrenda por la culpa, incluso cuando una persona no sabía que había pecado con respecto a las cosas santas.
«Finalmente, si una persona pecare, o hiciere alguna de todas aquellas cosas que por mandamiento de Jehová no se han de hacer, aun sin hacerlo a sabiendas, es culpable, y llevará su pecado. Traerá, pues, al sacerdote para expiación, según tú lo estimes, un carnero sin defecto de los rebaños; y el sacerdote le hará expiación por el yerro que cometió por ignorancia, y será perdonado. Es infracción, y ciertamente delinquió contra Jehová».
a. Aun sin hacerlo a sabiendas, es culpable, y llevará su pecado: Si alguien profanaba las cosas santas del tabernáculo, un simple «no lo sabía» no era una excusa aceptable. Tenía que hacer un sacrificio para expiar su pecado.
i. Los pecados por ignorancia difieren de los pecados concientes en el grado de culpa; Jesús lo dijo en Lucas 12:47-48: «Aquel siervo que conociendo la voluntad de su Señor, no se preparó, ni hizo conforme a su voluntad, recibirá muchos azotes. Mas el que sin conocerla hizo cosas dignas de azotes, será azotado poco».
ii. Sin embargo, es importante y necesario recordar que uno puede ser culpable de pecado sin sentirlo o pensarlo. «Una vez más, si la culpa de una acción dependiera enteramente del conocimiento de un hombre, no tendríamos ninguna norma fija para juzgar el bien y el mal, pues esto variaría según el juicio de cada hombre, y no habría ningún tribunal de apelación definitivo e infalible. El arte del olvido sería estudiado diligentemente, y la ignorancia se convertiría en una herencia envidiable». (Spurgeon)
b. Y el sacerdote le hará expiación por el yerro que cometió por ignorancia: La expiación debía hacerse, incluso por los pecados cometidos por ignorancia. No es una excusa; aunque la persona pecare por ignorancia, ciertamente delinquió contra Jehová.
i. «La ignorancia de la ley de Dios es en sí misma una violación de la ley, ya que se nos ordena conocerla y recordarla». (Spurgeon)
©2020 The Enduring Word Comentario bíblico en español de David Guzik – ewm@enduringword.com